Algunas de mis aventuras con mi cuñada y su tía. De hecho, esto no me ocurrió a mí, sino a un amigo cercano.. Hago la aclaración, por si las dudas. Enseguida, en la voz del protagonista se desarrolla la historia.
A ambas las conocí cuando inicié de novio con mi actual esposa. Primero vi a la tía, un par de años mayor que yo y me atrajo tremendamente su belleza: un cuerpo deseable para las manos de cualquier hombre, tanto sus chiches como sus nalgas; una cara que incitaba a besarla y a acariciarla; gestos de seductora y sonrisa incitante. Ella se prestaba de tapadera para las reuniones nocturnas que tuve con mi novia, quien en su casa decía que dormiría en casa de su tía. A la hermana, cinco años menor que mi esposa, desde sus 16 años se mostró coqueta conmigo, principalmente con los besos de saludo o despedida, a veces con abrazos presionando sus pequeñas tetas contra mi pecho, o fricciones de culo en mi regazo al pasar por algún lugar estrecho donde estaba yo, en lugar de hacerlo por otro que requería pocos pasos más. “Permiso”, decía antes de pasar y sonreía al pasar y sentir cómo me crecía el pene con el tallón de sus nalgas, con un “Gracias” concluía su tránsito.
Los años pasaron, mi cuñada se casó y se puso muy buena de las nalgas. Ya no me las repegaba, pero sonreía con la misa gracia cuando me descubría mirándoselas mientras crecía la protuberancia en mi pantalón. También, cuando se retiraba se cotoneaba dejándome con la boca abierta, a punto de caérseme la baba, y con una montaña en el pantalón que terminaba en un húmedo punto del presemen que destilaban mis ganas por ella. La tía también nos frecuentaba, pero era más discreta, salvo cuando traía escote en el pecho y se agachaba con cualquier pretexto para mostrarme el canalito mientras me miraba con una sonrisa que le daba un aire de pregunta “¿Quieres…?” Yo quedaba con la vista fija en sus tetotas, conteniendo mis ganas de meter mi mano entre sus ropas.
Mi cuñada vivía en Toluca, una ciudad próxima a la CDMX y también allá vivían las tías de mi mujer. En la semana navideña nos hospedaron en un pequeño hotel que tenían las tías, donde ellas, además de administrarlo, también vivían allí. Una tarde mi esposa se fue con su hermana de compras y regresarían muy noche. Yo me quedé acostado viendo la televisión y fue la tía a mi cuarto, a llevarme un café. Se quedó viendo el programa que yo veía y se sentó en la cama. Se acomodó un poco y al subir bien las piernas la falda dejó al descubierto sus torneadas piernas, pero no se las cubrió. Me comencé a excitar y se notó claramente mi protuberancia.
–¡Ay, qué pena, ya vine a inquietarte! –exclamó volteando a ver descaradamente mi erección y se cubrió las piernas.
–Así estabas muy bien –acepté, acercándome a ella para subirle otra vez la falda–. Es más, así estás mejor –dije levantando más la falda hasta llegas al triángulo que mostraba la tanga y de la que sobresalían los vellos del pubis.
–¡No la subas tanto! Me da vergüenza que veas que no me he cortado el pelo de allí –reclamó, pero si intentar cubrirse.
–Al contrario, se ven muy bonitos –le dije metiendo mi mano en el pelambre y acerqué mi boca a la suya para besarla.
Al principio se quedó quieta, pero correspondió al beso en cuanto mis dedos recorrieron su clítoris. Su mano fue a mi regazo para acariciar mi pene sobre el pantalón. Nuestras lenguas siguieron enroscándose y me bajó el cierre para meter su mano en la bragueta, liberando mi miembro, el cual jaló, sacando el presemen. Yo ya tenía dos dedos dentro de su vagina y se montó en mí. Hizo a un lado la tanga y se metió mi verga para cabalgar con frenesí.
–¡Qué rica la tienes! ¡Está deliciosa! –gritaba ella y yo le saqué las chiches por encima del escote de la blusa–. ¡Hacía tanto que no me cogían así! –gritaba entre los espasmos orgásmicos –¡Vente en mí, lléname de tu semen! –exigía, y, sin poder contenerme, me vacié dentro de ella…–. ¡Qué calor tan delicioso! –exclamó antes de caer llorando sobre mi pecho.
Acaricié sus pezones, sobresalientes de sus grandes aureolas y se fue calmando. Se levantó, acomodándose la ropa y observó mi pene flácido, lleno de nuestras excreciones. Volvió a subirse a la cama para limpiarlo cin su boca.
–Esto no se va a quedar así. Tenemos que hacerlo bien –aseguró jalándome los huevos, Se volvió a levantar y se fue.
Me quedé dormido con la verga al aire, hasta que tocaron a mi puerta. “Adelante”, dije después que rápidamente me acomodé el pantalón. Era la otra tía, quien me avisaba que la cena estaba lista. Olfateó un poco y fue directamente a la ventana para abrirla. Era evidente que el cuarto olía a sexo.
–Ni el café pudiste tomar –indicó al tomar la taza. Me miró con una sonrisa y vaticinó –la próxima vez yo te traeré el café…
No tardaron mucho en llegar mi esposa y su hermana, justo cuando comenzamos a cenar. Al terminar los alimentos, mi esposa me pidió que llevara su hermana a su casa porque ella estaba cansada y no quería manejar.
En el trayecto, mi cuñada me preguntó si había extrañado a mi mujer “con tantas horas sin ella”, precisó.
–Sí, pero en la noche me repongo de su ausencia –señalé, dándole a entender con un gesto que me la cogería.
–¿Tan fogoso eres? –preguntó sonriendo–. ¿Podrías mostrármelo? –añadió a bocajarro sin dejar de sonreír y me acarició la cara.
Me metí al primer motel que vi. “Ya lo verás” le dije. Dentro del cuarto, mientras la encueraba dándole besos y caricias, ella hacía lo mismo.
–¡No hay condones! –exclamé después de buscarlos.
–No hay problema, menos si es niño, mi marido quiere uno –me dijo cínicamente, jalándome la verga para colocársela a la entrada de su raja. Se colgó de mi cuello y la sostuve de las nalgas, mirando en el espejo su trasero entre mis manos.
Nos besamos y ella se movió como una puta experta, teniendo entre gritos un orgasmo tras otro. Agotada, se soltó de mí para caer de espaldas en la cama. Quedé de pie, con mis manos en sus nalgas y mi verga tiesa dentro de ella. La acomodé boca abajo, le abrí las piernas y me puse a lamer sus nalgas, el ano, el periné y me extasié tomando su abundante fujo.
