Ese jueves Sofia llegó a la hora señalada: cara lavada, calza multicolor y remera haciendo juego … estaba hermosa, sobre todo por las bolsitas que se habían formado en sus ojos producto de levantarse tan temprano. Cargamos la folletería y partimos hacia Esperanza donde nos esperarían un par de vendedores de la sucursal local para ayudarnos a armar el stand … teníamos por delante algo así como una hora y media de viaje.
” … querés que empiece el mate ? …. preguntó ” … dale … junto al bolso hay medialunas que compré camino a la oficina …”.
Sofía se sentó tipo “chinito” y se puso a preparar el mate. Su rodilla ocupaba más allá de su asiento, llegando casi hasta el mío: ” … querés que corra la pierna o no te molesta ? …” dijo mientras se acomodaba. ” … no, está bien, dejala ahí … no hay problema …” respondí.
Luego de unos minutos de viaje y ya habiendo dejado de tomar mate iniciamos una conversación que fue calentando el ambiente. ” … qué dijo Gabriel de tu trabajo de promotora ? le molestó ? quise saber. ” … no … en realidad Gabriel no sabe nada que yo trabajo este fin de semana … bueno, a decir verdad Gaby no sabe nada de mí desde hace casi dos meses … nosotros no andamos más de novio …” confesó ella. La miré sorprendido … ella rió. ” … qué mirás así ? soy una niña soltera ahora ! … casi una monja … imaginate … dos meses sin garchar !! …” y lanzó una carcajada que dejaba ver su dentadura perfecta. ” … perdón, no sabía …” atiné a decir e instintivamente puse mi mano sobre su rodilla en un acto de consuelo. ” … tampoco es el fin del mundo … algo me dice que este finde voy a tener una alegría …” agregó poniendo en alerta mi pija que había comenzado a tomar temperatura de a poco.
La imagen que me regalaba el sol entrando por el lado de su ventanilla era maravillosa: los rayos parecían dibujar el contorno de sus pechos y me permitía ver cómo se marcaban sus pezones … mi erección estaba a pleno.
Llagamos al predio y nos estaban esperando la gente de nuestra sucursal local. Durante la mañana armamos el stand y cerca de las 13 hs. fuimos a almorzar. A las 16 hs. se inauguraba la muestra.
Media hora antes de la apertura Sofia estaba cambiada: su pelo planchado, sus ojos pintados estilo gata, los labios color mora …el catsuit le quedaba de maravillas … sus pechos elevados y firmes, su cola un regalo del cielo, pero me llamó la atención que no se le marcaba la bombacha.
” … Sofi … te queda espectacular ! cómo hiciste para que no se te note la bombacha ? ” … fácil, no traigo ropa interior …” me dijo al oído riendo, y tomando una de mis manos la guió recorriendo su espalda hasta sus muslos … ” … viste que no tengo nada puesto ? y se marchó hacia donde comenzaba el movimiento de gente meneando su culo, con el catsuit metido entre sus nalgas.
A las 21 hs. exactas se cerró el predio, la tarde resultó aburrida ya que quienes recorrían la expo eran empresarios y autoridades locales, esa primera tarde eran entradas de protocolo, mañana sería nuestro primer día de trabajo en serio. Volvimos a nuestra ciudad luego de dejar a los otros dos vendedores cerca de sus casas. Sofia seguía con el catsuit puesto, la oscuridad de la ruta no me permitía ver mucho, pero mi imaginación volaba. Al llegar a su casa se despidió de mí con un suave pero prolongado besa en mi mejilla mientras con una mano me acariciaba la cara. ” … gracias por esta oportunidad de trabajo “tío” … algún día espero poder retribuirte lo que hiciste por mí …” dijo casi susurrando, cosa que lo único que hizo fue lograr que mi pija se pusiera dura al instante. ” … no mi amor !!! gracias a vos por haber aceptado, sino tendría que haber salido a buscar a alguien y no tenía tanto tiempo, además a vos te queda pintado el uniforme … mañana te paso a buscar, no te olvides …” Rió y bajó del auto. Caminó hacia su casa con pasos largos … sus caderas se movían maravillosamente haciendo que llevase una mano a mi pija y la acariciase … esa noche cojí con mi mujer a lo bestia, acabándole entre sus tetas pensando en la pendeja …
La mañana del viernes ya venía calurosa, pero mi sorpresa fue verla salir de su casa rumbo al auto: vestía minifalda de jean y una remera básica blanca que con el fresco de esa hora marcaba en forma violenta los pezones. Sofía subió, me besó – esta vez muy cerca de mis labios – y con esa carita de recién levantada preguntó si empezaba el mate.
al contestarle que sí, se acomodó como el día anterior, poniendo sus piernas como chinito, solo que esta vez la mini quedó casi a la altura de su cintura permitiéndome observar su blanca bombacha. ” … bueno … al menos esta vez puedo ver que traés bombacha !! … dije abriendo los ojos. Sofía rió y largó: ” … no te molesta que se vea un poquito no ?? … ” … para nada, me pone feliz …” dije y reímos los dos. ” … Ay, ay, ay .. con qué poco te hago feliz !! … voy a pensar entonces en ver cómo hago para darte un poco más de felicidad, después de todo debo ser agradecida con el que me consiguió el trabajo …” y me guiñó un ojo. Puse mi mano sobre su rodilla, acariciándola, mientras ella comenzaba a subir su remera dejando su panza libre. ” … voy a aprovechar a tomar sol, no creas que me estoy desnudando … al menos por ahora …” y soltó una carcajada mientras empezaba a cebar mate. Acomodé mi pija que obviamente se había puesto dura y observé que miró de reojo, casi sin disimulo … nos quedaba una hora de viaje y las fichas ya estaban sobre la mesa.
Llegamos … Sofia se cambió y comenzó a hacer su trabajo. Al mediodía fuimos al mismo comedor del día anterior. Luego de almorzar subimos al auto y fuimos en busca de un hotel para las noches de sábado y domingo. Esperanza no es una ciudad muy grande, es principalmente una ciudad de chicos universitarios, por lo que no había muchos hoteles. El único que conseguimos tenía una sola habitación doble por lo que tendríamos que compartirla … mi cabeza volaba a mil aunque faltasen 24 hs. para que se diera ese momento. Sofia no dijo nada, solo que sería la primera en bañarse, eso era lo único que “no negociaba”, a lo que accedí sin duda alguna, después de todo la tendría conmigo 48 horas. Terminaba la jornada y una vez que cerraron el predio nos dedicamos a acomodar las cosas… me senté sobre el escritorio con las piernas abiertas y entró Sofía con cara de cansada… llegó hasta donde yo estaba y acomodándose entre mis piernas me abrazó. ” … uf ! estoy muerta … me cansaron estos tacos …” Yo la rodeé por la cintura acariciando el nacimiento de su culo, pude comprobar que no había ropa interior … mi pija saltó endurecida, ella seguía ubicada ahí. Me acomodé mejor haciéndole sentir mi bulto… Sofi no dijo nada, sólo soltó mi cuello y quedó frente a mi. La abracé con ambos brazos por su cintura quedando cara a cara. ” … muy cansada ? .. pregunté Y haciendo pucheros con su boca asintió con su cabeza. Me volvió a abrazar y esta vez mi pija estaba a pleno en su raja … bajé del escritorio y dándole un beso en la frente le dije que nos marchásemos a casa, mañana sería otro duro día, tan duro como mi pija en ese momento. Nos despedimos de los vendedores – que miraban y no entendían nada – y abrazados nos fuimos al auto. En el viaje de regreso ella se quedó dormida sobre mi hombro, yo mientras tanto acaricié sus piernas todos los minutos que duró el viaje. La dejé en la puerta de su casa … se despidió con un pico, limpiando con sus dedos la pintura que había dejado en mis labios… los dos sabíamos que mañana no sería un día más.
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Llegó el viernes y tal como habíamos quedado pasé con mi coche a buscar a Sofía. Toqué bocina un par de veces y apareció ella, enfundada otra vez en esa maravillosa minifalda de jean y con una remerita tipo top color pastel que contrastaba magníficamente con el color bronceado de su piel. Subió de un salto y me regaló un rápido beso en los labios, ella intuía y se adelantaba a lo que los dos estábamos convencidos que iba a suceder.
Salimos a la ruta y comenzó a preparar el mate, luego de lo cual se sentó “chinito” juntando sus pies y abriendo las piernas como siempre lo hacía … la blancura de su bombacha, marcando el pliegue de su rajita, era perfecta: no habían pasado ni 5 minutos que había subido al auto y ya mi pija estaba como un garrote. Apostando a ganador posé mi mano derecha sobre el interior de sus muslos … ella suspiró. Mientras transcurría nuestra charla iba acariciando todo el largo de su pierna, hasta que nos detuvimos en una estación de servicio a completar agua para seguir el mate… cuando bajó, al darme la espalda, se levantó la pollera dejándome ver su culo y giró riendo … teníamos algunos moteles de camino pero detenerme nos haría llegar tarde al evento. Subió al auto y después de acomodar el termo se acercó a mi boca y la besó. ” … acordate que el baño no se negocia …” me dijo en voz baja y sensual. ” … estaba pensando en bañarnos juntos …” le dije y ella rió. Tomó mi mano y la llevó directo a su entrepierna … pude notar que estaba mojada. Tiró la cabeza hacia atrás y me pidió que apurásemos el viaje que no íbamos a llegar a horario.
La mañana transcurrió bastante movida, Sofía cada vez que podía y que nadie miraba, se acercaba y nos besábamos … yo aprovechaba a tocar todo su cuerpo que estaba pegado al uniforme de promoción. Al mediodía pasamos por un comedor y almorzamos algo rápido para ir después directo al hotel a dejar los bolsos. Entramos y Sofía se tiró en la cama, yo me puse a desempacar y ordenar papeles. Levanté la vista y la pendeja venía caminando descalza (algo que me calienta en demasía) con la parte superior del catsuit baja hasta la cintura… Allí se me presentaban esas tetas adolescentes, duras, en punta … con esos pezones apenas visibles de un rosado pálido… Cuando estuvo a mi lado la tomé de la cintura empujándola hacia mí…tomé un pecho con mi mano y lo acaricié … puse mi lengua sobre el pezón y haciendo círculos en él cada tanto lo mordía. Sofia revolvía mi cabello con sus manos … ” … a la noche tío … a la noche por favor … ahora no, ya es hora de irnos …” Para mis adentros la maldecía ” … para qué puta viene en bolas si me va a cortar el chorro así !!!???? ..” pensaba. Subí en uniforme acomodándoselo, la besé en la boca y sin demostrarle mi enojo, le dije que terminara de vestirse y nos íbamos. Demás está decir que no se me pasaron nunca las horas de espera, pero al final tuve mi recompensa.
Compramos unas hamburguesas, latas de cerveza y nos fuimos al hotel. En la habitación fuimos derecho a la ducha, a los besos … bajé por completo su uniforme y quedó expuesta frente a mí: era hermosa, una pintura … ella jugando a ser una nenita llevó un dedo a su boca y lo hacía subir y bajar por el labio inferior, mordiéndolo cada tanto. Yo, también desnudo, con mi pancita “cuarentona” y mi pija apuntando al techo disfrutaba de cada segundo, quien sabe si alguna otra vez se me daría estar con un manjar como Sofia. Entramos a la ducha y comenzó a pajearme mientras me besaba … levanté un poco una de sus piernas y girándola hacia la pared la penetré … el sonido de su gemido cuando mi verga entró e hizo tope lo llevo grabado en mis oídos. Apoyada con sus manos en la pared, empinaba el culito haciendo que mis movimientos no encontraran resistencia alguna, entrando y saliendo ritmicamente … ” … cogeme papi, cogeme …” susurraba entre gemidos La calentura no jugaba a mi favor por lo que en unos diez minutos ya estaba listo para descargar, afortunadamente ella había acabado enseguida también. ” … dónde querés la lechita Sofi ? … le pregunté ” … toda adentro … no desperdicies nada tío …” Ese “tío” me ponía la piel de gallina. La agarré fuerte de la cintura y aceleré mi embestida llenándola a los pocos segundos … quedamos fundidos un rato largo mientras el agua de la ducha nos empapaba. Nos secamos y desnudos como estábamos nos pusimos a comer las hamburguesas y tomar cerveza.
Con el aire acondicionado prendido a full me recosté, pudiendo desde esas posición verla en todo su esplendor. Vino caminando lentamente hacia mí y gateando desde el borde de la cama hasta mi pecho comenzó a pasarme la lengua por todo el cuerpo … estiré mis brazos agarrándome de los barrotes del respaldo de la cama y cerrando los ojos la dejé que trabajara … me dediqué a gozar. Sofí, luego de un largo rato de jugar con su lengua, me montó … puso sus brazos extendidos sobre mi pecho y comenzó a subir y bajar lentamente … Movía su cadera haciendo que mi pija quedase casi afuera por completo para bajar de golpe y ensartársela hasta los huevos, yo acompañaba ese movimiento con mis manos en su cintura. Después se dio vueltas (girando sin sacarse la pija de adentro) y me brindó el maravilloso paisaje de ver su culo a 40 centimetros de distancia. ” … quiero esa cola …” dije rasguñando su espalda con mis dedos. Giró su cabeza y mordiéndose el labio dijo: ” … nunca garché con alguien que fuese tan directo …? y reímos los dos. Se levantó despacio inclinándose hacia adelante y quedando en 4 patas… me acomodé y ella – antes – quiso pasarle la lengua para lubricar mi pija. Con su mano izquierda guió la punta de mi cabeza hacia su agujerito, la calzó y después me tomó del muslo, empujando despacio hasta hacerla desaparecer dentro suyo. Me puse sobre su espalda y la abracé rodeando su estómago… luego de un rato comenzó a mover ella su cadera hasta hacer que me vacíe en su culo. Esperé unos minutos y saqué mi pija de su escondite, produciendo un volcán de leche que salía por el dilatado agujero. Nos fuimos a dar otra ducha y dormimos hasta el otro día.
