relatos eroticos

Bienvenida, Su Alteza. Es un honor recibirla en nuestra humilde Orelle, ¡Qué los Dioses bendigan este día! Le presentaré a mis hijas, mis tres tesoros. Ella es Dalia, la mayor- Dalia bajó su cabeza y se inclinó ante mi-. Le sigue Idylla, acaba de casarse con un político de Creta, y finalmente Galena la menor- ambas chicas se inclinaron con gracia para saludarme.

El Mercader me ofreció su mano para caminar y la acepté con respeto sus tres hijas nos siguieron en silencio.

-Bajen el equipaje de Su Alteza y llevenlo a sus habitaciones- ordenó el Mercader.

Orelle tenía un clima fresco, el viento corría suavemente mientras entraba a la casa del Mercader

-Una vez más agradezco un viaje tan largo para una bella joven como usted, debe estar muy cansada Su Alteza, le permitiré entrar a las habitaciones para refrescarse antes de la cena, mis hijas la atenderán.

Yo no quería venir, estaba feliz en el palacio ayudando a mi hermano a gobernar. Pero la guerra es inminente así que me envió para ganar aliados. Quería alianzas, quería dinero, quería soldados y sobre todo conservar el trono y la gloria en nuestra familia.

Tomo un pequeño baño en una de las habitaciones con la ayuda de una sirviente, las hijas del Mercader me esperaban para vestirme. Las chicas no hablaban mucho, supongo que no querían ser inapropiadas conmigo, yo aún no sabía que decirles así que las dejé ponerme el vestido.

Como era tradicional en Orelle, los vestidos de las más importantes mujeres llevaban el pecho izquierdo al aire y debía honrarlos en la cena usando el que habían preparado para mi. No me incomodaba, yo soy de la realeza. Mi padre fue emperador, ahora mi hermano lo es. Y yo tengo que viajar para darle a él la seguridad de que tendrá algo que gobernar y personas que peleen a su lado si lo llegara a necesitar. Así que si debía tener un pecho desnudo durante una cena, que así fuera.

Las hijas del Mercader se despidieron para ir a sus habitaciones a prepararse para la cena también. Me quedé sentada a la orilla de lo que sería mi cama por los próximos días. Me sentía un poco cansada por el viaje largo, aunque no demasiado porque estaba acostumbrada a ellos; debía estar allí, era mi deber: Orelle sería un gran aliado, la mayoría de las reservas de comida de toda clase salía que aquí y mi hermano insistía en que los necesitábamos de nuestra parte. Y me sentía un poco irritada porque presentía lo que sería tratar con el mercader durante mi estancia y al mismo tiempo intrigada por conocer cómo eran realmente sus hijas.

Las tres doncellas tenían ojos verdes, el único atractivo que poseía su padre y que por suerte les había heredado, la mayor, Dalia, era la más alta de las tres. Idylla me parecía la más seria y rígida pero sin duda era la más hermosa, no había duda de que por eso se había desposado antes que su hermana mayor. Galena comenzaba a mostrar rasgos de mujer madura en sus caderas y pechos y solo tenía diecisiete años.

Son ellas las que me invitan finalmente a participar en la cena. Ellas también llevan el vestido tradicional de Orelle, con el pecho izquierdo al aire, en símbolo de la pureza del corazón. Los de Dalia y Galena son color lila al igual que el mío, mientras que el de Idylla es de tono rojo oscuro.

Veo las llamas de las antorchas mientras caminamos un largo camino desde las habitaciones hacia el comedor. Su resplandor me hipnotiza, hace que los adornos de oro y bronce, cobren vida con su reflejo naranja. Las chicas seguía sin decir mucho, solo hablaban entre ellas pequeñas palabras y en tono muy bajo.

Tomamos nuestro puesto en la mesa en donde ya esperaba el padre de las chicas, nadie se sienta en las puntas, supongo que el Mercader suele hacerlo, pero conmigo aquí, no podía hacerlo, así que nos sentamos cada uno en una esquina frente a frente, a mi lado se sienta Idylla, que sigue siendo la más callada de las tres pongo que por estar recién casada. Al lado del Mercader lo ocupó su hija mayor Dalia seguida de Galena.

La cena fue un gran servicio. Carnes, frutas cereales, vino, todo fresco y divino

-Me gustaría decir que todo lo que Su Alteza ha probado está noche es completamente producido aquí, en Orelle.

-Demos gracias a los Dioses por tan magnífico regalo- fue todo lo que dije a su favor.

-Asi es, Orelle está bendecida por los Dioses. Es una fortuna que Su Alteza sea testigo de estos obsequios y una vez más, me gustaría ofrecerle mi más humilde honra al venir hasta acá, Su Alteza, no muchas mujeres tan delicadas como usted siquiera pensarían en un viaje así. Sin embargo, debo confesar que esperaba la llegada de nuestro Emperador, no la suya.

-Como debe suponerlo, mi hermano, el Emperador tiene la tarea de gobernar y atender a su pueblo, y eso es en Roma, Mi Señor. Aunque él sabe exactamente lo importante que es establecer una buena relación con Orelle, la gran… Utilidad que representa nuestra alianza, de tal forma que ha enviado lo mejor ante usted.

-¿Y lo mejor que el Emperador tiene para negociar es usted?

-Así es.

El Mercader se burló abiertamente y se tragó una copa de vino completa, regandola por las comisuras de su boca y salpicando su vestido. Aún no comprendía cómo era posible que su semilla hubiese formado parte para concebir a sus tres bellas hijas. Era un viejo, gordo, grotesco y descargable en cada uno de sus movimientos. Su esposa debió ser muy hermosa, pobrecilla…

-Creo que después hablaremos de negocios, quizás cuando me resigne a que el Emperador no vendrá, así que tendremos tiempo suficiente. Por ahora disfrutemos del final de nuestra magnífica cena.

-Estoy de acuerdo, Mi Señor- mi manera de decir «Mi Señor» no era para honrarlo y él lo sabía.

-¿Su Alteza podría honrarnos al contarnos sobre Roma?- Dalia continuó con la conversación, pensé que su padre se molestaría al escuchar a alguna de sus hijas hablar sin su permiso, pero él no dijo nada.

-Roma es una ciudad en creciente progreso- me dirigí hacia Dalia-. La arquitectura ha cambiado con el tiempo pero conserva su estilo clásico. Y el palacio… su grandeza solo se puede comparar con el de Atenas.

-Han pasado algunos años desde que he estado en Roma- dijo el Mercader después de toser al agotarse un poco con su vino-. Lo reconozco. No me gusta el bullicio de la ciudad. Y el olor es insoportable, Su Alteza deberá pasar mucho tiempo en su dicho Palacio, pues no creo que la calle le sea de agrado.

-Por lo general estoy viajando, Mi señor. El Emperador es quién permanece en el Palacio.

-No estoy de acuerdo, jamás tendría a alguna de mis bellos tesoros a la exposición de viajes en feas carreteras, ni siquiera he permitido que Idylla una vez casada deje su hogar ¿Y de qué serviría, si marido no hace más que ir de guerra en guerra? . Además de viaje en viaje sería imposible para alguna de las dos restantes conseguir un buen partido, lo mismo le pasará a usted Su Alteza- nuevamente se ahogó con su risa y el vino en su garganta-. En cambio por lo que veo, el Emperador es más inteligente aguardando en su casa por una buena esposa, sí señor ¿Tiene algún prospecto ya?

-Aún sigue buscando a la… Indicada.

-Yo podría hablarle de verdaderos negocios si acepta a alguna de mis hijas. Y como usted misma lo ha podido comprobar, son muy hermosas ¡Lo mejor! Que podrá encontrar en todo el Imperio, ¿Eh?

-Lo reconozco, Mi Señor.

-Nos honra con su halago, Su Alteza- dijo Dalia en nombre de sus hermanas. Le sonrio e intercambiamos miradas

-Entonces, Idylla ¿Dónde está su marido? ¿Peleando en el sur?

Antes de que Idylla respondiera, su padre habló por ella -Así es- respondió simplemente.

La familia completa se tensó y desviaron la mirada

-A favor del Emperador, espero- dije dando en el clavo.

-Bueno… ejem- esta vez su tos era fingida-. Usted es una doncella joven, Su Alteza, sabe cómo son los muchachos de hoy. Solo quieren ir a la guerra y no importa contra quién ¿Eh?

-Puede ser- dije dándole vueltas al vino en mi copa-. Una buena razón para luchar y una gran compensación valdrían sin duda la pena, y eso ofrece el Emperador y nuestra casa. Seguro que unas líneas a tu marido le harán… Retomar el camino correcto ¿No es así, Idylla? Antes de que sea muy… tarde.

-Si a Su Alteza le complace- contestó el Mercader una vez más por su hija.

****

Más tarde, por fin sola en mi habitación recibo la visita de Galena.

-Su Alteza, mi hermana Dalia y yo nos preguntábamos si le gustaría rezar con nosotras. La luna está en su mejor punto para rezarle a la Diosa Diana, luego nos bañaremos en el estanque ¿Sería de su agrado?

Yo no tenía sueño, tampoco quería rezar pero un baño no me parecía mal, así que en el mismo vestido de la cena, seguí a Galena.

Era cierto que la luna estaba en su más alto punto y la noche era estrellada, corría poco aire por lo que no le temía al baño frío en el estanque Salimos del recinto cerrado que era la casa y en su jardín trasero nos encontramos con Dalia y la escultura de Diana, le ofrecimos flores y unas plegarias en silencio.

Luego de un momento, caminamos las tres hacia el estanque.

Las dos hermanas se desnudaron primero y yo las seguí. La desnudez no me importaba demasiado, en el palacio había sido criada con otras niñas y era normal tomar baños comunes.

-¿Es seguro ir de noche?- les pregunté.

-Por supuesto, Su Alteza

Me limito a sumergirme y permanecer quieta con mi cuerpo bajo el agua. Galena, que sin la supervisión de nadie estaba mostrando una personalidad más divertida y liberal se dedicó a chapotear por todo el estanque, reía mucho junto a Dalia.

-Su Alteza debería nadar también o muy pronto le dará mucho frío- me dijo Dalia

Nadé hacia ellas y luego de un rato solo flotabamos para charlar

-¿No invitaron a su hermana?- les pregunté curiosa por la ausencia de Idylla

-No, de igual manera estas cosas no le gustan- dijo Galena

-Supongo que no quiere deshonrar a su esposo en su ausencia- dije

-¿Y cómo podría deshonrarlo nadando con sus hermanas?- ambas rieron, parecía que era un chiste que solo ellas dos podían entender

Galena reía bastante, daba vuelta al rededor de su hermana mayor y le salpicaba agua a la cara. Las estudié un poco y me di cuenta que había algo de complicidad en su relación.

-¿A Su Alteza le gustaría beber un poco de vino? Tenemos una botella por aquí.

Dalia salió del estanque, con el agua escurriendo por su cuerpo desnudo, buscó tres copas y las llenó de vino. Galena y yo nos sentamos en la orilla del estanque junto a Dalia, de repente fui más consciente de nuestra desnudez. Sentí un repentino aire de calor que lo fui atribuyendo al vino.

Sin que lo ocultara, no pude dejar de notar que Galena no quitaba la vista de los pechos de Dalia, y de su cuerpo en general.

-Creo que no me casaría si me dijeran que tengo que estar siempre en mi habitación ¿Su Alteza ha tenido algún pretendiente?- me preguntó Galena

-Algunos… Pero son enviados a la guerra si a mi hermano no le gustan nada.

