relatos eroticos

Hola mi nombre es Gustavo tengo 17 años y en este relato les hablare como fue mi primera vez en la zoofilia y como fue mi experiencia espero les agrade. Hola me llamo gustavo y tengo 17 años, bueno todo comenzó en estas fechas de carnaval y en estas fechas siempre con mi familia salimos a la casa en el campo de mi tio ai el tiene un gran espacio y una linda casa y tiene 2 perros de raza pastor Alemán una era hembra se llamaba Kira y otro era macho se llamaba Max y pues kira era aun muy pequeña era una cachorrita pero Max tenia ya unos 7 o 8 años y era bastante grande, volviendo al tema como era carnaval tuve que acompañar a mis padres a su casa de mi tio y al llegar pues se pusieron a celebrar y a beber y yo estaba en un rincón sin saber que hacer y mi tío me llamo para que le ayudara a traer mas cervezas y al ayudarle me cai en una pequeña sanja llena de agua mi tio solo se rio y me tube que ir al auto que estaba al fondo y algo lejos para cambiarme la ropa y en ese lugar estaban max Kira pero esta vez solo estaba Max ya que a Kira se la presto a un amigo mi tio por unos dias asi que solo estaba Max y me fui para el auto y me saque toda la ropa estaba completamente desnudo y mientras buscaba mi ropa senti como su lengua lamia mi trasero y mi ano y me puso algo raro y solo le mire y le empuje un poco para otro lado mientras buscaba mi ropa y cuando me agache para recoger algo que se me había caído Max se subio encima mio y como era un perro muy grande me tumbó y me puso en cuatro y ai senti como sus patas me agarraban muy fuerte de la cadera y no me dejaba levantar por su peso y de repente senti como se empezó a mover y senti su pene intentando entrar en mi ano yo queria alejarme y de repente al moverme me la metio toda de un golpe senti un gran dolor y no sabia como quitarmelo pero después de un rato me empezó a gustar y senti una gran sensación de placer y deje que lo hiciera estaba muy excitado que mi pene se me paro por completo y me salia chorros de semen por la excitacion y de pronto senti como una bola intentaba entrar en mi ano yo pense que no entraria pero de repente Max lo metio todo y me dolio un poco y seguia moviéndose mucho cuando termino senti una bola inchandose dentro de mi y me dolio y no paraba de incharse y de repente paso su pata por mi espalda y quedamos pegados culo con culo y yo empezaba a sentir como su semen perruno me llanaba por completo y se sentía muy caliente yo me tire al piso con el trasero hacia arriba todo cansado y aveces Max me jalaba y eso dolia mucho pero al mismo tiempo era una sensación muy placentera asi estuvimos mucho tiempo no sabia como despegarme de el y tenia miedo que como ya había pasado mucho tiempo mis padres vinieran a ver que estaba haciendo intente pujar pero no salia y al moverme hacia delante tampoco salia asi que tuve que esperar estuvimos asi casi 30 minutos y cuando de repente escuche un plaj como el sonido cuando destapas un corcho y me despegue de el y mire su pene y era enorme y toque mi ano y salia mucho semen muy excitado me acerque a el y se dejo chupar el pene y me lleno la boca y al senirlo en mi boca senti un poco de asco pero luego queria mas y segui asi luego de un rato de canso y se fue yo intente pararme pero me costaba tenia el ano dolido y aun salia mucho semen de mi ano asi que me puso rápido mi ropa interior busque mi ropa me la puse y me eche un poco de mi desodorante para que no se sintiese el olor de lo que hice con Max asi que me fui a la fiesta pero algo inesperado paso después de eso pero creo que esa es historia para otro momento….

Nunca había tenido una experiencia con una mujer, siendo yo mujer. Si bien es cierto, que a lo largo de mi vida me he sentido atraída por mujeres, nunca había dado rienda a mis inquietudes, tan es así que me casé hace 5 años, durante mi matrimonio le he sido infiel a mi marido 1 vez con un hombre, y esta ocasión que les contaré con una mujer.

Nayeli, mi actual amante, llegó a mi vida cuando no la esperaba, yo ya estaba establecida con mi esposo, las ideas de estar con una mujer se habían alejado hacia ya tiempo de mi mente, mas de pronto ella se cruzó en mi camino, fue verla y sentirme atraída por ella. Compañera de trabajo durante 1 mes, cruzábamos miradas a cada instante., eran miradas que decían algo más… había algo oculto.

En una ocasión tuvimos que salir fuera juntas, por camión, a pesar de ir solas en todo el camión nos sentamos una junto a la otra, llevábamos como 15 minutos de camino, cuando ella estiró sus brazos y los pegó a mis tetas, yo sentí correr electricidad por mi cuerpo, me miró, se sonrió y fue cuando yo supe que ella me deseaba tanto como yo, crucé mi brazo y le cogí de la cara le miré a los ojos y le sonreí. Mas tarde después de ir platicando ella recargó su cabeza en mi hombro, yo comencé a acariciar su pelo, siempre rozando sus tetas con mi brazo, podía sentir su pezón erecto, su respiración caliente, entonces zafé mi brazo para rodearla con él, y ella se pegó a mi pecho, puso su mano entre mis tetas y su cara y comenzó a jugar con ellas, el chofer nos veía por su espejo retrovisor, a mí no me importaba, yo quería sentirla.

Ese viaje fue solo eso, mas al volver, como a las dos semanas salimos juntas a comer, después la invité a casa a tomar unas cervezas, mi esposo andaba fuera de pesca con sus amigos. Nos fuimos a casa y ahí estuvimos platicando, bebiendo, nos sentamos en diferente sillón, al final terminé sentándome junto a ella, demasiado cerca, entonces, ella me quiso enseñar unos aretes nuevos que había comprado, me acerqué todo lo que pude a ella, y la besé en el cuello, ella se hizo para atrás, como muestra de rechazo, pero yo me acerqué de nuevo, esta vez a sus labios, puse mis labios en sus labios, comencé a besarlos, suave, tiernamente, hasta sentir que ella cedía, entonces comencé a meter mi lengua y ella soltó la suya y comenzó a besarme desaforadamente, empezó a meterme mano por donde podía, nos sacamos la blusa, el pantalón, y nos quedamos en calzón y brassier, nos fuimos a mi recámara, besándonos por el camino a ella, y nos tiramos en la cama, fue entonces que yo le saqué el brasier, y el calzón , hice lo mismo con los míos y comencé a besarla toda, sus tetas eran grandes, lindas, pasaba la punta de mi lengua por su pezón erecto y ella se revolvía en la cama, fui bajando, comencé a besar su vientre, y ella me ponía sus manos en mi cabeza, empujándola hacia abajo, abrió sus piernas, y prácticamente metió mi cabeza entre ellas, yo comencé a chupar, a chupar, a chupar, ella gemía y gemía, metía mi lengua en su vagina y sentía viscoso… pasaba mi lengua por su clítoris y sentía como se estremecía, comencé a meter un dedo en su vagina, la exploré, busqué sus puntos de placer, comencé a jalar humedad hacia su ano comencé a jugar ahí, ella solo me decía: así, así Lola, así, así Lola, le metí tres dedos en la vagina y comencé con el mete saca, sin cansarme, resbalaba completamente, estaba empapada, comencé a sentir como se contraía su vagina y teniendo los tres dedos adentro, los abrí, entonces ella pegó un grito de placer, se ve que le encantó. llegamos juntas al orgasmo sin yo tocarme, entonces le tocó su turno a ella, se ve que ella tenía mas experiencia que yo, me hizo llegar al orgasmo 5 veces más.

Desde entonces, siempre buscamos momentos para estar juntas, como pareja funcionamos muy bien, no hay celos, ella me tiene solo a mí, yo tengo a mi esposo y a ella, le cuento de mis aventuras con él y eso a ella le encanta.