Los dos días subsiguientes fueron de puro sexo … probó mi leche y adquirimos como costumbre que antes de dormirnos su culo sería quien recibiera la ración diaria.
Después del evento en Esperanza visité a Sofía en su casa al menos una vez a la semana por un año aproximadamente, fueron de mis días más felices … ella devolvía años a lo que decía mi documento, pero eran muchos años de diferencia y esto nos fue alejando. Sofia quedó en mis retinas y en mi mente como una hembra infernal con cara de nenita y la que nunca pidió ni exigió nada más que pasarla bien, sin complicaciones. A veces espero escuchar a mis espaldas esa voz diciéndome “hola tío …”.
En plena cuarentena conocí íntimamente a mi mamá.
Mi casa tenía un quincho en el fondo el cual se fue transformando con el tiempo en una habitación con baño y sala de estar, se usaba más que nada para las visitas y mientras fuí creciendo íbamos teniendo cada vez menos visitantes.
Con el tiempo ese lugar fue cerrado y abandonado entonces ya de adolescente decidí buscar y quedarme con la llave, alguno de los dos (mis viejos) la tendría, busque en toda la casa y no la encontré el único lugar que me quedaba era la cartera de mamá ya que hurgar en los bolsillos de mi viejo era más que imposible.
Así que decidido en tener esa llave comencé a espiar a mamá, la idea era esperar a que se bañe para revisar su cartera.
Tardé en tener éxito porque siempre se duchaba en la mañana temprano o tarde en la noche y siempre estaba la familia.
Un día que empecé a sentirme abatido provoqué un accidente, tropecé con ella a propósito y le ensucié la ropa.
…………………………………………………………
Su llavero tenía la llave original y la copia, obvio que me quedé con una.
Con el tiempo fui recuperando el lugar; yo no sabía que ella lo usaba de vez en cuando, cada vez que ordenaba el lugar podía darme cuenta de que no era el único que aprovechaba el sitio.
Dejé el lugar impecable, la habitación la ambienté a mi gusto como si fuera mi habitación era mi lugar para estar solo o para escuchar música, jugar o hacerme la paja.
A sabiendas de que alguien compartía el lugar puse un móvil en la puerta cosa de escuchar ruidos si alguien entra, también una camarita mirando a la cama y otra en el baño.
No fue una gran sorpresa averiguar que era mamá con quién compartía la casita y la cama.
Lo que sí fue una sorpresa es que ella usaba el lugar por lo mismo para estar sola, leer, mensajear, ver porno y masturbarse, no lo ví detenidamente era como violar su privacidad, pero si lo descargué en la compu, gran error fue ese ya que teniéndolo a mano tarde o temprano lo iba a curiosear.
El segundo día encontré en la encimera del baño su tanga empapada y hecha un bollo, así que desesperado descargué los vídeos del día, la curiosidad pudo más que el respeto a su privacidad.
Ella aparecía entrando al lugar, frente a la cama se desnudó a toda velocidad se dejó la tanga, se acostó y viendo porno en su celular se empezó a tocar las tetas en cuanto se le fue subiendo la temperatura se sacó la tanga se secó la concha y se la pasó por la cara antes de metérsela en la boca.
Se cogió con toda la mano, la tanga en la boca era para silenciarse, la toma era perfecta todo lo hacía frente a la cámara se metía los dedos y también su consolador.
Duró casi 20 minutos y regó toda la cama, se sacó la tanga y secó su transpiración y sus jugos hizo un bollo y lo dejó en el baño; yo salí corriendo a esa cama con su tanga en la mano, toqué y sí, estaba mojado aspiré su olor y restregue el rostro en los jugos de mamá e inicié una paja frenética acabando en el mismo lugar que ella.
Después de eso le dí play al primer video, en él mamá entra, recorre el lugar vé como todo está limpio y arreglado.
Continúa hacia la habitación recorre ambos lados de la cama presiona sus manos como comprobando que el colchón sea bueno, acomoda todas las almohadas en la cabecera se levanta la pollera sube una rodilla a la cama y se masturba de una vez.
Buscando su comodidad se sube a mi lecho masturbatorio con la espalda en las almohadas tocándose las tetas, con la calentura a tope manotea una almohada y la lleva a su entrepierna y se empieza a cojer a la almohada, a todo esto yo estaba mirando el vídeo con una mano que me pajeaba y la otra que acariciaba y mezclaba mi leche con sus jugos.
En eso veo que ella para lo que está haciendo y se centra en la cámara, “por Dios, me descubrió” pensé yo.
Se sonríe, se chupa los dedos, saca la almohada de su concha, busca acomodarse y para suerte mía quedó en una inmejorable posición.
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Resulta que mi hermano y mi cuñada, se fueron de vacaciones a Cancún por una semana, y me pidieron que me hiciera cargo de sus perros y de que la casa no se viera sola por aquello de los robos, ya saben para irse sin preocupación.
Pues al siguiente día me di a la tarea de ir a darles de comer a los perros y revisar que todo estuviera bien en la casa, obviamente el favor me lo había pedido mi hermano y me dio una llave para poder entrar sin ningún problema.
Después de haber checado todo y de darles el alimento a los animalitos, me dispuse a checar el dormitorio de mi cuñada, me dirigí directamente a su clóset y busqué sus tangas, me fascinan me encanta ver cómo le lucen en sus enormes nalgas tan blancas y tan duras, cuando las encontré agarré las dos que más me gustaron y empecé a masturbarme con ellas, quería dejarle un regalo y recordatorio a mi putita que había estado ahí extrañándola.
Mientras masajeaba y frotaba mi verga con sus tangas pensaba en todas las veces que ha sido mía y más dura se me ponía, estaba tan ensimismado en mi autosatisfacción, que no me di cuenta, ni escuché que alguien había entrado en la casa, reaccioné solo hasta que mi prima Alina estaba parada frente a mí, por lo que reaccioné algo asustado y desconcertado, ya que no me habían dicho que ella iría a checar la casa también.
Les platico rápido de mi prima Alina una chica apelada, delgada, pero no flaca, con unas tetas regulares, pero un trasero muy bien formado y bastante antojable.
Me dijo que mi cuñada le había pedido exactamente lo mismo que mi hermano me pidió a mi y que le dio una llave también para que no batallara, obviamente traté de justificarme y le pedí disculpas por lo que vio y escuchó, ya que yo estaba algo ruidoso, como estaba solo o bueno eso pensaba yo, me explayé en mis ruidos y en decir el nombre de mi cuñadita, y le pedí que olvidara eso que solo estaba fantaseando, pero lógicamente ella no era nada inocente y no me creyó absolutamente nada.
Le pedí que por favor no le dijera nada a nadie de la familia, mucho menos a mi hermano ni a mis papás, pero ella me decía que esto lo tenían que saber, le supliqué que no lo hiciera, le ofrecí de todo, desde un viaje con todo pagado, hasta mi coche que tanto le gustaba, pero no quería dar su brazo a torcer, hasta que le dije:
-Bueno dime que es lo que quieres, pídeme lo que tu más quieras.
Y el milagro sucedió, se quedó callada por unos segundos y me respondió, “te quiero a ti”.
Me quedé realmente sacado de onda, aunque como les digo es una chica bastante atractiva, la verdad yo nunca la vi con ojos de morbo, la veo como mi prima y ya, le dije “estás hablando en serio?”. Y me contestó “sí, quiero que me hagas tuya aquí en la cama de Sonia, entre sus sábanas y saber qué es lo que ella siente cada vez que la haces tuya”. Ni tardo ni perezoso le contesté “ok si eso es lo que tú quieres hagámoslo”.
Créanme que estaba yo tan nervioso como si fuera mi primera vez, pero me repuse y la tomé de la cintura, la acerqué a mí y empecé a besarla, le acariciaba sus pechos suavemente y deslicé una de mis manos a su trasero, ese rico y bien cuidado trasero que lucía realmente hermoso, le saqué su blusa y desabroché su brasier, empecé a mamar esos ricos pechos que nunca había mirado con malicia, ahora me parecían realmente hermosos y apetecibles, mientras ella me iba quitando la camisa, y desabotonando el pantalón, me empezó a masajear mi verga ya erguida por la excitación de poseer a quien nunca imaginé. Me deshice de su minifalda y bajé sus bragas, que ya estaban tan húmedas que podría exprimirlas y beber su jugo. Se puso de rodillas y me empezó a hacer un oral, estaba fascinada con mi dulce, parecía una niña disfrutando de su helado, subía y bajaba por toda mi verga y mis huevos me los chupaba y más me excitaba.
Por fin la levanté y la dirigí a la cama, le empecé a comer su chochito que estaba muy bien depilado, y ella gemía y gritaba de placer, una y otra vez succiona su clítoris y aunque con él en mi lengua ella se retorcía de placer y explotó en un orgasmo tan intenso que me llenó la boca con sus jugos y yo los bebí para así subir y penetrarla con mi enorme miembro, no hubo problemas para penetrarla, por lo lubricada que se encontraba, y me parecía que lo hiciera con fuerza, que se lo hiciera como se lo hacía a mi cuñada, quería sentir y vivir como lo vivía ella, y le dije “pero a ella se lo meto también por el culo”, abrió sus ojos impresionada, y solo lo pensó unos segundos… “por donde sea quiero que me hagas tuya como lo haces con ella”.
Seguí bombeando con tanta fuerza que se corrió nuevamente, y fue ahí donde empecé a preparar su culito para lo que seguía, la puse en cuatro y empecé a introducir mi dedo poco a poco para abrir ese espacio tan estrecho que tenía, nunca lo había utilizado, así que me fui con mucho cuidado y cuando ya estaba listo, le ensarté solo la mitad de mi verga, aunque le dolió, aguantó y me mantuve así por unos minutos para que su hoyito se acostumbrará, y ya empecé a darle ligeros empujones para que entrara completamente, se adaptó rápidamente y aunque le dolía, me pedía más y más…
Y así fue por un rato hasta que le dije que ya me iba a correr, me pidió que se los echara dentro de su culo y así fue, terminamos realmente cansados, pero bien satisfechos.
Nos bañamos, lo volvimos a hacer en la regadera, ya cuando salimos y nos vestimos, me dijo que mi cuñada ya le había platicado todo lo de nosotros y que le encargó que fuera a diario para que me atendiera como ella lo haría, y claro que lo hizo, pasamos una semana muy ocupada “cuidando a los perros y la casa” de mi hermano.
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Ese lunes desperté temprano como casi siempre. Yo no había podido dormir bien ya desde hacía más o menos quince días desde que me practicaron una cirugía urológica. Me levanté aun en medio de la penumbra y mi esposa Paola estaba todavía dormida roncando con la sábana medio envuelta en su torso. Sus nalgas al descubierto apenas medio ocultas por su tanga color oscuro me provocaban una caricia. Acerqué mi mano para posarla encima de su piel, pero me detuve. Mejor que durmiera un poco más si aún su cuerpo lo necesitaba.
Me fui al baño y mientras orinaba recordé que a las 10 am tenía cita con el urólogo para un seguimiento posoperatorio. Mi mujer despertó media hora más tarde con su rostro hinchado de sueño y sus senos pequeños al desnudo. Se sentó a orinar en la taza del baño con la puerta medio abierta y pude oír su quejido. Desde hacía dos días se venía quejando de una molesta cistitis. La tarde anterior había ido a ver a su médico que le prescribió un tratamiento sencillo aunque incómodo.
Después de haber tomado la ducha, mi esposa me pidió que la ayudara con el medicamento vaginal que debía aplicarse durante siete días. Se acomodó en el borde de la cama completamente desnuda y fresca del baño recién tomado, con sus piernas abiertas en posición de parto. Tuve cierto atisbo de excitación al ver su sexo allí explayado ante mis narices pero yo no podía y no debía intentar nada sexual hasta tanto el médico no me lo indicara. Tomé la especie de jeringa sin aguja, llena de un medicamento pastoso y blancuzco, lo introduje en su vagina e inyecté la sustancia lentamente. Me lo agradeció con cierta incomodidad y rostro fruncido, se colocó una toalla higiénica, su calzón íntimo limpio, termino de vestirse y se marchó al trabajo algo fastidiada y sin ganas.
Yo quedé solo en casa aun disfrutando de mis días de incapacidad médica tras la cirugía practicada en mi pene. Debía esperar a mi cuñada Sara que llegara más tarde para acompañarme la cita médica de control. Sara me había acompañado en todo mi proceso urológico, no solo por ser enfermera, aunque novata, sino porque disponía del tiempo que mi mujer no tenía por razones puramente laborales. Le habíamos pedido el favor de asistirme durante mi convalecencia y de hacerme compañía a las citas posoperatorias hasta que yo me recuperar.
Sara llegó un poquito tarde como de costumbre pese a que vivíamos a solo media calle de distancia.
-Cuñis ya llegué -me gritó desde abajo en la calle con sus manos puestas en su boca a manera de megáfono.