-¿Cómo es el Emperador?- quiso saber Dalia repentinamente

-¿Es guapo?- preguntó Galena con más interés, ahora fijando su mirada en mi, intentado ser discreta al observar mis pechos

-Mi hermano es… guapo, sí lo es. Las cortezanas le hacen fila, le gusta enamorarlas y luego las deja. Siempre reñimos por eso, no estoy de acuerdo. Es muy inteligente también, algo terco siempre cree tener la razón.

-Me gustaría conocerlo, suena como a un hombre muy… Interesante- como si fuera muy normal Galena tomó sus propios pechos y acarició sus pezones.

-Galena, creo que no deberías hacer eso en frente de Su Alteza- la corrigió Dalia.

-Descuida, el aire hace que la piel mojada sea más sensible- dije sin darle importancia

-Sí, ya tengo un poco de frío. Entraré de nuevo al agua.

Galena se sumergió de nuevo y nadó lejos de la orilla, Dalia la siguió y yo me quedé observándolas sentada terminando el vino

-¡No me persigas!- le dijo riendo Dalia a Galena que ahora iba detrás de ella.

Galena atrapó a su hermana por detrás tomándola por la cintura, sin importarle nada sus cuerpos desnudos.

-¿Tu piel también está sensible, hermana?- le dijo en un tono que ya no era de «hermanas» y mucho menos para ser su hermana menor, y le tomó ambos pechos haciendo que Dalia se sobresaltara un poco.

-¡Galena, no hagas eso frente a ella!- me di cuenta que su sobresalto era más por mi presencia que porque su hermana le tocara los senos

-¡A Su Alteza no le importa! ¿O si?

-Por supuesto que no. Si eso las complace

-¿Ves Dalia? Ven…- Ambas volvieron a la orilla, Dalia se sentó a mi lado y junto a ella Galena volvió a tomar uno de sus pechos y está vez, se lo llevó a los labios para succionarlo.

-Galena…- Dalia intentó apartarla, pero Galena no se lo permitió así que finalmente la dejó hacerlo

-¿Ella siempre hace eso?-pregunté con curiosidad

-Es una… manía que tiene desde hace un par de años. ¿Qué puedo decir? Galena es mi hermana más pequeña, siempre ha sido mi debilidad.

-¿Lo hace como apego materno a ti?

-Un poco quizás, pero no. No creo que sea exactamente para eso.

Entonces Galena abandonó el pecho de Dalia y atrapó su boca con la de ella en un beso desesperado. Sin importarle mi presencia.

-¿Su Alteza a besado a una mujer?- me preguntó Galena dejando los labios de su hermana

-No, realmente no he tenido el placer

-¿No le gustaría tener «el placer»?

-Creo que sí.

-¿Qué tal si empieza con Dalia? Será muy dulce…

Asentió conforme, Dalia me sonrió y acarició mi mejilla dejó su mano en mi cuello y juntó nuestros labios, suavemente al principio y conforme mi inseguridad iba desapareciendo ella aumento la profundidad de su lengua dentro de mi boca.

Su mano bajó lentamente de mi cuello, a mi seno izquierdo, la dejé tranquilamente. Escuché un leve ruido en el agua pero no presté atención, estaba demasiado perdida en los besos con Dalia.

De repente siento un conquilleo en lo más bajo de mi vientre, al bajar la mirada noto que Galena bajó al agua nuevamente para quedar frente a mis piernas. Tocó ligeramente mi monte de venus esperando mi reacción

-Oye espera…- de repente me sentí un poco incómoda.

-Tranquila Su Alteza, yo sé que eso le va a gustar.

Dalia asintió y me indicó para que volviera a sus labios.

Los dedos de Galena exploraron cuidadosamente mi vulva y abrieron mis labios. Todo hacía temblar y ya tenía mucho frío.

-¿Por qué no volvemos a las habitaciones?- propuso Dalia- Volveremos a sentir calor, y estará más cómoda Su Alteza.

-Estoy de acuerdo.

En mi habitación, recibí el calor del fuego del hogar con un suspiro. Las dos hermanas extendieron telas y pieles por el suelo para refugiarnos las tres y recuperar la temperatura.

-Su Alteza, he de decir lo que he estado pensando desde que vi su cuerpo desnudo. Usted es muy bella- me dijo Galena quien ya había perdido todo sentido de decoro; no había hecho nada por cubrirse y estaba acostada sobre su costado derecho acariciando libremente su entrepierna, sus senos parecían más grandes en la luz que daba el fuego, y gemía levemente con el placer que se daba con la mano.

-Me halagas, Galena. Viniendo de ti, es un placer que te guste mi cuerpo.

-Me encanta. Me gustaría volver a tocarla ¿Puedo?

-Puedes hacer lo que quieras.

La que respondió a esto fue Dalia que fue la primera en tocarme. Sentí sus dedos pasar suavemente por mi húmeda vagina, tocó a los lados arriba y abajo, todo muy lentamente y haciéndome suspirar. Galena vino a mi boca, me besó desesperada y amasó con furia mis senos. Haciéndome gemir más alto.

Yo también la toqué a ella, pasé mi mano por su espalda y llegué a sus glúteos y al pasar mis dedos por su línea media hasta llegar abajo descubrí cuán mojada estaba.

Sentir la lengua de Dalia en mi entrepierna me causó un chillido y un reflejó en mis dedos para meterlos sin dificultad dentro de Galena, que gimió con ganas. La sensación era indescriptible.

-Permíteme, hermana- le dijo Dalia a Galena para que le diera espacio. Se sentó sobre mi, separó mis piernas y juntó nuestras vaginas. Sentí sus fluidos en mi piel, ella comenzó a moverse adelante y hacia atrás, el placer que el choque daba nos hacía gemir sin parar. Dalia se situó encima de mi, puso su vagina frente a mi boca esperando que hiciera lo que ella antes a mi, y lo hice. Yo sabía cuales eran los puntos de placer, todas las noches en mi habitación o durante un viaje, me dedicaba a darme placer con los dedos.

Dalia y Galena quedaron frente a frente y entre besos y gemidos, mi lengua y mis labios succionando a Dalia y Galena con movimientos rítmicos sobre mi, las tres logramos alcanzar el climax.

Después de un rato las chicas se marcharon a sus habitaciones. A pesar de que era probable que el amanecer estuviese próximo y que no había dormido nada, aún no podía conciliar sueño. Me levanté de las pieles y me limpié un poco con una toalla húmeda, me puse un vestido ligero y salí de la habitación.

Di varias vueltas hasta que un ruido en una de las habitaciones llamó mi atención.

Continuará…

Me desperté con una erección brutal, la tela de mis ceñidos boxers apretaba mi polla… Hacía mucho tiempo que no me despertaba con una erección tan brutal.

Lancé mi mano hacia un lado buscando tocar el culo de mi mujer mientras con la otra me acariciaba mi dura polla.

Ella no estaba.

Joder la tengo tan dura que me duele, pensé, ire a orinar a ver si así se me baja, pero no funcionó la seguía teniendo tan dura que apenas podía andar.

Ella no estaba en casa, la busqué por todos lados deseando poner mi paquete en su culo que tanto me gusta pero no estaba.

Así que decidí tomarme un café en la cama con la esperanza de que llegase pronto pues como mucho habría ido a comprar el pan y así poder tirarle los trastos… si no me haría una paja yo… pero necesitaba frotarme contra ella desesperadamente y follar como un loco.

Escuché la puerta y por instinto dejé el café en la mesita de noche y aparte la sábana que me tapaba para que viera el bulto que sobresalía de mis boxer.

Escuché ruidos en la cocina, nervioso aparte mi mano contra mi paquete mientras la llamaba.

-cariño!- dije

-hombre ya estás despierto! – dijo ella dejando unas bolsas sobre el banco de la cocina.

Escuchó sus pasos hacia la habitación donde estaba esperándola ansioso porque tuviera ganas de follar y ver su cara de sorpresas ante la gran erección que tenía.

Pero la sorpresa me la encontré yo cuando entro.

Su pelo negro andaba suelto cayendo sobre sus hombros, suave y sedoso… Hacía mucho que no lo veía así, pues últimamente siempre llevaba su coleta desganada.

Sus ojos ligeramente almendrados estaban pintados con una fina linea de rímel negro que los orientalizaba más todavía. Y sus labios estaban pintados de rojo, no era un rojo muy fuerte pero si le hacían unos labios gruesos y apetitosos.

Pero lo que más me impactó fue su ropa… una camiseta de tirantes negra no muy apretada pero a pesar de ello sus generosas tetas se marcaban perfectamente, y sus pezones duros parecían querer atravesar la tela.

El remate final que me hizo enloquecer fue los ceñidos leggins de cuero que le había regalado hacía un par de años y apenas se había puesto una vez.

Se le pegaban al cuerpo como un guante marcando sus atributos.

Ella sonrió al ver mi mirada, que recorría su cuerpo.

-me siguen quedando bien?- dijo girando un poco para que pudiera ver su culo.

Apenas pude balbucear unos sonidos, los leggins se le metían entre las nalgas

Logrando una visión inolvidable de su culo.

-aunque creo se me marcan mucho- dijo con una sonrisa picarona estirando los hacia arriba haciendo que el cuero se le metiera entre los labios vaginales.

-quizás sean demasiado provocativos… ¿Me los quito?- continuó hablando mientras pasaba su mano por su entrepierna sonriendo lascivamente.

Negué con la cabeza e hice un gesto para que se acercara a mí, estaba tan cachondo que era incapaz de articular sonido comprensible, literalmente tenía la cabeza llena de semen y solo podía pensar en tocar a mi mujer.

Ella gateó por la cama y se sentó sobre mi paquete mientras acercaba sus labios a los míos metiendo su lengua en mi boca, su pelo me envolvió y lleve mis manos a su culo mientras ella dejaba caer el peso de este sobre mi dura polla arrancando un gemido de mis labios.

Me beso lascivamente mientras movía su entrepierna de alante atrás sobre mi bulto, mi acelerada respiración se mezclaba con el sonido de nuestros besos.

Llevó su mano hacia atrás acariciando mis bolas por encima del boxer logrando que mi respiración se acelerara más mientras seguía moviéndose encima de mi polla.

Acaricie sus nalgas, las apreté y amase lascivamente, el tacto era brutal y estaba más cachondo que en toda mi vida, quería follar ya.

La aparte de mi un poco para agarrar sus tetas y apartarlas por encima de la camiseta jugando con sus pezones, ella detuvo el movimiento sobre mi paquete y me observó con los ojos entrecerrados disfrutando de mis caricias.

Quise quitarle la camiseta pero ella me detuvo y me obligó a tumbarme en la cama.

-Disfruta cariño… Esto es para ti- dijo cuando estuve totalmente tumbado con una voz seductora que hacía tiempo que no escuchaba.

Para mí sorpresa se volteó dándome la espalda, vi y note como sus nalgas cubiertas de cuero abrazaban mi polla dura bajo el boxer.

Inclinó su cuerpo hacia delante dándome una visión más perfecta de su culo y comenzó a arrastrarlo de alante atrás frotando mi polla entre sus piernas.

Lleve mis manos a sus caderas tocando el cuero de sus leggins disfrutando del tacto del cuero, su culo brillante por el material se movía de adelante atrás arrastrando mi polla palpitante bajo el boxer.

Tome sus nalgas amasandolas entre jadeos mientras la tela de mi boxer se humedecia de líquido preseminal.

Ella aceleró más el movimiento aplastando mi paquete entre sus nalgas notando mi excitación mi polla estaba apunto de reventar y mi cuerpo convulsionaba ante su refriega.