Tuve un noviazgo normal, luego de tres años de novios, me casè con Rosario de con ahora 23 años. Tenemos un hijo precioso. Mis suegros me han apoyado, hacìan una linda pareja. Los dos son buenas personas. Pero hace casi dos años, un poco menos, mi estimado suegro falleciò de un infarto. Hasta ese momento, yo no habia visto a mi suegra como mujer, sino como la mamà de mi esposa. Ella es de tez muy blanca, lindo ojos cafè claro, cabello negro liso hasta abajo de los hombros, sus senos son pequeños, pero la madre naturaleza le doto de unas caderas y un trasero casi perfecto, he visto como los hombres jovenes y maduros, voltean a verla, sobre todo cuando usa pantalon apretado a su cuerpo. En mi caso siempre la respete y nunca le hice un comentario fuera de lugar, hasta ese momento. Luego de la perdida, mi suegra entro en mucha depresiòn, y luego de unas semanas, le propusimos que viviera con nosotros una temporada, ella luego de pensarlo mucho aceptò. El cambio le cayò muy bien, pero me di cuenta que alli empezò mi atracciòn hacia ella, pues tenìa unos maravillosos sentimientos, buena cocinera, excelente platicadora y todo en ella me parecìa muy bien. En una ocasiòn le dolìan los pies y le dije que se los podìa masajear, en ese momento los tres veiamos televisiòn, le tome los pies y le untè un balsamico, no podìa creer la perfecciòn de sus pies, sin ninguna imperfecciòn, a mi me gusta ver los pies de las mujeres que cuidan de ellos, me excitan. Y asi sucediò con ella, comencè a tener una erecciòn, mientras ella estaba concentrada en un pelicula de la tv. Deseaba meterme sus deditos en la boca y chuparlos; lo ùnico que pude hacer fue restregarlos contra mi paquete, y casi acabo alli sentado. En una de tantas ocasiones, estando en caso solo los dos, mi esposa habìa salido. Ella dije que se ducharìa, pero lo harìa en el baño de servicio, pues el baño principal tenìa fuga y necesitaba reparaciòn. Yo le dije que saldrìa, tome mis cosas e hice como si abandanoba la casa, no era cierto, yo querìa verla en cueros, querìa verla desnuda. Volvì a entrar y me escondi. Ella se fue a su habitaciòn y no dejò la puerta cerrada, me fui casi arrastrando y la vi como se desnudaba, le vi sus tetas que no eran grandes, pero de bonita forma todavìa, mi suegra tenìa unos 43 años y luego lo mejor, se bajò los panties y pude verle su panocha peludita, recortadita, luego se puso la toalla y yo salì casi corriendo. Se metiò a la ducha, esa ducha tiene una ventanita que da a un pequeño patio interno de la casa, fui ràpido y espere la ocasiòn, dudè bastante, pero por fin busque una silla y me asomè, para mi fortuna la ventana estaba ubicada de forma que ella me daba la espalda, pude apreciar sus bellas nalgas y su curvatura de la cintura para abajo, era una mujer todavìa muy bella mi suegra Claudia. Las cosas cambiaron a partir de ese dìa. Yo trataba de pasar màs tiempo con mi suegra, por supuesto que no le decìa ninguna insinuación, querìa ganármela poco a poco. La animaba cuando amanecía con depresiòn, la trataba con mucha estimación, tanta que mi esposa me agradecía el gesto. Comenzó a haber algunas confianzas entre ambos, mi suegra Claudia me decìa que se sentìa bien conmigo y que estando conmigo se le quitaba la tristeza, eso me animò mucho. Cuando veiamos tv juntos o estábamos en la sala platicando con Claudia, nos tomábamos de las manos o nos abrazábamos, por supuesto cuando no estaba mi esposa con nosotros. Se sentìa que habìa quìmica entre ambos, cada vez màs. Mi esposa pertenece a un grupo de oraciòn de tipo catòlico. Y tenìan planificado un retiro el fin de semana, me quedaria solo con mi suegra. Por mi cabeza pasaron muchas cosas, hasta planifique sacarla a cenar uno de esos dìas. Cuando estando en la sala, mi suegra Claudia me dice que un amigo suyo la invitò a salir, cabalmente esa noche que yo habìa planificado sacarla a cenar; ella me dijo que ya habìan pasado casi seis meses desde la muerte de su esposo y la vida continùa, “tengo que volver a tener mi propia vida y no se que hubiera hecho si tu no me hubieras ayudado”, y prosiguiò diciendo “este mi amigo, quien me invitò, siempre ha vivido enamorado de mi, a mi no me gusta mucho, pero es una buena oportunidad para salir y que me recuerden que soy mujer”, me dijo esperando mi respuesta, “que opinas de esto Victor?, si tu me dices que no vaya, no voy”. No pude decir nada y me fui a mi habitaciòn, maldiciendo, me di cuenta que si me importaba mi suegra. Ella se ducho y se arreglò, se quitò el negro y se puso un vestido de una pieza muy pegado, se puso calzado alto y me fue a mostrar como iba. “mira Victor, te gusta como me puse”, se me hizo un nudo en la garganta, ella estaba preciosa, parecìa la hermana de mi esposa y no su madre. Le dije que estaba muy linda, que seguramente su amigo era un afortunado. Ella me vio y me dijo, “no quieres que mejor me quede contigo en casa?”, yo inseguro, le dije que no habìa problema que la pasara bien. Como que ella estaba esperando otra respuesta, se fue a su habitaciòn para darse sus ùltimos arreglos. Entonces tuve una reacciòn de la cual no me arrepiento para nada, tomè valor y fui a su habitaciòn, toquè la puerta, ella me abriò, le dije “la verdad Claudia, no quiero que vayas con ese idiota, quiero que te quedes conmigo, yo habìa planeado sacarte a cenar, pero no pude decirtelo, me gustas mucho y siento algo por ti que no puedo explicar, si todavìa quieres irte, no te detengo, solo querìa que lo supieras”, y hubo un silencio y ella de seria comenzò a sonreir, me tomo de la mano me entrò en su habitaciòn y me abrazò, poco a poco nuestros labios se fueron juntando y comenzamos a besarnos con mucha pasiòn, labios y lengua, delicioso intercambio de saliva. “yo me querìa quedar contigo tontito”, me dio al oido, fuimos a su cama y caimos en ella besàndonos y tocàndonos, le baje los tirantes de su ajustado vestido, hasta tener sus senos libres, los mamè con fuerza y deseo, ella gemìa cada vez que yo le apretaba los pezones con mis labios. Luego metì mi mano en su entrepierna y pude sentir lo caliente de su sexo, luego metì mi mano en su braguita y pude sentir sus vellos pùbicos suaves, luego un dedo paso en la abertura de su rajita y ella se estremeciò y me dijo que le hiciera todo lo que quisiera. Sin esperar nada, me fui colocando entre sus piernas y sus buenos muslos y arrancando su braguita me puse la lamerle y chuparle su sexo, tenia un clitoris grande y yo lo atrapaba con mis labios y le pasaba la lengua, mi suegrita daba quejidos como si la estuvieran sacrificando, era excitante oirla gemir. Mi lengua comenzò a ir de su clitoris, a su vagina, luego lamìa sus labios vaginales y bajaba hasta lamer su ojete arrugadito del culo, cuando toquè su ano, ella se estremeció y se corrió con una puta, gritaba, me arañaba la espalda y me preguntaba que le estaba haciendo?, yo no dejaba de comerle sus partes ìntimas y ya tenìa una erecciòn que amenazaba con romper mis pantalones. “Victor, cògeme, quiero tener una verga otra vez dentro de mi”, “Victor hazme sentir mujer”, me decìa Claudita, yo me quitè los pantalones a toda prisa, luego la camisa, la desnude a ella totalmente, los dos en cueros. Me subì sobre ella que me esperaba con las piernas abiertas y tomando mi pene la puse en la entrada de su vagina y la penetrè, los pujamos y gemimos como adolescentes, mi verga que tiene buen tamaño y grosor se fue deslizando dentro de su rajita mojada, ella me abrazò y eso hizo que mi verga se fuera bien adentro de su panocha, sentì lo caliente de su interior. Luego me puse a entrar y salir de su vagina, ella me atrapaba con sus piernas, los dos nos movìamos como animales en celo, gritando, gimiendo y moviendonos acaloradamente. “ay que rico, que rico Victor, no pares, dame màs”, decìa mi suegrita mientras yo la clavaba inclementemente, yo le besaba la quijada, sus orejas, su cuellos y luego bajè para mamar sus pezones erectos. Cuando mamaba sus tetitas, ella empezò como a convulsionar, le estaba viniendo un nuevo orgasmo, “ay Victor, ay Victor, me vengo, me vengo!!”, gritaba de pasiòn Claudita. Sentì como se mojaba su rajita de sus jugos intimos, nunca habìa sentido la eyaculaciòn de una mujer, ahora lo sentìa con mi suegra, de verdad era una mujer muy caliente en la cama. Ella pataleo, gimiò y me decìa que no dejara de cogerla. Yo estaba super excitado y faltaba poco para correrme tambièn, asi que comencè a darle duro y profundo, no aguantè y comencè a eyacular una cantidad enorme de semen caliente, se la dejè ir bien profundo en su vagina, nos movimos hasta que poco a poco nos quedamos casi quietos. Yo me separè un poco sin sacarsela, pude ver su sexo y el mio aùn juntos, sus jugos y mi semen le salìan de su rajita y se deslizaba por su culo y paraban en las sabanas de su cama. “que dios nos perdone por lo que acabamos de hacer” me dijo mi suegra cuando se incorporò para ir al baño a lavarse la rajita. Yo le dije “los dos deseabamos mucho esto y la verdad que lo repetirìa sin pensarlo”, ella me sonriò y lanzándome un beso se fue al baño. Luego nos despedimos y cada quien a su habitaciòn. A la mañana siguiente, ese dìa mi esposa saldrìa del retiro, yo debìa ir por ella despuès del medio dìa. No pudo ser mejor mi mañana, sentì que abrìan la puerta de mi habitaciòn era mi suegra, llevaba un azafate, me habìa preparado mi desayuno, estaba de muy buen humor, aùn tenìa su traje de dormir, un vestido flojo blanco, yo sabìa que abajo no tendrìa sosten y una braguita diminuta con la que habìa visto que dormìa. Se subiò a la cama y me dijo que me habìa preparado un desayuno especial y que me agradecìa lo de la noche anterior, que ahora se sentìa viva y con ganas de vivir. Yo hice a un lado el azafate y tomàndola le dije que aùn no habia terminado con ella. La abracè y la puse abajo y me subì encima, le busquè la boca y la bese. Le quitè su bluson de dormir y tal como habìa pensado no tenìa sostèn y su braguita era diminuta, la besè y ella correspondió. Luego le di la vuelta, yo querìa gozar ese bello trasero que era el deseo de muchos hombres que la conocìan. Me puse entre sus piernas y comencè a besarla desde sus muslos y fui subiendo hasta sus nalgas, las mamè, luego las lamì y le daba pequeños mordiscos, le dije que tenia un trasero increible. “te gusta Victor?, es tuyo ahora”, me dijo ella. Abrì sus nalgas y pude ver su rajita y màs arriba su lindo e inmaculado culito, Me puse a lamer ambos, ella comenzò a gemir y me recordaba que me regalaba sus orificios. Le abrì sus piernas y fui insertando un dedo en su rajita, la masturbaba mientras mi lengua jugaba con su ojete del culo, sus gemidos fueron en aumento, Al rato le metì otro dedo, eran dos dedos que yo metìa y sacaba de su rajita ya mojadisima, mientras no dejaba de darle lengua a su bello culo. No aguantè màs todo eso, yo estaba excitadisimo, me quitè mi ropa de dormir y subiéndome sobre sus nalgas, metì mi verga erecta entre sus labios vaginales y le fui penetrando, senti lo suave y caliente de su sexo, mi verga fue penetrando hasta que mis huevos fueron los ùnicos que quedaron fuera, seguidamente fui moviendome adentro y afuera de su panocha, un rico mete-saca y mi vientre topando con sus nalgotas ricas. Un bello palo. Claudita fue gimiendo màs y màs hasta que alcanzò un sonoro orgasmo, mi bella suegra tiene esa característica de alcanzar su climax bien ràpido. Mientras ella se estremecia con su corrida, yo me incorporè un poco sin sacarsela y divisando su ojete, le metì mi dedo pulgar adentro y lo metìa y lo sacaba al ritmo de la follada que le seguì dando. Ella al principio intento sacar mi dedo de su culo, pero le dije que no, “Claudita, ya te han probado tu rico culito?”, ella entre gemidos, me contestò que nuna lo habìa hecho por alli antes. “Pues hoy vas a probar mi verga en tu culito”, le dije. Ella me dijo entonces “ay no mi amor,. pero si quiero hacerlo. solo hechame algo para que no me duela mucho”. Entonces jale de una mesita, yo recordaba que mi esposa usa un aceite para sus manos, le untè un poco en su ojete, luego con mis dedos se lo reguè encima y con mi pulgar la penetraba por el culito. Saquè mi verga mojada de su rajita y la puse en la entrada de su ano, luego, empujè y se la fui metiendo de a poco, ella gritò cuando se sintiò penetrada por el culo, me volviò a pedir que me fuera suave y despacio, comencè a moverme en un vaiven suave, mi glande entraba y salìa de su ojete, lento, con paciencia. Poco a poco su culito se fue tragando mi dura verga, despacio, lento, parando y volviendo a moverme, para que ella se sintiera còmoda. Por fin se la habia metido màs de la mitad, entonces comencè a moverme un poco màs ràpido y màs fuerte. Ella que se habìa mantenido quieta, comenzò tambièn a mover su bello trasero al ritmo de mi follada, poco a poco terminè de metersela toda dentro de su recto, el cual era sumamente apretadito, era exquisita la sensaciòn de apretar mi verga con su ano. Me excitò muchisimo esa experiencia, yo le decìa a Claudita que su ojete era lo mejor que yo habìa probado en mi vida, “y yo soy el primero?”, le preguntaba, ella me decìa “si cariño, tu eres el primero que me la mete por alli, asi que mi culito es tuyo”, luego de un rato le inicie a dar màs duro y le anuncie que estaba por correrme, ella me animò y me dijo que querìa sentir mi esperma en su culito, se la metì màs duro, ella gimiò de placer y estallè en unos chorros de semen que rápidamente llenò su orificio de lechita caliente y que le salìa por la comisura de su culito. Fueron muchos latigazos de esperma. Por fin terminè y me despeguè de su recto, un gran chorro de esperma saliò de inmediato y cayò en las sabanas. No podía empezar este mejor que esto. al medio dìa fuimos a traer a mi esposa con ella. Toda la semana pasamos viéndonos, pero sin hacer nada pues mi esposa estaba presente. Ese fin de semana mi suegra nos anunciò que regresaba a su casa y que nos agradecìa la estancia por esos meses. Ella regresò a su casa, yo la fui a ayudar a pasar sus cosas que estaban en nuestra casa. Yo planee pasar sus ultimas cosas a su casa estando solo con ella. Luego fui a su habitaciòn donde ella estaba arreglando sus cosas, la abracè por atras y le acaricie su busto. Le dije que quería hacerlo en su cama. Ella se volteo y nos besamos, nos fuimos quitando la ropa como pareja de enamorados, nos quedamos de pie desnudos, ella me tirò a su cama y tomando mi verga comenzó a darme la mejor mamada de mi vida. Era la primera vez que ella me daba sexo oral. Pero fue magnifico, toda la experiencia de una mujer que fue casada y era madurita. Después de ponérmela durisima, se fue subiendo sobre mi verga y se la clavò solita, despuès empezò a cabalgarme como si fuera una potrilla, ella alcanzó su primer orgasmo como siempre, tempraneramente, pero siguiò montada y ofreciéndome sus senos para mamarlos. Luego de sacarme una tremenda corrida, me lancé sobre ella la penetrè y luego la puse al estilo perruno, que tremendo culo se miraba en esa posiciòn, le di por la raja y luego por el culo, le dije que era mio y ella dijo que si, que la cogiera donde quisiera. Ese dìa me corri tres veces y tardamos haciendo el amor por dos horas. Agotados de tanto sexo y corridas, nos abrazamos en la cama y le dije que querìa ser su amante, ella me besò y me dijo “que me perdone mi hija, pero yo quiero ser tuya nada màs”. De eso ya hace casi un año. Yo follo con mi suegra incluso màs veces al mes que con mi esposa. Estamos muy enamorados, que nos hace sufrir imaginar que alguna vez mi esposa se darà cuenta y que todo terminarà mal posiblemente. Mi suegra Claudita todavia menstrùa y me ha pedido que la embarace cuando estamos en el climax, pero yo he tomado todavìa esa seria decision