Yo me asomé por la ventana de mi alcoba del segundo piso y la vi bajo la luz aplastante del sol intenso de las nueve de la mañana. Le hice seña de que ya bajaba. Lo hice un tanto apurado para tomar el taxi y llegar a la cita a tiempo. Salimos a la calle principal y tomamos el primer taxi que pasó. Yo todavía debía caminar despacio y con cuidado aunque francamente no era ya tan necesario que ella me acompañara puesto que pasados los quince días me comenzaba a sentir bastante recuperado. Pero era mejor no ir solo porque tal vez requería de alguna recomendación o cuidado que Sara entendería y recordaría mejor que yo seguramente y además porque había sido ella quien amablemente me había estado acompañando en todo este tortuoso proceso.
Una vez en el consultorio y después que el médico y su asistente me observaron, aquel se sentó en su escritorio frente a mi cuñada y yo y con su voz jovial que no concordaba con la apariencia seria y pesada de su rostro me dijo:
-Bueno señor ya Ud. está listo. La herida superficial ya secó completamente. Su pene parece estar apto y desinflamado ya lo suficiente como para entrar en acción. La curvatura creo que quedó bastante bien corregida y lo que resta es simplemente tener relaciones sexuales preferiblemente sin condón para que puedas evaluar tu sensibilidad. Con cuidado eso sí. Ojala lo más frecuentemente que pueda. Debe volver acá en diez días para hacer un chequeo final y listo. Debe prestar mucha atención a la sensación durante el coito y el orgasmo. Si hay dolor, ardor o incomodidad etc. No debería haber nada de eso en principio. Así que señora consienta mucho a este señor –dijo mirando afablemente al rostro de mi cuñada que sonrió alzando una ceja con mirada de querer decirle al médico que ella no era mi mujer como él creía desde el principio, pero eso era un detalle incensario y sin importancia en ese momento. Sara se limitó a sonreír y asentir moviendo rápidamente su cabeza.
Salimos y justo en la puerta de la clínica antes de tomar el taxi de vuelta, le comenté a Sara que yo estaba contento con todo pero que había un problemita.
-Qué pasó? -me interrogó con aire de preocupación.
-No voy a poder practicar ni hacer nada en diez días. Tu hermana no puede tener sexo porque anda con una cistitis. Se tiene que aplicar un medicamento vaginal y debe abstenerse de sexo vaginal quince días a partir de ayer. Es decir, le quedan catorce días aun sin poder hacer nada de nada. Pensé que ella te había comentado algo de eso.
-No, no lo sabía. Ándale! que vaina! y ahora qué vas a hacer?
-Se me ocurre llamar más tarde y cambiar la fecha de la cita como para dentro de un mes o cuarenta días. Así le doy tiempo a Paola de recuperarse y me cubro un poco más yo al tiempo, porque después ya en una semana yo retorno a trabajar y probablemente me manden para la capital en unos quince días para una formación de tres o cuatro días, así que la cosa podría extenderse aún más tiempo. Mejor dicho que yo mi pinga me la voy a poder estrenar quien sabe cuándo. Estoy algo desesperado. La voy a tener que meter en un mofle de moto.
-ja ja ja ay cuñis, que locuras dices y que pena contigo. Estás bien de malas. Jodida la cosa así.
-Me va a tocar buscar otro culito por ahí, ja ja ja
-Bueno eso es asunto tuyo, yo no me meto en eso ni le digo a mi hermana nada ja ja ja, así que bien puedes.
La conversación quedo así. Durante el viaje de vuelta ella hablaba por celular y yo intente cerrar los ojos pero el calor y el ruido de la ciudad que pasaba por la ventana del incomodo taxi no me lo permitía.
Una vez llegamos a casa justo en la puerta del edificio nos despedimos. Ella marchó a su casa y yo subí tranquilo de saber que todo había salido bien y que solo era cuestión de tiempo. Podría pronto tener sexo de manera más cómoda. Había valido la pena someterme a esa cirugía voluntaria y espontanea de corrección de curvatura de pene. De nacimiento mi pene vino con esa curva pronunciada hacia la izquierda que impedía desempeñarme sexualmente con comodidad y soltura.
Al ir subiendo las escaleras intente llamar desde mi móvil a mi mujer para narrarle lo sucedido pero no respondió, así que tal vez me devolvería la llamada más adelante. Me senté en una mecedora después de quedar solo en calzoncillos a escuchar música cuando sonó el timbre de la puerta. Me asome a la ventana y divisé desde mi ventana la cabellera abundante de Sara que miraba hacia arriba tratando de tapar con su mano al sol incandescente que golpeaba sus ojos
-Ábreme por favor
-Se te olvido algo?
-No, anda ábreme.
Le abrí sin mucha intriga y ni me molesté en ponerme una toalla para cubrirme puesto que estaba ya acostumbrado desde la cirugía a que ella me viera desnudo e incluso me curara el pene.
Abrí la puerta y su mirada aunque serena tenía un brillo diferente.
-Modificaste ya la fecha de la cita?
-No, aun no lo he hecho.
-Le dijiste ya a mi hermana lo que nos dijo el médico?
-No, tampoco –le respondí con aire ya intrigado– porqué lo preguntas?
Me miró con una sonrisa pícara y ese brillo en los ojos que denotaba algo trascendental. Esa mirada la conocía ya bastante después de tantos años de ser vecinos y familia. Yo conocía a Sara desde antes de hacerme novio de su hermana Paola. Sara ha sido siempre una mujer de atreverse y no temer ni titubear a la hora de ejecutar una acción ya decidida.
-Cuñis, no canceles cita ni llames a Paola. No es necesario creo.
-Como así?
-Te tengo ya solución para que puedas estrenar tu pene.
Yo solo fruncí el ceño con mirada intrigada pero dejándola proseguir.
-Si quieres, lo haces conmigo –terminó así su frase corta, directa y se limitó a mirarme directamente con sus ojos negros grandes y brillantes de luz desafiante y firme.
Yo apenas si pude procesar lo que estaba escuchando de su boca delgada con esa voz dulce pero segura. Lo primero que pensé era que me estaba bromeando.
-Sara, no me bromees con ese tema. No es gracioso.
-Cuñis, no es broma. Lo digo en serio. Para que no tengas que esperarte quien sabe hasta cuándo. Puedes hacerlo conmigo. Ojo y te aclaro. No es por morbo ni nada de eso, sino simplemente por ayuda médica. Claro esto es en secreto. Lo he pensado bien ahorita y por eso vine a proponértelo. Sé que eres un tipo serio. Nada de comentárselo a Paola ni yo tampoco le diré nada a Alberto ni más faltaba. Cuñis, si tú quieres claro está. Yo te ofrezco. Tú decides.
En ese instante sonó mi teléfono. Era mi mujer devolviéndome la llamada. Al responder Sara me hizo seña desesperadamente con los ojos y sus manos de que no dijera nada ni tampoco que mencionara a su hermana que ella estaba allí conmigo. Así que solo le dije a Paola parte de la verdad.
-Si, si amor. Todo va bien. Debo ver al médico en diez días y tal vez sea todo. Pero me dijo que la recuperación va mejor y más rápida de lo que esperaba. Si, Sara estuvo allí conmigo. Estoy tranquilo con eso.
Mientras hablaba Sara me miraba asintiendo y haciéndome gestos de aprobación por haber dicho lo que dije a su hermana. Terminé la llamada y volví a dirigirme a mi cuñada con aire de sorpresa e incredulidad.
-Sara, claro que quiero. Claro que acepto tu propuesta ni más faltaba. Ni tengo palabras que agradecerte. Eres la mejor cuñada del mundo. Además que estas muy buena y lo sabes.
-Cuñis, nada de morbo. Solo es por cuestión médica. Tenlo en cuenta. No quiero que pienses que soy una zorra puta que anda repartiendo culo por allí. O que ando enamorada de ti porque soy una esposa infiel ni por nada de eso. Lo hago por ayudarte y porque he sido tu confidente en todo esto tan privado. Además tú a mí me has ayudado bastante. Has sido un buen cuñado y yo te estimo. Lo sabes. Sabes también lo mucho que quiero a mi hermanita.
-No he dicho nada de eso. Relájate. Solo dije que estas buena. Eres una mujer atractiva y lo sabes.
-Ok. Gracias por el cumplido. Ahora me voy. Mañana por la mañana como a las diez vengo. Espero estés listo. Ni una palabra de esto a nadie.
Ese fue el día más largo de mi vida. La espera se me hizo eterna hasta el día siguiente. Me puse lunático casi. Mi mujer noto mi actitud distraída y distante. Me preguntó en varias ocasiones si me pasaba algo. Yo le mentía intentando darle excusas etc., pero ella con su malestar de cistitis tampoco estuvo de humor para prestarme mucha atención. Me costaba creer que mi propia cuñada me propusiera sexo solidario con ella. Me pellizcaba para ver si acaso no era un sueño. Sara, la hermana mayor de mi mujer, casada, madre de dos hijas, vecina, enfermera novata vendría al día siguiente a darme sexo. Era difícil de digerir. Eso me hacía pasar por todos los estados emocionales. Era tremendamente morboso todo eso para mí. Para ella era tal vez una cuestión técnica y medica de solidaridad para conmigo, pero para mí era un acontecimiento de morbo y fantasía sexual increíble. Tener sexo con una mujer fuera de mi matrimonio ya de por si constituía toda una aventura cargada de emociones y si a eso le sumaba el hecho de que esa mujer era nada más y nada menos que mi propia cuñada, sumaba aún más morbo al punto de descrestar mi imaginación.
Sara es una mujer físicamente bien hecha la verdad sea dicha. A pesar de los kilos demás que trae consigo la treintena y la vida de casada con hijos, es una mujer que inspira sexo a cualquier hombre ciertamente, incluyéndome a mí. Nunca se me hubiera ocurrido proponerla algo así claro está, pero más de un mal pensamiento se me ha pasado por la cabeza con Sara desde que la conocí. A diferencia de mi mujer, quien debo decir que es bonita y de cuerpo más bien proporcionado pero sencillo, Sara es voluptuosa, de senos amplios y nalgas grandes. Su estatura alta, su cuerpo amplio de curvas pronunciadas y su piel blanca de abundante cabellera negra la hacen lucir elegante siempre. Al momento de lo ocurrido en esta narración, Sara tenía y cuatro años recién cumplidos. Dos años menor que yo y cinco más que su única hermana.
No pude pegar el ojo en toda la noche pensando en cómo sería ese primer encuentro sexual con mi cuñada para estrenar mi pene ahora ya casi recto. La pondría en poses que antes me costaba trabajo. Imaginaba la fisonomía de sus zonas íntimas. Intentaba recrear como debían ser sus senos, sus pezones, su vagina, su vulva, su sus nalgas etc. Me preguntaba qué tan parecidas debían ser con respecto a los de su hermanita. La imaginaba desnuda de diversas maneras. La ansiedad no me dejo dormir. Amaneció. Hice la rutina con Paola mi mujer quien me notó aún muy distraído. Le apliqué su medicina en la vagina y se marchó nuevamente desanimada aunque se sentía ya un poco mejor. Solo después pude medio caer vencido de sueño y dormir un par de horas hasta un poco pasadas las nueve de la mañana.
Desperté al oír un vendedor callejero gritar su mercancía. Tome mi baño matutino. Tuve varias erecciones y me emocionaba ver que mi pene estaba realmente derecho con una ligera curva pero bastante menor.
-Espera nene, ya viene Sara. Te la vas a comer rico. –le hablaba a mi pene como si fuera una persona.
Me limpié con más cuidado cual primera cita de amor y me puse mi mejor calzoncillo. Un calzón nuevo grisáceo corto que horma bien en mi cuerpo velludo. Era el preferido de mi mujer. Por un momento pensé en Alberto, el marido de Sara. Sera que antes ella le habría sido infiel? Aunque en este caso no se puede considerar así. No se trata de una relación como tal. Pero era como si lo fuera. Me confundía en esas divagaciones moralistas sin encontrar respuesta. Lo sentía por él, pero era imposible despreciar y no desear a su mujer. No quería yo estar en su sitio. Puro orgullo de hombre era lo que me hacía divagar. Me preguntaba si acaso mi mujer no haría cosas traviesas también. La voz de Sara entrando por la ventana me sacó de esas inútiles cavilaciones.
-Cuñisss… -gritó Sara
Mis latidos aumentaron el ritmo. El momento había llegado y fue cuando me di cuenta que yo estaba nervioso. Que el macho se asustaba un poco. Debía calmarme para funcionar bien. Recobré mi compostura, me asomé por la ventana y la divisé abajo. Estaba vestida con una blusa azul de tirantas y una falda negra que le daba por encima de las rodillas. El calor ya era abrazante.
Al entrar por la puerta, su mirada era relajada pero intensa. Su andar firme y decidido. Sabíamos que no era una mañana tan normal como las otras de los últimos quince días anteriores. Había cierta tensión en el ambiente que lo enrarecía.
-Listo?
-Claro, le dije simulando cero nervios.
Ella me miro de pies a cabeza. Reparó mi calzoncillo pero no dijo nada. Se metió en la alcoba principal. Se sentó al borde de la cama justo en el sitio en el que horas antes Paola había abierto las piernas para aplicarle el medicamente vaginal.
-Creo que aquí en la cama no es tan bueno para ti ahora que lo pienso bien. –dijo resuelta.
-Tienes razón. Es mejor que yo esté de pie y pueda controlar el movimiento.
-Exacto. Mejor yo me siento en el mesón de la cocina y tu quedas de pie. Te parece bien?
-Si. Buena idea.
Era raro tener esa conversación así. Parecíamos más bien dos personas planeando instalar unas cortinas en una casa o dos personas acomodándose para hacer un corte de cabello en un sitio improvisado que un hombre y una mujer a punto de tener sexo.
