relatos eroticos

Soy Karelvis tengo 19 mido 1,60 soy de tez blanca soy tetona mi hobby ver videos en youtube y mi sueño es algún día es ser una youtuber exitosa, bueno en fin

Hola, mi nombre es Samantha, tengo 21. Para que puedan imaginar como porqué sucedió todo les diré que soy de piel clara, ojos color café claro y una boca muy sensual… Mido 1.64, tengo unas tetas preciosas de talla 36, soy delgada con un trasero firme y parado por el gimnasio.

Un día antes de llegar a mi casa del entrenamiento en el gimnasio mi madre me llamo para decirme que mi tío Josue había llegado a la casa, tenia como 5 años que no lo veía así que me emocione y le dije que me apuraria en llegar.

Cuando llegue mi madre me pidió que me fuera a cambiar,que mi tío estaba arriba y ya casi íbamos a cenar. Como llegue con un leggin y un top de ejercicio todo sudado decidí ir a darme una ducha antes de cenar y ver a mi tío adorado.

Escuche que alguien estaba bañándose y pensé que era mi hermana así que me apure a quitarme la ropa y quede solo con la tanga que llevaba puesta y encima una toalla enredada. Cuando caminaba para el baño salió mi tío, era él el que se estaba bañando y cuando lo vi no pude evitar ver su cuerpo y lo bien que estaba. Le di un pequeño beso muy cariñoso y me dijo –krevis, mira qué grande y preciosa estas, y me abrazo. Como ambos estábamos en toalla sentí su verga cerca de mi vientre y aunque no estaba parada, se sentía un gran bulto que me hizo querer tocarla pero mamá subió y me dijo – Ay hija, cómo recibes así a tu tío… Ya vete a bañar y sal a comer.

En el baño no pude evitar pensar en cómo estaría esa verga que tenía mi tío y que al menos, si no la podía tocar, la iba a ver… Al pensar en todo eso no pude evitar mojarme y al exitarme por ello comencé a bajar mi mano a mi vagina, poco a poco comencé a acariciarme pensando en lo rico que sería que mis dedos fueran la polla de mi tío Josue y que delicioso sería poder subirme en ella, chupe mis dedos y los metí poco a poco en mi coño, con mi mismo fluido me acaricie las tetas pensando en su boca chupando y mordiendo mis pezones. Volví a chupar mis dedos y los volví a meter a mi coño que estaba peludito y muy mojado hasta que me vine de placer.

Saliendo de la ducha fui a la cena con un pequeño vestido que era a los hombros y marcaban mis nalgas para que mi tío las pudiera ver cuando pasara por enfrente de él y lo hizo, me di cuenta que volteaba a ver mis tetas cuando nadie veía y eso me mojaba un poquito más cada vez.

Durante la cena quería saber cuánto tiempo se quedaría en casa y asi poder saber cuánto podía estar cerca de él

– Y eso que nos visita tío? Ya no nos quería ver

-Ay karelvis, como puedes decir eso! Claro que las quería ver y también a mi hermano (mi papá) pero me comentaba tu mamá que salió de la ciudad por unos días. Así que mañana temprano me voy.

Eso cayó super bien ya que si convencía a mamá de que se quedara unos días más en casa con nosotras hasta que llegara papá, iba a llegar el viernes y ese día era miércoles, podría tener oportunidad de ver su verga y quizá algo más pero comenzaba a pensar que era inútil porque él me seguía viendo como una niña. Aún así le dije a mamá

-Ma, y si Jos se queda con nosotras hasta que llegue papá y lo pueda ver?

-Tú qué opinas Josue, no sería mala idea lo que dice karelvisi. Te podríamos acomodar el cuarto de karelvis y ella podría dormir en la litera con su hermana.

Mi tío no quería ser un estorbo según él y luego de un buen rato accedió a quedarse solo mientras llegaba mi papá.

Terminando la cena me despedí de él arrimando mis tetas a su pecho sin llamar mucho la atención de mamá y subí a la habitación de mi hermana pensando en que tenía que ver su verga como fuera así que se me ocurrió ir por la noche a mi habitación y dejar una tanga encima de toda la ropa sucia, así seria lo primero que viera y vería que ya no soy una niña y cuando abrí la puerta de mi cuarto vi a mi tío.

FIN..

Espero le gustara mi relato. Si se quieren comunicar conmigo le voy a dejar mi Instragram en mi perfil para que me sigan y podamos conversar por ese medio.

Así que te invito a que veas mi perfil para que leas mis demas relatos y me puedas conocer mejor.

Besitos y se me cuidan amigos y amigas

Instagram: babykarelvis

espero puedan revisar mi perfi y me ayuden a cumpir mis sueños gracias u besos a todos

Mis primeros recuerdos de mi infancia es el pene de mi papá, grande y lleno de vellosidad.

Mi familia tenía practicas nudistas y solíamos estar desnudos la mayoría del tiempo.

El cuerpo no es para avergonzarnos, gracias a ello desarrollamos una alta autoestima.

Ahora, al ser una señorita que ama de hacer sexo oral con sus compañero y profesores del colegio.

Sabía que llegaba el momento de probar mi primera penetración, hasta que la oportunidad se presento

con mi hermano mayor Juan de 19 años, jugador de basquetbol y un chico solicitado por las chicas.

El sábado pasado quedamos solo en casa y suelo ponerme ropa apretada, pero creo que me pase cuando sali en ropa interior

para ver la tv. Juan no dijo nada.

Prepare los pop corn y las sodas. Él estaba buscando la película.

Y aparece una imagen de una mujer siendo penetrada por tres hombres.

El no cambia el canal solo se queda mirando me y me encono de hombros.

Camine hasta el sillón y podía sentir como me empezaba a humedecer, coloque mis glúteos al frente de él, de un golpe en

la pompi derecha me quito, y dijo que buen glúteo tienes.

En ese momento pude observar que se empezaba a marcar su pene de 18 centímetros en su pantalón.

Supe que era el momento, así que me senté de piernas cruzadas permitiendo que observara mi entre pierna.

Tenía mis labios vaginales hinchados y empezaba a lubricar.

Juan se empezó sobar su pene, y me miro tragando en seco.

Se bajo los pantalones dejando rebotar su enorme miembro, que me resulto apetitoso.

Me quite la ropa interior y el empezó chupar mi clítoris dando gritos de placer.

Sabía que mi padre volverían tarde.

Deje que mis pechos se liberaran rebotando y mostrando mis rosados pezones.

Después de chupar y lamer todo mi sexo.

Me miro y se lanzó sobre mí, colocando la punta de su pene en la entrada de mi vagina.

«Eres virgen» me dijo con sorpresa, y le respondí «no por mucho tiempo»

Sentí un presión dolorosa y placentera, al ver como su pene entraba separando mis paredes y quitando me la virginidad.

«Duro» grite

«Estas apretada »

Me empezó a embestir lentamente y pude ver lo agitado que estábamos.

JUAN! ay! ay!

Su pene estaba llenando me de placer, y solo pensaba en que no queria que terminara.

Mis pezones duros y parados pechos rebotaban, hasta que me volver y me puso en cuatro arqueando mi espalda, permitiendo que llegara

más profundo.

Choros de su espeso esperma me llenarlo hasta escurrir por mis piernas.

Esa fue la primera vez que me penetraron, pero, no la última.

Continua con el papá, tío y amigos de su hermano.

Tras estar con Lucía, me encontraba en un estado realmente eufórico. Haberme sentido deseado por una jovencita de 19 años con un cuerpazo de escándalo y haberla tenido sobre mí como la tuve, despertó al yo más sexual. Estaba deseando repetir con ella, pero por otro lado, no se me iba de la cabeza su madre, y el comentario de Gus al despedirnos.

El viernes de esa misma semana terminé pronto de trabajar, y me fui para casa. Al llegar me quité el traje y me puse unas bermudas cómodas y una camiseta, y me calcé unas chanclas. Me iba a abrir una cerveza e irme a la piscina, pero al abrir el frigorífico, me di cuenta de que lo tenía pelado, así que hice una pequeña lista de la compra y me acerqué con el coche al “Safeway” que había cerca de casa.

Me encantan los supermercados americanos, porque son esos sitios donde cualquier estudiante de marketing puede hacer una tesis a poco que se fije bien. Cargué mi carro con las cosas de la lista, y esas otras cosas que siempre van cayendo, con las que no contabas, pero que los buenos especialistas saben poner bien visibles para atraer nuestra atención. Total, que sin darme cuenta había casi llenado el carro.

Cuando estaba llegando a las cámaras de la leche, me fijé en una mujer que estaba cogiendo algo de la misma cámara, del estante de abajo. Al verla desde atrás, no pude evitar admirar un culo generoso pero bien redondo y unas piernas morenas de lo más atractivas. Al sacar su leche de la cámara y ponerse recta, me di cuenta que era Adriana.

Me acerqué y antes de que ella continuase su recorrido la saludé. Nos dimos dos besos y estuvimos charlando un momento

A – Pero bueno, que sorpresa!! ¿qué es de tu vida? Desde el sábado no te hemos visto por la piscina. No sabía si te habrías asustado… A lo mejor es que no te lo pasaste bien.

Y – Jajajaja, me lo pasé muy, pero que muy bien. Aunque a mí me gusta hacer las cosas con más calma. Especialmente con una mujer como tú.

A – Ay, que rico!! A mí también, pero no había tiempo.

La conversación estuvo plagada de sonrisas y comentarios pícaros y provocadores, y como ella ya también había terminado la compra, nos dirigimos a la línea de cajas juntos, pagamos y me ofrecí llevarla en el coche para que fuese andando y cargada. En el coche aproveché para pedirle su teléfono y darle el mío, para poder comunicarnos, aunque ella misma me dijo que esa misma tarde si yo quería se podía pasar por mi casa. Evidentemente el plan era casi inmejorable, así que le dije que se pasara cuando quisiera.

Cuando llegué a casa me abrí una cerveza y estuve colocando la compra y picando algo. Y entonces pensé que a lo mejor, el plan para la tarde sí que era mejorable. Cogí el teléfono y le pregunté a Lucía por SMS si esta tarde estaba en casa y podría venir a mi casa. Inmediatamente me contestó que claro, que estaría en su casa, y que solo le dijera la hora y vendría.

Y – Te recuerdo que eres mi zorra, y que harás lo que diga, cuando diga, y con quien diga. ¿Eso sigue estando claro?

L – Me acabo de mojar solo de leerte. Pues claro que soy tu zorra mi amor.

Y – Ok. Cuando te avise, vienes y entras en mi casa sin llamar, y sin hacer nada de ruido. Te quitas toda la ropa, y observas lo que pase dentro. No te acerques hasta que yo te diga.

L – OK. Me acabo de mojar aún más. ¿Qué estás preparando?

Y – Haz lo que te digo. Ya lo verás luego.

Terminé de colocar la compra y me volvió a sonar un mensaje en el teléfono. Era Adriana.

A – Voy ahora mismo. En 5 minutos estoy allí.

Me di una ducha rápida, y nada más salir de la ducha oí unos golpes en la puerta. Me acerqué a abrir y era Adriana. Venía con la misma ropa que llevaba en el supermercado: Una minifalda vaquera muy ajustada y una camiseta negra, también muy ajustada, que marcaba bien sus tetas. Lo que sí noté es que se había quitado el sujetador, y venía ya excitada, porque sus pezones se marcaban claramente en la camiseta. Llevaba unas sandalias con medio tacón, que no eran nada llamativas, pero que sin embargo le hacían unos pies de lo más sexys. Con sus piernas tan morenitas estaba realmente sensual.

La invité a entrar y le ofrecí algo de beber. Me acompañó hasta la cocina y le saqué una cerveza. Me apoyé de espaldas en la encimera y me quedé mirándola, observándola de arriba abajo.

Y – Joder Adriana, que guapa estás con cualquier cosita.

A – Ay gracias mi amor, pero que galán estás hecho. Tú te ves bien rico también.

Y se acercó a mí. Eso era lo que yo quería, que tomase ella la iniciativa. Dejó la cerveza en la encimera y se pegó a mí. Me empezó a acariciar los brazos, los hombros, el pecho, y acabó bajando por la tripa. Al llegar al final de la camiseta, la agarró y me la subió para quitármela. Subí los brazos para facilitarle la tarea y la sacó. La tiró al suelo y se me quedó mirando. Me empezó a acariciar el pecho depilado y empezó a jugar con mis pezones, que automáticamente se pusieron duros. Se acercó y me los chupó.

Me estuvo chupando los pezones y acariciando el pecho y los brazos un rato, y mi polla ya había reaccionado poniéndose bastante dura. Ella que estaba pegada a mí, enseguida la notó, y con una mano me la empezó a apretar por encima de las bermudas.

