relatos eroticos

Mi hija, actriz porno

Gary estaba sentado en el sillón del escritorio… Últimamente, él y su esposa se habían distanciado sexualmente… A ella no le apetecía y él, por despecho, puso cada vez más excusas para no tener relaciones sexuales con ella.

Así las cosas, Gary se encontró necesitado de sexo y empezó a ver cada vez más y más porno.

Pero hoy, fue un día muy especial… Gary estaba navegando por un sitio porno cuando vio un video de una joven blanca a la que un hombre negro le follaba el culo… El título era ‘Chica enculada por un hombre de color’.

Se estaba acariciando su polla, pero al ver esto se la puso como una roca de dura y tiesa… Su máxima erección alcanzaba los 14 cm.

Continuó observando el video durante dos minutos y vio cómo el culo de la joven era abierto brutalmente… Luego, la cámara hizo una panorámica y él pudo ver la cara de la chica con toda claridad.

Por su expresión, parecía que la chica estaba sufriendo un dolor extremo, pero Gary siguió mirando con la boca abierta… Quedó sin saber cómo reaccionar… Frente a él estaba su hija Conny, de 19 años… A pesar de ser su hija quien estaba siendo brutalmente enculada, se sentía tremendamente cachondo… Así que siguió mirando y masturbándose.

Luego, después de ver el video unas cinco veces, empezó a tener una idea y elaboró un plan… Un plan para finalmente anotar en casi dos años… Apagó el porno y marcó el número de su hija.

Ella respondió a un feliz padre que quería saber de su hija.

– «¡Hola papi!»

Él respondió con una respuesta rápida y le dijo:

– «Hola, cariño… ¿Te gustaría venir a pasar una semana en casa?… Es mi invitación.»

La línea se quedó en silencio por unos instantes hasta que ella respondió con un sí entusiasta.

Conny volaría desde Las Vegas y en unas cinco horas, llegaría a casa.

Con eso en mente, Gary comenzó a hacer arreglos para que su esposa estuviera fuera de la ciudad en un ‘tratamiento especial de spa’, que le había pagado.

Con eso solucionado, fue a su garaje y buscó varias cuerdas… Las colocó debajo de su cama… Luego fue a la cocina mezclando pastillas para dormir con un poco de vodka fuerte… Con todo eso terminado, esperó la llegada de su hija.

Varias horas más tarde escuchó un golpe en la puerta, se acercó y la abrió sonriendo a Conny.

Ella le dio un fuerte y largo abrazo que le permitió tener una gran vista de su pequeño culo… Se sentaron y hablaron un rato… Él le ofreció una bebida que ella aceptó de inmediato… Gary cogió la botella de vodka que tenía preparada y le écho una gran cantidad sin diluir en un vaso… Le entregó el vaso y ella lo bebió rápidamente.

Después de aproximadamente una hora de beber, se sintió somnolienta y él la ayudó a acostarse… Le dio un beso de buenas noches y salió de la habitación.

Después de dos horas volvió y trató de despertarla… Ella seguía durmiendo la resaca de alcohol… Y así estaría durante varias horas más.

Su padre buscó las cuerda que tenía guardadas debajo de su cama y la ató… Le cortó la camisa que llevaba y la amordazó… Luego esperó hasta que ella despertara.

Pasado un tiempo largo, su hija lentamente despertó… Abrió, poco a poco sus ojos y, de repente, los abrió de golpe al darse cuenta que estaba atada… Trató de moverse para liberarse, pero fue inútil.

Su padre se paró sobre ella mirando sus pequeñas pero firmes tetas, perfectamente proporcionadas.

Ella lo miró y gritó, pero la mordaza impedía que no se escuchara lo que quería decir.

Él le sonrió diabólicamente y le dijo:

– «Serás mi perra, tal como lo eres en esos videos que circulan por internet… Te voy a tratar como la puta que eres.»

Sus ojos se abrieron al escuchar sus palabras… Su padre lo sabía todo.

Gary no perdió el tiempo mirándola… Él le arrancó los jeans y miró su suave ropa interior de color rosa… Ella gritó aún más.

Su padre se quitó los pantalones, le sonrió y se subió a su pecho… Los ojos de Conny se abrieron de nuevo cuando vio la enorme erección de la polla de su padre.

Superada la impresión, su padre le quitó la mordaza y empujó su polla hasta su garganta.

Conny no fue advertida y su padre le dio una serie de estocadas rápidas y viciosas, repetidamente, llegando hasta su garganta… Ella se la mamó, en contra suya, generando gran ruido, al tiempo que escupía saliva.

Antes de correrse, su padre se retiró rápidamente y se deslizó fuera de su cama.

Conny, sin la mordaza ahora, lo miró suplicante y le dijo:

– «Por favor, papá, por favor… Déjame ir.»

– «Cariño… Sólo estamos comenzando», le respondió sonriendo.

Le volvió a poner la mordaza y le arrancó las bragas rosas.

Él, las olió absorbiendo el aroma de su coño… Miró su coño y pronto metió su polla dentro de el… Conny no apretó su polla con sus músculos vaginales, pero se sintió increíblemente excitada al pensar que estaba siendo follada por su padre.

Gary, se detuvo durante un minuto disfrutando del placer de tener su polla dentro del coño de su hija… Luego la miró profundamente a los ojos y siguió martillando ese coño abierto que tenía por haber sido muy follada por pollas extremadamente grandes y gruesas, que la habían dejado con un gran agujero vaginal, imposible de cerrar,

A pesar de eso, cada vez que golpeaba con su polla el cuello uterino de su hija, escuchaba un fuerte y rápido grito de ella.

Y así siguió durante varios minutos antes de meter su polla por completo y comenzar a arrojar varios chorros de semen en el coño de su hija… Luego se retiró y vio cómo su semen salía de su coño.

La dejó descansar durante varias horas hasta que la encontró durmiendo de nuevo… Le desató su brazo derecho, dándole un intento de libertad… Fue y echó el cerrojo a las ventanas y luego recogió toda la ropa que llevaba Conny y salió de la habitación… Por último, instaló un cable trampa fuera de la puerta y se sentó en las sombras, esperando.

Conny se despertó de nuevo, lentamente… Sintió que su brazo derecho colgaba libre y comenzó a luchar para liberarse hasta que finalmente soltó su brazo izquierdo. Después de eso, fua fácil soltar las piernas.

Primero probó escapar por las ventanas, pero las encontró cerradas… Fue hasta la puerta y salió… Ella pensó que estaba libre hasta que tropezó con el cable.

En apenas unos segundos su padre estaba sobre ella… Al estar completamente desnuda, su padre le separó fácilmente las nalgas y le metió su polla en su culo, tomándose su tiempo… Todo ese tiempo, Conny estuvo gritando todo lo que su voz le permitía.

Los vecinos escucharon todo el alboroto y llamaron a la policía.

Con Conny en el suelo, su padre se acostó encima de ella…Sintió las apretadas paredes de su ano, separándose por el ancho pene de su padre que se iba deslizando hacia el interior de su recto y comenzaba a follársela… Ella seguía llorando y gritando.

Escuchó pasos, miró hacia arriba justo cuando la policía abrió la puerta de una patada y se apresuró a apartar a su padre de ella.

Un joven oficial agarró a Conny y la apartó poniéndole una toalla en la espalda para cubrir su desnudez.

Lo último que vio ella fue la imagen de su padre, esposado y siendo conducido hacia un coche de policía.

Hizo la maleta de nuevo y se fue al aeropuerto… Nunca más volvería… Una cosa es su trabajo como actriz porno, lo cual puede ser más o menos criticable, pero es lo que a ella le gusta… Y otra muy distinta, ser follada sin su consentimiento y encima que el violador sea su padre.

F I N

Omar pasó la tarde entera buscando el regalo perfecto para su novia, aquel día cumplían un año de novios y él quería que la cita que tendrían esa misma tarde fuera algo especial. Entró en una joyería a buscar algo hermoso y encontró un lindo collar de oro blanco con el dije de una flor en cuyo centro había una esmeralda. En cuanto lo vio, supo que era el indicado, así que sin pensarlo más, sacó su tarjeta de crédito y pocos minutos después salió de aquella tienda feliz, pues al fin tenía el regalo de su amada, Susana.

Habían quedado para la noche, la llevaría a cenar a un hermoso restaurante, después irían a bailar a un lugar que resultaba algo costoso, sin embargo, Omar quería complacer a su novia y ella tenía muchas ganas de visitar ese sitio. Un par de horas antes de su cita, mientras el salía de bañarse, su celular sonó y corrió entusiasmado a contestar, pensando que sería Susana, pues no había sabido nada de ella en todo el día. Cuando desbloqueó el celular, para su sorpresa, se dio cuenta de que se trataba de un mensaje proveniente de un número que él no conocía, pero vio que la vista previa incluía un video. La curiosidad pudo más que su precaución y abrió el mensaje, el cual solamente decía: que lo disfrutes.

En cuanto abrió el video sus ojos se abrieron mucho y sintió un fuerte dolor en la boca de su estómago, pues las imágenes que veía eran tan dolorosas como difíciles de creer. Susana se encontraba en medio de cuatro hombres, todos estaban sentados al rededor de una mesa mientras ella bailaba sobre el mueble, sensualmente, recorriendo su propio cuerpo con sus manos, tocándose las tetas mientras miraba a aquellos tipos sensualmente. Un sujeto salió desde atrás de la cámara y se acercó a ella. La jaló hacia él y ella solo se dejó llevar, con una enorme sonrisa en el rostro, el tipo puso sus manos en sus piernas y las fue subiendo hasta llegar a su nalgas, metiéndolas por debajo del vestido de Susana para luego bajar sus bragas. Ella se mostraba completamente cooperativa con aquel tipo que le quitó la ropa interior y la lanzó al rostro de otro sujeto, el cual se puso las bragas en la cara y las olió con morbo, mientras se aflojaba el cinturón, se desabrochaba el pantalón y sacaba su endurecido pene para después comenzarse a masturbar.

El tipo de pie que sujetaba a la chica, metió al cabeza debajo de su vestido y, aunque en el video no era visible lo que hacía, a Omar le resultó más que claro que le estaba practicando sexo oral a su novia, pues ella echó la cabeza para atrás, tomó al hombre de la nuca y lo apretó contra ella, comenzando a gemir intensamente poco después.

Los otros tipos comenzaron a desnudarse, uno de ellos se subió a la mesa y le quitó el vestido a Susana por encima de su cabeza, la tomó del cabello y la jaló hacia atrás para pegarse a sus labios en un apasionado beso. Omar no podía creer que aquello que estaba viendo en realidad hubiese pasado. Susana no necesitó ayuda de nadie para deshacerse de su sostén y dejar libres sus hermosos y enormes senos ante la mirada de aquellos tipos que estaban embobados viendo el espectáculo que la novia de Omar les ofrecía.

Tras algunos minutos los tres tipos que aun estaban sin entrar en acción, movieron todas las sillas y las apartaron, entonces Susana se recostó sobre la mesa, quedando con las piernas abiertas apuntando en dirección al tipo que le había estado comiendo la concha. Él miró a la cámara y sonrió mientras recorría los labios de Susana con su pene hasta encontrar su entrada y meter su miembro de un solo empujón. Ella gritó de placer y comenzó a gemir como loca mientras el hombre la penetraba con fuerza y violencia, haciendo que incluso en el video se escuchara el golpeteo de sus cuerpos al chocar. Otro tipo colocó el pene cerca de la boca de Susana y ella, sin decir nada, sin siquiera voltear a ver al hombre, engulló el miembro y empezó a succionarlo y recorrerlo con sus labios con desesperación.

El hombre que la penetraba aceleró su ritmo y comenzó a emitir gruñidos prolongados, señal inequívoca de que había eyaculado. Cuando salió del interior de Susana, otro más tomó su lugar. De aquella forma pasaron varios minutos en que hombre tras hombre penetraban a la chica y luego cambiaban de lugar, descansaban por un rato mientras otros la usaban y luego cuando recuperaban las fuerzas volvían a la carga. Uno de ellos quiso meterle el pene en el ano, pero Susana se negó, pues ella nunca lo había hecho por ahí, a Omar siempre le dijo que le daba mucho miedo, pues creía que sería muy doloroso. El tipo respetó su decisión y fornicó con ella por la vagina.

Omar no podía creer lo que acababa de ver, por un momento quiso creer que la habían drogado, que tal vez se encontraba en estado de ebriedad, sin embargo, cuando al final Susana se levantó, parecía estar completamente consciente de todo, desapareció del cuarto desnuda cargando sus cosas y uno de ellos se acercó a la cámara.

– Feliz aniversario, mientras tú trabajas y le pagas todas sus cosas, a nosotros nos busca para cogerla como tú no sabes hacerlo. Apuesto a que habías preparado todo un show para su primer año juntos, tal vez una cena, un regalo costoso – muchas carcajadas se escucharon y Omar notó que todos miraban a la cámara.

El hombre se retiró de la cámara tras unos minutos de estarse riendo, se sentó a tomar una cerveza y a ratos miraba de nuevo a la cámara y hacía señas obscenas. Los pasos de Susana se escucharon y poco después apareció, vestida con un vestido diferente, uno rojo muy entallado, con el pelo recogido en una coleta, maquillada impecablemente, usando tacones altos que hacían lucir sus piernas muy atractivas. Se despidió de todos con un beso en la boca y luego sacó un pequeño espejo, se miró los labios, corrigió un poco los desperfectos que provocaron los besos, les sonrió a todos y se fue. Nuevamente aquel tipo se puso frente a la cámara.

– Ahora va a su casa a dejar sus cosas y a esperarte, te va a hacer creer que estuvo arreglándose por horas, tal vez si la besas aún tenga el sabor del semen que se tragó hace un rato, pero en fin, que disfrutes tu aniversario.

El video terminó y él entendió que todo aquello había ocurrido ese mismo día. Omar sintió cómo su mundo se caía a pedazos, su corazón estaba deshecho y toda la felicidad que había sentido hacía tan solo unos minutos, se esfumó por completo. Se quedó ahí, sentado, mirando al vacío, sintiéndose engañado, solo, traicionado por la mujer que amaba. Pero minutos después miró el collar que había comprado, pensó en la reservación del restaurante y en todo lo que estaba dispuesto a gastar por complacerla. Luego pensó en cada ocasión en que había salido con ella, desde aquella vez que se conocieron en el bar y el le invitó varios tragos. Analizó a una gran velocidad cada evento, cita, reunión en la que había estado con ella, y fue en ese momento en que se dio cuenta de que ella solamente lo quería por lo que él le podía dar. Pensó detenidamente en cada ocasión en que él le había dicho que la amaba y entendió que ella realmente nunca le había respondido con aquellas palabras. Qué ciego había sido Omar.