Ya que se repuso se volteó y miró mi pene rígido. Abrió las piernas para recibirlo. Le di varios recorridos y tuvo otros dos orgasmos.
–¿De verdad no temes que te embarace? –pregunté antes de venirme.
–Creo que no sería correcto, pero vente –confesó apretándome contra ella, aceptando su destino.
Al sentir que me vendría, le saqué la verga y el chorro de semen cayó en su vientre. Lo tomó en sus dedos y lo puso en su boca para saborearlo. “Gracias”, dijo sonriendo y se puso de pie para vestirse.
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Ese lunes desperté temprano como casi siempre. Yo no había podido dormir bien ya desde hacía más o menos quince días desde que me practicaron una cirugía urológica. Me levanté aun en medio de la penumbra y mi esposa Paola estaba todavía dormida roncando con la sábana medio envuelta en su torso. Sus nalgas al descubierto apenas medio ocultas por su tanga color oscuro me provocaban una caricia. Acerqué mi mano para posarla encima de su piel, pero me detuve. Mejor que durmiera un poco más si aún su cuerpo lo necesitaba.
Me fui al baño y mientras orinaba recordé que a las 10 am tenía cita con el urólogo para un seguimiento posoperatorio. Mi mujer despertó media hora más tarde con su rostro hinchado de sueño y sus senos pequeños al desnudo. Se sentó a orinar en la taza del baño con la puerta medio abierta y pude oír su quejido. Desde hacía dos días se venía quejando de una molesta cistitis. La tarde anterior había ido a ver a su médico que le prescribió un tratamiento sencillo aunque incómodo.
Después de haber tomado la ducha, mi esposa me pidió que la ayudara con el medicamento vaginal que debía aplicarse durante siete días. Se acomodó en el borde de la cama completamente desnuda y fresca del baño recién tomado, con sus piernas abiertas en posición de parto. Tuve cierto atisbo de excitación al ver su sexo allí explayado ante mis narices pero yo no podía y no debía intentar nada sexual hasta tanto el médico no me lo indicara. Tomé la especie de jeringa sin aguja, llena de un medicamento pastoso y blancuzco, lo introduje en su vagina e inyecté la sustancia lentamente. Me lo agradeció con cierta incomodidad y rostro fruncido, se colocó una toalla higiénica, su calzón íntimo limpio, termino de vestirse y se marchó al trabajo algo fastidiada y sin ganas.
Yo quedé solo en casa aun disfrutando de mis días de incapacidad médica tras la cirugía practicada en mi pene. Debía esperar a mi cuñada Sara que llegara más tarde para acompañarme la cita médica de control. Sara me había acompañado en todo mi proceso urológico, no solo por ser enfermera, aunque novata, sino porque disponía del tiempo que mi mujer no tenía por razones puramente laborales. Le habíamos pedido el favor de asistirme durante mi convalecencia y de hacerme compañía a las citas posoperatorias hasta que yo me recuperar.
Sara llegó un poquito tarde como de costumbre pese a que vivíamos a solo media calle de distancia.
-Cuñis ya llegué -me gritó desde abajo en la calle con sus manos puestas en su boca a manera de megáfono.
Yo me asomé por la ventana de mi alcoba del segundo piso y la vi bajo la luz aplastante del sol intenso de las nueve de la mañana. Le hice seña de que ya bajaba. Lo hice un tanto apurado para tomar el taxi y llegar a la cita a tiempo. Salimos a la calle principal y tomamos el primer taxi que pasó. Yo todavía debía caminar despacio y con cuidado aunque francamente no era ya tan necesario que ella me acompañara puesto que pasados los quince días me comenzaba a sentir bastante recuperado. Pero era mejor no ir solo porque tal vez requería de alguna recomendación o cuidado que Sara entendería y recordaría mejor que yo seguramente y además porque había sido ella quien amablemente me había estado acompañando en todo este tortuoso proceso.
Una vez en el consultorio y después que el médico y su asistente me observaron, aquel se sentó en su escritorio frente a mi cuñada y yo y con su voz jovial que no concordaba con la apariencia seria y pesada de su rostro me dijo:
-Bueno señor ya Ud. está listo. La herida superficial ya secó completamente. Su pene parece estar apto y desinflamado ya lo suficiente como para entrar en acción. La curvatura creo que quedó bastante bien corregida y lo que resta es simplemente tener relaciones sexuales preferiblemente sin condón para que puedas evaluar tu sensibilidad. Con cuidado eso sí. Ojala lo más frecuentemente que pueda. Debe volver acá en diez días para hacer un chequeo final y listo. Debe prestar mucha atención a la sensación durante el coito y el orgasmo. Si hay dolor, ardor o incomodidad etc. No debería haber nada de eso en principio. Así que señora consienta mucho a este señor –dijo mirando afablemente al rostro de mi cuñada que sonrió alzando una ceja con mirada de querer decirle al médico que ella no era mi mujer como él creía desde el principio, pero eso era un detalle incensario y sin importancia en ese momento. Sara se limitó a sonreír y asentir moviendo rápidamente su cabeza.
Salimos y justo en la puerta de la clínica antes de tomar el taxi de vuelta, le comenté a Sara que yo estaba contento con todo pero que había un problemita.
-Qué pasó? -me interrogó con aire de preocupación.
-No voy a poder practicar ni hacer nada en diez días. Tu hermana no puede tener sexo porque anda con una cistitis. Se tiene que aplicar un medicamento vaginal y debe abstenerse de sexo vaginal quince días a partir de ayer. Es decir, le quedan catorce días aun sin poder hacer nada de nada. Pensé que ella te había comentado algo de eso.
-No, no lo sabía. Ándale! que vaina! y ahora qué vas a hacer?
-Se me ocurre llamar más tarde y cambiar la fecha de la cita como para dentro de un mes o cuarenta días. Así le doy tiempo a Paola de recuperarse y me cubro un poco más yo al tiempo, porque después ya en una semana yo retorno a trabajar y probablemente me manden para la capital en unos quince días para una formación de tres o cuatro días, así que la cosa podría extenderse aún más tiempo. Mejor dicho que yo mi pinga me la voy a poder estrenar quien sabe cuándo. Estoy algo desesperado. La voy a tener que meter en un mofle de moto.
-ja ja ja ay cuñis, que locuras dices y que pena contigo. Estás bien de malas. Jodida la cosa así.
-Me va a tocar buscar otro culito por ahí, ja ja ja
-Bueno eso es asunto tuyo, yo no me meto en eso ni le digo a mi hermana nada ja ja ja, así que bien puedes.
