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Algunas de mis aventuras con mi cuñada y su tía. De hecho, esto no me ocurrió a mí, sino a un amigo cercano..
Hago la aclaración, por si las dudas. Enseguida, en la voz del protagonista se desarrolla la historia.

A ambas las conocí cuando inicié de novio con mi actual esposa. Primero vi a la tía, un par de años mayor que yo y me atrajo tremendamente su belleza: un cuerpo deseable para las manos de cualquier hombre, tanto sus chiches como sus nalgas; una cara que incitaba a besarla y a acariciarla; gestos de seductora y sonrisa incitante. Ella se prestaba de tapadera para las reuniones nocturnas que tuve con mi novia, quien en su casa decía que dormiría en casa de su tía. A la hermana, cinco años menor que mi esposa, desde sus 16 años se mostró coqueta conmigo, principalmente con los besos de saludo o despedida, a veces con abrazos presionando sus pequeñas tetas contra mi pecho, o fricciones de culo en mi regazo al pasar por algún lugar estrecho donde estaba yo, en lugar de hacerlo por otro que requería pocos pasos más. “Permiso”, decía antes de pasar y sonreía al pasar y sentir cómo me crecía el pene con el tallón de sus nalgas, con un “Gracias” concluía su tránsito.

Los años pasaron, mi cuñada se casó y se puso muy buena de las nalgas. Ya no me las repegaba, pero sonreía con la misa gracia cuando me descubría mirándoselas mientras crecía la protuberancia en mi pantalón. También, cuando se retiraba se cotoneaba dejándome con la boca abierta, a punto de caérseme la baba, y con una montaña en el pantalón que terminaba en un húmedo punto del presemen que destilaban mis ganas por ella. La tía también nos frecuentaba, pero era más discreta, salvo cuando traía escote en el pecho y se agachaba con cualquier pretexto para mostrarme el canalito mientras me miraba con una sonrisa que le daba un aire de pregunta “¿Quieres…?”  Yo quedaba con la vista fija en sus tetotas, conteniendo mis ganas de meter mi mano entre sus ropas.

Mi cuñada vivía en Toluca, una ciudad próxima a la CDMX y también allá vivían las tías de mi mujer. En la semana navideña nos hospedaron en un pequeño hotel que tenían las tías, donde ellas, además de administrarlo, también vivían allí. Una tarde mi esposa se fue con su hermana de compras y regresarían muy noche. Yo me quedé acostado viendo la televisión y fue la tía a mi cuarto, a llevarme un café. Se quedó viendo el programa que yo veía y se sentó en la cama. Se acomodó  un poco  y al subir bien las piernas    la falda dejó al descubierto sus torneadas piernas, pero no se las cubrió. Me comencé a excitar y se notó claramente mi protuberancia.

–¡Ay, qué pena, ya vine a inquietarte! –exclamó volteando a ver descaradamente mi erección y se cubrió las piernas.

–Así estabas muy bien –acepté, acercándome a ella para subirle otra vez la falda–. Es más, así estás mejor –dije levantando más la falda hasta llegas al triángulo que mostraba la tanga y de la que sobresalían los vellos del pubis.

–¡No la subas tanto! Me da vergüenza que veas que no me he cortado el pelo de allí –reclamó, pero si    intentar cubrirse.

–Al contrario, se ven muy bonitos –le dije metiendo mi mano en el pelambre  y acerqué mi boca a la suya para besarla.

Al principio se quedó quieta, pero correspondió al beso en cuanto mis dedos recorrieron su clítoris. Su mano fue a mi regazo para acariciar mi pene sobre el pantalón. Nuestras lenguas siguieron enroscándose y me bajó el cierre para meter su mano en la bragueta, liberando mi miembro, el cual jaló, sacando el presemen. Yo ya tenía dos dedos dentro de su vagina y se montó en mí. Hizo a un lado la tanga y se metió mi verga para cabalgar con frenesí.