Se incorporó un poco y llevando su mano hacia atrás sacó mi dura polla del boxer y la tomó con la palma de su mano colocándola entre la raja de su culo y apretando sobre ella comenzó a moverla de arriba abajo haciéndome una rica paja aplastandola contra el cuero.

Fue lo máximo notar el material suave y brillante frotando mi polla aplastada entre su culo y su mano, mi cuerpo se tensó y ella lo noto pues apretó más su mano frotando mi polla.

El primer chorro salió de mi polla como un geiser manchando su culo de cuero ante lo que ella aceleró más y más mientras mi leche salía a borbotones manchando el cuero de sus nalgas.

Cuando terminó de ordenarme y para mí sorpresa comenzó a extender mi semen por sus nalgas mientras mi polla convulsionaba soltando las últimas gotas.

Entonces abrí los ojos, estaba en mi cama con una erección descomunal que apretaba mis boxer, estaba desorientado mi respiración acelerada, todavía era de noche… «un sueño?»

Tire mi mano a un lado y noté su cuerpo recostado de lado, pasé mi mano por la curva de su cadera hasta apretar su nalga solo vestida con una braguita.

Me pegue contra ella aplastando mi paquete contra sus nalgas, Ella gimió un poco al notar mi bulto.

-¿Estás bien?- ronroneo con voz somnolienta -¿has tenido una pesadilla?- su voz sonaba deseosa y burlona al tiempo que apretaba sus nalgas contra mi paquete.

Aparte sus bragas y cole mi polla entre sus piernas deslizando lentamente mi miembro en su coño húmedo dejándolo unos segundos dentro.

-ahora te toca a ti- susurre.

****

Otra flipada que se me ha ocurrido sobre mis fetiches con el cuero, espero que os guste a pesar de no ser lo que no suelo escribir. Gracias por leerme.

El Baño prohibido.

Era verano hacía mucha calor fuimos invitados a las afuera de la ciudad a una finca con piscina, fuimos con un amigo a disfrutar de una parrilla a la hora de almuerzo e invite a mi novia, día ideal para una ricas cervezas frias.

Llegamos había harta gente rico aroma a carne asada una buena piscina y una casa bien comoda para disfrutar la tarde.

Nos metimos a bañarnos a la piscina, mi novia con la cual llevaba poco tiempo de conocerla es alta, delgada pero con unas piernas bien trabajadas duritas y su piel morena la hace mas deseable, se puso un bikini que al salir dejo a todos los presente babeando, ella es linda pelo largo negro culito redondo en realidad es una delicia de mujer a sus 30 años, se cuida y se ve como quiere y lo más importante le encanta el sexo.

Mientras nos bañabamos en la piscina nos comenzamos a besar y abrazar eso mas el calor y el ambiente ademas del alcohol nos puso muy calientes.

Hasta que despues de mucho besarnos y tocarnos ella me dijo voy al baño sigueme..sin que te vean.

Mire alrdedor y como nadie nos veia la segui al baño ella estaba desnuda esperandome, de entrada me saque el short de baño y la ataque, nos seguimos besando y por el apremio que alguien nos sorprendiera y como ella estaba mojada por su alta exitación la pude penetrar enseguida.

Que maravilla como entro mi verga en su zorrita humeda y caliente.

Ella me pedia la follara mas y mas me pedía yo caliente como estaba le meti con fuerza una y otra vez mi tula hasta que ambos decidimos salir uno a la vez del baño por que sentimos gente afuera, salí yo primero y ella al rato.

Como nadie al parecer se dio cuenta eso pensabamos jaja, al rato volvimos al baño a terminar lo que habia quedado pendiente.

Y la culie bien rico ella apoyada en la muralla y yo detrás la penetre y se lo metí como a ella le gustaba gemía despacio para que no nos sorprendieran pero no fue suficiente ya que la dueña de casa nos pillo y nos pidio que nos fueramos de la casa.

Pero lo cogido y lo tomado no nos quita nadie jajaj

Todo empieza en qué habia terminado una relación de varios años y Decidí darme una nueva oportunidad con un chico, empezó todo normal y empezamos a salir, de inicio me daba igual solo era por no estar pensando en mi ex, pero con el tiempo empezó a conquistarme además que me gustaba bastante, y empezamos a tener encuentros cada vez más cercanos, uno de esos fue en su coche una vez en la noche cuando fue a dejarme a mi casa, después de salir a comer, le comenté que yo para que le gustaba, me dijo que para que fuera su novia, le dije que si y nos besamos bastante, al grado que empecé a sentir como me mojaba, como él no se animaba decidi empezar a sobar sobre su pantalón donde ya se notaba una ereccion, él empezó a sobarme las tetas y me mordía los labios yo no podía más , y me desabroche el pantalón el rápido metió su mano empezó a sobar mi vagina, no se ni cómo pero cuando me di cuenta ya tenía las tetas de fuera , no aguante Más y le dije quiero me cojas, el rápido encendió el coche y nos fuimos a un hotel , nada más entramos en la habitación y me empezó a besar otra vez yo estaba fuera de mi lo besaba y me apretaba contra el , me Acoste en la cama y rápido me quito el pantalón me puso boca arriba Y me quito la ropa interior , empezó a lamer mi vagina… yo no podía creer lo que estaba sintiendo me temblaba todo el cuerpo sentía su lengua dentro de mi y eso era increíble como me miraba cada que podía , sus manos en mis muslos.. su legua recorriendo desde mi ano hasta mi ombligo, después se levanto con la cara húmeda de mis jugos y empezó a besarme otra vez me encantaba el sabor de sus labios y de mi intimidad en eso empecé a sentir su verga rosándo mi entrada y punteando entre mi culo y mi vagina yo misma hacía movimientos intentando que ya me la clavara , mordia su y gemía me apretaba a él con brazos y piernas cuando sentí como lentamente iba ensartandome… no pude más y empecé a temblar el se dio cuenta y me la saco, solo me queje un poco senti una de sus manos en mi cuello abrí los ojos y me miraba fijamente , justo cuando iba a decir algo me la metió toda de golpe, ahhhh y me la saco de nuevo me miraba de muevo así sin moverse,yo le dije qué pasa me dijo quiero que me pidas que te coja , yo movía mi cadera para que me la metiera estaba muy agitada , anda pídeme decía, tome su pene y yo misma mi lo metí cojeme metemela!!! y asi otra vez la tenía adentro era tan dura grande perfecta no quería cambiar de poscision la quería dentro empezó a cojerme y se detuvo iba a ponerse un condon lo abrase con mis piernas y le dije no está vez quiero que te vengas en mi que llenes de tu leche estuvo así por más de 30 min hasta que se vació en mi despues nos quedamos dormidos …..

Fue una emboscada.

Jade se durmió cuando se suponía que debía estar alerta. Pero había sido un día particularmente duro buscando provisiones, y su hermano mayor ya estuvo de guardia durante la mayor parte de la noche. No quería interferir con el poco sueño que estaba durmiendo, ya que más de la mitad de la población había desaparecido.

En dos años, nunca tuvieron que despertarse para una pelea. Entonces, ¿cuál fue el daño de la dosificación?

Brian lo entendería.

Estaban a salvo … pensó.

No pasaría nada.

Además, solo cerraría los ojos durante unos minutos.

Pero no estaban a salvo. Y a medida que la hermana menor finalmente cedió a su estado de cansancio, solo tomaría unos minutos para que se desarrollara su peor pesadilla.

Dentro de las delgadas paredes de la apartada cabaña, Brian y Jade se despertaron con tres hombres flotando sobre ellos. Sin embargo, ninguno de ellos dijo nada. Los extraños simplemente miraron al hermano y la hermana, compartiendo la única cama vieja y crujiente que estaba disponible.

Brian no podía entender cómo entraron sin que Jade se diera cuenta, por eso la miró casi al instante.

La expresión de miedo y culpa en su rostro reveló lo que Brian más temía durante su tiempo de supervivencia. Estaban comprometidos. Debió haberse quedado dormida, aunque él no podía culparla. Como mujer joven que debería haberse graduado de la escuela secundaria en otra vida, no estaba comiendo bien. Estaba restringida a todo lo que pudieran encontrar sin poner en riesgo su seguridad.

No es que Brian estuviera en una condición más saludable. En su vigésimo cumpleaños, que celebraron en soledad y en secreto el mes anterior, se dio cuenta de que no era tan fuerte como debería haber sido. A pesar de que tenía un cuerpo bastante musculoso, no podía canalizar el poder detrás de él.

Y por mucho que quisiera enojarse con su hermana por la dosis, era más probable que los extraños se dieran cuenta de Brian y Jade ese mismo día. Y después de seguirlos en silencio, descubrieron la pequeña cabaña secreta que los hermanos usaban como refugio, dejándolos vulnerables de cualquier manera.

«Ella es una cosita bonita, ¿verdad chicos?» Dijo el más grande de los tres mientras miraba boquiabierto a Jade.

Seguro que lo es, Teddy. Ella también me gusta «. Respondió el segundo extraño. «Puedo comerla con una cuchara».

El tercer y más pequeño intruso no dijo una palabra. Tampoco sonrió. Ni siquiera parpadeó mientras su atención descendía hacia los pechos plomos de Jade, perfectamente capturados con una camiseta negra sin mangas.

Cualquiera estaría de acuerdo en que su belleza era la mayor maldición en ese momento.

Antes de que Brian pudiera siquiera pensar en hacer algo, los extraños revelaron sus armas y cuchillos. Estaban armados hasta los dientes y sus armas mostraban mucho desgaste. Ninguno de ellos tuvo problemas para usar el instrumento que tenían en las manos.

“Así es, chico lindo. Mantén tu trasero en esa cama si no quieres que se lo pierda «. Teddy instruyó a Brian. “Nadie necesita un héroe hoy. Solo buscamos divertirnos antes de salir «.

«Puedes llevarte todo». Ofreció Brian.

“Oh, planeamos hacer eso, hijo. Incluyendo a tu hermana pequeña aquí «. Teddy se agachó y agarró el brazo de Jade, pero Brian reaccionó instintivamente y le dio un puñetazo en la mandíbula.

Esto sacó a relucir un lado agresivo de Teddy, porque respondió con dos golpes propios, enviando a Brian al suelo. El resto de la pandilla siguió el ejemplo de Teddy y pateó a Brian donde cayó.

«¡No! ¡Para! ¡Por favor!» Jade empezó a gritar.

«¿Quieres que nos detengamos, princesa?» Teddy preguntó sarcásticamente antes de abofetearla en la cara y tirar de ella hasta los pies de la cama. «Después de que terminemos contigo, entonces nos detendremos». Dijo y la remató con un golpe en el estómago, lo que la hizo jadear dolorosamente en busca de aire mientras se inclinaba hacia adelante.

El grandullón continuó rasgándole la ropa con dureza, que fue cuando los demás redujeron su agresión. Les gustó lo que vieron y Brian ya estaba tosiendo demasiada sangre para detener algo.

Justo cuando Jade recuperó el aliento, Teddy sacó su polla y fue directo a su entrada virgen. Quería gritar, pero no tenía mucho sentido. El dolor era tan intenso que adormecía su cuerpo, salvándola de la gran virilidad que empujaba con fuerza y ​​atravesaba sus paredes.

«¡Oh, fóllame!» Teddy gruñó. «¡Ella es virgen!» Cuando se apartó, la sangre empapó su pene. Y la vista del rojo hizo que Teddy empujara más fuerte. Quería que cada estocada fuera tan dolorosa como la última. «Te voy a romper, princesa».