Sara se sentó encima de las baldosas del mesón sin quitarse una sola prenda de vestir. Medio abrió las piernas sin dejar que se desnudara más allá de sus muslos blancos y me pidió acomodarme frente a ella. Abrió aún más sus piernas. Me asió para que yo me adentrara contra su cuerpo. Yo aun con mi calzoncillo puesto acerqué mi pelvis hasta pegarla con su zona vaginal. Era perfecto para mi estatura afortunadamente. Mi pene quedaba justo por encima del canto superior del mesón apuntando directamente hacia su vagina. En realidad ya lo sabía porque numerosas veces había tenido sexo con mi mujer justo allí en la cocina sentando a Paola en el mismo lugar, pero no quise comentar esa infidencia con Sara innecesariamente.
Pude entonces sentir en mi pene el calor emanado de su sexo a través de las telas de nuestras respectivas prendas íntimas. Eso me predispuso y generó un leve respingo de erección pese a mis nervios y a la sobriedad con la que se habían manejado hasta ese momento las cosas.
Fui rápidamente a la alcoba y traje una franela limpia mía y la puse encima del mesón para que Sara se sentara y no posara sus nalgas directamente encima de las duras, frías y resbaladizas baldosas de cerámica blanca que recubrían al mesón.
-Sara una cosa antes de iniciar.
-Si, dime cuñis.
-Se supone que no debo ponerme condón idealmente. Algún problema si lo hacemos así?
-Si. Lo sé. También pensé en eso. No te preocupes. Vamos a hacerlo así si no tienes ningún problema claro está.
-No. No hay problema.
-Bueno. Bájate ese calzoncillo y sácala a ver.
Yo sentía todo esto raro, todo tan técnico y metódico pero no dejaba de excitarme de algún modo. No hubo ni caricias, ni besos, ni miradas morbosas. Yo me desnudé frente a sus ojos y mi pene aun medio fláccido saltó a su vista. Ella me lo miró sin morbo aparente de forma directa y me dijo que se veía mucho mejor que la última vez que lo había visto para curarme la herida superficial. Extendió la mano y me acarició el tallo de mi pene justo donde había estado antes una herida superficial más con actitud de examinadora que de amante.
-Ahora que sienta calorcito se va a poner duro. Vas a ver. –me dijo para hacerme sentir tranquilo
Sara con cautela metiendo sus manos por debajo de su falda algo replegada y sin bajarse del mesón se fue deslizando su prenda interior sin elevar la costura de la falda más allá de sus muslos. Por respeto yo trataba tensamente de no mirar sus partes para no incomodarla. Como por arte de magia su calzoncito blando de algodón lo tuvo en sus manos y lo colocó enrollado dentro de su busto por debajo de su blusa. El morbo me subió a la cabeza cuando tuve esa imagen frente a mí. Quería oler esa prenda sucia de su sexo y me excitaba saber que ya debajo de esa falda negra no había más barreas para mi verga que cobraba volumen despacio.
-Ahora ya la puedes meter. Sóbala en mi chuchita para que se endurezca y se meta solita en mi raja –sus instrucciones las decía con naturalidad. Sin emoción, pero con voz dulce.
Yo me alejé un poco para que ella pudiera ver mi erección. Quería neciamente que ella supiera que yo estaba muy excitado por y para ella.
-Caramba, ya lo tienes duro. Intenta meterlo despacio. Sin desespero. Tomate el tiempo que necesites y así me das tiempo a que yo lubrique un poco.
Yo, nervioso, seguía sus instrucciones. Sentía el calor de su chucha. Resbalaba mi miembro por su rajita con mis brazos apoyados a lado y lado de sus muslos afirmándome en el borde del mesón. Ella estaba sentada con sus piernas completamente abiertas y su falda replegada pero sin dejar acceso a mi vista. No pude ver su sexo. Olía su piel y el perfume del jabón del baño recién tomado. Miraba sus ojos negros relajados y seguros. Ella por momentos me miraba y por momentos me esquivaba. Me provocaba embestirla con desenfreno, besarla o acariciarle y comerle las tetas. Pero eso arruinaría todo. Ella se comportaba con actitud médica aunque su voz relajada me pedía que disfrutara para que se el sexo se hiciera placentero. Nuestros rostros estaban cerca y la respiración era jadeante en ambos.
Con la punta de mi verga exploré la geografía exterior de su vagina. Tenía vellosidades, aunque no abundantes y alcanzaba a rozar sus carnosidades tibias y blandas. Estuve así rozando y frotando mi verga por afuera de su vagina y ella cerraba los ojos por momentos. Pude empezar a hincar mi falo en la entrada de su gruta. Ella aunque no tan mojada estaba lo suficientemente lubricada como para permitir una penetración.
El silencio fue interrumpido estrepitosamente. Sonó su teléfono y al ver la pantalla me hizo señal de que hiciera silencio. Yo me asusté un poco al deducir por su conversación que se trataba de su marido Alberto. Intenté retirarme, pero ella me lo impidió con sus piernas. Dejó en espera a su marido al otro lado de la línea y se acercó al oído para decirme que siguiera haciendo todo sin parar que ella no demoraba nada.
Entonces emboné mi glande muy lentamente justo en la entrada y me detuve unos segundos hasta que ella colgó su llamada. Me sorprendió la tranquilidad y control con la que una mujer es capaz de engañar a su marido. Embestí con cuidado. Fui sintiendo como cada milímetro de mi pene iba resbalando en el calor de su concha tan facilito. Era una sensación novedosa que antes con la curva no podía tener. La fui metiendo. Sentí como resbalaba adentrándose en su carnosidad suave y calurosa. Llegue a tope y mis vellos púbicos se unieron a los de ella. Sara emitió un leve gemido y un jadeo ahogado al saberme totalmente penetrado en ella.
-Muy bien. Vas muy bien cuñis. Bravo. La metiste toda -me decía ya con voz pasita al oído.
Yo no podía creer que eso estaba ocurriendo. Todo era algo raro. Placenteramente raro.
-Avísame si sientes dolor, ardor o algo. Ahora intenta moverla. Sácala y métela despacio.
Mi rostro estaba cerca del de ella. Podía sentir el aliento de su boca de labios delgados y rosados. El jadeo era inevitable y mi pecho se juntaba un tanto contra sus senos abultados que siempre había morboseado. Su faldón tapaba mi zona pélvica y no podía ver mi pene ni su chucha. Pero la sensación de placer, de morbo y de calor físico era sensacional. La comencé a embestir despacio. La sacaba hasta más de la mitad y movía mi cadera para volverla a penetrar completamente. Con cada penetración sentía más humedad en su vagina. Sara gemía y jadeaba muy levemente. Entonces me atreví a preguntarle:
-Y tu Sara. Estas bien? Te gusta?
-Ah, ah, No soy de hie-rro hm cuñis. Ah, ah, soy de car-ne y hue-so, hm ah, ah. Claro que me da placer. Ah, ah, ah sentirlo den-den-ntro. Ah, si-si-gue asi. Hm, ah, hm, hm.
Escucharla jadear y ver sus pupilas dilatadas me dio ánimo y confianza. Comencé a embestirla un poco más rápido. Sara comenzó a gemir con más soltura. Sin embargo no perdía su cordura.
-No tan rápido cuñis. Es rico ah, ah pero despacio. A-a-acuerdate.
Yo bajé el ritmo con mucho esfuerzo. El morbo se me había subido a la cabeza y el cosquilleo era placentero. No sentía ni ardor ni dolor. El momento cúspide se acercaba. Yo sabía que estaba llegando al punto de no retorno. Sentía un regocijo al penetrarla tan cómodamente. Era la primera vez en mi vida que experimentaba esa sensación de efectividad al penetrar. Era la primera vez que mi pene entraba en una vagina solito, sin necesidad de tener que agarrármelo para dirigirlo hacia la entrada. Era la primera vez que podía embestir a una mujer moviendo mi cadera hacia adelante y hacia atrás y no hacia medio lado. Era la primera vez que la hembra estaba sentada de frente y no de medio lado para ayudar a que la curva de mi pene ingresara en su sexo. Era algo simple y obvio para alguien que toda su vida ha tenido un pene normal, recto, pero era todo un acontecimiento para alguien como yo. Mis emociones de felicidad y morbo estaban hirviendo dentro de mi cuerpo en ese instante. Sara tal vez no era consciente de eso. Pero yo se lo estaba agradeciendo mucho.
-Sara, me voy a venir-rrrrr
-Cuñis sácala. Échala en este vaso.
Me paso un pocillo de tono oscuro que tomó del portavasos que había justo a su lado izquierdo. Solo en el último instante saqué mi pene completamente mojado del gozo vaginal. Solo en ese fragmento mas por reacción accidental de ella al levantar sus piernas pude ver sin mucho detalle esa vagina rosada y algo velluda. Lo que vi me resultó hermoso y erótico.
Introduje mi pene en el vaso completamente y dejé que eyaculara en el interior del vaso. Sara me miraba a la cara mientras yo vivía mi orgasmo y tuvo tal vez el único gesto de cariño. Me acarició mi pecho velludo mientras yo jadeaba de placer contorneando mi cuerpo con cada pringo de semen que salía disparado contra el fondo del vaso. Un placer intenso recorría mi cuerpo y una leve sensibilidad diferente en el tallo de mi pene pude percibir cuando este se contraía para eyacular.
Solo después de notar que yo había recobrado un poco mi prestancia me preguntó.
-Todo bien cuñis? Te dolió o te ardió cuando te viniste?
-Nooo, no. Solo un poco de sensibilidad, pero nadita de dolor. Puro placer.
-Ya veo que no. Ja ja ja.
-Perdóname Sara, pero que chuchita tan rica tienes.
-Tranquilo cuñis. Me alegra que te haya gustado y que la hayas pasado bien. Pero sobre todo que tu verga funcione bien. Mi hermana ahora va a estar más feliz. Bueno hay que seguir probando claro está. Y bueno déjame decirte que se sentía rico. La moviste bien.
-Gracias Sara.
-Miremos el semen. No debe tener ni olor ni color raro.
Sara se bajó del mesón como si nada hubiera pasado antes, cual mujer haciendo un trabajo de laboratorio. Tomó el pocillo, se acercó a la puerta de salida al patio para tener buena iluminación. Miro al fondo del pocillo, lo acercó a su nariz y lo olió.
-Parece todo normal. Me pasas una cuchara pequeña por favor?
Le pasé una cuchara y ella la sirvió de semen. Lo observó a la luz por unos segundos con ojos de enfermera y hasta untó un poco en su dedo índice derecho para juntarlo con su pulgar pudo tantear su consistencia.
-Creo que todo se ve normal con tu semen. Míralo tú.
Yo lo vi, lo olí e hice lo mismo que ella.
-Si. Todo parece normal.
Me sentí aliviado, complacido y de alguna manera unido emocionalmente a mi cuñada. Era todo algo confuso. En ese momento supe que la forma de relacionarnos ya no sería nunca igual. Algo habíamos roto. Al menos en mi cabeza aunque tal vez no en la de Sara.
Se despidió apuradamente al caer en cuenta que estaba atrasada con sus deberes. Se lavó las manos en el lavaplatos con jabón de lavar loza, se secó con su falda y se marchó casi corriendo.
-Mañana vengo más o menos a la misma hora eh.
Tuve que pellizcarme para corroborar que no estaba soñando lo que acababa de suceder. Era el acontecimiento sexual más intenso de toda mi vida hasta ese momento. Pude relajarme y ocuparme en algunos quehaceres sin dejar de pensar ni un minuto que lo que paso y en lo que pasaría al día siguiente.
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Eran pasadas las cuatro de la tarde cuando uno de sus profesores comunicó a Denis y sus compañeros que podían retirarse, ya que los docentes de matemáticas e inglés estaban ausentes por permiso. A pesar de la insistencia de sus dos inseparables amigos para acompañarlos a las salas de videojuegos a unas tres cuadras del cole, Denis, un joven de 18 años que cursaba el quinto año de bachillerato por parasistemas, optó por regresar a casa. No quería generar más problemas y preocupaciones a sus padres; perder el año y no poder graduarse había sido una enorme decepción para ellos, todo debido al descuido en los estudios.
Vivía cerca del colegio, se tardó menos de 20 minutos como solía hacerlo, caminando. Al llegar a casa lo hizo de manera sigilosa, emulando las formas del counter strike, se adentró poco a poco sin hacer ruido, simulando llevar en sus manos un AK-47, pues, le gustaba hacer este tipo de bromas a sus padres y hermana. Le sorprendió que la puerta de la sala estuviera entreabierta. Se adentró por los pasillos que llevaba a las habitaciones de sus padres, la de su hermana, la suya, el baño, el patio.
Entró a su habitación y cuando estaba a punto de tirar el bolso a la cama de mala gana oyó un gemido femenino. Con cuidado colocó el bolso en el closet y abandonó sigilosamente su habitación.
Al primer gemido lo acompañó otro y otro, se le hizo fácil adivinar la voz de su madre.
—¿Te gusta, verdad? ¿Te encanta así, duro, de pie?
Esa era la voz de su padre, se oía jadeante, excitado.
—Sí, sí, dame bien duro.
Oh, Dios, esa era su madre. Estaban follando, adivinó.
Se acercó a la puerta de la habitación de sus padres, estaba abierta por muy poco, algo de lo que no se percató al principio. Se olvidó del counter strike y se asomó por la rendija.
Podía verlos comodamente, ambos estaban follando de pie. Su padre completamente desnudo sujetaba a su madre desde atrás por los brazos pero lo que más le impresionó fue la manera en la que estaba vestida su madre, además de tener una venda en los ojos. Vestía unos zapatos negros de tacón alto, lencería de color rojo con tirantes pero sus pechos estaban descubiertos y tambaleaban al ritmo de la violenta penetración de su esposo.