–¡Qué rica la tienes! ¡Está deliciosa! –gritaba ella y yo le saqué las chiches por encima del escote de la blusa–. ¡Hacía tanto que no me cogían así! –gritaba entre los espasmos orgásmicos –¡Vente en mí, lléname de tu semen! –exigía, y, sin poder contenerme, me vacié dentro de ella…–. ¡Qué calor tan delicioso! –exclamó antes de caer llorando sobre mi pecho.

Acaricié sus pezones, sobresalientes de sus grandes aureolas y se fue calmando. Se levantó, acomodándose la ropa y observó mi pene flácido, lleno de nuestras excreciones. Volvió a subirse a la cama para limpiarlo cin su boca.

–Esto no se va a quedar así. Tenemos que hacerlo bien –aseguró jalándome los huevos, Se volvió a levantar y se fue.

Me quedé dormido con la verga al aire, hasta que tocaron a mi puerta. “Adelante”, dije después que rápidamente me acomodé el pantalón. Era la otra tía, quien me avisaba que la cena estaba lista. Olfateó un poco y fue directamente a la ventana para abrirla. Era evidente que el cuarto olía a sexo.

–Ni el café pudiste tomar –indicó al tomar la taza. Me miró con una sonrisa y vaticinó –la próxima vez yo te traeré el café…

No tardaron mucho en llegar mi esposa y su hermana, justo cuando comenzamos a cenar. Al terminar los alimentos, mi esposa me pidió que llevara su hermana a su casa porque ella estaba cansada y no quería manejar.

En el trayecto, mi cuñada me preguntó si había extrañado a mi mujer “con tantas horas sin ella”, precisó.

–Sí, pero en la noche me repongo de su ausencia –señalé, dándole a entender con un gesto que me la cogería.

–¿Tan fogoso eres? –preguntó sonriendo–. ¿Podrías mostrármelo? –añadió a bocajarro sin dejar de sonreír y me acarició la cara.

Me metí al primer motel que vi. “Ya lo verás” le dije. Dentro del cuarto, mientras la encueraba dándole besos y caricias, ella hacía lo mismo.

–¡No hay condones! –exclamé después de buscarlos.

–No hay problema, menos si es niño, mi marido quiere uno –me dijo cínicamente, jalándome la verga para colocársela a la entrada de su raja. Se colgó de mi cuello y la sostuve de las nalgas, mirando en el espejo su trasero entre mis manos.

Nos besamos y ella se movió como una puta experta, teniendo entre gritos un orgasmo tras otro. Agotada, se soltó de mí para caer de espaldas en la cama. Quedé de pie, con mis manos en sus nalgas y mi verga tiesa dentro de ella. La acomodé boca abajo, le abrí las piernas y me puse a lamer  sus nalgas, el ano, el periné y me extasié tomando su abundante fujo.

Ya que se repuso se volteó y miró mi pene rígido. Abrió las piernas para recibirlo. Le di varios recorridos  y tuvo otros dos orgasmos.

–¿De verdad no temes que te embarace? –pregunté antes de venirme.

–Creo que no sería correcto, pero vente –confesó apretándome contra ella, aceptando su destino.

Al sentir que me vendría, le saqué la verga y el chorro de semen cayó en su vientre. Lo tomó en sus dedos y lo puso en su boca para saborearlo. “Gracias”, dijo sonriendo y se puso de pie para vestirse.

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Es una breve historia de cómo fue mi primer encuentro con una chica en la universidad, pagándole para que me dejara tocarla.
Buen día. Soy un chico actualmente de 27 años. Este es mi primer relato, y debido a que soy una persona muy introvertida, no he tenido mucha experiencia en el sexo, así que tuve que pagar a una chica en la universidad para que me dejara tocarla. No me dejó penetrarla, pero me permitió recorrerle todo su cuerpo.

Tenía ya varios días muy caliente, me la jalaba diario en esos días. Así que entré a una página dónde se podía contratar servicios sexuales. Encontré un perfil que me dio un «poco» más de confianza y el trato fue pagarle cierta cantidad por manosearla, aunque no definimos un tiempo límite.