Brian levantó la vista del suelo con un solo ojo. Podía ver débilmente a Teddy abriendo las piernas de Jade y violándola. Pero cada vez que intentaba ponerse de pie, los otros dos empezaban a patear y a golpear. Incluso tuvieron que inmovilizarlo, donde se vio obligado a mirar.

Brian tuvo que presenciar el placer que Teddy obtenía al apuñalar repetidamente a su inocente hermana con tanta fuerza.

Tenía que estar atormentado por la expresión de Teddy cuando finalmente decidió correrse dentro de ella.

Desafortunadamente, la pesadilla no terminó ahí. Porque los otros dos todavía estaban frustrados y cachondos. Entonces, tomaron su turno para bajar sus pantalones y penetrar a Jade como si no fuera más que una muñeca para follar. Le sujetaron los brazos, la golpearon, la mordieron, le magullaron el cuello cuando la estrangularon y le arrojaron cuerdas sobre cuerdas de semillas calientes.

Durante al menos dos horas, se turnaron para liberar su frustración sexual. Y Jade siguió siendo el centro de su enfoque en todo momento. Fue la experiencia más horrible para ambos hermanos. Tan horribles, de hecho, suplicaron a los extraños que simplemente los mataran.

Pero Teddy y sus hombres disfrutaban más al ver sufrir a la gente. ¿Y cómo iba a sufrir alguien si ya estaba muerto?

“No, princesa. Matarte no es divertido. ¿Por qué desperdiciaríamos un coño tan dulce si podemos volver por más? »

Estas fueron las últimas palabras que dijo Teddy antes de reunir los pocos suministros que tenían Brian y Jade, luego se fue con sus secuaces cuando el sol comenzó a salir.

Pero se olvidaron de algo.

A través de toda la testosterona y la emoción de asaltar la cabina, Teddy dejó una pistola completamente cargada. Simplemente estaba tirado en la mesa de la esquina, esperando a que lo vaciaran.

Brian no estaba en condiciones de ponerse de pie, y mucho menos ir a por el arma y buscar venganza. Apenas estaba jodidamente consciente cuando el grupo de Teddy desapareció por la puerta principal. Pero a Jade, por otro lado, todavía le quedaba algo de vida. Y cuando vio el arma, su cuerpo reaccionó.

Como un soldado valiente y decidido sin nada que perder, se bajó de la cama y tomó la pistola. Después de comprobar la seguridad y el contenido de las balas, marchó en la misma dirección que Teddy.

Desnuda, herida y magullada, la joven pequeña la siguió. Quería que los cadáveres estuvieran lo suficientemente lejos de la cabaña, así que se quedó atrás cuando Teddy abrió el camino. Cuando Jade decidió que estaba lo suficientemente lejos, golpeó suave y rápido.

Ni Teddy ni ninguno de sus hombres podrían haber escuchado sus pies descalzos acercándola lo suficiente como para desatar tres disparos consecutivos, dos de los cuales les dieron en la nuca. Su tercera víctima tuvo una pequeña ventana de oportunidad para darse la vuelta, lo que dejó un desastre mayor.

Dios sabe que ella quería torturarlos. Quería infligir un dolor sin fin y dejarlos vivos para sentir cada jodido segundo. Pero las balas eran un bien que no podía permitirse desperdiciar. Tampoco podía darles la oportunidad de sobrevivir.

En lugar de disfrutar de su venganza, Jade recuperó automáticamente todas las bolsas que pudo llevar. Luego volvió a buscar el resto. Al final resultó que, entre los tres hombres muertos, había suficiente comida para unas dos semanas.

También estaba agradecida por las armas.

Dos pistolas, una escopeta, cinco cuchillos de caza y una generosa cantidad de balas estaban a su disposición. Es por eso que Jade tuvo que hacer un tercer y último viaje al bosque.

Cuando regresó con todos los suministros a la cabaña, inmediatamente atendió a Brian, quien todavía estaba acurrucado en la misma posición en la que Jade lo había dejado. Su pulso era débil y se estaba desvaneciendo. La muerte llamaba a la puerta.

Pero Jade se negó a abrirse.

En cambio, fue a buscar más agua de los manantiales aislados no muy lejos de la cabaña. Fue una de las razones por las que se quedaron en el lugar durante tanto tiempo, porque en momentos tan desesperados, necesitaban estar cerca de un suministro de agua.

A pesar de todo el dolor, siguió adelante.

Todo en lo que podía pensar era en hacer que Brian volviera a estar consciente.

Parte uno

Tres días después …

«¿Jade?» Brian murmuró por primera vez desde que lo golpearon hasta convertirlo en una pulpa ensangrentada.

El corazón de Jade saltó al escuchar la voz de su hermano. Sabía que había esperanza cuando lo ayudó a pasar la primera noche. Pero no se sabía qué daño hicieron Teddy y sus hombres, y si alguno de los daños sería permanente.

«Estoy aquí.» Jade corrió a su lado y le acarició el cabello. «Estoy aquí.»

La verdad es que se sentía culpable. Si no se durmió, podrían haber escapado. Por cada minuto que pasaba desde sus primeros tres homicidios, ella también quería pegarse un tiro. Cada vez que Brian se encogía de dolor mientras luchaba por su vida, aumentaba la culpa.

«¿Estás … estás bien?» Murmura con una boca notablemente seca.

«Sí, no te preocupes por mí». Jade tomó el agua de la mesita de noche y ayudó a Brian a tomar unos sorbos. «Me alegro mucho tu espalda».

«Gracias a ti.»

Jade estaba al borde de las lágrimas, pero se contuvo. Ella se las arregló tan bien hasta ese momento. No se quebró ni se derrumbó todo el tiempo que tuvo que funcionar sola. Pero cuando Brian la atrajo hacia su pecho con un brazo débil y dijo: «Siento mucho no poder protegerte, hermana». Fue entonces cuando se rindió a sus emociones.

Ella comenzó a dejar escapar todos sus sentimientos surgidos con lágrimas después de más lágrimas. Y Brian seguía diciéndole cuánto lo sentía. Cómo debería haber podido hacer algo.

«Hiciste todo lo que pudiste». Jade se rió disimuladamente. «Eso es todo lo que necesito.»

Durante un tiempo, disfrutaron en silencio de la compañía del otro. Jade mantuvo su cabeza en el pecho de Brian mientras él suavemente peinaba su largo cabello oscuro con sus dedos.

«No podemos quedarnos aquí». Finalmente rompió el reconfortante silencio. «Van a volver».

«No, no lo hacemos». Jade se puso de pie y sacó algo de una de las bolsas que sacó del cadáver de Teddy.

Era una barra de chocolate, que estaba mareada por presentársela a Brian. «Comer hasta. Hay más.» Dejó caer la golosina azucarada en las manos de Brian antes de sentarse a su lado.

Como algo así como un adicto al chocolate antes de que ocurriera la gran tragedia, Brian estaba ansioso por tomar un bocado. Pero mantuvo la compostura el tiempo suficiente para preguntar de dónde venía. Y por qué estaba tan segura de que Teddy no volvería.

«Solo confía en mi.» No se atrevió a revelar la verdad. Todavía no, al menos. “Además, tenemos cosas más importantes de las que preocuparnos. Como hacerte sentir mejor «.

«Hemos tenido un buen comienzo». Brian se tomó su tiempo para disfrutar de cada bocado de la barra de chocolate. «Dios, esto sabe increíble».

Jade estaba deseando ver a Brian sonreír de nuevo. Era todo en lo que podía pensar durante los últimos tres días. Y cuando lo hizo, fue más gratificante de lo que pensó que sería.

«No soy el único que resultó herido, ¿sabes?» Brian dijo mientras se concentraba en los moretones de Jade. Y se inclinó torpemente hacia adelante para tocar las marcas en su cuello. «Voy a matar a esos imbéciles».

A Jade todavía le costaba recordar lo que le habían hecho. Aceptarlo todavía era demasiado difícil. Así que tomó la mano de Brian y se la llevó a los labios. Luego lo besó antes de acunar su mejilla en su palma.

«Estoy aquí. Estoy a salvo. Entonces no necesitas hacer nada ahora, hermano mayor. Es mi turno de cuidar de ti «.

Por primera vez durante su pesadilla, Jade notó la transición por la que pasó. En unos días, pasó de ser una niña dependiente a una mujer autosuficiente. Incluso podría apretar el gatillo si fuera necesario. Algo que siempre tuvo miedo de hacer. Odiaba las armas incluso después del apocalipsis creado por el hombre. Pero estaba empezando a apreciar la rapidez con la que podían resolver un problema.

Y Brian no podría haber estado más orgulloso.

Vio lo que ella sintió. A pesar de la situación negativa, superó todos los desafíos.

“Realmente no me importa. Estoy en buenas manos «.

Tan complicada como era la situación, Jade estaba realmente feliz por primera vez en años. Aunque, no hizo que los recuerdos oscuros fueran más fáciles de procesar. Iba a necesitar mucho para superar lo que ambos soportaron. Pero Jade estaba lista. Y de alguna manera… liberado.

“Te voy a preparar algo de comer. Entonces vas a dormir un poco más «. Ella insistió.

«Pero-»

«Sin peros. Te quedarás en la cama al menos unos días más «.

«Jade», Brian se puso incómodo.

«¿Qué?»

«Realmente necesito orinar».

«Oh por supuesto. Por supuesto. Dejame ayudarte a levantarte.» Jade hizo todo lo posible para no hacer un gran escándalo por ayudar a su hermano a orinar. Y cuando él luchó por mantenerse en pie, estaba claro que ella tenía que esforzarse más. Su pierna izquierda no estaba fracturada, pero estaba gravemente herida. De hecho, a Brian le resultaba casi imposible mantenerse firme. Al igual que tenía problemas para doblar o levantar el brazo izquierdo.

Con gran problema, Jade lo ayudó a salir de la cabaña. Pero no podía soltarse sin que él perdiera el equilibrio, lo que significaba que tenía que quedarse.

«Vas a cerrar los ojos por esto, ¿verdad?» Brian preguntó nerviosamente.

«No hay problema.» Respondió Jade mientras cerraba los ojos. La verdad es que ella ya vio casi todo lo de Brian cuando lo mantuvo limpio durante su coma leve. Y aunque no lo admitiría, se sintió intrigada por su hombría.

Ella no se centró en eso. Pero cada vez que lo desnudaba, los baños se alargaban. El último día antes de que se despertara, lo bañó dos veces.

Brian tardó unos minutos, pero finalmente logró hacer sus necesidades con su hermana enganchada debajo del brazo. Luego regresaron con dificultad a la cabaña, donde volvió a dosificarse fácilmente después de comer.

Sabía que habían sobrevivido a unos días oscuros gracias al coraje de Jade. Y es por eso que todavía tenía la esperanza de que algo mejor los esperara en el futuro.

Jade le dio una razón para despertar.

La segunda parte

Jade estaba acostada junto a su hermano dormido en la cama, escuchando la lluvia que comenzó durante la noche. A ella siempre le gustó la lluvia. De alguna manera la hacía sentirse segura. Y con una mezcla de contenido y esperanza recién descubierta, se acercó a Brian y lo rodeó con el brazo. Anhelaba el contacto físico a pesar de lo que había pasado recientemente, y sus intenciones eran inocentes.

El calor del cuerpo de Brian inspiró a Jade a bajar la guardia, haciéndola moverse aún más cerca, hasta que estuvo casi a medio camino encima de él. No podía entender de dónde venía su extraño deseo. Pero estaba ahí. Y cuanto más se presionaba contra Brian, más fuerte se volvía el deseo.