Estaba decidido a no salir de casa aquella noche, ni siquiera le daría explicaciones a Susana, simple y sencillamente su relación había terminado, no quería saber nada de ella, pero justo cuando estaba a punto de desvestirse, su teléfono sonó nuevamente. Tomó su celular y vio que ahora el mensaje era justamente de Susana. Cuando lo abrió se encontró con una foto suya, vistiendo aquel vestido rojo, luciendo exactamente como la vio al final del video, luego leyó las palabras que le había mandado su novia: te espero amor, tengo muchas ganas de verte cielo, no tardes. Aquellas palabras fueron las que hicieron que Omar se decidiera hacer algo estúpido, llevado por el coraje que provocó en él, el cinismo de aquella mujer.

Terminó de arreglarse lo más rápido que pudo y salió de casa, subió a su coche y arrancó en dirección al hogar de Susana, quien vivía en una zona cercana a donde estaba el hogar de Omar. El plan había sido que el le tocaría el claxon y ella saldría de inmediato a buscarlo, pero Omar sabía que aquella tarde sus padres no se rescontraban en casa, pues ese fin de semana visitaban a familiares en otro estado, así que cuando llegó a casa de Susana se bajó del carro y tocó la puerta. Escuchó los pasos de la chica y de pronto la puerta se abrió, ella se sorprendió al verlo ahí parado y lo miró de pies a cabeza, ciertamente Omar era bastante atractivo, era un hombre alto y con una fortaleza ganada a base de horas en el gimnasio, su piel era clara y sus ojos de un enigmático verde oscuro. Aquella noche iba vestido con un elegante saco negro, una camisa azul que dejaba ver el espacio entre sus pectorales, pantalones negros y zapatos brillantes y elegantes. Susana sonrió al encontrarse son su mirada, y se acercó a él a besarlo, Omar la ignoró y pasó al interior de la casa, provocando un sentimiento de incertidumbre en ella.

– Tengo que pasar al baño, lo siento, no tardaré.

– Si cariño, adelante – ella creyó que la reacción de su novio al intentar darle un beso se debería solamente a su urgencia por ir a descargar, así que no le dio mayor importancia y decidió recoger su bolso y su chaqueta mientras Omar salía del baño, cuando lo hizo ella estaba de espaldas a él mirando su celular, Omar se acercó a ella con cuidado de que no lo escuchara y alcanzó a ver que se escribía con un hombre llamado Julio, no pudo leer mucho pero en un mensaje, el tipo le preguntaba si ya estaba con su “el idiota” de su novio y ella le decía que no le escribiera más por esa noche, que ella le escribiría en cuanto Omar la dejara.

La furia en el interior de Omar creció de golpe, no soportó que aquella mujer se burlara de él de esa forma tan humillante y no esperó un segundo más para llevar a cabo lo que quería hacer. Sacó de su sacó el collar que había comprado para ella, un objeto grueso que difícilmente se rompería. Ella se sobresaltó al ver las manos de Omar salir desde arriba de su cabeza sosteniendo aquel regalo pero sonrió al ver el collar, imaginando lo costoso que sería y colaboró con su novio para que se lo pusiera.

En cuanto el clic del seguro del collar se escuchó ella se dispuso a girar su cuerpo para besar a su novio, sin embargo, Omar no la dejo, se pegó a ella por detrás y comenzó a sobarle las tetas, y comenzó a dirigirla a la sala. A pesar de que aquel gesto le sorprendió a Susana, tras recibir aquel costoso regalo, dejó que Omar le hiciera lo que quisiera, sintió como aquel hombre le restregaba la verga entre las nalgas mientras ella las movía rítmicamente para hacer que el miembro se pusiera más duro y, cuando estuvo al punto de penetración, el hombre le levantó el vestido y le bajó las bragas con un rudeza completamente insólita en Omar, Susana lo notó pero no le dio importancia, por el contrario, se sintió orgullosa de poder provocar a ese nivel a un hombre.

Él la empujó un poco haciendo que Susana se inclinara y recargara sus manos en el respaldo del sillón, ella se dejó guiar mientras sentía como su novio tomaba su pene y lo pasaba entre los labios de su vagina, pero luego dio un respingo cuando sintió el miembro de Omar rosando la entrada de su ano. Ella trató de girar su cabeza pero Omar presionó sus hombros para impedírselo y comenzó a empujar por el único orificio de Susana que continuaba virgen. La chica trató de protestar pero Omar la acalló tomándola del collar y asfixiándola un poco con él. Susana sintió tanto miedo por aquella acción que no dijo nada más, ni puso resistencia mientras Omar seguía empujando para meter su pene en el culo de Susana. Entre escuchar los gemidos de dolor y ver cómo Susana enterraba sus uñas en el sofá, Omar fue poco a poco metiendo su pene cada vez más profundo dentro de Susana hasta que consideró que una buena parte estaba adentro y comenzó a embestirla salvajemente.

– ¡Para por favor para, me haces mucho daño! – gritaba Susana desesperada pues el dolor que sentía era demasiado y Omar estaba completamente fuera de control. Pero al escucharla, aquel hombre jaló el collar para atraer a Susana y pegarla a su cuerpo, quien al sentir la asfixia puso sus manos al rededor del objeto tratando de aflojar la tensión que ejercía sobre su cuello.

– No escuché que le dijeras eso a los cinco cabrones que te estuvieron cogiendo en la mesa, puta de mierda.

En los ojos de Susana podía verse el Terror que experimentó tras escuchar aquellas palabras, mientras Omar incrementaba la fuerza de sus embestidas, momento en que Susana sintió que algo en su interior se rompía, causándole tanto dolor que comenzó a llorar sin control, tratando de gritar pero sin lograrlo dada la presión que el collar ejercía sobre su cuello. Omar dejó de jalar el collar, tomó a Susana por las caderas y le dio algunas embestidas brutales que le dolieron como nunca antes nada le había dolido a Susana, pero sus gritos no pudieron escapar de su garganta pues tras la presión ejercida por el collar no podía hacer otra cosa que toser, en un esfuerzo de su cuerpo por hacer que entrara aire en sus pulmones.

Omar eyaculó en el interior de Susana, haciendo que su semen ardiera como si fuera fuego al entrar en contacto con las heridas que el hombre le había provocado en su interior. Omar se separó de ella y Susana se quedó tirada sobre el sillón, llorando por el dolor que sentía, en ese momento Omar se miró el pene manchado de mierda y sangre, se acercó a Susana, le abrió la boca y la obligó a limpiarle el miembro, a pesar del dolor, al mirar los ojos de Omar, ella sintió un profundo miedo y no puso resistencia alguna, no dejó de mamar el pene hasta quedó completamente limpio.

Cuando él se apartó, Susana clavó su vista en el suelo, las lágrimas seguían corriendo por sus mejillas. Omar la observó, ahí tirada, destruida, sintiendo un inmenso dolor, por un momento se sintió culpable, pero luego recordó el video y respiró profundo, ella se lo merecía.

– Te hubiera dado todo lo que quisieras, solo pedía lealtad y un poco de cariño, pero si prefieres vivir como una puta el resto de tu vida, es tu decisión – Omar había terminado de arreglarse la ropa y se disponía a irse – por cierto, dile por favor a tu amigo que me encantó el video, debería venderlos en vez de regalarlos, tal vez haría un buen dinero con ellos, el collar te lo puedes quedar, tómalo como el pago por tus servicios de esta noche – aquellas fueron las últimas palabras que Susana escuchó de Omar, antes de dejarla atrás, haciéndola sentir completamente humillada.

Katerina había llegado al fin a casa de Lina. Tenían pensado estudiar para su próximo examen de griego. Se paró delante de la puerta y tocó, alisando a la vez la falda de su uniforme. Para sorpresa de Katerina, no fue su amiga la que abrió, sino Marcus, el padre de esta.

Era un hombre fuerte y alto, atractivo tal vez. Se había divorciado de su mujer hacía ya algunos años, y Lina vivía con él de vez en cuando. Lamentablemente, esta era una de esas veces.

—¿Quién eres tú?— dijo él, repasando el cuerpo de la chica de arriba a abajo

—Oh, hola. Soy Katerina. Estoy buscando a Lina, para estudiar

—Pues lamento decirte que Lina está de compras con su madre, así que no podréis estudiar porque no está

—Oh— Katerina suspiró cansada —Esta bien, muchas gracias igual.

Nuestra protagonista se giró dispuesta a abandonar el recinto, pero aquel hombre la llamó haciéndola girar.

—Si quieres puedes quedarte aquí a esperarla. No me vendrá mal un poco de compañía

La inocente de Katerina asintió. Total, ¿qué era lo peor que podía pasarle? No se dio cuenta de que ya estaba sentada en el sofá del cuarto de estar de la casa hasta que oyó la voz de Marcus

—¿Que quieres beber?

—Oh, un poco de agua estará bien. Gracias

Lo que nuestra pura Katerina no sabia era que Marcus era un depravado sexual. Siempre observaba los cuerpos de las mujeres imaginándose como las haría sus perras personales. Y ese era el caso. Así que Marcus echo unas cuantas pastillas que en seguida se disolvieron en el agua que nuestra protagonista bebió minutos después sin sospecha. Marcus sonrió abiertamente, sabiendo que en menos de unos minutos, la pelirroja sentada en frente de él empezaría a excitarse sin impedimento.

Tras unos pocos minutos de charla, Katerina empezó a sentir como su coño empezaba a mojarse. «¿Qué me pasa?”, se preguntó. Cerró sus piernas, apretándolas contra si.

—¿Que pasa, Katerina? ¿No te encuentras bien?

—Estoy bien, señor. No se preocupe por mi

—No pareces estar bien, ¿puedo hacer algo?

La chica, que empezaba a sentir que el sofá debajo de ella se empezaba a mojar, se sintió muy avergonzada. No comprendía por qué estaba así.

Marcus, por su parte, se sentó al lado de ella con una fingida preocupación. Él sabía perfectamente que en poco tiempo tendría a esta niña a su disposición.

—Vamos, nena, ¿que pasa?— Marcus empezó a acariciar su brazo, mientras ella suspiraba fuertemente

—N-nada. No m-me p-pasa nada— Ella, ni siquiera podía hablar. Estaba cansada y no podía relajarse. En el momento en el que se relajará, su coño estallaría. Además, tampoco podia levantarse: sentía que empezaría a soltar fluidos en cuanto eso ocurriera.

Katerina mordio su labio mirando hacia arriba, mientras Marcus sonreía. Este paso si gran mano hacia las piernas de la menor y empezó a acariciarla. Abrió sus piernas sin mucho esfuerzo y cuando tocó el tanga de esta, estaba empapado.

—Wow, nena, qué mojada estas. Creo que necesitas una ayudita

Katerina le miró pero no podía pensar con claridad. La droga actuó fuerte.

Marcus se las ingenio para romper ek tanga de esta con la mano y tirarlo hacia otro lado. Se posicionó entre las piernas de Katerina y las abrió aún más, dejándola totalmente expuesta y avergonzada ante él

—Mm, qué coñito tan apetecible. Digno de una puta como tú— rio mientras daba un golpe seco en la vagina de la joven, mientras ella chillaba.

—¿Q-que haces?

—Desde que te vi entrar por esa puerta supe que quería hacerte mia. Solo bastaron unas pastillas para tenerte así: mojada y abierta de piernas para mi. —metió tres dedos de golpe en el orificio de la fémina, haciendo que ella se arqueara abriendo más los ojos —Me gustas mucho, Katerina. Se que serás una buena perra y te podré dar mucho uso. Solo tienes que portarte bien, ¿de acuerdo?

Katerina ni siquiera le miraba, solo se dejaba violar por sus dedos mientras chillaba. Su coño pedia polla. Aunque ella no quisiera, lo necesitaba.

—Dime, ¿cuánto más necesitas para correrte? ¿acaso tres dedos no son suficientes y necesitas una mano entera?

Al decir eso, Marcus siguió penetrandola pero ahora con los cinco dedos de su mano, haciendo gritar desconsoladamente a Katerina. La dolía mucho pero estaba tan dilatada que su mano entraba a la perfección.

Con la otra mano, abrió su camisa y vio sus redondas y firmes tetas con esos rosados pezones puntiagudos. Marcus empezó a mordedlas y a chuparlas desesperadamente.

Katerina ya no podía ni llorar. Estaba sumida en el placer y la humillación. Tanto así que se corrió, manchando todo el sofá del cuarto de estar de su amiga.

—Eres una perra muy guarra, Katerina— Marcus la abofeteó mientras sacaba su mano de su coño y se la metía en la boca —Chupa nena, ¿a que sabes bien?

Cuando la pelirroja se vio obligada a saborear su propia corrida, no pudo contener las arcadas. Aun así, no dejó de chupar los dedos bien mojados del hombre.

Vio como Marcus se quitaba el pantalón y su bulto se hacía más notorio. Era una polla enorme. Se notaba aún con el bóxer puesto.

—Katerina, preciosa, te voy a enseñar tu nueva habitación por hoy, ¿vale?— sin dejarla hablar, la cogio en brazos pues ella no tenia fuerza para andar y la bajo al sótano de la casa.

Entro gracias a varias llaves que volvieron a cerrar la puerta cuando entraron. Ella se quedó perpleja cuando la luz se encendió.

Era una habitación de sumisión. Una tarima se encontraba en el centro y tenía una barra de striptease sobre ella. Justo en frente se encontraba un cómodo sofá. Había muchos espejos por toda la habitación. También, distintos potros en múltiples posiciones, una jaula e incluso unos comederos en el suelo. Era aterrorizador.

—¿A qué es bella? Esta sala es como mi despacho, Katerina. Espero que te guste, porque vamos a estar aquí horas hasta que a mi se me plazca. Deberás colaborar.

Él despacio la coloco en uno de los potros, dejando su vagina y ano a su vista. Se deshizo de todas las prendas de la chica. Colocó un collar en el cuello de Katerina: un collar de perro.

—A partir de hoy, serás mi perra. No querrás que nadie se entere de que te corriste asi en mi sofá. Todos los días cuando te llame vendrás, bajarás aquí y serás una buena mascota para tu amo.

Katerina, atada al potro, asintió débilmente. Estaba muy cansada, su coño palpitaba e incluso escocia y sus piernas temblaban.

Marcus se quito tambien toda su ropa y lleno los comederos que nuestra pelirroja había localizado antes. Por primera vez, Katerina vio su polla en todo su esplendor. Era enorme, la más grande que había visto jamas. Su vagina no aguantó más y volvió a correrse. Marcus se rio viéndola tan humillada y tan suya.

—Con que te gusta mi polla, ¿eh?— él la tocó bajo la mirada de Katerina —tu coño no puede más sin ella: la desea mas de lo que jamas has imaginado. No te preocupes, perrit, te daré lo que quieres.

Sin más dilación, introdujo toda su polla en el coño de la joven que chillo, virando los ojos. Sintió su interior colapsar mientras Marcus empezaba con sus fuertes embestidas. A la vez, sin darla descanso, metió dos dedos por su ano, que era virgen. Marcus rio ante los chillidos incesables de la chica q estaba debajo de él y siguió moviendo sus caderas para penetrarla con gusto.

—Te gusta, ¿eh? Eres una puta Katerina, eso es lo que eres.