Se separó y desabrochó el botón las bermudas, dejándolas caer al suelo, quedando mi polla al aire, pues tras la ducha no me había puesto calzoncillos. La agarró y empezó a masajearla para terminar de ponerla dura del todo.

A – Pero que maravilla. Cuanto me he acordado de esta cosota toda esta semana.

Y – Pues ahí la tienes, a tu entera disposición. ¿Qué te apetece hacer con ella?

No contestó. Se arrodilló y empezó a darme besitos y a lamerla por todas partes. Primero el glande, y luego fue bajando por todo el tronco, hasta llegar a los huevos, que los tenía cogidos con la otra mano. Alternativamente también me los lamió y se los metió en la boca, succionando suave de ellos mientras con la mano seguía masturbándome despacio.

Mientras ella hacía eso, aproveché para coger el teléfono que lo tenía sobre la encimera y le mandé un mensaje a Lucía.

Y – Te quiero aquí en 20 minutos justos. Sé puntual.

Enseguida sonó un mensaje. Lo leí y solo confirmaba que vendría, así que me centré en Adriana.

La agarré del pelo y la subí hacia arriba. Una vez en pie, la besé, y noté en su boca el sabor salado de mis propios flujos. Aquello, y el hecho de que ella me besaba con tanta pasión, me pusieron muy cachondo. Esa mujer era un volcán. Y me encantaba su forma de besar. La cogí de la mano y la llevé a la cama. Ella no paraba de besarme y de agarrarme de la polla, pero yo la tuve que parar, porque ahora era yo el que quería disfrutar de su cuerpo.

La puse de pie mirando a la cama y yo me quedé tras ella. Le saqué la camiseta por la cabeza, y efectivamente iba sin sujetador. Aparté su pelo y la besé el cuello mientras acariciaba sus brazos. Notaba su piel erizarse a cada pasada de mis manos. Las llevé a sus pechos y sus pezones estaban como piedras. En cuanto las notó sobre sus tetas, gimió. Estaba muy sensible y muy excitada. Desabroché la cremallera de su falda y la bajé hasta sus pies, quedando a la vista un tanga negro de algodón, que le hacía un culo precioso. Levantó sus pies y le saqué la falda, quedando solo con el tanga y las sandalias.

Con sumo cuidado, casi mimándola, le quité las sandalias de los pies, y empecé a acariciárselos, subiendo después por sus piernas. Por el exterior primero, por el interior después. Ella solo respiraba agitada sin decir nada y se dejaba hacer. Abrió sus piernas, invitándome a jugar con su coñito, pero aún no era el momento. Esos momentos me resultaban tan excitantes, que el tiempo era como si no pasara. Mi polla estaba durísima, y ella estaba chorreando. Su tanga estaba muy mojado, así que ahora sí se lo bajé y lo dejé en el suelo a un lado. Le pedí que se tumbase sobre la cama y cogí su camiseta negra y se la puse a modo de venda tapándole los ojos.

Ahora volví a recorrer su cuerpo con mis manos, y con mi lengua. Me deleitaba con sus pies, y noté que ella misma había metido su mano derecha y se estaba masturbando. Cuando se lo prohibí, me suplicó por primera vez.

A – Mi amor, cómeme, estoy muy caliente, te necesito dentro.

Y – Sshhhhhh, calla, y disfruta de cada cosa a su tiempo.

Abrí su culo y se lo lamí. Empecé a jugar con él, introduciendo un dedo, jugando con él mientras mi lengua le lamía el coñito. Estaba empapada, y gemía sin parar. Me subí encima de ella, y me senté a horcajadas sobre ella, tumbada boca abajo con las piernas juntas. Le pedí que subiera el culo, dejando muy accesible su coñito brillante por tantos flujos. Apunté mi polla a su entrada y lentamente se la metí hasta el fondo. Estaba tan mojada que entró sin ningún problema. Ella se agarró a la almohada y silenció un fuerte gemido.

Esa postura era perfecta teniendo una mujer con un culo como ese. Ella lo levantaba buscando una penetración lo más profunda posible, y yo estaba en la gloria, pues al tener las piernas cerradas su coñito estaba especialmente estrecho. Apoyé mis manos en sus riñones y empecé a bombear, metiendo y sacando mi polla de su coñito. Ella empezó a gemir cada vez más y yo seguía con un ritmo constante, martilleando sobre su culo.

En ese momento noté movimiento detrás de mí, y al mirar a la puerta de la habitación, vi a Lucía desnuda en la puerta, mirando perpleja a lo que estaba ocurriendo. Parecía enfadada, pero a la vez excitada. Le hice un gesto para que entrase en silencio y se sentase en la cama. Obedeció.

Al sentarse, se dio cuenta de quién era la que estaba boca abajo, y me volvió a mirar sorprendida y me hablaba sin emitir ningún sonido, solo movía su boca

L – Es mi madre!!!

Moví la cabeza afirmativamente, y le hice gestos de que me besara. Se acercó a mi boca y me besó con rabia, casi violentamente. Yo mientras seguía follándome a su madre. Con una mano le sobaba el culo a Adriana, y con la otra las tetas a Lucía. Estaba como soñando. Era una delicia verme en esa situación. Le di un buen azote a Adriana en el culo, de los que dejan marca.

Y – Mmmmmmm, que culazo tienes más bueno. Sabes que este culo va a ser mío también ¿verdad?

A – Pues claro mi amor, mi culo también es para ti.

Le di otro azote, y ahora paré de follarla. La cogí de la cintura y la levanté lo justo para que pudiese doblar las piernas quedando de rodillas. Tiré de ella para atrás y le apoyé el culo sobre los talones y le agarré las manos. Quería quitarse la camiseta de los ojos, pero no la dejé. Con una mano le sujeté las manos a la espalda mientras volvía a moverme dentro de ella, entrando y saliendo, y con la otra la agarré del pelo y le levanté la cara. Le hice un gesto a Lucía para que se sentase frente a ella y le pusiera el coño en la cara.

Al notar movimiento en la cama, Adriana se puso tensa, pero no dijo nada. Cuando Lucía tenía su coñito frente a la cara de su madre, me miró con una sonrisa y cara de verdadero vicio, y con un movimiento de cabeza me hizo la seña de adelante.

Empujé la cara de Adriana hacia delante y se la apoyé contra el coñito de su hija. En ese momento quiso soltarse las manos, pero se las agarré fuerte y no pudo. Solté su cabeza y le di otro buen azote en el culo

Y – quietecita!!! Cómete eso que tienes delante, y sin rechistar si no quieres que te deje el culo marcado. Seguro que no es el primero que te comes.

Y empecé a follarla, acelerando el ritmo poco a poco. Ella evidentemente ya se había comido alguno, porque le empezó a hacer a su hija una comida que por la cara de Lucía debía ser muy buena. Le agarraba la cabeza a su madre y emitía pequeños gemidos. Estuvimos así varios minutos, y cuando ya estábamos todos bien sincronizados, fue cuando le solté las manos y le quité la camiseta de los ojos a Adriana.

Ni se inmutó. La miró hacia arriba para ver quien era pero no hizo ni siquiera amago de parar. Usó sus manos para abrirle más el coñito a su hija y le introdujo dos dedos de golpe. Siguió comiéndoselo igual que antes, solo que de repente empezó a gritar como una loca por que se corría. Yo aprovechando, aceleré el ritmo y le bombeé el coñito con violencia hasta que terminó su orgasmo.

A – Eres un cabrón, esto no se hace.

L – Calla y mira, que yo ya he mirado bastante. Ahora me toca a mí disfrutar de esa polla.

Lucía se puso a cuatro patas en el lugar de su madre y ella sola se metió mi polla hasta el fondo. Al principio Adriana nos miraba casi sin expresión, como enfadada, pero enseguida empezó a masturbarse mientras nos miraba. Le hice un gesto y se acercó para besarme mientras yo me follaba a su hija. Aquello me tenía fuera de mis casillas por completo. Notaba que no iba a poder aguantar mucho más, así que le dije que le hiciera un dedo a Lucía.

Sin dejar de besarme y de masturbarse ella con su mano izquierda, metió su mano derecha por debajo de la tripa de Lucía, y empezó a masturbarle el clítoris. Aquello debía de ser muy intenso para las dos, porque ambas gemían en alto, sin preocuparse por el ruido, y de repente Lucía empezó a correrse pegando su cara al colchón y gritando contra él para silenciarse a sí misma. Al ver a su hija correrse, Adriana también empezó con otro nuevo orgasmo, doblándose y apoyando su cara sobre el culo y la espalda de su hija.

Y entre las contracciones del coñito de Lucía y aquella visión totalmente de ensueño, tuve que sacar mi polla y empecé a masturbarme y a correrme sobre el culo de Lucía y la cara de Adriana que estaba allí. Adriana no se inmutó, tan solo cerró los ojos y abrió la boca para recibir lo que le cayese. Cuando terminé de eyacular, acerqué mi polla a su boca y me la chupó hasta dejarla totalmente limpia.

No pude resistir la tentación de agacharme y con mi lengua lamer algunos de los restos de mi leche del culo de Lucía y llevarlos a la boca de Adriana. Nos fundimos en un beso muy vicioso.

Nos tumbamos los tres en la cama, y Adriana no paraba de decirme que era un cabrón, pero ya se notaba que no estaba enfadada, y Lucía no paraba de reírse, y le pinchaba a su madre diciéndole que era una putilla, que si no le daba vergüenza follarse a otro hombre estando casada, y encima comerle el coñito a su hija.

Yo estaba en el séptimo cielo, con esos dos bombones en mi cama. Besaba a una y a la otra, y las acariciaba a las dos. Pasamos un rato de lo más divertido allí los tres, y cuando mi polla empezaba a recobrar la vida, Adriana dijo que se tenía que ir, que Jessy estaba en casa con una amiga, y que tenía que hacer la cena, así que me dio un buen beso agarrándome la polla y le habló a Lucía.

A – Tú dale a este hombre lo que te pida, y no te vengas tarde a casa, que tu padre estará a punto de llegar y preguntará por ti.

Y mientras Lucía y yo nos abrazábamos y nos empezábamos a besar y a acariciarnos de nuevo, ella se vistió y se fue con una sonrisa en la cara.

Cuando tenía apenas diez años e iba a la escuela primaria, acostumbraba a quedarme en casa de una de las hermanas de mi madre. Ya que mis padres trabajaban mucho ninguno de ellos podía recogerme a las horas de salida casi nunca, y como mi prima y mi hermana asistíamos a la misma escuela, era mi tía Lucila la que nos acogía en su casa hasta que llegaran por nosotros, casi siempre entre las siete y las ocho. Es por eso por lo que los cuatro teníamos una relación bastante cercana, literalmente nos veíamos todos los días, durante horas.

Fue durante tal época donde nació mi deseo de ser sumiso ante las mujeres. Empecé a obsesionarme por el calzado que usaba mi tía, aquellos zapatos con tacón bajo color negro que generalmente usaba para salir, siempre que tenía la oportunidad los veía, y estando a solas me metía dentro de su closet y olía el interior con deleite. Sus zapatos me encantaban, pero necesitaba más que eso, así que después de su ida por el mandado me portaba de manera servicial con ella, le cargaba las bolsas, le preguntaba sobre su día y cuando se sentaba en el sillón y prendía la televisión, le ofrecía un masaje en los pies.

—En serio que eres un chico hermoso, Marco. Pero no, a lo mejor mis pies huelan realmente mal, no creo que puedas soportar el olor —decía mi tía de forma juguetona.

—No te preocupes por eso, después de todo lo que haces por nosotros, es lo menos que mereces. Vamos, deja que tus pies se relajen un poco —entonces tomaba esos zapatos que usaba, los quitaba, y los dejaba a un lado para poder observar esos bellos pies.

—Deja que coloque un cojín para ti, tía —con mucha delicadeza tomaba sus talones y los colocaba bajo un suave cojín.

Con el pecho en el suelo y mi rostro a unos cuantos centímetros de sus plantas di el primer masaje de mi vida, de acuerdo con lo que había visto en alguna película empecé a hacer movimientos circulares por todo su pie. En un momento no pude parar mi estado de excitación y bese su dedo gordo, atónito por saber cuál sería la respuesta de mi tía, me quede en shock. Ella dio una extraña mirada y luego dijo:

—No te preocupes. Vamos, hazlo de nuevo.

Comencé a besar toda su planta con mucha pasión, luego de eso saqué mi lengua y lamí sus pies enteros.

—¿Es la primera vez que haces algo así?

—Nunca me había atrevido a hacerlo con nadie más —dije con mucha vergüenza.

—Pues si a los dos nos gusta hacerlo tal vez deberíamos repetirlo, ¿no crees?