La conversación quedo así. Durante el viaje de vuelta ella hablaba por celular y yo intente cerrar los ojos pero el calor y el ruido de la ciudad que pasaba por la ventana del incomodo taxi no me lo permitía.
Una vez llegamos a casa justo en la puerta del edificio nos despedimos. Ella marchó a su casa y yo subí tranquilo de saber que todo había salido bien y que solo era cuestión de tiempo. Podría pronto tener sexo de manera más cómoda. Había valido la pena someterme a esa cirugía voluntaria y espontanea de corrección de curvatura de pene. De nacimiento mi pene vino con esa curva pronunciada hacia la izquierda que impedía desempeñarme sexualmente con comodidad y soltura.
Al ir subiendo las escaleras intente llamar desde mi móvil a mi mujer para narrarle lo sucedido pero no respondió, así que tal vez me devolvería la llamada más adelante. Me senté en una mecedora después de quedar solo en calzoncillos a escuchar música cuando sonó el timbre de la puerta. Me asome a la ventana y divisé desde mi ventana la cabellera abundante de Sara que miraba hacia arriba tratando de tapar con su mano al sol incandescente que golpeaba sus ojos
-Ábreme por favor
-Se te olvido algo?
-No, anda ábreme.
Le abrí sin mucha intriga y ni me molesté en ponerme una toalla para cubrirme puesto que estaba ya acostumbrado desde la cirugía a que ella me viera desnudo e incluso me curara el pene.
Abrí la puerta y su mirada aunque serena tenía un brillo diferente.
-Modificaste ya la fecha de la cita?
-No, aun no lo he hecho.
-Le dijiste ya a mi hermana lo que nos dijo el médico?
-No, tampoco –le respondí con aire ya intrigado– porqué lo preguntas?
Me miró con una sonrisa pícara y ese brillo en los ojos que denotaba algo trascendental. Esa mirada la conocía ya bastante después de tantos años de ser vecinos y familia. Yo conocía a Sara desde antes de hacerme novio de su hermana Paola. Sara ha sido siempre una mujer de atreverse y no temer ni titubear a la hora de ejecutar una acción ya decidida.
-Cuñis, no canceles cita ni llames a Paola. No es necesario creo.
-Como así?
-Te tengo ya solución para que puedas estrenar tu pene.
Yo solo fruncí el ceño con mirada intrigada pero dejándola proseguir.
-Si quieres, lo haces conmigo –terminó así su frase corta, directa y se limitó a mirarme directamente con sus ojos negros grandes y brillantes de luz desafiante y firme.
Yo apenas si pude procesar lo que estaba escuchando de su boca delgada con esa voz dulce pero segura. Lo primero que pensé era que me estaba bromeando.
-Sara, no me bromees con ese tema. No es gracioso.
-Cuñis, no es broma. Lo digo en serio. Para que no tengas que esperarte quien sabe hasta cuándo. Puedes hacerlo conmigo. Ojo y te aclaro. No es por morbo ni nada de eso, sino simplemente por ayuda médica. Claro esto es en secreto. Lo he pensado bien ahorita y por eso vine a proponértelo. Sé que eres un tipo serio. Nada de comentárselo a Paola ni yo tampoco le diré nada a Alberto ni más faltaba. Cuñis, si tú quieres claro está. Yo te ofrezco. Tú decides.
En ese instante sonó mi teléfono. Era mi mujer devolviéndome la llamada. Al responder Sara me hizo seña desesperadamente con los ojos y sus manos de que no dijera nada ni tampoco que mencionara a su hermana que ella estaba allí conmigo. Así que solo le dije a Paola parte de la verdad.
-Si, si amor. Todo va bien. Debo ver al médico en diez días y tal vez sea todo. Pero me dijo que la recuperación va mejor y más rápida de lo que esperaba. Si, Sara estuvo allí conmigo. Estoy tranquilo con eso.
Mientras hablaba Sara me miraba asintiendo y haciéndome gestos de aprobación por haber dicho lo que dije a su hermana. Terminé la llamada y volví a dirigirme a mi cuñada con aire de sorpresa e incredulidad.
-Sara, claro que quiero. Claro que acepto tu propuesta ni más faltaba. Ni tengo palabras que agradecerte. Eres la mejor cuñada del mundo. Además que estas muy buena y lo sabes.
-Cuñis, nada de morbo. Solo es por cuestión médica. Tenlo en cuenta. No quiero que pienses que soy una zorra puta que anda repartiendo culo por allí. O que ando enamorada de ti porque soy una esposa infiel ni por nada de eso. Lo hago por ayudarte y porque he sido tu confidente en todo esto tan privado. Además tú a mí me has ayudado bastante. Has sido un buen cuñado y yo te estimo. Lo sabes. Sabes también lo mucho que quiero a mi hermanita.
-No he dicho nada de eso. Relájate. Solo dije que estas buena. Eres una mujer atractiva y lo sabes.
-Ok. Gracias por el cumplido. Ahora me voy. Mañana por la mañana como a las diez vengo. Espero estés listo. Ni una palabra de esto a nadie.
Ese fue el día más largo de mi vida. La espera se me hizo eterna hasta el día siguiente. Me puse lunático casi. Mi mujer noto mi actitud distraída y distante. Me preguntó en varias ocasiones si me pasaba algo. Yo le mentía intentando darle excusas etc., pero ella con su malestar de cistitis tampoco estuvo de humor para prestarme mucha atención. Me costaba creer que mi propia cuñada me propusiera sexo solidario con ella. Me pellizcaba para ver si acaso no era un sueño. Sara, la hermana mayor de mi mujer, casada, madre de dos hijas, vecina, enfermera novata vendría al día siguiente a darme sexo. Era difícil de digerir. Eso me hacía pasar por todos los estados emocionales. Era tremendamente morboso todo eso para mí. Para ella era tal vez una cuestión técnica y medica de solidaridad para conmigo, pero para mí era un acontecimiento de morbo y fantasía sexual increíble. Tener sexo con una mujer fuera de mi matrimonio ya de por si constituía toda una aventura cargada de emociones y si a eso le sumaba el hecho de que esa mujer era nada más y nada menos que mi propia cuñada, sumaba aún más morbo al punto de descrestar mi imaginación.