A pesar de que era lo último en lo que quería pensar, los pensamientos sexuales comenzaron a aflorar. Especialmente después de que ella lanzó suavemente su pierna sobre el área de la ingle de Brian, donde pudo sentir su virilidad abultada contra su muslo interno.

Su hermano todavía no se despertó. Pero su cuerpo estaba reaccionando. Sus instintos naturales de ponerse duro bajo la suave presión de la pierna de Jade no pudieron evitarse.

Y cuando Jade notó la erección desde el interior de sus pantalones cortos, la animó.

Suavemente, movió su muslo hacia arriba y hacia abajo, mientras colocaba gradualmente su pelvis en un lugar donde pudiera raspar contra la parte superior de la pierna de Brian. Al mismo tiempo, presionó sus pechos contra su pecho. Quería sentir los latidos de su corazón escalar con los de ella. Jade se dio cuenta de que lo que hizo estuvo mal en muchos niveles. Pero las cosas cambiaron drásticamente en muy poco tiempo. Y no podría detener su transformación, incluso si quisiera.

Con Brian aún sin mostrar signos de despertarse, Jade gradualmente tomó riesgos mayores. Porque la erección que palpitaba debajo de su muslo no se hacía más pequeña. En cambio, se puso tan difícil que Jade podría compararse con una barra de hierro.

La puso tan cachonda que intensificó el movimiento rechinante de su pelvis. Cada segundo que pasaba le daba ganas de secar la pierna de su hermano cada vez más. Pero no fue lo suficientemente gratificante. Jade quería más intensidad. Más fricción.

Contacto más inapropiado.

Entonces, con mucho cuidado de no molestar a su hermano dormido, se quitó la ropa interior y se subió encima de él. Luego se deslizó por la parte delantera de sus pantalones cortos para revelar su músculo bastante grande.

Su pulso se aceleraba a un máximo histórico. No podía creer lo que estaba haciendo. Teniendo en cuenta que fue violada una semana antes y que Brian era su hermano, no debería haberse sentido tan natural.

Pero lo hizo.

De hecho, la sensación de la dura polla de Brian pulsando entre los labios de su coño fue estimulante. Ella no lo hizo penetrar. Pero ella abrió su raja arriba y abajo de la superficie de su virilidad, dejando pequeños rastros de sí misma a lo largo de las curvas y las venas.

Jade clavó las uñas en el colchón para desahogar algo de su frustración sexual. Porque se hizo cada vez más difícil mantener la fricción suave e imperceptible. El solo hecho de controlar su respiración agitada resultó ser un desafío. Con cada golpe, estaba tentada a deslizar a Brian dentro de ella.

Sin embargo, antes de que Jade pudiera convencerse a sí misma de seguir adonde la llevara su lujuria, Brian abrió los ojos.

«¿Jade? ¿Qué estás haciendo?» Aturdido y confundido, preguntó Brian mientras miraba la imagen extrema de abajo.

«No te enojes, ¿de acuerdo?» Ella respondió mientras se congelaba en su posición. «Solo estaba … probando algo».

Brian no estaba ciego a la belleza de su hermana. Incluso durante los momentos más deprimentes, su bonita sonrisa podría hacer que él se iluminara de nuevo. Y aunque en secreto había fantaseado con ella, se convenció a sí mismo de que eran sus circunstancias. Fue toda la presión por sobrevivir sin ninguna ayuda externa lo que lo obligó a tener pensamientos sucios sobre Jade. Al menos, eso es lo que se dijo a sí mismo.

«Creo que deberías parar». Brian dijo con un alto grado de conflicto, porque había pasado un tiempo desde que experimentó alguna interacción sexual. Y el cuerpo deslumbrante de Jade no hizo que fuera más fácil decir que no.

«¿Qué? ¿No te gusta lo que estoy haciendo? Jade lentamente comenzó a balancear sus caderas de nuevo, pero Brian rápidamente se sentó y la agarró por los costados en un intento por detenerla.

“¡Jesús, Jade! ¡Para!»

La forma en que Brian se asustó dejó una expresión hiriente en el rostro de Jade. Casi como si no supiera qué estaba haciendo mal.

“Mamá y papá no pueden entrar con nosotros, ¿recuerdas? Y no es que quede mucha sociedad para juzgarnos «.

«Pero sabemos mejor».

Jade se tomó unos segundos para digerir lo que dijo Brian antes de abofetearlo en la cara.

«¡Oye!» Brian no podía creer lo que hizo Jade, solo para hacerlo de nuevo. «¿Que demonios?» Exigió saber. Pero Jade respondió con un tercer golpe que dolió más que los dos primeros.

Sus intenciones de enojar y excitar a Brian provienen de la misma fuente inexplicable que la inspiró a frotar su coño mojado a través de su polla. Y obtuvo la reacción que quería cuando Brian la agarró de las manos, la tiró y la inmovilizó contra la cama.

«¿Qué está pasando contigo?» Su hermano exigió saber.

«¿No me quieres?» Su voz era tensa pero sensual.

«¡No! ¿Por qué piensas eso?»

En lugar de dar una respuesta, Jade movió la parte inferior de su cuerpo con el pequeño espacio que Brian le dio, recordándole que su polla todavía estaba dura sobre su pelvis. Pero estaba demasiado asustado para soltar las manos de Jade.

«Estaba dormido.» Trató de defender su erección.

Vamos, Brian. ¿No te mueres por sentir un coño? » La personalidad de Jade se estaba volviendo cada vez más extraña a cada segundo. Incluso la forma en que habla sonaba completamente fuera de lugar.

«Sé cómo se siente el coño». Brian estaba enojado e impaciente porque no sabía cuánto tiempo sería capaz de resistir la tentación. Él de todas las personas sabía lo atractiva que era Jade. Pero sentir su piel desnuda contra la suya le hizo cuestionar el único estándar moral que logró mantener durante los últimos dos años.

«No sabes cómo se siente mi coño». Jade aprovechó las grietas de la estrategia de resistencia de Brian. “Al menos pon la propina. Y si no te gusta, puedes retirarte «.

Fue el turno de Brian de permanecer en silencio. La tentación era simplemente demasiado abrumadora, aunque su moral no se fue sin luchar, lo que lo hizo congelar sobre Jade.

“No estoy diciendo que debas escribir un libro sobre el, Brian. Jesús. Solo pon la propina «. Jade no se estaba echando atrás. Y ella no dejó de moverse debajo de él. Especialmente la parte inferior de su cuerpo.

Entonces Brian espetó.

Agresivamente, se agachó para navegar con su polla hacia la entrada de su raja húmeda. «¿Es esto lo que quieres?»

Cuando la cabeza de su músculo rompió los apretados labios vaginales de Jade, ambos pudieron sentir instantáneamente el nuevo nivel de calor. Su gran músculo llenando su pequeño espacio creó la presión más celestial a la que Brian ya no podía decir que no. La pelea había terminado, y Brian enfureció aún más que perdiera.

Sin pensarlo, se empujó dentro de ella mientras la inmovilizaba de nuevo. No había nada amable en la forma en que penetró a su hermana. Y en cierto nivel, quería castigarla por llevarlo al límite de la forma en que ella lo hizo.

Jade jadeó en respuesta mientras cerraba sus piernas alrededor de la cintura de su hermano. Definitivamente fue doloroso. Pero también hubo mucho placer involucrado. No sintió el mismo placer cuando perdió su virginidad con lo que obviamente era un violador en serie.

Brian siguió mirándola a los ojos a través de la embestida pesada y deliberada. Ninguno de los dos dijo una palabra, pero no fue necesario. Se dio cuenta de que le gustaba por la forma en que lo atrajo con las piernas. Y Jade sabía que a Brian le gustaba porque su polla solo se endurecía dentro de ella.

Entonces, continuaron follando hasta que ambos comenzaron a jadear de anticipación. Cuanto más intenso se volvía, más duro y rápido se hundía Brian en su suave pendiente.

«Brian», gimió Jade. «Creo … creo que lo soy», sus palabras se perdieron cuando un orgasmo atravesó su cuerpo. Fue como si una poderosa oleada de electricidad entrara en su coño y usara su columna vertebral para ir directamente a su cerebro.

Ruidos que nunca había hecho antes escaparon de sus labios cuando Brian comenzó a descargar su semilla caliente. Las gruesas cuerdas de esperma salieron generosamente de su miembro, haciéndolo contraerse encima de Jade como nunca antes había tenido relaciones sexuales. Fue una sensación magnífica que sabía que extrañaba.

Pero Jade también tenía razón en algo.

Su coño era el mejor.

Durante el clímax, se sintió como si el tiempo se detuviera para los dos hermanos. Y ambos suplicaron inconscientemente que ese sentimiento especial permaneciera unos segundos más. Pero después de que Jade finalmente pudo respirar normalmente, y la polla palpitante de Brian llenó por completo su raja empapada, la realidad de su situación regresó.

No se suponía que las cosas fueran así.

Tercera parte

«¿Me ignorarás para siempre?» Le preguntó Jade a Brian mientras sacaba un durazno maduro de uno de los varios árboles frutales de la zona.

Los suministros se estaban agotando y Brian se negó a permanecer postrado en cama por más tiempo. «No te estoy ignorando.»

«Bueno, no has dicho nada desde que tuvimos sexo».

«Tal vez sea porque el sexo nunca debería haber sucedido».

Sus frías palabras hicieron que Jade se asustara. Dios, Brian. ¿Cual es el problema? Así que follamos. Si no lo ha notado, no hay mucho más que hacer. Sin mencionar que nuestras opciones son limitadas. No es que nos vayamos al infierno, porque ya estamos allí. ¡Mira a tu alrededor! »

“Nuestra situación no justifica nuestras acciones”.

“Al diablo con tus justificaciones, ¿de acuerdo? Y que te jodan por juzgarme «. Jade se volvió enojada y regresó a la cabaña.

Fue entonces cuando Brian se dio cuenta de que estaba siendo demasiado duro. Porque ninguno de los dos podría haberse preparado para ser impulsado a una realidad donde todo se siente perdido. Y desde que lo perdieron todo, solo se tenían el uno al otro.

Él simplemente no podía arriesgarse a perderla también.

«¡Jade! ¡Esperar!» Hizo todo lo posible por correr tras ella dadas sus heridas.

Pero cuando la alcanzó y la agarró del brazo, ella no dudó en golpearlo y seguir caminando.

Determinado a no perder los estribos como la última vez, Brian intentó detenerla de nuevo, solo para ver su mano balanceándose en su rostro de nuevo. Mientras tomaba su mano antes de que golpeara su mejilla, giró a Jade y la tiró de cara al suelo.

Intentó levantarse, pero Brian no se lo permitió.

En cambio, la inmovilizó, casi como lo hizo la noche anterior. «Será mejor que dejes de pegarme». Le advirtió mientras le sujetaba las manos detrás de la espalda baja. «¿Me escuchas?»

«¡Vete al infierno!» Jade gritó y luchó por romper el agarre de su hermano. Pero no tenía mucho sentido. No mientras usara la mayor parte de su peso para mantenerla en el suelo.

«Quería decir que lo siento», explicó Brian mientras usaba su mano libre para levantar el vestido de Jade. «¿Pero ahora? Ahora creo que solo estás tratando de enojarme «.

«¡No me importa! ¡Bájate, Brian! ¡Estas hiriendome!» Jade siguió luchando, aunque no tenía mucho sentido. Brian ya le había bajado la ropa interior y estaba ocupado desabrochando sus desgastados jeans.