Mientras azotaba las nalgas de la chica sin piedad, ella solo podía pensar en que nunca jamas veria a su amiga Lina y que tampoco volvería a coger griego como asignatura. Si la hubieran dicho que esto terminaría así… Sus pensamientos se vieron interrumpidos por otra corrida más. Estaba exhausta, pero Marcus no paró hasta que él también se vacio debtro de ella. Ya ni siquiera le importaba el hecho de que estuviera ovulando y de que, con su mala suerte, seguro que la había dejado preñada.

Cuando esto terminó, Marcus la bajó del potro y, agarrándola del collar que llevaba al cuello, la dirigió hacia los cuencos llenos de comida de perro y-Vamos, come un poco puta, que tenemos que seguir.

—Venga zorrita. Come un poco que tenemos que seguir, ¿si?

Katerina, ya rendida, se puso a comer y a beber como si fuera un perro, totalmente humillada, mientras pensaba cuanto más tendría que hacer para que su tortura acabase.

no es anécdota, es mi vida real,mi nombre es antòn.
cuando llegué a caracas no tenia trabajo, así que me dispuse a buscar algo que me ayudara a mantenerme, encontré un trabajo a medio tiempo para realizar encuestas casa por casa,, mercadeo, productos de limpieza, alimentos etc. si me daba cuenta que al entrar en algunos edificios a veces me era un poco dificil hacerlo, dado que las puertas siempre estaban cerradas, asi que esperaba que alguien saliera y me coleaba para entrar, undia ya casi terminaba mi horario cuando toco el timbre en un apartamento y abre una chica en una bata muy transparente sin brassier y solo en pantys ufffff casi me desmayo del gusto,
le dije que estaba realizando una encuesta sobre educación sexual, (muy lejos de lo que y hacìa, pero esta chica me hizo dar un vuelco del tema que yo encuestaba), pero e dispuse a lo que sea, le dije que era estudiante de psicologìa y las preguntas eran sencillas, ella me dijo que no habia problemas y comencè a preguntar: que edad tienes, – tengo 16- ok muy bien, que año estudias? 3er año, ok has leìdo sobre el tema sexo? muy poco- pero de eso porco que es lo que mas te ha llamado la atención? – el sexo oral entre parejas- wowww yo ya estaba sudando por lo que podría pasar en adelante, – nunca te han hecho el sexo oral? – no nunca- pero si has tenido sexo? – si con un chico del liceo como 4 veces, pero no me gustò mucho, el despuès que acababa se guardaba el pene y no hacia mas- y no habìan caricias? – solo me besaba los senos y ya y luego me penetraba- o sea que nunca has tenido un orgasmo? – no nunca y mis amigas dicen que eso es maravilloso- esta chica me tenia a mil, no se como un imbécil solo estaba pendiente de sus propios orgasmos y deja sin placer a semejante diosa de apenas 16 años y con ese cuerpazo, yo ya estaba maquinando algo para disfrutar de esa niña, le preguntè- alguna vez te has masturbado? – bueno no, mis amigas me dicen que eso tambien es muy rico, pero me da miedo-. miedo porque, ya no eres virgen, puedes penetrar tus dedos y frotar tu clítoris y disfrutarlo mucho,- me da pena de verdad, pero no se hacerlo- ok està bien, te enseño como hacerlo y queda aqui entre tu y yo, nadie tiene porque saber ok- està bièn señor, pero no me va a doler verdad?- no nada de eso, lo vas a disfrutar mucho, aqui estàs sola en tu casa? – si señor- ok puedes comenzar a quitar tu bata y tus pantys,- asì lo hizo la chica, y quedò totalmente desnuda ante mi-le hice sentar en el mueble y al abrir sus piernas pude notar la humedad en su vagina, vamos coloca tus dedos aquí, y sus propios dedos los puse en toda la raja de su vagina, le dije que separara un poco sus labios vaginales y frotara en la parte de su clítoris y asì lo hizo, no pasaron 3 minutos cuando la chica comenzò a suspirar y decirme que si sentia algo muy rico, no aguantè la tentaciòn y me arrodillè ante ella y abri un poco mas sus piernas y llevè mi boca ante ese manjar, le dije que se echara hacia atràs y abrì muy bien sus piernas y sus labios vaginales, ya mi boca estaba chupando y lamiendo y sus quejidos de placer llenaban ese espacio, solo me decìa, -wowww si es rico de verdad, siga siga señor y asì lo hice, chupè y chupè y lamí tomando sus jugos de excitación, de repente me tomó de la nuca y no me soltaba, yo chupaba mas fuerte pegado a su clítoris y del clítoris iba a la entrada de su vagina metiendo mi lengua lo mas adentro posible, yo sin soportar ya mi exitaciòn me quitè el pantalòn y mis boxer y mi pene que estaba a reventar lo llevè a la antrada de su vagina y ella sin pensarlo lo tomo con sus manos y lo halò para que lo metiera y asì lo hice, introduje mi pene y lo hice hasta elfondo, esta niña estaba demasiado caliente, que rica, ella me abrazò y ya mi pene entraba y salìa de su rica cuquita, le di duro, suave y cuando yo estaba por acabar ella tambièn, me tomò de la cintura y yo tratando de safarme no podìa y mi leche inundò todo el interior de su vagina, ella en vez de asuatarse lo que hacìa era tomarme mas y mas fuerte hacia ella para que mi pene no saliera, demasiado fogosa esta niña, el de ella un orgasmo largo y placentero, el mio con todo y susto nunca había soltado tanta leche, nos quedamos abrazados ahí suspirando, aql rato saco mi pene totalmente mojado de mi semen y la lubricacion de ella, me dijo que no me preocupara que iba a comprar las patillas del dia despues, que le habia escuchado a su mama que son muy efectivas, -pero por favor no dejes de venir todos los días a esta hora ok- y yo ok asì lo haré, asì lo hice durante varios meses casi todos los días, yo en ese entonces tenia 42 años…
luego de esos encuentros con mi diosa de placer, se me enciende una luz en el cerebro, -y si lo hago en otra casa pero en otro edificio=??, ajaa me fuì una tarde como a las 2 pm. a hacer encuestas y en uno de los apartamentos luego de tocar timbres en varios sale una niña de unos 11 ò 12 años muy linda blanquita como la leche, hermosa, le dije que estaba haciendo una encuesta a estudiantes y ella me sonriò, me dijo – pase- le preguntè sobre sus padres y me dijo que estaban trabajando y llegaban en la noche que eran ellos tres nada mas en casa, eso me emocionó y me dispuse a hacer la encuesta sobre educación sexual, claro yo habìa leìdo mucho sobre el tema y tenia mas o menos algunos conocimientos básicos…
comienzo: cuantos años tienes? – 12 recièn cumplidos la semana pasada, – felicitaciones, que bueno ya son 12 años y vas a ser una mujer muy linda, disculpa, ya eres muy linda, me sonriò de forma que pensè ya me ala ganè, – has leìdo sobre tu sexualidad? sobre tu desarrollo? y tus cambios? de verdad no, en el colegio me han dicho algo, pero no mucho, y yo en mi pensaliento ufff esta niña està facil para enseñarle, ok ya puedo notar que tus senos han crecido un poco, como son tus pezones, abultaditos o chatos? -creo que abultados
– puedo ver? y bajè un poco su blusa, los pezones que vi casi me invitan a chuparlos, rosaditos y abultaditos, – los has tocado?- si en las noches que me pican un poco- y que sientes- jajajejjej como cosquillas, – te gusta esa sensaciòn? – si es muy lindo lo que se siente- ok voy a hacer una pequeña prueba a ver en cual de los dos sientes mas, ok pero cierra los ojos bien- la niña cierra sus ojos y comienzo a chupar y lamer su pezòn izquierdo muy suavemente,yo me sentìa en las nubes disfrutando a esta niña y pensando lo que vendrìa, del izquierdo saltè al pezòn derecho y lamì y chupè muy suave, al rato preguntè, donde sentiste mas? – en el izquierdo, me volvì a pegar en el izquierdo pero con mas intensidad, le dije que se recostara en el mueble para estar mas cómodos, ya al momento se escuchaban sus quejidos muy leves, le estaba gustando, le preguntè que sentìa- -unas cosquillas, pero aqui abajo- y me señala su vagina, le dije, te das cuenta como es tu cuerpo? estoy frotando tus pezones, pero sientes aqui en tu vagina, ella sonriò y me dijo que siempre sentia en su vagina muchas sensaciones, ok le quitè sus pantys que ya estaban mojadas por sus sensaciones, pude ver una vagina bastante abultada para su edad, – abre las piernas y me fui directo a su vagina, comencé el sexo oral a esta niña que ya no me soltaba tomando mis hombros y mi nuca, estaba muy excitada, era una delicia chupar esa rica cuquita, la hice llegar a una acabada súper fenomenal, se agarró a mi mucho mas fuerte hasta acabar en un ruidoso orgasmo esta niña de 12 años, me levanté un poco y saqué mi pene y lo frotè un buen rato en esa delicia de cuquita, ella comenzó nuevamente a emitir quejidos de placer y yo casi acabando masturbándome con su vagina, a los 10 minutos de frotarle con mi pene ella estaba muy cerca de acabar cuando mi leche la comenzò a inundar, sobre su vagina y sobre su ombligo, ella me pidiò que siguiera frotando con mi pene y le di mas fuerte, su orgasmo no se hizo esperar, ruidoso como el anterior, rica esta bebé, mi erecciòn no se me quitaba y comencè a tratar de meterselo, mi glande entraba y ella se quejaba un poco, pero me decia que siguiera que le diera, le gustaba el dolor, pensè, este virgo es mio- le hice un poco mas de presiòn y pude notar como casi la mitad de mi pene estaba entrando y sentia como se abria paso ante su himen, ella me tomò de los brazos y ya mi pene estaba casi todo dentro de ella, sus lagrimas bajaban y me abrazaba, dejé mi pene un rato dentro de ella para que se acostumbrara, luego comencé a meter y sacar muy suave- me duele, pero se siente algo rico- eso me emocionó y le di un poco mas rápido, ya podía escuchar nuevamente sus quejidos de placer, pero de vez en cuando me decía que le dolía, pero le gustaba, me ajusté mas a ella y mi pene lo tenia todo adentro, le pregunté si se habìa llegado la regla alguna vez y me dijo que no, asì que le di mas empujones con mi pene y solté nuevamente una descarga acabando en un orgasmo riquísimo dentro de esta niña de 12 años, quedè un rato entrando y saliendo de ella muy suave, hasta que lo saquè y pude ver mi pene todo bañado en sangre de la niña y mi semen, le acompañè al baño y le dije como lavarse, buscò toallas sanitarias y se colocò una, le dije que era nuestro secreto, me sonriò y me dijo que podia ir cuando quisiera, por supuesto fuì como a los tres dias, pero muy temprano, como le pedì el numero de telefono de la casa, la llamè desde uno publico de la calle muy cerca, me dijo que ya su mamà y su papà se habian ido a trabajar, subì a su apartamento y toquè el timbre,claro con el corazòn en la mano, asuatado sin saber si esta niña habia dicho algo, pero para mi satisfacciòn me abriò la puerta con una bella sonrisa, entrè y le di un largo beso en la boca que me aceptó, la llevé al mueble y sin pensarlo dos veces la desnudé totalmente y le di besos por todo el cuerpo,esta vez no me aguanté y saque mi pene y se lo metí de una vez, le entró todo, ella estaba súper húmeda me imagino excitada esperándome, no tadè en acabar y ella igual, tuvimos ambos orgasmos muy ricos.
esta niña y yo la pasamos muy bien durante dos años casi todos los días, cogíamos en cualquier parte de su casa.
no solo fué esta niña, fueron varias, muchas, de varias edades, las disfrutè durante muchos años en varios sectores de caracas, claro no a todas las desvirgué, con algunas solo era sexo oral yo a ellas y ellas a mi,niñas de 8, 9 y 10 años, eran las más fáciles de convencer con mis encuestas que con el tiempo las mejoré, luego en otro momento les comento sobre como conocì a una mujer con su hija de 6 añitos y comenzamos a convivir y ya cuando la niña tenia 8 años uffff era muy sensible y bueno,les platico luego, bye

 

Me llamo Claudia y tengo 43 años.

Hoy voy a contar algo que vivimos cuando yo tenía unos 26 años. Entonces estábamos solteros y éramos una pareja muy abierta. Mi entonces novio sabía todo lo que a mi me gustaba e intentaba complacerme. De todo lo que fantaseábamos, sabía que algunas cosas sí me gustaría vivirlas pero otras solamente como fantasía, me ponían a mil pero nunca me hubiese atrevido, de no ser por… su iniciativa.

Lo que voy a contar ocurrió una noche de sábado en la que él me propuso lo siguiente. Tenía que ir con el coche a un punto acordado y esperarle allí. Me advirtió que iba a tener una noche de sexo cargada de morbo que no iba a olvidad fácilmente y que iba a disfrutar como nunca. Así que esa tarde la dediqué a prepararme: me depilé todita, me puse guapa y perfumada, con un conjunto sexy etc… y cuando fue la hora cogí el coche y me dirigí hacia aquel lugar, un mirador al lado del mar. Pensaba que lo íbamos a hacer en el coche al lado del mar o algo así. Él no me había dado ninguna pista y los días anteriores había estado muy misterioso: cuando le llamaba y le preguntaba con quien estaba o que hacía me decía “estoy preparando la noche del sábado, para que sea especial”

Llegué al lugar y salí fuera a echar un cigarro. Terminé y no aparecía. Escuché un poco de música sentada en el coche y luego un segundo cigarro. En cuanto lo estaba terminando apareció él, pero no aparcó al lado de mío, sino a una cierta distancia. Bajó del coche y vino hacia mi. Me preguntó que tal, me dio un beso me dijo que me quería mucho y hablamos unos minutos, parecía que no había prisa. Entonces me preguntó si estaba lista para una noche de sexo inolvidable. En aquel momento sentí un calor que me subió por el cuerpo y dije que si. Adelante. Entonces cogió un antifaz y me lo puso, asegurándose de que no pudiera ver nada. Luego me puso unas esposas en las manos en la espalda, para que no pudiera sacar el antifaz en un arrebato. Cerramos mi coche y me dirigió al suyo. Me sentó en el asiento del acompañante, me puso el cinto, me dio un beso en la boca y me susurró al oído “vas a gozar como una perra, como lo putita que eres”. Aquello y el desconocimiento de lo que iba a pasar hizo que empezara a excitarme.

Arrancó el coche y condujo un rato, que se me hizo largo pero supongo que sería por ir con los ojos tapados. Paró. Le oí decir “habitación 207” y volver a arrancar para al minuto detenerse y apagar el coche. Estamos en un motel, pensé. No era la primera vez que lo hacíamos y yo siempre disfrutaba un montón en los moteles: las camas enormes, la intimidad, el escenario diferente, ese ambiente de sexo además del hecho de disponer de toda la noche, acababan haciendo que tuviera mis mejores orgasmos en los moteles.