Adela, se me acercó, de arranque me agarró la mano, yo seguía la corriente, el perfume que se había colocado era penetrante y agradable, eso me puso carretón, se paró vino hacia mi, yo me paré estábamos frente a frente, , ella estaba cerca a mi y me miraba fijo a los ojos, sin decir ni una palabra , comenzó a besarme en la boca, yo correspondía sus besos, en eso ella me dijo……Rafael…..hace tiempo que quería este momento,…….. Ella no dejaba de acariciarme, me sacó el polo que llevaba puesto, besaba mi pecho, yo agarraba y acariciaba su hermoso culo, mamaba sus tetas que también eran grandes, hasta que ella me dijo……Rafael….quiero ser tuya….hazme tu mujer…Yo le dije…….Adelita……..no aguanto más, vamos a mi cama……Ella…..si llévame a tu cama, mi amor…..cuando ya estuvimos en mi cama, la desvestí todita, lo primero que vi fue su hermoso culo, comencé a besar primero sus nalgas , abrí su culo y comencé a besar y a chupar su coñito……Ella gemía de placer y decía ,,….Así mi amor…..que rico que me besas mi culo….Yo voltié,, la besaba con desesperación, le mamaba sus tetas, y en eso ella me dice…..Rafael….mi amor……..Quiero chupar tu pinga…..déjame hacerte la paja, ….Yo le acerqué mi verga, al verla me dijo……..Amor que rica pinga que te manejas….amor quiero mamarla……déjame comérmela todita…..está rica tu verga. …ella se la metía mi pinga a su boca, la mamaba…no paraba hasta que dijo……Rafael….mi amor …mete tu rica pinga en conchita…la quiero adentro. Cuando se la metí….ella grito………Amor ayyyy me duele ….métela despacio, …ayyyy mi vida me duele…….en eso escucho, que grita………Yaaaaa amorrrrr tengo tu pinga en mi conchita…me duele …pero está rica …así mi amor cáchame….dame toda tu verga la quiero adentro….Mi pinga entraba y salía de su conchita…….la puse en cuatro…..ella gritaba …..Mi amor despacito por favor…me duele…hasta que ella me pidió……Amor…quiero sentarme en tu rica verga, me eche en de espalda y ella agarró mi pinga, la mamó, al minuto se metió se la metió en su rica conchita, …..ella cabalgaba montada encima de mi pinga,, como yegua sin frenos…hasta que ella gritó….Rafael….mi amor…ya me vengo ,,…sigue…asi, cáchame.. dame duro mi amor. no quiero que saques tu verga de mi conchita……….así mi amor sigue así, sigue mi amor y ahí oigo………..Yaaaaa. ,mi amor….Yaaaaa me vengooooo, no paressss….que ricoooo…deja toda tu leche adentro en mi conchita……..que rico cachas…no la saquesss……, .noooo mi amorrrrr…..en eso yo terminaba también…….Adela…..mi amorrrr……me vengooooo que rica tu conchitaaaa mi amorrrrr tu chuchita esta chupando mi vergaaaa…….Ella …..mi amor deja. tu pinga en mi conchita…….que rico me has cachado…me has hecho la mujer más feliz.,….esa vergota la quiero solo para mi……promete mi amor…que esa pinga solo va ser mía…….Yo le dije si amor todita es tuya…y tu también dime que tu culo solo será mío,…..descansamos un rato, conversando y acariciándonos…..me puso de nuevo al palo, hicimos el amor dos veces más, se despidió, y se fue contenta . Así pasaron los días, ella venía a mi departamento cada 15 días. Fue para el mes de julio, por fiestas patrias, Gustavo me invitó a su casa que iba hacer una parrillada , fui el día indicado, hicimos la parrillada, había trago, entre cervezas, vino y pisco, el bailongo estaba de cajón, vinieron 5 parejas. Después de almorzar, Gustavo y Adela me llaman a conversar , yo me puse saltón y un poco preocupado, los dos me pidieron que sea el padrino de 15 años de su hija Analí. Yo les dije…..Yo agradezco su…gentileza….la verdad me agarran de sorpresa…..déjenme pensarlo, de acá tres días les doy la respuesta, con esto no está descartado que acepte…pero de todas maneras denme ese plazo, ….Ellos aceptaron…En eso ellos llamaron a Analí, y le dijeron que yo iba hacer su padrino de los 15 años, la chibola se puso contenta, y me dio un beso en la mejilla, me puse en fa, sentí su piel tiernita y suavecita, por un momento se quedó abrazada de mi, la verdad que la chibola era un monumento, era una belleza única ,nos despedimos, ella de nuevo me besó y se fue. Desde ese momento ya Gustavo y Adela me trataban como de la familia. La fiesta se armó con el baile, yo bailaba con Adela y de vez en cuando con Analí, . Eran ya pasada la media noche los invitados se retiraron, nos quedamos Gustavo. Adela y yo, Analí también se fue a dormir, ya Gustavo estaba borracho, hasta que se quedó dormido, yo bailaba con Adela, ella me besaba en la boca, éramos dos salvajes en busca de sexo, . Ella me desabrochó el pantalón sacó mi verga y la acariciaba,…Yo agarraba su hermoso culo, desabroché su blusa , sus tetas saltaron y comencé a mamarlas y a chupar sus pezones que estaban duritos,…..Ella me dijo mi amor , no aguanto más….quiero que me hagas el amor……me llevó a la cocina…seguíamos con el calentamiento, en eso, ella se arrodillo ..agarró mi verga y se la metió a la boca,,,la mamaba con desesperación……cuando en eso sentimos ruidos en la sala………………continúa….parte 3

Hola buenas tardes buenos días a todos que lean mi relato

Comenzaré con mi Nombre es Fernando y tengo actualmente 23 años de edad y
Físicamente soy ni gordo ni flaco pero se me nota que voy al gym y mido 170 y
Desde los 14 e tenido una buena experiencia con las mujeres ya sean solteras o casadas
Gorditas o flacas un poquito de todo pero me en cantan las caderona nalgona con carne que tenga de dónde agarrar como
Dicen cuando hablan de las mujeres culona nalgona .

Soy de México del estado de Hidalgo y mi familia la conforman mi papá de 56 años es delgado se la pasa trabajando tiene su
Negocio es comerciante y tiene 3 circulares le va muy bien y de físico es delgado pero se cuida va mucho al gym en sus tiempos libres
Y cuida su alimentación y mide 173 .

Y también está conformada mi familia por mi hermana mayor se llama Anabel y tiene 29 es gordibuena ni gordita ni flaca pero es chichona y de caderas anchas bien nalgona y ella es casada a los 18 se casó y se fue de
La casa y tiene su hijos y un bueno para nada como esposo que por lo que me cuentan por ahí
Que ni la atiende bien que solo anda de ( Huevón un haragán )

Y en mi familia sigue mi hermana la más chica que tiene 15 y se llama Mariana y es muy simpática

Y por último está Mi mamá se llama Rebeca y ella mide 150 pero es bien buena y es que me di cuenta
Muchas veces como la miran los hombres especialmente sus caderas porque es bien chula
Nalgona caderona y de tetas pequeñas se parece mucho a la actriz de Nopor ( Carmela Clutch )
La única diferencia que ella es de cuerpo natural jejeje… pero siempre notaba como la miraban
Los hombres y notaba como le gustaba a ella y cuando le decían piropos
Es de las mujeres que muy serias que no Rompen un Plato pero Rompen la Docena pero lo saben disimular muy muy bien

 

El Relato comienza así yo y mi madre nos llevamos bien pero como una madre con su hijo sin malisia con respeto
pero un poco frío
Al mostrar mis sentimientos la cosa es que tengo un abuelito que
Es dueño de un motel chico de unos 25 habitaciones en el estado de Querétaro y es un

Hombre buena persona muy franco muy amigable y es que se iba ir unas semanas o más de un mes a México por
Razones personales y la cosa es que quería que mi mamá y yo cuidemos el negocio de mi abuelo y yo no quería muy
Muy bien ni mi mamá me convenció pues nos fuimos mi papá como que no quería muy bien pero termino
Aceptando por apoya mucho a mi mamá y a el le convenía por qué le gusta andar de canijo el Regresando a la historia

llegamos un miércoles en la mañana como a las 9 30am y mi abuelo lo saludamos y nos invitó a desayunar
Por tiene un mini restaurante y tiene dos señoras trabajando ahí y luego nos presento a su

velador y NUNCA SE me olvidará como miro a mi mama la saludo de mano pero no le quitaba la mirada de encima y cuando no se daba cuenta lo cachaba como se la comía con la mirada y cuando la desnudaba con la mirada

Era un señor como de unos 33 años de edad se llama Erick y mi abuelo nos enseñó en lo
Lo que lo íbamos a ayudar a el y nos enseñó el cuarto que íbamos a compartir una cama king size un cuarto manos menos con su propia cocina adentro y le dijo a mi mamá que tenía que hacer
Y como Poder sobre llevar el motel y que una de las Señoras es la llevaba tiempo con mi abuelo trabajando y le sabía más a la Movida

Al llegar el viernes se fue mi abuelo y nos quedamos nosotros y todo normal nos íbamos cada día de plaza al mercado a comprar lo Necesario y la farmacia dónde compraban Condones para vender a los Caluentrentos

Pero paso una y dos semanas todo normal por qué cuando llegaba el El velador nos quedamos cuidando desde la habitación a veces Hasta las 4 de la madrugada porque nos dimos cuenta que a veces no entregaba cuentas bien el a veces no sabía lo de una o dos habitaciones. Pero mi mamá no quería hacer nada hasta que llegue mi abuelo

Y hablamos con mi abuelo a los 16 días de averse ido a la capital que todavía iba tardar como un mes o 2 y lo que No me Comenzó a gustar es que

Que note que mi mamá le comenzó a llevar una taza de café según siendo amable o me decía que se lo llevará yo y dije ok lo hace por ser buena gente hasta que unos días note que se se tardaba un poco y dije dónde fue o que estará haciendo y note que ya no me decía que le lleve su café ella se lo quería llevar y un día eran como las 22 horas fue y dejo abierta la puerta que según no tarda y note que llevaba 10 minutos que no regresaba y que voy de escalso para no hacer ruido y el velador se quedaba en un cuarto que era de vigilancia pero dónde nos dormíamos no podíamos ver hace allá porque estaban unas recamaras en medio estábamos en la zona hasta abajo como a 100 pies y la cosa es que fui con cuidado para que

Nadie me viera cuando me iba acercando mi latía el corazón a mil por hora era el velador tenía a mi mamá en 4 de perrito y por qué dónde estaba el tiene puerta de vidrio oscuro pero de un lado no tenía y lo miraba yo viendo como se la estaba cogiendo y mi mamá gimiendo de placer
Diciendo le así más papi más más mmmmmm
Más mmmmmm que rico y se escuchaba

Pla pla pla pla pla pla pla pla pla pla pla pla pla pla pla pla pla pla pla pla pla pla pla pla pla pla pla pla pla pla pla pla pla pla pla pla pla pla pla pla pla pla pla pla pla pla pla pla pla pla pla pla pla pla pla pla pla pla pla pla pla pla pla pla pla pla pla pla pla pla pla pla pla pla pla pla pla pla pla pla pla pla pla pla pla pla pla pla pla pla pla pla pla pla pla pla pla pla pla pla pla pla pla pla pla pla pla pla pla pla pla pla pla pla pla pla pla pla pla pla pla pla pla pla pla pla pla pla pla pla pla pla pla pla pla pla pla mmmmm así cuando la Vi y me gustó mucho lo que ví dije mi papá que suerte tiene y el prefiere buscar afuera cuando en casa tiene TODA UNA MUJER

Y vía como le quitó el sostén y dije wow que buen para de tetas se tenía bien aguardadas y es de pezones grandes mmmm

Que suerte la de el cuando 20 minutos después termino el y mi mamá le dice se fue hace el baño y el se estaba vistiendo. Y wow esas nalgas ví como se dieron un par de besos mientras el apretaba las chichotas y el daba una nalgada y

Me regresé a la habitación rápido con cuidado y luego a los 5 minutos llegó que según estában haciendo cuentas…

Y me comencé a quitar la ropa enfrente de ella y se me quedó viendo como que haces

Y la abrazo y le dije aquí va pasar lo que tenga que pasar porque la Vi lo que hizo y no la culpo porque usted no es de madera y le dije porque yo no me hubiera dicho. Y me dijo como crees faltar me el Respeto

Y quería llorar y la abrase y de la nada la comencé a besar y le dije quiero que me la chupes se que no será como la de el era de unos 30cts yo de 18cts

 

Y me dijo no digas eso y wow me la coji en la regadera y en la cama y otra y ella tuvo 3 orgasmos y yo igual pero me encantó

Y después de ese día a los 8 días regresamos a la casa porque mi abuelo regreso pero antes de ese día diario 4 veces diarios que caderona nalgona de tremendo culo

Algunas de mis aventuras con mi cuñada y su tía. De hecho, esto no me ocurrió a mí, sino a un amigo cercano..
Hago la aclaración, por si las dudas. Enseguida, en la voz del protagonista se desarrolla la historia.