—Puta —oyó decir al papá—, Perra.
Para Denis aquella escena le generó un impacto brutal. Nunca había visto a sus padres tener sexo, ni siquiera a nadie, unos pocos videos porno era lo más lejos que había llegado a experimentar una escena vouyerista.
Las sensaciones que experimentó también eran ineditas, le excitó ver a su madre semi desnuda siendo empalada por su papá que además de sujetarla de manera agresiva ahora la llamaba “puta” y “perra”.
Se quedó pensativo por un momento, su papá estaba enfocado en la penetración, su madre estaba vendada, ambos gemían, su papá le decía morbosidades, ella respondía entre gemidos.
Denis se llevó la mano a su entrepierna, para entonces la erección de su pene ya le incomodaba. Desabrochó su cremallera y sin dudarlo comenzó a masturbarse.
Su mente fue invadida por pensamientos incestuosos, se jalaba la polla imaginándose en el lugar de su padre, sujetando a su madre como su padre lo hacía, penetrándola con su ya muy bien desarrollado pene, un pene largo de unos 19 centímetros, virgen y sin experiencia, pero no virgen del prepucio que ya había estirado de tantas pajas en su habitación y en el baño sino virgen de no haber experimentado el sexo aun con chica alguna.
Se mantuvo ahí durante unos minutos mientras disfrutaba de la escena, su mano iba y venía sobre su pene mientras disfrutaba de la sumisión de su madre, de los dulces gemidos que salían de su boca mientras papá la violentaba.
—Te voy a romper el culo como la semana pasada, zorra —dijo su padre.
Denis no daba crédito a sus oidos.
—Sí, pero en la noche, cuando Denis y Sabrina estén durmiendo.
—No, zorra, te voy a culear ahora mismo.
—No, ahora no —decía su madre entre gemidos.
Era un juego, el juego de la seducción inversa, de la que no quiere la cosa, del esposo que adora las respuestas negativas de su mujer por el morbo que le genera dominarla, subyugarla.
Denis continuaba la masturbación, el diálogo que mantenían sus padres lo estaba llevando directo al orgasmo, a la eyaculación.
—Cállate, puta, te romperé toda —dijo papá.
Denis no aguantó, era demasiado el morbo y su madre tenía un bonito cuerpo y unas hermosas tetas que se balanceaban y lo volvían loco a pesar de ser solo un expectador.
El orgasmo llegó a su cerebro que lo repartió por su sangre hasta llegar a su prostata que empezó a liberar la eyaculación, Denis tuvo que sufrir en silencio el delicioso placer que ofrecía el orgasmo, tuvo que tomar el pene por la punta y cubrirlo con el prepucio mientras este descargaba chorros de semen.
Cuando estaba a punto de retirarse a su habitación una voz femenina diferente a la de su madre le brindó un susto tremendo.
—¿Qué coño haces?
Se giró a la izquierda. Venía su hermana llegando de clases y fue tanto el susto que le produjo tal sorpresa que apartó la mano de su pene, lo que provocó que derramara todo el semen que caería entre su pantalón y el suelo.
Como pudo, Denis se cubrió el sexo con ambas manos y caminó trastabillando hacia su habitación mientras la hermana incrédula por lo acontecido y con una risa entre burlesca y desconcertada abría intencionalmente la puerta de la habitación de sus padres tan enfocados en el acto sexual que ni siquiera se habían percatado de la presencia de sus hijos.
—Mamá, papá —dijo Sabrina sorprendida
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http://z3x.empresasperu.online/wp-content/uploads/sites/5/2024/08/z3x.fw_-2-300x161.png00z3xhttp://z3x.empresasperu.online/wp-content/uploads/sites/5/2024/08/z3x.fw_-2-300x161.pngz3x2024-08-25 00:20:302024-08-25 00:20:30Viendo follar a mis padres
Mi madre pues es una mujer que siempre ha tenido un excelente cuerpo, es muy sexy y tiene una cara muy linda. Mi madre tiene 47 años, es blanca, castaña, mide 1.60m mas o menos, como dije, es demasiado sexy, en sus 20s fue modelo y sempre ha tenido cuerpo de MILF. Mi padre murió hace 21 años, yo crecí con mi madre y la verdad siempre tuve un deseo sexual hacía ella.
Mi madre conoció a mi padrasto hace alrededor de 15 años… Es un hombre de negocios y tiene mucho dinero, siempre he sentido celos de que estuviera con mi madre y por eso nunca lo acepté.
Esta historia pasó hace 7 años, yo tenía 19 y mi madre 40… Siempre he sido un adicto a la masturbación y soy muy morboso al sexo. Veía mucha porno de madre e hijo y me excitaba mucho, resulta que un día un amigo muy cercano me contó que su abuelo había ido al Psiquiatra pues sufría un transtorno de insomnio, y al señor le medicaban con unas pastillas para dormir. Mi amigo me contó que él se tomó 2 y durmió casi 12 horas seguidas profundamente. En fin le dije que por favor me consiguiera 2 pastillas para “tomarmelas yo” y ver que pasaba… Al día siguiente mi amigo me las dió y pues yo comencé a idear mi plan…
El plan era idear el momento … … perfecto para darle las pastillas a mi madre, una vez dormida tratar de tomarle fotos y videos de sus partes intimas para tenerlas guardadas y después disfrutar… Resulta pasaron unas semanas, mi padrasto tenía que salir de la ciudad para atender un negocio, él se iba un Lunes y volvía hasta Jueves, era el momento perfecto…
Llegó el Lunes, mi padrasto se fué temprano, yo pasé todo el día con mi madre… Eran las 7pm y la señora que limpia la casa se fué, decidí hacer un “batido” de frutas. Molí las pastillas, se las eché en un vaso y se lo dí a mi madre… Ella se lo tomó todo…
Me fui para mi cuarto… Pasaron 30 minutos y mi madre llegó y me dijo “Me siento muy cansada, voy a acostarme a dormir, por favor cierra la casa y apaga todas las luces antes de acostarte”, yo respondí que Okay.
Pasó una hora más, vi el reloj eran casi las 9… Me levanté de mi computadora y cerré toda la casa… Me dirigí al cuarto de mi madre y estaba cerrado, toqué la puerta y no respondía… Toqué aún más duro y nada… Abrí el cuarto, prendí la luz y mi madre estaba ahí dormida… Me acerqué y le toqué un hombro y la llamé por su nombre, no respondía…
Aún sentía bastante nervios ya que pensaba que podía despertarse… Así que seguí tocando el hombro y le grité el nombre y nada que despertaba, decidí jalarla de los pies a ver si se despertaba y tampoco… Estaba sumamente dormida… Mi plan había funcionado.
Me fui a mi habitación y tomé mi telefono, me devolví a la habitacion
mi corazón latía duro y mi verga estaba parada, estaba muy nervioso pues sentía que iba a despertar en cualquier momento… La acomodaba de varias maneras y le tomaba fotos y videos…
Me comencé a sentir muy muy excitado, asi que me saqué la verga… Mi mente sabía que estaba mal… No debía hacerlo pero mi deseo sexual me estaba ganando… Le puse mi verga en una mano y tomé una foto… Decidí desnudarla aún más… Así que retiré por completo la parte inferior y yo me quité toda la ropa…
Decidí acercarme y pasarle mi verga por sus tetas, se sentía muy rico, sus pezones estaban suavesitos… Acerqué mi cara a su vagina y la olí, olía excisito, tenía algo de pelo, abrí su vaginita un poco con mis dedos y la olí de nuevo… Sentí la necesidad de pasar mi lengua y lo hice muy levemente… Ufff estaba cumpliendo mi fantasía… Metí mi lengua por su vagina varias veces… Quería ver su culito asi que la voltié boca abajo y le abrí las piernas… Ahí estaba su culito perfecto, me acerqué y lo comencé a chupar… Increíble todo…
Me subí sobre ella y me comencé a masturbar sobre su culito y sus nalgas… En minutos me vine y mi leche caía sobre su culo… La limpié y le puse las pijamas de vuelta y me puse mi ropa… Dejé todo como estaba antes y me fui…
Me fui para el baño y me comencé a bañar… Al ratito … … me volví a excitar de nuevo… Mi mente pensaba y quería penetrar a mi madre… Así que salí del baño desnudo y me fui de nuevo al cuarto de mi madre… Entré y la volví a desnudar… La voltié boca arriba, le acerqué la verga a la vagina, y comencé a meterla muy lentamente… Estaba calientita por dentro, se sentía increible… Comencé a moverme lentamente, le chupaba los pezones, y al rato sentí que me iba a venir… así que decidí venirme afuera en su abdomen… Sentí riquisimo…
Seguía tan excitado que la volví a meter y seguí cogiendomela… Seguía teniendo mi verga como una piedra… Al rato de nuevo sentí que me iba a venir y me volví a venir en su abdomen, esta vez el orgasmo se sentió más fuerte… Otra vez se la volví a meter, comencé a perder la erección un poco, asi que la saqué… Me acerqué a su boquita y rocé mi pene contra sus labios… Lo hice hasta que de nuevo mi erección volvió a tomar forma y mi verga se puso dura otra vez…
Me acomodé de nuevo y la volví a meter en su vagina, comencé a cogermela otra vez… De nuevo sentí que me venía, me la saqué y otra vez me vine en el abdomen… Su ombligo estaba relleno de leche… Fui al baño y tomé papel para limpiar todo… Mientras limpiaba mi pene seguía parado…
Otra vez me excité, la volví a meter y otra vez me vine afuera… No podía parar… Aquella vagina se sentía tan pero tan rica que no lograba detenerme… No sabía cómo seguía sosteniendo una erección después de tantas veces.
Ya era la 5ta venida, ya casi ni leche me salía…
La limpié bien, la cama tenía algo de leche, la vestí y dejé todo tan normal como fuera posible… Me fui a mi cuarto y me acosté… Tenía mucho miedo de que al día siguiente ella fuera a sentir algo o descubrir lo que hice… Por mi mente pasaba la idea de que ella sintió todo lo que pasó… Casi no dormí esa noche de pensar en eso… Llegó la mañana, eran como las 7am, me levanté y ella seguía dormida. Me puse a hacer el desayuno y después a ver TV, al rato escuché que se levantó y se fue para el baño… Mi corazon latía duro y estaba muy asustado, escuché que se bañó, salió ya lista y llegó a la sala donde yo estaba y me dijo “Buenos días como amaneciste?” Y yo “Bien y vos?” Ella respondió “Bien, caí tendida anoche, no sé que me pasó” Yo- “Ahhh si noté que te fuiste a acostar temprano”…
Después la conversación siguió normal… Y el día tambien…
Esa fue mi experiencia con mi madre… Como dije, no me enrogullece lo que hice, algún día se lo contaré para sanarme pero bueno… Eso será otro día. Aún tengo las fotos y videos que tomé ese día, les comparto una. Saludos.
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http://z3x.empresasperu.online/wp-content/uploads/sites/5/2024/08/z3x.fw_-2-300x161.png00z3xhttp://z3x.empresasperu.online/wp-content/uploads/sites/5/2024/08/z3x.fw_-2-300x161.pngz3x2024-08-25 00:20:302024-08-25 00:20:30Historia con mi madre
Carolina había cumplido 18 años y su natural belleza, sumada a la transformación de su cuerpo, ya alteraba las hormonas de todos los chicos. Esto no tendría nada de raro salvo que, como padre, me preocupaba la especial relación que mantenía con su hermano Pablo. Con tan solo 22 meses de diferencia, desde hacia un tiempo me producía celos observar sus cómplices miradas y las continuas sonrisas indiscretas. Incluso, para avivar mis pensamientos, mi esposa siempre me comentaba su inquietud por el hecho de que los dos estaban cada vez mas unidos y pasaban mucho tiempo encerrados en el cuarto. Debo confesar que, en muchas oportunidades, me imaginaba a mis hijos teniendo algún tipo de contacto sexual y eso me provocaba sentimientos encontrados. Por un lado, una mezcla de rabia e impotencia, y, por el otro, una excitación lujuriosa y continuas erecciones.
Con la finalidad de despejar las dudas, que ya casi no me permitían dormir, compre un mini grabador que se activaba por la voz y, mientras ellos estaban en el colegio, lo oculte en la habitación de mi hijo. Recuerdo que el siguiente día se me hizo eterno por la ansiedad de rescatarlo y escuchar su contenido. Cuando al fin lo pude tener en mis manos, corrí desesperado hasta el estudio y cerrando la puerta lo conecte.
Durante los primeros minutos oí a Pablo hablar por teléfono con algunos de sus amigos y escuche varios temas de su música preferida. A medida que pasaba el tiempo, tome conciencia de mi frustración pues, en el … … fondo de mi ser, quería confirmar mis sospechas.
Mis deseos no se hicieron esperar y, luego de interminables minutos, oí la siguiente conversación:
Entra y cierra con llave. Mira como ya la tengo de parada. Sacate la ropa y ven a la cama.
Pero en la cama no lo vamos a hacer, porque la mancharemos toda. ¿Queres ir al baño?
¿Esta loca?, Mira si mama nos ve entrar. Quedémonos aquí y nos acostamos en el piso.
Bueno, pero sin desvestirnos todo. Yo me levanto el uniforme y vos te bajas el pantalón.
Esta bien, pero abrí la blusa y saca las tetitas. Tócamela, vas a ver que dura la tengohoy.
