Lesbianas

Nunca había tenido una experiencia con una mujer, siendo yo mujer. Si bien es cierto, que a lo largo de mi vida me he sentido atraída por mujeres, nunca había dado rienda a mis inquietudes, tan es así que me casé hace 5 años, durante mi matrimonio le he sido infiel a mi marido 1 vez con un hombre, y esta ocasión que les contaré con una mujer.

Nayeli, mi actual amante, llegó a mi vida cuando no la esperaba, yo ya estaba establecida con mi esposo, las ideas de estar con una mujer se habían alejado hacia ya tiempo de mi mente, mas de pronto ella se cruzó en mi camino, fue verla y sentirme atraída por ella. Compañera de trabajo durante 1 mes, cruzábamos miradas a cada instante., eran miradas que decían algo más… había algo oculto.

En una ocasión tuvimos que salir fuera juntas, por camión, a pesar de ir solas en todo el camión nos sentamos una junto a la otra, llevábamos como 15 minutos de camino, cuando ella estiró sus brazos y los pegó a mis tetas, yo sentí correr electricidad por mi cuerpo, me miró, se sonrió y fue cuando yo supe que ella me deseaba tanto como yo, crucé mi brazo y le cogí de la cara le miré a los ojos y le sonreí. Mas tarde después de ir platicando ella recargó su cabeza en mi hombro, yo comencé a acariciar su pelo, siempre rozando sus tetas con mi brazo, podía sentir su pezón erecto, su respiración caliente, entonces zafé mi brazo para rodearla con él, y ella se pegó a mi pecho, puso su mano entre mis tetas y su cara y comenzó a jugar con ellas, el chofer nos veía por su espejo retrovisor, a mí no me importaba, yo quería sentirla.

Ese viaje fue solo eso, mas al volver, como a las dos semanas salimos juntas a comer, después la invité a casa a tomar unas cervezas, mi esposo andaba fuera de pesca con sus amigos. Nos fuimos a casa y ahí estuvimos platicando, bebiendo, nos sentamos en diferente sillón, al final terminé sentándome junto a ella, demasiado cerca, entonces, ella me quiso enseñar unos aretes nuevos que había comprado, me acerqué todo lo que pude a ella, y la besé en el cuello, ella se hizo para atrás, como muestra de rechazo, pero yo me acerqué de nuevo, esta vez a sus labios, puse mis labios en sus labios, comencé a besarlos, suave, tiernamente, hasta sentir que ella cedía, entonces comencé a meter mi lengua y ella soltó la suya y comenzó a besarme desaforadamente, empezó a meterme mano por donde podía, nos sacamos la blusa, el pantalón, y nos quedamos en calzón y brassier, nos fuimos a mi recámara, besándonos por el camino a ella, y nos tiramos en la cama, fue entonces que yo le saqué el brasier, y el calzón , hice lo mismo con los míos y comencé a besarla toda, sus tetas eran grandes, lindas, pasaba la punta de mi lengua por su pezón erecto y ella se revolvía en la cama, fui bajando, comencé a besar su vientre, y ella me ponía sus manos en mi cabeza, empujándola hacia abajo, abrió sus piernas, y prácticamente metió mi cabeza entre ellas, yo comencé a chupar, a chupar, a chupar, ella gemía y gemía, metía mi lengua en su vagina y sentía viscoso… pasaba mi lengua por su clítoris y sentía como se estremecía, comencé a meter un dedo en su vagina, la exploré, busqué sus puntos de placer, comencé a jalar humedad hacia su ano comencé a jugar ahí, ella solo me decía: así, así Lola, así, así Lola, le metí tres dedos en la vagina y comencé con el mete saca, sin cansarme, resbalaba completamente, estaba empapada, comencé a sentir como se contraía su vagina y teniendo los tres dedos adentro, los abrí, entonces ella pegó un grito de placer, se ve que le encantó. llegamos juntas al orgasmo sin yo tocarme, entonces le tocó su turno a ella, se ve que ella tenía mas experiencia que yo, me hizo llegar al orgasmo 5 veces más.

Desde entonces, siempre buscamos momentos para estar juntas, como pareja funcionamos muy bien, no hay celos, ella me tiene solo a mí, yo tengo a mi esposo y a ella, le cuento de mis aventuras con él y eso a ella le encanta.

El fin de semana pasado tuve mi fiesta de cumpleaños, ya la pasé muy bien, en todos los sentidos, la verdad no me puedo quejar, recibí felicitaciones, tanto de mis compaños de trabajo, familiares, amigos y hasta desconocidos (por las redes).

Empezó el viernes, en mi trabajo todos los de mi departamento organizaron una pequeña reunión, adornaron mi oficina con globos, hubo pastel y botanas, la verdad, lo disfruté mucho.

Ese mismo día, mis familiares me llevaron a comer, lo cual también fue muy bueno y le seguimos en casa de una tía, fue un buen rato de tiempo con la familia, y lo agradecí.

Pero, el dia chingón es el sábado, ya que mis amigas querían que la celebración, inicialmente, la íbamos a hacer en mi casa, pero Rebeca sugirió que fuera en la cabaña, porque ahí podríamos hacer lo que queramos y sin molestias, además, estaríamos algo aisladas; al final, nos decidimos por la cabaña del bosque, además, ya hacía algo de frío por las noches.

Afortunadamente, tuvimos suerte de que estuviera libre, por lo que comenzamos el sábado temprano a planear todo, desde la compra de alimentos y bebidas, hasta lo que nos íbamos a poner, pasando por los juguetes que usaríamos.

Las apuntadas fuimos Andrea, Rebeca, Brenda, Silvia, Irene, Isabel, Karla, Ara, Lorena y yo; todas nos preparamos para psarla rico y hacer una orgía chingona entre todas, de las que nos gusta a todas.

Decidimos ir en dos autos, yo viajé con Ara, Brenda y Karla, mientras las demás iban en otro auto, todas nos fuimos temprano; el viaje duró dos horas, mientras, en el camino íbamos platicando pendejada y media, mientras en mis redes no paraban de llegar los mesajes de felicitación, lo cual, me ponía muy contenta.

Una vez que llegamos, quienes no habían ido la primera vez (lean los relatos de Vacaciones en la cabaña 1 y 2) se quedaron con la boca abierta de lo chingón que estaba el lugar, lo curioso, es que no hacia fresco, como todavia no se metía el sol, el clima estaba de lo más agradable, por lo que en chinga se pusieron sus bikinis, ni acomodaron sus maletas, en este caso, fueron Karla, Ara, Irene y Rebeca; en mi caso, me tomé las cosas con calma, acomodé mis cosas, ayudé a bajar, y me dispuse a abrir una cerveza, además de un rico cigarro.

Un poco después, me puse mi bikini rojo y salí junto con las demás, que ya me estaban esperando; Ara, Karla, Irene y Brenda ya estaban en el agua, mientras que las otras chicas estaban sentadas en la orilla, me acerqué a ellas, Lorena me ofreció otra cerveza, y un poco de botana, disfruté aspar la tarde con un clima agradable, en compañía de la gente que más amo.

Obviamente, Lorena me dijo que en la noche estuvier lista, porque todas iban a probar mi culo rico, a lo que respondí que ya esta lista para dárselos a todas, a lo que reímos animadamente.

En el agua, vimos que Ara ya quería darle las nalgas a alguna, por lo que Irene fue la que se acercó y le acarició las tetas, lo que nosotras le gritamos que le diera rico, ellas sonrieron y se dieron un beso muy sabroso, tods aplaudimos y las vitoreamos, debo confesar que verlas besándose me dio un poco de excitacion, pero preferí no decir nada, aun.

Prendí otro cigarro, la tarde era muy agradable, les ofrecí a las chicas, Silvia y Brenda fueron las únicas que me aceptaron el ofrecimiento, ya que Lorena se habia acabado el suyo recientemente, quiso dejar pasr un rato.

De repente, Brenda se me acercó y me dio un beso muy rico, yo le correspondí, Silvia me acarició las tetas por detrás, yo estaba muy caliente, toqué las tetas de Brenda mientras nos besábamos, esto sólo fue un previo de lo que nos esperaba más tarde.

-Ya ansío darte una culeada rica, Faby, te me antojas mucho, mmmm, dijo Silvia.

-Cuando quieras, cabroncita rica, mmmm, le respondí.

-Hay que esperar a que salgan del agua estas sirenas, y luego podremos divertirnos rico todas, dijo Lorena.

Seguimos platicando y disfrutando la tarde, admirando el paisaje, el cual era muy bonito y diferente a lo que estábamos acostumbradas.

Finalmente, las chicas salieron del agua, ya caía la noche y el frío comenzaba a apretar, por lo que decidimos entrar a la cabaña para estar cómodas, las chicas que estuvieron en el lago se fueron a bañar, todas juntas, no supe si aprovecharon para tocarse entre ellas, pero no me sorprendería; mientras, nosotras estábams preparándonos para la fiesta principal.

Silvia sacó los arneses que íbamos a usar cada quien, mientras Lorena fue a comprar más cerveza, cigarros y botanas, por lo que tuvimos que esperarla un poco, eso le dio tiempo a las chicas de salir y arreglarse, la verdad, yo también quería bañarme, así que en la primera oportunidad, me metí a la regadera y en chinga lo hice.

Karla me dijo que me apurara, Lorena regresó y trajo lo que nos hacía falta; y ya todas estaban desnudas, por lo que yo en cuanto salí solamente me sequé y me puse perfume, y ya estaba lista para el festejo; Lorena nos pidió chance de entrar a bañarse, rápido entró al baño, yo aproveché para fumar otro cigarro, y otras también.

Minutos más tarde, Lorena salió del baño, se unió a nostras, le dieron un arnés, se lo puso, se acercó; todas (menos yo) tenía puesto uno, yo me arrodillé y todas se me acercaron haciendo un círculo adlrededor mío, todas se jalaban sus vergas falsas pidiéndome que se las mamara, yo comencé con la de Karla, mientras jalaba las de Lorena y Ara, y así me fui turnando, cada una de ellas entraba y salía de mi boca, yo estaba extasiada, muy caliente.

Después de mamárselas, les pedí dos vergas para mí, por lo que Rebeca y Ara se ofrecieron a cogerme, Rebeca se sentó en el sillón, yo me senté encima de ella y me metió la verga en mi panocha,, mientras Ara me la metía por el culo, en tanto, Karla me daba la suya para darle sexo oral, una triple penetracion muy rica, yo estaba muy caliente; luego, fue Irene quien me la metía por el culo y yo me chupaba la verga a Silvia.

Tdas se fueron turnando para cogerme, yo encantada de tener a todas ellas dentr de mí, me dieron un maravilloso regalo; me hicieron venirme varias veces, estuvimos así por casi dos horas.

Por un momento, me dejaron descansar, pero vi como Irene le mamamba la verga a Silvia, mientras Karla le acariciaba las tetas a ella, Lorena se culeaba a Ara, y Brenda hacía lo propio con Rebeca, lo mismo que Isabel a Andrea, yo solamente las veía, mientrsa me tomaba una cerveza y fumaba un cigarro.

Luego, yo también me puse un arnés y me acerqué a Isabel y Andrea, le di mi verga a Andrea para que la mamara, ella gustosa lo hizo,me la chupaba muy rico, meintras Isabel se la cogía muy rico; mientras, Irene y Lorena se cogían a Rebeca, Ara y Karla a Silvia, Brenda se tocaba viendonos, pero me separé de mis amigas y fui con ella le besé las tetas y le tocaba las nalgas, buscado su culo.

Me senté y Brenda se dio de sentones en mi verga, le mamaba las tetas mientras me la cogía, Andrea se nos acercó y yo le mamé su verga mientras Brenda gozaba de la mía, luego ella se la sacó y me dio su culo, entró muy fácil, pero Silvia se me acercó me dijo que ella quería verga también, por lo que Brenda se quitó y Silvia se sentó en ella, y siguió Andrea; todas contra todas, de una forma muy rica.

Acabamos muy cansadas, pero bien culeadas, tuvimos nuestro descanso, luego de sentir nuestros orgasmos, yo de plano no me quería mover, pero me esforcé un poco para levantarme e ir por una cerveza, porque tenía mucha sed, todas descansamos, porque queríamos seguir, pero lo cuento en otra ocasión.

Su nombre era Martita y venía cada viernes después de clases. Tocaba la puerta como todos los demás clientes y se sentaba en el sillón mientras yo iba a buscar la mercancía. No compraba mucho, pero era constante. Prefiero su dinero asegurado que los compradores ocasionales. Compraba de la buena. Esta vez me sorprendió. Se había teñido el cabello de rojo y llevaba una minifalda. Su blusa blanca escotada dejaba ver su brasier negro. A juzgar por su maquillaje, estaba por ir a una fiesta.

—Vaya, vaya. Hoy sí que vienes producida. ¿Vas a una fiesta? —pregunté al dejarla pasar.

Ella asintió con la cabeza y pasó casi temblando. Siempre había sido tímida.

—Mi papá tiene fiesta con unos amigos. Me pidió que me vistiera así.

—Oh, mierda.

Era un barrio pobre. Yo vendía lo que vendía porque era una forma de obtener dinero seguro y dependencia de mis vecinos. Mis proveedores me protegían y en la calle nadie me hacía nada. Pero los demás, los que no tenían dinero para huir a una mejor vida, tenían que hacer cosas horribles para ganar dinero. Nunca me pregunté lo que hacía Martita para sobrevivir, o su familia.

—¿Vienes a comprar? —Me sentí estúpida en cuanto lo dije. Claro que venía a comprar.

Volvió a asentir, aunque insegura.

—No tengo dinero. Te lo daré después. Pensé que podía pagarle a tu hermano de otra forma.

Esa era una mentira mía. Mi hermano tenía trece años y vivía con mis tíos en un lugar menos caótico. Al que se refería era Rogelio, un tipo tres años mayor que yo que me traía la mercancía; Éramos amigos, pero a todo el mundo le decía que era mi hermano. inhalaba un poco y veíamos caricaturas de los noventa en la televisión a todo volumen. Supuestamente, el negocio era suyo y yo sólo era su vendedora. Esa parte no era del todo mentira.

—Estás muy bonita para estar caminando por estas calles. ¿Lo que viniste a comprar es para tu papá o para ti?

Volvió a asentir tímidamente. Era de las pocas que todavía se avergonzaban de drogarse.

—Pagaré luego. Sabes que sí. Sólo así puedo aguantar… sus manoseos.

Maldita niña tierna. Era de las pocas personas que no merecían vivir en ese infierno. Todos la conocían como la chica que había estudiado más allá de la secundaria. Pronto iría a la universidad, si no es que ya estaba en ella. Su único defecto era lo que me compraba, pero el hecho de que lo hiciera cada semana en vez de diario y a todas horas era un buen indicativo.

—Ven —le ofrecí mi mano. En vez del sillón la llevé a la habitación del fondo, a la verdadera sala de estar de la casa. Ahí había un colchón en el suelo, el cual, gracias a cobijas y almohadas, se había convertido en algo similar a un sofá al nivel del suelo —. Siéntate ahí.

Ella me obedeció mientras buscaba en una de las cajas del fondo, junto al mueble de la televisión. Rogelio me decía que era un lugar demasiado riesgoso para dejar la mercancía, pues si llegaba la policía la encontraría con facilidad. Yo le respondía que, si ellos llegaban, prefería que la encontraran rápido en vez de que destruyeran la casa buscando. Si nos atrapaban, poco se podía hacer, aparte de sobornarlos.

Tomé una pequeña bolsita con la dosis que ella solía comprar. Así las había preparado para ella y para los otros clientes habituales. Caminé hacia ella y también me senté en el sillón. Martita estiró la mano para tomar la dosis, pero yo la aparté. La miré con una sonrisa juguetona.

—Debes pagar, preciosa.

Ella parecía confundida.

—Ya te dije que no tengo con qué. ¿Dónde está tu hermano? Puedo pagarle a él.