Sara es una mujer físicamente bien hecha la verdad sea dicha. A pesar de los kilos demás que trae consigo la treintena y la vida de casada con hijos, es una mujer que inspira sexo a cualquier hombre ciertamente, incluyéndome a mí. Nunca se me hubiera ocurrido proponerla algo así claro está, pero más de un mal pensamiento se me ha pasado por la cabeza con Sara desde que la conocí. A diferencia de mi mujer, quien debo decir que es bonita y de cuerpo más bien proporcionado pero sencillo, Sara es voluptuosa, de senos amplios y nalgas grandes. Su estatura alta, su cuerpo amplio de curvas pronunciadas y su piel blanca de abundante cabellera negra la hacen lucir elegante siempre. Al momento de lo ocurrido en esta narración, Sara tenía y cuatro años recién cumplidos. Dos años menor que yo y cinco más que su única hermana.
No pude pegar el ojo en toda la noche pensando en cómo sería ese primer encuentro sexual con mi cuñada para estrenar mi pene ahora ya casi recto. La pondría en poses que antes me costaba trabajo. Imaginaba la fisonomía de sus zonas íntimas. Intentaba recrear como debían ser sus senos, sus pezones, su vagina, su vulva, su sus nalgas etc. Me preguntaba qué tan parecidas debían ser con respecto a los de su hermanita. La imaginaba desnuda de diversas maneras. La ansiedad no me dejo dormir. Amaneció. Hice la rutina con Paola mi mujer quien me notó aún muy distraído. Le apliqué su medicina en la vagina y se marchó nuevamente desanimada aunque se sentía ya un poco mejor. Solo después pude medio caer vencido de sueño y dormir un par de horas hasta un poco pasadas las nueve de la mañana.
Desperté al oír un vendedor callejero gritar su mercancía. Tome mi baño matutino. Tuve varias erecciones y me emocionaba ver que mi pene estaba realmente derecho con una ligera curva pero bastante menor.
-Espera nene, ya viene Sara. Te la vas a comer rico. –le hablaba a mi pene como si fuera una persona.
Me limpié con más cuidado cual primera cita de amor y me puse mi mejor calzoncillo. Un calzón nuevo grisáceo corto que horma bien en mi cuerpo velludo. Era el preferido de mi mujer. Por un momento pensé en Alberto, el marido de Sara. Sera que antes ella le habría sido infiel? Aunque en este caso no se puede considerar así. No se trata de una relación como tal. Pero era como si lo fuera. Me confundía en esas divagaciones moralistas sin encontrar respuesta. Lo sentía por él, pero era imposible despreciar y no desear a su mujer. No quería yo estar en su sitio. Puro orgullo de hombre era lo que me hacía divagar. Me preguntaba si acaso mi mujer no haría cosas traviesas también. La voz de Sara entrando por la ventana me sacó de esas inútiles cavilaciones.
-Cuñisss… -gritó Sara
Mis latidos aumentaron el ritmo. El momento había llegado y fue cuando me di cuenta que yo estaba nervioso. Que el macho se asustaba un poco. Debía calmarme para funcionar bien. Recobré mi compostura, me asomé por la ventana y la divisé abajo. Estaba vestida con una blusa azul de tirantas y una falda negra que le daba por encima de las rodillas. El calor ya era abrazante.
Al entrar por la puerta, su mirada era relajada pero intensa. Su andar firme y decidido. Sabíamos que no era una mañana tan normal como las otras de los últimos quince días anteriores. Había cierta tensión en el ambiente que lo enrarecía.
-Listo?
-Claro, le dije simulando cero nervios.
Ella me miro de pies a cabeza. Reparó mi calzoncillo pero no dijo nada. Se metió en la alcoba principal. Se sentó al borde de la cama justo en el sitio en el que horas antes Paola había abierto las piernas para aplicarle el medicamente vaginal.
-Creo que aquí en la cama no es tan bueno para ti ahora que lo pienso bien. –dijo resuelta.
-Tienes razón. Es mejor que yo esté de pie y pueda controlar el movimiento.
-Exacto. Mejor yo me siento en el mesón de la cocina y tu quedas de pie. Te parece bien?
-Si. Buena idea.
Era raro tener esa conversación así. Parecíamos más bien dos personas planeando instalar unas cortinas en una casa o dos personas acomodándose para hacer un corte de cabello en un sitio improvisado que un hombre y una mujer a punto de tener sexo.
Sara se sentó encima de las baldosas del mesón sin quitarse una sola prenda de vestir. Medio abrió las piernas sin dejar que se desnudara más allá de sus muslos blancos y me pidió acomodarme frente a ella. Abrió aún más sus piernas. Me asió para que yo me adentrara contra su cuerpo. Yo aun con mi calzoncillo puesto acerqué mi pelvis hasta pegarla con su zona vaginal. Era perfecto para mi estatura afortunadamente. Mi pene quedaba justo por encima del canto superior del mesón apuntando directamente hacia su vagina. En realidad ya lo sabía porque numerosas veces había tenido sexo con mi mujer justo allí en la cocina sentando a Paola en el mismo lugar, pero no quise comentar esa infidencia con Sara innecesariamente.
Pude entonces sentir en mi pene el calor emanado de su sexo a través de las telas de nuestras respectivas prendas íntimas. Eso me predispuso y generó un leve respingo de erección pese a mis nervios y a la sobriedad con la que se habían manejado hasta ese momento las cosas.
Fui rápidamente a la alcoba y traje una franela limpia mía y la puse encima del mesón para que Sara se sentara y no posara sus nalgas directamente encima de las duras, frías y resbaladizas baldosas de cerámica blanca que recubrían al mesón.
-Sara una cosa antes de iniciar.
-Si, dime cuñis.
-Se supone que no debo ponerme condón idealmente. Algún problema si lo hacemos así?
-Si. Lo sé. También pensé en eso. No te preocupes. Vamos a hacerlo así si no tienes ningún problema claro está.
-No. No hay problema.
-Bueno. Bájate ese calzoncillo y sácala a ver.
Yo sentía todo esto raro, todo tan técnico y metódico pero no dejaba de excitarme de algún modo. No hubo ni caricias, ni besos, ni miradas morbosas. Yo me desnudé frente a sus ojos y mi pene aun medio fláccido saltó a su vista. Ella me lo miró sin morbo aparente de forma directa y me dijo que se veía mucho mejor que la última vez que lo había visto para curarme la herida superficial. Extendió la mano y me acarició el tallo de mi pene justo donde había estado antes una herida superficial más con actitud de examinadora que de amante.
-Ahora que sienta calorcito se va a poner duro. Vas a ver. –me dijo para hacerme sentir tranquilo
Sara con cautela metiendo sus manos por debajo de su falda algo replegada y sin bajarse del mesón se fue deslizando su prenda interior sin elevar la costura de la falda más allá de sus muslos. Por respeto yo trataba tensamente de no mirar sus partes para no incomodarla. Como por arte de magia su calzoncito blando de algodón lo tuvo en sus manos y lo colocó enrollado dentro de su busto por debajo de su blusa. El morbo me subió a la cabeza cuando tuve esa imagen frente a mí. Quería oler esa prenda sucia de su sexo y me excitaba saber que ya debajo de esa falda negra no había más barreas para mi verga que cobraba volumen despacio.