Uy sí, esta inmensa. Pásame la toalla, porque seguro que te voy a sacar cualquier cantidad
Y por aquí también esta muy mojado. Abrí las piernas, así te toco bien y terminamos juntos
Bueno, pero solo por afuera y despacito. Avísame cuando te este por saltar, para tapártela
Luego las palabras cesaron y fueron remplazadas por gemidos, suspiros, chirridos de la cama y jadeos. Al cabo de un tiempo volví a escucharlos:
Ya siento que estoy por acabar, no me la sueltes hasta que yo te diga. Tómala es toda tuya
A mi también me viene, mete un poquito el dedo y siente como me baja. Te quiero mucho.
Yo te adoro y nunca voy a dejarte. Júrame que vamos a seguir haciéndolo todos los días.
Claro, serás el primero en entrar aquí adentro y aunque nos casemos te voy dejar meterla
Mira como se me puso otra vez. Creo que todavía tengo más. Házmela y sácame otro poco.
No, quédate con ganas y así mañana la tenes bien grande. Ahora vístete y anda a lavártela.
Esto habrá durado un total de 20 minutos y durante todo ese tiempo me masturbe como loco. Esa misma noche volví a tener unas espectaculares eyaculaciones en el culo de mi mujer, quien se admiro por el nuevo giro que tomaban nuestras relaciones.
Demás esta decirles que no solamente continué con las grabaciones, sino que llegué a instalar un cámara de filmación.
Si les parece que mi experiencia vale la pena de ser contada, y quieren saber como se fueron desarrollando los acontecimientos, les seguiré contando esta historia.
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Cierto día, año y mes de una localidad olvidada en el tiempo, pasaba yo mis días a la espera de mi novia, que había salido a vacacionar con sus padres. Habían pasado veinte días y aún faltaban diez para su regreso.
¿Qué si la extraño? Por supuesto, pero más extrañaba las sesiones de sexo, es una experta, tal experiencia me hizo un artista del arte de amar, hecho a su forma, fue una buena maestra, me enseño donde, como, cuando, de qué manera tocar, besar, lamer, chupar y poner.
Siempre me dice que, aunque no soy un efebo hay dos cosas que le encantan de mí, mi personalidad y mi gran miembro, el que aprendí a usar (gracias a ella) de manera deliciosa.
El sonido de la campanilla del timbre me saca de mis pensamientos, a paso firme llego la puerta para abrir, era mi prima Gina, a quien cariñosamente le digo Xena, como la amazona, princesa guerrera de la serie de televisión o cuando la quiero molestar la llamo “mi petiza culona”, pues tiene un culo de fábula, que no desentona con el resto de su cuerpo, solo le falta altura. Pero sus ojos esmeralda brillante y su palidez hacen contraste con el azabache de su cabellera, siempre va a ser mi hermosa prima.
Saludándonos la invito a pasar, preparo algo para tomar, mientras ella me contaba, que había estado hablando mucho con Vilma, (mi novia), lo que no es una novedad para mí, pues sé que tienen una espectacular relación. Conociéndome, sabía que estaría triste, así que vino a invitarme para salir mañana, por unos tragos o a bailar si era mi gusto.
Luego de insistir un rato acepte, total saldría con ella, ya saben lo que dicen de las localidades pequeñas, pueblo chico infierno grande.
Quise indagar de qué hablaban entre ellas, pero no soltó ni una palabra, dijo que solo eran cosas de chicas, pero muy interesantes. Cortándome el mambo, cambió radicalmente la conversación marcándome el itinerario de mañana, cena, tragos, baile, tragos y listo a dormir o lo que pinte, lo dijo con un guiño de ojo.
Aunque vivía cerca de casa, la invite a cenar, pedimos unas hamburguesas y lo hicimos cerveza mediante.
Pasadas las cero horas me dijo que se iba, no la invite a dormir en casa pues vivo en un mono ambiente y tengo una sola cama, así que me ofrecí a acompañarla hasta su casa, distante cinco cuadras de la mía, cosa que acepto gustosa. Salimos y fuimos hasta su casa, me tomo de la mano y así caminamos y hablamos de cosas sueltas, al llegar la despedí con un beso, que correspondió con un gran abrazo como nos solemos dar.
Ya de regreso acomode todo para dejar listo el día de mañana.
Al otro día, vino más o menos a la misma hora que ayer, en sus manos traía una pizza hawaiana, sabe lo que me gusta. Armamos la pequeña mesa con la pizza, dos vasos y una cerveza, cenamos y nos bebimos dos botellas más.
Promediando la media noche, salimos para el baile, el más grande de los dos que hay en la zona. Pasaban los temas y los tragos, nosotros parecíamos dos locos sueltos, creo en este punto si ponían una marcha militar también la bailábamos.
Nos sentamos a beber algo para paliar el calor, justo sonó un cuartetazo furioso, me agarro la mano y salto al lugar del baile, luego de dos cuartetos, llegaron los lentos (por acá aún se estilan), sus brazos de inmediato se cruzaron por detrás de mi cuello, abrace su cintura y comenzamos a balancearnos girando, acerco su enjuto cuerpo apretando sus duras tetas en mi pecho susurrándome al oído si me sentía cómodo en la salida con su prima, asentí, me dio un piquito, cosa que no me extraño, pues a veces lo hacía, aunque esta vez fue distinto, mi miembro reacciono de manera diferente, se comenzó a endurecer haciendo notar la falta de acción.
Cuando nos sentamos, ambos nos dijimos riendo que estábamos un poco mareados por el alcohol, así que decidimos ir a casa, en el camino me dijo que estaba muy cansada para llegar a la suya, si la invitaba a dormir. Después de pensarlo un rato accedí, después de todo ya habíamos dormido juntos en alguna oportunidad cuando me quedaba en casa de ella.
En casa, nos sentamos a dialogar de tiempos pasados, recordamos muchas cosas, juegos, familia, amigos entre otras, hasta que ella comenzó a monologar, recordando un suceso.
En la sala de casa había una mesa de madera, antigua, grande, en la que pusimos una sábana haciendo una choza, quien de chico no lo hizo, y comenzamos a jugar al doctor. Fue la primera vez que vimos ambos los genitales del sexo opuesto y tímidamente pudimos tocarlos.
Cuando término de contar su relato, disculpándome, fui al baño (la cerveza había hecho su efecto diurético).
Cuando regrese, me dijo que quería jugar un juego, sin más tomo un repasador y me cubrió los ojos, diciéndome que ahora mandaba ella, y el juego se llama ¿qué es?
Ya sin ver nada comenzó el juego, se alejó y regreso con algo en la mano, toma la mía y me la hace tocar, era algo frio, no podía apreciar por mi tacto que era, pero poco a poco fui dándole forma en mi cabeza, era un vaso redondeado en su base, luego fue una pelota de ping pong, luego una de tenis, un muñeco de Batman y varios artículos más que adiviné.
Grande fue mi sorpresa cuando me hizo tocar algo tibio, redondeado, a lo que mi cerebro reacciono de inmediato dándose cuenta de que se trata, era su pecho descubierto, me retiró lo que me cubría y ahí la veo, de pie solo en tanga, se abalanzó sobre mí, posando sus labios en los míos y a la vez sacándome la remera, nuestros pechos se encontraron, la tersura de su piel hizo que la mía se erice y mi verga se entumezca, al sentirla crecer en su abdomen, sus manos fueron en busca de ella, recorriendo toda su extensión sobre el pantalón, sin dejarla de acariciar ni obviar los testículos me empujo sobre la cama, ya se percibía el olor a sexo en el ambiente. Ya sentado, se ubicó con sus piernas abiertas en ambos lados de la mía y de rodillas, dejando su vagina a la altura de mi cara, podía apreciar el aroma de sus jugos invadir mi nariz.
Pudiendo observar de cerca la intimidad expuesta ante mis ojos, se bajó la tanga dejando ante mis ojos unos labios humedecidos y carnosos, decorados con unos prolijos vellos púbicos recortados en forma de corazón que demostraba, su cabellera, no era teñida.
Mi cerebro dejo de responder al buen criterio y en fracción de segundo me había zambullido a las mieles que se ofrecían ante mis ojos, haciendo una inmersión en su sexo, succionando esos carnosos labios, aprisionando contra mi lengua su duro clítoris, la humedad inicial crecía a cada pasada de mi curiosa lengua que exploraba la profundidad de esa concha tan hermosa como
Empujándome, me recostó en la cama, poniéndose de pie comenzó a quitarme la ropa que cubría mi parte baja, dejándome totalmente desnudo, su tanga también desapareció del todo con unos ágiles movimientos de piernas, sus ojos se abrieron al ver mi verga. Pidiendo que observe comenzó a hacer unos sensuales movimientos de cadera al ritmo de una música que no había olvidado de poner. Su mano hábil fue hacia su entrepierna y secuencialmente comenzó a meter un dedo, luego dos hasta llegar al tercero, cada vez que lo hacía llevaba su mano a la boca para probar sus propios jugos, parecía que no quería desaprovechar la humedad de sus propios fluidos.
Veníamos disfrutando de un encuentro sexual, creo que postergado por años, de dos personas que se deseaban y sin dudas, querían fusionar sus cuerpos en una cama.
Aun con el sabor vaginal en mi boca, deseaba más, arrojándola sobre la cama puse sus piernas sobre mis hombros volviendo a bucear en esa sabrosa breva, la que en pocos minutos me ofreció más de su delicioso néctar cuando tuvo el merecido orgasmo.
Poniéndonos cómodos sobre la cama, empiezo por jugar un poco con mi verga en la jugosa vagina, comenzaron unos tímidos gemidos que hicieron crecer mi excitación, sin poder aguantar más, aprovechando su lubricación y que mi miembro estaba empapado de ella, la introduje hasta el fondo, acrecentando sus gemidos, se sentí muy suave el interior y que bien que se mueve Xena, me estaba extasiando del placer, de tal manera que comenzamos a gemir al unísono, el ir y venir dentro de ella es fascinante.
Una vez que tuvimos nuestros merecidos orgasmos, reposamos agitados uno sobre el otro en la cama ahora inmóvil.
Luego de un largo rato mi primita comenzó a jugar con su boca en mi pene que se encontraba en reposo, con la habilidad y maestría que tiene en el arte del sexo oral, lo hizo cobrar vida nuevamente, ¡¡¡que mamada me estaba dando!!! Una de las mejores, sino era la mejor de mi vida, se la comía toda como si fuera un chupetín, llegando a tocar el fondo de su garganta, lamio los testículos y el ano, reconozco que fue la primera vez que gemí a viva voz con una mamada. Subió sobre mí para cabalgar toda la extensión del pene, estaba en un nuevo momento de sexo sin parangón, la veía arriba mío subiendo y bajando mientras mi verga dividía aún más esos labios que le permitían la comodidad de entrada a mi sexo. Se avecinaba un orgasmo fantástico, y así lo fue, ella acabo cuatro veces y una última en que lo hicimos a la vez, entre gritos y gemidos.
Prendimos un cigarrillo que fumamos entre los dos, sentados en la cama como chinitos, en donde me conto por que se había decidido a tener sexo conmigo. Vilma le había comentado de mi atributo y mi manera de coger, lo que le llamo la atención y la lleno de intriga, que quería probar y no iba a perderse el sexo conmigo, que siempre ella, aún sin las historias que le conto mi novia, había querido tener sexo conmigo y ahora comprobó que Vilma no mentía en nada, hasta hoy no había conocido semejante manera de gozar, que si bien ha tenido buen sexo, gozar como hoy nunca.
Luego de casi una hora y media de charla y confesiones mutuas volvió la carga con mi miembro, el que tímidamente se volvió a parar, fui en busca de un frasco con vaselina, no me iba a perder el culo de mi querida petiza culona.
No dijo nada, pero me miraba con ojos desorbitados como la posicionaba en cuatro y untaba su culo y mi verga palpitante, hasta que me dijo.
– Primo no es que nunca lo haya hecho, pero me asusta el tamaño de tu verga, creo me va a doler mucho, por favor te pido dos cosas, preparalo bien y que sea promesa, si duele lo dejamos para otra oportunidad en la que me pueda preparar mejor, si sabía que salía culo hoy me hubiera puesto un dilatador.
– Si mi hermosa Xena, prometido.
Tuve que volver al principio de la acción para preparar el terreno, abrí sus nalgas y sabor a vaselina mediante comencé a jugar con mi lengua, intentando introducirla, ella colaboraba aflojándose lo más posible, mi lengua rodeaba y jugaba en ese esfínter, cuando la sentí cómoda, puse más vaselina allí y en mi mano, metiendo de a poco mi dedo medio, entrando y saliendo, la escuche gemir, saco el dedo para volver a introducir medio e índice, ya la note dar un respingo pero sus gemidos no desaparecían, la mano libre la lleve a su duro y caliente clítoris para estimularlo, mis dedos entraban y salían mientras los otros giraban en torno a su botón disparador de orgasmos, no tardando este en llegar.
Ya la tenía donde quería, puse más lubricante en ambas partes a hacer contacto apoyando la punta del pene, comencé a ejercer presión, había entrado la mitad de la cabeza cuando ya sus gemidos se tornaron en frases de dolor, no queriendo desaprovechar la oportunidad, di un pequeño golpe de cadera para que pasara la cabeza, pensando que tenía la batalla ganada, dio un grito de dolor que me asusto.
– Por favor primo, sacala que me duele mucho.
– Ya entro la cabecita, ahora es más fácil. No amor mío, si así me dolió la cabeza, el resto que es más grande me va a desgarrar, ya con esa porción nomas me arde y duele mucho, me lo prometiste.
– Si Gina, tenés razón.
Con tristeza se la saque suavemente, observando si la había lastimado, pero no se veía nada raro.
– Gracias primo, me da pena que no lo hayamos podido hacer, pero en serio me dolía.
– No hay problema, como vos dijiste, no va a faltar oportunidad.