Y cuando sacó su polla, ya estaba en posición de firmes.

«¿Es esto lo que quieres, hermana?» Brian no mostró piedad cuando empaló el coño de Jade y forzó a abrir sus paredes rosadas. «¿Quieres que te folle como a un perro?» Su voz sonaba como si estuviera poseído por la lujuria.

Estaba poseído.

Jade no dijo nada, pero gritó y gimió. Y le hizo muy difícil a Brian mantener las manos entrelazadas a la espalda. Incluso apretó sus paredes rosadas en defensa, lo que hizo que su hermano usara fuerza extra para profundizar.

Brian no podía creer lo apretada que estaba. Tampoco pudo hacer las paces con lo bien que se sentía su carne cuando apuñaló y empujó … como un perro.

«¡Estas hiriendome!» Jade lo intentó una última vez.

Pero Brian no estaba escuchando ni prestando atención.

Estaba demasiado envuelto por sus suaves nalgas, y cómo amortiguaron el impacto de los golpes que le dio. Su piel satinada por sí sola podría convertir a un hombre en adicto a su toque, junto con sus labios perfectos y cabello oscuro. Pero la excitación de su coño envuelto alrededor de su palpitante polla fue la guinda de todos los pequeños placeres que estaba experimentando.

Si la intención de Jade era obsesionar a Brian con ella, lo consiguió. Porque donde pudo controlar su frustración sexual, no se atrevió a pensar en otra persona que no fuera su hermana.

Así que siguió empujando. Más difícil. Más rápido. Más adentro. Y no se detuvo hasta que su polla estalló como un volcán dentro de Jade.

Gruñó de placer extremo durante el clímax forzado, mientras Jade jadeaba por aire en la tierra. Brian estaba tan abrumado que no podía haber notado que Jade tenía un orgasmo propio. Y todo en lo que podía pensar después de retirarse era en la culpa de lo que acababa de hacer.

Había violado a su propia hermana.

Lo peor es que le gustó.

Sintiéndose absolutamente disgustado consigo mismo, Brian se levantó, se metió la polla empapada en los pantalones y comenzó a caminar de regreso a la cabaña. No podía mirar a Jade a los ojos, y mucho menos ayudarla a ponerse de pie.

En cuanto a Jade, estaba disfrutando del éxito de su estrategia. Mientras yacía inmóvil en el suelo, repitió los últimos diez minutos una y otra vez. Cómo absorbió a Brian en su juego, y cómo se enamoró de él exactamente como ella quería, le dio la más profunda sensación de satisfacción. Y le encantaba la sensación de su semen goteando de su coño.

Pero hubo una sorpresa esperando a la joven cuando finalmente se puso de pie y siguió a Brian. Una sorpresa que cambiaría la vida tal como la conocían … de nuevo.

Al llegar a la cabaña, vio a Brian hablando con un grupo de extraños.

Extraños amigables que no parecían sospechosos ni peligrosos.

Cuando Jade se acercó, notó que dos individuos le parecían muy familiares. Más específicamente, los individuos se parecían exactamente a sus padres. Y en el momento en que supo que era su padre de pie cara a cara con Brian, una imagen mental de ambos violándola pasó por su cabeza …

* The End *

Martes de encuentro como tantos días!!! Los dos agotados despues de un día largo de trabajo!!!

Martes de agosto sin frío, un clima tropical invade el ambiente!!!

Dejamos el mate de lado, y la charla comenzo compartiendo unas latas bien frías de cerveza!!!

En el comedor silencioso de mi casa solo se escuchaban nuestras voces. Temas nunca faltan, desde política, energía, familia, nostalgías, anécdotas, hijos, nietas…

un cruce de miradas lascivas dio el quiebre pasa comenzar a besarnos desaforadamente, como quien se despide por un largo tiempo, fue cuando las manos apasionadas recorrian el cuerpo del otro, descubriendo la erección de hugo y la humedad entre mis piernas!!!

No tardamos mucho en llegar a la cama, donde sin respiro nos despojamos de la ropa y la vergüenza!!!

Dimos rienda suelta al deseo, sin dejar de hablar groserias, escuchando por momentos si alguien osaba llegar a interrumpir ese instante exquisito, besos caricias y sentir el calor compartido por ambos cuerpos sedientos de placer!!!

Miradas complices, mordiscos en el lugar preciso…mi boca institntivamente lamio, saboreo tu pene sin reparos… las posiciones sucedian con total naturalidad…mis gemidos resonaban en la habitación… mis piernas abiertas esperando recibir tu miembro y sus embestidas… termine encima de ti cabalgando a un ritmo desenfrenado…

y en ese preciso momento cuando ya el placer no podia ser más…. Tusemen lleno mi sexo y mis orgasmos acompañaron…

casi sin aire… tratando de regresar a la calma y deseando más de lo mismo, fuimos volviaendo a la realidad… extasiados!!!

Sofi llego con su desparpajo de siempre y su humor…

nosotros cual si hubiesemos rezados, calmos, compartimos la charla por un rato y nos despedimos como de costumbre con un beso y un te amo…

y la sorpresa fue cuando dispuesta a dormir despues de tanto… senti un deseo inrefrenable que me inundaba… sin pensar ni por un segundo mis manos especialista y precisas se dedicaron a darme más placer… ahogando los gemidos… volvi a mojarme entre espasmo y espasmo… no pude resistir saborear de mis dedos mis fluidos llenos de pecado!!!

Ahora si estaba lista para dormir!!!

Me acomode sin más y entre en sueño profundo!!!

Las vueltas que da la vida. Conversando con amigos, recordé que había escrito aquí estas historias. Y sin poder creerlo todavía, tener un mensaje de uno de sus protagonistas.

No podía entender como la vida insistía con traérmelo de vuelta. Pero la vida tiene razones que la razón no entiende, y así lo volví a conectar.

Apenas vi el mensaje, le escribí. Pasó bastante tiempo. Igual sigue hermoso, fiel a sus costumbres. Mi mente era un torbellino de sentimientos, la ansiedad de verlo, los recuerdos de la pasión que tuvimos, la bronca por no poder estar a su lado, todo me hizo estallar en un mar de llanto. Y no sé por qué, lo dejé que me viera llorar. Si, debí haber sido más fuerte.

Ha pasado una semana desde este encuentro virtual que me tiene feliz, triste, y loca por esos ojos celestes. Si lo vieran… su pelo está canoso, y eso hace resaltar aún más sus ojos de cielo. Mis fantasías volvieron a florecer, todo lo que había vivido, hoy me dan ganas de cumplirlo de verdad. Tomarme un avión a España y hacer las locuras que hacíamos por cámara web en persona.

Pero además de eso, también me gustaría ser su compañera. Y si fuera de vida, mejor. Pero hay que aceptar que ciertas cosas no pueden cumplirse… no por lo menos en el futuro cercano. Y eso me mata de la ansiedad, y de la angustia.

Esperame, corazón. Un día nos veremos en persona y te voy a dar todo mi cariño. Sacarme las ganas de tí. Darte todos los abrazos y besos del mundo. Reírnos juntos. Pasear como dos enamorados (¿acaso sentirás lo mismo?) Mostrarte las cosas de mi ciudad y tú las tuyas. Sentirnos de verdad el uno al otro.

Te quiero, y sí, me da un poco de miedo decirlo. Pero es lo que me pasa. Te quiero y no dejo de pensar en tí. Si diez años después, nos volvimos a encontrar, por qué no pensar en que es posible abrazarte de verdad. Lo imagino. Lo presiento. Se cumplirá.

Hace pocos días quedé en la casa de una mujer diez años mayor que yo y que había conocido esa misma semana en las oficinas de mi trabajo porque nada más vernos se prendió una llama en nuestros ojos que nos hacía devorarnos e imaginarnos desnudos tan solamente mirándonos. Así que fui a su casa y cuando me abrió la puerta me recibió desnuda, con los duros pezones rosados de sus caídos aunque enormes senos apuntándome al pecho y con su carnosa vagina húmeda de labios colgantes gritándome sensualmente que quería todo de mí, y nada más cerrar la puerta se abalanzó sobre mi cuerpo y empezó a morderme suavemente el cuello a la vez que me bajaba el pantalón y la ropa interior. Yo la ayudé quitándome la camiseta mientras la agarraba bien fuerte de esas nalgas perfectas del culo más bonito que había visto en mi vida, y una vez que me tenía todo desnudo cayendo su saliva desde mi boca hasta mi ombligo y desde mis pezones hasta sus pies, me llevo a su cama y cogiéndome de la cabeza me puso contra su coño, por lo que yo, instintivamente abrí mi boca para comerme tan exquisito alimento. Después de lamer todo su orificio hasta quedar mi lengua atrapada dentro de él, la subccioné el clítoris pasándomelo por la boca como si fuera un cepillo de dientes hasta acabar con la boca llena de sus jugos vaginales. Se corrió de una manera tan bestial que me salpicó toda la cara, haciendo que quisiera no lavármela nunca más para dejármela siempre así. Y antes de tragarme todo lo que ella había expulsado de placer en mi boca, me pidió que la besara, quería que compartiera el sabor de su coño con ella, y así lo hice, la bese pasándonos su corrida de una boca a otra hasta tragarnos todo. Y cuando ya no quedaba más en nuestros labios, limpié su vagina con mis dedos y se los restregué en la boca hasta dejársela toda cubierta, y empecé a chuparla los labios como si fueran los de su vagina hasta dejárselos bien limpios. Acto seguido me tumbó boca arriba y empezó a comérmela, comenzó lamiéndome el pene desde los huevos hasta el glande, pasando su lengua de arriba abajo sin parar, luego detuvo la punta de su lengua en la rajita del glande y empezó a apretarla el círculos como si quisiera tenerla dentro de mi polla hasta que acabó metiéndosela toda en la boca. Hubo un momento en que se metió hasta los testículos, pero se escapaban de sus encías golpeándola la barbilla. Era increíble su capacidad de hacer su boca pequeña tan grande. Se pasaba el glande desde el paladar hasta su garganta mientras me apretaba bien fuerte el tronco con sus labios y me lo lamía con su lengua como si la faltarán bocas para comérmela. Estaba tan guapa con mi polla en su boca que puedo jurar que era la mujer más bonita sobre la Tierra. Y fue entonces cuando exploté de placer siendo ahora ella quien se llenaba la boca. Pero después de correrme ella seguía comiéndomela, y a pesar de sus atragantos no se la sacaba, prefería mi polla a respirar, mi placer a su vida, y he de confesar que fue el acto más romántico que en la historia de la humanidad haya habido. Y cuando ya se la sacó después de haberse tragado hasta la última gota de mi leche, la comí la boca con los últimos restos pegajosos que quedaban de mi polla y la declaré mi amor porque sabía que nunca nadie me iba a querer como me quiso ella esa tarde. Y así fue como empezó esta bonita relación.

 

Escrito por Javier López Cazalla

Elías y Pedro, el primero canario, de Gran Canaria y el segundo gaditano fueron compañeros de universidad, terminaron la carrera de Ingeniería informática año por año al tiempo que perfeccionaban el inglés, alemán y chino, vamos eran inseparables además de trabajar para la misma multinacional. Los dos eran dos rubios fornidos de casi metro noventa ambos, vamos que levantaban pasiones doquiera que iban.

Pedro era muy aficionado a la botánica, de hecho era su segunda opción para estudiar pero de momento lo tomaba como un aficionado avanzado. Ya le había comentado a su amigo inseparable Elías que quería visitar el Jardín Botánico Viera y Clavijo, comúnmente conocido como “Jardín Canario” por los habitantes de Gran Canaria, ésta era una de sus prioridades en la vida.