Durante la plática, comenzamos a profundizar más y pues obviamente ella estaba en mi ciudad, pero resultó que estudiaba en la misma universidad que yo. Me pidió que fuera muy discreto porque no quería que se enterara. Hasta la fecha, he guardado ese secreto hasta ahora, solo que no diré nombres ni de ella, ni de la universidad.

Me mandó foto de ella desnuda. Morenita, delgada, pelo corto, no podía ver su rostro, pero tenía pechos pequeños, pezones cafecitos y recuerdo llevaba un calzón puesto en la foto. Eso me excitó más.

Llegados el día, quedamos vernos cerca de dónde ella rentaba, cuando la vi, por un momento quise irme de ahí, su rostro no era bonita, pero la calentura me ganó. Me llevó hasta dónde rentaba un cuarto. Saludamos a unas personas ahí y me presentó como un amigo que iba a arreglar su laptop (sí, todo hombre debemos saber arreglar una laptop).

Me pasó a su cuarto, ella salió un momento y cuando regresó, estaba semidesnuda, con una toalla puesta. Le quité la toalla y comencé a acariciarla. Le quité el bra, descubriendo esos senos diminutos, pero muy blanditos. Con una mano le masajeaba una teta mientras que con mi boca le succionaba todo el seno.

Dejé de chuparle las tetas y pequé su esvelto cuerpo con el mío. Puse mis manos en sus nalgas y comencé a apretarlas suavemente, metiendo mi mano cada vez más en su calzoncito. Finalmente metí mi mano hasta alcanzar su vagina, completamente peluda, pero suavecita y calentita. Estuve así un buen rato metiendo mi dedo en su vagina, metiendo la mano desde atrás, parados.

Notaba que tenía la respiración un poquito agitada. Se sentó en su cama y se quitó el calzón. Se acostó y abrió las piernas. Tenía bastantito vello, por lo que no me atreví a hacerle oral, además lo más seguro es que ella hiciera esto con varios hombres así que no me atreví. Me limité a masturbarle. Metía mis dedos en su vagina, pero era muy apretada, al inicio me daba miedo lastimarla, pero cada vez entraba más fácil por lo fluídos. Cuando me di cuenta, estaba ya bastante agitada, veía como su pecho subía y bajaba bastante rápido y arqueaba su espalda cada vez que metía mis dedos.

En mi pantalón ya tenía una mancha, estaba tan excitado que mi pene sacaba fluidos como loco y me palpitaba. Aclaro que nunca eyaculé.

Así estuve un buen rato masturbando a esa chica hasta que se me cansaron las manos. Obviamente, por falta de experiencia, no la hice llegar al orgasmo, pero ella me dijo que lo hice bastante bien para ser mi primera vez, que, aunque no se vino lo disfrutó.

Le pedí un poco de papel, me saqué mi verga y me limpié todo los fluídos transparentes. Ese día me regresé a mi cada a eyacular como bomba.

No volví a hablar con ella desde ese entonces. Si tan solo hubiera llevado un poco más de trabajo, posiblemente me hubiera dejado penetrarla.

Lamentablemente esta es la única historia que tengo, las demás son fantasías que tengo.  Actualmente me propuse cogerme a una amiga de hace mucho tiempo, la quiero mucho, pero también me calienta como loco.

Espero hayan disfrutado mi pequeña historia

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Cada vez que leo una historia me excito muchisimo tanto que pense en contar la mía ya que es una aventura muy loca y aparte porque me di cuenta que hay pocas historias contadas por una mujer. Mi nombre es Lorena, tengo 22 años y vivo con mis padres en córdoba. Estudio en una facultad privada que queda en la calle Rondeau y tengo un grupo muy divertido de compañeros que son todos de distintas provincias con los cuales salgo todos los fines de semana. Mis salidas consisten en ir a pubs sobre la calle de mi facultad que es donde se encuentra la gente mas divertida de córdoba.