Bajó del coche y me ayudó a salir. Subí unas escaleras con su ayuda. Se acabaron las escaleras y supuse que habíamos llegado a la habitación. Me dio un empujón y la sensación de caer a oscuras fue … no sabría decirlo pero yo confiaba plenamente en él. Me caí de espaldas sobre una cama. Entonces me empezó a desnudar de cintura para abajo, con calma, besándome hasta dejarme en tanguita. Para desnudarme de cintura para arriba tuvo que abrir las esposas, y entonces pasó algo raro. Me incorporó en la cama y se puso detrás de mi. En cuanto retiró las esposas me cogió por las muñecas y dirigió mis manos a mis rodillas. Pero las dos a la vez de forma que no soltó mis manos en ningún momento. A continuación sentí una cuerda en mis muñecas y alrededor de mis piernas. Me estaba atando las manos a las rodillas, pero las dos a la vez. Entonces me volví loca porque me dí cuenta de que allí había alguien más…. ¿quién era?

-Hay otra persona! – dije.

-Como que otra persona, quien va a haber

-Como me estás atando las dos manos a la vez?

-Es que tengo técnica, una con cada mano, para que no tengas la tentación de quitarte el antifaz

-Pero eso es imposible, aquí hay alguien más…

-Que no hay nadie, no viste que vinimos solos? Que iban, a estar aquí esperando quien quiera que fuese?. Además, quien iba a estar. Esta es una noche para los dos… para ti y para mi, no te distraigas…

-Entonces por qué quieres que lleve el antifaz.

-Para que lo que ves no influya en lo que sientes, para que no te distraigas.

No me quedé muy convencida, pero bueno, tenía razón, quien iba a estar. Me dio unas vueltas con una cinta o algo así a la rodilla apresurando mi muñeca, y en la otra pierna igual. La verdad es que ya no sabría decir si fue una después de la otra o no… me sentía un poco confundida.

Después de que me hubiera atado, me echó hacia atrás y quedé tendida en la cama con las piernas flexionadas. Pero siguió atándome. Me ató cada rodilla al lado de la cama, de forma que no podía cerrar las piernas. Allí estaba yo con las piernas dobladas y abiertas sin poder moverme y sin ver nada, totalmente desnuda, y súper mojada por la situación.

Entonces comenzó a acariciarme las piernas suavemente, tenía algo en las manos, como un aceite esencial o así, me lo iba untando por las piernas y poco a poco iba subiendo, de vez en cuando me daba besos, y seguía ascendiendo hacia mis muslos Me iba preguntando como estaba, y yo le decía que muy cachonda. El me decía que era una guarrilla y que estaba chorreando, a la vez que pasaba su lengua por todo mi coño empapado. Aquello me puso a mil. Luego se puso a mi lado y siguió por mi vientre hacia mis pechos, untándolos con sus manos y besándolos. A veces bajaba una mano hacia mi coño y me lo acariciaba, jugaba con mi clítoris, me metía un dedito mientras me besaba y acariciaba los pechos.

Entonces, sin dejar de acariciarme los pechos, subió sus besos hasta mi boca y nos besamos profundamente. Estaba excitada como pocas veces.

-Tienes ganas de disfrutar esta noche?

-Si, muchas.

-Pues vas a disfrutar mucho, déjate llevar.

Y en ese momento me apretó fuertemente los pechos y me besó, a la vez que noté en mi coño algo húmedo y caliente. Estaba allí abierta de piernas, sin ver nada, sus manos estaban en mis pechos, su boca en la mía. ¡Dios, que morbazo! Que calentón me entró cuando me di cuenta de que alguien me estaba lamiendo el coño… uffffff me ponía a mil, en un momento perdí un poco la conciencia de donde estaba…. fue una sensación tremenda. En cuanto nuestras bocas se separaron y pude hablar le dije.

-Que hijo de puta, sabía que había alguien.. quien es?

-Te gusta lo que hace?

-Muchísimo, que morbo!!!

-Pues que más da quien sea, disfruta de la comida de coño que te está haciendo…

-Mmmmmmmm

La otra persona lamía mi coño de arriba abajo, estaba totalmente empapado, a veces jugaba con mi clítoris con su lengua y luego me volvía a dar unos lametones tremendos. Mientras tanto con sus manos acariciaba mis piernas, mi vientre y recorría todo lo que podía alcanzar. Mi novio se retiró y al cabo de unos segundos se puso a mi lado y me acercó su polla a mi boca, que sin dudarlo empecé a lamer entera, desde los huevos hasta la punta. Mientras tanto, me seguía acariciando los pechos. Luego se retiró y se acercó por el otro lado. Seguí lamiendo sin dudar, mientras la persona desconocida no dejaba de lamerme el coño. Entonces me preguntó si tenía ganas de que me la metiera en el coño..

-Siiiiiii, fóllame duro . Estoy súper cachonda.

Lo que pasó a continuación me sorprendió, porque volví a notar que recorrían mi coño de arriba abajo y a continuación una polla hacía el amago de entrar dentro, pero la polla que tenía en mi boca continuaba allí… Entonces me di cuenta de que la otra persona era un chico pero si mi novio me iba a follar, ¿de quien era la polla que estaba lamiendo? Y si era de mi novio entonces, ¿quién me la iba a meter?. No podía imaginar que me la metiera otro chico, nunca habíamos hablado de ello, pero mientras tanto, la polla entró en mi coño, despacito y hasta el fondo, proporcionándome un placer extremo y muchísimo morbo.

Estaba tan cachonda que entre la fuerte respiración y los gemidos apenas podían hablar, pero conseguí preguntarle quien me estaba follando.

Soy yo mi niña.
Por su voz deduje que si, él estaba ahí abajo follándome, entonces la polla que tenía en la boca era de otro chico, a quien no podía ver, quien se bajó un poco quedando a horcajadas a la altura de mis pechos. Me los cogió y colocó su polla entre ellos empezando a masturbarse lentamente…

-Ohhhhhhh, que gustazo, que morbo… ahhhhhh ¿quién se hace una cubana, cariño, quien es.. no habla?-pregunté

-No puede decir nada, sino por la voz igual sabrías quien es. Ponle la cara que tu quieras. ¿Estás muy caliente?

-Ohhh, entonces lo conozco

-Puede que si, o tal vez no. Igual es para que te imagines quien tu quieras. Estás caliente?

-Si, más que nunca – dije mientras casi me corría- Y es que los dos chicos me mantenían ahí a puntito de correrme, pero cuando lo iba a hacer se paraban y me quedaba a las puertas de la corrida. Llevaba ya así unos minutos y deseaba correrme con todas mis ganas.

-Te da morbo lo que está pasando?- me preguntó

-Muchísimo- respondí.

-Te imaginas que pasara algo más, que aún te pusiera más cachonda?

-Ohhhhhhhhhhh, mmmmmmmmmm, no se, me correría enseguida.

Entonces mi novio empezó a follarme muy despacito, a meterla poquito a poco y de repente …mmmmmmmmmmmm noto una lengua en mi clítoris mientras él me sigue penetrando y el otro chico sigue con su polla entre mis tetas…

-Ohhhhhhhh, que morbo, hay alguien más, mmmmmmm

-Si, y no te diré quien es pero voy a darte una pista

-Dime dime dime….

-Quien te come el clítoris ahora mismo mientras te follo, no es un chico…

-Ahhhhhhhhhhhhh, mmmmmmmmm, me corrí en seguida imaginando la escena, dos chicos y una chica totalmente para mi, follandome, comiéndomelo todo…

-Ahora voy a dejar que esta chica te lo coma a gusto.

Y entonces dejó de follarme dejando todo mi coñito a disposición de la chica, que se acomodó entre mis piernas y comenzó a lamerme entera con ganas, desde el clítoris, toda la rajita hasta el culito, con sus dedos jugaba conmigo, con mi clítoris, me penetraba con uno o dos dedos mientras me lamía, jugaba con mi culito… mmmmm como me ponía esta chica.

Entonces mi novio se acercó a mi y me besó. Nos comimos la boca a fondo, con ganas, para luego seguir besando mi cuello, mis pechos. El chico que se estaba masturbando entre mis pechos acercó de nuevo su polla a mi boca… y mi novio también… y empecé a lamer ambas, una y otra, recorriendo con mi lengua toda su longitud, metiéndomelas en la boca alternativamente, sin saber cual era la de mi novio y cual la del otro chico, lo que le daba aún mas morbo.

Estuvimos un rato así hasta que una de las pollas desapareció de mi boca y la noté entre mis piernas. A veces no notaba la lengua de la chica sobre mi, por lo que supuse que también se estaba dedicando a la polla, sentí un morbo especial al pensar que aquella chica estaba mamando la polla de mi chico, pero también al pensar que a lo mejor, la de mi chico la tenían en la boca, y el otro chico me rozaba el coño y el culito… mmmmmmm

La chica dejó de lamer y la polla empezó a buscarse hueco en mi culo… que estaba totalmente lubricado por la cantidad de jugos que bajaban de mi coño. Entonces el chico cuya polla tengo en mi boca se coloca como antes, entre mis pechos, y noto alguien colocándose encima de mi cabeza, hasta que en mi boca rozan los labios de un coñito, muy mojado y abierto. No lo dudé ni un momento y comencé a lamerlo, mientras escuchaba a la chica empezar a gemir de placer.

-Mmmmmmmmm- gemía

Se dejó caer hacia delante apoyando las manos en la cama y manteniendo su coño sobre mi boca. El chico que tenía su polla entre mis tetas, no sabía cual de los dos, se fue acercando con su polla al coñito de ella, notaba su polla también sobre mis labios….

-Venga, fóllatela- escuché decir a mi novio lejos, allá abajo. Super que era él el que empezaba a meter su capullo en mi culito dándome la sensación de romperme en dos. Entonces escuché un gemido profundo del chico –ohhhhhhhhhh- y también de ella –ahhhhhhh, si-, y se empezaron a mover sobre mi boca. Aquel “si” fue lo único que le escuché a la chica, y me desconcertó porque me sonó a una voz conocida, pero no supe quien era, no caía. Que morbo me daba estar debajo del coñito de una chica conocida, pero no sabía de quien, mientras alguien se la follaba, y yo lamía el coñito y la polla de ambos como malamente podía… mmmmmmmm.

La polla de mi novio estaba totalmente dentro de mi culo, y me follaba suavemente, mientras tanto me acariciaba el clítoris con un vibrador, arriba y abajo y a veces me lo metía en el coñito, me encantaba sentirme llena. Entonces la chica, entre gemidos susurró:

-Me corrooooo, me corroooo- estaba claro que entre los pollazos del chico y los lametones que yo le daba no podía aguantar mucho. Mi novio me metió el vibrador totalmente en el coño mientras me follaba el culo duramente.. yo tampoco iba a aguantar mucho mas para volver a correrme.

-Ohhhhhhhhhhhh- gimió el chico que follaba en mi cara mientras se corria dentro

-Ahhhhh- gemía ella al notar su corrida.

Empezaron a desacoplarse, y yo lamí la polla del chico llena de semen… no se porqué pero me dio mucho morbo lamer aquella polla recién corrida. La chica se bajó de mi cara y acercó su boca a la mía

-Hola Claudia- me susurró al oído- Esa voz conocida, pero claro, con un susurro no se quien es. Y acto seguido me ayudó a chupar la polla del chico.

En ese momento era mi novio el que llenaba mi culo de su semen con una corrida monumental. A mi me pone tanto que se corra en mi culo, que al notar su leche calentita dentro, y mientras la otra chica y yo nos besábamos y ella (o el, ya no se quien), me estimulaba el clítoris… me corrí como una perra…

Mi novio se salió de mi culo y acercó su polla a nosotras. Se la lamimos con ganas, estaba súper dura a pesar de haberse corrido. Mientras ambas nos dedicábamos a su polla, el chico jugaba con el vibrador y con su lengua en mi coño, me empecé a poner cachonda otra vez… y no solo yo, porque por lo que parece, todos nos pusimos otra vez a tono. La chica volvió a comerme el coño ayudando al chico durante un instante. Luego el cambió la boca por su polla, que volvía a estar lista para el ataque… rozando mi coño, mi culo, y poniéndome a mil. La chica volvió a ponerse sobre mi cara, para que le comiera el coño otra vez.

-Le encanta que le comas el coño, que se le va a hacer- dijo mi chico. Comencé a dar lametones lentamente a ese coñito tan rico, al que la polla de mi novio rozaba, proporcionándole un placer enorme a la chica a juzgar por sus gemidos.

-¿Te la vas a follar? – pregunté

-A ti te gustaría? – me preguntó él.

-Quiero que goces como gozo yo, hoy puedes hacer lo que quieras.

-Vamos a preguntar- dijo el- Chica, quieres que te la meta en el coño

-Si, por favor, por el coño o por el culo, por donde quieras… fóllame ya..

Tan pronto dijo eso, la polla de mi novio entró totalmente en su coño.. yo lamía a ambos, los huevos, la polla de él ,mientra tanto, el otro chico se dedicaba a hacerme una comida en la entrepierna como no recordaba, igual es la sensación de morbo, pero me estaba matando de gusto entre una cosa y la otra…. Escuchaba el chop chop de mi novio follando a esta chica, cuando dijo.

-Ahora te la voy a meter en el culito, para que mi chica te pueda comer el coño más tranquilamente.

Como seguía fallándole el coño pregunté

-Sigues por el coño?

-Por el culito le estoy metiendo el vibrador para dilatárselo y prepararlo. Y se está muriendo de gusto.

Y era cierto a judgar por sus gemidos –ahhhhhhhh, mmmmmmm.

-Y a ti Claudia, no te gustaría que te follara el otro chico?

-Mmmmmmmmmmmm- no pude responder en un principio al imaginarme la otra polla dentro de mi-si, que me la meta.

Entonces mi novio sacó la polla del coño de la chica y se la empezó a meter por el culo, mientra ella gemía de gusto y tal vez un poco de dolor, y me ponía su coño totalmente en mi boca, que comencé a lamer al completo de nuevo.

A la vez, noté la polla del chico penetrando mi coño.

Mmmmmmmmmmmm – gemía- me notaba morir de morbo, la situación me sobrepasaba, nunca lo hubiera imaginado. Mi chico follando un culo en mi cara mientras a mi me follaba una polla desconocida… pero me estaba matando de gusto…. Mmmmmmmmmm que morbazo me daba la situación. Entonces la chica comenzó a correrse de nuevo, no se si por las embestidas anales de mi chico, o por los lametones que yo le daba en el coñito, totalmente encharcado.

-Ohhhhhh, me corro otra vez, me corro- susurró.

– Tu no quieres correrte en ese culito- pregunté a mi chico..

-Si que quiero, pero prefiero correrme en otro sitio.

Entonces se retiró de la chica. Ella bajó de mi cara y acercó su boca a la mía, mientras me acariciaba los pechos y me besaba locamente.