A ambas las conocí cuando inicié de novio con mi actual esposa. Primero vi a la tía, un par de años mayor que yo y me atrajo tremendamente su belleza: un cuerpo deseable para las manos de cualquier hombre, tanto sus chiches como sus nalgas; una cara que incitaba a besarla y a acariciarla; gestos de seductora y sonrisa incitante. Ella se prestaba de tapadera para las reuniones nocturnas que tuve con mi novia, quien en su casa decía que dormiría en casa de su tía. A la hermana, cinco años menor que mi esposa, desde sus 16 años se mostró coqueta conmigo, principalmente con los besos de saludo o despedida, a veces con abrazos presionando sus pequeñas tetas contra mi pecho, o fricciones de culo en mi regazo al pasar por algún lugar estrecho donde estaba yo, en lugar de hacerlo por otro que requería pocos pasos más. “Permiso”, decía antes de pasar y sonreía al pasar y sentir cómo me crecía el pene con el tallón de sus nalgas, con un “Gracias” concluía su tránsito.

Los años pasaron, mi cuñada se casó y se puso muy buena de las nalgas. Ya no me las repegaba, pero sonreía con la misa gracia cuando me descubría mirándoselas mientras crecía la protuberancia en mi pantalón. También, cuando se retiraba se cotoneaba dejándome con la boca abierta, a punto de caérseme la baba, y con una montaña en el pantalón que terminaba en un húmedo punto del presemen que destilaban mis ganas por ella. La tía también nos frecuentaba, pero era más discreta, salvo cuando traía escote en el pecho y se agachaba con cualquier pretexto para mostrarme el canalito mientras me miraba con una sonrisa que le daba un aire de pregunta “¿Quieres…?”  Yo quedaba con la vista fija en sus tetotas, conteniendo mis ganas de meter mi mano entre sus ropas.

Mi cuñada vivía en Toluca, una ciudad próxima a la CDMX y también allá vivían las tías de mi mujer. En la semana navideña nos hospedaron en un pequeño hotel que tenían las tías, donde ellas, además de administrarlo, también vivían allí. Una tarde mi esposa se fue con su hermana de compras y regresarían muy noche. Yo me quedé acostado viendo la televisión y fue la tía a mi cuarto, a llevarme un café. Se quedó viendo el programa que yo veía y se sentó en la cama. Se acomodó  un poco  y al subir bien las piernas    la falda dejó al descubierto sus torneadas piernas, pero no se las cubrió. Me comencé a excitar y se notó claramente mi protuberancia.

–¡Ay, qué pena, ya vine a inquietarte! –exclamó volteando a ver descaradamente mi erección y se cubrió las piernas.

–Así estabas muy bien –acepté, acercándome a ella para subirle otra vez la falda–. Es más, así estás mejor –dije levantando más la falda hasta llegas al triángulo que mostraba la tanga y de la que sobresalían los vellos del pubis.

–¡No la subas tanto! Me da vergüenza que veas que no me he cortado el pelo de allí –reclamó, pero si    intentar cubrirse.

–Al contrario, se ven muy bonitos –le dije metiendo mi mano en el pelambre  y acerqué mi boca a la suya para besarla.

Al principio se quedó quieta, pero correspondió al beso en cuanto mis dedos recorrieron su clítoris. Su mano fue a mi regazo para acariciar mi pene sobre el pantalón. Nuestras lenguas siguieron enroscándose y me bajó el cierre para meter su mano en la bragueta, liberando mi miembro, el cual jaló, sacando el presemen. Yo ya tenía dos dedos dentro de su vagina y se montó en mí. Hizo a un lado la tanga y se metió mi verga para cabalgar con frenesí.

–¡Qué rica la tienes! ¡Está deliciosa! –gritaba ella y yo le saqué las chiches por encima del escote de la blusa–. ¡Hacía tanto que no me cogían así! –gritaba entre los espasmos orgásmicos –¡Vente en mí, lléname de tu semen! –exigía, y, sin poder contenerme, me vacié dentro de ella…–. ¡Qué calor tan delicioso! –exclamó antes de caer llorando sobre mi pecho.

Acaricié sus pezones, sobresalientes de sus grandes aureolas y se fue calmando. Se levantó, acomodándose la ropa y observó mi pene flácido, lleno de nuestras excreciones. Volvió a subirse a la cama para limpiarlo cin su boca.

–Esto no se va a quedar así. Tenemos que hacerlo bien –aseguró jalándome los huevos, Se volvió a levantar y se fue.

Me quedé dormido con la verga al aire, hasta que tocaron a mi puerta. “Adelante”, dije después que rápidamente me acomodé el pantalón. Era la otra tía, quien me avisaba que la cena estaba lista. Olfateó un poco y fue directamente a la ventana para abrirla. Era evidente que el cuarto olía a sexo.

–Ni el café pudiste tomar –indicó al tomar la taza. Me miró con una sonrisa y vaticinó –la próxima vez yo te traeré el café…

No tardaron mucho en llegar mi esposa y su hermana, justo cuando comenzamos a cenar. Al terminar los alimentos, mi esposa me pidió que llevara su hermana a su casa porque ella estaba cansada y no quería manejar.

En el trayecto, mi cuñada me preguntó si había extrañado a mi mujer “con tantas horas sin ella”, precisó.

–Sí, pero en la noche me repongo de su ausencia –señalé, dándole a entender con un gesto que me la cogería.

–¿Tan fogoso eres? –preguntó sonriendo–. ¿Podrías mostrármelo? –añadió a bocajarro sin dejar de sonreír y me acarició la cara.

Me metí al primer motel que vi. “Ya lo verás” le dije. Dentro del cuarto, mientras la encueraba dándole besos y caricias, ella hacía lo mismo.

–¡No hay condones! –exclamé después de buscarlos.

–No hay problema, menos si es niño, mi marido quiere uno –me dijo cínicamente, jalándome la verga para colocársela a la entrada de su raja. Se colgó de mi cuello y la sostuve de las nalgas, mirando en el espejo su trasero entre mis manos.

Nos besamos y ella se movió como una puta experta, teniendo entre gritos un orgasmo tras otro. Agotada, se soltó de mí para caer de espaldas en la cama. Quedé de pie, con mis manos en sus nalgas y mi verga tiesa dentro de ella. La acomodé boca abajo, le abrí las piernas y me puse a lamer  sus nalgas, el ano, el periné y me extasié tomando su abundante fujo.

Ya que se repuso se volteó y miró mi pene rígido. Abrió las piernas para recibirlo. Le di varios recorridos  y tuvo otros dos orgasmos.

–¿De verdad no temes que te embarace? –pregunté antes de venirme.

–Creo que no sería correcto, pero vente –confesó apretándome contra ella, aceptando su destino.

Al sentir que me vendría, le saqué la verga y el chorro de semen cayó en su vientre. Lo tomó en sus dedos y lo puso en su boca para saborearlo. “Gracias”, dijo sonriendo y se puso de pie para vestirse.

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Sofía era la novia de Gabriel, mi sobrino. Era bastante alta, 19 años, morocha de cabellos lacios hasta la cintura, hermosa de cara (representaba muchos años menos), de tetas justas y firmes, cintura de avispa y cola levantada … un dibujo por donde se la mirara.
Era – como ya les dije – la novia de un sobrino de mi mujer a la que veíamos en reuniones familiares … era de esas pendejas que un tipo de mas de 40 como yo nos deja babeando.

La empresa donde trabajo iba a poner un stand en una exposición de nivel internacional y me tocaba a mí, como supervisor de Ventas, estar a cargo de todo el tema.
Como necesitábamos una promotora me acordé de Sofi, así que decidí llamar a mi sobrino para que me comunicara con ella.
Gabriel me dio poca bola y me pasó el número para que la llamase, cosa que hice inmediatamente. Le comenté a la pendeja cuál sería su tarea, los días que tendría que estar y la paga – que era sumamente buena- , a lo que ella contestó que sí sin dudarlo.
” … pasá hoy por casa así te termino de explicar …” terminé la charla telefónica.

Esa tarde, cerca de las 18 hs. Sofía estaba ante mí … vestida con un jean elastizado que parecía pegado a su piel, bronceada y con un top que resaltaban sus pechos… sabía que estaba buena y no mezquinaba mostrarse.
” … mirá nena, son 5 días la duración de la exposición, te damos la ropa y tu función es menear la colita y repartir folletos invitando a entrar al stand a la mayor cantidad de gente posible … si logramos cierto número de adherentes se te va a pagar un premio adicional …” le comenté
” … Sí Alex !!!, de una … necesito unos pesos y prácticamente no hay que hacer nada !! …! rió contenta.
” … venite mañana a la oficina después del mediodía y te probás la ropa …” y nos despedimos con un beso.

Sofía llegó cerca de las 2 de la tarde a mi oficina, contorneando su figura ante la mirada de un montón de babosos compañeros de oficina … su perfume dejaba la estela por donde ella pasaba.

” … hola Alex ! …” dijo poniéndose en puntas de pie para abrazarme y darme un beso mientras yo observaba en el espejo la imagen de su cola.
Se sentó frente a mí y le seguí comentando el plan de trabajo.
” … el jueves te venís 7.30 de la mañana y te vas conmigo en el auto de la empresa hasta Esperanza (la ciudad donde se hacía la expo). Instalamos el stand y comemos algo, la movida empieza a las 15 hs. y termina 21, así que nos venimos para acá. El viernes te paso a buscar por tu casa si querés y nos vamos todo el día … el sábado sí ya cambia la cosa, nos tenemos que quedar allá porque no voy a tener el vehículo de la empresa y además termina muy tarde, así que seguramente iremos a un hotel a dormir para empezar el domingo a full … esa noche también nos quedamos a dormir para el lunes temprano desinstalar todo y volver …” le expliqué…. “…ahora probate la ropa por favor ..” agregué

El vestuario era un tipo de catsuit celeste y blanco de tela engomada con breteles tipo solera en la parte superior, se lo entregué y salí de la oficina para permitir que se cambiara.
Luego de unos minutos abrió la puerta invitándome a pasar.
Casi me muero … era un infierno !!! … mi pija daba saltos dentro del calzoncillo …. sus pezones se marcaban de una manera exquisita, sensual, sin ser agresivos — y su cola era la perfección,.. la pendeja sabía el efecto que me causaba y giraba sobre sí preguntando si le quedaba bien.
” … eh … sí …perfecto… solo que se te marca mucho la bombacha …” dije como un pelotudo.
” … pero Alex !! … con esto llevo un hilo dental o directamente sin ropa interior …” dijo como que fuera lo más normal del mundo.
La tomé de la mano y poniendo la otra sobre su cintura la hice girar … Sofía sacaba cola cada vez que quedaba cerca de mí … la solté y ella se apoyó en el escritorio y levantando aún más su cola empezó a menearla suavemente 

” … bien puta ella …” dijo lanzando una carcajada.
” … yo entro al stand aunque sea solo para ver ese culo mas de cerca …” acoté riendo.
” … jaja …vos sos de los que no dudaría en invitarme a tomar algo —” dijo de manera pícara.
” … es cierto … empezaríamos tomado algo…” respondí siguiendo su juego
” … sacate la ropa, te queda pintada…”
” … ay tío !! adelante tuyo querés que me saque la ropa ?…” lanzó tomándose el pelo y mordiéndolo con aires de gata.
Reímos y salí de mi oficina tapando con mis manos en los bolsillos la erección que era indisimulable.

