Entradas

Es una breve historia de cómo fue mi primer encuentro con una chica en la universidad, pagándole para que me dejara tocarla.
Buen día. Soy un chico actualmente de 27 años. Este es mi primer relato, y debido a que soy una persona muy introvertida, no he tenido mucha experiencia en el sexo, así que tuve que pagar a una chica en la universidad para que me dejara tocarla. No me dejó penetrarla, pero me permitió recorrerle todo su cuerpo.

Tenía ya varios días muy caliente, me la jalaba diario en esos días. Así que entré a una página dónde se podía contratar servicios sexuales. Encontré un perfil que me dio un «poco» más de confianza y el trato fue pagarle cierta cantidad por manosearla, aunque no definimos un tiempo límite.

Durante la plática, comenzamos a profundizar más y pues obviamente ella estaba en mi ciudad, pero resultó que estudiaba en la misma universidad que yo. Me pidió que fuera muy discreto porque no quería que se enterara. Hasta la fecha, he guardado ese secreto hasta ahora, solo que no diré nombres ni de ella, ni de la universidad.

Me mandó foto de ella desnuda. Morenita, delgada, pelo corto, no podía ver su rostro, pero tenía pechos pequeños, pezones cafecitos y recuerdo llevaba un calzón puesto en la foto. Eso me excitó más.

Llegados el día, quedamos vernos cerca de dónde ella rentaba, cuando la vi, por un momento quise irme de ahí, su rostro no era bonita, pero la calentura me ganó. Me llevó hasta dónde rentaba un cuarto. Saludamos a unas personas ahí y me presentó como un amigo que iba a arreglar su laptop (sí, todo hombre debemos saber arreglar una laptop).

Me pasó a su cuarto, ella salió un momento y cuando regresó, estaba semidesnuda, con una toalla puesta. Le quité la toalla y comencé a acariciarla. Le quité el bra, descubriendo esos senos diminutos, pero muy blanditos. Con una mano le masajeaba una teta mientras que con mi boca le succionaba todo el seno.

Dejé de chuparle las tetas y pequé su esvelto cuerpo con el mío. Puse mis manos en sus nalgas y comencé a apretarlas suavemente, metiendo mi mano cada vez más en su calzoncito. Finalmente metí mi mano hasta alcanzar su vagina, completamente peluda, pero suavecita y calentita. Estuve así un buen rato metiendo mi dedo en su vagina, metiendo la mano desde atrás, parados.

Notaba que tenía la respiración un poquito agitada. Se sentó en su cama y se quitó el calzón. Se acostó y abrió las piernas. Tenía bastantito vello, por lo que no me atreví a hacerle oral, además lo más seguro es que ella hiciera esto con varios hombres así que no me atreví. Me limité a masturbarle. Metía mis dedos en su vagina, pero era muy apretada, al inicio me daba miedo lastimarla, pero cada vez entraba más fácil por lo fluídos. Cuando me di cuenta, estaba ya bastante agitada, veía como su pecho subía y bajaba bastante rápido y arqueaba su espalda cada vez que metía mis dedos.

En mi pantalón ya tenía una mancha, estaba tan excitado que mi pene sacaba fluidos como loco y me palpitaba. Aclaro que nunca eyaculé.

Así estuve un buen rato masturbando a esa chica hasta que se me cansaron las manos. Obviamente, por falta de experiencia, no la hice llegar al orgasmo, pero ella me dijo que lo hice bastante bien para ser mi primera vez, que, aunque no se vino lo disfrutó.

Le pedí un poco de papel, me saqué mi verga y me limpié todo los fluídos transparentes. Ese día me regresé a mi cada a eyacular como bomba.

No volví a hablar con ella desde ese entonces. Si tan solo hubiera llevado un poco más de trabajo, posiblemente me hubiera dejado penetrarla.

Lamentablemente esta es la única historia que tengo, las demás son fantasías que tengo.  Actualmente me propuse cogerme a una amiga de hace mucho tiempo, la quiero mucho, pero también me calienta como loco.

Espero hayan disfrutado mi pequeña historia

  • Acepto la responsabilidad de los contenidos que subo a esta pagina.

Soy una persona promedio, con metas e ideas; pero con gustos bastante peculiares en el aspecto sexual y como comencé a salir con alguien con ganas de explorar ese aspecto conmigo..
Tengo 27 años y soy de México, alto y de complexión promedia, me resulta complicado relacionarme sentimentalmente pero cuando lo hago doy todo de mí y eso implica platicar mis más ocultos fetiches y parafilias, como mi gusto por la dominación, humillación el AB/DL por sus siglas en ingles.

Todo empezó con una salida con una muy bonita mujer de mi edad, ojos castaños, cara bonita y cabello hermoso bastante más baja que yo con un tremendo trasero y unas tetonas impresionantes a la cual llamaremos Martha.

Nos divertimos tomando unas copas y con un poco de marihuana de por medio la conversación fluyo y nos fuimos conociendo tuvimos encuentros sexuales normales, note que era un poco atrevida con las posiciones, pero no pasamos de eso.

Con el tiempo continuamos hablando y cada vez conociéndonos un poco más y tomándonos cariño y me sentí con la confianza suficiente de lo mucho que me gusta que las mujeres usen pañales en el acto sexual, porque me prende las sensaciones las texturas y los olores, pero precavidamente solo le pedí que usara un pañal en nuestro siguiente encuentro.

Aquella cita llego, en un motel, la primera vez que ingresaba en uno y su primera vez de ella usando un pañal el cual me permitió ponerla después de una larga sesión de besos, toques, sexo oral completo donde lamí con mi lengua que tiene la característica de ser bastante grande y larga al grado que puedo tocar mi propia nariz, su ano y vagina con un sabor impresionante pero no sucio. que tuvimos. Como era de esperarse fue algo incómodo para ella, lo cual era de esperarse, pero yo me encontraba en un éxtasis inesperado pero que ya había tenido la suerte de probar anteriormente, ebrio de lujuria y placer, procedí a tocar su entre pierna sobre el pañal el cual intento mojar pero no logro aun así con mi mama hice a un lado el pañal y procedí a penetrarla en diversas posiciones; una en específico fue que mientras yo estaba sentado ella frente a mí se inclinaba sobre mi pene penetrando su vagina que en aquel punto deduje que no sería la primera vez que viviríamos esta experiencia ya que la humedad que ella tenía era una clara señal que no era el único quemándose en placer.

Me comentaba que enorme duro sentía mi pene y que era una experiencia bastante rica la que estaba sintiendo al sentirse su orgasmo decidimos parar e irnos del motel, pero con la premisa que viviríamos aquella rara y nueva experiencia para ella.

Nota de autor; Es mi primer relato, espero les agrade y haya logrado compartir un poco de aquel encuentro que tuve con aquella hermosa mujer que hoy en día tengo la suerte de seguir viendo.

sus comentarios y críticas son bienvenidas y leídas y si esta historia es de su agrado podría compartir más experiencias que tuve.

  • Acepto la responsabilidad de los contenidos que subo a esta pagina.