El otro chico se retiró de mi coño. Noté que me desataban, por ambos lados. Pero solo mi sujeción a la cama, mis manos seguían atadas a mis rodillas, pero al soltarme de la cama pudieron moverme. No se quien me cogía ni por donde, sé que me pusieron encima de un chico, ambos tumbados boca arriba, y su polla se acercó a mi culo. La chica cogió la polla y empezó a metérmela en el culito.

-Vas a ver como te encanta- dijo mi chico.

Aquella polla me penetró hasta el fondo del culo, mientras que la chica se tumbó de nuevo sobre mi como en un 69. Esta vez su coño estaba un poco más lejos de mi boca, pero podía notarlo. Pero su lengua lamia mi coño con muchísimas ganas, mientras el chico me penetraba el culo. Estuvieron un rato así mientras yo me puse a mil con lo que aquellos dos desconocidos me estaban haciendo. Desconocidos o no, quizá nos conocíamos, la voz de la chica me resultaba familiar, más morbo tenía la situación.

-Donde estás? pregunté a mi chico-

-Estoy aquí cielo- y entonces noté su polla en mi coño, mientras la chica parecía que lamía tanto su polla como mi coño.

-Que tienes en mente- le pregunté

-En el fondo lo sabes- me contestó el. Hemos fantaseado con esto muchas veces, pues ahora lo tendrás. Tendrás dos pollas dentro de ti. Y dicho esto apuntó su polla a mi coñito y empezó a metérmela. Yo notaba las dos pollas dentro de mi y mi placer era enorme, para colmo, la chica me lamía el clítoris.. mmmmm

-Mmmmmmmmmm me corroooooooooooo

– Te gusta cumplir tu fantasía cielo?

-Siiiiiiiii, mucho, muchísimo, me corroooooo

Y empecé a gemir mientras me corría durante un largo período de tiempo, un orgasmo de los mas largos o el más largo que he tenido nunca, y sin duda el más intenso – ohhhhhhhhhh, ohhhhhhhhhh, ohhhhhhhhhh, me corrooooooo.

-Tus gemidos nos ponen a mil- dijo mi chico- nos vamos a correr dentro de ti, ¿quieres que te llenemos?

-Si, quiero vuestra leche dentro de mi.

Y a los pocos segundos, mientras mi orgasmo iba remitiendo noté los chorretones simultáneos de las dos pollas, en mi culo y en mi coño, lo que me hizo volver a ponerme cachondísima y volver a correrme casi enganchando un orgasmo con otro.

-Ohhhhhhhhhhhh.

Después de haberse corrido, retiraron suavemente sus pollas de mi. Y me quedé sola en la cama tirada, la chica también se retiró de encima mia. Mi novio me ofreció algo de beber y se tendió a mi lado. Me dijo que nos íbamos a quedar así hasta que ellos se fueran. Noté como se metían en la ducha, se cambiaban y cerraban la puerta y a continuación se acercaban a mi para darme cada uno un beso en la boca. Acto seguido se cerró la puerta. A los dos minutos, mi chico me desató y me quitó el antifaz. Se abrazó a mi y yo a al. Nos quedamos así un buen rato.

-No me vas a decir quienes eran.

-De momento no, te lo pasaste bien?

-Fue la mejor noche de mi vida

– Entonces no cambiemos nada. Quédate con la intriga.

Nos quedamos dormidos. Todavía hoy día no se quienes fueron aquellas dos personas. Solo me dijo un día, años después, hablando del tema, que ambos eran pareja. En aquel momento me calenté al imaginar el novio follandome a mi y mi chico follando a la novia, un intercambio de pareja en toda regla. Esa noche volvimos a follar salvajemente recordando aquella ocasión.

Venía desarmada pero, no pensaba contar nada de los más de 30 machos y mucho menos lo del perro.

Rosendo antes de mandarme a la joda me había aclarado, que si llegaba cansada los podría compensar al otro día, pero, que el negrito me iba a garchar como siempre.

Como pedirle al negrito que esa noche me perdonara el culo si era lo que a el mas le gustaba.

No encontré pretexto y no quería que descubrieran, cuantos machos había garchado.

Entré a la verdulería, fui donde estaba Rosendo, y él me preguntó…

Algún problema Guachita???

No Papito, para nada, creo que cumplí con todos tus deseos y me porté muy bien…

Y traigo algo para ti, dije …

estirando la mano con 100 dólares…

es una propina que me dieron…

Rosendo sin tomarlos dijo…

bueno pero son tuyos

Pero yo quiero darselos a mi macho por hacerme los gustos…

Necesitaba hacer buena letra…

Venís muy cansada me preguntó…

Y si… me hicieron bailar mucho…

(otra que bailar)

Bueno, con nosotros no hay problema, pero el negrito????

En mi papel de nena obediente agaché la cabeza y respondí…

El negrito me va a garchar como siempre, ya se.

Y sin demora caminé hacia la pieza intentando que no se notara lo desarmada que estaba y rezando para que El negrito no se diera cuenta de como me habían dejado el culo.

Por suerte el loco, (sabiendo que me lo habían llenado de leche) no me chupó el orto, así que no me descubrió.

Y pienso que a pedido de Rosendo (que al fin y al cabo es mi macho), me lo garchó una sola vez.

Eso sí, me lo cogió como siempre, y si bien me hizo ver las estrellas también me sacó un buen polvo.

Me vestí y despidiéndome partí hacia mi casa, cruzando la calle se me ocurrió, que si entraba al edificio por delante evitaría encontrarme al petiso, pero de inmediato resolví que quería disfrutar un poco más mi condición de putita alquilada por un macho.

Entré al estacionamiento y casi enseguida ví al petiso, me largó un par de sus ordinarios piropos y yo sin dejarlo hablar mucho más lo encaré…

Mira Petiso, hoy no me puedo quedar a garchar como a vos te gusta…

Pero si querés me gustaría contarte lo que estuve haciendo hoy y como te vas a calentar mucho mamarte bien toda la leche que me largues.

Así lo hice, sin mencionarle que habían sido 30 machos y no 10, ni lo del caballo y el perro, le conté que Rosendo me había alquilado para una fiesta de milicos y que me habían garchado desde las 6 de la tarde hasta la 1 de la madrugada.

Cómo había calculado el petiso me largó bruta acabada casi enseguida, y yo, como buena puta tragué todo y despidiéndome le dije…

Chau pajero…

Cuando entré al apartamento eran las 3, mis viejos dormían, me duche y me fui a la cama.

Desnuda bajo las sábanas, sintiendo mí cuerpo desarmado de tanto cojer, comencé a repasar todo lo vivido ese día.

Me había dado el gusto de ser una putita alquilada y me habían dado una muy buena nota.

Los milicos quedaron encantados conmigo, la propina me la dió el comisario en un aparte y fue de 200 dólares, yo le dí 100 al Negro para no tener problema.

El comisario, además de elogiarme me planteó si no estaba dispuesta a ir a un par de jodas más, sugiriendo que dejara afuera a Rosendo.

Me ofreció 300 por cada participante y me aseguró que no serían más de 20.

Además me aclaró que no tendría que garchar con todos, solo dar espectáculo con dos o tres.

Es otro nivel de gente me dijo, cada uno va con su minita a verte … entendes???

Estas de acuerdo???

Por supuesto me atraía la idea, sería algo nuevo y además iba a hacerme de unos buenos pesos…

Me gustaría le respondí,… pero como zafo de mi macho???

No te preocupes, yo hablo con él, te pido por toda la noche y ya está…

Pero te aceptara???

Por supuesto, ya lo tengo en capilla…

Con esa charla quedamos para cuatro o cinco días después, le di mi teléfono y él me llamaría.

Otro planteo que tuve cuando me iba, fue más concreto…

El Poni en voz baja me dijo, te quiero garchar ese orto yo solo un rato, puede ser?

Cuando le pregunté…

Mañana, siii?

Pero de tarde le dije…

Mira que no tengo guita…

No importa, donde nos vemos…

Y así había arreglado con el Poni, para las 4.

Le dejé una notita a mi madre para que me llamara a las 3 y con mi culito ardiendo, me dormí, mientras me veía mamándole la verga a un caballo y a un perro.

A las 3 de la tarde de ese sábado, mi vieja me despertó como yo le había pedido.

Una bandeja con jugo de naranja y dos sándwiches calientes me esperaban…

y los devoré.

Como el encuentro con el Poni era en Maldonado, me apuré a ducharme.

El loco me había dicho que no fuera vestida muy llamativa porque era en un barrio y llamaría la atención… yo le había preguntado si a él le preocupaba y como me dijo que no… que era por mi, al vestirme resolví aprovechar que mis viejos habían salido y me puse las pilchas más escandalosas que tenía.

Un top de color rojo con un exagerado escote, un ajustado shortcito de jean bien metido en mis cachetes y unas sandalias con tacones de 15 ctms. Vestida de puta, para que no quedaran dudas.

En un minúsculo bolsito, llevé algo para ponerme al volver al departamento.

Con la propina del Comisario, resolví pagarme un taxi. Al subir el chofer me miró sin disimulo alguno… yo me había vestido para eso…

Cuando le di la dirección donde me encontraría con el Poni no pudo evitar que se le notara la sorpresa. Disculpe el atrevimiento, me dijo…

Está segura de la dirección…

Es la que me dio el tipo con el que voy a encontrarme, le respondí…

Disculpe dijo… y arrancó…

Al ir llegando, comencé a ver el porqué del asombro del taxista y del comentario del poni sobre la vestimenta.

Era en las orillas de Maldonado, muchas casas

eran de tablas, cartón o latas, las calles de tierra y un nauseabundo olor por la acumulación de basura y la falta de alcantarillado.

Llegando a la esquina indicada por el Poni, lo vi esperándome…

El torso desnudo, unos shorts y ojotas… más ordinario imposible… y yo con mi equipo de puta… me encantó la situación…

Aquí la dejo???

Si ese es el tipo que me espera.

Baje del taxi, el Poni me tomó de la cintura para darme un chupón…

Buscando ver mi reacción… Yo encantada me le prendí sin reparos.

Con su mano en mi cintura comenzamos a caminar, era imposible ignorar las miradas y comentarios de la gente que nos cruzabamos, incluso hubo varios muy directos…

Bien ahí Poni!!! Hoy comes manteca…

Y para que negarlo, todo aquello me había entrado a calentar. Llegamos a la pieza del Poni,

Ni me fijé como era, lo hice sentar en la cama, me arrodillé, le saqué el pijon afuera y se la entré a mamar.

Cuando la tuvo bien dura, me levanté, y mientras se sacaba el short y yo el mío, le pregunté…

¿Qué me vas a garchar primero?

El ojete putita, dijo el Poni, sacudiendo aquella garcha de un tamaño descomunal….,

Me lo imaginaba, vergudo de mierda…

Y poniéndome en cuatro patas, levanté la cola y le dije…

Rompéme el culo Poni Pijudo…

Me garchó sin lástima un largo rato y le

di leche dos o tres veces.

La sacó y la puso junto a mi boca …

dale guacha límpiame la caquita…

Si ya voy a mamarte la garcha y te la voy a

dejar bien limpita, para que me rompas la cajeta con ese socotroco de verga.

Luego de chuparsela hasta que la tuvo nuevamente bien dura, se estiró en la cama y yo me subí sobre él ensartándome el pijón yo solita.

Cuando la sentí toda adentro, cabalgué en su vergón como una jineta, acabé dos veces y me

terminé haciendo culear de parado otro poco.

Me lavé como pude en una palangana que había en el baño, cuando me estaba por poner mi puto shortcito, el Poni me pregunto…

¿Estás apurada por irte?

¿Qué hora es? le pregunté…

5 y media, dijo…

Yo había calculado que me iba a coger como dos o tres horas…Así que le dije, yo pensaba quedarme hasta las 7, apurada… para nada, pero tampoco quería ponerte en compromiso…

Te pregunto porque se me ocurrió algo…

A ver Poni que estás pensando…

…Tenes problema si invito a un par de vecinos para que te conozcan…

…Si te llaman la atención tu los encaras

Y bueno… pero hasta las 7 no más…

El Poni salió, y yo me puse el pantaloncito, el top y las sandalias, para estar bien apetecible.

No tenía la más mínima idea de cómo serían los invitados del loco.

Sentí que llegaban y algo les estaba dando trabajo, lo comprendí cuando entraron, pues uno de los invitados estaba en silla de ruedas.

El de la silla era además una persona down, me costaba calcular su edad.

El otro invitado era un enano.

Juro por lo que ustedes quieran que lo del enano me calentó enseguida. Era otra de mis fantasías.

Sacaron al loco de la silla y se sentaron los dos en la cama…

El Poni me dijo… voy a traer unas cervezas, vayanse conociendo… Antes de salir prendió la radio con unas cumbias berretas…

Mire a los dos locos y aprovechando las cumbias me puse a bailar y hacer poses, le pregunte al enano… te gustan mis piernas…

Tas toda divina dijo…

Y a vos te gusta,pregunté arrimandome al down…

El down no abrió la boca, pero de un solo ademán, dejó afuera una hermosa y gruesa pija..…

Papito que me vas a hacer, dije…

En ese instante, de reojo mire al enano que también había sacado su verga y…

era una bruta verga…

Entonces me corregi diciendo…

Papitos que me van a hacer…

El enano me dijo…

Si queres te garchamos toda…

Solo atine a decir… hasta las 7 no paren, y de rodillas entre a mamar la verga del down…

aquél pedazo, tenía un desagradable olor a calzoncillos sucios, meados viejos y leche reseca de alguna paja de quién sabe cuándo.

Pero igual, me prendí de aquel cipote abrí bien

grande la boca y arranqué a mamarlo.

El enano estaba manoseando mis tetas, que dejó afuera con un simple tirón al top.

Cuando comenzó a intentar sacarme el short, levante la cola y lo desprendi por delante.

Me los saco, encontrándose con que no tenía nada debajo.

Se prendió a chuparme el culo, metiéndome una gruesa y áspera lengua, soplaba y chupaba… a la vez sus dedos me pajeaban la concha de forma salvaje…

Me tenía recaliente, con tres dedos me garchaba la cajeta y con otros tres me entro a garchar el orto, a la vez que me chupaba el clítoris brutalmente.

Me estaba costando seguir con la mamada…

el enano me tenía como loca…

Entonces me dijo, sentate en esa pija…

Eché para atrás al down, me subí en él, le agarre la verga y apenas la tuve en la puerta, de una sentada me la metí hasta el tronco.

Mientras el enano continuaba con su trabajito en mi ojete…Yo recaliente gozando la gruesa verga del mongólico, cuando quise acordar estaba chuponeando como loca, con el…

Con todo eso el loco se largó bruta acabada…

un poco en mi concha y yo salte para mamarle el resto.

Mire al mongólico y había quedado nok out, entonces mire al enano y le dije, bueno ahora soy toda tuya…

No tenía ninguna duda, después del espectacular trabajo que me había hecho el enano, sacándome leche del orto dos o tres veces…

Fuera cual fuera el tamaño de aquella verga que no había podido apreciar, el enano merecía garcharme el ojete a gusto y antojo.