-Ahora ya la puedes meter. Sóbala en mi chuchita para que se endurezca y se meta solita en mi raja –sus instrucciones las decía con naturalidad. Sin emoción, pero con voz dulce.
Yo me alejé un poco para que ella pudiera ver mi erección. Quería neciamente que ella supiera que yo estaba muy excitado por y para ella.
-Caramba, ya lo tienes duro. Intenta meterlo despacio. Sin desespero. Tomate el tiempo que necesites y así me das tiempo a que yo lubrique un poco.
Yo, nervioso, seguía sus instrucciones. Sentía el calor de su chucha. Resbalaba mi miembro por su rajita con mis brazos apoyados a lado y lado de sus muslos afirmándome en el borde del mesón. Ella estaba sentada con sus piernas completamente abiertas y su falda replegada pero sin dejar acceso a mi vista. No pude ver su sexo. Olía su piel y el perfume del jabón del baño recién tomado. Miraba sus ojos negros relajados y seguros. Ella por momentos me miraba y por momentos me esquivaba. Me provocaba embestirla con desenfreno, besarla o acariciarle y comerle las tetas. Pero eso arruinaría todo. Ella se comportaba con actitud médica aunque su voz relajada me pedía que disfrutara para que se el sexo se hiciera placentero. Nuestros rostros estaban cerca y la respiración era jadeante en ambos.
Con la punta de mi verga exploré la geografía exterior de su vagina. Tenía vellosidades, aunque no abundantes y alcanzaba a rozar sus carnosidades tibias y blandas. Estuve así rozando y frotando mi verga por afuera de su vagina y ella cerraba los ojos por momentos. Pude empezar a hincar mi falo en la entrada de su gruta. Ella aunque no tan mojada estaba lo suficientemente lubricada como para permitir una penetración.
El silencio fue interrumpido estrepitosamente. Sonó su teléfono y al ver la pantalla me hizo señal de que hiciera silencio. Yo me asusté un poco al deducir por su conversación que se trataba de su marido Alberto. Intenté retirarme, pero ella me lo impidió con sus piernas. Dejó en espera a su marido al otro lado de la línea y se acercó al oído para decirme que siguiera haciendo todo sin parar que ella no demoraba nada.
Entonces emboné mi glande muy lentamente justo en la entrada y me detuve unos segundos hasta que ella colgó su llamada. Me sorprendió la tranquilidad y control con la que una mujer es capaz de engañar a su marido. Embestí con cuidado. Fui sintiendo como cada milímetro de mi pene iba resbalando en el calor de su concha tan facilito. Era una sensación novedosa que antes con la curva no podía tener. La fui metiendo. Sentí como resbalaba adentrándose en su carnosidad suave y calurosa. Llegue a tope y mis vellos púbicos se unieron a los de ella. Sara emitió un leve gemido y un jadeo ahogado al saberme totalmente penetrado en ella.
-Muy bien. Vas muy bien cuñis. Bravo. La metiste toda -me decía ya con voz pasita al oído.
Yo no podía creer que eso estaba ocurriendo. Todo era algo raro. Placenteramente raro.
-Avísame si sientes dolor, ardor o algo. Ahora intenta moverla. Sácala y métela despacio.
Mi rostro estaba cerca del de ella. Podía sentir el aliento de su boca de labios delgados y rosados. El jadeo era inevitable y mi pecho se juntaba un tanto contra sus senos abultados que siempre había morboseado. Su faldón tapaba mi zona pélvica y no podía ver mi pene ni su chucha. Pero la sensación de placer, de morbo y de calor físico era sensacional. La comencé a embestir despacio. La sacaba hasta más de la mitad y movía mi cadera para volverla a penetrar completamente. Con cada penetración sentía más humedad en su vagina. Sara gemía y jadeaba muy levemente. Entonces me atreví a preguntarle:
-Y tu Sara. Estas bien? Te gusta?
-Ah, ah, No soy de hie-rro hm cuñis. Ah, ah, soy de car-ne y hue-so, hm ah, ah. Claro que me da placer. Ah, ah, ah sentirlo den-den-ntro. Ah, si-si-gue asi. Hm, ah, hm, hm.
Escucharla jadear y ver sus pupilas dilatadas me dio ánimo y confianza. Comencé a embestirla un poco más rápido. Sara comenzó a gemir con más soltura. Sin embargo no perdía su cordura.
-No tan rápido cuñis. Es rico ah, ah pero despacio. A-a-acuerdate.
Yo bajé el ritmo con mucho esfuerzo. El morbo se me había subido a la cabeza y el cosquilleo era placentero. No sentía ni ardor ni dolor. El momento cúspide se acercaba. Yo sabía que estaba llegando al punto de no retorno. Sentía un regocijo al penetrarla tan cómodamente. Era la primera vez en mi vida que experimentaba esa sensación de efectividad al penetrar. Era la primera vez que mi pene entraba en una vagina solito, sin necesidad de tener que agarrármelo para dirigirlo hacia la entrada. Era la primera vez que podía embestir a una mujer moviendo mi cadera hacia adelante y hacia atrás y no hacia medio lado. Era la primera vez que la hembra estaba sentada de frente y no de medio lado para ayudar a que la curva de mi pene ingresara en su sexo. Era algo simple y obvio para alguien que toda su vida ha tenido un pene normal, recto, pero era todo un acontecimiento para alguien como yo. Mis emociones de felicidad y morbo estaban hirviendo dentro de mi cuerpo en ese instante. Sara tal vez no era consciente de eso. Pero yo se lo estaba agradeciendo mucho.
-Sara, me voy a venir-rrrrr
-Cuñis sácala. Échala en este vaso.
Me paso un pocillo de tono oscuro que tomó del portavasos que había justo a su lado izquierdo. Solo en el último instante saqué mi pene completamente mojado del gozo vaginal. Solo en ese fragmento mas por reacción accidental de ella al levantar sus piernas pude ver sin mucho detalle esa vagina rosada y algo velluda. Lo que vi me resultó hermoso y erótico.
Introduje mi pene en el vaso completamente y dejé que eyaculara en el interior del vaso. Sara me miraba a la cara mientras yo vivía mi orgasmo y tuvo tal vez el único gesto de cariño. Me acarició mi pecho velludo mientras yo jadeaba de placer contorneando mi cuerpo con cada pringo de semen que salía disparado contra el fondo del vaso. Un placer intenso recorría mi cuerpo y una leve sensibilidad diferente en el tallo de mi pene pude percibir cuando este se contraía para eyacular.