No dejé de sonreírle. Me quité la chaqueta que llevaba encima por culpa del repentino clima frío. Ella desvió la mirada cuando me vio quitarme la camiseta y mostrarle que no quería llevar brasier en mi casa. Mis senos no eran muy grandes, pero sí tenían el tamaño suficiente como para desviar miradas. Solía llevar ropa suelta para que las personas inadecuadas no me miraran. Los ojos de Martita casi se salen de las orbitas cuando me vieron acostarme, abrir la bolsita y formar una línea de polvo blanco sobre la curvatura de uno de mis pechos.

—Págame a mí.

Martita lo dudó por un segundo. La vi tragar saliva e inclinarse con timidez. En su rostro adivinaba el dilema por el que pasaba. Aún conservaba decencia, por lo que sabía que se prostituía por droga, pero al mismo tiempo la quería, la necesitaba.

—Si hago esto…

—No te cobraré— respondí.

Pobrecita. Con un enorme futuro y aun así se dejaba llevar por las drogas. La sentí inhalar y sus labios pasaron justo por encima de mi pezón. Ya estaba húmeda, pero sentir sus labios me hizo empapar. Y tal parece que a ella también, pues, justo después de introducir esa sustancia en su cuerpo, me miró con asombro y resopló con placer. Le sonreí triunfal. Debía hacerlo, tenía a la chica más bella del barrio sobre mí y acababa de pasarme la boca por las tetas. Ella no se lo tomó a bien.

—¿De qué te ríes, pendeja? — dijo exasperada. Sus pupilas eran enormes.

Antes de que pudiera responderle, sus labios se unieron a los míos y su lengua invadió mi boca. De pronto me sentí excesivamente vestida a pesar de sólo tener pantalones en ese momento. Sus manos las usaba para sostenerse encima de mí, por lo que no podía defenderse de mis manos. Tal vez no era diferente a los amigos de su papá, pero no parecía disgustada con mis dedos bajo su blusa, buscando desprendérsela, al igual que su brasier. Un poco de cordura afloró en su rostro y se apartó de mí. Se acostó a mi lado jadeando, confundida con sus enormes ojos dilatados.

—¿Qué estoy haciendo? —preguntó al aire, pero yo subí sobre ella y reinicié mis esfuerzos por quitarle la blusa. Ella no ofreció resistencia. Su brasier negro, torcido y desabrochado era lo único que la cubría cuando dijo: — ¿Esto está bien?

—Claro que sí, preciosa. Si no, te devuelvo tu dinero.

Le quité su brasier y mientras le masajeaba un pecho mis labios se unieron a los suyos. Tenía buenas tetas. Al igual que yo, solía cubrirlas bien para evitar indecentes o agresores en las calles. Sus pezones eran rosados y con una aureola más grande que la mía. Los apretaba y masajeaba para hacerla gemir. Aquellos ruidos eran ensordecidos por mis besos y mi lengua. No me importaba que se quedara sin aire. Sólo quería sentirme poseyéndola.

—Soy una puta— dijo al liberarse de mi boca—. Ni siquiera sé tu nombre.

Pasé mi lengua desde su mandíbula, pasando por su mejilla y deteniéndome cerca del ojo. Sentía su corazón latiendo a toda velocidad.

—¿Acaso importa?

La volví a besar y ella me tomó del cabello como si así asegurara que no la dejara de besar. Yo, en cambio, solté su teta y la dirigí a su pierna, la cual acaricié hacia arriba, hacia su falda.

—¿Qué haces? —preguntó entre jadeos.

—Cobrando.

Levanté la falda y la dirigí hacia el calor. Me topé con una capa de tela, una delgada tanga con la que buscaba seducir a Rogelio. No fue problema para mí. Acaricié su rajita desde atrás, deleitándome con la humedad. Mi segunda pasada fue aún mejor, pues la sentí mucho más mojada. Para la tercera me invitaba a entrar.

Pero no. La magia se podía hacer sin penetrarla. Mis caricias eran suficientes, incluso sobre la tela. Sin embargo, quería sentir su carne húmeda. Pero no fui yo quien lo hizo, sino ella. Sus ojos dilatados me miraban deseosos de que lo hiciera. Apartó la tanguita lo suficiente para que mis dedos se deslizaran y sintieran aquellos pliegues carnosos y hermosos. Su pelo púbico por arriba y una rosadita vulva despidiendo un aroma lleno de deseo. Las puntas de mis dedos la recorrieron arrancándole grititos hasta que me centré en su pequeño, pero hinchado, clítoris.

Menos es más… al menos al inicio. Me lamí la mano sólo para frotárselo. Inicié con calma, pero un grito suyo me indicó que estaba siendo muy precavida.

—¡Más fuerte!… ¡Más rápido!

Me sentí como DJ. Con la punta de los dedos frotaba su hinchado clítoris, pero el sonido no se producía en altavoces, sino en su boca. La abría y cerraba como si buscara respirar mejor. Parecía un pez fuera del agua, si es que pudieran poner los ojos en blanco y gemir. Sus manos trataban de sujetarme, como si se resistiera, pero sólo era su cuerpo buscando cómo lidiar con aquella sensación tan desconocida: el placer.

Comenzó a jadear y a babear. Lo único que se me ocurrió para callarla fue ponerle mi teta derecha en la boca. Su instinto prenatal de mamar se reactivó y comenzó a succionar, lamer y chupar. Me dolía, pero se sentía tan bien.

—Hazlo como a ti te gustaría que te lo hicieran, Martita —Dije, también jadeando y luchando por concentrarme en frotarla.

Su lengua hacía círculos en mi pezón y yo no pude contener mis jadeos.

—Métemelos —dijo con tono suplicante, sólo para volver a su labor en mi pecho

Yo vivo para cumplir los deseos de las damas. Primero metí mi dedo medio. Ella soltó un fuerte gritito. Lo saqué y metí por unos segundos, pero luego dije “¿Por qué limitarme?”. Metí el índice y el medio al mismo tiempo, haciéndola gritar y desconcentrarse de mi teta. Me miró suplicante, pero no estaba pidiéndome una tregua. Reconocía esa mirada. No quería que ese placer acabara, por más doloroso o extraño se sintiera en su joven y pequeña conchita.

—Qué rico —jadeó.

Con mi mano libre puse su cabeza contra mi teta y curveé los dedos en la otra. Mi pezón calló su gritito. De nuevo tenía los ojos en blanco y mis dedos, acariciándole el clítoris desde el interior la hacían babear y jadear cómo si estuviera corriendo. Su lengua aun se movía por instinto, haciéndome responderle en un idioma pecaminoso y prohibido.

Cuando era más joven, cuando estaba con la primera mujer con la que estuve desnuda y rozando nuestros cuerpos, me vine sólo con su forma de succionar mis tetas. Fue un fenómeno que jamás se repitió e incluso creía que se trataba de un error en mi memoria. Por suerte, Martita, logró volver a evocar esa memoria, dejándose llevar por el ritmo de su placer y consiguiendo cultivar todo el placer de mis zonas erógenas mamarias. Me vine. Dios, cómo me vine. Grité y presioné su cabeza contra mí mientras ella cerraba los ojos con fuerza y su espalda se contorsionaba por su propio orgasmo. Soltó mi teta babeada y soltó los ruidos guturales más profundos y poderosos que había escuchado en mi vida.

Cuando finalmente se calmó, saqué mis dedos. Ella aligeró todo su cuerpo, como si nunca hubiera estado tenso o hecho algún esfuerzo. Respiraba como loca y su mirada perdida sólo mostraba placer.

—Qué rico —dijo, jadeante.

Sus enormes pupilas querían mirarme, pero estaba ausente. Temblaba un poco. Lucía tan desvalida y yo seguía deseosa de ella.

—Se nota que nunca lo has hecho con una mujer, Martita.

—¿Por qué? — preguntó balbuceando.

—Porque el sexo entre mujeres no se limita a sólo un orgasmo.

Me quité el resto de mi ropa y con cuidado comencé a reptar sobre la cama y sobre ella. Le quité la tanguita y la tiré al suelo, tan lejos como me fue posible. Parecía confundida, pero le gustaba tenerme sobre ella. Lo sé porque sus manos acariciaban mi vientre, mis piernas, mi espalda y mis pechos. Mi pubis quedó en su cara. Abrió las piernas dócilmente cuando hice un esfuerzo para separárselas y hundí mi cabeza entre ellas. Mi boca se encontré con una empapada y chorreante cavidad y mi lengua la recorrió desde su clítoris hasta la entrada de la vagina. Ella chilló de placer al sentirlo; así fue como supe que estaba teniendo éxito.

—Haz lo mismo que yo, Martita —dije justo cuando volví a hundir mi lengua en su preciosa cavidad.

Gimió, pero logró hacerlo. Sentí cómo hacía lo mismo. Por los siguientes minutos, me dediqué a lamer cada pliegue de aquella enrojecida vulva. Lamía y besaba y, en ocasiones, succionaba. La respuesta era inmediata y conforme le provocaba más placer, su euforia aumentaba. Antes de darme cuenta, ella saboreaba y sorbía mis jugos sin imitarme. Me empezó a costar concentrarme en su placer, pero la pequeña putita aprendía rápido. Por algo era buena estudiante. Era una maldita prodigio.

—Martita… Oh, Dios… Martita… —Perdí la guerra. Rodeó mi cadera con los brazos y lamió tanto como su cuerpo drogado le permitía. Seguí dándole lengüetazos, pero mi boca se convirtió en una maquina de sonidos de satisfacción, en vez de placer. Sin duda estaba pagando bien por la droga que le di.

Fue entonces que hice un ultimo esfuerzo. El orgasmo es como un globo que se llena de adrenalina y una especie de carga eléctrica. Es desesperación por sentir placer puro, pero al mismo tiempo el cuerpo lo rechaza. Es necesario atravesar aquella muralla para lograr obtener una satisfacción inconmensurable. No me extraña que se hagan poemas hacia los orgasmos.

Le metí dos dedos en su coñito y comencé a estimularla por dentro al mismo ritmo de sus lamidas en el mío. De nuevo gimió, pero no se detuvo. Creí que eso la haría perder velocidad, pero sólo la llenó de morbo y locura. Gozaba más y anhelaba más placer. Entre más me daba a mí, más le daba yo a ella. Volví a darle lengüetazos a su clítoris al ritmo en que la penetraba con mis dedos y fue entonces que la oí chillar.

No hay sonido más bello en el mundo que escuchar a una mujer en el clímax. Es un volcán haciendo erupción. Y en este caso, lo fue literalmente. Me mojó la cara con un chorro de su fluido. Se terció debajo de mí y gritó al tiempo que estrujaba mis nalgas como si con eso pudiese calmar aquella avalancha que derretía su cerebro. Fueron tres o cuatro segundos en los que gritó, chilló y rugió como una criatura herida. Por un momento creí que le había ocurrido algo, pero en realidad sólo estaba sufriendo un ataque de satisfacción.

Me levanté y la miré apretándose las tetas. Su rostro enrojecido me miraba suplicante, pero sin poder respirar. Me incliné hacia ella para mirarla mejor. Todo su cuerpo temblaba. Casi no había nada de blanco en aquellos globos oculares.

—¿Martita? —Pregunté un poco preocupada.

Jadeó como pez fuera del agua.

—Quiero más…

Sonreí. La niña bonita, bien portada y decente era una adicta a la dopamina. Mi negocio sufriría si eso seguía así.

Me acosté junto a ella y mis dedos fueron hacia mi coño, donde con movimientos circulares me deleitaron mientras miraba a aquella niña con la falda alzada y desarreglada. Sin embargo, lo más lascivo en su cuerpo no era su coñito enrojecido o sus tetas grandes. Era su rostro, enrojecido, desfallecido y suplicante por más placer. Babeaba y sus ojos eran incapaces de concentrarse en nada. El orgasmo le había fundido el cerebro. Me sentí orgullosa.

Luego de venirme, fui a la estantería, tomé un poco de yerba, armé un cigarrillo y fumé a su lado. No era muy adepta a las drogas, a pesar de venderlas, pero en ese momento me sentía merecedora de un pequeño deleite. Además, el humo la tranquilizaría un poco. Sus manos inquietas no dejaban de tocar su vagina y senos, mientras me suplicaba volver a cogérmela.

—Relájate un poco, perra, o no te volveré a vender nada.

El humo funcionó y la pequeña Martita se tranquilizó un poco después de un rato. Para cuando la noche llegó, ella salió de su letargo mareada y tambaleante. Su cabello castaño estaba revuelto y su ropa era un caos. Trató de reacomodársela, pero no tuvo un éxito completo. Aun le faltaban algunas prendas, como su tanguita.

Miré mi reloj: 11:49.

—Si no quieres volver a casa, puedes quedarte —dije, sacando otra bolsita. Por un momento, sus ojos volvieron a brillar— Afuera es peligroso y una niña bonita como tú estará más segura aquí que allá afuera. Ven, pequeña. Nos divertiremos como nunca en tu vida. Sólo debes quitarte la ropa.

Las palabras alguna vez usadas por mi tío me supieron amargas, pero rápidamente ganaron dulzor al ver cómo la jovencita aplicada se quitaba la blusa de nuevo y me presentaba su cuerpo para más horas de diversión. Esta vez, aquel polvo no iría sólo a su nariz.

Era un día muy especial para cualquier feminista, el día de la mujer, en mi país se celebra haciendo concentraciones y marchas, a las cuales solo acuden mujeres y casi ningún hombre, el transporte público, como micros, taxis e metro tren, suelen ir llenos de mujeres que acuden a las marchas, ese día decidí ir a una marcha junto a mi mejor amiga, ni sospechaba que iba a ser unas de mis experiencias más acaloradas que he vivido hasta el momento.

Al ser una marcha de mujeres, pensé que no habría problema alguno en ir vestida ligera de ropa, era un día de otoño muy caloroso aun, habían 33 grados con cielos despejados, me di una ducha, me coloque un top negro escotado muy delgado, se notaban claramente mis pezones, cosa que no siento vergüenza al que se vean es parte del cuerpo de cada mujer y los hombres igual tienen y nadie lea dice «hey se te ven los pezones» cuando andan en polera, el top era pequeño, me llegaba hasta el término de mis costillas, dejando mi ombligo al aire, donde se podía ver mi lindo piercing que tenia en mi ombligo, hacia demasiada calor para usar ropa interior demasiado grande abajo, decidí usar un «tapa rabioso tanga, hilo en la parte de atrás muy delgado, y ajustada adelante y delgada, podía sentirme fresca y fácil para moverme parecía que no llevaba nada puesto,junto a una falda suelta a cuadros de color gris con blanco, encuadrillada, me llegaba unos 20 centímetros sobre la rodilla, ko use maquillaje alguno, ate mi cabello haciéndome una cola de caballo, use unas zapatillas para poder correr si algo pasaba… en las marchas nunca se sabe.

Espere en mi jardín que llegara mi amiga, ella era muy feminista, llevaba su pañuelo verde en el cuello, junto una blusa muy delgada y un short de jeans viejos muy corto, nos saludamos y nos subimos en primera instancia a un bus, que nos iba a acercar al metro, iba totalmente lleno de mujeres, todas ligeras de ropa, sintiéndose feliz imagino que no había pervertidos flotando su gracia en sus espaldas, pensé que iba a ser un día lindo y tranquilo, lejos de gente pervertida, o eso había imaginado.

Al llegar al metro, había una verdadera estampida de mujeres en la entrada, todas corrían en dirección a nosotras, escapando de algo que no podíamos ver aun, de la impresión ni lo pensamos dos veces y comenzamos a correr, quizás fueron unas 5 o 7 cuadras que no paramos de correr, el sol y el calor hicieron su trabajo dejándome totalmente agotada, al darme cuenta que estaba totalmente sola en una aglomeración, mi amiga se había perdido de mi lado, yo nunca suelo llevar mi celular cuando salgo, no tenía manera de encontrarla de momento, habíamos acordado de juntarnos en un monumento cuando llegáramos a la marcha, en caso de perdernos, pero aún quedaban muchos kilómetros para llegar al lugar.