—Me… gustaría.

—Muy bien, entonces sigue lamiendo. —la obedecí y durante la duración de todo el programa que veía, lamí todo el espacio de sus pies.

Entonces mi tía se paró del sofá donde descansaba y me dijo:

—Necesito que me pongas mis zapatos, serias tan amable.

—Por supuesto, tía.

—Tal vez deberías llamarme ama.

—¿Cómo a los reyes en las películas de viejitas?

—Pero solo entre nosotros, recuérdalo.

—Sí, tía ama— y entonces le coloqué sus lindos zapatos y arrodillado ante ella, di dos besos de despedida sobre sus empeines.

Así empezó la etapa fetichista de mi niñez, inicialmente solo con mi tía, mientras nadie más veía, pero dentro de varias semanas el juego se expandió como lo explicare pronto.

Cierto día, estaba jugando con mi hermana Diana y mi prima Aline a las escondidas. En un momento, mi tía entro por la puerta del cuarto de mi prima.

—Niños ¿están aquí?

—Sí, aquí estamos —dijo mi hermana, que era la que debía de buscar.

Desde mi escondite bajo una de las camas, podía verla. Pronto, mi tía descubrió desde donde la veía y camino hasta mí. Me agache más y solo lograba ver sus piernas, estas se acercaron a mi hasta que tenía sus zapatos de tacón negro justo al lado mío. No supe exactamente porque mi tía había hecho eso, pero el punto es que al ver sus zapatos juntos a mí no pude resistirme a besarlos. Creo que esa era su intención, de otra forma no se hubiera acercado de forma tan indiscriminada a mí.

Lamí sin control el cuero que cubría sus dedos hasta que me sorprendió mi prima. Aline, detrás de mi bajo la cama, me dio un leve toque en mi espalda para hacerme saber que había visto lo que hacía con los pies de su madre, casi di un salto y por poco golpeo mi cabeza con la cama. No sabía qué hacer, ni lo que ella pensaba sobre mi ese momento. Lo único que me dio tiempo a hacer fue quedarme paralizado. Mi tía luego se fue de la habitación.

—¿Por qué haces eso? —fue lo primero que dijo mi prima.

—No sé de lo que hablas.

—Le lamias los zapatos a mi mamá.

—Yo… bueno —fue lo que respondí.

—Ya, dime la verdad ¿lo hacías o no?

—Sí, lo hice, pero no le digas a demás personas, por favor.

—Nunca haría eso, eres mi primo, pero me gustaría saber qué es lo que se siente —mi prima movió sus piernas hacia a mí, y con sus manos empezó a quitarse los tenis escolares que traía puestos.

—¿Te gustaría ayudarme? —me dijo ella.

Sujete sus calcetas rosadas y las pegue junto a mi nariz y las empecé a oler, su olor me parecía tan especial y diferente al de mi tía, algo así como dulce e infantil, recuerdo que sin resistirme lamí con mi lengua todo el algodón de sus calcetas. Por momentos, logre sentir el sudor que salía del interior de sus pequeños dedos. Mientras, Aline, observaba atentamente como admiraba sus pies y daba un par de sonrisas.

—Oye, podrías empezar con quitarme mis calcetas —y fue eso lo que hice.

Ahora, con sus pies descubiertos lamí el centro de sus plantas, ella no paraba de reír, no podía soportar el cosquilleo que mi lengua producía sobre sus pies. Tomé sus dos pies con mis manos y me los metí lo más que pude en mi boca, ya teniendo sus deditos dentro de mí, los saboreaba sin parar.

—¿A mi mamá le gusta que hagas eso con ella también? —por un momento saque sus pies y logre ver como estaban llenos de saliva.

—Sí, creo que le gusta.

—¿Fue ella la que te pidió que lo hiciera?

—Sí.

—Sabes, se siente bien que traten los pies de esta forma.

Ni siquiera pude responder porque oí a Diana entrar en la habitación. Con mucho miedo, sequé la saliva de los pies de mi prima con mi camisa y le puse sus calcetas. Apenas nos dio tiempo de simular normalidad, ya que Diana nos encontró.

—Ahí estaban escondidos, creo que yo gane —dijo al vernos bajo la cama.

Fue ahí donde empecé a creer que me estaba metiendo en problemas más graves por el hecho que ya dos personas cercanas conocían mi secreto, y las dos eran miembros cercanos de mi familia. Sin embargo, nunca puse resistencia cuando mi prima me invitaba a tales actos. Luego de la escuela, los dos nos encerrábamos en su cuarto y mientras se cambiaba yo ya sabía de sobra lo que tenía que hacer, me tumbaba en el piso justo al lado de su cama y esperaba. Finalmente, Aline, con ropa de casa y pies desnudos, se sentaba al borde de la cama y dejaba caer sus piernas en mi rostro.

Tanto lunes, martes y jueves tenía que hacer ejercicio, así que yo era el encargado de limpiar sus pies. Prendía la televisión y veía un programa de chicas por casi una hora, mientras que yo chupaba el sudor de sus cansados pies. De vez en cuando me prestaba atención y se movía ella misma para que se me facilitara la tarea, pero la mayor parte del tiempo yo tan solo lamía y relamía sus plantas hasta dejarlas arrugadas por la humedad. Por semanas nadie se enteró de lo que hacíamos en la intimidad hasta que una tarde cambio.

Todos nos encontrábamos viendo una película sentados en el sillón de sala, empezaba a oscurecer y mis padres no llegarían hasta muy entrada la noche. Aline, sentada a mi izquierda, me pidió que rellenara su bol de polímitas, obedecí pues en primera instancia parecía una petición normal. Fui a la cocina y regresé con las palomitas, pero antes de poder sentarme en mi sitio, ella dijo:

—¿Podrías poner el bol en el piso, primo?

—Claro —empecé a sospechar sus intenciones, pero igualmente lo hice.

Entonces, se quitó las zapatillas de andar por casa que traía sin usar sus manos, y metió un de sus pies en el tazón de palomitas. Tanto mi hermana como mi tía miraron la escena con extrañeza, aunque para ser honestos, creo que mi tía sabía lo que pasaría a continuación.

—¿Tienes hambre, Marco? Te comparto de mis palomitas —me quede inmóvil y ella lo noto.

—Vamos, sé que quieres hacerlo —dijo de forma infantil, como si de un juego se tratase ya que apenas teníamos diez años.

Me arrodillé frente a ella y comí una palomita que sostenía con su dedo grande. Diana fue la primera en decir algo al respecto.

—Marco, ¿Qué haces?

—No te preocupes, prima, él está muy feliz de comer de mis pies.

Sorprendentemente mi hermana no se lo tomó tan mal como yo creí en el momento. Sin duda mi tía se dio cuenta de que su hija me usaba de la misma manera que ella, y ahora que todas lo sabían se aprovecharía de ello.

—Se ve bastante divertido, Diana, ¿Por qué no lo pruebas?

—Yo… bueno.

—No tiene nada de malo, es tu hermano, que no confías en él.

—Sí, y aparte se siente muy gracioso.

—Ay, bueno —después de dudar muy poco, mi hermana se quitó las sandalias hawaianas que siempre usaba y coloco su propio bol de palomitas en el suelo.

—Ven, hermanito, yo también tengo palomitas —metió sus dos pies enteros en el bol. Entonces, comencé a comerme aquellas que tenía sobre sus pies, y luego lamí sus empeines. Ella parecía disfrutarlo mucho, reía y reía mientras veía como lamia con devoción sus deditos.

—Hermanito, ¿y a que vuelen mis pies?

—Huelen a quesito —le respondí y ella rio aún más.

—¿Y aun a así te gusta?

—Me gusta mucho —sacó uno de sus pies del bol y me lo puso justo frente a mi cara.

—Quiero que me lo lamas —saque mi lengua y la pasé entera por su planta, parecía que había caminado mucho por casa y su pie estaba lleno de pequeñas basuritas y polvo. Con lengua me comí todo lo que sus plantas poseían y mi hermana se sintió muy bien por ello.

—Parece que me has limpiado los pies, eres como un perrito.

—Deberías limpiarnos los pies siempre, no creen niñas —dijo mi tía.

—Sí, Sí —dijeron ellas.

Luego de lamer y lamer los pies de Diana, mi tía se quiso unir.

—¿También quieres mis pies, Marquito?

Ella se quitó sus pantuflas y poso sus talones sobre el suelo, así podía ver como sus plantas sobresalían para mí. Yo, aun de rodillas me acerqué a ellos y empecé a lamerlos. Su antepié era muy rugoso por su edad, y de coloración naranja por su trabajo, sin embargo, los de mi tía eran unos de los que más me gustaban.

Hasta el fin de la película me dedique a lamer los de pies de las tres desde el suelo, de vez en cuando alguna me pedía que le atendiera y yo solo me movía para volver a adorarla. Logre acabarme todas las palomitas que ponían entre sus deditos casi a la mitad.

Antes de que mis padres nos recogieran, mi tía nos dijo:

—Recuerden que nadie debe de enterarse de esto, si no, ya no podremos disfrutar que Marco se encargue de nuestros pies.

—Está bien —dijeron tanto Diana como Aline.

Todos cumplimos nuestra promesa, ya que nadie más se enteró de lo que hacíamos. No creo que mi hermana recuerde esa etapa, o si la recuerda, piensa en ello como solo un juego de niños. De todas formas, nunca hablamos de eso y no creo que quiera hacerlo.

hola, este es mi primer relato ya tenia ganas de contarlo. hire al punto

yo tengo un vecino maduro como de unos 60 años o por ahi, es alto, con una panza grande y tiene cara de pervertido, el vive atras d emi casa, en la parte de atras de mi casa es como una terrasa o un patio y su casa queda atras, yo todos los dias salia a ver a mis mascotas a darles, agua, comida pero yo siempre salia con un shor corto y blusa o aveces con un camison que me cubre las nalgas y en calzones, (yo vivo sola) todos los dias salgo y este señor sale a regar sus plantas, hace poco que me mude y no habia n0otado la presencia de este señor hasta un dia que yo andaba en camison que solo cubria mis nalgas si yo me agachaba se veian mis calzones o aveces que no cargaba nada pero ni brazier.

como todos los dias yo sali a ver a mis mascotas a verlos y en eso senti una mirada sobre mi, volteo y es mi vecino que me estaba viendo a mi me incomodo la situacion porque estaba en camison sin calzon ni brazier, me meti rapido a mi casa, todos los dias era lo mismo con este señor salia solo para espiarme aveces yo ni queria salir a ver a mis perros o espiaba a que el no estiera para alimentar y ver amis mascotas,

un dia que estaba aburrida tenia ganas de tocarme y busque algo me tope con un video de maduros, vi como un viejo se cogia a su nieta la verdad es que me exito y me moje, al dia siguiente vi a mi vecino como de costumbre y me excitaba la idea de el me viera y me desnudara con la mirada, pensaba en como seria dehar que me cogiera, depsues de ese dia salia todas las mañanas a ver a mis perros en camison nada mas, no me ponia calzones ni brazier, hasta me inclinaba descaradamente para que el me viera un poco la vajina, me sentaba con las piernas crazadas frente a sus plantas o aveces que tenia short hacia como que cambiaba de posicion y me sentaba abierta para que el disfrutara y si, el solo observaba cuidadosamente, no paraba de verme, todos los dias era lo mismo hasta que un dia pense en un plan para que me cogiera, esa era mi fantasia.

un dia me atrevi a hablarlo me puse un short corto y una blusa muy pegada sin brazier, lo salude y le pregunte si tenia un poco de azucar que me regalara, lo tipico, no? jaja.

me dijo que si y me la dio, yo le di las gracias y que para agradecerle por el favor podia pasar a mi casa cualquer dia que quisiera para platicar y tomar una tasa de cafe y pasar el rato, me dijo que si ya veria cuando, cuando me dijo eso me desanime porque pense que aceptaria de inmediato.

seguimos con la misma rutina, yo salia en las mañanas para mostrarle mi cuerpo y que el disfrutara y luego yo entraba para hacer la limpieza, esa mañana yo estaba con un short y y una blusa sin brazier, estaba haciendo la limpieza, acomodando y recogiendo todo, en eso escucho que alguien toca a mi puerta trasera, voy y veo que es mi vecino, yo le dije vecino que hace aqui me sorprendio, el dijo pues acepto la invitacion a tomar cafe y conversar un poco yo le dije ay que pena ya me encontro en fachas y haciendo limpieza, si gusta pase, el paso y dijo no te preocupes, no te interrumpo tu sigue y mientras conversamos un poco, aproveche que estaba haciendo la limpieza y me agache para segun levantar cosas y acomodar, me ponia en 4 para que el viera mi culo, yo tardaba en esa posicion finjiendo que hacia algo pero no, yo solo esperaba a que viera lo suficiente, me puse en muchas posiciones diferentes para que el apreciara mi culo y mis tetas, casi le ponia en culo en la cara, en una de esas fingi que me estaba callendo y cai sobre el, finji estar apenada y le dije ay muchas gracias por no dejarme caer y le di un besito cerca de los labias segun en agredecimiento, hablamos por un buen rato me vio toda, le dije que me daria un baño.