Solo después de notar que yo había recobrado un poco mi prestancia me preguntó.
-Todo bien cuñis? Te dolió o te ardió cuando te viniste?
-Nooo, no. Solo un poco de sensibilidad, pero nadita de dolor. Puro placer.
-Ya veo que no. Ja ja ja.
-Perdóname Sara, pero que chuchita tan rica tienes.
-Tranquilo cuñis. Me alegra que te haya gustado y que la hayas pasado bien. Pero sobre todo que tu verga funcione bien. Mi hermana ahora va a estar más feliz. Bueno hay que seguir probando claro está. Y bueno déjame decirte que se sentía rico. La moviste bien.
-Gracias Sara.
-Miremos el semen. No debe tener ni olor ni color raro.
Sara se bajó del mesón como si nada hubiera pasado antes, cual mujer haciendo un trabajo de laboratorio. Tomó el pocillo, se acercó a la puerta de salida al patio para tener buena iluminación. Miro al fondo del pocillo, lo acercó a su nariz y lo olió.
-Parece todo normal. Me pasas una cuchara pequeña por favor?
Le pasé una cuchara y ella la sirvió de semen. Lo observó a la luz por unos segundos con ojos de enfermera y hasta untó un poco en su dedo índice derecho para juntarlo con su pulgar pudo tantear su consistencia.
-Creo que todo se ve normal con tu semen. Míralo tú.
Yo lo vi, lo olí e hice lo mismo que ella.
-Si. Todo parece normal.
Me sentí aliviado, complacido y de alguna manera unido emocionalmente a mi cuñada. Era todo algo confuso. En ese momento supe que la forma de relacionarnos ya no sería nunca igual. Algo habíamos roto. Al menos en mi cabeza aunque tal vez no en la de Sara.
Se despidió apuradamente al caer en cuenta que estaba atrasada con sus deberes. Se lavó las manos en el lavaplatos con jabón de lavar loza, se secó con su falda y se marchó casi corriendo.
-Mañana vengo más o menos a la misma hora eh.
Tuve que pellizcarme para corroborar que no estaba soñando lo que acababa de suceder. Era el acontecimiento sexual más intenso de toda mi vida hasta ese momento. Pude relajarme y ocuparme en algunos quehaceres sin dejar de pensar ni un minuto que lo que paso y en lo que pasaría al día siguiente.
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Mi esposa alista todo para que me coja a su mamá pero termine cogiendo a mi concuña . Q tal me gustaría contarte lo que me pasó este sábado en la madrugada Cómo estaba planeado coger con mi suegra y termine cogiendome a la esposa de mi cuñado Tengo 10 años más o menos casado con una mujer de 27 años yo tengo 38 Nos fuimos a vivir con mis suegros pero hace dos años falleció mi suegro Mi suegra está educada según ella ala antigua le decíamos que buscará un novio pero dice que no una ves se me salio y le dije que no extraña las noches de pasión con mi suegro ella se sorprendió pero le dió risa cuáles noches de pasión si eran minutos nadamás no como ustedes que juegan alas luchitas mucho rato yo una vez los encontré en acción y si mi suegro solo se subía la metía y terminaba muy rápido y como estaba ahí mi esposa me dijo y a ti que te interesa dejala Y le dice apoco si era muy poquito mama Si lo mismo de siempre Le dice mi esposa entonces nos espías mamá y le dice ella es que hacen mucho ruido Comen pan enfrente de los pobres Mi esposa y yo siempre hemos sido muy calientes muy abiertos al tema del sexo vemos porno juntos relatos Mi suegra salió a la tienda y como tarda unos 20 minutos se hacerca mi esposa y me dice te imaginas a mi mamá espiandonos Pobre ella no tiene como quitarce las ganas y me agarra la verga y me dice cabron está parada te calentó lo q dijo mi mamá o con ella y solo me rei Ella recién está recién operada de la bisicula así q no podemos coger y me dice te la chupo para q se te duerma y le dije q si me la mamo y no tarde mucho en llenarle la boca de semen Su mamá es 11 años más q yo pero como se viste con ropa fea se ve mas grande En la noche me dice dime la verdad te calentó mi mamá le dije no como crees solo la ocasión Me dice crees q a mi mamá le calienten estos temas yo digo q está mal una por la muerte de mi papá pero más por qué no tiene nada de sexo y aún está joven le dije pero pues como dice su sexo siempre fue aburrido Tu me pondrías los cuernos ahorita q no puedo le dije como crees nada de eso pero tú eres bien caliente y ya lo ocupas le dije si pero te estoy esperando Me dice crees q mis papás hacian sexo oral le dije no sé no creo me dijo esq un día le dije a mi mamá que q me case virgen pero q si cogíamos y me dijo como le dije pues para eso tenemos un oyito extra mamá y boca Y me dijo con la boca le dije si me dijo ay no q asco cochina yo ya estaba caliente le dije ya porque se despertó mi amigo y me dice peor te cuento que le dije como te la chupaba y la Vi muy atenta Al rato que quiera que le compartas no vas a querer eh Pues no sería mala idea preferiría que me pusieras los cuernos con ella q con otra aparte a ti te calienta Le dije no es eso como crees Me dice y si le calamos mi mamá aún tiene lo suyo ya ves esas tetas q tiene aparte no sería la primera ves q un yerno y una suegra cogen Aparte yo sé q si le gustas porque una ves que tomaste mucho ella me ayudó a bañarte y cuando te quite el pantalón salió tu verga y ella me dijo no manches hija apoco eso te cabe le dije si x todos lados y te la agarre pero no dejaba de verte pues yo te la voy a preparar le platicare de ti y cada q pueda are comentarios o te daré agarrones de verga en frente de ella pues pasaron 15 días y ella hacia comentarios donde me preguntaba en frente de su mamá verdad q mi mamá se ve bien Es joven apoco le arias el feo tu como hombre y mi suegra se ponía nerviosa yo la empecé a ver de otra manera me la imaginaba comiendole esas tetas y si sus nalgas serian igual de blancas q sus piernas El sábado mi esposa organizo una cena con unas cervezas ella no puede tomar mi suegra como q no quería pero estábamos los tres solos y los niños en el segundo piso Nos fuimos ala sala y mi esposa le decía q xq no se vestía diferente ella le dijo q asi estaba bien Mami compra ropa mas ligera deberías de usar tanga no esos calzonsotes q te pones y dice q ella no estába en edad ya para eso q no se vería bien y le digo yo no suegra una tanga siempre hace ver muy sexi A cualquier mujer aparte usten tiene donde lucirlas me dice como pues tiene