La estampida había sido por que unas mujeres de ideologías extremas feministas o más bien llamadas «feminazis» estaban tirandole piedras a las escoltas policiales y estos reacionaron lanzando gases y agua, y para mí mala suerte, al intentar llegar de nuevo al metro me tope con un grupo de estas mujeres, algunas estaban con mos senos al aire, sin ropa en sus partes superiores, sus cuerpos rayados con plumones rojos, y algunas desnuda totalmente caminando rumbo al tren que debía abordar…

Al entrar en el vagón, habían mujeres normales y estas tipas extremas, algunas con las tetas al aire, me refugie en un rincón del vagón alado de un pasamanos, junto a otra chica que parecía normal, ella era muy alta, quizás 1.80 se veía deportista, llevaba una playera y jeans, me parecía normal, iba tan lleno el vagón que entre tanta gente quede muy pegada a ella, yo solo mido 1.60, una minion alado de ella,estaba dándole la espalda, tocaban mis glúteos con sus piernas, y podía sentir el calor se sus pechos golpear mis nuca, cuando el tren tenia turbulencia, me sentía cómoda, pensaba que nada malo iba a suceder, para mi suerte buena o mala o quizás destino, las cosas iban a cambiar…

Veía como un grupo de las extremistas, se estaba acercando peligrosamente donde estaba yo, trataba de no mirarles, hasta que se pusieron junto en el frente de mi, eran 7 chicas 2 en tetas, y las demás muy ligeras de ropa, con peinados y corte de cabello rapados, se pararon junto al frente de mi, fui entonces cuando la chica que según yo era normal por ser deportista alta y de cabello muy largo, de ropa normal, les habla sobre mi cabeza, diciéndoles

-¿chicas tienen preparadas las pancartas? Recuerden que debemos ser severas para que nuestra vos sea escuchada, cuando lleguemos nos roceamos con la tinta roja-

Ellas respondieron -Así es líder, estamos listas, antes de llegar nos bajamos denudas guardamos la ropa en las mochilas-

Al escuchar eso me puse muy nerviosa, una corriente helada recorría mi cuerpo, cuando sentí que la chica alta se me apegada más, vi su cabello largo en mis hombros, seguido de un pezon erecto, café claro de aureola grande, sentí como se apoyaba un seno grande y cálido sobre la piel desnuda de mi hombro,podía sentir su peso, la chica se había quitado la polera, y las otras chicas se estaban desnudando frente a mis ojos y la vista de las otras que iban en el metro, pero extrañamente les aplaudían, al quitarse sus partes de arriba y quedar solo con el pañuelo verde en sus cuellos.

Estaba entumida, no sabía que decir, la chica alta bajo su cabeza y se disculpo, diciendo

-Ay! Perdón preciosa, no me di cuenta que te estaba cargando una teta, hay tan poco estapacio…-

A lo que le respondí, -no te preocupes, al final somos todas mujeres-

A lo que las otras chicas respondieron

-ella es de las nuestras parece, ¿por que no te nos unes preciosa?-

Les dije, -Es mi primera ves en una marcha feminista, no se muy bien que hacer-

La chica alta sonrió, -no te preocupes compañera, estarás en buenas manos yo te cuidare-

Las otras chicas se reían y susurraban

-uyyyu, uyyyy, ella la cuidara-

La chica alta me abrazo por la espalda de la cintura, agachadando su gran cuerpo, dejando sus senos afirmamos en mis hombros, y me dijo al odio

-¿vienes sola bebecita? Yo te cuidare no tengas miedo, si quieres podemos marchar juntas-

Me sentía algo incomoda que me tomara de la cintura, por que tenia la piel descubierta, podía sentir la calor de sus manos en mi piel, y oler el perfume de su piel desnuda cerca de mi cara, sus senos olían a un perfume muy rico, me sentía algo acalorada de la situación, rodeada de mujeres semi desnudas, por donde mirara veía tetas, le respondí sinceramente

-venía con una amiga, pero la he perdido de vista por la estampida, ahora estoy sola y algo asustada-

Ella sonriendo y deslizando sus manos suavementen por mi cintura miro a las otras chicas y les hizo una seña, algo rara, las chicas que estaban mirándonos de frente, se giraron y nos daban la espalda, una junta a la otra se juntaron, eran más altas que yo, quedaron como una muralla de espaldas cubriendome a mi y la chica alta de la vista del resto de mujeres en el vagón, ni guna quedo mirándonos, entendí que algo extraño iba a ocurrir….

La chica me giro hacia ella jalandome de la cintura, me miró fijamente a los ojos y comento

-no vi resistencia al poner mis senos en tus hombros, y estabas muy pegada a mi, ¿no eres heterosexual verdad?

Me estaba asustando un poco, pero a la ves al verla de cerca, tenía unos ojos color verde preciosos junto a una senos grandes y su vientre estaba muy marcado, de labios grandes y cabello negro muy largo, estaba media desnuda tomándome de la cintura, despertó la calentura en mi, a lo que le dije

-no, soy bisexual, son hermosos tus pechos, me gustaría tenerlos así de grandes, alun día tendré el vientre marcado como tu jajaja-

La chica sin dudarlo un segundo me susurro al oído

-Si quieres puedes descubrir a que saben mis senos, nadie nos está viendo bebecita-

Me abrazo y giro poniéndome contra la pared, cubriéndome con su enorme espalda, dejando sus senos a la altura de mi boca, tomo uno su mano, y me lo pone en los labios, y dice

-abre bebecita, bebe de el-

Me entregue a la experiencia, abrí mis labios y succione su pezon, sabía a piel limpia con un aroma a cereza, mientras me abrazaba lamia y chupaba sus grandes tetas, mientras sus manos recorrían mi falda, bajando a mis nalgas, apretandolas sobre la falda, esta cada ves más entregada y exitada, comense a jugar con mi lengua en sus pezones pasando mi lengua en ellos, mientras la mirada a la cara con una sonrisa coqueta, sus manos traviesas se metieron debajo de mi falda apretandome el culo y acariciándole jalando el delgado hilo hacia atrás provocando algo de placer al sentir el tirón, una de sus manos acariciaba vagina totalmente húmeda, rosaba sus dedos por fuera de mi tanga, ya no era suficiente solo lamer sus tetas, poco a poco me fui agachado, besando su vientre hasta llegar a su vientre bajo, ella me detuvo, poniendo sus manos en mi cara levantándome, besándome intensamente, metiendo su lengua dentro de mi boca y viceversa, entre la fricción de los besos, una de mis tetas se escapo de mi top, ella rápidamente me la regresa a su sitio, nos detuvimos, me abraza y me toma de la mano, pidiéndome que la siga, las chicas se apartan y me lleva al baño del tren, una ves ella cierra la puerta se me abalanza encima, contra la pared me quita el top de forma brusca, dejándome las tetas al aire, me las lamias y apretaba de una forma deliciosa, besaba mis costillas y jugaba con su lengua en mi piercing del ombligo, me bajo la falda junto a la tanga dejándome desnuda, me quito las coletas, soltandome el cabello, me monto sobre su atlético cuerpo, me sento en la taza del baño, se puso de rodillas y abrió mis piernas, comenso flotando suavemente su nariz por mi labios vaginales, luego pasaba su lengua por los bordes de mis labios, degustando su sabor, usando sus manos me abrió los labios para intensificar su ataque de lamidas y mordidas en mi clitoris, mi cuerpo temblaba, mi vientre tenía muchas contracciones, nunca antes había sentido tanto placer, me tapaba la boca con una de sus manos para detener mis gemidos, acabe dos veces y dejaban de temblar mis piernas, y esa sensación de placer no se iba, ella me levanto, pero mis piernas no dejaban de temblar, tomo papel higiénico, y me limpio todos los jugos que había derramado en mis piernas, me puso la falda,tanga y el top, y me beso intensamente, me abrazaba, y decía

-bien hecho bebe, ya pasará, no te dejaré sola, fui muy brusca, perdon-

Solo podía agradecerle la intensa fallada que me había dado, aun estaba en el cielo

-me encantó bebota, vamos a la marcha-

Seguía temblorosa, y salimos del baño, las chicas estaban listas con sus senos al aire y sus pañuelos verdes en sus cuellos que cubrían parte de sus rostros, en la estación esperaban muchas más, la chica alta me dijo su nombre se llamaba lorena, después de tal experiencia mínimo saber su nombre, lorena me decía

Leonor -¿vendrás con nosotras bebecita?

Pensando que era mi primera vez, le respondí

-Si!iré con ustedes-

Leonor – Así me gusta! Bien, mis amigas guardarán tu top-

No había pensando que tendría que marchar en toples, leonor me quito el top delante de todas las chicas del vagón, dejando mis tetitas al descubierto, las otras chicas clavaron sus miradas en mis tetas, y una de ellas comentó

-comiste bien leo jajajaja-

A lo que leonor le miro feo, y ella se disculpo, leonor me coloco el pañuelo,en el cuello cubriendo la parte inferior de mi cara, solo era visibles mis ojos y cabello, sentía menos vergüenza, además de estar junto a todas ellas en mismas condiciones, llego el momento de bajarnos, habían más de 100 chicas en las mismas condiciones afuera, salimos del tren a aplausos, comenzamos a marchar por una avenida, me olvide totalmente de mi amiga, transcurrieron más de 3 horas, ya estaba oscureciendo, las chicas se estaban vistiendo, yo me había puesto mi top, leonor me dio su contacto, me invito a su departamento a terminar lo que estaba inconcluso, pero lamentablemente ya era hora de irme por que debía hacer otras cosas…

La historia continuará….

En mi trabajo está prohibido que exista prohibido el homosexualismo (Gays o Lesbianas), así como hay personal masculino que le tiene fobia a los Gays también hay mujeres que se escandalizan cuando detectan una lesbiana, es por eso que se tiene que ser muy discreta en ese sentido, es fácil de detectar en un hombre, por su actuar, ya sea su risa, sus expresiones, en una mujer es más difícil, ya que ahí no hay diferencia de sexos, el adiestramiento es parejo, no hay distinción en los trabajos, entonces no es raro que adoptemos una forma masculina, eso sí, cuando estamos sin el uniforme pues nuestra vestimenta cambia, es raro cuando una se siente cómoda con vestido ya que se acostumbra una a los pantalones y a las botas, pero no por eso perdemos nuestra feminidad

Cuando tengo la oportunidad de tener una aventura y salgo a la calle uso legins ajustados a la cadera, tanga para que se note que la llevo puesta y sobresalga del leguins top deportivo para mostrar vientre y ombligo, chaleco sin abotonar, todo el licra negra brillante, me gusta que mi “macha” en turno me luzca, que los demás vean lo que es solo de ella,

Soy morena clara, cabello negro ondulado a la espalda, ojos rasgados, busto 36 C, vientre plano, abdomen marcado, piernas torneadas, algo atlética ya que me gusta el atletismo, nalgas redondas y apretaditas, mi cuca la tengo totalmente depilada ya que no me gusta que se me salgan los vellos del área de bikini, mido 167

Cuando llegan cursos en la unidad para salir de la monotonía el personal interesado los toma, no importando que tipo de curso sea, lo importante es salir de la unidad, como una vez llego un curso que era interno, se estaba de lunes a viernes sin salir, los sábados era aseo y mantenimiento de dormitorio y se salía a la una de la tarde y se regresaba el domingo a las 9 de la noche para pernoctar

Una vez fui a un curso, habían 25 elementos femeninos subalternas, yo tenía jerarquía superior, la cuadra estaba dividida en 4 áreas, alojamiento para Oficiales femeninos, con cuarto para dos personas, baño y regadera, área para subalternos, área de lavado, y el área de baños y regaderas

En los primeros días por camaradería me quedaba con el personal subalterno, tenía mi cama individual y mi gabinete, entraba en el rol de limpieza, en el dormitorio y baños, realizábamos el curso y se hacía trabajos administrativos, lo del curso, después se incorporó otro elemento femenino con jerarquía superior a la mía y tomo el mando, era muy prepotente, altanera, conmigo no se metía, solo me daba las órdenes y ella supervisaba a las demás compañeras, en una ocasión una de las compañeras en el baño bromeo que a la que había llegado le faltaba una buena cogida, que por eso estaba toda amargada

El primer sábado como fue mantenimiento de alojamiento le echamos ganas, cuando dieron la orden de salida me bañe y me recosté en mi cama, y sin querer me dormí, cuando sentí ya eran las 5 de la tarde, me cambie, me puse un legins de licra, a la cadera, un top deportivo, me vi en el espejo y yo misma me chulie, mostraba ombligo y vientre, para no salir y que en la puerta los de seguridad no me alburearan me puse un chaleco, todo el conjunto estaba en color negro brillante

Cuando ya iba de salida vi que en la entrada del dormitorio estaba sentada la gruñona, estaba de “media oruga” pantalón del uniforme, playera y con las botas desamarradas, para no verme mamona y salir así nada más la saludé, le pregunte si no saldría y me dijo que como era foránea no conocía la ciudad, le dije que yo conocía la ciudad, que la invitaba a cenar, o que si prefería quedarse a comer lo que darían en la unidad, y ella se me quedo viendo de arriba abajo, de repente me dijo que se cambiaria

Salió con un pantalón de mezclilla holgado azul, camisa de cuadros negros y rojos, mangas arremangadas a los codos, lentes obscuros, se veía bien con su corte de cabello reglamentario, copete largo que le cubría la mitad del rostro, le dije que en la entrada de la unidad se podía tomar un colectivo y me dijo que ella tenía su carro en el estacionamiento, ya en su vehículo le di indicaciones donde se encontraba un restaurante bar familiar, ya estando ahí pedimos cena para dos, una jarra de agua y mientras comíamos platicábamos cosas triviales, entre platica y platica me dijo que si era amena a la bebida y dándole respuesta afirmativa ella pido una jarra de michelada

Como había música en vivo me pregunto si quería bailar, y tomándola de la mano nos fuimos a la pista, entre baile y baile por la sed se vacío la jarra y pedimos otra más, cuando me di cuenta ya habían 5 jarras vacías en la mesa, en la pista estábamos con una pieza movida, de repente bajaron el tono de las luces y pusieron música romántica, me dijo que si seguíamos bailando y como respuesta le pase los brazos por su cuello pegándome a su cuerpo, mi rostro en su hombro, y ella se me pego poniendo su rostro en mi cabello que estaba suelto

Sentía su respiración en mi cabello, yo le empecé también a suspirar en su oído, pegaba más mis pechos en los suyos, me apretó por la espalda y le pase la lengua en su oreja, y ella me susurro en el oído “cuidado pendeja, me estas excitando y yo cuando me cojo a mi puta casi la violo”, le dije en el oído “usted manda comandante, estoy en sus manos”, ella se me quedo viendo admirada, y aprovechando la pista en penumbras le di un beso húmedo, prolongado, mi lengua enredándose en la suya

Cuando la deje de besar ella jadeaba, me agarro de una mano y casi me arrastro, bajamos a nuestra mesa, le hablo al mesero y pago la cuenta, salimos al estacionamiento y ahí me agarro por los hombros y nos dimos un beso salvaje, me atranco en la puerta del carro, abrí las piernas y me empezó a dar unas arremetidas salvajes, la tome de las nalgas y así estuvimos hasta que nos corrimos en un orgasmo intenso, le dije al oído “papi, viólame, quiero ser tu puta, llévame a la cama”

Abrió la puerta y me aventó dentro del carro en la parte del copiloto, ella se subió y nos fuimos a un hotel, me dijo “espérame en el carro pendeja”, pago el cuarto, le dieron su llave y ella manejo al área del estacionamiento, cerro la cortina y me fue metiendo mano mientras nos dirigíamos al cuarto, cuando entramos me abrazo y me empezó a morder, a arañarme, yo le dije duro papi, eres mi macho, yo soy tu perra, casi me arranco la ropa, me tiro a la cama, ella se sacó la camisa, brotando sus pechos, eran pequeños, pero estaban erectos sus pezones, se quitó el pantalón, debajo del pantalón tenía un strap, con un dildo erecto, listo para ultrajar lo que se le pusiera enfrente y se me fue encima