me bañe en lo que el terminaba su tasa de cafe, sali en toalla jaja ya no me aguantaba mas queria que me hiciera suya sali con la excusa de que si me podia ayudar a ponerme crema en las piernas, nervioso dijo que si, que no era ningun problema y empezo, me puso en toda la pierna, recorria mi perna una y otra vez, babeando y jugando con mis muslos, en una de esas yo me recoste en el sillon y le dijo que me pusiera entre las piernas un poquito y con cuidado, el acepto, lo hizo lento y con fuerza, como masajeando no pude contenerme y sole un gemido, yo ya estaba anseiosa queria que me cogiera, en una de esas le dijo, vecino me puede ayudar? con vos timida e inocente, el me pregunte con que y yo le dije esque tengo comezon aqui, señalando mi vagina que estaba cubietta por la toalla jaja, me dijo, comezon? veamos como puedo ayudar jeje.

me subio un poco la toalla y me dijo vamos a ver que tiene mientras me tocava con sus dedos grandes y gordos la vagina, y yo con voz inocerte le decia si ahi es, empezo a meter sus dedos en mi vagina y yo solo gemia, me preguntaba si estaba mejor yo le decia que si se sentia mejor que no parara, estaba muy excitada mis jugos vaginales salian de chorros, mi vecino decia ay disculpame ya te hice chorrear dejame limpiarte y en eso metio su cara entre mis piernas y comenzo a chupar, yo solo podia gemir, mi respiracion era agitada y muy fuerte, decia siii siiii, asi no pares, dame mas mientras metia su cara mas en mi vagina, comenzo a chupar y meter su legua en mu vagina, luego de eso de paro y me dijo, veamos si con esto te siente un poco mejor, me tomo con mucha fuerza y con furia me puso en 4 sobre el sillon, abrio mis piernas, me inclino un poco y me metio su pene en la vagina con mucha fuerza, uuuf estaba delicioso yo estaba como loca, gimiendo y jadeado pidiendo mas y mas , que no parara y que me lo hiciera mas fuerte, yo decia siii siii, no parees no pares, asi mas fuerte y si, me agarraba muy fuerte sentia sus bolas golpenadome tardamos asi y luego me avento sobre el sillon y se puso sobre mi, metio su pene en mi vagina de nuevo, yo ya no la sentia ya estaba inchada y me dolia por la friccion y estar sin parar ademas de lo fuerte y duro que me lo metia , estuvo dandome por unos 10 minutos mas se vino dentro de mi, me vio cansado apenas podia respitar tomo sus cosas me dio las gracias por el cafe y ahi me dejo tirada, sin fuerzas, y tratando de recuperar el aliento, me quede con las piernas abiertas y quede dormida, desperte y me bañe.

al dia siguiente volvimos a lo mismo yo salia en camizon a ver a mis mascotas y el me observaba, dos semans despues el comenzo a frecuentarme mas y de la nada me cogia en cualquer parte de mi casa, en la cocina, sobre la mesa, la lavanderia y asi seguimos, me deja votada y satisfecha y se va…

me encanta ese viejo pervertido, aqui termina mi relato gracias.

tengo 22 años si alguien quiere chat hot hombre o mujer dejen sus correos. los amo

Hola es un primer relato y considero que contarles cómo me converti en la puta de mi mejor amigo es el comienzo adecuado

En ese entonces yo tenía 23 años siempre he sido de tetas grandes y de nalgas bonitas pero siempre se fijan más en mis tetas .

En la universidad es común que compartas clase con chicos más grandes o más pequeños . Fue cuando lo conocí eso era más pequeño que yo pero mucho más alto con el tiempo nos volvimos muy buenos amigos y nuestra química era genial hablábamos todo el tiempo en la universidad o por WhatsApp.

Un fin de semana hablando por WhatsApp la conversación se volvió íntima y entre otras preguntas me preguntó qué cuánto llevaba sin tener sexo primero dude en contestar pero estaba aburrida así que le dije la verdad que tenía mucho sin hacerlo.

Me contestó qué cuando quisiera el podría ayudarme con eso hablamos un poco más y al final acordamos día y hora para ir a un motel.

Este chico era exactamente como me gustan, alto, delgado y de piel blanca .

En la universidad nos comportamos como si nada pero por WhatsApp y la plática siempre era muy intensa me decía todo lo que él me quería hacer .

Por fin llegó el día y la hora acordada paso por mí a la universidad y fuimos directo al motel qué él había elegido, llegamos pago y fuimos directo a la habitación.

El: Quítate la ropa quiero verte

Yo lo hice la verdad estaba un poco nerviosa y excitada . Me quite la ropa solo quedándome en sostén y tanga.

El: Uf que rica estas , date la vuelta preciosa

Así lo hice me di media vuelta dejándole ver todas mis nalgas.

El: Pero mira que rico culito me voy a comer

Se acercó a mi , masajeó mis nalgas y me las separaba lo más posible

El : estás tan rica

Yo: Oye pero yo también quiero ver, quítate algo

El: tranquila , todo a su tiempo, ahora haz lo que te diga , sube a la cama y ponte en 4 con tu hermoso culo hacia mi.

Me ponía taaan cachonda toda esta situación así que obedecí de inmediato, me subí a la cama y me puse en 4 levantando muy bien el culo

El: No te puedes imaginar que sexy te ves así

Se acercó, se arrodilló, se sacó la camisa

El: ábrete todo lo que puedes esas nalgas gordas.

Puse mi cara directo en la cama y me abrí muy bien las nalgas , ya estaba muy húmeda

Paso uno de sus dedos desde el inicio de mi vagina hasta el ano.

No pude evitar gemir bajito, pego su cara a mi vagina y empezó a chupar, lamer , mordisquear como si su vida dependiera de ello, estaba en las nubes , metió uno de sus dedos en mi vagina y casi de inmediato metió el segundo

El: Uf que rico, tu vagina se trago sola mis dedos , entrara otro?

Yo: Siiii siiii , más

El: Quieres otro dedo adentro?

Yo: siiii , sigueeee chupando

Volvió a hacer sus maravillas con la lengua y metió el tercer dedo

El: Uff tienes una vagina muy tragona, que fácil te entran 3 dedos , eres toda una zorrita

Yo: haáay siiii que rico, no pares

El: Tú culito está muy solo tan necesita atención

Yo: noo el culito no

El: solo poquito, solo lo acariciare

Y así lo hizo su lengua y tres dedos en mi vagina y con su mano libre acariciaba mi ano, estaba perdida entre el placer solo podía gemir como una cerda y pedir más

El: Te gusta?

Yo: Siiii me encanta, no pareeees aaaáah

El: Te gusta que meta mis dedos y te acaricie el culo? Te gusta putita?

Yo: Siii siii me gustaaaa

Y me besó el ano , sentía su lengua tratar de entrar en ese agujerito y como metió su cuarto dedo en mi vagina en ese momento no pude más y tuve un fuerte orgasmo empapando toda su mano, sin darme tiempo de recuperación, se subio a la cama, sacó sus dedos de mi y me metió su polla en la vagina de una sola vez y hasta el fondo

Yo: aaaaaaaaaaah

El: Toma putita disfrútala, que tu vagina tragona puede con ella

Y así fue tras el impacto inicial , mi vagina se adapto al tamaño y empecé a disfrutarlo está una polla deliciosa, grande , larga y gorda.

Tomo mi cadena con ambas manos y empezó el mete y saca , me traladraba muy fuerte.

El: Te gusta putita?

Yo: Siii me encanta

El: que te gusta?

Yo: Tu polla , cómo me coges, aaaáah siii no pares, más, más fuerte más fuerte

El: eres toda una putita, quieres más?

Yo: siiii aaáah siiii

El: Pues toma pinche puta

Y empezó a empalarme salvajemente dándome nalgadas, yo estaba en el cielo, jamás había disfrutado tanto del sexo, nadie me había tratado así y lo estaba disfrutando tanto.

El: así te gusta putita?

Yo: siiiiii asiii siiigueeee

El: quién eres?

Yo: tu putaa

El: mi putita, mi perrita, mi zorrita

Yo : siii siiiii

El : diloooo.

Yo: soy tu putita papi, hay queee rico

El: siii lo eres y siempre lo serás entendiste?

Yo: aaaáh ssssi papi siempre tuya aaaaaa aaaa

El: date la vuelta quiero chuparte las tetas q

Me saque su polla me di la vuelta me saque el sostén y abrí las piernas para que mi macho me volviera a meter su polla , así lo hizo me volvió a meter la polla, me besó las tetas, mordió los pezones , me las sobaba

El: que preciosas tetas tienes, gordas y perfectas

Me besó el cuello y me dejó una marca en el , luego una marca en casa teta.

El: solo mía

Yo solo podía gemir y arañar su espalda

El: me voy a venir , abre la boca que quiero que te los comas

Así que me senté sobre mis talones y abrí la boca cerré los ojos y espera la corrida de mi macho, casi toda me cayó en la boca aunque también puso un poco en las tetas

El: Así se ven mejor tus tetas con mi corrida en ellas, ahora putita limpiame la polla

Ese día solo quedamos ahí, por qué teníamos que regresar a la universidad, pero solo fue nuestra primera vez

SANDRA, COLOMBIANA VICIOSA

Hace unos meses publiqué un primer relato donde explicaba como conocí a Sandra. Al final del relato expliqué que en los años venideros, cada vez que viajo a Bogotá por negocios o placer, siempre me reúno con Sandra para salir a tomar algo o cenar. Pero, como pueden imaginar nuestros reencuentros siempre acaban en una sesión de sexo duro. Esta es la historia de uno de esos reencuentros que empezó por salir a cenar un viernes, y acabó un lunes por la mañana.

Llegué al aeropuerto de Bogotá un viernes de finales de junio. Aunque era un viaje de negocios, que empezaba el lunes, adelanté mi llegada para pasar el fin de semana con Sandra. Cogí un taxi y me dirigí al centro, donde ella me había reservado una habitación en una casa particular donde alquilan habitaciones, una especie de pensión con un comedor común. La habitación no estaba nada mal, cama de matrimonio enorme, y el servicio dentro de la habitación. Me di una ducha y justo cuando me acababa de vestir escuché la voz de la propietaria al otro lado de la puerta.

-Tiene visita. –Dijo, escuetamente.

Por supuesto, sabía quién era. Salí al pasillo y me dirigí al comedor. Allí estaba Sandrita. Vestía una minifalda ondulada, una camiseta de tirantes azul sin sujetador y zapatos de tacón, pero no muy exagerados. A medida que me aceraba a ella los dos nos sonreímos. Cuando estuve junto a ella la besé en los labios y la observé de arriba abajo, estaba supersexy, sus piernas, muy morenas, brillaban, y la faldita le hacía una cinturita estrecha.

-¿Cómo ha ido el vuelo? –Preguntó.

-Bien, bien. –Le contesté, cogiéndola de la mano, tirando de ella para que me siguiera.

-Pero, ¿A dónde me llevas?

-A la habitación, ya cenaremos luego. Solo de verte con esa faldita se me ha puesto la polla como una piedra. Estoy deseando ponerte a cuatro patitas y reventarte el culo cogiéndote por la cinturita.

-Ufff, me encanta cuando te pones romántico. –Bromeó, justo cuando llegábamos a la puerta de la habitación.

Nada más entrar la apoyé contra la puerta y la besé con verdadera lascivia. Subí su camiseta y empecé a chuparle sus juveniles tetas, succionado sus pezones, haciendo que gimiera de gusto.

-Ufff, sí, sí, eso es, chúpame las tetas, estoy muy cachonda.

Yo estaba enloquecido, casi fuera de mí. Rápidamente abrí mi cinturón y me bajé la cremallera y de un tirón también bajé mis pantalones y calzoncillos, haciendo que la polla quedara al aire, totalmente empalmada.

-Anda zorrita, chúpamela como tú sabes.

Con una sonrisa de oreja a oreja se puso de rodillas, me escupió en el capullo y empezó a chupármela.

-¡Haaa! Eso es putita, sigue chupándomela. Así, así, succiona más fuerte. Eso es, traga, trágatela hasta el fondo.