buena nalga se le verían muy bien dice mi esposa vamos para ponerte ropa mía no quería mi suegra y se fueron al cuarto y regreso con una falda arriba de la rodilla me imagino q se subió mas xq mi suegra está más nalgona q mi esposa una blusa escotada se veia poquito sus tetas blancas mi esposa me dice q tal se ve verdad q si se ve deseable Le digo pues q podre decir yo y dice mi suegra ya ves no me veo bien dice mi esposa apoco si no estuviera yo no le aventarias los perros Me dió risa y dice a aparte le puse una tanga y se me sale y digo aver q tal pero dice q no dice mi esposa si un día me quieres poner los cuernos q sea con alguien así q valga la pena le digo pues es tu mamá si no quien sabe siguió la noche y se empezó a subir el alcohol y dice mi suegra aver como es eso q tenían sexo de novios pero llegaste virgen a casarte y le dice mi esposa pues me lo metía x atrás o en la boca xq crees q de un tiempo usaba faldas para q fuera mas fácil pero como x ahí le digo yo pues esq es muy exitante metercela alas mujeres por el ano y se queda pensando no me imagino eso le dije si quiere le enseño como y me dice aqui pues si a pero no puede hacer esfuerzo su hija pero imaginese q es rico apoco no siente rico el hilo de la tanga asi como lo trae ahorita y dice y tú cómo sabes le digo pues lo deve traer bien metido xq usted esta mas nalgona q su hija y dice si se siente raro pero ala ves bien me dice mi esposa ya te toca a ti convencerla ya mi mamá está en el tema dice ya me voy se portan bien y si hacen travesuras q sean ricas Y me agarra la verga ya la tenia parada dice mi suegra entonces no me veo mal así le digo no como cree se ve muy bien es más venga vamos a bailar me dice no ya estoy mareada mejor dime algo yo tuve mucha curiosidad x el sexo oral pero tu suegro nunca quiso me decía q como me IVA a meter su pene a la boca y yo veo q a ustedes les gusta mucho q sientes le dije es lo más rico q puede hacer una mujer a un hombre ver el pene en la boca de una mujer más si es interesante esa mujer mejor Pues esq me dijo tu mujer q diario te lo hace xq no puede ahorita tener sexo ayer pase x su cuarto y Vi como se la metías en la boca oye pero está muy grande no y apunta a mi verga q se veía sobre el short Entonces nos espía me dice la verdad muchas veces los llegue a ver se q está mal pero me daba envidia q no tenía un marido como tu Se hubiera pasado al cuarto No como crees me mata mi hija se le antojo? Mmmm no se esq solo conosi el pene de tu suegro pero nada q ver con el tuyo me acerque a ella y le dije pues aquí lo tiene para q lo vea y lo saque toquelo No como crees En serio la dejo tocar si me deja tocar a mi Esq no se está mal tu mujer me dijo q te presta para q no me quedé con las ganas pero no me lo dice jugando le dije q si ella está de acuerdo q mejor y agarro su cerveza y se la tomo casi toda me dice no aparte nadie más q tu suegro me conoció sin ropa ella ya estaba muy tomada tal vez x eso estaba diciendo todo eso Le agarre la mano y la puse en mi verga y le puse la mano en sus piernas q ya casi estaban al aire xq se le subió la falda No agas eso x favor q no sé q siento adentro le subi la mano y toque su concha peluda me acerque y la bese le metí la lengua y ya tenía mi dedo en su vagina le dije está bien mojada suegra ya estaba caliente me dice esq no me saco de la cabeza lo q me plática mi hija q hacen Pues ahorita le toca a usted me inque enfrente de ella y subí su falda abrí sus piernas y le mame la panocha me decía q no q como le IVA a chupar ahí no Ise caso y segui le di la vuelta y la empine le metí la lengua en el culo me dijo q bien se siente la pare y le saque las tetas pero q tetas muy blancas y muy grande se las mame y me dice enseñame a chupar tu pene le dije metaselo todo en la boca lo más q quepa y chupe como si fuera un popote asi lo hiso y q rico ver a mi suegra chupando mela le dije subase en mi y asi se la voy a meter me senté y me puso las tetas en la cara luego se empino y me dijo asi mételo asi la cogí y le metí un dedo en su culo después le dije mire asi me cogía a su hija en la puerta de la casa y se la puse en el culo me decía q dolía y se los avente en el culo se da la vuelta y me dice q rico con razón mi hija te presume tanto le dije chupamela para q me quedé limpia veo ala cosina y ahí estaba mi esposa me dijo q pinches celos sentí unieras visto tu cara de placer le dije pero te gusto eso si me dijo y me agarra la verga y me la chupa Le digo te gusta el sabor del culo de tu mamá ya cállate y avientamelos en la boca la pare y se la metí en el culo no quería xq está delicada la metí como 3 veces pero me dijo q mejor no xq si es molesto q mejor se espera cuando regrese con mi suegra ya estaba bien dormida Con las tetas de fuera y la falda asta la cintura mi esposa ya se abia ido y me quedé viendo a mi suegra le subí las piernas y se la metí en el culo entro fácil x el semen en eso estaba cuando escucho la puerta de la entrada y le puse solo una sábana del mismo sillón en eso entra mi concuña y me dice ay perdón los agarre en acción y voltea y ve q no es mi mujer dice no manches es mi suegra Q estaban haciendo le dije no sé vamos llegando y estába dormida Nadamás q me IVA a tomar las cervezas q están ahí y voltea y me ve la verga parada abajo de short Me dice yo traigo unas también q me sobraron y se sentó y estábamos platicando ella ya venía media entrada Y me dice y Laura no está con ustedes le digo no ella ya está dormida Ahhh mira bueno te acompaño un rato nadamás al rato me pones borracha y me haces lo mismo q a mi suegra Yo no le hice nada y dice no? Y xq traías el amigo bien firmes y levanta la sabana y pues la suegra con las piernas libres y las tetas medias metidas No me atrevi a decirle q paso le dije la verdad esq la Vi así aquí y pues aquel reaccionó Te la cogiste No como crees Yo digo q si Pues llegaste tu si no alo mejor ahí estubiera y me rio Si me serias infiel a Laura Le dije pues esq ya la mesa servida me dice eres bien caliente verdad Xq lo dices X la ves q según me confundíste con Laura y me agarraste las nalgas casi me metes la mano Esq si te confundí con ella Me dice como no me confundíste en otro lado Cómo? Pues nadamás dejas ala gente