Me acomode en cuatro patas, levante el culo y le pedí…

Partime el orto…

Dame sin asco…

Cuando entró el Poni con las cervezas, me encontró a los bufidos, enculada por el enano pidiendo mas y dandole leche.

Al sentir como palpitaba la poronga del enano, supe que estaba por acabar… entonces lo deje largar el primer chorro en mi ojete, y después salte para mamarle el resto…

Trague tres o cuatro chorros más de una espesa y grumosa leche, luego comence a limpiar la garcha del enano… pues por lógica se la había cagado un poco..

Mientras lo hacía apreciaba asombrada, el tamaño de aquel pedazo que se había comido mi ojete.

Es bobada pensé… si te saben calentar te comes cualquier cosa.

Divinamente cogida, salí con el Poni a llamar un taxi…

para eso tuvimos que entrar a un bar, imaginen las miradas y los ordinarios comentarios al entrar abrazada al Poni con mi escandalosa vestimenta…

Que cosa que me gusta, calentar machos…

Subí al taxi y en el camino pensé…

me han garchado divinamente, pero hoy en la verdulería tengo jornada intensiva… (tenía que compensar)…

Despues sigo

UN BESO

En el final de mi relato anterior les decía, “otro día de playa perdido por puta.Caí en la cama y quedé seca.”

5to. DIA

OTRA PRIMERA VEZ…

ALQUILADA POR ROSENDO

Mi plan era despertarme a eso de las ocho de la tarde, como quien dice, a la hora de vestirme y partir rumbo a la verdulería.

Pero a las 4 y poco me despertó el timbre del departamento, y al ver que mis viejos no respondian, (y que evidentemente habían salido), me levanté a atender.

Al abrir me encontré con el petiso, pero antes de que le diera una puteada, me dijo:

… tu sabes que a veces jodo, pero no soy un atrevido, vine porque abajo esta el Negro Rosendo y si no venia yo, ese negro atrevido lo hacia el.

Pero, ¿pasó algo? pregunte,

…a mi solamente me dijo que te precisaba ahora y que tu eras la más interesada…

No me dio otros detalles.

No le dije nada al petiso, pero ya intuía lo que pasaba.

Dile que en menos de 15 estoy en la verdulería, le respondí al petiso y cerré la puerta.

Después de garchar mas de 12 horas continuas, las piernas me temblaban, igual me subí en unas altas sandalias que se ataban al tobillo, una cortita mini, un top (sin sostén) y un collar que me había regalado Rosendo y que seguramente era para perros.

Baje al garaje, donde por supuesto encontré al petiso, curioso y expectante…

Al pasar a su lado, me dijo…

Huyy que divina estas, lastima que no sea para mi dándome una palmadita en la cola.

Les juro que estuve tentada de ofrecerle una mamadita rapida, pero me conozco bien, y si veo una verga dura hasta que no la bajo no me voy, y le queria cumplir al negro, ademas sospechaba lo que me esperaba.

Llegué y Rosendo me alcanzó la acostumbrada tácita con aquella especie de té con un poco de vino calentito.

Casi enseguida se confirmaron mis sospechas.

Los milicos que me habían estado culeando el día anterior. Habían vuelto con una propuesta para el negro. Ellos tenían un ásado en la comisaría y le preguntaron si existía alguna posibilidad de que yo fuera un rato, bailara y les hiciera un striptease.

Mi macho había contestado que no sabía si yo bailaba, ni si me gustaba, aclarandoles que si el interés era que fuera dispuesta a unas cuantas mamadas o a hacerme garchar, no había problema, si arreglaban con él…

Y habían arreglado.

Como le dijeron que serían unos 10 tipos, el negro les habia pedido $200 por cada uno (unos 10 dolares de ahora) por todo el servicio.

Habían quedado que estuviera en la Comisaría a eso de las 5:30, porque empezarían temprano.

Rosendo aclaró…

Calculo que no te van a largar antes de las 12 de la noche, pero con nosotros no tenes problema En todo caso nos compensas mañana, el que no se aguanta y te va a garchar como siempre, es el negrito.

Algún problema, me pregunto…

Creo que cumplí tus deseos…

Tu querias que cobrara unos pesos, para mi.

Pero bien barato nomás, cuánto, cuánto para que no fuera de regalo.

¿Se imaginaron mi respuesta verdad?

Me encantaba el plan, llevaba un par de días en que no dejaba de pensar en que un macho me vendiera y que yo me hiciera garchar para su beneficio, sin preguntar cuántos ni quienes.

Pero había estado pensando a que lugares me podría llegar a mandar el negro, y en que situaciones me meteria por ser tan puta.

Así que se me ocurrió que era genial comenzar estas locuras cogiendo con los milicos pues de ahí en adelante, me cuidarian

Por eso, cuando llegué al asado y vi que eran más de 30 machos, me acerqué a los que ya conocía y sin que nadie me lo pidiera, les prometí que yo no contaría nada.

Habían dicho 5.30 y yo llegué a las 6, pero ya 4 o 5 milicos tenían unas cuantas copas arriba.

Yo que… ALQUILADA por primera vez, estaba alzada como nunca…

o… como siempre

Empecé a caminar entre aquella cantidad de machos, sintiendo las sensaciones que recorrían mi cuerpo, yo era la putita para todos ellos, había venido a eso.

Los que ya estaban alborotados, comenzaron a decirme cosas…

algunos piropos…

y algunas groserías…

Confieso que entre un … “que buena que estas”

y un “te voy a partir el culo”, era con éste último que me quedaba.

Cuando uno me metió mano, me pegué a él y le di un buen chupón, al hacerlo sentí claramente su verga bien dura, no quería ilusionarme, pero, me pareció que era un hermoso pedazo.

Mientras me dejaba manosear toda, miré disimuladamente a uno de mis arrendatarios, y él con un gesto me dio el OK.

Saboreando la lengua del milico, desprendí su pantalón, metí mano y al manotearle la garcha

confirmé mi primera impresión.

El loco tenía bruto vergón, recaliente al ver como arrancaría la joda, sin soltar su verga le pregunté…

¿Qué calibre es?

A esa altura ya estaba mamándosela, pero al sentir que me respondía…

El calibre de reglamento…

Sin sacarla de mi boca, levanté los ojos y le pregunté….

Y eso qué significa…

…Que salvo alguna diferencia de modelo. El calibre es igual para todos….

Volví a mirar a uno de mis arrendatarios, el loco se arrimo y me dijo…

Por lo menos hoy, te hicimos una selección…

Mirá… y les hizo una seña a todos.

Cuando los tipos arrancaron a sacar sus garchas para afuera… No podía creerlo, no solo me iba a hacer coger por 30 machos sino por 30 pijones.

Sin poder esperar más, volví a la mamada en la que estaba y lo hice con tal entusiasmo que poco después estaba tragando la primera dosis de leche de ese día.

Cuando mamaba la décima garcha, por primera vez sentí que alguien me levantaba la mini, y apartaba mi minúscula tanga.

Enseguida vino la clásica escupida en mi orto, un par de pinceladas con la guasca para después posar la cabeza en mi ojete y entrar a empujar.

Si bien no dejé la mamada que estaba haciendo, seguí solo con la boca. Decidida a hacerme garchar bien por el macho que se preparaba para culearme.

Calcé mis manos en el piso, levantando bien el culo, y sacando solo por un segundo la otra verga de mi boca, giré mi cabeza para verle la cara a quien me iba a garchar.

Era un tipo enorme, medio pardo, con una cara horrible, picaduras como de viruela, a medio afeitar, pocos dientes, una fea cicatriz, muy sudado y bastante borracho…

el loco, al ver como yo bajaba la mirada, adivinó mi interés y se enderezó un poco mostrándome su guasca.

DIOS MIO….

Otra que de reglamento

Esa garcha era bastante más grande, que las 10 que ya llevaba mamadas y las de los 5 milicos que me habían cogido en la verdulería.

Viendo mi sorpresa, el beneficiado por mi mamada, mientras me largaba su leche y yo se la tragaba como ternera guacha,…

dijo burlón…

Nadie te aclaró que los oficiales pueden elegir el calibre.

Y vaya calibre que había elegido, aquella verga era tan larga como la del negro Rosendo, pero bastante mas grueza y muy, pero muy cabezona.

===

Habiendo digerido la décima dosis de leche, anuncié que suspendía por un rato las mamadas para que me rompieran el orto a gusto.

Ese comentario hizo que el pijudo que tenía atrás mío, sin decir ni “agua va”, me diera bruto vergazo enterrandome aquel cipote, creo que hasta la mitad.

Cuando vio que sin una mínima queja, yo me afirmaba en el piso y levantando el culo comenzaba a recular buscando que me la enterrara aún más.

Me dio otro bruto envión y ahí sí la sentí bien a fondo.

Lo miré y le dije…

¿Me la piensas sacar por la boca???

Levantándome en brazos me llevó hasta una mesa, me puso boca abajo con los pies colgando, alguien le alcanzó unos buzos o camperas él los colocó debajo mío, de manera que quedé con la cabeza enterrada en la mesa, el culo bien arriba y a total disposición.

Y ahí arrancó a darme bomba con aquel hermoso pedazo, me enterraba la garcha bien a fondo, sin un milímetro fuera de mi ojete.

Al rato se echaba bien atrás sacándomela toda y cuando su cabezota me estaba dando vuelta el culo, de otro brutal guascaso me la ensartaba hasta los huevos que rebotaban en mis nalgas.

Con eso me hacía encorvar de placer y largar bufidos y berridos igual que una yegua.

Me estaba garchando tan bien, que apenas mi orto le dio el primer polvo sentí claramente que mi ojete comilón también soltaba caquita…

Imaginando la cara de brisca recogida que debía tener, y siguiendo las enseñanzas del negrito, miré al loco, y le dije…

no te hagas drama por la caquita, que yo te la dejo bien limpita.

Decirle eso, entrar a sentir brutos chorros calientes que me llenaban el ojete, y enseguida estar de nuevo dando leche a lo yegua fue todo una…

No me dejaron enderezar, alguien me acercó un vaso con pajilla y pude tomar unos tragos de whisky apenas levantando la cabeza.

Mi reciente culeador, sentado en la mesa, me acerco su cipote embadurnado en la mezcla achocolatada con que mi orto le había dado las gracias, y empecé a darle mi ofrecido servicio de limpieza.

Sin mucha demora sentí unas manos separando mis nalgas y de nuevo estaba bien ensartada y gozando emputecida.

No había visto ni la cara del segundo que me estaba culeando, cuando otro arrimo su verga para que se la mamara, alcance a ver en su reloj que recién eran las 7, y pensé…

Que divino como me van a dar pija!!!!!!!!

—————————–

No teman que no demoro con la continuación, y no se la pierdan…

Nunca me habían garchado tantos machos y de esa manera.

Pero ahora no puedo seguir, necesito una buena paja ya que no tengo pija a mi alcance.

Chauuu

Un Beso

Noelia

Arriba tienen mi email, tengo algunos audios que quizas les guste escuchar.

Color vino con pequeños estampados de flores, botones cruzados, cuello elevado y de largo justo por encima de la rodilla.

Un ajuste perfecto que marca sus curvas y sus nalgas a la perfección.

Un marcaje de culo que me erizaba el vello, un pedir a gritos «tócamelo» que es una delicia.

Un vestido perfecto para una mujer con curvas y de estatura alta.

Clara estaba guapísima, literalmente para follársela, ella lo sabía, y los demás también.

La fiesta a la que acudimos era de temática oriental y con máscara. Cubrirse el rostro da intimidad y anonimato, y a mí mujer Clara, sobre todo, le da soltura a la hora de hacer lo que quiera.

Al entrar nos ofrecieron unas copas frías de un Champán que surcada nuestras gargantas con una facilidad asombrosa.

Un bebida espumosa es un acierto en estos eventos de parejas liberales, las burbujas suben rápido al cerebro, desinhibiendo al personal que es al fin y al cabo lo que se pretende.

En cuanto vi las miradas hacía Clara tuve una erección. Si hay algo que me guste es observar el efecto que produce Clara sobre otras pollas.

Es una «encantadora» de rabos.

Con su sola presencia y el cantoneo de sus caderas las pollas se ponen firmes, duras, tensas y armadas hasta los dientes, y ya se sabe que en caso de guerra, todo agujero es trinchera.

Al instante de acercarnos a la barra una pareja de mediana edad se nos acercó y nos invito a tomar otra copa.

Apuramos el Champán y aceptamos la invitación al instante.

El tipo era alto y con las sienes nevadas, un cuerpo atlético trabajado en el mar, un tipo que le gustaba disfrutar de un velero ganado en un timba de poker, como luego nos confensaría.

Ella era una rubia resuelta, con unos grandes pecho firmes y con pezones mirando al cielo…un repaso estético evidente pero que le quedaba de miedo.

Pechos semidescubiertos por un kimono japonés que se abría por dónde tocaba abrirse, es decir, por todas partes.

Agarramos las bebidas y nos fuimos a sentar. Clara quedó en el medio de ambos hombres, el «marinero» y yo. Flora, la mujer de Juan a mi lado.

Entre risas y copas la temperatura fue alcanzado el nivel esperado, al fin y al cabo estábamos donde estábamos.

Juan le dijo a Clara que iba estupenda, un vestido chino que le ajustaba un culo precioso. Al instante me puse cachondo.

Clara se dejó llevar y se subió el vestido hasta los muslos para decirle a Juan al oído que sus braguitas también era color vino.

Yo ya estaba que me explotaba la polla, y a Juan le salía un bulto de la entrepierna que pedía a gritos ser magreado.

Flora se había levantado a por copas hacía ya un buen rato, y todavía no había regresado.

Le pasé la mano por los muslos para subirle más el vestido y mostrarle a Juan que evidentemente las braguitas eran colo vino. Juan sonrió y le pasó también la mano por el muslo para con el dedo índice tocarle las braguitas, Clara sonrió y le tocó el bulto.

Empezamos a besarla el cuello y la boca como podíamos, si yo la besaba los labios Juan el cuello, si yo le tocaba los muslos, Juan el pecho. Nos marcamos un turno de magreo sin necesidad de pedir la vez. Los resoplidos de Clara eran la muestra que lo estaba disfrutando.

Clara alcanza a tocar los bultos de las pollas haciendo incidencia en Juan, que ya era evidente que lo que escondía en los pantalones y va a sorprender a nuestra querida amiga.

Pasados unos minutos Juan nos propuso dar una vuelta, aceptamos y yo pregunté por Flora, sin más interés que saber donde estaba la bebida, porque mi atención está en Clara solamente en ella, y en verla disfrutar conmigo y con otro rabo cerca de ella.

Juan, soltó un «esa puta estará en su lugar favorito» y nos llevó allí con una sonrisa de oreja a oreja. Pasando por la barra cogimos más alcohol para que siguiera subiendo el ánimo.

Clara tenía el rostro rojo de calor, conociendo como la conozco ya debería tener el coño como el pantano de San Juan…un embalse en Madrid que es estupendo para pasar el día, y que Clara, lo llevaba ese día entre las piernas.