Se despidió de mí quedando en estar a la hora y día fijados, al despedirse me dijo al oído:
” … cuando esté saliendo te prometo que te devuelvo los ojos que me dejaste pegados al culo ..” y me dio un beso marchándose.

El jueves sería el primer día de unos cuantos donde el placer se mezcla con el trabajo.

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Ese jueves Sofia llegó a la hora señalada: cara lavada, calza multicolor y remera haciendo juego … estaba hermosa, sobre todo por las bolsitas que se habían formado en sus ojos producto de levantarse tan temprano.
Cargamos la folletería y partimos hacia Esperanza donde nos esperarían un par de vendedores de la sucursal local para ayudarnos a armar el stand … teníamos por delante algo así como una hora y media de viaje.

” … querés que empiece el mate ? …. preguntó
” … dale … junto al bolso hay medialunas que compré camino a la oficina …”.

Sofía se sentó tipo “chinito” y se puso a preparar el mate. Su rodilla ocupaba más allá de su asiento, llegando casi hasta el mío: ” … querés que corra la pierna o no te molesta ? …” dijo mientras se acomodaba.
” … no, está bien, dejala ahí … no hay problema …” respondí.

Luego de unos minutos de viaje y ya habiendo dejado de tomar mate iniciamos una conversación que fue calentando el ambiente.
” … qué dijo Gabriel de tu trabajo de promotora ? le molestó ? quise saber.
” … no … en realidad Gabriel no sabe nada que yo trabajo este fin de semana … bueno, a decir verdad Gaby no sabe nada de mí desde hace casi dos meses … nosotros no andamos más de novio …” confesó ella.
La miré sorprendido … ella rió.
” … qué mirás así ? soy una niña soltera ahora ! … casi una monja … imaginate … dos meses sin garchar !! …” y lanzó una carcajada que dejaba ver su dentadura perfecta.
” … perdón, no sabía …” atiné a decir e instintivamente puse mi mano sobre su rodilla en un acto de consuelo.
” … tampoco es el fin del mundo … algo me dice que este finde voy a tener una alegría …” agregó poniendo en alerta mi pija que había comenzado a tomar temperatura de a poco.

La imagen que me regalaba el sol entrando por el lado de su ventanilla era maravillosa: los rayos parecían dibujar el contorno de sus pechos y me permitía ver cómo se marcaban sus pezones … mi erección estaba a pleno.

Llagamos al predio y nos estaban esperando la gente de nuestra sucursal local. Durante la mañana armamos el stand y cerca de las 13 hs. fuimos a almorzar. A las 16 hs. se inauguraba la muestra.

Media hora antes de la apertura Sofia estaba cambiada: su pelo planchado, sus ojos pintados estilo gata, los labios color mora …el catsuit le quedaba de maravillas … sus pechos elevados y firmes, su cola un regalo del cielo, pero me llamó la atención que no se le marcaba la bombacha.

” … Sofi … te queda espectacular ! cómo hiciste para que no se te note la bombacha ?
” … fácil, no traigo ropa interior …” me dijo al oído riendo, y tomando una de mis manos la guió recorriendo su espalda hasta sus muslos … ” … viste que no tengo nada puesto ? y se marchó hacia donde comenzaba el movimiento de gente meneando su culo, con el catsuit metido entre sus nalgas.

A las 21 hs. exactas se cerró el predio, la tarde resultó aburrida ya que quienes recorrían la expo eran empresarios y autoridades locales, esa primera tarde eran entradas de protocolo, mañana sería nuestro primer día de trabajo en serio.
Volvimos a nuestra ciudad luego de dejar a los otros dos vendedores cerca de sus casas.
Sofia seguía con el catsuit puesto, la oscuridad de la ruta no me permitía ver mucho, pero mi imaginación volaba.
Al llegar a su casa se despidió de mí con un suave pero prolongado besa en mi mejilla mientras con una mano me acariciaba la cara.
” … gracias por esta oportunidad de trabajo “tío” … algún día espero poder retribuirte lo que hiciste por mí …” dijo casi susurrando, cosa que lo único que hizo fue lograr que mi pija se pusiera dura al instante.
” … no mi amor !!! gracias a vos por haber aceptado, sino tendría que haber salido a buscar a alguien y no tenía tanto tiempo, además a vos te queda pintado el uniforme … mañana te paso a buscar, no te olvides …”
Rió y bajó del auto. Caminó hacia su casa con pasos largos … sus caderas se movían maravillosamente haciendo que llevase una mano a mi pija y la acariciase … esa noche cojí con mi mujer a lo bestia, acabándole entre sus tetas pensando en la pendeja …

La mañana del viernes ya venía calurosa, pero mi sorpresa fue verla salir de su casa rumbo al auto: vestía minifalda de jean y una remera básica blanca que con el fresco de esa hora marcaba en forma violenta los pezones.
Sofía subió, me besó – esta vez muy cerca de mis labios – y con esa carita de recién levantada preguntó si empezaba el mate.

al contestarle que sí, se acomodó como el día anterior, poniendo sus piernas como chinito, solo que esta vez la mini quedó casi a la altura de su cintura permitiéndome observar su blanca bombacha.
” … bueno … al menos esta vez puedo ver que traés bombacha !! … dije abriendo los ojos.
Sofía rió y largó: ” … no te molesta que se vea un poquito no ?? …
” … para nada, me pone feliz …” dije y reímos los dos.
” … Ay, ay, ay .. con qué poco te hago feliz !! … voy a pensar entonces en ver cómo hago para darte un poco más de felicidad, después de todo debo ser agradecida con el que me consiguió el trabajo …” y me guiñó un ojo.
Puse mi mano sobre su rodilla, acariciándola, mientras ella comenzaba a subir su remera dejando su panza libre.
” … voy a aprovechar a tomar sol, no creas que me estoy desnudando … al menos por ahora …” y soltó una carcajada mientras empezaba a cebar mate.
Acomodé mi pija que obviamente se había puesto dura y observé que miró de reojo, casi sin disimulo … nos quedaba una hora de viaje y las fichas ya estaban sobre la mesa.

Llegamos … Sofia se cambió y comenzó a hacer su trabajo. Al mediodía fuimos al mismo comedor del día anterior.
Luego de almorzar subimos al auto y fuimos en busca de un hotel para las noches de sábado y domingo. Esperanza no es una ciudad muy grande, es principalmente una ciudad de chicos universitarios, por lo que no había muchos hoteles. El único que conseguimos tenía una sola habitación doble por lo que tendríamos que compartirla … mi cabeza volaba a mil aunque faltasen 24 hs. para que se diera ese momento. Sofia no dijo nada, solo que sería la primera en bañarse, eso era lo único que “no negociaba”, a lo que accedí sin duda alguna, después de todo la tendría conmigo 48 horas.
Terminaba la jornada y una vez que cerraron el predio nos dedicamos a acomodar las cosas… me senté sobre el escritorio con las piernas abiertas y entró Sofía con cara de cansada… llegó hasta donde yo estaba y acomodándose entre mis piernas me abrazó.
” … uf ! estoy muerta … me cansaron estos tacos …”
Yo la rodeé por la cintura acariciando el nacimiento de su culo, pude comprobar que no había ropa interior … mi pija saltó endurecida, ella seguía ubicada ahí.
Me acomodé mejor haciéndole sentir mi bulto… Sofi no dijo nada, sólo soltó mi cuello y quedó frente a mi.
La abracé con ambos brazos por su cintura quedando cara a cara.
” … muy cansada ? .. pregunté
Y haciendo pucheros con su boca asintió con su cabeza.
Me volvió a abrazar y esta vez mi pija estaba a pleno en su raja … bajé del escritorio y dándole un beso en la frente le dije que nos marchásemos a casa, mañana sería otro duro día, tan duro como mi pija en ese momento.
Nos despedimos de los vendedores – que miraban y no entendían nada – y abrazados nos fuimos al auto.
En el viaje de regreso ella se quedó dormida sobre mi hombro, yo mientras tanto acaricié sus piernas todos los minutos que duró el viaje.
La dejé en la puerta de su casa … se despidió con un pico, limpiando con sus dedos la pintura que había dejado en mis labios… los dos sabíamos que mañana no sería un día más.

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Llegó el viernes y tal como habíamos quedado pasé con mi coche a buscar a Sofía. Toqué bocina un par de veces y apareció ella, enfundada otra vez en esa maravillosa minifalda de jean y con una remerita tipo top color pastel que contrastaba magníficamente con el color bronceado de su piel.
Subió de un salto y me regaló un rápido beso en los labios, ella intuía y se adelantaba a lo que los dos estábamos convencidos que iba a suceder.

Salimos a la ruta y comenzó a preparar el mate, luego de lo cual se sentó “chinito” juntando sus pies y abriendo las piernas como siempre lo hacía … la blancura de su bombacha, marcando el pliegue de su rajita, era perfecta: no habían pasado ni 5 minutos que había subido al auto y ya mi pija estaba como un garrote.
Apostando a ganador posé mi mano derecha sobre el interior de sus muslos … ella suspiró.
Mientras transcurría nuestra charla iba acariciando todo el largo de su pierna, hasta que nos detuvimos en una estación de servicio a completar agua para seguir el mate… cuando bajó, al darme la espalda, se levantó la pollera dejándome ver su culo y giró riendo … teníamos algunos moteles de camino pero detenerme nos haría llegar tarde al evento.
Subió al auto y después de acomodar el termo se acercó a mi boca y la besó.
” … acordate que el baño no se negocia …” me dijo en voz baja y sensual.
” … estaba pensando en bañarnos juntos …” le dije y ella rió.
Tomó mi mano y la llevó directo a su entrepierna … pude notar que estaba mojada.
Tiró la cabeza hacia atrás y me pidió que apurásemos el viaje que no íbamos a llegar a horario.

La mañana transcurrió bastante movida, Sofía cada vez que podía y que nadie miraba, se acercaba y nos besábamos … yo aprovechaba a tocar todo su cuerpo que estaba pegado al uniforme de promoción.
Al mediodía pasamos por un comedor y almorzamos algo rápido para ir después directo al hotel a dejar los bolsos.
Entramos y Sofía se tiró en la cama, yo me puse a desempacar y ordenar papeles.
Levanté la vista y la pendeja venía caminando descalza (algo que me calienta en demasía) con la parte superior del catsuit baja hasta la cintura…
Allí se me presentaban esas tetas adolescentes, duras, en punta … con esos pezones apenas visibles de un rosado pálido…
Cuando estuvo a mi lado la tomé de la cintura empujándola hacia mí…tomé un pecho con mi mano y lo acaricié … puse mi lengua sobre el pezón y haciendo círculos en él cada tanto lo mordía.
Sofia revolvía mi cabello con sus manos …
” … a la noche tío … a la noche por favor … ahora no, ya es hora de irnos …”
Para mis adentros la maldecía ” … para qué puta viene en bolas si me va a cortar el chorro así !!!???? ..” pensaba.
Subí en uniforme acomodándoselo, la besé en la boca y sin demostrarle mi enojo, le dije que terminara de vestirse y nos íbamos.
Demás está decir que no se me pasaron nunca las horas de espera, pero al final tuve mi recompensa.