caliente con ese agarrón Perdón lo bueno q no bio nadie Ah pues ahí hubieras dejado la mano entonces Jajajaja además eh visto como ves mis tetas ya andábamos borrachos y le dije pero pues mira q traes como no las voy a ver me dice y eso q no las as visto completas Pues dejame ver Me dice te hace daño esmas te las enseño pero tú me dejas comprobar q no te estabas cogiendo a mi suegra Le dije como Tu dime te las enseño y yo sé cómo puedo comprobar Sale Pero nadie debe de saber eh Sale pues sácalas y me dice ven sácalas tu le meto la mano ala primer teta y sierra los ojos y dice ay esa mano dejo la mano en la teta y le muebo con los dedos los pezones saco la otra y guao q ricura Me dice te gustan verdad le digo me encantan y se las chupo y me dice ese no era el trato le agarro el culo y meto mi mano entre su pantalón asta encontrar su vagina me dice ya xq nos ven y me dice ahora me toca comprobar le digo como y se inca y me saca la verga y me dice asi y me la chupa esta rica mi suegra Verdad Sabe rico tu verga con sabor a ella y me dice sabias q un día entre a tu cuarto no avía nadie tu llegaste de trabajar y yo te vi dormido y me quería subir encima de ti fui asta donde estabas y te la IVA a sacar ya chipandotela ni modo q me corrieras Pues síguele se para y me dice si se la estabas metiendo verdad Pues si ya probaste esq sile vaje el pantalón me dice ya te estabas tardando le di la misma terapia q a mi suegra le chupe todo hicimos un 69 Y estiro mi mano a la panocha de mi suegra me dise ella aver yo también para decir manoce a mi suegra se la meto y tenía su vagina bien serrada me dice q su marido está chiquito y q casi no se la mete no tarde mucho y me quería venir y le dije te voy a hacer lo mismo q tu suegra la volteo le chupo el.ano pero está muy apretado iva ala midad y me decía q no se la saqué y se la metí en la vagina cuando termino estaba con las piernas arriba y me dice q adentro no q no se cuida le digo ni modo ya están adentro le chupo las tetas y me dice q le aga moretones para q se acuerde de mi nos cambiamos yo me avia tomado una pastilla azul Así q seguia firme la alcance en el baño y se la metí otra vez saliendo del baño salió mi mujer y me dice q hacen tan tarde le dijo yo en el baño ella va llegando se sube mi concuña a su cuarto y me dice mi esposa le estabas viendo las chichis Le dije no ni en cuenta Mmmm Y q paso con mi mamá le sigo sigue dormida y se mete conmigo y le quita la sabana y me dice la agarraste dormida le digo no y agarro su vagina bueno si se la estaba metiendo asi dormida le agarro una teta a mi suegra y me digo a mi mujer quieres? No manches como crees le digo yo si y se las chupo y veo su cara le metí tres dedos en la vagina y mi esposa dice q cabron eres y estira la mano y agarra mi verga me dice lo disfrutaste le digo como nunca y le sigo mamando las tetas a mi suegra levanto las piernas y se la meto en el culo mi esposa se agarra la vagina y me dice chupamela aunque sea Ponmela en la boca ella no se podía mover bien se pone tras de mi y me dice te quiero chupar la verga asi como sale del culo de mi mama pero no me puedo agachar me paro y le digo chúpamela y me dice pero desde atrás me abre las nalgas y jala mi verga me chupa verga y culo Le dije está más rico el culo de una mujer y dice pues no se la combenci q le chupara el culo a su mamá dice está más rico el tuyo se acostó en el sillón hice ala orilla a mi suegra se la segui metiendo en el culo y le puse el culo a mi esposa me lambia la verga pero también el culo de su mamá aselero y cuando termino empujo a mi suegra yy despierta se espanto y mas cuando sintió q le chupaba el culo sacandome mi semen voltea y ve a su hija sierra los ojos mi esposa no sabia q estaba despierta se para y limpia el culo y la vagina de su mamá yo voy a la boca de mi suegra y le meto la verga y se da el paron Hija q haces Estabas despierta perdón pero provecho y está rico Q tal te trato Jesus Uy me revivió Dice mi esposa ando bien caliente urge q me la metas le dije pues yo estoy puesto y la recargo asia su mamá pero no se podía bien pone la mano en la vagina de su mamá y la empieza a masturbar le digo a mi suegra tocala tu también y le agarra las tetas se las saco de la plallera y se las pongo en la boca dice yo nunca lo eh hecho ni yo mamá y mírame te deje limpia me desespere q no podía moverme bien le dije q me quería coger a mi suegra ella no quería x su hija y ella le dise aquí ay verga para las dos mamá y la acuesto y le digo a mi esposa ahora le toca a ella q te de lengua No yo no se y como con otra mujer se empina mi esposa y le pone el culo en la boca como no queriendo empezó a chupar ya cuando IVA a terminar mi esposa me dice los quiero en la boca y se los avente en la boca ya ni salía nada y mi esposa va ala boca de su mamá y le pasa el semen era mas saliva q semen y la empujó para q se besaran dice mi esposa ay mamá ves q estás aun bien sabrosa nos ponemos la ropa y pasa mi concuña y dice inviten ala fiesta y ella se sacan de onda Q viste no viste nada verdad Si mucho lo malo q no invitan Le dice a mi esposa no me prestas a tu marido y le dice no como te lo voy a prestar yo también se chupar vagina bueno me enseño y le agarra las tetas a mi esposa vio q pues ya era mucho x ese día y me dice inviten me yo no digo nada estos días voy con mi suegra a su cama con permiso de mi mujer pero de pasada voy al baño y ahí está mi concuña dice mi esposa q le tengo q regresar el favor q a eya le llama la atención un trio con un trans le digo pero como me lo voy a coger es hombre me dijo q tiene yo cogí con mi mamá le digo pero solo q invites a tu cuñada pero no quiere Dice q ella si la deja sin marido Lo q no se es q tal y empieza una relación entre ella y su mamá xq se agarran las nalgas las e visto q se dan beso no se en q pare esto pero lo estoy disfrutando mucho Lo q no me late es el trío con el trans
http://z3x.empresasperu.online/wp-content/uploads/sites/5/2024/08/z3x.fw_-2-300x161.png00z3xhttp://z3x.empresasperu.online/wp-content/uploads/sites/5/2024/08/z3x.fw_-2-300x161.pngz3x2024-08-13 06:20:032024-08-13 06:20:03Mi esposa, mi suegra y mi concuña en la misma casa
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