– Obvio, como vos cumpliste la promesa yo la voy cumplir también. Este culo te lo vas a comer.
Se encargó de mi ahora sedienta verga, su boca hizo maravillas en ella, hasta que descargue todo el semen dentro y aunque es una falta de respeto hablar con la boca llena, me dijo.
– Mira bien que te voy a compensar.
Muy lentamente fue tragando todo el contenido, relamiéndose y sin dejar nada a la vista.
Nos acostamos dormir, al otro día nos despertamos sorprendidos de encontrarnos ambos desnudos en la cama, reaccionando enseguida, nos saludamos con un beso en la boca, nos levantamos a bañarnos y limpiar el desastre de fluidos que han quedado en nuestros cuerpos y en la cama.
Esta demás decir que Gina se quedó hasta que vino mi novia de viaje y nuestros encuentros se siguen dando en forma más que habitual, pues a Vilma no le permiten quedarse a dormir conmigo.
No paso mucho tiempo en que pudimos tener sexo anal, ¿le dolió? Si pero como había dicho uso dilatadores e hice un buen trabajo de dilatación pre coito no tanto como la primera vez, cuando le comenzaba a doler paraba, esperaba un ratito y cuando no dolía más continuaba, ahora ya lo hacemos en forma natural, yo feliz por que encontré a una persona que se adaptó a mi verga y cuando acabo, sacándola le queda un poco abierto dejándome observar el semen en su interior.
Debo agradecerle a Vilma que le haya contado a mi prima nuestras aventuras.
Me he enterado también que, en alguna oportunidad tuvieron sexo entre ellas, no es porque me lo ha contado, si no que viendo en su móvil pude observar algunas fotos donde estaban en la cama desnudas.
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Bueno todo empezó varios años atrás yo tenía 18 en ese entonces yo vivía con mis padres que siempre salían ya que estaban ocupados con el trabajo casi todo el tiempo por eso me dejaban muchas veces solo en casa, como verán tenía una familia relativamente acomodada y no eran muchas mis labores en casa ya que siempre había una empleada en turno que hiciera los deberes, pero volviendo al tema les contare de mi prima.
Siempre he tenido una buena relación con mi prima Stefany ,por parte de la hermana de mi mamá, desde pequeños somos muy unidos jugábamos juntos casi todo el tiempo después algunos años nos volvimos más distantes ya que mi tía se fue a vivir al extranjero con mi prima por dos años hasta que un día mi mamá dijo que volvieron y que estarían de visita yo estaba entusiasmado por que no había visto a mi prima desde 2 años y me moría por verla ya que siempre me he fantaseado con ella y quería saber cómo lucia ahora.
Y llego el día mi mamá me dijo que bajara a saludar de mi cuarto y cuando baje vi a mi prima sentada en el sillón de la sala, se veía radiante y sexy mi prima al igual que yo tiene mi misma edad, me lleva por un par de meses y también tiene una tés algo blanca como yo pero no tanto tiene unos ojos pardos y redondos muy distintivos, labios delgados, una nariz respingada y un rostro algo redondo; su cabello era lacio y de un color marrón muy oscuro que solo se ve ante la luz. Ella siempre ha tenido un cuerpo fino y desarrollado pero cuando la vi mis ojos brincaron al ver cómo había cambiado, ella es algo alta para una chica pero más baja que yo por unos 15 centímetros, es esbelta con un par de senos redondos y firmes (Era lógico que los tuviera así a pesar de ser tés blanca porque éramos mestizos), ella llevaba una blusa con escote celeste por lo que le veía los pechos y me excitaba al verla. Ella al reconocerme me sonrió con una linda sonrisa con el bello rostro que ya describí.
Nos quedamos los cuatro charlando hablando de lo que hemos hecho estos dos años ya que el año pasado ambos terminamos la escuela, luego de la charla mi mama nos pidió que fuéramos a la parte de atrás de la casa ya que teníamos vista al mar en un pequeño espacio con un jardín a tomar unas bebidas, ahí fue cuando aproveche para verle las piernas a mi prima para mi suerte llevaba un pantalón apretado de color negro que me dejaba ver sus piernas muy formadas y vi que tenía una colita levantada no tan grande pero lo suficiente para llamar la atención además llevaba unas sandalias de tacón que me dejaban ver sus lindos y tersos pies.
Fue entonces cuando mi mamá nos avisó que ella y mi tía saldrían y que no volverían hasta en la noche y que me quedaría yo solo con mi prima tan solo pensarlo se me paro estar a solas con ella tan rica que se había puesto me calentaba la idea de solo pensarlo y así fue ellas salieron y me dejaron solo con mi prima nos dijeron que charláramos para pasar el tiempo y eso fue lo que empezamos a hacer claro que yo tenía otras intenciones.
Cuando nos quedamos solos ella me dijo con una voz coqueta: ¡Primito!, ¿Cómo estás? Yo me sonroje un poco y me puse un poco nervioso y le dije que estaba bien y le pregunte qué tal su estadía en el extranjero y ella me respondió: Estuvo lindo me divertí mucho por pero… (Con una voz un tanto tímida) la verdad te extrañaba bastante. En ese momento yo me puse de nuevo sonrojado pero sin tratar de mostrarlo y yo le dije: ¿En serio yo te hice falta, primita? (con un tono coqueto tratando de cortejarla). Fue ahí cuando la vi botar una sonrisa y reírse como sonrojada y ella me respondió: La verdad sí, si me hacías falta primito me caes re bien. Traje unas bebidas y prendí la TV y empezamos a charlar de asuntos personales escolares y esas cosas un rato, riéndonos contándonos experiencias cuando ella me pregunto: Y bien primito ¿Tú tienes un relación formal con un chica? (Me lo decía riéndose) y yo le dije: No, estaba en una relación pero terminamos por asuntos entre los dos (Con ella yo perdí la virginidad). Ella al oírlo me dijo: Ah… es una lástima que ella no te supo valorar primo (acariciándome el hombro). Cosa que como ya saben me gusto bastante, y le conteste: La verdad no es eso fue por otras razones que terminamos. Ella lo comprendió y yo proseguí a preguntarle: Y tú ¿Has estado con alguien en el extranjero? Me miro riéndose y me dijo: No estuve con nadie no porque no me atrajeran sino porque cuando eres extranjera a todos los chicos le atraes más por puro gusto y no me gusta que fuera así, y bueno no pude estar con alguien aunque quisiera, la verdad es que solo pensaba en ti primito te extrañaba mucho (Lo dijo colocando su mano en la mía y acercando su cara sonriendo a mi rostro). Yo me quede tartamudeando un rato en el acto excitado y le respondí con una voz más o menos nerviosa pero confiada: Yo también estuve pensando en ti primita. Ella me respondió: Aww ¿Sabes qué? tu siempre me has atraído y yo sé que a ti también te atraigo. Entonces ella se acercó lentamente a mi oído y susurro mientras que yo estaba con la piel de gallina: Nos quedaremos solos hasta la noche ¿Por qué no lo hacemos mientras nadie nos ve?
Me sorprendí y le dije ¿Estas segura primita? Y ella me dijo: ¡Siii! En ese momento ambos nos acercamos y nos empezamos a besar en el sillón, nos besábamos de forma delicada y lenta podía sentir por fin lo rico que sabían sus labios los mordisqueaba lentamente mientras mis manos acariciaban su cintura, empecé a mover mi boca a su cuello besándola más profundamente para hacer que se echará en el sillón, pasaba mi lengua por todo su cuello disfrutándola hasta subir de nuevo a su boca para darle besos más intensos y sabrosos que me excitaban más y más por lo que mis manos hacían lo suyo acariciando de su cuerpo su pecho firme que sentía duro. Estuvimos así un buen rato dándonos lengua acariciándonos y sentía como ella se calentaba más y más hasta que se paró y me separo de ella, se levantó toda excitada y despeinada y alegre me dijo con su voz coqueta: ¡Guau! primito no sabías que besaras tan bien a una chica, pero ¿Sabes qué? Yo le respondí: ¿Qué cosa? me dijo: estoy un poco incomoda porque estoy muy caliente por tu culpa primito. Levanto sus piernas y se quitó sus sandalias quedando descalza (Algo que personalmente me excitaba) luego se quitó su blusa quedando con sujetador se paró y se quitó su pantalón delante mío dejándome ver sus par de nalgas levantadas y sus hermosas piernas, entonces me dijo: Creo que iré a un lugar más fresco como tu cuarto, si quieres puedes subir en un rato. Ella fue a mi cuarto mientras veía su delicioso cuerpo al descubierto subiendo las escaleras, así que cuando subió recogí sus cosas y subí a mi cuarto a ver como estaba.
Subí ya esperándome una sorpresa a mí cuarto y cuando entre la vi sentada de rodillas sobre mi cama por la almohada aun en ropa interior y al llegar me dijo con voz delicada: ¿Te puedo contar un secreto? Y yo le dije: Si soy tu primo puedes contarme lo que sea. Ella me respondió: Bueno, nunca he estado con alguien. Me sorprendí al oír eso ya que siempre pensé que mi prima no era virgen y fue exactamente lo que le dije y ella me dijo: Es que siempre quise que mi primera vez fuera con alguien como tú, nunca le he tenido confianza a otros chicos así que… ¿Te gustaría hacerme perder la virginidad? Me quedé perplejo por un rato y le conteste: ¡Claro que sí! como gustes. Fue cuando ella se quitó el sostén y me dejo ver esos pechos blancos y redondos bien marcados con los que tanto fantaseaba, aun de rodillas en mi cama y me dijo riéndose: ¿Qué esperas ahí? si de verdad las quieres pues ven aquí a comerlas. No lo pensé ni dos veces y me acerque a ella completamente excitado a darle un fuerte beso de lengua, inmediatamente después fui a jugar con sus pechos, se las lamia y chupaba con mi lengua, era una sensación muy rica, me las comía literalmente metía sus pechos en mi boca saboreando sus pezones que sentía duros y mordía su pecho uno a uno ,mientras las devoraba ella me decía: Ah… si primito lo haces muy rico (con tono excitada) luego me separe de ellas y volví a besar apasionadamente a mi prima, en ese momento la tumbe boca arriba de mi cama y fui hasta sus piernas besaba la zona de sus muslos cerca de su vagina y después le saque su ropa interior suavemente, ahí fue cuando vi que tenía la vagina afeitada, me saque el polo que llevaba y me baje el pantalón para dar paso a penetrarla, mi prima vio mi pene parado y depilado y dijo: No sabía que la tuvieras así de grande primo, y bien ¿Qué esperas para penétrame?
Al oír eso no aguante más y la tome de las piernas y metí mi pene en su vagina que sentía apretada pero logre meterla mientras metía unos gritos de dolor y de placer dándome a entender que si era su primera vez con un chico, metía y sacaba mi pene de su vagina rápidamente ella pegaba gemidos muy fuertes que me excitan más para no seguir sentía mi pene en su vagina muy velozmente mientras la veía disfrutar, luego pase mi mirada al lado mío y vi su lindo pie derecho lo tome se sentía muy suave y empecé a chupar su dedo gordo en eso ella soltó un gemido dando a entender que le gustaba y seguí chupando su pie mientras le penetraba, después de un rato deje su pie y por consecuente esa posición sin dejar de penetrarla y me acerque a ella haciendo la pose del misionero volviéndonos a besar mientras sentía como ella cruzaba sus piernas en mi espalda, baje a sus pechos y empecé a devorarlos de nuevo lamiendo y mordisqueando sus pezones duros. Ella en ese momento dijo (Excitada): Oh sí… no pares primito. Seguía sintiendo sus pechos en mi boca en la misma posición hasta que pego un fuerte gemido y tomo un respiro, yo me pare y me separe de ella viéndola algo agotada tirada en mi cama con las piernas levantadas ella me miro sonriendo y me dijo: Así que eso querías hacerme primito. A lo que le respondí: Eso fue lo que me pediste que hiciera. Y me respondió muy coqueta: Si pero aún no ha terminado .Se puso en cuatro y giro gateando al extremo de mi cama mostrándome su colita desnuda mirando hacia la pared y me dijo: Ponte detrás mío rápido.
Obedientemente me puse detrás de ella viéndola en pose de perrito dejándome ver toda su colita, empezó a mover su culo de arriba a abajo mientras levantaba y bajaba sus piernas ,era una delicia, luego en ese entonces me pregunto: Primo ¿Que te da ganas de hacerme viéndome así? Yo le respondí: Pues tengo ganas de penetrarte prima. Ella riendo me dijo: ¡Pues te aguantas! Primero quiero que me comas la colita. Sin reclamar fui directo a sus nalgas y empecé a lamer su vagina metiendo mi cara en su culo, le lamia su vagina depilada que tenía, de forma delicada le mordisqueaba su clítoris y sentía sus jugos vaginales en mi boca, seguí haciéndolo metiendo mi lengua hasta el fondo de su vagina su sexo estaba muy excitado pues ella me decía: Mmm… ¡Que rico lo haces! Deje su vagina luego de un buen rato y me decidí subir a sus nalgas sus pares de nalgas levantadas y firmes me las devoraba a besos y mordidas luego fui a su ano para darle lo que dirían un beso negro (cosa que hacía por primera vez). Pasaba mi lengua en su agujero mientras ella gemía de placer, seguí dándole besos y ella me dijo: ¡Espera un momento! (Tomo mi mano izquierda y lamio mis dedos índice y medio) Quiero que los metas en mi ano. Le obedecí y se los metí uno por uno mientras seguía pegando gemidos de placer uno más fuerte que el otro. Ya satisfecha me dijo: Bien ya puedes metérmela una vez más. Me pare de rodillas sobre mi cama y volví a insertar mi pene en su vagina haciendo la pose de perrito, yo le sujetaba la cintura y una vez más mi pene hacia lo suyo en su vagina, miraba muy excitado como rebotaban sus nalgas con mi pelvis además de que esta gemía más mi prima. Cuando me volví a calentar acerque mi cuerpo a su espalda y le acaricie los pechos duros que tenía y le susurre al oído: ¿Esto era lo que querías? Y excitada me respondió: Siii. Volteo su cabeza y nos dimos unos besos mientras la seguía montando y sujetando de los pechos hasta que volvió a soltar un gran gemido y nos volvimos a separar.