Rodeé con mis piernas su cadera, le pasaba las uñas en su espalda, se las clave en las nalgas, le dije duro macho, rómpeme el pito, clávamela hasta los ovarios, lléname de leche, préñame, eso la excito más, y me cogió como quiso, fue tan tosca que me violo, yo me entregue a ella, nos besábamos con pasión, casi mordiéndonos nuestros labios, cuando llegamos al clímax nuestros orgasmos fueron intensos, quedamos exhaustas, dormimos abrazadas, el domingo temprano nos bañamos, salimos a desayunar y regresamos a follar, comimos, y aprovechamos toda la tarde desfogando, como si fuera la última tarde con vida

A las 8 de la noche cuando llegamos en la unidad me dijo que debería de dormir en el alojamiento destinado a nosotras, a las 9 de la noche cuando se realizó el pase de lista di novedades, ella se fue a dar el parte correspondiente, aproveche y les dije la orden de ella, que debía de dormir en el alojamiento oficial, el personal subalterno me dijo que tuviera cuidado, que aquella era bien mamona, que después no fuera que se pasara de rosca, les dije que descuidaran, que conmigo se paraba firmes y que la iba a dejar mansita

En el alojamiento oficial ella me dijo que ese fin de semana había sido intenso, que ya llevaba cerca de tres meses sin desfogar por estar de comisión en comisión, le dije que mientras durara el curso yo le sacaría el diablo que tenía entre las piernas, dentro dela unidad cogíamos de forma tranquila, en silencio para que no escucharan las demás compañeras, los fines de semana si era intenso, ya que en el hotel sacábamos todo nuestro furor, follabamos hasta quedar sin aliento

A partir de que nos dábamos nuestras encerronas a ella cambio de humor y a las compañeras ya las trataba más tranquilas, cuando termino el curso las subalternas hasta le organizaron una comida de despedida, todo fue por cuatro meses, terminando el curso dejamos de vernos, ya que ella era foránea, pero si se presentara otra ocasión por qué no, le sacaba todo ese fuego que resguarda entre las piernas

Me case a los 21 años, como todas con una ilusión y pensando en un futuro sin problemas, ya que ambos trabajábamos, en la misma unidad, asimismo ambos con la misma jerarquía, pero después de mi embarazo note que no todo en la vida es de color de rosa, así que no divorciamos, quedando conmigo la custodia de mi bebe, como no tenía donde dejar a mi hija hable con mis papas, y lo convencí para que mi hermana menor me ayudara cuidándola mientras yo trabajaba

Yo había quedado muy afectada emocionalmente, siempre triste y cabizbaja, una de mis compañeras de trabajo me dijo que me haría mucho daño si seguía así, entonces me invito a comer saliendo del trabajo, sin ganas acepte, como no sabía que tiempo llevaría la comida le mande mensaje a mi hermana, diciéndole que había un alertamiento en el trabajo y que no sabía cuánto tiempo se llevaría, como mi hermana ya sabe cómo es la exigencia de mi trabajo ella me dijo que no me preocupara que ella estaría al pendiente de mi bebe.

Saliendo del trabajo mi amiga me llevo a un restaurante en su carro, comimos y ella empezó a platicarme de cosas triviales, pero como me miraba ausente ella pidió una ronda de cervezas, y así entre cerveza y cerveza ella trataba de distraerme, posteriormente pidió unos tequilas, después le dije que se nos subiría y ella dijo que descuidara que ella estaría al pendiente, después de tres tequilas volvió a pedir cerveza, en eso dos tipos que estaban al frente de nosotras empezaron a tirar indirectas y mi amiga los bateo con palabras altisonantes

Uno de ellos empezó a pasar por detrás de nosotras y de repente mi amiga dijo que eso era plan con maña, y ella pidió que nos pasaran a otra mesa, que estaba dentro del local, en una zona más alejada, estaba medio obscuro y con algunas plantas de adornos, ya entre los sopores de las bebidas servidas medio me sentía dormida, y sentía que me agarraban las piernas, pero como estaba medio alcoholizada no sabía cómo reaccionar, mi amiga pedía y pedía bebidas, cerveza, tequila, así mezclando el alcohol, después entre mi sopor sentí que me estaba resbalando para un lado y ella me agarro de la cintura y acomodo mi cabeza en su hombro

De repente dijo que aquellos estaban viendo donde estábamos, y que mejor nos retirábamos, salimos y me pego el viento y sentí que me maree más, ella dijo que me llevaría a su casa, ya que así como estaba no podía llegar a mi casa, me acomodo en la plaza del copiloto y ella empezó a conducir, ya después cuando me di cuenta estaba en la sala de ella, le dije que quería descansar señalando el sillón, y ella me dijo que sería mejor en su dormitorio, ya que podía acostarme y descansar, cuando sentí ya estaba recostada en su cama, y me dijo que sería mejor que me pusiera cómoda, prendió el clima y de su cajón saco una botella de tequila y me dio a beber directo de la botella

Entre los sopores sentí como me iba quitando la ropa, pero yo no podía poner resistencia, entre sueños escuche que ella dijo “y esos imbéciles querían llegar a la mesa y ligar…” posteriormente nada, de repente entre sopores sentí que me chupaban el cuello, que alguien se me subía, entre sueños pensé que era uno de los chavos, quise poner resistencia, sentí que tome unos hombros con mis manos y quise aventarlo, pero no pude, sentí unos dedos en mis pechos, estrujándolos, sentí que me besaban en la boca, y me frotaban entre las piernas, pero todo eso en los sopores alcohólicos

Cuando desperté estaba toda mareada, no recordaba nada, vi a un lado y estaba mi amiga totalmente desnuda, me fui al baño y me di un baño, cuando pase por el espejo vi muchos chupetones en mis pechos, me sentí usada, Salí de su casa y me dirigí a la mía, al otro día fui a trabajar, pero evitaba pasar por la estación donde ella desempeña sus funciones, después yo estaba en la cafetería, y de repente ella se sentó enfrente de mí, preguntando el motivo que la estaba evitando, le dije que estaba confundida, que no sabía que había pasado, ella sonriendo me preguntó que si no sabía o no lo quería aceptar

Me pare y me aleje, ya más tarde la volví a encontrar, le dije que estaba muy tomada, que no recordaba nada, ella me dijo que si quería recordar algo que fuéramos a su casa, que ella vería por hacerme ver las cosas, no supe que decir, me retire, saliendo del trabajo no vi su vehículo, pensé que ya se había retirado, saliendo de la unidad ella estaba afuera, no le dije nada, solo me subí a su carro y nos fuimos a su domicilio, dentro de su casa nos sentamos en un sillón, yo tenía la vista hacia el suelo, ella me tomándome de las manos me dijo que no pasaría nada de lo que yo no quiera hacer, nos quedamos viendo y de repente se me acerco para darme un beso, me dio miedo y me Salí de su casa

No sé, era algo en contra de mis prejuicios, nunca había pasado por mi cabeza estar con otra mujer, ni siquiera en las regaderas me daba por mirarlas con morbo, solo como compañeras de trabajo, pero había una lucha en mi cabeza, de lo que había pasado en esa noche de copas, pasaron unos días más, un sábado la vi en la cafetería, fui donde ella estaba, le dije que en la salida me llevara a su casa, y que si era posible pusiera llave, que no me dejara salir hasta que pasara lo que tenía que pasar

Llegamos a su casa, me tomo de la mano, y me llevo directamente a su dormitorio, quedamos frente a frente, ella empezó a desabrocharme la blusa, me empezó subir la falda hacia la cintura, se me acerco con su boca húmeda, sus labios entreabiertos caso se le veía la punta de la lengua, otra vez en mi mente se cruzaron mis prejuicios, di un paso hacia atrás, y su rostro cambio, me agarro de uno de mis hombros y me dio una bofetada:

– Mira perra estúpida, a mí no me vengas con pendejadas, me diste a entender que es lo que querias, asi que hoy vas a ser mía puta en brama

Me arranco el brasier, de un jalón me bajo la falda, me empujo de los hombros en su cama y me arranco la tanga, se quitó la blusa, cuando se bajó el pantalón tenia puesto un arnés con una verga larga, cabezona, se me subió encima, mamándome las tetas, casi mordiéndolas, me paso las manos por la espalda, clavándome sus uñas, de una estocada fuerte me la metió hasta adentro, gemí por la penetración, ella me dijo así pendeja, gime, siénteme, muévete puta, pase mis manos en sus hombros, mis piernas se aferraron a su cintura, ella me mordía, sus uñas rasgaban mi espalda, sentí como me poseía, empecé a mover las caderas para que ella disfrutara

Ella al sentir que me movía me dijo así pendeja, no que eras muy decente, maldita puta ardiente, goza de tu macho, eres mía golfa, soy tu hombre, de repente tuvimos un orgasmo enorme, le cave las uñas, ella también me clavo las suyas, desfallecidas nos dormimos, ella sobre mí, yo sintiendo esa verga de plástico en mi caverna, nos despertamos, me beso y me llevo al baño, nos duchamos, me dijo que a partir de ese día yo era de ella, y ella sería mi macho

Y si, ella cada que se le antojaba me mandaba mensaje a mi teléfono, fui suya en varias ocasiones, la única condición que le puse es que cada que ella quisiera tenerme que me cogiera de forma salvaje, ella sonriendo dijo “esa es mi puta”, fui suya, hasta que le dieron cambio de unidad, pero desde esa vez prefiero más la compañía femenina, siempre y cuando me sienta violada

Siento que no puedo terminar de expresar el amor que tengo por ella. La pienso, siento el aroma de su piel, cierro mis ojos y sus besos me transportan fuera de mi cuerpo.

Mi prima me había invitado a una reunión con amigos de ella, verano, piscina, ¿Qué mejor? Accedí y fuimos en mi auto. Al llegar nos dimos cuenta de que ya todos estaban ahí, pero bueno daba igual. Nos bajamos del auto y ahí la vi, llegó a saludarnos junto con el resto, me acuerdo la sensación de verla por primera vez y sentir una sensación en el estómago de cuando alguien te gusta demasiado y se te desborda del cuerpo.

Cuando se acercó, pensé “wow que lindos ojos que tiene!”. A su lado venía otra chica, que resultó ser su novia. Era la primera vez que conocía a una pareja de lesbianas y yo recién venía descubriéndome, asique todo era un poco nuevo para mí.

Durante el resto del día conversamos con todo el grupo, llegando al final del día, nos encontramos sentadas alrededor de la piscina charlando las dos solas, apartadas de los demás, hablamos muchísimas cosas, pero la verdad es que esto pasó hace años y no me acuerdo nada, excepto que la miraba a los ojos, me perdía en su mirada, pensaba por dentro lo genial que sería besarla, estar con una chica tan hermosa como ella era impensable pero imaginármelo no me costaba nada y ahí estaba hablándome y yo no me podía concentrar en ni una sola cosa que decía.

Después de ese día, los años pasaron y cada una siguió su propio camino, ella termino casándose con su novia y yo seguí viajando, trabajando en distintos países, también me casé. A casi fines del año pasado, después de ocho años juntas, decidí ponerle fin a la relación y le pedí el divorcio.

Costó un montón al principio, no me preocupaba estar sola, porque la verdad, lo único que quería era eso. Pero el hecho de terminar una relación tan larga, te das cuenta de que hay cosas que se van descubriendo con el tiempo, me terminé dando cuenta de lo mal que me hacía, sentía que no podía avanzar y cuando por fin nos separamos, todo se desmoronaba, no tenía ganas ni motivación en absoluto. El tiempo fue pasando y decidí tomarme unas pequeñas vacaciones en Paris.

Días antes de viajar, recibo un mensaje en Instagram, me pareció extraño leer ese nombre, después de tantos años, algo se removió dentro de mí, pero ahí estaba, preguntándome si me acordaba de ella, por supuesto que me acordaba, nunca la había olvidado.

Hablamos del día que nos conocimos en la piscina, para terminar diciéndonos que ambas estamos divorciadas y lo bien que nos hizo hacerlo, terminamos la conversación, me agradeció por el rato compartido, y yo… yo me estaba muriendo de la emoción, eso que alguna vez pensé sobre estar con ella, quizás pueda terminar siendo real.

El viaje a Paris fue una semana donde me descubrí a mí misma, no la pasé muy bien, tampoco mal, fui a un hostal porque creía que podía llegar a una habitación con más gente y compartir, pero no es mi estilo, salí de fiesta con unos amigos que conozco, llegué a la habitación muerta de cansancio. Al día siguiente me despierto con el ruido de los demás moviéndose para irse o llegando a la habitación. Estaba super incomoda y lo único que quería era irme de ahí.

Sali a recorrer la ciudad con mis amigos, con la intensión de despejarme un poco, pero la sensación que tenía por dentro era la misma, no quería volver al hostal, quería estar en una habitación sola y llorar desconsoladamente, porque en ese momento la vida no tenía sentido, todo era caos a mi alrededor y no encontraba nada positivo.

Esa noche, estaba cenando en un restaurante sola, decidí buscar un hotel que no quedara lejos de la ubicación en la que estaba, para poder ir y lograr mi cometido… hacerme bolita y llorar como un bebé toda la noche. Encontré uno a pocas cuadras, agarré todas mis cosas y me fui, cuando llegué a la nueva habitación, increíblemente, no me dieron ganas de llorar, estaba cómoda y tranquila. Lo que fue el resto de ese viaje fue autodescubrimiento, darme cuenta de qué cosas me gustaban, que cosas me daban ganas de hacer, donde me sentía cómoda, etc.

Volví a mi casa en Londres, con otro estado mental. Estaba dispuesta a pasarla bien, a disfrutar lo que estaba a mi alrededor, ir al gimnasio, preocuparme más por mí, cuidarme.

En el trabajo me empezó a ir mejor notablemente, empecé a ir al gimnasio, estaba comiendo muy bien, me sentía estupenda y eso atraía la atención, cosa que estaba disfrutando. Me sentía en la cresta de la ola.

Por una cosa o por otra, finalizando el año, me terminé lesionando un nervio de la pierna y me tenía con muchísimo dolor. Para ese entonces yo ya venía hablando con ella esporádicamente, tirándonos muchas indirectas por acá o por allá, de todo lo que hablábamos, nunca le comenté que tenía ese problema hasta que un día me sentía mal anímicamente y necesitaba alguien que me escuche y ahí estaba ella, escuchándome, haciéndome sentir liberada de muchas cosas, con ganas de querer contarle todo y que ella me cuente todo a mí. Quedé fascinada, pasamos horas y horas hablando.

Pasó el año nuevo, pasaron los días y pasaron los meses, nuestra relación, ya era formal, nos amábamos y nos queríamos ver. Asique viajé a los pocos meses de habernos reencontrado por las redes sociales.

Cuando nos reencontramos ese día en el aeropuerto, fue todo un choque, para bien, hacía mucho que no volvía a mi país y además a ella la había visto por última vez 10 años atrás.

Pero su primer abrazo hacia mí fue más de lo que me venía imaginando, sentir sus brazos rodear mi cuello, apretándome con fuerza hacia ella, hundí mi cabeza en su cuello y me sumergí en el aroma de su perfume, “¡ay por dios que rico huele esta mujer!”

Me besó, sentí sus labios posando sobre los míos, su lengua acariciaba la mía, sentía cosas dentro de mí cada segundo que pasaba.

Con el correr de los meses, hemos ido y venido, porque la verdad que la relación a distancia no es algo que quisiéramos para nosotras, el amor que nos tenemos es demasiado fuerte y las ansias de estar la una con la otra son inmensas.

Cada vez que la miro, me pierdo en su mirada, me encantan sus ojos azules, me encantas ella, su pelo, su cuerpo, lo nuestro no es solo algo físico, nuestro deseo por la otra a veces nos abruma. El amarnos es tan grande como el deseo de sentir el calor de nuestros cuerpos, ella para mí es lo que estaba buscando y me terminó encontrando. Yo siempre dije que tenía mucho amor para dar, pero no había encontrado a la persona indicada con quien compartirlo.