Corría el año 2019 cuando en una mañana muy gélida en Alemania, tomaba un café y pensaba profundamente Pedro en visitar Gran Canaria, así se lo comunicó éste a Elías. Elías se contentó mucho al oírlo ya que hacía casi tres años que no veía a su madre, tan sólo se comunicaba con ella mediante llamadas telefónicas o vídeo llamadas, éste levantó el teléfono a media tarde y le comunicó a su madre la visita con su grandísimo amigo.

Antonia la madre de Elías sabía de la existencia de Pedro pero ni lo conocía físicamente ni había cruzado palabra con él. Antonia vivía sola, su marido un empresario de éxito hacía varios años que había abandonado su residencia en Gran Canaria, viajaba por todo el mundo, el dinero sobraba pero el amor estaba vacío, de vez en cuando recibía una llamada de éste y poco más, ya hacía tres años que no pisaba o por lo menos Ella lo desconocía que pisara suelo insular. Lo cierto es que Ella no trabajaba, no le hacía falta, si practicaba muchísimo deporte y se cuidaba, para ser casi una cincuentona se mantenía como una niña de veinte y cinco años.

Una vez que sacaron los billetes para semana santa, Elías mandó una foto de Pedro a su madre y realizó una videollamada con los tres para que se conocieran algo. Evidentemente si juntamos los carnavales de Cádiz y los carnavales de Las Palmas de Gran Canaria, tenemos una diversión asegurada por tanto una conversación muy fluida y distendida. Pedro aprovechó para halagar a la madre de Elías, como no una mujer muy educada y muy hermosa que le iba a hacer de anfitriona a su hijo, su novia y él, hasta una poesía recitó, estaba muy claro que con el gaditano se le daba color y calor a la conversación, además como dijo Pedro: “ El Cádiz y la UD Las Palmas visten de amarillo” Las risas de los tres eran brutales, se desternillaban.

Aquella conversación se difuminó conforme pasaban los días y ciertamente Antonia se encontraba sola, no era capaz siquiera de mantener una relación carnal con otro hombre que no fuese su marido, era una mujer fiel y arraigada a sus principios o quizá enclavada en el pasado, ella no quería reconocer que quizá su marido no volviese ni siquiera de visita, en fin era su decisión.

Llegado el día Antonia fue con una furgoneta a buscar a los tres al Aeropuerto, al ver salir a su hijo por la puerta de llegada le dio un grandísimo abrazo, como no las lágrimas se manifestaron, normal tantos años sin verlo y además estar sola, cualquier ser humano habría reaccionado igual. Seguidamente besó a la novia de su hijo una preciosa Húngara que hablaba un perfecto español y por último saludó al gaditano que se comía con la vista a Antonia, era un conquistador, seductor, un galán. Ya en el primer abrazo con Pedro notó la dureza de su tranca, quizá lo alargó para prolongar en décimas de segundo aquella situación sorpresiva. Justo antes de subirse al coche levantó el teléfono y dijo al responder alguien al otro lado del teléfono: “ En veinte y cinco minutos, que esté todo preparado”

Antonia condujo hacia su casa, disponía de varias plazas de garaje y algunos apartamentos en aquel edificio. Al entrar, en su casa, ya por orden de Antonia había un gran mesa llena de aperitivos, como no había quesos semicurados de los altos de Gran Canaria, aceitunas procedentes del sureste de Gran Canaria, un buen jamón pata negra y como no para beber en la nevera vino blanco del Archipiélago Canario así como una botella de un ron añejo, todo esto era la antesala de una gran paella de mariscos que llegaría un rato después.

La conversación era muy agradable entre los cuatro, muchas anécdotas y andanzas de estos años contaba su hijo Elías , de cómo había conocido a su novia y el cable que le había echado Pedro para organizarle una pequeña fiesta y conquistarla. Siempre Pedro ponía el tono humorístico, al tiempo que se comía con la vista a Antonia, ésta vestía una corta falda vaquera y unas zapatillas de deporte. En aquella mesa estaban sentados frente por frente Elías con su novia y Antonella con Pedro, ya las miradas eran más penetrantes, más aún cuando Antonella abrió un poco más de la cuenta las piernas y Pedro pudo ver sus braguitas blancas.

Sonó el timbre, como era normal se levantó Antonella, la paella había llegado, una chica llegó a la cocina, le dejó allí, recibió el pago y una propina más que aceptable. Ésta pidió ayuda y como no, quién se levantó ante tal petición, el gaditano que era un galán se acercó mientras seguían conversando su amigo y su novia. Mientras preparaban los cubiertos y los platos se quedan Antonella y Pedro uno frente al otro y es Antonella la que levanta la mano acariciando con muchísima sensualidad a éste, moja su dedo con algo de saliva y se lo acerca a los labios de éste, su respuesta cerrar los ojos en señal de placer. Antonella miró a su entrepierna, vio como su pantalón vaquero se estiró, buena señal, empalmaba bien y parecía que tenía una buena tranca, no había tiempo para recrearse más. Antonella dudó de si acercaba la paella a la mesa o servía los platos con la ayuda del gentil caballero. El caso es que sirvieron los platos y a la vuelta recogieron los que estaban vacíos.

Al estar sentados los cuatro sobre la mesa, se percató Elías de que tenía pintura de labios en sus labios Pedro, por un momento sonrió y se hizo el loco. Comían gratamente más que hablaban como es normal, más aún cuando la paella estaba exquisita. Lo cierto es la confianza, el exceso de relajación o vete tú a saber si lo hizo con toda la intención del mundo Antonella coge un langostino y comienza a chuparlo con intensidad, como resultado un sonido un tanto sorpresivo, el caso es que los tres restantes se sorprendieron, Pedro para echar un capote a Antonella comenzó a reírse provocando la risa incluso de ésta, el broche de oro lo puso con un comentario su hijo Elías:

-¡ Mamá si todo lo hace con esa pasión¡ -exclamó Elías.

-Antonella se ruborizó pero reaccionó bien y dijo: “ Desde luego que va a pensar tu novia y Pedro de mi” -recalcó ésta.

-Estoy muy seguro que Pedro tiene todas las buenas intenciones para Ti-dijo Elías.

Lo cierto es que Antonella se dio cuenta de que Pedro tenía manchado sus labios de su pintura de labios, y que su hijo también se había percatado, bien pensó Ella: ” Quizá tenga suerte y nos dejen un par de horas para gozar del sexo después del almuerzo y del café.

Llegó el momento de preparar el café, Antonella como anfitriona se levantó y aprovechó para ir a su habitación a cambiarse de ropa interior ya que sus braguitas estaban muy mojadas ante tanto intercambio de miradas insinuantes por varias partes. Al ver que tardaba en exceso Pedro se levantó y vio como Antonella salía de su habitación colocándose su falda, sonrió al verla, ésta se lo devolvió con un beso volado, no quería mancharle nuevamente con pintura, aprovechó tal momento para limpiarle la pintura anterior. Por otro lado Elías advirtió a su novia de dejarlos solos justamente después del café.

Así fue, al terminar el café Elías y su novia Hanna dijeron que iban a sacar la ropa de las maletas, la iban a colocar para luego dar un paseo, y enseñarle un poco los alrededores a su novia, añadieron que en unas tres horas regresarían para buscar un lugar dónde cenar.

Según cerró la puerta Antonella, se acercó ésta a Pedro y le dijo:

-Estoy casada, hace casi cinco años que apenas veo a mi marido, ya no me acuerdo lo que es un hombre-remarcó Antonella.

Ante tal ataque de sinceridad, Pedro sabía cómo tratarla.

Pedro hizo sentarla y le abrió las piernas, le apartó el pelo y comenzó a dar suaves lengüetazos sobre sus orejas al tiempo que masajeabas sus pequeñas mamas, Antonella comenzaba a gemir tenuemente, lo cierto es que sentía vergüenza debido a sus principios religiosos. Pedro iba despacio, las manos las dirigió hacia su vulva, la masajeó suavemente, ya Antonella gemía con más frecuencia, los gemidos se sucedían con mayor intensidad y frecuencia, un tremendo orgasmo le sobrevino. A continuación Pedro la levantó, le ayudó a quitarse toda su ropa interior, de su sostén saltaron dos mamas pequeñas terminando en unos más que notables pezones, tenía unos hermosos pechos, más firmes que los de una niña de veinte años, eran increíblemente hermosos. Se sentó frente a él, sus brazos rodeaban los hombros de Pedro, mientras ésta cabalgaba con un ímpetu descontrolado, gemía muy suave pero parecía que iba acompasada con sus brincos, de buenas a primeras le pidió el relevo a éste, la penetraba de una manera muy salvaje, se hizo el silencio unos pocos segundos hasta que Antonella le dijo al oído: “Fóllame, fóllame, fóllame de manera más salvaje, nunca he sentido algo parecido” Dentro de mi coño hay fuego, fuegos artificiales, veo luces de colores, estoy en el paraíso-exclamaba ésta. Elías al oír sus palabras se entregó totalmente a la causa, ya se había corrido pero la polla la tenía muy dura, la chica hacía de afrodisíaco. Tenía los ojos cerrados pero sus oídos sentían los golpes de la nalgas, su polla estaba empapada de los elixires que aquella dama expulsaba. Por un momento le levantó las axilas y le comenzó a dar unos lengüetazos brutales, volvió a provocar otro orgasmos o varios seguidos, la chica era muy agradecida, que más puede pedir uno, la chica le estaba haciendo el amor. Pedro era cómplice total, estaba embaucado, anonadado y sorprendido de lo que le hacía sentir, jamás conoció a hembra que lo provocara con tal sensualidad. Todo aquello ya estaba dudando si era un sueño y luego se iba a caer de la cama-pensó Pedro. Era un realidad que estaba viviendo, Antonella no paraba de gemir, él le seguía dando pingazos, hacía lo imposible por agradarla porque mantuviese un estatus placentero el mayor tiempo posible. Por un momento Antonella enmudeció, pasaron varios largos segundos sin oírla, Elías se asustó, la levantó estaba inmóvil, la trató con dulzura, la sentó en el sillón y esperó unos segundos más, Ella no reaccionaba, Pedro pensaba en lo peor, pareciese que estaba inconsciente, abrió los ojos y le dijo:

-“ Acércate mi amor, gracias por haberme hecho sentir una mujer-aclaró Antonella-. En algún momento de mi vida, inocente de mí, me han hecho creer que no servía para satisfacer a un hombre, ya veo que tan sólo me hacía falta un hombre que me hiciera sentir como una mujer- le explicó Antonella.

-Eres simplemente increíble, eres perfecta-dijo Pedro.

A las casi dos horas y media Llegaron su hijo Elías acompañado de su novia Hanna, estaban preparados los cuatro para ir a cenar. El día siguiente casi por exigencia de Pedro fueron a visitar el Jardín Botánico Viera y Clavijo.

Cuatro semanas después de haber llegado a Alemania, regresó Pedro a casa de Antonella, aquí volvió a pasar cuatro días en compañía de su amada. La relación se hizo cada vez más estrecha, Antonella iba a Alemania a ver a su hijo y a disfrutar de su amante y éste le devolvía las visitas con frecuencia.