Me eche encima de la cama con mi cabeza en la almohada, ella se paró y se volteo a verme sonriendo se sentó de rodillas al lado derecho de mis piernas y me dijo: Bueno es mi turno de darte placer. A lo que con su mano sujeto mi pene erguido y empezó a masturbarme de forma clásica arriba hacia abajo, yo la veía algo nerviosa e inexperta por lo que dije: No te preocupes si no sabías como masturbar a un chico ya que es tu primera vez con alguien, yo te digo como. ¿En serio? Me contesto. Y dije sí. Y empecé a darle órdenes: Primero acumula saliva en tu boca y escupe en la palma de tu mano (y empezó a acumular saliva en su boca) Bien ahora escupe en tu mano y sóbame el pene dándole vueltas (Acto seguido lo hizo y me rosaba su mano en mi pene). Podía sentir como su delicada mano se movía por mi glande dándole coquillas excitándolo poniéndolo recto, sentía como su mano pasaba por todo mi pene estaba totalmente húmedo, luego le dije: Ahora has una V con tu mano y frota mi pene de arriba a abajo (Obedeció y empezó a frotarlo suavemente) Lo disfrutaba de verdad su delicada mano hacia maravillas, me pregunto: ¿Qué tal lo hago? Con mi expresión de confort se dio cuenta que hacia bien su trabajo, cuando se quedó sin saliva volvió a repetir el proceso pero esta vez al fin me empezó masturbar fuertemente me ponía a mil notándose en mi cara y me dijo: Ah sí… ¿Te gusta primito? Fue cuando no aguante más y solté semen en su cara la deje empapada también se quedó semen en sus pechos y barriga ver esa imagen de mmi prima mojada con mi semen me calentó más, ella empezó a reírse y dejo de masturbarme, me miro se acercó poniendo sus piernas afuera de la cama y quedando a un lado mío sentada medio inclinada y de la nada me dio un beso con lengua, no me había percatado que tenía mi semen en su boca aunque no me importo mucho por la calentura siendo la primera vez que lo pruebo y me dijo: Te daré una sorpresa si me limpias con tu boca mi cuerpo. Le hice caso y le bese sus pechos llenos de mi semen dejándolos limpios como ella quería que hiciera. Cuando lo hice ella se volteo en la posición que estaba pasando una de sus piernas delante mío y poniendo su colita delante de mi cara, se recostó sobre mí y yo sabía lo que vendría.
Entonces ella me dijo: Es hora que te de tu sorpresa por obedecerme. Primero pasaba su lengua por mi pene una y otra vez y de repente me empezó mamar la polla de forma inexperta y tierna ya que era su primera vez no me quejaba, me lo lamia suavemente, chupaba de poco a poco hasta que hallo el truco y me hacía sentir increíble. Sus lamidas se volvían cada vez más intensas y metía más mi pene a su boca tratando de meterlo por completo y por ratos se atragantaba con mi semen después de un buen rato de placer me empezó a chupar mis bolas las chupaba una por una sentía como las succionaba y empecé a lamer su coñito por segunda vez, metía mi lengua en su sexo más cómodamente y sentía sus fluidos más ricos le mordía y chupaba su clítoris mientras seguía chupando mi polla de arriba a abajo estábamos haciendo un 69 muy delicioso. Cada vez chupaba mi pene mejor mucho más rico y suave sentía su lengua y yo me devoraba su vagina y sentía sus fluidos, en eso pare un rato a tomar aire saboreando sus jugos en mi boca, sintiendo su lengua todavía en mi pene, recosté mi cabeza mirando al lado izquierdo y vi de nuevo su lindo pie y como estaba muy excitado agarre su tobillo lo acerque a mí y volví a chupar sus dedos del pie suavemente mientras me devoraba el pene, estuvimos así disfrutando el uno del otro, deje su pie y ella dejo mi polla y se sentó sobre mi rostro. Puse mis manos sobre sus nalgas y empecé a meter mi lengua en su vagina pero ahora podía meterla más profundo en su sexo y les mordisqueaba como siempre sintiendo sus fluidos a los que me volví adicto, oía sus gemidos diciendo: Si primito tu si sabes comérmelo. Movía sus nalgas con mis manos y le empecé a dar palmazos mientras pegaba gritos de placer ella me decía: Eres un goloso. Se levantó y sentó delante de mí en mis piernas
Eres un depravado, ella me decía. ¿Yo? ¿Por qué?, le conteste. Porque lo que te gusta hacerme, me mordías la vagina, me chupabas los pies, me dabas palmazos y me metías el dedo por el ano. Me respondió, y le dije: Pero eso último me lo pediste. Y me contesto: Si pero las otras cosas no, me excitaba que me hicieras esas cosas por eso eres un enfermo primo, ahora quiero que te vengas conmigo (Se volteo mirando hacia la pared dejándome ver su espalda y se colocó sobre mi pene). Se empezó a mover su cola queriendo acomodarse bien y me dijo: Vamos quiero venirme estoy excitada. Y damos marcha al coito sentía su culo brincar en mi pelvis me encantaba ver como sus nalgas rebotan eso me excitaba más, ella solo hacia gemidos, me trate de concentrar para poder venirme apoyándome en la imagen ya mencionada mi prima seguía en pleno acto de coito sobre mí y estaba dando resultado ya sentía que me venía, le dije: Ya falta poco. Giro de inmediato y volvió a colocarse en mi pene ahora la podía ver de frente todo su cuerpo estaba colorado debido a su tez se le notaba más, ver su cuerpo excitada y como le rebotaban los pechos hacían sentirme muy caliente y ya no podía más hasta que le dije: Ya voy a venir. Y ella brincaba más rápido y fuerte y en eso me corrí en ella, a lo que ella pego un grito de placer muy fuerte, y para mi sorpresa vi como de su vagina desprendía un líquido que me roció la cara y el cuerpo. Estábamos exhaustos, se liberó de mi pene agotada con un cuerpo aun colorado se empezó a reír y se acurruco a mi lado derecho, nos empezamos a acariciar besándonos lentamente por un tiempo tratando de descansar de lo agotados que estábamos.
Nos quedamos en mi cama en caricias y besos porque ya no podíamos más y de repente me fije que hora era y para mi sorpresa eran las 07:50 PM, faltaban solo 10 minutos para las 8 de la noche se lo comenté a Stefany y me dijo: Creo que ya deberíamos bañarnos y bajar antes que lleguen, yo le conteste (riéndome) ¿Quieres que nos bañemos juntos? Y esta me respondió en risas: No uno tiene que quedarse afuera si es que llegan. Entonces le respondí: Esta bien, yo me baño primero más rápido luego te dejo el baño para ti sola. Acepto y me fui a bañar de forma rápida cuando salí del baño cambiado ella aun desnuda pero más calmada me dijo: Tu mama llamo dice que volverán a las 10:00 PM. Por lo que teníamos más tiempo a solas, y le dije: Bien voy a la sala a hacer unas bebidas te espero ahí y me respondió: Ok me voy a duchar, no me espíes (lo decía entre risas) Se fue bañar y baje a operarla en la sala prendí la TV para distraerme antes que llegara. Fue cuando la bajar por las escaleras, lucia radiante con la misma ropa que describe en un principio seguía con el cabello mojado haciendo que este brille más, saque las bebidas y volvimos a charlar mientras veíamos una película y nos seguíamos dando caricias el uno a otro pero estas no pasaban de besos y lamidas en ciertas zonas del cuerpo hasta que mi mama y mi tía llegaron.
Ya era hora de despedirnos mi tía dijo que tenían que ir a su casa que tenían cerca y que otro día volverían a pasar el rato a lo que me alegre y mi prima dijo que había olvidado sus cosas en el baño de arriba mi mama me mando que sea cabalero y que la ayude a buscar ,fuimos los y ya en el baño los dos solos me tomo de mi camisa y me dio un rico beso de legua y me dijo: Esto es para que pienses en mi hasta que vuelva, bajamos nos despedimos y fui a descansar a mi cuarto pensando en lo rico que con mi prima Stefany. Fue la primera vez que lo hice con ella pero no la última, y puede que les traiga más relatos
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http://z3x.empresasperu.online/wp-content/uploads/sites/5/2024/08/z3x.fw_-2-300x161.png00z3xhttp://z3x.empresasperu.online/wp-content/uploads/sites/5/2024/08/z3x.fw_-2-300x161.pngz3x2024-08-25 00:20:292024-08-25 00:20:29A solas con mi prima
Tenía 17 años trabajaba en un ciber café mi jefe era un hombre de 30 años alto, atlético y muy caliente. Todas las tardes al salir del colegio me dirigía al trabajó y cuando llegaba hay estaba esperandome siempre me tomaba de la mano y me daba un beso en la mejilla con un suave mordisco yo una inesperta me ponia nerviosa, mis piernas temblaban y mi voz se quebraba…
Comenzaba el juego de la seducción un día era el mordisco en la mejilla, al otro día era un apretón de nalga, un suave rose en la pierna…
Una tarde entre al baño arreglarme un poco el cabello, había tenido entrenamiento de básquetbol en la escuela y llegué un poco desarreglada al trabajo, cuando estaba mirándome en el espejo de pronto apareció su reflejo estaba junto al mío, estaba de espaldas y me quedé paralizada en un segundo lo sentí junto a mi, pensé que tonta deje la puerta abierta y ahora que hago, pasaban mil cosas por mi cabeza, mientras comenzó acariciarme, a besar mi mejilla y su lengua comenzó a deslizarse en mi oreja sentí que todo se me estremecía, comencé a perderme en sus caricias, cuando de pronto bajo sus manos a mis nalgas las acarició, bajo lentamente a mis piernas subió mi falda a la cintura y bajo mis bragas yo estaba indecisa no sabía si quería hacerlo era mi primera vez yo nunca había pensado hacerlo ni me había imaginado si quiera como quería que fuera mi primera vez…
El solo me dijo confía en mí no te voy a lastimar dejame entrar y prometo cuidarte, su voz en mi odio, su respiración y su forma de tocarme me hechizaron…
Con mis bragas abajo comenzó a caricias mi vagina, suave muy lento y con la otra mano desabotonaba mi blusa, desabrochó mi sujetador y comenzó acariciar mis senos, era todo perfecto para una niña de 17 en manos de un hombre con experiencia…
Me puso de espaldas, mis nalgas rosaban con su miembro, me inclino, bajo su pantalón y puso su pene en mis nalgas, por dios lo sentí grande, tomo mi mano y me dijo tocalo… era grande, grueso y con sus venas sobresalientes y pensé y ahora que hago me puse nerviosa yo inesperta y él con tanta experiencia…
Me dijo tranquila no pasará nada que tú no quieras creo que ya era demasiado tarde para esas palabras mi bragas abajo, su miembro rosando mi vagina y chorreando solo estaba esperando el momento cuando de pronto me dijo confía en mí, la cabeza de su miembro intentaba entrar en mi vagina cerrada era grueso dolía un poco pero comenzó a masajear mi vagina y mi entre pierna mientras mordía mi espalda y cuidaba cada detalle para que fuera la mejor experiencia, sin más de pronto sentí un empujón suave y a la vez fuerte grite pero no fue de dolor, por primera vez sentí el placer de tener un pene dentro de mí, tomo mis caderas y comenzó con movimientos suaves y duros solo me miraba en el espejo, veía mi rostro sudado con una expresión que nunca había visto en mí y continuó hasta que tuve mi primer orgasmo, después el termino en mis nalgas se inclino en mí, medio un beso en la mejilla limpio su semen de mis nalgas me ayudo a vestirme me abrazo y solo me dijo gracias…
Estaba en shock le acaba de dar lo más preciado, mi virginidad a alguien que no era mi novio, que solo era mi jefe y ahora que sucederá me preguntaba me correrá del trabajo…
Pasaron las horas ya tenía que retirarme a mi casa y el me habló, -Karen puedes venir-,
-si claro- me tomo de la mano me llevo al baño y me dije en mi mente otra vez y parace que leyó mi mente, me dijo -no pienses que te tomaré quiero que veas algo-,
-está bien contesté-.
-Karen baja tu pantalón y tus bragas-,
-pero dijiste que no lo haríamos-,
-haz lo que te dije- respondió…
Hice lo que me pidió y cuando baje mis bragas note un poco de sangre,
-me dice vez eso, una señal de que dejaste de ser niña y ahora eres una mujer y gracias por dejarme ser el primero es un privilegio-.
-ahora arreglate ve a tu casa duchate y descansa, por qué a partir de mañana te haré mia si tú estás de acuerdo-. Me dio un beso en la frente y me abrazo…
Ahora tengo 36 años, vivo en un lugar rural donde a esta edad ya nadie te quiere para casarte, por qué ya eres algo vieja y solo te quieren para ser la puta de todos…
Pero… he hay lo malo, que yo no soy la puta de todos, solo de quién me gusta, yo elijo a quien comerme…
Y así fue como comencé y me introduje en el erotismo, en el sexo y el placer de disfrutar una buena cojida…
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