Las ganas de querer hacernos el amor todo el tiempo son increíbles, he llegado a niveles inimaginables si de orgasmos hablamos. Tanto que hasta algún punto en medio del éxtasis a veces siento que mi cabeza estalla porque no puede más del placer, y seguimos haciéndolo hasta estar exhaustas.

Recuerdo todavía como en una de nuestras tantas idas y vueltas, horas antes de que yo emprendiera viaje de vuelta a casa, estábamos en su cama, besándonos, haciéndonos cariños. Estábamos llenas de pena porque nos íbamos a separar, nos dolía demasiado el hecho de pensar en que no íbamos a poder estar juntas, compartir, tocarnos, todo.

Nos empezamos a besar intensamente, tratando de sentir que el beso que me daba no iba a ser el último. Tomé su rostro con una de mis manos, besé su cuello, posaba mis labios sobre su piel, el calor que me hacía sentir me estremecía, me quitaba el aliento.

Ella estaba sentada sobre mí, desnuda igual que yo, suspiraba en cada beso que le daba, bajando poco a poco, recorriendo su piel, besando sus pezones, rozándolos con mi lengua sintiendo como se paraban y la sentía gemir suavemente. Acariciaba su espalda, la abrazaba contra mi cuerpo con fuerza, para sentirla más cerca. Volví a besar sus labios, su lengua invadía la mía con fuerza, con desesperación, con ansias.

La giré recostándola en la cama, la besaba por todos lados, mordía el lóbulo de su oreja, haciendo que gimiera, sintiendo como una corriente eléctrica recorría su cuerpo.

Pasé mi lengua sobre su abdomen, como marcando el camino hacia mi objetivo, llegando a su vagina, sentía su cuerpo arquearse levemente, con la respiración entrecortada, comencé a besar su clítoris, que estaba hinchado de tan caliente que estaba.

La besaba, sentía como su humedad iba recorriendo mi boca, mi cuello, ese sabor dulce y tibio que tanto me gusta, masajeaba su clítoris, lo recorría de arriba abajo con mi lengua, lentamente, sintiendo su cuerpo estremecerse de tanta calentura, sus manos afirmaban mi cabeza contra ella con fuerza, pidiéndome que no parara, apenas podía respirar, pero estar entre sus piernas, sintiendo como su cuerpo vibraba y sus gemidos eran cada vez mas fuertes, me ponía a mil. Hacía cada vez más presión, para que sintiera el calor de toda mi lengua, mis movimientos se iban acelerando a medida que sus gemidos se volvían gritos ahogados, sintiendo como sus líquidos irrumpían mi boca en un exquisito orgasmo.

Apoyé mi cabeza sobre su abdomen, esperando que se recupere. Con la respiración todavía entrecortada me giró ella esta vez. Se posó sobre mí y comenzó a besarme con la misma fogosidad que antes, nos abrazábamos con fuerza, tenía una mano sobre su espalda sosteniendo la base de su cuello y con la otra le agarraba fuerte las nalgas, presionándola contra mí, sintiendo su vagina tocando la mía. Estábamos demasiado calientes, nuestros besos parecían torpes, nuestras lenguas chocando entre sí. Besaba mi cuello, me mordía las clavículas, me encantaba que lo hiciera, una corriente de calor pasaba por todo mi cuerpo cuando lo hacía.

Nos acomodamos la una con la otra para sentir nuestros clítoris tocarse, la sensación de sentir toda su humedad junto con la mía era inigualable, nos movíamos en sintonía, sabiendo que estaba sintiendo a flor de piel el placer que nos estábamos dando. Nos besábamos con fuerza, me metía la lengua hasta el fondo, yo la afirmaba, con las dos manos, de las nalgas. Ella con sus brazos sobre mis hombros, ponía su cabeza sobre mi cuello, la sentía gemir, suspirar. La apretaba cada vez más hacía a mí, sentía que estaba pasando el umbral, que la electricidad que recorría nuestros cuerpos se hacía cada vez más intensa. No podía dejar de besarla, tenía que interrumpir cada dos segundos porque me hacía suspirar, sentía su clítoris penetrarme levemente, seguíamos moviéndonos rápido, con pasión, gemíamos cada vez mas fuerte, nuestras pulsaciones estaban muy aceleradas, sentía las gotas de sudor recorrer su abdomen, su espalda, dándolo todo. Nos abrazamos con fuerza, nuestras vaginas estaban tan mojadas que sentía todos nuestros fluidos ir bajando por entre mis nalgas, me gritaba “sí, sí, ahora sí, ahora sí” y yo estaba igual, apenas podía respirar de la fuerza con la que me estaba viniendo, su cuerpo vibraba, como si estuviera electrizada, cuando siento como ella estalla dentro mío, nunca en mi vida había sentido que me acabaran adentro de esa manera, fue tan fuerte el orgasmo, que sentí toda la sangre subirse a mi cabeza, provocándome un leve mareo.

Como esa noche no hubo otra, pero porque cada vez que nos tocamos, que nos hacemos el amor, son todas sensaciones diferentes, distintos niveles de salvajismo o ternura, pero siempre con muchos orgasmos de por medio.

Ella provoca todo en mí, me siento tan en contacto con mis emociones, tan libre, tan feliz. El deseo de querer que la otra persona esté bien, de desearnos físicamente, escucharnos, reírnos, es entregar sin esperar nada a cambio, y sin querer, recibir mucho más de lo que esperabas.

Ahora estoy acá sintiendo el aroma que dejaste sobre la almohada, pero este perfume no es lo mismo sin tu piel. Acá te espero a que vuelvas, para seguir amándote con locura hasta el fin.

Hola chicos!

Advertencia a quien llega y me conoce ahora, mis relatos no son 3 minutos, clica en las cams si buscas algo rápido, mi vida es lo opuesto a corriente y creo que merece ser explicada con detalle. Los que siento y percibo, los cuales debo transmitir fidedignamente.

Por mis 4 relatos anteriores y a modo resúmen sabéis que me llamo Lucía, soy Madrileña y nací en 2006, mido 1,62 soy Morena con orgullosas mechas rosas que con mi piel pálida forman una dupla subconsciente de puntos fuertes de mi físico. Sabéis que hago atletismo, por ello intuiréis que mi culo y mis piernas son mi mayor orgullo y las que me permiten lucir contra mi voluntad un muy digno tipo cuando llevo el uniforme escolar o destacar ya más voluntariamente con los pantalones apropiados.. Incluso en la comodidad de mis queridos chántdals…

Es verdad que mo tengo mucho pecho, una 85, pero es algo que más pronto que tarde espero poner solucíón :). Mis grandes ojos marrones y mis carnosos labios parece ser lo que antes llama la atención de mi en a nivel social.. Al menos eso reconocen quienes finalmente me han probado e intuyo que es algo que seguirá pasándome, porque tengo la intención de ponerme un piercing en el labio, un aro en la zona central. No busco ser original, sólo ser como me gusta al 100%…

Durante 18 años me centré en mis estudios y en correr, y aunque es verdad y no me escondo en reconocerlo, me he masturbado infinitas veces desde que recuerdo a merced de cerrar los ojos confiando en una imaginación tremenda y variada, hasta casi ser mayor de edad no había hecho nada absoluto o real con nadie. . piel con piel, a penas por encima de la ropa, juegos de niños…

En este tobogán a la perdición en el que me monté desde el día en que de la manera más absurda, acabé comiendo mi primera polla. Fue a mi vecino puerta con puerda, él de 35 años y con novia, en los sofás de cuero verdes de su casa, fue el mismo dia en que por primera vez una boca adhería y restregaba su piel a la piel húmeda y rosa de mi sexo.

Un debut por todo lo alto, con la consecuencia de en mi estreno en estas cosas, darme cuenta que me encantaba, y que lo que provocaba asco cuando se corrió en mi boca aquella tarde, terminaría atormentándome como una de mis momentos y partes preferidas de esos momentos de intercambio. El lefazo.

Me convencí tanto de que me gustaba chupar y que se corrieran en mi boca, que en una fiesta poco tiempo después, me ensartaron la garganta con el rabo más odiosamente perfecto del tío más increiblemente perfecto del colegio: Aitor..(El deseo y máximo exponente de todas las del colegio) Ese día me profanaron la boca tal cual os cuento y me recompensaron e hicieron un dedo salvaje, en un ejercicio de ensartamiento y suspención colgada en el aire sobre su musculoso brazo a medio metro del suelo.

Ese mismo día me coroné superando mi propia marca, cuando tras terminar con Aitor aun de rodillas en el piso de arriba mientras trataba de incorporarme, de recuperarme y limpiarme los restos de su semen de la boca, el cuello y la barbilla, , mi parte más absurda, en un arrebato de compasión y culpa le regaló otra mamada a uno de sus amigos ,más humilde en su conjunto, de nombre Jairo.

(Si yo pensé lo mismo mientras fríamente engordaba mi currículum chupando por compañerismo sin sentir nada hasta su explosión en la cuenca de mi boca, pensé: pedazo de guarra.. pero así pasó y así tengo que contarlo..)

Ese mismo Jairo parece ser que fue el que una semana después debió presumir e irse de la lengua haciéndose el gallito, complicándome la vida porque esa experiencia lasciva por turnos, llegó a oídos de medio colegio…

La primera en montarme el numerito fue mi mejor amiga desde pequeñas, Mariyo, quien se sintió severamente traicionada porque le mamé la polla a su gran amor Aitor, a quien «se había pedido» un año y seis meses antes de todo aquello.. me gritó, lloró de rabia y dejó de hablarme..fue una semana horrorosa esa primera.

Tras faltar la siguiente semana entera por no querer aparecer por clase para no quedar expuesta a la opinión pública, Gloria, una choca morena de 35, seria y pragmática, hacía las veces de tutora y de psicóloga. Cariñosamente me aconsejaba y guiaba. En su terapia, fui invitada a comer en su casa, y me ayudó a entender y a aceptar lo que sucediera en mi vida en adelante para llevarlo con dignidad en la vida real.

Gloria me regaló una especie de «reseteo emocional», pero esque además me llevé la mejor comida de coño de mi vida. la segunda que me daban, pero la primera que me hacía una mujer.. y no una cualquiera, Algo prohibido, una mujer dulce que me besó como si lo hicieran mil a la vez, con unos labios que competían con los míos en belleza y esponjosidad, y me comía entera todos los labios de mi cuerpo en unos besos sedientos de algo tan prohibido que hacía hervirnos la piel, sobre una alfombra de pelito blanco increíblemente suave..

COmo balance: En poco tiempo había tenido 3 experiencias que estaban marcando el devenir de todo lo demás. Descubrimiento, morbo, sensación de suciedad, aprender no sólo a que me averguence sentirme sucia sino a también disfrutarlo, en pocas palabras..todo a la vez.. madurar y experimentar como pasos alternos y contínuos…

Mi vida transcurrió tranquila las dos semanas siguientes. Recuperando la sensación de normalodad. Normalidad que también sentía en parte con mi profesora, aunque en el fondo sentía una extremada simpatía, y me descubría incurriendo en devolverle cuando surgían sonrisas sinceras despreocupadas que en el fondo delataban algo especial entre nosotras, (aunque nadie pensase que pudiera ser más que puro apoyo por lo que estaba pasando a causa de las habladurías que provocaron mis decisiones durante aquella fiesta..)

Quizá el secreto era todo el tiempo el mismo. Pasar del tema , que dejase de ser novedad ser el centro de atención por comerme dos pollas por turnos con finales felices en mi boca…no se si realmente fue pasándose el efecto social de verdad, o si lo que pasó es que realmente dejó de importarme.. whathever..

Pues gracias a ello descansé, y empecé a sentirme remontar, emocionalmente ya hablaba con gente más de tres frases y sin estar todo el rato avergonzada, yo simplemente actuaba como si nada… Y la mayoría de gente me devolvía lo mismo. Pensaran lo que ensaran, Normalmente se lo guardaban.

Al recuperar la normalidad mi PH se reguló de nuevo, gracias a que volví a masturbarme, mucho mas que nunca… me dí cuenta que había estado reteniendo muchos líquidos xD

Empecé a pensar de nuevo y de nuevo peligroso y demasiado, deseando que mi vecino llamase a mi puerta para una segunda ronda de lo nuestro, donde le enseñaría todo lo que había aprendido a hacer con la boca a lo largo y ancho de su rabo monstruoso y bello.. si el me daba la oportunidad, Aunque todo dependía de si su calentura volvía a ser lo suficientemente grave como para arriesgarse a jugar conmigo a algo igualmente grave y repetir dejándose llevar… De momento sin suerte y sin señales de esa parte lasciva de él. Se ponía tenso cuando coincidíamos en la escalera, sobre todo se mascaba cuando le acompañaba su novia.. En el fondo me hacía gracia… y luego sentía pena por el, y por ella..

Tampoco me desagradaba la idea de volver a comer con mi profesora y tutora…. Por un lado había estado muy a gusto con ella aquel día y repetiría con los ojos cerrados, pero por otro lado, quizá ella quisiera subir un nivel, y que yo no fuera una egoísta y que esta vez yo le hiciese algo a ella….vamos , que no sé si estaba preparada para comerle el coño a nadie…

Por mucho que me tentase el plan alfombra de pelitos blancos y Norah Jones de fondo perdiendo el control y la cabeza…No estaba segura, porue la única certeza era que sé que Gloria termina todo lo que empieza.. Y no habría apostado a ese color por mi misma… Aun no estaba preparada..

Tampoco había visto ni siquiera la oportunidad, pero intentaba no quedarme con ella a solas o cruzarme con ella sin gente alrededor.. todo resultaba contradictorio.

En esa época, al no tener amigos como tal ni planes fijos.. como siempre, decidí ir a mi bola, pero ésta vez mucho más que nunca… no iba a buscar a nadie, pero si alguien venía a hablarme, allí estaría, porque no?

De modo que comencé a salir por las tardes noches a pasear, con mi chantdal y mi música, mis porritos.. Deambulaba normalmente por un parque enorme que hay cerca de mi casa. Unas veces me quedaba en un banco, Si no habían regado me echaba en el césped apoyada contra un árbol o incluso me sentaba apartada en el graderío de cemento en las canchas de basket que hay en un extremo del parque, vamos, donde están todos los canis del barrio.. juegan basket fuman porros, hacen skate y hasta batallas de gallos amateur en grupitos..

Pues uno de esos días, un viernes cualquiera de unas semanas después de mi experiencia con Gloria, allí conocí a Chanly.

Él se llama Carlos, pero se supone que le llamaban Chanly desde pequeño, culpa de su hermano pequeño que no pronunciaba bien su nombre…

Chanly viste y es rapero y en absoluto es el tipo de tío en el que suelo fijarme.. para nada.

Pero si que es un chaval agradable, simpático, buena persona y muy muy interesante, con muchísima imaginación y facilidad para hablar…. Si le dabas la oportunidad de abrirse veías que era un espíritu alegre, casi un crío, pero con unos ojos verdes atormentados y tristes. Todo eso junto fue lo que me llamó la atención de él..

Le conocí ese viernes de tranquis fumando porros en el parque mientras gente hacía botellon alrededor nuestro, terminamos liándonos y empezamos a quedar.

Sin darme cuenta cómo, tenía novio, pero estaba tan a gusto con él… el tiempo nos faltaba cuando nos veíamos, no parábamos de hablar y de reirnos.

En un escenario de soledad, sin mi amiga Mariyo y habiendo estado tan perdida todo esto fue como echar un ancla a tierra y traté de hacer las cosas diferentes.

Como os digo me lo pasaba genial con él, haciendo el idiota. Compartíamos muchas cosas, y además nos enseñábamos cosas nuevas, disfrutando de la experiencia. El me empezó a meter en el mundo del hiphop, me enseñaba la importancia y riqueza del rap en español, decía contínuamente «Que las batallas de gallos son chorradas y que el verdadero rap era el de antes..» » 7 notas 7 colores, SFDK, Doble V, Natch y un largo etc… porque Chanlly podía estar horas hablando de lo que le gustaba, y yo me quedaba embobada descubriendo que no me aburría y que me daba igual cuánto hablara.. tenía mucho magnetismo.