Compramos unas hamburguesas, latas de cerveza y nos fuimos al hotel.
En la habitación fuimos derecho a la ducha, a los besos … bajé por completo su uniforme y quedó expuesta frente a mí: era hermosa, una pintura … ella jugando a ser una nenita llevó un dedo a su boca y lo hacía subir y bajar por el labio inferior, mordiéndolo cada tanto.
Yo, también desnudo, con mi pancita “cuarentona” y mi pija apuntando al techo disfrutaba de cada segundo, quien sabe si alguna otra vez se me daría estar con un manjar como Sofia.
Entramos a la ducha y comenzó a pajearme mientras me besaba … levanté un poco una de sus piernas y girándola hacia la pared la penetré … el sonido de su gemido cuando mi verga entró e hizo tope lo llevo grabado en mis oídos.
Apoyada con sus manos en la pared, empinaba el culito haciendo que mis movimientos no encontraran resistencia alguna, entrando y saliendo ritmicamente …
” … cogeme papi, cogeme …” susurraba entre gemidos
La calentura no jugaba a mi favor por lo que en unos diez minutos ya estaba listo para descargar, afortunadamente ella había acabado enseguida también.
” … dónde querés la lechita Sofi ? … le pregunté
” … toda adentro … no desperdicies nada tío …”
Ese “tío” me ponía la piel de gallina. La agarré fuerte de la cintura y aceleré mi embestida llenándola a los pocos segundos … quedamos fundidos un rato largo mientras el agua de la ducha nos empapaba.
Nos secamos y desnudos como estábamos nos pusimos a comer las hamburguesas y tomar cerveza.

Con el aire acondicionado prendido a full me recosté, pudiendo desde esas posición verla en todo su esplendor.
Vino caminando lentamente hacia mí y gateando desde el borde de la cama hasta mi pecho comenzó a pasarme la lengua por todo el cuerpo … estiré mis brazos agarrándome de los barrotes del respaldo de la cama y cerrando los ojos la dejé que trabajara … me dediqué a gozar.
Sofí, luego de un largo rato de jugar con su lengua, me montó … puso sus brazos extendidos sobre mi pecho y comenzó a subir y bajar lentamente …
Movía su cadera haciendo que mi pija quedase casi afuera por completo para bajar de golpe y ensartársela hasta los huevos, yo acompañaba ese movimiento con mis manos en su cintura.
Después se dio vueltas (girando sin sacarse la pija de adentro) y me brindó el maravilloso paisaje de ver su culo a 40 centimetros de distancia.
” … quiero esa cola …” dije rasguñando su espalda con mis dedos.
Giró su cabeza y mordiéndose el labio dijo: ” … nunca garché con alguien que fuese tan directo …? y reímos los dos.
Se levantó despacio inclinándose hacia adelante y quedando en 4 patas… me acomodé y ella – antes – quiso pasarle la lengua para lubricar mi pija.
Con su mano izquierda guió la punta de mi cabeza hacia su agujerito, la calzó y después me tomó del muslo, empujando despacio hasta hacerla desaparecer dentro suyo.
Me puse sobre su espalda y la abracé rodeando su estómago… luego de un rato comenzó a mover ella su cadera hasta hacer que me vacíe en su culo.
Esperé unos minutos y saqué mi pija de su escondite, produciendo un volcán de leche que salía por el dilatado agujero.
Nos fuimos a dar otra ducha y dormimos hasta el otro día.

Los dos días subsiguientes fueron de puro sexo … probó mi leche y adquirimos como costumbre que antes de dormirnos su culo sería quien recibiera la ración diaria.

Después del evento en Esperanza visité a Sofía en su casa al menos una vez a la semana por un año aproximadamente, fueron de mis días más felices … ella devolvía años a lo que decía mi documento, pero eran muchos años de diferencia y esto nos fue alejando.
Sofia quedó en mis retinas y en mi mente como una hembra infernal con cara de nenita y la que nunca pidió ni exigió nada más que pasarla bien, sin complicaciones.
A veces espero escuchar a mis espaldas esa voz diciéndome “hola tío …”.

En plena cuarentena conocí íntimamente a mi mamá.

Mi casa tenía un quincho en el fondo el cual se fue transformando con el tiempo en una habitación con baño y sala de estar, se usaba más que nada para las visitas y mientras fuí creciendo íbamos teniendo cada vez menos visitantes.
 
Con el tiempo ese lugar fue cerrado y abandonado entonces ya de adolescente decidí buscar y quedarme con la llave, alguno de los dos (mis viejos) la tendría, busque en toda la casa y no la encontré el único lugar que me quedaba era la cartera de mamá ya que hurgar en los bolsillos de mi viejo era más que imposible.
 
Así que decidido en tener esa llave comencé a espiar a mamá, la idea era esperar a que se bañe para revisar su cartera.
 
Tardé en tener éxito porque siempre se duchaba en la mañana temprano o tarde en la noche y siempre estaba la familia.
 
Un día que empecé a sentirme abatido provoqué un accidente, tropecé con ella a propósito y le ensucié la ropa.
 
…………………………………………………………
 
 
Su llavero tenía la llave original y la copia, obvio que me quedé con una.
 
Con el tiempo fui recuperando el lugar; yo no sabía que ella lo usaba de vez en cuando, cada vez que ordenaba el lugar podía darme cuenta de que no era el único que aprovechaba el sitio.
 
Dejé el lugar impecable, la habitación la ambienté a mi gusto como si fuera mi habitación era mi lugar para estar solo o para escuchar música, jugar o hacerme la paja.
 
A sabiendas de que alguien compartía el lugar puse un móvil en la puerta cosa de escuchar ruidos si alguien entra, también una camarita mirando a la cama y otra en el baño.
 
No fue una gran sorpresa averiguar que era mamá con quién compartía la casita y la cama.
 
Lo que sí fue una sorpresa es que ella usaba el lugar por lo mismo para estar sola, leer, mensajear, ver porno y masturbarse, no lo ví detenidamente era como violar su privacidad, pero si lo descargué en la compu, gran error fue ese ya que teniéndolo a mano tarde o temprano lo iba a curiosear.
 
El segundo día encontré en la encimera del baño su tanga empapada y hecha un bollo, así que desesperado descargué los vídeos del día, la curiosidad pudo más que el respeto a su privacidad.
 
Ella aparecía entrando al lugar, frente a la cama se desnudó a toda velocidad se dejó la tanga, se acostó y viendo porno en su celular se empezó a tocar las tetas en cuanto se le fue subiendo la temperatura se sacó la tanga se secó la concha y se la pasó por la cara antes de metérsela en la boca.
 
Se cogió con toda la mano, la tanga en la boca era para silenciarse, la toma era perfecta todo lo hacía frente a la cámara se metía los dedos y también su consolador.
 
Duró casi 20 minutos y regó toda la cama, se sacó la tanga y secó su transpiración y sus jugos hizo un bollo y lo dejó en el baño; yo salí corriendo a esa cama con su tanga en la mano, toqué y sí, estaba mojado aspiré su olor y restregue el rostro en los jugos de mamá e inicié una paja frenética acabando en el mismo lugar que ella.
 
Después de eso le dí play al primer video, en él mamá entra, recorre el lugar vé como todo está limpio y arreglado.
 
Continúa hacia la habitación recorre ambos lados de la cama presiona sus manos como comprobando que el colchón sea bueno, acomoda todas las almohadas en la cabecera se levanta la pollera sube una rodilla a la cama y se masturba de una vez.
 
Buscando su comodidad se sube a mi lecho masturbatorio con la espalda en las almohadas tocándose las tetas, con la calentura a tope manotea una almohada y la lleva a su entrepierna y se empieza a cojer a la almohada, a todo esto yo estaba mirando el vídeo con una mano que me pajeaba y la otra que acariciaba y mezclaba mi leche con sus jugos. 
 
En eso veo que ella para lo que está haciendo y se centra en la cámara, “por Dios, me descubrió” pensé yo.
 
Se sonríe, se chupa los dedos, saca la almohada de su concha, busca acomodarse y para suerte mía quedó en una inmejorable posición.

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Ese lunes desperté temprano como casi siempre. Yo no había podido dormir bien ya desde hacía más o menos quince días desde que me practicaron una cirugía urológica. Me levanté aun en medio de la penumbra y mi esposa Paola estaba todavía dormida roncando con la sábana medio envuelta en su torso. Sus nalgas al descubierto apenas medio ocultas por su tanga color oscuro me provocaban una caricia. Acerqué mi mano para posarla encima de su piel, pero me detuve. Mejor que durmiera un poco más si aún su cuerpo lo necesitaba.

Me fui al baño y mientras orinaba recordé que a las 10 am tenía cita con el urólogo para un seguimiento posoperatorio. Mi mujer despertó media hora más tarde con su rostro hinchado de sueño y sus senos pequeños al desnudo. Se sentó a orinar en la taza del baño con la puerta medio abierta y pude oír su quejido. Desde hacía dos días se venía quejando de una molesta cistitis. La tarde anterior había ido a ver a su médico que le prescribió un tratamiento sencillo aunque incómodo.

Después de haber tomado la ducha, mi esposa me pidió que la ayudara con el medicamento vaginal que debía aplicarse durante siete días. Se acomodó en el borde de la cama completamente desnuda y fresca del baño recién tomado, con sus piernas abiertas en posición de parto. Tuve cierto atisbo de excitación al ver su sexo allí explayado ante mis narices pero yo no podía y no debía intentar nada sexual hasta tanto el médico no me lo indicara. Tomé la especie de jeringa sin aguja, llena de un medicamento pastoso y blancuzco, lo introduje en su vagina e inyecté la sustancia lentamente. Me lo agradeció con cierta incomodidad y rostro fruncido, se colocó una toalla higiénica, su calzón íntimo limpio, termino de vestirse y se marchó al trabajo algo fastidiada y sin ganas.

Yo quedé solo en casa aun disfrutando de mis días de incapacidad médica tras la cirugía practicada en mi pene. Debía esperar a mi cuñada Sara que llegara más tarde para acompañarme la cita médica de control. Sara me había acompañado en todo mi proceso urológico, no solo por ser enfermera, aunque novata, sino porque disponía del tiempo que mi mujer no tenía por razones puramente laborales. Le habíamos pedido el favor de asistirme durante mi convalecencia y de hacerme compañía a las citas posoperatorias hasta que yo me recuperar.

Sara llegó un poquito tarde como de costumbre pese a que vivíamos a solo media calle de distancia.

-Cuñis ya llegué -me gritó desde abajo en la calle con sus manos puestas en su boca a manera de megáfono.

Yo me asomé por la ventana de mi alcoba del segundo piso y la vi bajo la luz aplastante del sol intenso de las nueve de la mañana. Le hice seña de que ya bajaba. Lo hice un tanto apurado para tomar el taxi y llegar a la cita a tiempo. Salimos a la calle principal y tomamos el primer taxi que pasó. Yo todavía debía caminar despacio y con cuidado aunque francamente no era ya tan necesario que ella me acompañara puesto que pasados los quince días me comenzaba a sentir bastante recuperado. Pero era mejor no ir solo porque tal vez requería de alguna recomendación o cuidado que Sara entendería y recordaría mejor que yo seguramente y además porque había sido ella quien amablemente me había estado acompañando en todo este tortuoso proceso.

Una vez en el consultorio y después que el médico y su asistente me observaron, aquel se sentó en su escritorio frente a mi cuñada y yo y con su voz jovial que no concordaba con la apariencia seria y pesada de su rostro me dijo:

-Bueno señor ya Ud. está listo. La herida superficial ya secó completamente. Su pene parece estar apto y desinflamado ya lo suficiente como para entrar en acción. La curvatura creo que quedó bastante bien corregida y lo que resta es simplemente tener relaciones sexuales preferiblemente sin condón para que puedas evaluar tu sensibilidad. Con cuidado eso sí. Ojala lo más frecuentemente que pueda. Debe volver acá en diez días para hacer un chequeo final y listo. Debe prestar mucha atención a la sensación durante el coito y el orgasmo. Si hay dolor, ardor o incomodidad etc. No debería haber nada de eso en principio. Así que señora consienta mucho a este señor –dijo mirando afablemente al rostro de mi cuñada que sonrió alzando una ceja con mirada de querer decirle al médico que ella no era mi mujer como él creía desde el principio, pero eso era un detalle incensario y sin importancia en ese momento. Sara se limitó a sonreír y asentir moviendo rápidamente su cabeza.