Ella, obediente, empezó a hacerme una garganta profunda que me estaba volviendo loco. Con la polla totalmente metida en la boca, sacó la lengua y me lamió los huevos. Entre arcadas y atragantándose, no paraba de emanar saliva, que me encharcaba la polla y resbalaba por su barbilla cayendo sobre sus tetas. Estaba claro que la niñata sabia chupar una polla, y sabía cómo nos gusta a los hombres que nos la chupen. En ese momento no pude evitar pensar en cuando la conocí, prostituyéndose por los bares y discotecas de la capital, y en la cantidad de turistas a los que les habría chupado la polla. Estuve disfrutando de su ensalivada mamada un buen rato. Decidí que, como estaba muy cachondo, iba a correrme en su boca y después ya la follaría. Coloqué mis dos manos sobre su cabeza y empecé a follarle la boca con furia, la visión de su saliva saliendo y el ruido de su garganta al atragantarse me puso tan cachondo que ya no pude más.

-¡Ufff! Eso es preciosa, traga, trágatelo todo. –Le dije entre suspiros, con la polla totalmente clavada en su boca, mientras los chorros de mi semen inundaban su garganta- Eso es, buena putita, sigue, sigue chupando un poco más.

Ella, sumisa como siempre, estuvo un par de minutos más chupándomela, tragando los restos de semen que quedaban sobre ella, dejándomela reluciente con su lengua y su saliva.

-¡Dios! Cómo me gusta tu polla. Y menuda corrida te has pegado, no sabes lo cachonda que me pone cuando te corres en mi boca o mi cara. –Dijo, y a continuación se metió el glande en la boca, succionándolo con fuerza, saboreándolo, lo que hizo que tuviera una última descarga de placer.

-Voy un momento al servicio, sigue empalmado que en cuanto salga quiero que me folles hasta reventar de gusto.

-De eso puedes estar segura, estoy tan salido que creo que la tendré dura toda la noche.

En apenas unos minutos regresó a la habitación, totalmente desnuda.

-Me he dado una ducha, quiero estar recién duchadita para que me metas la lengua por todas partes.

Sus palabras, y su apariencia de no haber roto nunca un plato, me pusieron más cachondo aún, si es que eso era posible.

-Ven aquí zorrita, ponte a cuatro patas en la cama.

Ella, obediente como siempre, así lo hizo. Me situé detrás de ella y empecé a lamerle el coño desde atrás, lamiéndoselo de arriba abajo y viceversa, subiendo hasta su culo, lamiéndoselo, metiéndole la lengua lo más profundo que podía.

-¡Eso es cabrón! Lámeme el culo, ¡Joder que gusto! –Gritó, mientras yo no paraba de lamerte el ojete, metiéndole de vez en cuando dos dedos. Ella, con su mano derecha se masturbaba con furia. -¡Sí, sí, sí, joder, me voy a correr! –Estallando a continuación en un orgasmo antológico. –Ufff, que gusto me has dado, me dijo tumbada boca abajo, mientras yo me tumbaba a su lado.

Sin mediar palabra empezó a besarme en el pecho, bajando rápidamente hasta la polla y empezó de nuevo a chupármela.

-¡Joder! Estaría todo el día con la polla metida en tu boca ¡Ufff que bien la chupas!

Pasados unos minutos decidí que ya era hora de disfrutar de su rasurado coño.

-Ven, ponte a cuatro patitas, como estabas antes.

Me coloqué detrás de ella, de pie, fuera de la cama, y le metí la polla en su húmedo coño, primero lentamente, pero en apenas un minuto fui subiendo el ritmo y la fuerza de mis embestidas.

-¡Eso es cabrón! ¡Fóllame el coñito!

-Toma rabo en tu coñito de putita!

Pasados unos minutos Sandra exploto de nuevo en un ruidoso orgasmo.

-¡Haaa, haaa ¡Si, joder, qué rico! –Gritó entre estertores, para a continuación quedarse con la cabeza ladeada sobre la cama resoplando.

En ese momento decidí que había llegado el momento de disfrutar de su respingón culo.

-Prepárate zorrita, sabes lo que voy a hacer ahora, ¿No?

-Claro que sí, me vas a meter la polla por el culo, lo estoy deseando.

Me cogí el rabo por la base y lentamente se lo fui metiendo en el culo. Poco a poco, como ya había hecho con su coño, fui subiendo el ritmo, y en un par de minutos le estaba dando con todas mis fuerzas.

-¡Toma polla, por puta! –Le grité, sabiendo que ese tipo de comentarios la ponían cachonda a más no poder.

-¡Eso es! ¡Rómpeme el culo! ¡Quiero que me hagas daño, joder!

En apenas tres minutos noté que mi corrida era inminente, por un momento pensé en correrme dentro de su culo, pero me vino a la mente la visión de su trasero mulato con mi leche blanca haciendo contraste, resbalando hacia abajo, ese pensamiento hizo que ya no pudiera aguantar más.

-¡Haaa! ¡Toma corrida zorra! –Grite, pajeandome la polla sobre su culo, mientras los chorros de semen caían sobre el. Apunte bien y el último chorro cayó justo en su glorioso agujero entrando en el.

Como había imaginado un momento antes, la visión de su culo, allí, en pompa, con el semen chorreando, resbalando por el hasta caer, en parte, sobre las sabanas, fue una imagen que nunca olvidaré.

-Ufff, me has dejado seco, que ganas tenía de meterte una buena follada. –Le dije, tumbándome a su lado. Ella con sus dedos fue recogiendo el semen de su culo, llevándoselo a la boca para saborearlo mientras no paraba de sonreír. –Joder, menuda viciosa estás hecha, como te gusta tragar lefa.

-Ya sabes que me encanta.

Dormimos un par de horas. Luego salí a la calle para comprar comida y regresé rápidamente a la habitación. Aquella sesión de sexo salvaje, que había empezado un viernes por la noche, se alargó hasta el lunes por la mañana, apenas media hora antes de mi reunión.

Aquella misma noche a cientos de kilómetros de distancia…

Melany bebía en una fiesta privada junto a un amigo de las pasarelas. Se conocían de haberse visto en Barcelona, Madrid y Milán. El chico le parecía muy mono, así que estaban tonteando en una esquina mientras la música y el murmullo de muchas conversaciones se entremezclaban.

Como el ambiente no era el más propicio para hablar, acabaron saliendo del apartamento donde un amigo común daba la fiesta y terminaron dando un paseo por la manzana anexa.

A esas horas las calles estaban desiertas. Solo vieron pasar a un empleado de la limpieza, que perezosamente empujaba su carrito con los aperos para barrer las calles y un poco más adelante, un camión con un operario a pie se dedicaba a regar las calles para limpiarlas. La ciudad dormía y sólo algunas personas, por trabajo o placer, le daban vida a las solitarias calles.

El chico no paraba de charlar y hacerla reír, aunque realmente todo lo que decía eran tonterías y chistes fáciles.

Él se sentó en un banco y cuando Melany fue a hacerlo, el chico la cogió por la cintura y la sentó sobre sus piernas. Ella sonrió tras la sorpresa inicial y comprendió que estaba sentada encima de su erección. Esta ocurrencia del chico la excitó, pues sintió su conchita tan cerca del miembro erecto del hombre, que dicha proximidad la hizo imaginarse sin ropa y en íntimo contacto en aquella misma posición con él.

Para colmo aquel chico descarado, osó recorrer el espació que separaba sus rodillas desnudas de la intimidad de sus braguitas y con sus manos profanó aquel lugar tan tremendamente cálido e íntimo.

Para ella este lance fue en exceso turbador, sintió la emoción del contacto de su mano con su sexo, ésta le secó la boca ante la expectativa, su deseo se desató en su interior, salió del cofre donde lo guardaba con llave de plata, para recorrer cada centímetro de su suave piel.

Cerró sus piernas en acto reflejo y así cortó el acceso fácil a su delicada intimidad, esto hizo que el chico sacara su mano de ahí y tomase su barbilla, haciendo girar su cara hacia él, buscando su boca para robarle un primer beso.

Melany lo degustó y se entregó a una serie de largos y húmedos besos, mientras sentía que por dentro el ansia y la excitación la consumían, pero debía contenerse, dejar que fuese él quien se aventurase en la exploración de su cuerpo, pues así era como le gustaba a ella.

Aquel chico travieso tuvo la osadía de separar de nuevo sus muslos con cierta brusquedad y acceder por segunda vez a su más tierna intimidad, arropada por su abrigo, escondida bajo la noche.

Sus dedos se detuvieron sobre la blanca tela de algodón que envolvía su joya, la abrió, como el envoltorio de un bombón y la acarició haciendo que sus hábiles dedos se deslizaran sobre su cálido y lubricado interior, provocándole un hondo suspiro, tal vez un leve gemido, ahogado para no parecer una desvergonzada.

No contento con eso, el travieso chico lanzó su otra mano bajo su abrigo y su blusa, llegando hasta su pequeños pechos libres de sujeción, acariciando las suaves montañas que estos formaban, coronadas por unos pezones finos y afilados, que sus dedos se encargaron de pellizcar y acariciar suavemente, mientras sus labios le robaban otra serie de besos, dándole a probar su dulce saliva.

Aquello era ya demasiado Melany sentía que iba a estallar, sintió tal excitación que se corrió secretamente en estos lances preliminares sin que el chico lo notase, así que después zafó de su abrazo y se sentó a su lado en el banco.

Hacía frío, pero en aquel banco la temperatura parecía tropical entre aquellos dos amantes recién estrenados.

Aquel chico, que no se detenía ante nada, se bajó la cremallera de su vaquero y tras desabrochar su botón, extrajo su miembro palpitante al frío de la noche y tomando la mano de ella hizo que se lo agarrase. Melany sintió todo el poderío de aquella arma secreta, la sintió palpitar bajo su mano.

— ¿Me la chupas? —le susurró en sus oídos enredándose con su pelo.

Pero Melany no estaba dispuesta a hacer tal cosa, en plena calle, así que soltó su virilidad y girándose lo besó y hasta le mordió los labios.

— Busquemos algún sitio más apropiado —le susurró ella que aún deseaba probar su falo.

— Ok nena —contestó él guardando su miembro apretadamente bajo su vaquero.

Emprendieron de nuevo su paseo, pero esta vez de regreso a la fiesta, pensando en colarse en alguna habitación para gozar de su pasión contenida. Esta vez el paseo fue más sensual, pues sus manos volaban por sus cuerpos posándose traviesamente donde menos se lo esperaba el otro. El chico le agarraba su trasero, le robaba besos y le acariciaba sus pechos, mientras ella igualmente agarraba su trasero y palpaba su tremenda excitación apretada bajo su pantalón.

Llegaron al rellano de la entrada, allí la temperatura era mucho más agradable, así que se enzarzaron en un mar de besos y abrazos, sintiendo que volver a la fiesta no era lo más indicado. Por lo que se ocultaron en la escalera y allí, en la penumbra, el chico le metió la mano por su minifalda y empuñando su tanguita tiró de él con tal brusquedad que hizo saltar sus finas costuras.

Esto sorprendió a Melany aunque aquella muestra de cierta brutalidad la excitó y se dejó llevar por la ardiente situación. Tras quedarse sin bragas, el chico descubrió su trasero desnudo y lo mordió sensualmente mientras sus manos recorrían cada centímetro cuadrado de sus muslos y sus dedos traviesos acariciaban su intimidad allí abajo.

Sentía su lengua recorriéndole la piel, su caliente lengua que llegó hasta a introducirse entre sus glúteos y bajar hasta donde ella nunca hubiese pensado que bajaría. Sintió como éste le comía el culo y esto la excitó tanto que deseó que la poseyera en ese mismo momento. Con brusquedad la giró y la sentó sobre un escalón, allí sus nalgas reposaron sobre su largo abrigo de cachemir.

Con su sexo al aire aquel travieso chico se zambulló en él. Su lengua lo recorrió en todas direcciones recogiendo cuantos jugos manaban de su joya. Melany se sintió desfallecer allí mismo, en aquella oscura escalera mientras aquel chico se afanaba en agradarla, regalándole oleadas de placer.

Pero el macho dominante no estaba dispuesto a que esto quedase ahí, de modo que incorporándose extrajo su verga y se la acercó a la boca. Esta vez no hubo preguntas, esta vez no le pidió permiso, esta vez la condujo directamente a sus labios.

Melany no pudo rechazarlo, aunque le daba algo de asco hacerlo sin que él se lavara la mano del varón puesta en su nuca la obligó y su boca se abrió para que aquel trozo de carne palpitante y caliente entrase.

Su sabor fue amargo al principio, Melany trato de contener las arcadas, pero después éste desapareció y la sensación de tener su verga en su boca la hizo olvidarse de él. La excitación que le produjo el hecho de que aquel cabrón la había forzase un poco a hacer algo que ella no quería en principio, incrementó su excitación y saboreó su miembro tremendamente excitada.