Cierta noche en uno de esos pub conocí a un pibe que estudiaba diseño, un pibe muy tranquilo y educado, estuvimos charlando por un rato y después de unas cervezas terminamos besándonos, realmente tenia una lengua muy grande que llenaba toda mi boca y producía un cosquilleo en mi cuerpo. El me invito a su departamento para que estuviéramos mas cómodos, cuando llegamos a su departamento me sorprendió la ausencia de muebles, solo poseía un colchón y una heladera y el piso en un sector estaba recubierto por un nylon, me senté en el colchón mientras el sacaba una cerveza de su heladera.

Mientras tomábamos nos besamos apasionadamente, él empezó a tocarme los pechos lo cual me volvía loca, me acariciaba mi vagina y con su dedo presionaba suavemente mi clítoris con mi mano empece a manosearle su pene que poseía un tamaño ideal para mi conchita. Después de un rato nos quitamos la ropa y seguimos masturbándonos el uno al otro, el me pregunto si me gustaba experimentar cosa nuevas y le respondí que si, me tomo de la mano y nos recostamos en el plástico que estaba en el piso, saco unos aceites y una filmadora y la coloco enfocando hacia donde estabamos. Le dije que no quería que me filmaran y él respondió que la cinta seria un regalo suyo, que cuando me fuera la llevaría conmigo.

Empezamos a besarnos nuevamente mientras nos engrudábamos de aceites sabor a frutilla, mis manos se deslizaban libremente sobre su cuerpo, su pene resbalaba en mi mano tan suavemente al igual que sus dedos en mi concha. Sentía sus dedos que entraban libremente a igual que en mi ano, le chupe su pija que era más grande de lo que pense, sentía esa verga cálida en mi boca que golpeaba mi paladar ante la fuerza de sus manos en mi cabeza, yo le introducía mi dedo en su ano lo cual el jadeaba de excitación. Luego me puse de espaldas y empezó a cogerme, realmente el aceite facilitaba todo ya que su verga entraba toda en mi concha sentía como sus huevos golpeaban mi ano con cada movimiento con mis piernas lo apretaba mas fuerte para que su pene se introduzca mas, luego me dio vuelta y siguió cogiéndome mientras introducía su dedo en mi ano, luego empezó a introducir otro dedo lo cual me llenaba de dolor pero de placer a la ves y fue allí cuando tuve mi primer orgasmo, no podía parar de gritar de excitación seguía moviéndome como loca, me tomo de mi pelo y me dijo que quería hacérmelo por mi ano le respondí que no, que nunca lo había hecho, el me dijo que no dolería, le volví a repetir que no me gustaba, el retiro su pene de mi concha y lo apoyo sobre mi ano mi excitación en ese momento era increíble, le dije que no lo deseaba pero el empujo suavemente y sentí su pene en mi ano el dolor, el placer increíble cuando se introducía lentamente, deseaba que lo meta todo en mi ano aunque me doliera un poco, luego el dolor desapareció y solo fue placer algo jamas experimentado, era totalmente excitante sentir su verga en mi ano sus dedos en mi concha y sus gritos de placer, se recostó a mi lado y me dijo si me había gustado, le dije que fue increíble.

Me pregunto si deseaba experimentar mas, le dije que me encantaría, me pregunto si lo haría con dos personas y le dije que no, el me propuso que el me mostraría a la otra persona y que yo decidiera, le dije que no, el insistió y se dirigió a su habitación, el regreso con otro pibe muy parecido a el, me dijo que era su hermano, era tan atractivo como el, le dije que no participaría, él me pregunto si le molestaba que él mirara y le respondí que no me molestaba, se acerco nuevamente y comenzó a besarme no me sentía tan cómoda como antes al sentirme observada pero comencé a excitarme y me olvide de la otra persona, estaba recostada boca arriba mientras el me cogía cuando sentí una mano acariciándome el pelo, por un momento me sentí asustada luego sentí su mano en mis pechos y ya no pude contenerme me sentía tan excitada como nunca, el se desabrocho el pantalón y acerco su verga que era mas grande a mi boca, me sentía totalmente llena y excitadisima le chupe su verga con tanto gusto por un par de minutos, luego me puse de a cuatro y ellos se cambiaron sentí su pene como entraba mas ajustado en mi concha quería gritar de placer pero tenia una verga en mi boca que me volvía loca, se movían con tanta coordinación que estallaba de placer y tuve otro orgasmo que fue increíble.