Me mudé a una nueva ciudad por trabajo. Solo conozco a mis compañeros, y algunos familiares con los que vivo. Quería conocer más personas, y por qué no, chicas con quién salir. Así entré a Tinder. Durante algunos días fui consiguiendo matches e iniciando conversaciones. Hasta que llegó Karina. En sus fotos se veía preciosa, rostro muy bello, un año menor que yo. Realmente quedé flechado, y esperaba que hubiera Match. Tras unas horas, ví su nombre aparecer en la lista. Decidido empecé la conversación, realmente se había vuelta amena y por facilidad de conversar le pedí su número. A los 2 días le llamé, y conversamos por una hora, realmente me caía muy bien. Quedamos encontrarnos en la plaza de la ciudad, ya que no conocía suficientes lugares, y le bromeé que ella sería mi guía.

Estaba un tanto nervioso al verla, realmente era preciosa, y ahora que la veía, tenía buen cuerpo sobre todo sus piernas tonificadas y algo gruesas. Traía una blusa manga larga off shoulder, por lo que veía sus delicados hombros y cuello. Sus labios carnosos me tentaban a besarla, pero no quise apresurar nada. La cita duró 5 horas, en las cuales no dejamos de conversar. Fue una cita maravillosas.

Tras eso, vinieron varias conversaciones por teléfono y chat igual de largas y amenas, algunas salidas (no tan frecuentes como quisiera), nos entendíamos muy bien, y pensar en su atractivo físico hizo que empezara a gustarme.

Estuvimos 5 meses sin vernos, tan solo por llamadas, y le pedí salir. Esperaba ese día con ansias. Cuando por fin nos vimos, me quedé embobado, y sus labios me llamaron aún más. Ella me dió un fuerte abrazo, el cual correspondí, y nos quedamos unos segundos más de lo normal abrazados. Tras separarnos, nos saludos con beso en la mejilla, aunque mis labios estuvieron muy cerca de la comisura de los suyos, debía controlar mis ansias, o hablarle de mis sentimientos. Caminamos y no se puso incómoda cuando le rodee el brazo y fuimos caminando así. Llegamos al parque en el que pasamos nuestra primera cita. Mientras conversábamos, nos mirábamos fijamente mucho más seguido, y no dejaba de repetirle que era hermosa, y acercándome a la comisura de sus labios lo cual ella disimulaba abrazándome. Tras 2 ocasiones en que sucedieron eso, decidí ya no comportarme así, a ella yo le caía bien y seguro que solo como amigos, lo cual me entristeció. Dejamos el parque para poder ir a alguna cafetería y seguimos caminando yo abrazándole, hasta que de la nada, ella se giró, clavó su mirada en mí por 2 segundos, miró mis labios y se acercó a besarme. Por fin mi anhelo se había cumplido, un beso tierno, mientras ella ponía sus brazos en mi cuello y yo dirigí mis manos a su espalda media. Nos besamos y al separarnos, ella dijo:

– ¿Desde cuándo querías besarme?

– Desde que te vi hoy.

– Entonces, ¿te gusto? – dijo, con un tono soñador, como adolescente preguntando si le gusta al alguien.

La contemplé y le aseguré: Claro que me gustas, me encantas. Y la abracé, sintiendo en olor de su cuello en el proceso, mientras posaba mis manos en sus caderas, que me tentaban también.

Ella sonrió, satisfecha y nos besamos nuevamente en medio de la vereda. La tomé de la mano y buscamos alguna cafetería. Tras ello, decidí acompañarle a su casa, fuimos en taxi y estuvimos abrazados y dándonos pequeños besos. En su puerta nos besamos más largo, y avancé a su cuello, ella solo rió diciendo que le daban cosquillas.

Estuvimos saliendo un mes así, hasta que le pedí que fuéramos novios, ella aceptó.

Su cuerpo seguía tentandome, y quería probarlo. Estaba ansioso a que llegara ese momento de hacerle el amor.

El día que sucedió, decidí tomar vino con ella, algo que le había prometido en nuestras citas. Sin embargo, tuvimos que ir a su departamento a poder tomar el vino allí. Sentados en el sofá mas grande de su sala, estábamos muy pegados e intercalando entre tomar vino y besarnos.

Los besos empezaron dulces y tiernos, pero gracias al vino se volvieron apasionados, Karina me mordía los labios y yo los de ella, besos maravillosos y excitantes. Además de sentir nuestras lenguas, lo que provocaba aún más. Ella soltaba leves gemidos y suspiros.

Ella vestía un pantalón de tela delgada que realzaba sus curvas, y una especie de camiseta larga, podía ver su brassier detrás, y sus senos firmes me llamaban. Yo vestía pantalón y camisa de botones. Mientras nos besabamos, intenté llegar al borde de su camiseta para subirla y sentir la piel de su cintura. Ella se dejó, y le dije con voz suave:

– Quiero sentirte – mientras me echaba en el mueble y atrayendola, la tuve encima se mí.

Sentía su cuerpo, sus piernas sobre mi erección, sus senos sobre mi pecho. Su cabello suelto me hacía cosquillas en el cuello, y ella empezó a besarme, tomando mi rostro con una mano, mientras que la otra bajaba por mi cuello hasta mi pecho, soltando un botón de mi camisa. En esa posición seguí subiendo su camiseta, y sentía la piel cálida de su cintura y espalda baja. Estaba disfrutando, cuando ella se levantó bruscamente, y un poco agitada me jaló para estar sentados como antes.

– ¿Realmente quieres estar conmigo? – soltó en un suspiro. Me enterneció la pregunta, así que respondí:

– Me gustas mucho, te quiero, y está relación es la mejor en la que he estado. Me atraes físicamente, y abrazarte o besarte no basta para calmar mi ansia, porque te deseo.

Ella me miraba fijamente, y me recibió el beso dulce que le di. Quiero hacer el amor contigo, quiero unirme a ti, agregué. Tras ello, ella asintió y aún sentados volvimos a los besos apasionados. Me rodeó nuevamente los brazos y acarició mi rostro. Ahora con más ansias levanté su camiseta y se la quité. Pause los besos para admirar su cuerpo, sus delicados hombros de un tono bronceado, y un brassier azul de encaje. Ella aprovechó ese momento para pasar sus manos por mi pecho y desabotonar mi camisa. Unos mordiscos más en nuestros labios, me terminé de quitar la camisa, para acariciar su espalda, y empezar a besar su cuello. Ella decía mi nombre entre gemidos y suspiros. En mi oído me invitó a su habitación. Me tomó de la mano y me llevó a ese cuarto. A medio pasillo la cargué, y me rodeó el cuerpo con las piernas. Me excitó sentir su piel en mi torso desnudo. Le besé en el cuello mientras avanzaba hacia su cuarto.

Ya adentro había una lámpara de mesa, que emitió una luz suave. La luz nos bañaba, y la admiré desvestida. Nos besamos, intercalando mordiscos y sentí sus manos en mi cintura, desabrochando mi pantalón. Su pantalón tenía una cinta, la cual solté y le quité suavemente. Ahora ambos en ropa interior nos echamos en la cama. Ambos agitados, sintiendo nuestra piel tibia. Quise continuar lo que teníamos en el sofá, así que me eche sobre la cama, y la acomodé encima mío. Entre los besos y gemidos, subí mis manos por su espalda, disfrutando su suave piel, para llegar al broche del brassier. Cuando lo solté, descubrí sus pechos. Quise disfrutarlos, por lo que la voltee en la cama. Besé su cuello, mordiendo suavemente, quería marcar su piel. Bajé por su clavícula, los gemidos me indicaban que estaba disfrutando, hasta que llegué a sus senos, y lamiendo sus pezones, succionandolos, estos quedaron erectos. Karina suspiraba y me pedía más. Le besé su vientre, su cintura, con leves lenguetazos, mientras mis manos le quitaban su ropa interior. Decidí tocar sus sensuales nalgas, durante el juego previo no lo había hecho y tenía ansias de ello. acaricié sus muslos, se los apreté. Realmente tenía buenas piernas. Con cada caricia, notaba que su cuerpo se tensaba. Volví a besar su abdomen. Me pidió que la esimulara. Mientras ella abría sus piernas, introduje 2 dedos en su interior. Mis caricias y juegos habían funcionado. Y ahora que le masajeaba, su respiración agitada y gemidos de placer me tentaban. Quería saborear su interior. Puse sus piernas sobre mis hombros, y mis manos acaraciaban su trasero. Quiero darte placer, le dije con voz lasciva. Sigue así, respondió ella. Mi lengua giraba en su interior y la velocidad hacia que se convulsionara, agitando las caderas. Sus gemidos, se convirtieron en gritos de placer, mientras me exigía más. Decidido a complacerle, cambié mi movimiento y pose una de mis manos sobre su pecho, para jugar con su pezón. La mezcla de placer y dolor le quitaban el aire. Escuché como sus manos se asían de las sábanas, conteniendo la reacción de su cuerpo, que se dejaba embriagar por el deseo carnal. Sentía su cuerpo tensandose, y soltó un grito de placer, afirmando que tuvo un orgasmo.

– Damián, fue increíble. Quiero darte el mismo placer.

Vi su rostro. Durante todo el tiempo de relación mostraba dulzura, pero ahora veía fuego en sus ojos. Me indicó que me sentara apoyado en la cabecera.

Me quitó el boxer, el cual escondía mi erección y solo atinó a decir, con voz sugestiva «sí que le gusto». Le indiqué dónde estaban los condones que llevé, y me lo puso. Se montó encima mío, aún sin penetración. Me besó el cuello, se apartó y con sus manos suaves me acariciaba el pecho y mi abdomen. Me relajaron esas caricias y suspiraba de alivio, hasta que bajó a mi abdomen, muy cerca de la cintura y me arañó suavemente. Sus caricias me excitaron más, así que la tomé de la espalda, y acerqué sus pechos a mi rostro para estimularlos, los succionaba, los mordisqueaba y sentía las manos de ella en mi cuello arañandome, mientras gemía. Entre suspiros me pidió que ya la penetrara, la cual esperaba también con ansias.

Ella se apartó, y tomó mis manos para que las pusiera sobre sus senos y vaya jugando con sus pezones. Con sus manos, hizo un camino de caricias desde mi cuello hasta mi cintura, y tomando mi pene, empezó a acariciar los testículos y acariciándolo a lo largo. Sus dedos jugaban con mi glande. Su estimulación me hizo soltar un gemido. Lo tomó y lo dirigió a su interior, y al introducirlo ella gimió. Yo estaba extasiado, y mientras jugaba con su pecho con una mano, dirigí otra mano a su cadera,.como para guiar sus movimientos. Ella empezó a montarme, con movimientos rítmicos, el cual sentía en todo el cuerpo. Yo cerraba los ojos dejándome llevar, mientras le apretaba ambos lados de la cintura y caderas con mis manos. Ella posaba sus manos en mi cabello, el cual empezó a jalar. Nuestros gemidos estaban en sincronía. Le pedí que se moviera más rápido, y también empecé a moverme para facilitarle. Ella me pidió darle nalgadas. Dirigí mis manos a sus nalgas, su redondez me excitó aún más, y al darle las nalgadas soltó un grito de placer. Esto aceleró aún más sus movimientos, sus muslos estaban tensos, sus pezones erectos, mientras mis manos apretaban su cintura. Ambos llegamos al climax, con fuertes gemidos. Ella se apoyó sobre mi pecho, satisfecha y cansada, y sentimos nuestro sudor.

Nos acomodamos para echarnos ambos en la cama. Admiré su rostro con los rezagos del placer que ambos nos dimos. Sus mejillas coloradas, su cabello alborotado. Nos reímos y nos abrazamos. Le afirmé mis sentimientos, porque notaba que era importante para ella. Tras lo cual ella me prestó algunas ropas grandes, para poder dormir con ella. Así pasamos nuestra primera noche juntos.