Aunque le mantenía la mano en su nuca, ya no la forzaba como al principio. Melany recorrió aquella barra carnosa con su boca y aprendió a disfrutar de su sabor, de su textura y de su brío. Cuando ya estaba acostumbrada a ella, el chico la liberó, extrayéndola de sus dulces labios.

La levantó y colocándola en el escalón superior, le tomó una pierna y acercando su pelvis la colocó justo delante de su joya, acercó su miembro y frotó su glande con sus pequeños labios vaginales. La excitación se disparó, pero entonces ella reparó en que aquel desconocido ni siquiera se planteaba el ponerse un condón, así que se lo recriminó y éste, de mala gana, buscó su cartera y sacó uno. Aunque en la penumbra, Melany no pudo verlo, por sus movimientos intuyó que se lo había enfundado, ahora vendría el coito y Melany lo deseó.

La pasión volvió cuando se abrazaron, cautelosa Melany volvió a palpar su miembro antes de que este la tomara para asegurarse de que se había protegido. Sin más demora le dejó entrar y éste la llenó toda. Y ella, respirando aceleradamente, acusó el esfuerzo de sentir cómo su joya tenía que dilatar a marchas forzadas para dejar entrar al intruso.

El coito de frente les permitía seguir comiéndose la boca y al chico besar sus pechos con su blusa desabrochada. Melany levantó sus piernas y cruzándolas en la cintura del otro, se sostuvo cogida por éste con la espalda apoyada en la pared, sin duda aquella era una deliciosa experiencia tras largos meses de abstemia sexual. Aunque aquel chico seguía mostrándose brusco y sus movimientos empezaron a ser demasiado intensos para Melany, lo que comenzó a no gustarle, por lo que le lo detuvo y se bajó.

Ahora el chico le pidió que se girase y ella, apoyada en los escalones superiores le ofreció su trasero, para que él entrara desde atrás. No tardó en volver a sentir su presión mientras la agarraba fuertemente por la cintura y la penetraba hasta las entrañas.

El chico empezó a empujarla tan fuerte que aquel maravilloso placer empezó a desvanecerse por el daño que le hacía. Ella protestó pero éste pareció no escucharla y siguió embistiéndola como una bestia, la fuerza de aquel chico era tal que no le permitía zafarse de su abrazo y mientras la zarandeaba adelante y atrás, ella se apoyaba en los escalones superiores con ambas manos, por lo que si se soltaba de una, corría el riesgo de estrellar su cara contra el suelo. Así que lo único que pudo hacer fue esperar a que se corriera.

Ya no hubo más placer para ella, le dolían sus penetraciones, le dolían sus caderas por cómo se las agarraba con las manos y sólo deseo que todo terminase pronto. Pero el tiempo pasa despacio en los peores momentos, así que aquellos segundos se le hicieron eternos.

Finalmente aquel chico estalló y resoplando como un asno soltó su carga en el interior de la desconsolada Melany. Hasta aquel momento había sido todo tan idílico que ella no podía creer el giro que habían dado los acontecimientos.

En cuanto este bajó la guardia ella se zafó de sus manos y girándose le dio una bofetada con todas sus fuerzas. Él alto varón, al no esperar aquella reacción de fiera acorralada, cayó de espaldas y chocó contra la pared. Momento en que Melany saltó por la escalera, aún a riesgo de doblarse los tobillos con sus altos zapatos de tacón y emprendió la huida lo más a prisa que pudo.

Accedió a la calle y rompió a llorar, mientras no paraba de andar y de correr a trompicones. A punto estuvo de darse de bruces contra el suelo en un par de ocasiones, pero finalmente salvó la caída y siguió adelante.

Durante el paseo, recordó haber visto una parada de taxis por allí cerca, pero ahora, con los ojos cegados por las lágrimas y el maquillaje, todas las calles le parecían iguales. Por suerte había comenzado a andar en la dirección correcta y tras alcanzar una esquina divisó un piloto verde de un taxi en la oscuridad de la acera.

Corrió hacia éste y se montó a la velocidad del rayo. El taxista, sorprendido por su rápida entrada, la vio en un estado de agitación tal, que no pudo evitar interesarse por ella.

— ¿Le ocurre algo señorita?

— No nada, lléveme al Hotel Inglaterra, ¡por favor rápido! —le dijo Melany entre sollozos.

Aquel hombre emprendió la marcha y respetó sus ganas de silencio. En poco tiempo estuvieron en la puerta del hotel y cuando ella fue a pagar se le cayó el mundo encima, ¡pues su bolso de mano no estaba! Recordó haberlo dejado en la escalera, donde se había liado con aquel cabrón y con la apresurada salida no se acordó de recogerlo de los escalones donde lo había dejado.

Rompió de nuevo a llorar y el taxista no supo qué decirle más que volver a interesarse por ella. Entonces Melany se lo explicó lo mejor que pudo, obviamente omitió los escabrosos detalles de la escalera y le dijo que se lo había dejado olvidado en la fiesta de donde venía.

— No se apene señorita, que sólo hay una cosa en esta vida que no tiene solución —le dijo el taxista entonando la voz como si le estuviese contando una historia en torno a la hoguera—. Este hotel trabaja con mi compañía, si es tan amable de darme su nombre y número de habitación, ahora llamaré a recepción e informaré de la carrera para que se lo carguen en cuenta —le dijo el amable taxista ofreciéndole un paquete de pañuelos de papel que llevaba en la guantera.

— ¡Gracias, es usted muy amable! —respondió Melany sonándose los mocos de una forma tan natural como poco glamurosa—. ¿Y cuál es esa cosa que no tiene solución según usted? —le preguntó tras reponerse.

— ¡La muerte señorita! Tras la muerte no sabemos si habrá algo o no, ante eso solo podemos tener fe, pero tras eso ya no hay solución.

Melany se sintió conmovida por aquellas palabras sencillas de la sabiduría popular, que suele ser la mejor y se sintió reconfortada por sus palabras de ánimo.

— ¡Usted es joven y guapa señorita! Aún le queda mucho por vivir, suba y acuéstese que mañana vendrá un nuevo día y quien sabe lo que traerá —añadió cuando Melany, aún compungida, abrió la puerta para salir.

Melany se encaminó a la recepción del hotel, donde explicó que había perdido el bolso y la amable recepcionista le preparó una nueva llave para su habitación.

Nada más entrar se desnudó y se metió entre las sábanas, donde de nuevo un llanto incontenible acudió a ella. Siguió llorando suavemente por largo rato sin saber muy bien por qué, sintió resbalar las lágrimas por sus mejillas, claras y cristalinas hasta que éstas terminaron por empapar la almohada, se giró y entre sollozos se fue apagando lentamente hasta quedarse profundamente dormida.

Hola !

Pese a todo, no soy capaz de usar mi nombre, así que os diré que me llamo Lucía.

Vivo en madrid, en la periferia, y tengo la obligación de contaros que lo que me sucedió fue siendo ya mayor de edad. Por el bien de todos…

Soy una chica normal, delgada de piel blanca.. más de lo que me gustaría.. aunque supongo que las chicas somos inconformistas por naturaleza, siempre deseando lo que no tenemos y menospreciando lo que otras desearían. Es algo que nos define.

Para que os hagáis una idea mido 1,62 y siempre hice atletismo. No creo que haya destacado nunca en clase ni por curvas ni por pecho.. aunque tengo las piernas y el abdomen bastante definido. Tengo actualmente una 85 de pecho, ya os digo que en mi opinión muy normal. Reconozco que no me considero fea, cambiaría algunas cosas (y terminaré haciéndolo ) pero precisamente mis ojos, mis labios y mi pelo son cosas de las que me siento orgullosa.

Son ojos grandes y color marrón miel, mis ojos es lo primero que se ve de mi, mi pelo tiene que estar perfecto, llevo algo más de media melena, soy morena pero siempre quise llevarlo mecheado de rosa. Aunque a mis padres no les gusta, llevo un par de años con este look y juego mucho con hacerme trenzas, dos coletas, recogidos.. Mis amigas dicen que tengo una buena mata de pelo y que es bonito.. el único pero que yo le veo es en verano y se llama CALOR!! xDD

Quizá porque he pasado media vida en un colegio concertado no soy la persona más feliz en faltd, (he estado a punto de decir el nombre de mi colegio.. pero me he contenido a tiempo xD) Pero como llevo toda la vida haciendo deporte se encontrar el tipo de pantalón vaquero ceñido que me sienta bien para no ser culona, aunque con lo que más a gusto estoy y no os voy a engañar es en chantdal.. No nos engañemos..

Dicho esto os confesaré que hasta el momento que voy a relataros no había tenido grandes cosas que contar a nivel sexual. SI, me masturbo, desde muy pequeña.. y empecé haciéndolo sin conocimiento de causa, pero sabía que algo me daba gustito xD . Después seguí yhaciéndolo cada vez más consciente y no me averguenza contarlo, sobre todo porque no me conocéis jajajaja de hecho me gusta hablar de sexo.

Pero ya os adelanto antes de ir a lo interesante confieso que a raíz de lo que me pasó, masturbarse tiene 3 niveles para mí..

El dedo de por la mañana recién levantada aun en pijama en la cama, que es el que hace sentir más sucia cuando me corro.

El dedo en la ducha que es el que se nos haremos el 99% de las chicas, que es inevitable, obligado y sólo siendo asexual puedes reprimirte a ello..

y el tercer tipo de dedo, el de me apetece ahora y porque sí, que es el que ha nacido en mí después delo que voy a contraos.. que puede sucederme en el baño de casa o del colegio (ahora en la universidad) de ir a hacer pis, y como no puedo tener la mente en blanco, recuerdo alguna cochinada que me hace presa de lo que pienso y automáticamente un calor me invade.. cierro los ojos me muerdo el labio hasta hacerme daño hasta que me corro… a veces es sólamente frotándome con distintos dedos (notas matices diferentes os lo juro), otras como dice la puta de mi mejor amiga, haciendo un spiderman xDD que es con los dos dedos centrales en mi coño y el meñique y el anular apuntando a mi culo.. como si quisieran llegar y llenarme entera..

No creo ni que sea ninfómana ni que tenga una enfermedad, ya que he oído cosas que alucinaríais, aunque bueno en un sitio como éste, estoy segura que habrá niveles que ni yo misma puedo imaginarme (dadme tiempo…)

Como digo no tengo novio, porque me parece una périda de tiempo.. Nunca estás con el chico que quieres, porque son imbéciles y unos orangutanes, y al chico que le gustas está más cerca de salirle vagina que pene de lo… flojos que parecen.. la verdad..

hasta la experiencia que quiero contaros me había enrollado con chicos, si. me he dado besos y sigo haciéndolo con amigas, con las que incluso había tenido cosas muy… extrañas.. Cosas que narraré otro día..si siento la necesidad como hoy de contaros esto..,

También había hecho petting, (frotarnos con ropa), pero sexo como tal, ni oral ni masturbarle yo a nadie ni hacérmelo nadie a mi.. piel con piel que se diría jijiji

Creo que quizá porque no soy la chica más lanzada del mundo.. y los chicos con los que me he liado no son en absoluto como los que a mi me atraen para estas cosas, como los que había tenido mil fantasías.. Brutos, hostiles, como más.. no sé, varoniles aunque suene ridículo.. y mucho xD

Yo quería perder mi virginidad con un tio de verdad, no con alguien que me pide perdón si me agarra las tetas o el culo más fuerte de lo que cree que debe.. joder esque para eso prefiero masturbarme jajajaja

Pese a todo no consumo porno, aunque lo haya visto algunas cuantas veces y me haya masturbado incluso con alguna escena que me ha creado.. digamos Impacto.

Pese a todo como os digo no consumo porno, porque por norma general no me creo ni las fotos ni los postureos. Tengo mentalidad deportista, no me gusta que me lo cuenten, me gusta vivirlo y si no puedo, pues me lo imagino en mi intimidad jajaja

Ahora que os he hecho una buena radiografía de mi, de lo que me gusta y de como soy vamos al grano. (queee pesssssada esta chica, lo sé)

El caso es que vivo en un Segundo, en una urbanización cerrada, sin piscina… (que más me gustaria..) Y lo que me pasó fue pues un día cualquiera, fumando a escondidas. No aconsejo a nadie que haga las cosas a escondidas porque pasan cosas extrañas..

Cuando mis padres no están abro la ventana de la terraza y fumo porros. (Sé que soy joven, no me considero drogadicta jajaja pero a estas edades el que no fuma tabaco, bebe, y el que no pues fuma porros de vez en cuando. como yo jajaja ) y fumo en la terraza porque como la Hierba huele taaaaaan fuerte, no podría fumarla dentro de casa sin que me pillen, es suicidarte en vida.