Salimos y justo en la puerta de la clínica antes de tomar el taxi de vuelta, le comenté a Sara que yo estaba contento con todo pero que había un problemita.

-Qué pasó? -me interrogó con aire de preocupación.

-No voy a poder practicar ni hacer nada en diez días. Tu hermana no puede tener sexo porque anda con una cistitis. Se tiene que aplicar un medicamento vaginal y debe abstenerse de sexo vaginal quince días a partir de ayer. Es decir, le quedan catorce días aun sin poder hacer nada de nada. Pensé que ella te había comentado algo de eso.

-No, no lo sabía. Ándale! que vaina! y ahora qué vas a hacer?

-Se me ocurre llamar más tarde y cambiar la fecha de la cita como para dentro de un mes o cuarenta días. Así le doy tiempo a Paola de recuperarse y me cubro un poco más yo al tiempo, porque después ya en una semana yo retorno a trabajar y probablemente me manden para la capital en unos quince días para una formación de tres o cuatro días, así que la cosa podría extenderse aún más tiempo. Mejor dicho que yo mi pinga me la voy a poder estrenar quien sabe cuándo. Estoy algo desesperado. La voy a tener que meter en un mofle de moto.

-ja ja ja ay cuñis, que locuras dices y que pena contigo. Estás bien de malas. Jodida la cosa así.

-Me va a tocar buscar otro culito por ahí, ja ja ja

-Bueno eso es asunto tuyo, yo no me meto en eso ni le digo a mi hermana nada ja ja ja, así que bien puedes.

La conversación quedo así. Durante el viaje de vuelta ella hablaba por celular y yo intente cerrar los ojos pero el calor y el ruido de la ciudad que pasaba por la ventana del incomodo taxi no me lo permitía.

Una vez llegamos a casa justo en la puerta del edificio nos despedimos. Ella marchó a su casa y yo subí tranquilo de saber que todo había salido bien y que solo era cuestión de tiempo. Podría pronto tener sexo de manera más cómoda. Había valido la pena someterme a esa cirugía voluntaria y espontanea de corrección de curvatura de pene. De nacimiento mi pene vino con esa curva pronunciada hacia la izquierda que impedía desempeñarme sexualmente con comodidad y soltura.

Al ir subiendo las escaleras intente llamar desde mi móvil a mi mujer para narrarle lo sucedido pero no respondió, así que tal vez me devolvería la llamada más adelante. Me senté en una mecedora después de quedar solo en calzoncillos a escuchar música cuando sonó el timbre de la puerta. Me asome a la ventana y divisé desde mi ventana la cabellera abundante de Sara que miraba hacia arriba tratando de tapar con su mano al sol incandescente que golpeaba sus ojos

-Ábreme por favor

-Se te olvido algo?

-No, anda ábreme.

Le abrí sin mucha intriga y ni me molesté en ponerme una toalla para cubrirme puesto que estaba ya acostumbrado desde la cirugía a que ella me viera desnudo e incluso me curara el pene.

Abrí la puerta y su mirada aunque serena tenía un brillo diferente.

-Modificaste ya la fecha de la cita?

-No, aun no lo he hecho.

-Le dijiste ya a mi hermana lo que nos dijo el médico?

-No, tampoco –le respondí con aire ya intrigado– porqué lo preguntas?

Me miró con una sonrisa pícara y ese brillo en los ojos que denotaba algo trascendental. Esa mirada la conocía ya bastante después de tantos años de ser vecinos y familia. Yo conocía a Sara desde antes de hacerme novio de su hermana Paola. Sara ha sido siempre una mujer de atreverse y no temer ni titubear a la hora de ejecutar una acción ya decidida.

-Cuñis, no canceles cita ni llames a Paola. No es necesario creo.

-Como así?

-Te tengo ya solución para que puedas estrenar tu pene.

Yo solo fruncí el ceño con mirada intrigada pero dejándola proseguir.

-Si quieres, lo haces conmigo –terminó así su frase corta, directa y se limitó a mirarme directamente con sus ojos negros grandes y brillantes de luz desafiante y firme.

Yo apenas si pude procesar lo que estaba escuchando de su boca delgada con esa voz dulce pero segura. Lo primero que pensé era que me estaba bromeando.

-Sara, no me bromees con ese tema. No es gracioso.

-Cuñis, no es broma. Lo digo en serio. Para que no tengas que esperarte quien sabe hasta cuándo. Puedes hacerlo conmigo. Ojo y te aclaro. No es por morbo ni nada de eso, sino simplemente por ayuda médica. Claro esto es en secreto. Lo he pensado bien ahorita y por eso vine a proponértelo. Sé que eres un tipo serio. Nada de comentárselo a Paola ni yo tampoco le diré nada a Alberto ni más faltaba. Cuñis, si tú quieres claro está. Yo te ofrezco. Tú decides.

En ese instante sonó mi teléfono. Era mi mujer devolviéndome la llamada. Al responder Sara me hizo seña desesperadamente con los ojos y sus manos de que no dijera nada ni tampoco que mencionara a su hermana que ella estaba allí conmigo. Así que solo le dije a Paola parte de la verdad.

-Si, si amor. Todo va bien. Debo ver al médico en diez días y tal vez sea todo. Pero me dijo que la recuperación va mejor y más rápida de lo que esperaba. Si, Sara estuvo allí conmigo. Estoy tranquilo con eso.

Mientras hablaba Sara me miraba asintiendo y haciéndome gestos de aprobación por haber dicho lo que dije a su hermana. Terminé la llamada y volví a dirigirme a mi cuñada con aire de sorpresa e incredulidad.

-Sara, claro que quiero. Claro que acepto tu propuesta ni más faltaba. Ni tengo palabras que agradecerte. Eres la mejor cuñada del mundo. Además que estas muy buena y lo sabes.

-Cuñis, nada de morbo. Solo es por cuestión médica. Tenlo en cuenta. No quiero que pienses que soy una zorra puta que anda repartiendo culo por allí. O que ando enamorada de ti porque soy una esposa infiel ni por nada de eso. Lo hago por ayudarte y porque he sido tu confidente en todo esto tan privado. Además tú a mí me has ayudado bastante. Has sido un buen cuñado y yo te estimo. Lo sabes. Sabes también lo mucho que quiero a mi hermanita.

-No he dicho nada de eso. Relájate. Solo dije que estas buena. Eres una mujer atractiva y lo sabes.

-Ok. Gracias por el cumplido. Ahora me voy. Mañana por la mañana como a las diez vengo. Espero estés listo. Ni una palabra de esto a nadie.

Ese fue el día más largo de mi vida. La espera se me hizo eterna hasta el día siguiente. Me puse lunático casi. Mi mujer noto mi actitud distraída y distante. Me preguntó en varias ocasiones si me pasaba algo. Yo le mentía intentando darle excusas etc., pero ella con su malestar de cistitis tampoco estuvo de humor para prestarme mucha atención. Me costaba creer que mi propia cuñada me propusiera sexo solidario con ella. Me pellizcaba para ver si acaso no era un sueño. Sara, la hermana mayor de mi mujer, casada, madre de dos hijas, vecina, enfermera novata vendría al día siguiente a darme sexo. Era difícil de digerir. Eso me hacía pasar por todos los estados emocionales. Era tremendamente morboso todo eso para mí. Para ella era tal vez una cuestión técnica y medica de solidaridad para conmigo, pero para mí era un acontecimiento de morbo y fantasía sexual increíble. Tener sexo con una mujer fuera de mi matrimonio ya de por si constituía toda una aventura cargada de emociones y si a eso le sumaba el hecho de que esa mujer era nada más y nada menos que mi propia cuñada, sumaba aún más morbo al punto de descrestar mi imaginación.

Sara es una mujer físicamente bien hecha la verdad sea dicha. A pesar de los kilos demás que trae consigo la treintena y la vida de casada con hijos, es una mujer que inspira sexo a cualquier hombre ciertamente, incluyéndome a mí. Nunca se me hubiera ocurrido proponerla algo así claro está, pero más de un mal pensamiento se me ha pasado por la cabeza con Sara desde que la conocí. A diferencia de mi mujer, quien debo decir que es bonita y de cuerpo más bien proporcionado pero sencillo, Sara es voluptuosa, de senos amplios y nalgas grandes. Su estatura alta, su cuerpo amplio de curvas pronunciadas y su piel blanca de abundante cabellera negra la hacen lucir elegante siempre. Al momento de lo ocurrido en esta narración, Sara tenía y cuatro años recién cumplidos. Dos años menor que yo y cinco más que su única hermana.

No pude pegar el ojo en toda la noche pensando en cómo sería ese primer encuentro sexual con mi cuñada para estrenar mi pene ahora ya casi recto. La pondría en poses que antes me costaba trabajo. Imaginaba la fisonomía de sus zonas íntimas. Intentaba recrear como debían ser sus senos, sus pezones, su vagina, su vulva, su sus nalgas etc. Me preguntaba qué tan parecidas debían ser con respecto a los de su hermanita. La imaginaba desnuda de diversas maneras. La ansiedad no me dejo dormir. Amaneció. Hice la rutina con Paola mi mujer quien me notó aún muy distraído. Le apliqué su medicina en la vagina y se marchó nuevamente desanimada aunque se sentía ya un poco mejor. Solo después pude medio caer vencido de sueño y dormir un par de horas hasta un poco pasadas las nueve de la mañana.

Desperté al oír un vendedor callejero gritar su mercancía. Tome mi baño matutino. Tuve varias erecciones y me emocionaba ver que mi pene estaba realmente derecho con una ligera curva pero bastante menor.

-Espera nene, ya viene Sara. Te la vas a comer rico. –le hablaba a mi pene como si fuera una persona.

Me limpié con más cuidado cual primera cita de amor y me puse mi mejor calzoncillo. Un calzón nuevo grisáceo corto que horma bien en mi cuerpo velludo. Era el preferido de mi mujer. Por un momento pensé en Alberto, el marido de Sara. Sera que antes ella le habría sido infiel? Aunque en este caso no se puede considerar así. No se trata de una relación como tal. Pero era como si lo fuera. Me confundía en esas divagaciones moralistas sin encontrar respuesta. Lo sentía por él, pero era imposible despreciar y no desear a su mujer. No quería yo estar en su sitio. Puro orgullo de hombre era lo que me hacía divagar. Me preguntaba si acaso mi mujer no haría cosas traviesas también. La voz de Sara entrando por la ventana me sacó de esas inútiles cavilaciones.

-Cuñisss… -gritó Sara

Mis latidos aumentaron el ritmo. El momento había llegado y fue cuando me di cuenta que yo estaba nervioso. Que el macho se asustaba un poco. Debía calmarme para funcionar bien. Recobré mi compostura, me asomé por la ventana y la divisé abajo. Estaba vestida con una blusa azul de tirantas y una falda negra que le daba por encima de las rodillas. El calor ya era abrazante.

Al entrar por la puerta, su mirada era relajada pero intensa. Su andar firme y decidido. Sabíamos que no era una mañana tan normal como las otras de los últimos quince días anteriores. Había cierta tensión en el ambiente que lo enrarecía.

-Listo?

-Claro, le dije simulando cero nervios.

Ella me miro de pies a cabeza. Reparó mi calzoncillo pero no dijo nada. Se metió en la alcoba principal. Se sentó al borde de la cama justo en el sitio en el que horas antes Paola había abierto las piernas para aplicarle el medicamente vaginal.

-Creo que aquí en la cama no es tan bueno para ti ahora que lo pienso bien. –dijo resuelta.