Aunque tenía tentaciones por correr… tenía claro que quería hacer las cosas bien, no quería cagarla ni asustarle…quería hacer las cosas diferente.

Pese a eso al final lo que una lleva dentro termina asomando…y si al monstruito del sexo le dejas asomarse a mirar resulta peligroso e incontrolable, cierras los ojos y de repente recuperas el control de tu vida cuando te han hecho un dedo supersónico..

Así lo bautizamos en una de nuestras coñas que nos unían y definían… Debéis saber para entender la magnitud del dedo cósmico que me regalaba frecuentemente, que Chamly decía siempre que le gustaba mucho la percusión, de modo que le gustaba tocar percusión con cada cosa que se encontraba y descubrir el sonido… un banco, una puerta, una pared de chapa, un cubo de basura… y un largo etc

En definitiva presumía sin pretenderlo, de unas habilidades especiales de resistencia y velocidad con sus manos y sus antebrazos… y la verdad que cuando me metía la mano dentro del chandal , era un ritual donde comenzaba por acariciarme suavemente y terminaba martilleándome casi hidráulicamente con dos dedos como un pájaro carpintero.. Reiros, pero perdias el sentido, llegabas a marearte… (los porros ayudaban.. xD) Eran corridas distintas. éstas eran como morirse volando deshaciéndote en el aire a 200 km/hora y fundirte con la noche.. De verdad.

Pese a estos momentos, yo seguía reticente a estrenarme y follar todavía… habiendo experimentado tanto en tan poco tiempo, ese paso era como un abismo insalvable para mi… Otro punto de no retorno y no estaba preparada.. Aun no.

Además con esos dedacos… Chicos entendedme, internamente era como si quisiera gastar esos dedos huesudos en mi coño y darlo de sí lo suficiente antes de pasar a otro capítulo para el que aun no estaba preparada..

Aunque como inturéis si me conocéis un poco.. como chica generosa que yo me dibujaba ante sus ojos, le hacía unas mamadas que según él «le vaciaban como al de scary movie» (la primera vez no lo entendí porque no había visto esa película, pero tras verla, conseguía que me riese siempre que lo repetía, aun con la boca llena de su semen, alguna vez se me escapaba y me ponía perdida por jugar con él y reirme por su puta culpa jajaja) No era plan de que lo hiciera todo y tenerle sin follar..

El es tan bueno que me decía «no hace falta que te lo tragues, puedes escupirlo…» Pero joder me gustaba, pese al picor y amargor que me hacia toser, eran daños colaterales!

Y no nos engañemos, nunca he escondido que me gusta chupar pollas. ¿Alguna vez lo he hecho? podéis acusarme? No verdad? me lo imaginaba jajajaja

Dejemos claro hoy, por si no lo estaba antes que si en esta vida hay dos clases de adolescentes, y a unas les gusta chupar pollas y a otras no, me autoproclamo presidenta del grupo de las que disfrutan comiéndolas hasta el final.. Porque convertir el asco de tu primer lefazo en la boca en algo tan sucio y morbosamente adictivo que se había vuelto mi parte favorita… definía a mi «yo» más zorra por completo..

En poco tiempo con Chanly descubrí que lo sabíamos todo el uno del otro… Éramos transparentes el uno para el otro.

El sabía lo de mi vecino, lo de Aitor y Jairo… y aunque se sorprendió y cambiaba la cara cuando hablábamos de ello, quiso entenderme y respetarme.. lo intentaba por mí.

Sabía de mi problema en el colegio a causa de todo eso… incluso lo de mi profesora. De hecho, eso lo aceptaba mejor, ya que pedía frecuentemente que se lo recordara y describiera cuando le masturbaba, le gustaba escucharme (como a vosotros leerme cerditos míos …) No pude evitarlo y guardármelo.. y más al ver que le ponía tan cachondo que se lo contase..

Él, por su parte,me había contado historias realmente tristes de lo que había vivido con sus dos únicas novias. ambas le habían engañado poniéndole los cuernos, y Chanly no era el tipo de chico que estaba con cualquiera por el hecho de estar… ya no se fiaba…tenía que ser algo realmente especial (en eso me sentía identificada con él) por lo que cuando se decepcionaba con alguien afirmaba estar cada vez más cerca de un abismo.. Habiendo llegado incluso a medicarse contra la depresión con su ex, Cristina.

Por él en ese momento yo sentia cariño, atracción claro está, y ternura, mucha ternura. . Sobretodo eso. Chanly era realmente especial, y yo había bajado mis defensas y me había contradicho teniendo novio donde pensé que llevaría otro tipo de camino… y otra vida..

Os mentiría si pese a lo maravilloso que era estar con él me atreviera a deciros que era todo perfecto. No lo era, sin saberlo en esos momentos, sentía que me faltaba algo, porque algo me faltaba y se hacía bola dentro de mí, tanta que ni haciendo doble sesión de entrenamiento en las pistas de atletismo conseguía sacudirme esa sensación extraña..

Como angustia, la de llegar tarde a algún sitio sin tener plan alguno, angusta de la que se ha dejado el fuego encendido y está lejos de casa, o la que se deja la jaula del hámster abierta… sin venir a cuento aparentemente..No estaba bien al 100%

Soy sincera, por eso os confieso que cuando estábamos en algún garito y Chanly salía a hacerse un porro afuera (y se pegaba una hora), otros tíos e incluso sus propios colegas se acercaban como hienas a mi bailando, se pegaban y llegaban al punto de frotarse conmigo… Lejos de apartarles yo les devolvía el frotamiento, me divertí deshinibida y no tenía ni atisbo de remordimiento… Creía que era riesgo calculado, gratuito, pequeñas dosis de algo que calmaba el tornado que se me formaba dentro provocándome angustia…

Pero resistía y no cedía, nunca iba más allá, porque Chanly no se lo merecía. Y pasaban los días, llegaban los fines de semana y yo no perdonaba mis chupitos, todos a los que me invitaban, y pese a que mi copa podía durarme toda la noche, la mezcla de todo lo que tomaba, al final..me anestesiaba y deshinibía.. pero en el fondo son excusas…

No llegaba al punto de ir pedo, pero si que iba atontada o supercontenta, encontraba refugio a ese vacío que sentía a veces sin llegar a entenderlo…

En ese ir y venir de unos bares a otros, en los bajos de Arguelles, un día, coincidí en el mismo bar con Mariyo. Tras tanto tiempo, no podía creerlo.

Parece mentira que fueramos al mismo Colegio y que llevaramos toda la vida siendo mejores amigas.. pasa un tiempo sin ver a esas personas y cuando las ves puedes sorprenderte del cambio.. habían pasado 5 meses en donde a penas nos habíamos cruzado (no íbamos a la misma clase por los apellidos) ni supimos nada una de la otra (al menos por mi parte)

Creo que yo estaba tan avergonzada que no soportaba la idea de haberla hecho daño y haberla perdido por ser una guarra, por abrir la caja de pandora con el chico que a ella le gustaba y ser la versión más zorra de mí a sus espaldas…

Con todo reconozco que cuando entré al bar, al verla bailar, al verla tan… en forma y radiante, me sentí feliz. Y al sentirlo sonreí. COn tanta fortuna que en su baile de contoneos y giros me vió y se quedó mirándome.

Como si fuera yo una pincelada furtiva de un color vivo sobre un triste lienzo sin matices… o la única luz encendida en un lóbrego y oscuro Bar de copas.. ella me miró, se detuvo, y después lo hizo su pelo, a finas y largas trenzas con gomas rojas. De pronto sus ojos se abrieron de par en par, brillaron iluminando la estancia y vino hacia mi.

MariYó se acercó y me abrazó sin pensarlo mientras la gente bailaba y de fondo sonando «Despeinada» de Ozuna.

En ese momento el tiempo se paró, aunque a la vez todo pasaba y continuaba…

«Tiaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaa cuanto tiempooooo»»»» gritaba sensiblemente bebida y sorprendentemente feliz y despreocupada. Se alegraba de verme realmente y me apretaba con alegría.

Me hizo sonreir, me hizo devolverle el abrazo, me hizo volver a oler su perfume de Lolita Lempika, y rompí a llorar sobre su cuello como el que vacía unos bolsillos llenos de arena tras tresmil leguas de paseo contínuo por el desierto… Mojé su cuello con mis primeras lágrimas mientras tembaba y escondía mi cara sobre su hombro, lloraba y me fundía con mi mejor amiga en un abrazo reparador.

En cierto punto ella se separó para cogerme la cabeza y con los ojos muy abiertos y expresión maternal me repetía » No pasa nada Lucia, cariño ya no pasa nada, te perdono. No llores por favor, que se te va a correr el rimel…»

«si no lle-vo ri-mel hi…ja de pu-ta….» me brotó del pecho entre sollozos cortando mis llantos (yo rara vez me maquillo, a penas algo de gloss en los labios..)

Ella rompió a reir y yo enjugué mis últimas lágrimas riendo y llorando (o «lloriendo» como acordamos bautizar un rato después)

Fuimos juntas al baño para refugiarnos de la música y poder hablar pero tras secarme las lágrimas , sin mediar palabra me dió un pico de los nuestros.. Sellando el final de lo que fuera que nos había separado.

Estaba realmente contenta, me había quitado un peso de encima tan grande, que sin pensarlo puse mis manos sobre sus trenzas y sus orejas para fijar bien el blanco y esta vez la besé yo a ella. Pero entreabrí la boca. Mientras la besaba mantuve los ojos abiertos, y pude ver cómo los suyos explotaban como confeti de la sorpresa. En ese momento supe que lo que Gloria me adivinó meses antes sobre mi amiga era cierto…No sé desde cuando pero le gustaba a MariYo..

Cerré mis ojos, y fue como cambiar de escena, en décimas de segundo tenía mis labios abiertos sobre los suyos anunciando mi lengua timidamente, y al instante pasaron a ser sorbidos por su boca que contratacaba con ansia cambiando el ritmo.

MariYo aceptó mi invitación y nuestras bocas de entrelazaron en un beso lento pero… fuerte, de gestos muy marcados, intensamente aplicábamos mucha presión la una sobre la boca de la otra, como si aun hubiera conflicto dentro nuestra, como si es algo que tuviéramos que haber hecho antes, nos bebíamos una a otra de forma sostenida.

Cuando llevábamos un rato en el posíblemente muerdo más largo que me he dado en mi vida, no sabía si debía hacer algo ¿o quizá le tocaba a ella? el beso se nos estaba gastando, como un buena botella de vino que pide otra, o que al menos pide acompañarla de algo de picar..

Antes de darme cuenta y ser consciente mi mano se deslizaba de sus caderas, donde habían permanecido inmóvlles desde el principio… y ahora se bajaban hacia el borde de su pantalón de chantdal de salir de fiesta..

Era uno deportivo de un color negro rojizo, o quizá un rojo ennegrecido, Era ancho, suelto, suave y fresco, era blanco fácil.

Me hice hueco por dentro y acaricié sus muslos y su culo, el cual aun terso, estaba frío como si se hubiera sentado sobre la nieve un rato antes.

Mi mano ahora tibia tras su culo frío se deslizaba por debajo de su tanga de tela de rejilla abriéndose paso hasta que alcanzó el comienzo del vello púbico recortado que anunciaba que a un palmo estaba su sexo. Ese punto la hizo estremecer a ella, y su reacción me hizo estremecerme a mí..

«No estoy depilada…tia..» Dijo separando dos milímetros sus labios de los míos, para seguir con lo que estaban haciendo… como disculpándose, como si llevara preparada para este momento juntas toda la vida .. pero ese día no fuese hoy..

Yo no la contesté, ni la hice caso. Estaba en trance. Corría por mis venas una tensión y un nervio que no esperaba… en ese momento yo era energía fluyendo desde las raíces más profundas de mi cuerpo hasta las puntas de mis dedos, y me disponía a dibujar con ella una ciudad cualquiera, iluminada de noche en su dulce entrepierna.

Un momento delicioso, presidido por besos que fueron gemidos, cuando comencé a acariciar a mi amiga del alma en su intimidad..

Por debajo de su ropa cani, en ese look desenfadado y novedoso de la tía con la que había intercambiado tanta ropa. Esa misma chica, en lo que se había convertido mi mejor amiga, se retorcía como una serpiente, abriendo y cerrando sus piernas, de pie, semi empotrada contra la pila y el espejo de un mugriento y diminuto baño de garito cualquiera en la noche madrileña.

MariYo se retorcía gozando aceptando mi invitación a este nuevo nivel de lo que fuera que teníamos en este momento de reencuentro. Una perversión que una vez más me había pillado por sorpresa aunque fuera en gran parte la culpable, como siempre..

Nuestro largo morreo dio paso a algo mucho más húmedo, Eramos un mar de lametazos en los labios, la barbilla, el cuello, las orejas… pasábamos a morder y lamer incontrolablemente a partes iguales..

Mientras con mi mano, tenía el control de su cuerpo, la acariciaba la vagina en círculos pronunciados y abiertos que desordenaban los pliegues de su coño moreno y apretado dibujando un chocho nuevo, uno húmedo, con pelito que le daba un aire desaliñado, pero venía a mi un aroma a chichi limpio que sólo generaba en mi unas ganas incontrolables de ensuciarlo rápidamente… Por primera vez pensé en chupárselo.

Tiene gracia, nos habíamos visto mil veces desnudas, pero nunca me imaginé que el coño de mi mejor amiga se desharía fundido entre mis dedos, dedos con los que habíamos jugado inocentes en tantas ocasiones…

MariYo tenía un calor enfermizo en su vagina, tal cual os lo cuento, no es el típico calor que llega o se enciende de repente, era como un ardor inacabado, como si hubiera estado siempre ahí, ardiendo ininterrumpidamente,.Era agradable y extraño , Su flujo éra el bálsamo que reactivaba y retroalimentaba a mi mano cuando ésta empezaba a cansarse de dibujarle círculos entre sus piernas, brotaba de su chocho en el momento justo para volverme a quemar la piel y hacer funcionar a mil..

Ella mientras me agarraba indecisa, inexperta, del culo, de la espalda, como si no fuera real.. como si no se lo creyera..

Mientras me besaba sedienta y disfrutaba de un masaje manual estirando y contrayendo su sexo, ella respondía y apretaba mi culo, como quitándose una espina clavada, como el que levanta el trofeo por el que lleva toda la vida suspirando.. Y cuando por fín se lo creyó, algo hizo clic en ella, debió ser consciente de que no, no tenía que preguntarme nada, ni pedirme permiso. Ella también podía tocarme por debajo de la ropa…

Aunque tímidamente al principio, como recorriendo el camino hacia la escena preferida de su película favorita, se deslizó por mis braguitas blancas de pequeños lunares en y ribetes rosas en los bode hasta conseguir pegarme literalmente las bragas al coño. Dos segundos chicos… eso tardaron en ser un rebuño impregnado del jarabe de mi chocho.

Increible, sabéis que significaba eso? que lo que estaba pasando no era otra muestra de altruismo o pena.. pasaba que me estaba gustando liarme con mi mejor amiga, me estaba gustando tocar un coño ajeno, su coñito moreno… tanto que estaba empapada y pensaba cada vez con más fuerza en ceder arrodillarme y probar sus fluidos de un momento a otro, lo reservaba como la guinda a nuestro reencuentro.

Nunca imaginé poder sentirme tan caliente y participativa con otra tía, la zorra que llevo dentro quería brotar y controlarme.. ser protagonista.

MariYo empapó mis bragas hasta que decidió obviarlas y hacerse paso bajo ellas para deleitarme con las yemas de sus dedos, piel con piel, siguiendo mi ejemplo.. El contacto surgió con un chispazo, un calambre, de los que se dan con la electricidad estática, debió hasta sonar…y me volvió loca.. Qué mejor manera de que su mano ansiosa entrase en contacto con su caramelo favorito? una miniexplosión. Ella tembló, seguía sin creérselo..