Como os digo una de esas tardes sin hacer nada en casa, oyendo netflix y mirando el móvil , hasta que llegasen mis padres a cenar pues me hice un porro, salí a mi terraza, como siempre, me senté en una escalera que tenemos recogida allí, de 3 peldaños que abro y utilizo a modo taburete. Imaginadme, con mi chantdal sentada, con mi móvil viendo vídeos de tiktok y mi porrito…como tantos días. El auténtico bienestar jajaja

De repente escuché algo en la terraza de al lado. Y los vecinos nunca suelen estar a esas horas.

Lo primero que pensé fue: «joder los vecinos!!!! como se asomen van a oler esta pestuza en un segundo…» Por lo que esperé unos segundos sin hacer ni un movimiento, pensé en levantarme y cerrar la ventene pero como seguía escuchando ruidos, hice la estatua.. Realmente sonaba a que estaban arrastrando algo, un macetero o maceta o algo así..

Decidida abrí la pequeña ventana que comunica con el tendedero que comparto con mis vecinos del «B» muuuuy despacio, no fuera a tenerla él abierta y de repente me viera, oliera lo que estaba haciendo y tal..

Y pude ver que sólo había una pequea rendija abierta en la ventana del vecino, pero no vi nada más que un poco de terraza. Sin cerrar ésta me atreví a asomarme por la terraza frontal, ahora si, para ver si tenía abiertas sus ventanas que dan al barrio y qsentí cuando vi que estaban cerradas. Por lo que yo, a lo mío, podía seguir fumando..

Me senté de nuevo en mi escalerita, encendí y le dí una calada. pero no se porqué me giré hacia el tendedero y en ese momento vi dos cosas. La primera que habia dejado mi ventana lateral abierta y aun veía la rendija de la del vecino y su terraza. Y la segunda que justo en ese momento el tendedero se oscureció y vi una figura salir de la cocina y sentarse en su terraza. Estaba ahí para quedarse. Operación porro cancelada.. dejaría mi ventana abierta pero no podía seguir fumando.

Me levanté a cerrar la ventanita lateral y mi espíritu de cotilla redomada pudo conmigo jajajaj, me asomé sin dar calada ni hacer ruido y resulta que era el marido de mi vecina. Sentado en una silla de plástico verde de esas de terraza de bar, dando casi la espalda al tendedero, y estaba sin camiseta, como tomando el sol a través de sus ventanas (muy bizarro ese tío..nunca saludaba y era un poco rancio) hasta ahí todo normal verdad? Pues escuchadme, porque lo que vi es que se estaba haciend oun pajote como si fieran dos.

En ese momento casi me entra la risa, que pude contener, pensé está chalado y cerré la ventana casi del todo. Recogí las cosas guardé la chusta del porro en una bolsita y fuí a lavarme las manos, los dientes y a borrar en definitiva todo restro de que en mi terraza se había fumado .

Como digo los instintos son primarios y posesivos, y ese instinto cotilla, me obligó en un rápido titubeo a volver a abrir la ventana y poner ojo. No habrían pasado ni dos minutos y ya estaba abriendo la ventana a ver qué tal le iba a mi vecino jajaja

Mi sorpresa fue que ya no estaba sentado, ahora estaba de pie, regalándole una paja medio encorvado hacia atrás al barrio entero.. con un brazo en jarra y el otro dándole que te pego, era la primera vez que veía algo así, en directo, que tendría? 30 años? 35? y parecía más irresponsable que yo jajjaja

En realidad se veía poco y tenía que cambiar mi posicióncomo para ver la perspectiva completa. Entonces vi su polla. Fueron 15 segundos, 20 segundos porque se corrió con un animal y gimió como si estuviera sólo en un chalet en medio del campo. Fue un momento, pero ese gemido, como de quedarse sin fuerzas o de terminar una maratón… jamás se me va a ir de la cabeza, os lo prometo.

Por mi parte me puse nerviosa, pensé, me va a pillar, y cerré. Entré dando un paso en la cocina y no se si fue antes una cosa u otra pero.. Mi boca estaba seca y pastosa y mi coño ardiendo. Ojo, no he dicho que estuviera mojada, sólo que me ardía.

Como en trance fui al cuarto, me senté en mi silla, pensando en lo que había visto, me tumbé en la cama y sin darme cuenta estaba ya con los ojos cerrados y la mano entre los muslos. Y comencé a tocarme. No puedo deciros el tiempo que me llevó pero si, me corrí. Y no siempre me corro,a veces paraba antes de correrme, pensad que nosotras tenemos como niveles de placer , a veces cosquilleos, a veces necesitamos penetrarnos y otras veces lo que nos apetece simplemente es acariciarnos..

Pues sólo me acaricié y me corrí. No voy a engañar a nadie, no me cambié de bragas, mis corridas no son como en las pelis porno yo no suelto chorros como si me meara encima jajaj

Reconozco que se lo conté a mi mejor amiga, estas cosas hay que contarlas o revientas, pero a parte de ese rato en el Colegio no volví a pensar en ello ningún día, salvo a las 19h, momento en que me acordaba y me asomaba por si volvía a verle.

Y sucedió. Volví a verle a los 4 días. Misma hora, misma situación, debe ser que no tienden o su ventana no cierra del todo pero estaba abierta justo la misma parte, su silla puesta de forma parecida, y él sin camiseta. Debía ser su ritual… El problema fue que esa vez no quité ojo. El problema fue que esa vez yo me masturbé mirándole, y el problema fue que me relajé y en su jincana hacia correrse, justo cuando se ponía de pié se giró y me vió.

En ese momento deseé no estar ahí, desee rebobinar, que hubiera un punto de guardado anerior, como en un videojuego… cerré la ventana, sonó portazo y si mi vecino no estaba seguro…con ese gesto le confirmé que le había visto y que estaba mirando..

No sé lo que haría él porque yo no volví a asomarme, ni tampoco me masturbé, estaba asustada de verdad. No es que él fuera a decirle nada a mis padres, no me le imagino «si mira me estaba haciendo yo una paja y tu hija…» Sé que era irracional pero estaba asustada.

El susto me duró otros 3 o 4 dias, pero como soy gata, y curiosa, volví a la carga, por ver si… se cortaba un poco o seguía con sus sanas costumbres de hacer ejercicio en su terraza.

Esta vez salió un poco más tarde que las veces anteriores, pero ahí estaba. Y fue como vivir un deja vu, su silla, su paja, y se corrió de pie con un gemido encorvándose con una mano en jarra y la otra en movimiento. Y esta vez no se giró. quizá igual, después de todo no se había dado cuenta de que el otro día estuve espiandole en su momento íntimo. por lo que cerré y seguí con lo mío.

En cuestión de… que? 10 minutos? sonó el timbre. me levanté , abrí y no había nadie. Por lo que cerré.

Un par de minutos depués volvieron a llamar y tampoco había nadie. Me estaban vacilando?

la tercera vez, al abrír a la llamada fantasma que tocaba mi timbre, vi al otro lado del relllano (4 metros máximo) la puerta de los vecinos entreabierta, y me creais o no, mi vecino sin camiseta, con una mano sujetaba el pantalón por debajo de su polla y con la otra jugaba con ella como un guardia con su porra. No sé cómo sonará pero para mí fue así. Evidentemente cerré.

Y lo primero en lo que pensé cuando cerré es, «pedazo de tranca» Igual es que tampoco he visto ninguna fuera del porno, y las cosas en directo , si son de impresionar impactan más…

Debía estar asustada, debía pensar «me pilló» «lo sabe» o.. «me va a violar, si ha sido capaz de llamar a mi casa éste me viola»

Pero lo que pensaba era lo que hablaba con mi amiga… «que polla tia..» «pero me está pasando esto a mi?» «pero… joder que rabo tiene…»

Mi amiga mariYo me conoce, sabe que no me inventaría algo así y me hizo gracia porque pese a todo, yo habria dudado. Estas cosas si no las vees no las crees…..

A los dos días volvió a sucederme lo mismo, un par de llamadas sin nadie en la puerta y a la tercera vez allí estaba en su puerta en su humbral, con el falo fuera..

llamadme descarada, llamadme lo que queráis, pero ésta vez no cerré, esta vez le miraba.. le miraba a él, miraba su abdomen, miraba su polla… como hipnotizada.

me dijo en voz suave.. «quieres?» señalandose la polla. Pero no respondí. No podía, no sabía que responder, no sabía porqué aun no habia cerrado la puerta, que es lo que tenía que hacer..

El al ver que aunque no hablase, tampoco cerraba mi puerta se fue animando. «Lucía, quieres probarla?» «te gusta mirar?»

Yo seguia inmóvil, cambiando la vista de sitio, pero volviendo a repetir mis pasos.. le miraba a el, su vientre su polla.. me ardía la cara, como si me hubieran pillado robando en una tienda…

Se metió la polla en el pantalón (no debía llevar calzoncillos porque eso era monstruoso aun guardado..) dio unos pasos y se acercó a mi puerta. Yo hice ademán de cerrar pero no terminaba de hacerlo.

«Lucía quieres venir a tomar algo?» y me tendió la mano. Y yo, tonta de mi, que parecía retrasada, no podía ni hablar ni ir, ni cerrar… Era como si me acabasen de soltar en la tierra y no me hubieran explicado ni el idioma.

Su mano se acercó, agarró mi mano como queriendo acompañarme a su casa, entonces le solté. Mi vecino se sorprendió, pero yo me sorprendí aun mas cuando dije, «tengo que coger mis llaves»

Cogí mis llaves y me sorprendí nuevamente cerrando, cruzando el rellano y yendo con él a su casa.

Ni él ni yo nos creíamos lo que estaba pasando, de eso estoy segura, pero lo que también tengo claro es que si él nunca hubiera dado ese paso, yo jamás habría cruzado a su casa. No había pasado nunca antes.

Entramos en su salón y tenía tres sofás, dos pequeños y uno grande, pero todos de cuero verde. Recuero cómo olían, recuerdo que estaban fríos al sentarme pese a ir en chantdal y también recuerdo un sonido que no esperaba que hicieran al sentarnos.

El se sentó en uno de los individuales y yo en la plaza central del del medio. Al verlo, se levantó y se vino conmigo y se puso a mi lado.

Debió pensar «después de todo ésto, no voy a preguntarle qué tal las clases» y yo pensé «no creo que vaya a invitarme a tomar nada como me ha dicho..»

Estabndo a mi lado se tocó la polla como el que mulle un cogín a través del pantalón y me dijo quieres tocarla?

pero no respondí.

Cogió mi mano y aunque hice un intento de resistirme algo dentro de mi me dijo «tia, te ha enseñado el rabo, has pasado a su casa, y quieres verlo… reacciona!»

Y me dejé guiar. Primero la mano por encima de la ropa y después se la sacó. De cerca parecía algo… amenazador. Esa sería la palabra. Mi vecino tiene la polla circundada, creo que son mucho más bonitas que sin circundar (es mi opinión) No tenñia pelo en el vientre pero vi que sí que tenía en los huevos (pensé chico ya depilate entero… aunque en el fondo le daba un punto desaliñado que me gusta)

Recapitulemos: Estaba en casa de mi vecino tocándole la polla al desnudo, mi primera polla, piel con piel…. y justo eso es lo que estaba pensando.

me sorprendieron sus palabras porque parecía que recitaba lo que estaba pensando «es mi primera polla» dije yo, «es la primera polla que tocas?» preguntó él… le miré a los ojos asustada. «no no es la primera que toco» dije… (tampoco sé porque dije eso.., no me agobiéis jajaja)

«te gusta?» preguntó.

«es enorme..» respondí, a lo que él soltó una carcajada.

«es normal tirando a grande» dijo él

«es enorme tirando a gigante» repliqué yo como si supiera lo que estaba haciendo o de lo que estaba hablando jajaja

Esos comentarios debieron envalentonarle y dijo «chúpamela» y ahí mi gallito y mi valentía volvieron a retroceder.

«Otra vez muda Lucía? Vamos chúpamela..» y yo seguí sin responder.

Se acercó un poco más,me cogió de la parte de mi cabeza más alejada a él y fue tirando de mí suavemente hacia su miembro… No puse resistencia, tan sólo necesitaba que hiciera eso, porque por mi misma, no sabía doblarme, no sabía acercarme a ella, no sabía cómo hacer para chupar una polla, pero estaba ardiendo por dentro, el chichi era fuego, mi cara y mis mejillas eran fuego, mi corazón iba a salírseme del pecho…

«tú sólo abre la boca» me dijo mientras enhebraba mi boca en su polla como el hilo en una aguja…

Noté como se abría, sin más, cedí.. noé como se apollaba en mis labios su punta mojada, noté que esa apertura de boca no iba a ser en absoluto suficiente y la abrí aún mas.