Luego uno se puso boca arriba y me senté sobre su pija, mientras le chupaba la verga al otro, me sentía explorada por todos lados y en cada parte erogena de mi cuerpo, empezaron a tocarme el ano y a jugar con sus dedos, le seguí chupando la verga hasta que se levanto y se paro detrás de mí, apoyo la cabeza de su pene en mi ano y empezó a intruducirla lentamente, empece a sentir un placer increíble y comencé a moverme mas porque deseaba que la metiera hasta el fondo, empezaron a gritar de placer y a moverce cada vez mas rápido mi cuerpo no podía aguantar tanta excitación y tuve otro orgasmo, que fue él más increíble-

Luego se cambiaron y siguieron cogiéndome por varios minutos yo no podía sentir mas placer, en un momento me dijeron que deseaban acabar así que me senté y comencé a chupar sus vergas al mismo tiempo, me dijeron que les encantaría que me tragara su leche y dije que no cuando acabo el primero y salto su gota sentí su cálido semen en mi rostro y me volvió loca e introduje su verga para recibir mas y sentirlo dentro de mi boca, retiro su pene sentí la otra verga que inundo mi boca de semen me tragué todo sin derramar una gota y me quede masturbándolos por unos minuto, luego nos recostamos y seguimos tocándonos, hasta que decidí marcharme, me acompañaron a la puerta y cuando estaba esperando el ascensor uno de ellos vino y me alcanzo la cinta de vídeo y me dijo consérvala como recuerdo de nuestra aventura.

Cada vez que deseo masturbarme veo mi vídeo que es increíblemente excitante, nunca mas volví a tener una experiencia como esa, ni tampoco he vuelto a practicar el sexo anal porque a mi novio no le parece correcto, pero deseo de sobremanera volver a ese departamento por una nueva experiencia. Chica tomen valor y escriban mas historias, porque las escritas por mujeres son las mejores y además son las que más me excitan

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Soy una persona promedio, con metas e ideas; pero con gustos bastante peculiares en el aspecto sexual y como comencé a salir con alguien con ganas de explorar ese aspecto conmigo..
Tengo 27 años y soy de México, alto y de complexión promedia, me resulta complicado relacionarme sentimentalmente pero cuando lo hago doy todo de mí y eso implica platicar mis más ocultos fetiches y parafilias, como mi gusto por la dominación, humillación el AB/DL por sus siglas en ingles.

Todo empezó con una salida con una muy bonita mujer de mi edad, ojos castaños, cara bonita y cabello hermoso bastante más baja que yo con un tremendo trasero y unas tetonas impresionantes a la cual llamaremos Martha.

Nos divertimos tomando unas copas y con un poco de marihuana de por medio la conversación fluyo y nos fuimos conociendo tuvimos encuentros sexuales normales, note que era un poco atrevida con las posiciones, pero no pasamos de eso.

Con el tiempo continuamos hablando y cada vez conociéndonos un poco más y tomándonos cariño y me sentí con la confianza suficiente de lo mucho que me gusta que las mujeres usen pañales en el acto sexual, porque me prende las sensaciones las texturas y los olores, pero precavidamente solo le pedí que usara un pañal en nuestro siguiente encuentro.