-Tienes razón. Es mejor que yo esté de pie y pueda controlar el movimiento.

-Exacto. Mejor yo me siento en el mesón de la cocina y tu quedas de pie. Te parece bien?

-Si. Buena idea.

Era raro tener esa conversación así. Parecíamos más bien dos personas planeando instalar unas cortinas en una casa o dos personas acomodándose para hacer un corte de cabello en un sitio improvisado que un hombre y una mujer a punto de tener sexo.

Sara se sentó encima de las baldosas del mesón sin quitarse una sola prenda de vestir. Medio abrió las piernas sin dejar que se desnudara más allá de sus muslos blancos y me pidió acomodarme frente a ella. Abrió aún más sus piernas. Me asió para que yo me adentrara contra su cuerpo. Yo aun con mi calzoncillo puesto acerqué mi pelvis hasta pegarla con su zona vaginal. Era perfecto para mi estatura afortunadamente. Mi pene quedaba justo por encima del canto superior del mesón apuntando directamente hacia su vagina. En realidad ya lo sabía porque numerosas veces había tenido sexo con mi mujer justo allí en la cocina sentando a Paola en el mismo lugar, pero no quise comentar esa infidencia con Sara innecesariamente.

Pude entonces sentir en mi pene el calor emanado de su sexo a través de las telas de nuestras respectivas prendas íntimas. Eso me predispuso y generó un leve respingo de erección pese a mis nervios y a la sobriedad con la que se habían manejado hasta ese momento las cosas.

Fui rápidamente a la alcoba y traje una franela limpia mía y la puse encima del mesón para que Sara se sentara y no posara sus nalgas directamente encima de las duras, frías y resbaladizas baldosas de cerámica blanca que recubrían al mesón.

-Sara una cosa antes de iniciar.

-Si, dime cuñis.

-Se supone que no debo ponerme condón idealmente. Algún problema si lo hacemos así?

-Si. Lo sé. También pensé en eso. No te preocupes. Vamos a hacerlo así si no tienes ningún problema claro está.

-No. No hay problema.

-Bueno. Bájate ese calzoncillo y sácala a ver.

Yo sentía todo esto raro, todo tan técnico y metódico pero no dejaba de excitarme de algún modo. No hubo ni caricias, ni besos, ni miradas morbosas. Yo me desnudé frente a sus ojos y mi pene aun medio fláccido saltó a su vista. Ella me lo miró sin morbo aparente de forma directa y me dijo que se veía mucho mejor que la última vez que lo había visto para curarme la herida superficial. Extendió la mano y me acarició el tallo de mi pene justo donde había estado antes una herida superficial más con actitud de examinadora que de amante.

-Ahora que sienta calorcito se va a poner duro. Vas a ver. –me dijo para hacerme sentir tranquilo

Sara con cautela metiendo sus manos por debajo de su falda algo replegada y sin bajarse del mesón se fue deslizando su prenda interior sin elevar la costura de la falda más allá de sus muslos. Por respeto yo trataba tensamente de no mirar sus partes para no incomodarla. Como por arte de magia su calzoncito blando de algodón lo tuvo en sus manos y lo colocó enrollado dentro de su busto por debajo de su blusa. El morbo me subió a la cabeza cuando tuve esa imagen frente a mí. Quería oler esa prenda sucia de su sexo y me excitaba saber que ya debajo de esa falda negra no había más barreas para mi verga que cobraba volumen despacio.

-Ahora ya la puedes meter. Sóbala en mi chuchita para que se endurezca y se meta solita en mi raja –sus instrucciones las decía con naturalidad. Sin emoción, pero con voz dulce.

Yo me alejé un poco para que ella pudiera ver mi erección. Quería neciamente que ella supiera que yo estaba muy excitado por y para ella.

-Caramba, ya lo tienes duro. Intenta meterlo despacio. Sin desespero. Tomate el tiempo que necesites y así me das tiempo a que yo lubrique un poco.

Yo, nervioso, seguía sus instrucciones. Sentía el calor de su chucha. Resbalaba mi miembro por su rajita con mis brazos apoyados a lado y lado de sus muslos afirmándome en el borde del mesón. Ella estaba sentada con sus piernas completamente abiertas y su falda replegada pero sin dejar acceso a mi vista. No pude ver su sexo. Olía su piel y el perfume del jabón del baño recién tomado. Miraba sus ojos negros relajados y seguros. Ella por momentos me miraba y por momentos me esquivaba. Me provocaba embestirla con desenfreno, besarla o acariciarle y comerle las tetas. Pero eso arruinaría todo. Ella se comportaba con actitud médica aunque su voz relajada me pedía que disfrutara para que se el sexo se hiciera placentero. Nuestros rostros estaban cerca y la respiración era jadeante en ambos.

Con la punta de mi verga exploré la geografía exterior de su vagina. Tenía vellosidades, aunque no abundantes y alcanzaba a rozar sus carnosidades tibias y blandas. Estuve así rozando y frotando mi verga por afuera de su vagina y ella cerraba los ojos por momentos. Pude empezar a hincar mi falo en la entrada de su gruta. Ella aunque no tan mojada estaba lo suficientemente lubricada como para permitir una penetración.

El silencio fue interrumpido estrepitosamente. Sonó su teléfono y al ver la pantalla me hizo señal de que hiciera silencio. Yo me asusté un poco al deducir por su conversación que se trataba de su marido Alberto. Intenté retirarme, pero ella me lo impidió con sus piernas. Dejó en espera a su marido al otro lado de la línea y se acercó al oído para decirme que siguiera haciendo todo sin parar que ella no demoraba nada.

Entonces emboné mi glande muy lentamente justo en la entrada y me detuve unos segundos hasta que ella colgó su llamada. Me sorprendió la tranquilidad y control con la que una mujer es capaz de engañar a su marido. Embestí con cuidado. Fui sintiendo como cada milímetro de mi pene iba resbalando en el calor de su concha tan facilito. Era una sensación novedosa que antes con la curva no podía tener. La fui metiendo. Sentí como resbalaba adentrándose en su carnosidad suave y calurosa. Llegue a tope y mis vellos púbicos se unieron a los de ella. Sara emitió un leve gemido y un jadeo ahogado al saberme totalmente penetrado en ella.

-Muy bien. Vas muy bien cuñis. Bravo. La metiste toda -me decía ya con voz pasita al oído.

Yo no podía creer que eso estaba ocurriendo. Todo era algo raro. Placenteramente raro.

-Avísame si sientes dolor, ardor o algo. Ahora intenta moverla. Sácala y métela despacio.

Mi rostro estaba cerca del de ella. Podía sentir el aliento de su boca de labios delgados y rosados. El jadeo era inevitable y mi pecho se juntaba un tanto contra sus senos abultados que siempre había morboseado. Su faldón tapaba mi zona pélvica y no podía ver mi pene ni su chucha. Pero la sensación de placer, de morbo y de calor físico era sensacional. La comencé a embestir despacio. La sacaba hasta más de la mitad y movía mi cadera para volverla a penetrar completamente. Con cada penetración sentía más humedad en su vagina. Sara gemía y jadeaba muy levemente. Entonces me atreví a preguntarle:

-Y tu Sara. Estas bien? Te gusta?

-Ah, ah, No soy de hie-rro hm cuñis. Ah, ah, soy de car-ne y hue-so, hm ah, ah. Claro que me da placer. Ah, ah, ah sentirlo den-den-ntro. Ah, si-si-gue asi. Hm, ah, hm, hm.

Escucharla jadear y ver sus pupilas dilatadas me dio ánimo y confianza. Comencé a embestirla un poco más rápido. Sara comenzó a gemir con más soltura. Sin embargo no perdía su cordura.

-No tan rápido cuñis. Es rico ah, ah pero despacio. A-a-acuerdate.

Yo bajé el ritmo con mucho esfuerzo. El morbo se me había subido a la cabeza y el cosquilleo era placentero. No sentía ni ardor ni dolor. El momento cúspide se acercaba. Yo sabía que estaba llegando al punto de no retorno. Sentía un regocijo al penetrarla tan cómodamente. Era la primera vez en mi vida que experimentaba esa sensación de efectividad al penetrar. Era la primera vez que mi pene entraba en una vagina solito, sin necesidad de tener que agarrármelo para dirigirlo hacia la entrada. Era la primera vez que podía embestir a una mujer moviendo mi cadera hacia adelante y hacia atrás y no hacia medio lado. Era la primera vez que la hembra estaba sentada de frente y no de medio lado para ayudar a que la curva de mi pene ingresara en su sexo. Era algo simple y obvio para alguien que toda su vida ha tenido un pene normal, recto, pero era todo un acontecimiento para alguien como yo. Mis emociones de felicidad y morbo estaban hirviendo dentro de mi cuerpo en ese instante. Sara tal vez no era consciente de eso. Pero yo se lo estaba agradeciendo mucho.

-Sara, me voy a venir-rrrrr

-Cuñis sácala. Échala en este vaso.

Me paso un pocillo de tono oscuro que tomó del portavasos que había justo a su lado izquierdo. Solo en el último instante saqué mi pene completamente mojado del gozo vaginal. Solo en ese fragmento mas por reacción accidental de ella al levantar sus piernas pude ver sin mucho detalle esa vagina rosada y algo velluda. Lo que vi me resultó hermoso y erótico.

Introduje mi pene en el vaso completamente y dejé que eyaculara en el interior del vaso. Sara me miraba a la cara mientras yo vivía mi orgasmo y tuvo tal vez el único gesto de cariño. Me acarició mi pecho velludo mientras yo jadeaba de placer contorneando mi cuerpo con cada pringo de semen que salía disparado contra el fondo del vaso. Un placer intenso recorría mi cuerpo y una leve sensibilidad diferente en el tallo de mi pene pude percibir cuando este se contraía para eyacular.

Solo después de notar que yo había recobrado un poco mi prestancia me preguntó.

-Todo bien cuñis? Te dolió o te ardió cuando te viniste?

-Nooo, no. Solo un poco de sensibilidad, pero nadita de dolor. Puro placer.

-Ya veo que no. Ja ja ja.

-Perdóname Sara, pero que chuchita tan rica tienes.

-Tranquilo cuñis. Me alegra que te haya gustado y que la hayas pasado bien. Pero sobre todo que tu verga funcione bien. Mi hermana ahora va a estar más feliz. Bueno hay que seguir probando claro está. Y bueno déjame decirte que se sentía rico. La moviste bien.

-Gracias Sara.

-Miremos el semen. No debe tener ni olor ni color raro.

Sara se bajó del mesón como si nada hubiera pasado antes, cual mujer haciendo un trabajo de laboratorio. Tomó el pocillo, se acercó a la puerta de salida al patio para tener buena iluminación. Miro al fondo del pocillo, lo acercó a su nariz y lo olió.

-Parece todo normal. Me pasas una cuchara pequeña por favor?

Le pasé una cuchara y ella la sirvió de semen. Lo observó a la luz por unos segundos con ojos de enfermera y hasta untó un poco en su dedo índice derecho para juntarlo con su pulgar pudo tantear su consistencia.

-Creo que todo se ve normal con tu semen. Míralo tú.

Yo lo vi, lo olí e hice lo mismo que ella.

-Si. Todo parece normal.

Me sentí aliviado, complacido y de alguna manera unido emocionalmente a mi cuñada. Era todo algo confuso. En ese momento supe que la forma de relacionarnos ya no sería nunca igual. Algo habíamos roto. Al menos en mi cabeza aunque tal vez no en la de Sara.

Se despidió apuradamente al caer en cuenta que estaba atrasada con sus deberes. Se lavó las manos en el lavaplatos con jabón de lavar loza, se secó con su falda y se marchó casi corriendo.

-Mañana vengo más o menos a la misma hora eh.

Tuve que pellizcarme para corroborar que no estaba soñando lo que acababa de suceder. Era el acontecimiento sexual más intenso de toda mi vida hasta ese momento. Pude relajarme y ocuparme en algunos quehaceres sin dejar de pensar ni un minuto que lo que paso y en lo que pasaría al día siguiente.

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