Noté su sabor en la punta de mi lengua encogida, y fue el pistoletazo de salida a todo lo demás.

La primera vez que bajé mi cabeza, encorvada sobre la polla de mi vecino, fue como probar un tipo de comida que ni sabes cómo se mastica.. Simplemente abrí la boca hasta que mis labios resbalaron un poco , y su glande se posó en la humedad de mi boca. Tenía un sabor salado, distinto a mi coño (si me he masturbado mil veces y me he chupado los dedos, como cualquiera, como digo no soy una monja jaja) , como digo son sabores distintos. El suyo era como más.. viscoso, más profundo e intenso (parezco una catadora de pollas o de vinos jajaja)

no creáis que pude meterme mucha polla en la boca, de verdad os juro que tiene una polla descomunal, o yo una boca muy pequeña…

Lo pensé y a cada rato no podía creerme lo que estaba haciendo. Quizá estaba enferma? era una salida? una morbosa?… con mi vecino con el que no había intercambiado ni un hola en la escalera… hasta ese día? con su polla en mi boca?…

Los pensamientos iban y venían, pero cada vez que hacía el gesto de cacármela de la boca, me daba cuenta que sólo deseaba volvérmela a meter. No sabía si estaba haciéndolo bien o mal. Aunque fuera él quien creía que gozaba, no se imaginaba lo cachonda que me estaba poniendo ésto la de veces que me había imaginado chupando mi primera polla.. de hecho me había imaginado la polla de muchos compañeros de colegio y fantaseado con que les había hecho sexo oral.

Por lo que ahí estaba, incapaz de hacer otra cosa, tragando y soltando… Al poco me dijo «acompaña con la mano» y al rato «cuidado con los dientes» , que fue el único momento en que me la saqué y le dije «como si fuera tan fácil no te jode, con este falo tio..» El abrió los ojos sorprendido se rió, pero antes de terminar ya estaba acompañando mi cabeza a su entrepierna. Porque es un jodido vicioso.

de repente me sentía una profesional, iba adaptando mi boca y chupando su tremenda polla, arriba y abajo arriba y abajo, notaba cómo iba aprendiendo yo sóla, de repende movía la lengua y hacía algo diferente, si notaba que le gustaba insistía y lo cambiaba por otra cosa. me estaba gustando y mucho, tengo que reconocerlo.

Noté como una mano me abrazaba por el sofá, se posaba en mi muslo izquierdo recorriendo mi espalda y hacía intentos por tocarme en mi zona más íntima. Se abría paso por dentro del chándal y me dejé.

Aun así cuando llegaba a zonas clave…no puedo explicar porqué, comiéndole el rabo a mi vecino, cerraba las piernas para que no me tocara.. era una contradicción. Qué quería demostrar? Realmente estaba deseando que lo hiciera.. que me tocara y sentir esas manos adultas en mis chichi.

Dicho y hecho. Fue pensarlo, analizarlo dos segundos y cambié de idea, abrí mis piernas y de forma suave y sensual comenzó a acariciarme las bragas por encima, a remolonear y surcar mis ingles, a sonderar mi intimidad..

creo que cuando sintió el calor que desprendia mi coñito no pudo controlarse y torpe y ansiosamente metió varios dedos dentro de las braguitas para hacerse paso y al fin tocó mi coño. lo sentí explotar casi.

«Estás empapada niña» gemía en voz entrecortada..

» Pues claro, no te jode , pensaba yo..»

«Eres virgen? quieres follar?» me dijo como si se le hubiera ocurrido una gran idea.

me saqué el monstruo de la boca y dije, «eso no.., eso no..»

parece que lo entendió. Por ahí no iba a pasar, iba a comerme su polla, le iba a dejar tocarme y hacerme un dedo si quería pero no pensaba perder la virginidad con mi vecino . Se dio por aludido y dijo «vale, vale..» como nervioso, no fuera que la hubiera cagado y se le acabase el chollo de repente.. Se conformó con lo que tenía en ese momento.

«quieres que te lo coma yo?» me dijo al poco de seguir mamándole.

«no lo sé» le dije.

Por lo que tomó las riendas, apartó mi rostro de su entrepierna , se incorporó, sólo para arrodillarse en el suelo, me acomodó la espalda en el respaldo y comenzó a bajarle los pantalones.

Ah estaba yo, con los labios llenos de baba, con un sabor a rabo en la boca por primera vez en mi vida y con el tio que había profanado mi boca a punto de hacerme lo que él quisiera.

«que blanquita eres» me dijo «pareces una vampirilla..» Me reí pero no me hizo ni puta gracia.. a él le gustaba, pero yo quería ser mucho más morena jaja os lo dije al principio.

con mis blagas de VS puestas y la sudadera que no pensaba quitarme, el, de rodillas acercó su cara a mis piernas. me olía, pasaba sus labios y su cara por mi piel, se acercaba a mi ingle y la besaba, cada segundo me ponía más y más nerviosa, como ansiosa. Era mi primera vez, y no tenía ni idea de lo que iba a sentir, pero para él yo era como un plato extraño, algo que jamás había comido y me estaba degustando con todos sus sentidos..

Olía mis bragas y mi coño.. «huele bien?» le dije de coña.

«maravillosamente» respondió, como embelesado. siguió dándome besos por encima de las bragas, y lametazos en las ingles, mordiscos suaves en los muslos… yo me estaba volviendo loca. Es complicado de expresar..

Apartó mis bragas hacia un lado y dijo «que rosita» «tienes un chochito pequeño y rosita que huele a bebé» Aquel comentario en otr contexto me habría parecido raro, bizarro, extraño… pero estaba más cachonda que en toda mi vida y pese a todo, lo que quería es que lo que fuese a hacer, lo hiciera ya de una vez!

lo besó, primero un labio, luego otro… besaba y absorvía… para dejarlo escapar.. el hijodeputa lo estaba gozando y yo debía tener los ojos en blanco.

«esta empapado y me encanta» susurraba como hipnotizado «lo voy a morrear, me voy a enrollar con tu coñito Vecina»

Y es justo lo que hizo. Os lo juro. Se lo que es besarse , se lo que es enrollarse con un tío, y el morreaba mi coño.cada vez que pasaba la lengua por entre mis labios y o notaba una especie de descarga de placer, como pinceladas de un cuadro.. sé que suena a coña, pero es lo que sentía.

En el momento en que hundió su lengua en mi vagina, pensé, «me está llenando con su lengua el hijo de puta» pero esque… me estaba follando con su lengua. Atrás, y al fondo, atrás y al fondo… Morreo en los labios y cuando pasaba cerca del clítoris, espasmo (el debía pensar que no me gustaba, y no era eso, esque era el punto de no retorno, yo sentía cómo se me volaba la piel, como si me saliera de mi cuerpo)

En cuestión de unos minutos, los más maravillosos de mi vida hasta ese momento sentí como si se fundieran los planetas en mi sexo, y como si mi vecino, hiciera zumo conmigo.

tal cual os lo cuento, una descarga gigante recorrió mi cuerpo, y luego otra y luego otra y pensé que me iba a morir de gusto.

jamás había sentido esa humedad, nunca había sentido que me faltara el aire de esa manera, fue como si me electrocutasen de placer.

Cerré mis piernas como un resorte sobre sus orejas mientras temblaba y tiritaba… y él paró, y comprendí que de ese modo podía detener esas descargas que me estaban arrancando la vida de goce.

Se retiró y cuando llené los pulmones de aire, mientras me retorcía y apretaba las piernas una contra otra , avergonzada le dije, «gracias»

Mi vecino se rió. Y dijo «gracias?» Se puso en pié con la polla todavía más dura y grande que antes, parecía que le fuera a reventar. Su prepucio ya no existía, era como un saco de sangre bombeante, que ya era terrorífico en versión normal, pero hora parecía que iba a reventar.

De hecho su punta estaba empapada y se veía claramente como colgaba un hilillo de su punta, se habría corrido?

la respuesta a mi pregunta no se demoró mucho. «Ahora me vas a ayudar a correrme tú a mi» así que no, no se habñia corrido, simplemente estaba muuuuy mojado. le habia comido el coño a una adolescente y él tambíen quería terminar, es lógico.

Yo me sentñia sin fuerzas, no es que no quisiera ayudarle es que no me quedaba vida jajajajaja

Se subió al sofá, conmigo contra el respaldo , metió su polla en mi boca y literalmente me folló la boca. tal cual.

No serían más de cinco minutos, de hecho no llegarían ni a 3, pero notaba en él un ansia cavernícola por correrse que provocaba que se olvidara que tenían un pollón increible y que en mi boca ni cabñía ni la mitad, eso siendo generosa.

Que pasaba entonces? que forzaba. Forzaba mucho y me daban harcadas… Esa parte reconozco que no me gustaba. Eso ya no lo estaba disfrutando. pero él me habia hecho ver las estrellas y creo que se merecía que yo también me portara.

en unas cuentas embestidas noté un chorro en la garganta, y sentí calor, y asco. Asco y calor. No puedo mentiros, tuve harcadas y casi vomito, al primer chorretón de su lefa me quité tosiendo y era un sabor.. amargo, y un olor… como a pescado, aunque creo que no tragué nada y dentro de mi boca solo cayeron un par de borbotones que escupí rápido, me picaba la garganta, y el sabor no se me iba.

Como os dije se corrió en mi boca el muy hijode puta. No sé porqué pensé que me diría algo o me preguntaría o … la verdad no lo sé, pero no pensé que me follaría la boca hasta correrse.

él se limpió se subió el pantalón y ya en un tono amigable me preguntó «entonces me estabas espiando en la terraza eh guarrita?»

le dije «escuché algo y miré..»

«y mira cómo hemos acabado» me dijo. «te ha gustado? y acto seguido » no centes nada por favor»

«que crees que soy una cría o una chivata? si se entera mi padre me mata a mi primero» Y parece que le convencí.

«Bueno adiós» le dije, y me fui a mi casa.

Cuando llegué al baño a lavarme pude ver varias cosas. No sólo se habñia corrido en mi boca, sino en mi cara y mis labios, tenía algo semiseco en la boca, la cara, el dorso de las manos, el pelo… MI PELOOOOOOOO y mi sudadera.

Había que eliminar las pruebas de lo que habñia pasado, ducharme y decidir si ésto también se lo contaba a MariYo o era mejor guardármelo para mi.

Al final se lo conté, me llamaba puta pero se reía y se moría de envidia, porque la conozco, la quiero mucho pero es muy envidiosa y le habría gustado a ella comerse semejante falo.. y a vosotros, estoy segura. O quizá más comerme a mi el chichi. jajajaja

No hemos vuelto a repetirlo, pero no ha sido por falta de ganas.. de hecho me masturbo frecuentemente recordandolo todo, incluso el sabor que se me quedó en la boca. Lo que me dió asco me apetece tan a menudo, que me doy miedo a mi misma. AHora quiero probar ya sin miedo a saborear una buena lefada, sólo espero el momento oportuno, que llame a mi puerta otra vez o conocer a otro tio que me lleve a que se me vuele la piel otra vez.

Espero que os haya gustado. Porque lo siguiente que voy a hacer es releerlo y masturbarme otra vez jajajaja

besitosss!

Trabajo de stripper, y me parece que la tradición de las despedidas de soltero se está perdiendo, sobre todo el comportarse «mal» y pasar una última noche de libertad.

A mí si mis clientes me pagan un poco más, el striptease se puede convertir en una sesión de sexo, y no son pocos los que quieren follar antes de casarse, o los amigos y familiares que invitan a un polvo al novio, pero antes de la pandemia pasaba mucho más. Si antes de cada 10 hombres, 8 pedían «servicio extra», ahora solo lo piden 5. ¿Son los hombres más fieles o simplemente ya no se lleva el sexo y los momentos eróticos en las despedidas de soltero?

Hace no muy poco, tuve una despedida de soltero y trabajé en ella. Unos 10 amigos. No había familiares. Los amigos tumbaron al novio sobre el suelo y yo me senté en su cara, lo cabalgué e hice lo propio. Él ni siquiera sacó la lengua, ni me tocó el culo, ni se movió. Se quedó congelado. Comprendo que hay personas para las que esa situación es incómoda, pero era porque estaba incómodo o porque no quería ser infiel? Personalmente, pienso que ser infiel es una parte importante de las despedidas de soltero. Todavía no estás casado, no tienes nada firmado ni puede haber consecuencias mayores. Es la última noche para aprovechar antes de unirte de por vida a otra persona. Esto lo pienso tanto de parte de hombre como de mujeres. Es tu último día de libertad, cómete una polla o fóllate a la stripper por la que tus amigos han pagado, que la vida son dos días.