Aquella cita llego, en un motel, la primera vez que ingresaba en uno y su primera vez de ella usando un pañal el cual me permitió ponerla después de una larga sesión de besos, toques, sexo oral completo donde lamí con mi lengua que tiene la característica de ser bastante grande y larga al grado que puedo tocar mi propia nariz, su ano y vagina con un sabor impresionante pero no sucio. que tuvimos. Como era de esperarse fue algo incómodo para ella, lo cual era de esperarse, pero yo me encontraba en un éxtasis inesperado pero que ya había tenido la suerte de probar anteriormente, ebrio de lujuria y placer, procedí a tocar su entre pierna sobre el pañal el cual intento mojar pero no logro aun así con mi mama hice a un lado el pañal y procedí a penetrarla en diversas posiciones; una en específico fue que mientras yo estaba sentado ella frente a mí se inclinaba sobre mi pene penetrando su vagina que en aquel punto deduje que no sería la primera vez que viviríamos esta experiencia ya que la humedad que ella tenía era una clara señal que no era el único quemándose en placer.

Me comentaba que enorme duro sentía mi pene y que era una experiencia bastante rica la que estaba sintiendo al sentirse su orgasmo decidimos parar e irnos del motel, pero con la premisa que viviríamos aquella rara y nueva experiencia para ella.

Nota de autor; Es mi primer relato, espero les agrade y haya logrado compartir un poco de aquel encuentro que tuve con aquella hermosa mujer que hoy en día tengo la suerte de seguir viendo.

sus comentarios y críticas son bienvenidas y leídas y si esta historia es de su agrado podría compartir más experiencias que tuve.

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Segunda parte de mi relato con mí papá, después que ví que él se cogió a mi tía en su cuarto .

Mi nombre es Marisa, Está es la continuación de mi relato de cuando ví que mi papá sé coge a mi tía ( le llamo prima por la poca diferencia de edad entre ella y yo)

Después que ví como mi Papi sé estaba cogiendo a mi prima y se dió cuenta que yo lo veía, el me guiño un ojo y yo me fuí a mi cuarto antes de que ella me viera, un rato más tarde fue mi Papi y me dijo, té gustó lo que viste? Yo aún estaba muy caliente y con mi shorts a medía pierna y el con su vrga haciendo carpa en su boxer, sé tocaba para que yo lo viera

Yo le pregunté dónde está mi tía, él me dijo que se metió a bañar y tardaría un rato, se acercó a mi y me acaricio el pezón que estaba más cerca, yo me estremecí y lo deje hacer, a cada momento me calentaba más, toqué su pene y dió un briquito que me encantó para ésto él me empezó a bajar mí shorts junto con mi tanguita dejando mi vagina peloncita al descubierto y me empezó a acariciar y meter un dedo entre los labios vaginales yo yá estaba escurriendo.

Él me empezó a besar el cuello y bajando hacia mis senos besando los pezones y más tarde hacia mi vientre, llegó a mi ombligo y metió su lengua en el mismo mientras sus dedos acariba uno mí clítoris y la otra en mi ano y yo lo dejaba hacer mientras yo lo masturbaba, ya salía su líquido preseminal.

En un momento me acomodo para hacer el 69 que me encantó mientras el metía su lengua entre mis labios vaginales yo besaba su glande y saboreando su rico líquido preseminal poco a poco me metía más su pene en mi boca hasta la mitad, sin avisar sé vino en mi boca, mientras yo tenía un orgasmo en la suya.

Descansamos un momento mientras nos acariciábamos uno al otro, de pronto el me puso dé espaldas al colchón y se subió encima de mi, acomodando su pene a la entrada de mi orificio vaginal y me empezó a penetrar despacio, yo estaba en otro mundo me gustaba sentir como entraba en mi.

De pronto se detuvo para que mi vagina se acostumbra al invasor, me sentía llena, de pronto sé empezó a mover dentro y fuera, yo sentía delicioso el roce de el pene con las paredes de mi vagina, (nunca había sentido tan rico como ésa ocasión) dé repente sentí algo delicioso desde mi estómago y hasta mí vagina, me vine muy rico y mojé toda su verga, eso hizo que él se viniera con cuatro o cinco chorros dentro de mi.

Ésa fue mi primera, pero no la última vez que hicimos el amor con mi papa.

Después hicimos un trío con mi tía, pero eso es otra historia que contaré en otra ocasión. Cuéntame si te gusta mí relato mí correo es [email protected] o en mi perfil