En ese momento éramos 2 iguales, con nuestra buena dosis de alcohol en sangre, pero aun dueñas de nuestro destino, habíamos decidido comernos en este bucle del tiempo, habíamos decidido conocernos un paso más allá… o varios… Descubriendo esa parte que siempre estuvo ahí pero nunca fue libre.. y que realmente unca estuvo en mi menú..

Como en un juego de niñas pero sólo para adultos, ella imitaba lo que yo iba haciendo, juguetona, aprendiz de una novata… donde ambas hacíamos el debut, nos besábamos y nos reíamos a partes iguales, nos sonreíamos, entreabríamos la boca entrelazando nuestras lenguas con más saliba que nunca antes, y ya no sabía cuánta lengua era mia y cuanta suya… no habríamos distinguido las lindes una de la otra.

Mientras fuera sonaba, «Algodón de Azúcar» de Chema Rivas, con el sonido amortiguado por la puerta del baño y por el vapor prevertido y ebrio que emanaban nuestros cuerpos carbonizándose mutuamente, con un matiz hermoso, que era el perfume de mi amiga.

Ella me copiaba. Si yo asomaba un dedo al abismo de su cuerpo ella respondía con lo mismo en el mío, si atenazaba los labios de su vagina con mis nudillos masajeándolos suave pero firme, mientras hundía esos mismos nudillos en el comienzo de sus profundidades preparando el siguiente paso, ella intentaba torpemente replicarme..

Una deseó antes a la otra, pero yo llevaba estas cosas en la sangre y aparentaba llevar toda la vida haciéndolo.. Ella era quien veía recompensada tanta espera.. y tiritaba..

Penetré a MariYo clavando 3 dedos de golpe en su coñito moreno, No encontré a penas resistencia, su vagina tragaba mis dedos aunque su vello pinchase la piel de mi mano, era una penitencia justa por clavarme cada vez más profundamente en ella, llenándola con lo que podía, esperando esa reacción rebote en ella, ese efecto espejo, para que ella me penetrase aunque fuera torpemente, igual que yo la hacía..

Dibujábamos una senda profunda en la vagina de la otra y lo hacíamos lento y constante, sin permiso ni piedad ninguna, buscando volvernos locas mutuamente mientras marcábamos nuestros cuellos con la boca, dejandonos los chupetones que inconscientemente nuestra lujúria interior quería realmente dibujarnos mutuamente entre las piernas.. Nos adaptábamos a lo que teníamos.

Cuando iba camino de parecer una visita guiada por el manual de la lujuria entre amigas, donde yo llevaba la batuta y ella se adaptaba, MariYó me sorprendió. Sacó su dedo índice de mis entrañas sustituyéndolo por otro más humilde en un movimiento maestro de ajedrez durante un jaque mate inevitable a mi culo..mi culito..

Fue un segundo de sorpresa, seguido de un segundo de indignación que se diluyó en mi goce…y luego fueron 10 minutos de placer extremo.

Como un animal de 3 patas que recibe la potencia de una cuarta para correr más rápido, como si un coche de carreras descubriera el botón del turbo, gocé perramente esa vida extra que me daba el dedo indice de mi amiga arrastrádose piel adentro hacia el interior de mi culo sin sacar el resto de huéspedes de lujo de mi coño rosado demostrando que todo esto, todo lo que pasaba, había estado siempre ahí, delante de nuestras narices, escrito en un idioma que ambas desconocíamos, demasiado distraidas para improvisar o entender nada..

El ritmo de nuestras manos se aceleraba peligrosa y mutuamente mientras ella con ventaja, profanaba culo y coño… tenía ventaja y amenazaba con terminar antes conmigo…. por lo que esta vez su jugada iba a replicarla yo. Era mi As bajo la manga, no conformarme y subir el nivel, subir la apuesta…

Pero ella me esperaba, no hubo rastro de sorpresa, mi dedo hizo su maniobra y se clavó en su culo si resistencia alguna… una vez más… Ella estaba dilatada por mí y hubiera aceptado cualquier cosa que yo hubiera decidido meterla en ese momento…

De ese modo con empate técnico, sudando, retorciendonos, masturbándonos y llenando nuestros orificios inferiores desesperadas por corrernos juntas, afrontamos esa cuesta abajo hacia la liberación.. hacia el relax… pero gané yo. llegué a meta primero.

YAbrí los ojos porque yo me corrí antes, py vi que ella no bajaba el ritmo. Estaba ansiosa porque la había dejado atrás y quería sentir explotar… Seguía besandome, mordiendome, lamiendo el sudor de mi cuello desesperada por no perder el rastro de migas de pan…. y yo estaba bajando revoluciones.

No tenía escapatoria, era ahora o nunca, porque no iba a poder aguantar masturbarla mucho tiempo más mientras yo perdía fuelle…

Mientras me corría saqué mi mano de su intimidad, me agaché hincando una rodilla (siempre me hago daño) , bajé su pantalón lo justo por la parte delantera y abriendo sus piernas mientras permanecía apoyada en la pila, llevé allí mi boca abierta de par en par. Hundí primero mi lengua y después llegaron mis labios para cubrir todo su coño hasta poder sorberlo y hacer vacío..

No lo pensé, cerré los ojos. Quería hacerlo y me alegro de haberlo hecho. Sus pelitos me pincharon, pues su vello era corto pero absoluto en todo el coño, y el morbo de pincharme los labios y la lengua sólo hizo echar gasolina a mi fuego…avivar mi llama.

Ella me miraba sorprendida a un nivel extremo, pero con la mirada a su vez perdida porque necesitaba correrse.. le urgía correrse.. Aceptó mi presente y asumió su papel, mordiéndose el labio me restregó su coño en la boca de arriba a abajo unas cuantas veces sin descanso, lo frotaba contra mí desnudo, dibujando en mi sonrisa un rastro de su flujo, flujo dulce y ardiente que se quedaba frío al m´s mínimo contacto con el aire… después cambiaba bruscamente y ya no era arriba y abajo, de repente hacía círculos, dominada como estaba por el ansia suprema y todo lo que sentía, dominada por la necesidad de explotar, de hacerlo y correrse a mares en la boca de su mejor amiga.

Explotó y me sorprendió cuánto… cuando asumí que ella mandaba mientras me apretaba contra su chocho, por lo que no iba a ser comerle el coño como yo quisiera…mandaba ella y mi boca estaba ahí para que ella se frotase, donde y cómo quisiera, para que la usara a su antojo, aunque me pinchara o doliera de tenerla abierta, en ese esfuerzo or no clavarle los dientes en su movimiento negligente y casi iracundo…era su noche y su sueño hecho realidad. Temblaba sobre mi, tiritaba como hice yo con mi maestra.

Mientras, lejos de parar y calmarme…sentía arder de nuevo el volcan, porque en e fondo era tanto el morbo de aquello…que sentía que no había dejado de correrme… mi coño en aparente standby tras el reventar, defenestrado dentro de mi ropa no dejaba de sentir que cuanto más fuerte se frotaba mariYo contra mi boca, más fuerte me vibraba el coño.. Sobre todo al escuchar y ser plenamente consciente del chapotear encharcado con mi herramienta de hablar y de comer, en la rajita ardiente empapada de mi mejor amiga.

Extendí la lengua, y carretera y manta. Ella misma con sus gestos la hundía en sus entrañas, y siguió haciéndolo hasta que escandaosamente dejó de morderse los labios con los ojos cerrados, para abrirlos, y aun con la mirada perdida….gemir… «aaaaaaahhhhhhhyaaaaaaaaaaaaaaaaaahhhhhhhhhh «como si estuviera ella sola en su casa… Si no hubiera estado tan cachonda y mediobebida me habría asustado. Era una escandalosa, pero el momento lo merecía… era su momento.

Algo estaba haciendo bien y algo había aprendido… supe cuando quedarme quieta para no alargar su agonía y poder recuperar el control, recuperar la circulación, el aliento… la vida… Hice lo que tenñia que hacer, Y mariYo sonrió, me levantó y me besó.

«Eres increible… llevaba tanto tiempo…» la puse un dedo en la boca para callarla y le dije, «ven vamos a que agluien nos invite a unos chupitos..»

Esta noche fue realmente un punto de inflexión en mi vida. Pese a a la mañana siguiente fuese consciente de que le había fallado a Chanly.

Oh dios mio! Chanly, no había pensado en el en ningún momento… cómo se lo tomaría??? Se admiten apuestas…

besos y abrazos queridos lectores.

Hola, esta vez les voy a contar un par de cosas así que puede ser un texto muy largo, voy a tratar de que no.

Prólogo:

Una tarde que estaba en lo de Laurita hablando de cualquier pabada y contandonos nuestras recientes experiencias, me comentó que habia hecho un trio con algiuen de la clase (ella iba a la universidad, yo no, yo preferí trabajar) y otra chica. Me hice la celosa medio enojada «¿hiciste un trio y no me llamaste?!!»

-boluda era la novia del flaco!! no te podia llamar!.

-ya sé, te estoy jodiendo.

Pero en el fondo quedué un poquito celosa y se me ocurrió hacernos la promesa mutua de «cuando tenga novio si pide trio te llamo a vos». Las dos aceptamos y nos reimos, y entre risas y joditas en un momento me puse muy triste y nostalgica, melancólica, no sé que me dió (despues lo 3ntendí), le dí un abrazo y me puse a llorar.

-¿qué te pasa?.

No se me entendía nada, parecia la Chilindrina,»bwaaaanomebwaaaaaaapasabbbbbbwaaaaaaanadabuaaaa».

Apoyé mi cara en su pecho calentito, cerré los ojos, sentí su perfume, la abrazé bien fuerte y ella me acariciaba el pelo y no dijo más nada hasta que me calmé y pude hablar.

-disculpame, no sé que me dió.

-¿boluda no estarás embarazada??.

-¡callate tarada! jajajajaja.

-¿pero qué te pasa?.

-no sé, me puse muy triste, te extraño mucho.

-pero si estoy acá.

-pero te extraño igual, te quiero abrazar y no soltar nunca más. no sé que me pasa.

Me calmé, tomamos un café, y seguimos hablando normal.

Despues entendí que lo que me pasaba en ese momento era el miedo a que nuestras vidas fueran por caminos diferentes. Seguiamos siendo amigas pero no era lo mismo que ser compañeras de clase y vernos todos los días. Yo sé que son etapas de la vida, termina el colegio y cada cual hace su vida, pero no sé si por inmadura o aferrarme mucho a las personas, a mi me entristecia que las cosas cambiaran, yo queria a mi persona de confianza en mi vida todos los dias, no una vez cada tanto, suena posesiva o que no puedo estar sola, no sé, capaz que en el fondo soy demasiado sensible, me encariño demasiado, o necesito demasiado de otra persona.

Bueno, para que no se aburran en esta parte les resumo los detalles que me acuerdo que Laurita me contó de su trio, jejeje, no olvidemos que esto es un relato chancho

Me dijo que hizo de todo con el flaco y con la mina, chupó pija, chupó concha, el se la cojió mientras ella le chupaba la concha a la mina y despues cambiaron. Tuvo varios orgamos, la mayoría fué la mina que la hizo acabar chupandole la concha y metiendole los dedos. El flaco le acabó en la boca, la otra mina le besó la boca toda lecheada, y mientras el se recuperaba hicieron lesbico, 69, hasta que a el se le paró devuelta para seguir cojiendo. Hicieron todo y los tres la pasaron genial y acabaron varias veces cada uno. Una fiesta de pija, conchas, leche, lenguas, ¡YO QUERIA ESOOOOOOOO!!!.

Le dije que le tenia cierta envidia y que la próxima que arme trio por favor me llame.

-¡vos me querés dar a mi!.

-y si…

-¿ay vos estás enamorada de mi??!!.

-no, no es eso, sos mi mejor amiga. es platónico.

(ahora que digo platónico me acordé de un chiste:

una amiga le dice a la otra:

-mi novio me dijo que hoy hacemos el amor platónico.

-¿y eso qué es?.

-¡no sé pero por las dudas hoy me lavo el orto!.

jejejeje).

-Bueno ta, ya te dije que si, cuando tenga novio y pida trio, te llamo.

-Yo tambien!. ¡Y ahí no zafás de que te chupe el culo!!.

-¿tenés la idea fija con eso? ¿vivis pensando en chupar culos, no es la primera vez que me decís algo así?!.

-no cualquier culo, el tuyo.

-¿ay pelotuda no te da asco?

-no, además te conosco, estamos en confianza, sé que sos limpia, y con ese culo que tenés te puedo asegurar que todos los tipos y muchas mujeres lo piensan cuando te ven entrar. ¿te acordás cuando fimos al boliche y vos estabas de pantalón blanco con botas negras?. te apuesto lo que quieras que todos estaban pensando «sentate en mi cara» «veni que te chupo el orto» «vamos al baño que te sobo bien el culo» «mamita que ojete veni que me lo como todo». Te tenia que haber agarrado yo en el baño del boliche jajajaja.

-¡callate enferma!! jajajajajajaja.

Nos reimos mucho, yo ya estaba sonriente devuelta, se me había pasado ese ataque de angustia que habia tenido, estabamos bromeando, no me olvidé de contarle «un viejo un día me dijo te meto una naranja en la boca y te chupo el culo hasta que salga Fanta, juaaaaaaaa, me hizo rerir mucho y lo primero que pensé fué decirtelo a vos!!!».

-¿ves que estás obsesionada con chupar culo? jajaja.

-jajajajajaja, puede ser, pero no a cualquiera.

Ta, esa tarde no pasó nada. Hablamos de esas cosas chanchas pero no se dió que las dos nos calentaramos y nos dieran ganas de hacer algo, fué más abrazos tiernos y yo estaba media sensible con que la extrañaba y no queria que nos fueramos alejando. Pero tengan en mente la promesa mutua de «si tengo novio y pide trio te llamo a vos» ahora viene la segunda parte de esta historia, la parte no tan divertida:

El romance frustrado.

Pasó un tiempo, yo habia empezado a salir con un muchacho, era algo bastante serio y formal, duró casi un año, conoció a mis padres, era «el novio de la nena».

Las primeras veces que yo iba a quedarme el fin de semana a su casa y no volvía a dormir a mi casa mis padres gritaban y lloraban, me decian de todo, yo les contestaba «soy mayor de edad y es mi novio, tengo derecho a quedarme con el». Mis padres seguramente me seguian viendo como una nenita chica o pensaban que era virgen. ¿Los padres se olvidan que ellos tambien fueron jovenes y querian estar con sus parejas???.

Bueno, con este muchacho haciamos la vida normal de novios, saliamos, cenabamos juntos, me llevó a telo, pero tambien me quedaba en su casa a «dormir» por ejemplo iba un sábado, me quedaba toda la noche y volvía a mi casa el domingo.

La verdad me habia encariñado, me habia enamorado, pensaba que me iba a casar con él, y aunque suena a telenovela, «me entregué toda» jeje. Obviamente al tener sexo hacia todo, nunca le dije que no a nada. Vivia chupandole la pija, me tragaba la leche, el me cojia mucho, y cuando me pidió anal no lo dudé, a otros no los habia dejado, pero a este queria complacerlo en todo. Al principio dolia, no me sentia muy cómoda, lo hacia por el más que nada, no me gustaba, pero con el tiempo cuando me acostumbré y me dejó de doler, no hubo problema. Es una sensación extraña, con calma no es desagradable, pero tampoco es algo que me de tanto morbo y tanto placer, la verdad si tengo que elejir prefiero chupar una pija y que me cojan por la concha, pero bueno, a este tipo yo le queria dar todo y ser la mejor novia del mundo así que a entregar la colita! :).

A veces yo era muy cargosa, intensa, vivia a los abrazos, «mi vida, mi amor», media Disney, queria ser la más cariñosa del mundo, siempre queria andar de la mano o caminar abrazados, cuando estabamos juntos estaba todo el dia bien cariñosa a los besitos, mimos, etc. Puedo ser degenerada y media puta pero tambien trato de ser amorosa y hacer felíz a la otra persona no solo con sexo.