Nos metimos en una habitación donde de varios orificios salían pollas de todos los tamaños a la que Flora estaba dando buena cuenta metiéndose en la boca todo lo que sobresalía de los agujeros.

Una escena que me dejo atónito, había varias mujeres restregándose y chupando todo el rabo que encontraban, y la que más destacaba era Flora, una auténtica deboradora de nabos que no dejaba prepucio por repasar.

Preferimos salir de ahí y entrar en una habitación donde había un sillón tranta de piel negra y brillante que invitaba a posarse en él.

Nos abalanzamos sobre Clara, nos pusimos cada uno en un lugar, yo delante y Juan detrás. Así, le subimos el vestido y comenzamos un auténtico festival de sobadas y lametones. Juan le pasaba la polla por sus nalgas a la vez que le tocaba las tetas y ella giraba el rostro para besarle, yo de rodillas le comía el coño haciendo incapié con mi lengua en el interior de su coño y en el clítoris.

De vez en cuando aparecía una enorme polla entre su nalgas que me hacía retroceder para que no me alcanzara semejante pollón.

Junto al sillón tantra había dos sillones (normales) más que estaban colocados estratégicamente para no perder detalle en lo que sucedía en el sillón tantra.

Me alcé esquivando de nuevo el pollón de Juan que desde atrás se frotaba con el coño de Clara sobresaliendo entre sus piernas como un ariete.

Les hice venir a los sillones mientras me quitaba los pantalones. Me acomodé y le dije a Clara que le comiera la polla como ella sabe. Juan, se quita los pantalones y se sienta, Clara, cogiendo una almohada del sillón se arrodilla poniendo la almohada en el suelo. El espectáculo era abrumador.

Clara agarra la polla de Juan de unos 20 cm y comienza a hacerle una paja lentamente a dos manos. Con las bragas colgándole de un tobillo y todo el culo y el coño al aire se acomoda mejor para comenzar lentamente apasarle la lengua por el prepucio, Juan comienza a acariciarle el pelo, ésta comienza a saborear tremendo nabo, dulcemente poco a poco se va tragando el mastil. Saboreando cada centímetro de polla me mira fijamente a los ojos…sabe como ponerme cachondo.

Sube y baja su cabeza haciendo círculos con la boca sobre un pollón caliente que se alza atrevsado por una gruesa vena que palpita a cada embestida de sus labios. Clara disfruta, mientras chupa comienza a masajearle los huevos, Juan rebufa, y yo a medio metro escaso me mastubo plácidamente.

En ese momento apunto de correrse Clara se levanta y me pide que me tumbe en el sillón tantra…obedeciendo a mi dama, me tumbo sobre el sillón apuntando con mi polla al cielo.

Poco a poco se acerca Clara mientras una gota de líquido brota de su coño para estrellarse contra el suelo. Está completamente cachonda y su coño húmedo lo atestigua.

Alzando una pierna coge mi polla y poco a poco se la va metiendo en el coño…así lentamente su vulva disfruta cada centímetro de mi rabo…y comienza el baile…hacía delante…hacía atrás…en cada embestida su hermoso trasero se levanta hacia las estrellas.

Juan alucinando con el panorama y dejando de hacerse la paja se levanta.

Se acerca a nosotros y le espeta a Clara; «te voy a dar por el culo».

El corazón me da un vuelco, tengo que contenerme para no explotar en un orgasmo inundando el coño de Clara.

Clara le dice que «nunca me han fallado dos pollas a la vez» a lo que Juan le replica que «siempre hay una primera vez para todo».

A Clara se le abre los ojos y un líquido viscoso sale por su coño impregnando más si cabe mi polla. Está desenfrenada y en trance por la excitación que la está abordando como un tsunami de lujuria.

Juan cogiendo lubricante estratégicamente puesto por los dueños del local comienza a embadunarse su tremenda polla…poco a poco extiende el líquido hasta quedar totalmente impregnado de líquido resbalante.

Clara deja de moverse cuando nota la mano de Juan cogiendo su cadera. Alza el culo y Juan le acerca el prepucio a la entrada en su culo…lentamente la polla enorme se abre camino en el interior del culo de Clara mientras sus nalgas abrazan tremenda polla…un gemido gutural mezcla de dolor y placer salta de la garganta de ella, mientras yo noto los huevos de Juan tocando los míos.

Con medio cipote dentro y agarrando las hermosas nalgas de Clara comienza a mover sus caderas…sus movimientos obligan a Clara a moverse ya que tiene otra polla metida en el coño…y así, empieza a gemir….»mmm me encanta, dos pollas a la vez»….»seguid seguid follarme»….dicho y hecho…empezamos a movernos los tres al unísono como de un baile perfectamente coreografiado se tratara, los gemidos de los tres comienzan a inundar la sala.

Los golpes de Juan ya son embestidas, y los gemidos de Clara se han vueltos gritos de placer….nota las ingles de Juan golpear su culo mientras dos pollas le empalan sus entrañas…tal es el placer que Clara estalla en un orgasmo brutal que le hace temblar las piernas para que Juan del movimiento saque la polla y se corra en sus nalgas…mientras me incorporo para dejar a Clara tendida en el sillón jadeando…expulso de mi polla toda mi leche sobre la blancas nalgas de mi amada logrando una mezcla de espermas que hace resaltar su impresionante culo.

Continuará…

Mi nombre es Carol, en ese entonces tenía 25 años y estaba a punto de casarme. Mis amigas y mi hermana menor Alita de 18 años, me organizaron una fiesta de despedida de soltera en casa de una ellas.
Carol es mi nombre, en ese entonces tenía 25 años y estaba a punto de casarme. En casa de una de mis amigas, mi hermana menor Alita de 18 años y mis amigas me organizaron una fiesta de despedida de soltera.
Una de mis amigas me informó que tenían una sorpresa para mí al llegar la medianoche. La fiesta transcurría de manera normal, con mucha música y alcohol. Me pusieron una venda en los ojos y me hicieron sentar en una silla. Las chicas comenzaron a gritar como locas en cuanto cambiaron la música. Hasta que alguien tomó mis manos y me permitió tocarle las nalgas, las sentí bastante duritas, no entendía lo que estaba sucediendo. Después, la persona en cuestión se me sentó encima, agarró mis manos y me hizo pasarla por todo su cuerpo. Era muy musculoso y no tenía nada puesto en la parte de arriba; yo misma rasguñe sus abdominales al sentir que estaban bien marcados. En ese momento, una de mis amigas me sacó la venda y vi a un hombre hermoso bailando frente a mí.
El hombre continuó bailando hasta que de un salto rápido se quitó el pantalón y se quedó solo en calzoncillos. El hombre continuó bailando y moviéndose alrededor mío mientras mis amigas y yo empezamos a gritar como locas.
Después, él regresó a sentarse encima mío, me tomó las manos y me obligó a pasarla por encima del calzoncillo. Cuando vieron que por mi propia iniciativa metía mis manos dentro del calzoncillo, las chicas empezaron a gritar mucho más fuerte, aunque me pareció escuchar un “¡No Carol!” en la voz de mi hermanita.
Se levantó otra vez, esta vez para quitarse lo único que llevaba y quedarse en bolas en frente de todas. Al verlo desnudo en su totalidad, mis amigas se volvieron locas. Su pene se movió por todas partes cuando comenzó a bailar y moverse.
Su pinga se acercó a mi rostro y las chicas gritaron «que la chupe, que la chupe», y yo no pude resistirme, así que se la chupe. A medida que se la chupaba, otro hombre entró y comenzó a bailar con mis amigas.
No sé porque le hice un guiño con mi ojo después de dejar de chupársela, él fue y le puso la pinga en la cara a una amiga que era casada, pensé que lo rechazaría, pero empezó a masturbarlo con fuerza, tanto así que el hombre le pidió entre risas que se lo haga más despacio, que si no se iba a venir muy pronto. La pija del otro hombre estaba en la boca de otra amiga.
Fui a buscar a mi hermanita cuando la vi esconderse detrás de unas amigas. A pesar de que era muy tímida y no quería involucrarse, la traje y la senté en la silla. Luego de mi llamada, los dos hombres comenzaron a bailar desnudos alrededor de mi hermana. Ella agarró una pinga y comenzó a chuparla mientras las chicas y yo gritábamos «que la chupe, que la chupe». Mi hermanita se tapaba con las manos y no nos permitía ver. Me senté junto a ella y comencé a chuparle la pija al hombre que estaba delante de mí.
Después, algunas de mis amigas se acercaron a nosotros y otras comenzaron a besarse con los hombres. Unas amigas comenzaron a chupar a los hombres, después de que mi hermana y yo los dejáramos. Mi hermana permaneció sentada en el piso, esperando volver a ponerse una de esas pingas en la boca, lo cual me sorprendió.
Una de mis amigas que estaba chupando polla, se quitó el jean, puso en posición de perrito, y le pidió al hombre que la perfore, este obedeció y comenzó a penetrarla.
Mis amigas comenzaron a ser penetradas por estos hombres y el descontrol comenzó en ese momento. Me saqué la ropa y esperé mi turno para ser penetrada; yo no fui la excepción.
Me monté en una de esas pingas y comencé a cabalgar como si fuera una loca. Busqué con mis ojos a mi hermana mientras lo hacía y la encontré. Con una amiga mía, estaban besándose en el suelo. Vi a mi amiga desnudando a mi hermanita; primero le chupo las tetas y luego le hizo sexo oral.
La dueña de la casa agarró a uno de los hombres y lo llevó a su habitación con unas amigas. Me quedé con mi hermana, tres amigas y uno de esos hombres.
Nos reunimos entonces y, mientras una cabalgaba sobre su pinga, la otra colocaba su concha en la boca del hombre y así pasábamos.
Cuando le tocó el turno de cabalgar a mi hermanita, este le tenía reservado un trato especial, tal vez por su edad. El hombre levantó a mi hermana y la folló de parado, no tuvo dificultades porque es una chica de 1.54 y 47 kilos. Nos puso una a lado de la otra después y nos pidió que levantáramos el culo y nos folló. Al final, nos pidió que saquemos la lengua y algunas de las afortunadas pudimos probar su leche.
Debido a que estábamos cansadas nos quedamos dormidas, yo dormí con este delicioso hombre abrazada a mí en el sofá. Mi hermana y las demás chicas durmieron juntas en el suelo, en un parte que tenía alfombrita.
El hombre que durmió conmigo me despertó a eso de las seis y treinta de la mañana, realmente no es que me despertara, sino que me despertó el hecho de que me estaba penetrando. Cuando abrí bien los ojos y recordé donde y con quien estaba, vi que el segundo hombre estaba parado frente a mí esperando su turno mientras me penetraban. Mientras el otro continuaba follándome, yo se la chupe. Las demás mujeres continuaban durmiendo.
Le solicité al hombre que me estaba follando, que se folle a mi hermanita. Le indiqué cuál era y, como ella estaba durmiendo boca abajo, se le subió encima y se la folló. Él le tapó la boca de mi hermana para que no despertara a las demás chicas después de que se despertara gritando y gimiendo.
Así fue como nos despertamos de la orgia que habíamos hecho el día anterior. Con esos dos hombres todavía nos la pasamos follando toda esa mañana, y yo me case en una ceremonia hermosa a los dos días. Los hombres me dieron sus números y, en ocasiones, mi hermana o yo los llamamos y nos divertimos con ellos.

-«Si quieres, en 60 segundos la tienes toda dentro»

-«¿Cómo?»- respondo yo. Lo había oído perfectamente pero no me lo podía creer.

-«Me has oído perfectamente»- Me contesta el desconocido con el humo de un Camel flotando entre sus labios. Sus ojos negros brillan mientras me mantiene la mirada. Durante unos instantes me parece captar un leve olor a azufre y una especie de aura brillante rodeándolo. En ese momento no existe nadie más. Sólo él y yo.

Me lo miro fascinada y caigo en un vacío del que sólo me pueden rescatar su mirada, sus gestos y sus palabras.

-«Yo no lo hago en los lavabos» contesto segura de haberle tirado los planes por los suelos.

-«Nada de eso. Aquí al lado tengo un pequeño estudio, arregladito, limpio y, lo más importante, solo para nosotros.»

Su mirada me hipnotiza. Me siento extraña y, sin saber cómo, acepto.

Nos presentamos mientras salimos del bar. Nos sonreímos mientras él abre la puerta de la calle. Contactamos por primera vez en el ascensor con roces suaves y rápidos. Nos besamos mientras la puerta del estudio se abre y entramos dando tumbos sin soltarnos. Avanzamos por el pasillo dejando rastros de ropa en el suelo. Me la mete nada más caer sobre la cama.

Al final no han sido 60 sino 300…. Pero no está mal, cinco minutos para dejarse follar por un desconocido.

El polvo es extraordinario para tratarse de algo tan improvisado y con alguien desconocido. Casi ni la he visto, pero siento una polla maravillosa, potente e incansable. Lo mejor es el bis, donde dejamos la penetración para el final y seguimos con un buen repertorio bucal recíproco y generoso, unos toqueteos completos y, por su parte, una histórica comida de ano que me deja temblando hasta que vuelve a acabar dentro del condón. Es de enmarcar su movimiento de lengua. Parece algo con vida propia, demostrando, dentro de mi ano, una movilidad abrumadora para un sitio tan estrecho. Y ya vista de cerca, su magnífica polla. Unos 20 centímetros, poderosos y recios que no me canso de chupar y recibir dentro de mí. La cosa llega a su fin de madrugada, sobre las cinco de la mañana, con cuatro condones anudados en el suelo de la habitación.

Todo acaba con la facilidad que empezó: -«bueno, un placer, ha sido genial, adiós, adiós. Nos llamamos. Sí claro» – y un portazo de despedida. Ni yo esperaba más ni él quería menos. Todo en su justa medida.

Una semana después:

-«Si quieres, en 60 segundos la tienes toda dentro». El ofrecimiento me viene desde atrás, susurrado en mi oreja con decisión. No puedo reprimir una sonrisa.

Me giro.

No es él.

-«Vale. Demuéstramelo»- le digo interesada por la coincidencia.

Le sigo fuera. La misma puerta. El mismo ascensor y la misma secuencia de sucesos. Las diferencias: vamos a otra habitación y el nuevo empieza con una generosa comida de coño que le agradezco arrancando unos cuantos cabellos al correrme en su boca.

Mientras intentamos llenar el segundo condón me llegan unos alaridos de la habitación contigua, la que ocupé la semana pasada.

Viendo lo interesada que estoy por lo que pasa al lado me propone una OPA hostil. Además, no le llega a la suela del zapato del de la semana pasada.

Cinco minutos después somos cuatro en la cama y dos pollas para mí. El de hoy me folla a cuatro patas mientras el de la semana pasada alterna entre mi boca y la de la tía que se ha subido hoy. Las dos nos deshacemos por la polla del de la semana pasada. Hay de sobra para las dos pero luchamos por conseguirla, ya sea en la boca, o en cualquier otro sitio. Nuestras bocas la buscan contínuamente mientras el otro nos la va metiendo alternativamente por detrás.

Las dos acabamos exhaustas de tanta polla, sudando desnudas sobre la cama y repletas de leche, tanto por fuera como por dentro.

Nos despedimos con la misma eficiencia de la otra vez pero hoy el nuevo me ofrece una llave del estudio para venir a disfrutar cuando y con quien quiera.

Es genial comprobar cómo el encuentro con un desconocido en un ascensor no cambia nunca, aunque le acabes de comer el coño y ella te haya metido tres dedos en el tuyo, ni que ella te haya lamido el clítoris mientras te sodomizaban, o tu hayas acompañado una polla bien dentro de su culo… Pese a todo eso, somos incapaces de hablar de nada más que no sea el tiempo mientras nos miramos de reojo cabizbajas y movemos los pies nerviosamente.

Dos semanas después:

-«Si quieres en 60 segundos la tienes bien dentro de mí».

El receptor de la oferta me mira ensimismado.

-«Aquí al lado tengo un pequeño estudio, arregladito, limpio y, lo más importante, solo para nosotros.»

Ahora soy yo la guía, la que abre la puerta, la que llama el ascensor y la que entra en el estudio.

Ya con nuestras lenguas enredadas nos llevamos la sorpresa de no estar solos. En el pasillo una pareja folla contra la pared, impasible a nuestra presencia, él con los pantalones en los tobillos y ella con la falda por encima de la cintura y su cara contra la pared.

Gritos y muelles chirriando nos indican que las habitaciones tampoco están desiertas. Y, no sé cómo, pero estoy segura que en la habitación de siempre está el primero dando buena cuenta de otra fémina bien abierta de patas.

Descartada la opción de marcharse y, siendo imposible esperarse, rematamos la faena en el pequeño sofá de la sala.

De rodillas con la boca abierta y la lengua fuera, y ya esperando el regalo final, veo como el del primer día acompaña a la chica de hoy hasta la puerta. Después de cerrar y despedirse, se gira y nos ve. De nuevo ese brillo en los ojos. Tengo que contenerme para no levantarme y dejar al de hoy ahí tirado. Con los chorros impactando en mi cara le oigo reír. Los chorretones en mis ojos me impiden ver cómo se marcha por la misma puerta que la chica. De nuevo capto ese olor a azufre, pero lo atribuyo a que el tío que me está alicatando la cara debe ser minero.

Después de limpiarme me encuentro con la sala desierta. De camino a la puerta compruebo que el acompañante de hoy se ha unido a la pareja del pasillo. Sin compasión ambos se trajinan a la chica que, a cuatro patas, recibe en su boca y en alguno de sus orificios bajos.

Salgo sin despedirme y pensando por donde se la estaba metiendo el de atrás.

Un mes después:

-«Si quieres, en 60 segundos mi coño es tuyo».-

Las formas cambian pero el resultado es el mismo.

Hace un mes que no subo y estoy cachonda perdida. Ya en el ascensor se la chupo sin ni preguntarle el nombre. Abro la puerta con una mano en la llave y en la otra su caliente verga.

Nada más abrir ya vemos una pareja ajetreada tras la puerta. El pasillo es una alfombra de cuerpos enroscados y la sala una oleada de miembros acoplados y goteantes. Sin mirarnos, los dos nos unimos, cada uno por donde puede. No hay caras, ni personas, sólo cuerpos entrelazados, miembros colgantes que chupar, cuencas donde meterse, rodillas y codos que se clavan y lenguas incontrolables que contactan con lo primero que pillan. Yo recibo y doy por todos sitios sin saber por dónde viene cada cosa ni saber exactamente lo que se introduce dentro de mí. Es un puzzle infinito y nosotros somos las piezas. De vez en cuando alguna se resiste y hay que forzar un poco pero acaba cediendo. Tampoco importa si encajas o te encaja una pieza de tu mismo color o del color opuesto. Y, luego, una vez encuentras tu sitio, detrás de ti llega la siguiente pieza buscando lo mismo. Y lo encuentra. Y así sin parar hasta formar un cuadro abstracto al que cualquier idiota podría ponerle título.

Y todo esto sin descanso. Algunas pollas se retiran totalmente exprimidas y exhaustas, algunos culos irritados, algunas mandíbulas desencajadas, otros, simplemente salen a respirar. Cuando lo hacen, no duran más de cinco minutos. Enseguida caen sobre ellos nuevos miembros, ávidos por follar y ser follados.

Enseguida tod@s resbalamos sobre un mar de semen y fluidos vaginales.

Intento escaparme un par de veces, pero soy arrastrada y cubierta por cuerpos ardientes y todos mis huecos se llenan de pollas, dedos, culos y coños de todas las edades, colores y sabores.

Mis sentidos se saturan: mi olfato no da abasto, océanos profundos, cloacas malolientes, axilas e ingles concentradas, el sabor es incapaz de acertar: semen, sudor, fluidos varios. El tacto, joder el tacto. Toda yo soy un tacto. En mi cara unos huevos, en mis tetas otras tetas, en mis manos pollas pasan sin parar, en mis piernas de todo. La vista no logra captar nada a más de un metro, sólo carne, pelos. El oído es brutalmente golpeado por continuos jadeos, gritos y gruñidos. El ruido de un sexo separándose de otro, el ruido de la carne chocando…

Por fin logro salir medio vestida con las ropas de otra y aún mareada de la intensidad del ambiente de ese estudio. Cierro la puerta observando ese enjambre de cuerpos en éxtasis retorciéndose como un único ser. La ropa se engancha a mi cuerpo y me encuentro con el primer amante en el rellano.

Sigue fumando un Camel y sus ojos le brillan como siempre.

Sin decirme nada abre la puerta y se queda ahí observando: -«esto va bien. Muy bien.»-

Otro mes después:

Ni siquiera llego al bar.

En la puerta de la calle se acumula un gentío desproporcionado, todos empujando e intentando entrar.

Como puedo me voy colando entre la gente. Siento una necesidad irrefrenable de seguir subiendo. A medida que voy avanzando las ropas empiezan a escasear. Las escaleras son un río de gente fornicando, manoseándose. No llego al primer piso y ya he perdido mi camiseta. Ya en el rellano unos dedos me agarran las tetas y tiran de mi sujetador. Una polla entra en mi boca. Es enorme. Me cuesta dejarla, no suelen encontrarse de semejante calibre, pero debo seguir. De subida al segundo piso pierdo los pantalones y, de nuevo en el rellano algo se mete en mi coño. Una de mis piernas cuelga sobre el vacío del ojo de la escalera y una polla me trepana el coño sin parar. Cansada de oírme gritar otra polla me silencia con toda su longitud.

Llego al tercero, el piso del estudio, completamente desnuda y habiéndome comido tres pollas, dos coños otros tantos culos y con el coño y el culo bien servidos.

La entrada al estudio está imposible. A medida que me acerco el calor que siento es insoportable. Todo mi cuerpo cosquillea y soy incapaz de controlarme. Me vuelvo a comer una polla hasta que revienta en mi boca con todas sus fuerzas. Con la leche sobre mi lengua me giro un poco y meto toda esa leche en el coño de alguna. Mi blanquecina lengua separa los labios hasta encontrar el caramelo interior y se mete dentro. Saboreo su ácido mientras una polla se mete en mi culo. Duele. Escuece, pero no me importa. Quiero y necesito más. El coño de mi boca se convierte en un culo. Aún me queda un poco de semen para él y así se lo hago saber. Nunca había probado nada tan delicioso.

Repto entre la gente hasta llegar al centro del estudio. El espectáculo no tiene fin: negros, blancos y amarillos. Mujeres, hombres y de todo. Me entretengo un momento con un travesti de polla imposible y tetas perfectas. A mi lado una mujer consigue ponerse de pie y, arqueando un poco sus piernas, empieza a mear sobre la gente que tiene debajo. De repente las caras se giran y las bocas se abren para recibir la lluvia brillante. Yo me estiro e intento acercarme con mi boca bien abierta. Apartando cuerpos y miembros a mi paso logro acercarme. Parezco una náufraga que ve un río después de años de navegar por el mar. No consigo llegar a tiempo. La fuente se ha reducido a unas simples gotitas moribundas. Viendo mi desesperación enseguida se une algún otro voluntario a darme de beber. Miles de lenguas me recorren sorbiendo el caliente champán que me cubre el cuerpo. Con las gotas salpicando mi cara y mi cuerpo convertido en una inmensa copa me friego las tetas, me pellizco los pezones.

De repente siento como me alzan. Mi cuerpo flota sobre el gentío, goteando brillantes chorros. Yo misma aflojo mi vejiga. Enseguida una boca tapona mi entrepierna y se da un festín con mis entrañas.

Como una cantante de rock voy pasando de mano a mano hacia el fondo de la sala mientras me manosean por donde quieren. De repente me paran donde la jauría humana llega a su fin. En la sala de estar, ahí sentado en una gran butaca, está el del primer día. Más bien diría que es un trono. Sus ojos brillan como nunca, sus dientes se muestran en el fondo de una enorme y contínua sonrisa. Sus pies parecen pezuñas y en su mano izquierda sostiene un bastón que repica contra el suelo. La habitación parece retumbar con cada bastonazo y, entonces, los fieles seguidores me dejan suavemente sobre el suelo.

Soy la única dentro ese radio de seguridad que parece rodearle. Entonces su ropa desaparece y, entre sus piernas, una enorme polla parece desenredarse como un gran tentáculo.

No me muevo, estoy segura, pero mi cuerpo se acerca a él como si flotase. Siento un miedo irracional e intento frenar mi avance con los dedos de mis pies, pero no hay nada que hacer.

Al llegar junto a él vuelve a invadirme ese olor a azufre. Mi visión se nubla y caigo de rodillas.

Lo que tiene entre las piernas no es normal. Parece palpitar con un corazón propio en su más de medio metro de longitud.

Cierro los ojos y la boca.

Una uña afiladísima me recorre la barbilla.

Abro los ojos: no hay uñas, ni pezuñas, ni apéndices de medio metro.

No entiendo nada, pero hago lo que creo más normal: tragarme esa polla con todas mis ganas. Ayudándome con una mano ejercito la parte del miembro que no me trago. La saco y pego mi lengua al tronco hasta llegar a sorber sus huevos. Vuelve a la punta y me la meto casi entera. Entonces parece crecer dentro. Siento mis mandíbulas a punto de desencajarse y le miro aterrorizada.

Su sonrisa me tranquiliza y puedo volver a cerrar la boca alrededor de esa verga tan deliciosa.

Sosteniendo mi barbilla me alza y me pide que me gire. Su voz suena rocosa, como si procediera del mismo centro de la Tierra. No puedo más que obedecer la orden.

Vuelvo a ver el montón de gente enredada, fornicando como locos, la mayoría, pero algunos mirando alrededor, extrañados y confusos, como si no entendieran que estaban haciendo allí.

Entonces, sin moverme, siento algo presionando por debajo, reptando por mis muslos con un destino claro.

Grito al sentir mis labios vaginales separándose como nunca. Soy incapaz de girarme para ver qué me está follando. Ni puedo ni quiero.

El intruso se mueve a sus anchas en mi interior, llega al fondo y se detiene.

Una enorme lengua viscosa me recorre la espalda desde la raja del culo hasta la nuca.

En mi vagina eso se ensancha y crece.

Grito.

Todo mi ser arde de placer. Bajo mis caderas un poco y entra más. Parece casi imposible pero logro sentarme en su regazo, con toda su estaca clavada.

Una sonrisa suena en mi oído junto a unas palabras que vienen directas del averno: -«Sí,sí sabía que eras tú»- y entonces mi cuerpo empieza a subir y bajar sin manos que me ayuden.

Quizás debería preocuparme, pero no puedo. Toda yo soy una herida abierta. Hasta el contacto del aire me hace gritar. Mis pezones parecen a punto de estallar y a mi vagina le falta poco para desgarrarse.

Algo tapona mi culo y empieza a recorrerme el clítoris.

Mis caderas suben y bajan con ritmo endiablado. Apoyo mis manos en el suelo y algo se mete en mi culo. Y se mueve. Y crece.

Estoy al borde de todo: mi cordura se escurre patas abajo mientras bombean mis dos agujeros a la vez. En mi intestino esa cosa se retuerce y gira para contactar con el miembro de mi coño que no parece querer detenerse… Entra más y más.

El cuerpo me arde con una fiebre uterina desbocada. Me muerdo el labio inferior y cierro mis ojos con fuerza mientras aprieto mis pezones, los pellizco y retuerzo como quiero: la intensidad que proviene de mis bajos me deja el resto del cuerpo insensible, adormecido. Nunca había sentido nada igual y me corro con una violencia inusitada. Mis manos agarran mi cabeza y grito. Mis muslos se contraen y los dedos de mis pies se separan. Las paredes vaginales sudan placer sobre eso tan enorme que las separa y toda yo tiemblo. Siempre había creído que el orgasmo femenino era más mental que otra cosa, pero éste me lo han arrancado a la fuerza. Cada embestida me iba enloqueciendo

Entonces un enorme y ardiente torrente me llena por completo. Salgo disparada contra el suelo por la violencia eyaculatoria y con mi coño repleto de esperma.

El olor a azufre se hace insoportable.

Litros y litros silban por encima de mi cabeza salpicando a la concurrencia.

La gente se vuelve loca intentando conseguir una sola gota… Y todo vuelve a empezar. Los que antes se preguntaban qué hacían ahí, ahora vuelven a chupar, meter y recibir…

Tiemblo tirada sobre el suelo.

Giro mi cabeza… Una mano se postra sobre mi vientre.

-«Ya está. Todo ha acabado y empieza una nueva era».

Y todo se oscurece.

Las noticias del día siguiente:

Desapareció tal y como llegó. Nadie es capaz de entender las razones que llevaron a más de un millar de personas a participar en una orgía multitudinaria. Ninguno de los participantes fue capaz de responder ni una sola pregunta al respecto. Miradas perdidas y bocas desencajadas fue lo único que tuvimos por respuesta. Parece que todo empezó en un pequeño estudio del barrio antiguo hasta llegar a pleno centro de la ciudad. Calles repletas de gente copulando y, lo más extraño de todo, como pueden ver en las imágenes, aquello acabó de golpe. Personas desnudas se preguntaban cómo podían tener los genitales de un desconocido en su boca o en partes que no sabían ni que existían. Las imágenes completas de tan bestial bacanal las podrán ver esta tarde en el especial «Tomate en plena calle» que les estamos preparando»…

Nueve meses después

Hay gente que al verlo sale corriendo al ver sus ojos completamente negros, otros son incapaces de acercarse aludiendo un insoportable hedor a azufre, otros, ateos convencidos, rezan o se santiguan antes de salir corriendo sin saber porqué…

No lo entiendo , viendo como el niño más precioso que he visto en mi vida descansa en mis brazos, como me agarra un dedito, como se acurruca en mi pecho.

No tenemos que preocuparnos por nada: los dos sabemos quién es su padre y lo orgulloso que está y estará de su retoño.