Y ahora viene el colmo:

de todos los hombres del mundo JUSTO ME VINO A TOCAR EL ÚNICO QUE SE MOLESTÓ CUANDO LE DIJE DE HACER UN TRIO CON MI AMIGA.

aaaaaaaaaaahhhhhh, no puede ser, ¡estoy segura que todos los hombres del mundo si la novia les dice de hacer un trio con una amiga que está más buena, dicen «¡SI YA MISMO!!!».

Tengo tanta mala suerte que a mi me tocó un nabo que quedó muy serio, en silencio, me preguntó si soy lesbiana o bisexual, le dije que probablemente bi, le conté que habia hecho alguna cosita con mi amiga, y no solo no quiso trio, a partir de ese momento se volvió muy desconfiado, seco, frío, cuando ibamos por la calle y pasaba una chica el me miraba a ver mi reacción o me agarraba fuerte de la mano. Me parece que el pobre tenia miedo de que yo lo engañara con una chica. Yo le aseguré mil veces que nunca lo iba a engañar, y era la verdad, ni con hombres ni con mujeres.

El se ve que tenia el miedo o inseguridad de «me va a engañar» no solo el «normal» de «no quiero que me engañé con otro hombre», tambien lo volvía loco o tenia más miedo que lo engañara con una mujer. ¿será algo del ego de los hombres?. ¿les parece peor si los engañan con una mujer?.

Intenté ser el doble de cariñosa y entregada, a esa altura como eramos pareja estable lo dejaba cojerme sin condón, no queria quedar embarazada pero igual lo dejaba acabarme adentro (zafé de milagro,,,). Cuando hacia pete siempre lo dejé llenarme la boca de leche, cuando me daba por el culo tambien lo dejaba acabarme adentro. A este tipo lo dejé hacerme de todo y llenarme por todos los agujeros, pero el boludo seguía frío, distante, las cosas nunca fueron las mismas desde que le propuse trio. Pensé que era una experiencia nueva para sumar a lo que ya haciamos y que ibamos a ser felices y los mejores amigos los tres.

Tuvimos alguna discusión por otras cosas, motivos estupidos, cosas cotidianas, cuando antes nunca peleabamos. Cuando llegaba a mi casa lloraba como una naba, con el paso del tiempo empecé a verlo «malo» o perderle la confianza y el cariño y la ternura de querer abrazar y hacerle muchos mimos «mi amor mi vida» empezó a ser fingido o tratando de recuperar lo que habia sido. Yo no quería ese «malo», yo quería el que había sido antes que era bueno conmigo y no me decía «salí, no seas pesada» si yo me ponia toda mimosa «mi vida mi amor».

La cosa se habia vuelto «tengo sexo con un señor malo que desconfía de mi y no acepta mi ternura cuando quiero ser cariñosa», se hizo insoportable y nos separamos.

Yo no puedo creer que estoy diciendo esto, pero se puede resumir en «novia le dice al novio de hacer un trio con una amiga que está más buena y tiene terrible culo, el pelotudo se enoja, no quiere, se vuelve malo, y se terminan separando».

¡QUE MALA SUERTEEEE!.

Estuve un tiempo deprimida, triste, lloraba, yo habia pensado que me iba a casar con ese, la verdad me dolió y me sentía culpable, «es culpa mia por degenerada, es culpa mia por puta, es culpa mia por querer meter a Laurita en el medio».

Ahora viene una parte divertida

La vez siguiente que estuve en lo de Laurita, le conté todo, lloré, ella me consoló, nos abrazamos, me tranquilizó, y nos besamos. Empezamos a apretujarnos, manosearnos, empecé a olerle el cuerpo, besarle el cuello, lamer su piel, tocar su entrepierna, ella tambien me toqueteaba la entrepierna y la cola, empezamos a meternos mano por adentro de la ropa, y terminamos sacandonos todo y en la cama. Desnudas nos refregamos, chuponeamos, lamimos, besuquamos, olimos, metimos dedos por todos lados, que placer recorrer con mi dedo entre las nalgas de ella y llegar a tocar su ano, ella me chupó las tetas, y cuando quise acordar estaba entre mis piernas lamiendome toda la concha. Ahhhhhh, me hacia falta, que placer, y con una persona que yo adoraba tanto.

Me la chupó y me metió dedo hasta hacerme tener un orgasmo, quedé agitada, ella subió y se apoyó en mi pecho, descansé unos minutos mientras la acariciaba y abrazaba bien apretujada contra mi cuerpo. No hablamos mucho, no deciamos bromas como otras veces, solo haciamos cosas.

Yo me moví, me bajé de la cama, me puse arrodillada al costado de la cama y con mis manos la ayudé a acercarse, creo que entendió perfecto lo que quería porque se puso medio en el borde de la cama con las piernas abiertas y ahora me tocaba a mi chuparla a ella.

Me parece que en esa posición yo iba a llegar mejorque si ella estaba acostada a lo largo de la cama, estando yo afuera de la cama y ella en el borde podia acomodar mejor el ángulo de mi cara y moverme mejor. Se la chupé un rato, mmmmm, que calentura ver una conchita hermosa frente a tu cara y lamerla, olerla, darle besitos, pasarle la lengua por los costados, en los labios, meter la lengua o un dedo en el agujero, lamer la zona de arriba donde está el clítoris, abrir la boca bien grande para abarcar la mayor cantidad posible de concha y chupar, juguetear con la lengua a diferentes velocidades y cuando encontrás el movimiento y la velocidad que te da cuenta que responde mejor y le da más placer, seguir así un buen rato.

La hice tener un orgasmo, se apartó de mi cara un momento que quedó sensible, respiraba agitada, yo tambien, estaba media cansada, sobre todo la boca y la lengua jajaja, pero no me iba a ir sin algo más… me subí a la cama, me apoyé en su pecho, y mientras le daba besitos le dije «falta algo que quiero probar»

-boluda ya sé lo que me vas a decir, ¡te voy a dejar asi no jodés más con eso!!.

-pero si ni sabés lo que iba a decir.

-me querés chupar el culo, ¡tarada!.

-jajajajajaja…y… si… hace tiempo.

Me abrazó y me dijo que hoy queria hacerme felíz para que se me pasara la tristeza de lo de mi novio.

-pará que ya vengo.

Ella estaba limpia, cuando llegué a su casa estaba recien bañada, pero fué al baño seguramente a asegurarse que estaba 100% limpia o a lavarse bien la zona.

Volvió y me dijo «¿cómo hacemos?».

-ponete en cuatro en el borde de la cama.

Lo hizo, yo quedé una vez más arrodillada, afuera de la cama, ella separó un poco las piernas, y ahora tenia frente a mi no solo la conchita hermosa que daban ganas de seguir lamiendola toda, si no que ese tremendo culo que ¡daban ganas de meter la cabeza y quedarse a vivir ahí!.

Le di besitos en las nalgas, le manosee el culo, metí la cara «mmmmmmmmm» un momento. Saqué la lengua y empecé a lamer de abajo a arriba lamidas bien largas y lentas, lamí desde la concha todo para arriba hasta llegar al ano, seguí de largo, volví a lamer pero esta vez solo entre las nalgas sin tocar la concha, y cuando llegué al ano me detuve y comencé a lamerselo rapidito.

para arriba y para abajo, por momentos movia mi cara para los costados tipo «BLRBLRBLR» mientras mi lengua se movia sobre ese ano. Derrepente puse la lengua lo más dura que pude y la saqué lo más larga que pude, y ¡zas!, se la metí. Ella se movió, dijo «ahh», y yo seguí, con mis manos la traia hacia mi, mi cara hundida del todo en su cola, y mi lengua dentro de su culo moviendose para todos lados. Quería hacer «mmmmmm» pero salía más «dddddddddddd» por tener la lengua adentro de su culito. No sentí ni olor ni gusto desagradable, nada asqueroso, su olor era a cuerpo limpio, su piel tenia perfume de jabón o gel de baño, y sus zonas bajas tenian olorcito lindo muy exitante. Yo estaba re caliente, con una mano empecé a masturbarme, por fin estaba chupandole bien el orto a mi amiga, sacandome las ganas de conocerle hasta el último rinconcito, le saqué la lengua del ano, la puse dura y empecé a moverme como si mi lengua fuera una pija y estuviera tratando de cojermela por el culo, pero con la lengua. O sea, se la metia y se la sacaba, de a ratos besaba y lamia los alrededores, ella se apoyó medio inclinada sobre la cama para tener una mano libre y masturbarse la concha mientras yo seguía «cojiendo con la lengua» su ano.

Estuvimos así un rato hasta que mi boca y mi lengua se cansaron, se la metí hasta el fondo, me quedé un momento quieta, se la saqué, lami por afuera el ano y los alrededores, le di besitos en la zona y enlas nalgas y dije «aaaah, me cansé», ella se acomodó en la cama para hacerme lugar, siguió masturbandose porque no habia acabado mientras yo la chupaba, así que me acosté a su lado y yo tambien me masturbé. Despues que las dos acabamos, quedamos jadeando, agitadas, transpiradas, le dije «ya vuelvo» y fuí al baño a lavarme bien la boca para poder besarla, no queria besarla en la boca con gusto a culo jajaja.

Volví, me acosté a su lado, nos abrazamos, la besé, la acaricié, le di besitos en la frente y en los cachetes, le dije «mirá que me lavé la boca», se rió y me dió un beso. Nos Quedamos en silencio, hasta que le dije «me encantó, gracias, estaba re deprimida, me alegraste el día»

-dale, no jodas, no llores más, olvidate de tu novio pelotudo.

-mirá lo que se perdió… (y le dí una palmada en la cola)

-jajaja, ¡se perdió de ver que puta chancha inmunda que sos!!

-¡¡¡¡¡siiiiii, y contigo la más chancha y la más puta! jajaja, pero me olvidé de meterte la naranja en la boca. queda para la próxima.

-¡no seas taradaa!.

-jajajaja.

Ya me sentía mucho mejor, contenta, sonriendo, mi amiga me había sacado de un momento de tristeza, la abracé fuerte, le di unos besitos más, y nos incorporamos para vestirnos.

El resto de la tarde tomamos un té, hablamos cosas normales, de todo un poco, lo más interesante es que me dijo que entre los «amigovios» que tenia en la universidad, tal vez podia organizar un trio, así me sacaba las ganas y me olvidaba del todo de mi ex novio.

Yo le dije que si, que obviamente estaba dispuesta, así que quedó esa promesa pendiente.

Cuando llegaron sus padres los saludé, tenia un poco de miedito de tener olor a culo en la cara o en la boca jajaja, pero creo que no, me había lavado bien y no se notaba nada, creo que nunca sospecharon nada extraño.

Ese día me fuí a casa menos triste, contenta por haberme sacado las ganas de probar algo que hacia tiempo queria hacer con mi amiga, pensando «tengo que conseguir un novio mejor que no sea tan inseguro y cerrado, el próximo le pregunto el primer dia si le va la onda de hacer trios o si no le molesta que tambien me pueda gustar una chica», para dejar las cosas bien claras de entrada, y porsupuesto me fuí nerviosa y con el corazón latiendo rápido imaginandome la promesa del trio, todas las cosas que se podian hacer entre dos mujeres y un hombre, lo lindo que la ibamos a pasar, y además de solo recordar lo que habia pasado con mi amiga ya me estaban empezando a dar ganitas otra vez, llegué a mi casa, me di una ducha, pero me tuve que masturbar devuelta pensando en la imágen de tener esa conchita y ese culito frente a mi cara en primer plano y el placer de haberle podido lamer hasta el último rinconcito. mmmmmmmmmmmmm.

No cuento ahora cuando me llamó para hacer el trio porque este relato ya se hizo muy largo.

Espero que no se hayan aburrido, por hoy me despido y les mando besitos bien chanchos donde más les gusten ;).

Saludos.

Es de noche. Una fresca brisa de septiembre entra lentamente por mi ventana entreabierta.

Me hallo tumbada en mi lecho.

El calor de las sábanas y a la vez el frío que deja tu (aún) ausencia.

Te echo de menos, Carlota.

Hace ya una semana que el encuentro en el que nos conocimos finalizó y ya te echo de menos, Carlota.

Mi cuerpo necesita el tuyo, Carlota.

Te deseo como nunca he deseado y desearé a nadie, Carlota.

Eres la mujer de mis sueños, Carlota.

Te amo más que a mi vida, Carlota.

Empiezo a pensar en ti y a deslizar sensualmente mi menudo cuerpo entre las sábanas. Mis delicados dedos de pianista van deslizándose suavemente mis pechos, acariciando mi esbelto abdomen, mi vientre, mi marcada pelvis, hasta llegar a mi monte de Venus. Y así de arriba a abajo… De abajo a arriba… Hasta que tengo una mano estimulando suavemente mi clítoris y otra mis pezones.

PIENSO…

En tu profunda y melancólica mirada de ojos cafés, aún más imponente detrás de tus grandes gafas de cristales rectangulares y montura azul marino. Cada vez que me hablas de las luces y sombras de tu paso por esta dura vida. Cuando haces más hincapié en tus sombras, se achica y acentúa esa tristeza y melancolía que tanto la caracteriza, hasta derramar amargas lágrimas. Cuando entras más en tus luces, se agranda y brilla en sobremanera, acompañada de una amplia y pura sonrisa. También una mirada sensual cuando intuyes mi mirada disimulada y nerviosa recorriendo sutilmente tus abundantes curvas mientras llevas poca ropa y luces tus calzados de plataforma y tacón y mientras me preguntas cómo te queda alguna prenda, seduciéndome sutilmente.

En tu larga, lacia, castaña y bravía cabellera con un sensual flequillo recto. En como te sueles dirigir a mí con una sonrisa mientras te la decantas, moviéndola coquetamente cada vez que te vuelves hacia mí. En aquella vez que te abracé desde detrás estando ambas sentadas y mi olfato recorrió cada milímetro de ese largo sendero al paraíso.

En tus carnosos labios. Deseo con todas mis fuerzas poseer la llave de ellos algún día.

En tu tierna, hermosa y peculiar sonrisa llena de vida, que puedo recrear mientras de noche contemplo la luna en sus fases de cuarto creciente y menguante. Esa noble sonrisa, sin ninguna malícia. También sensual cuando me cazas mirándote disimuladamente con deseo y me susurras al oído palabras cariñosas seguidas de un beso en la mejilla.

En tu piel de tonalidad lunar y de textura gruesa y áspera, muy blanquita pero a la vez con mucha tendencia a ruborizarse a la mínima de cambio y con sus imperfecciones debidas al acné que para nada quitan lo hermosa que eres. La caliente temperatura natural de tu piel. Recuerdo las últimas noches, ya más frescas, y aún más soplando la Tramontana, tus grandes manos con largos y gruesos dedos entibiando bien las mías, muy delgadas y con dedos de pianista, demasiado tendentes a destemplarse al mínimo soplo de aire frío. También cuando nos comparábamos las manos entrelazando nuestros dedos. En invierno me harían más falta que nunca tus cálidas manos. Mi cuerpo podría junto al tuyo combatir mejor el frío invierno. Tu gruesa piel, resistente al frío, junto a la mía, fina y delicada, muy sensible a él.

Nuestras almas unidas, ambas demasiado sensibles a la frialdad de este mundo, como arma combativa. No existe mejor revuelta contra el mundo moderno que el verdadero amor.

En las abundantes curvas de tu hermoso cuerpo. Muy alta para ser mujer, rondando el 1,90, en contraposición de mi breve estatura de casi 1,60, gordita, bien proporcionada y de complexión fuerte. En tus grandes y abundantes ubres, un poco caídas, con las venas marcadas, imperfecciones que las dota de más hermosura aún. En tu imponente barriga, a la vez bien proporcionada. En tus fuertes y gorditos brazos, en tus abundantes caderas, nalgas, muslos y largas piernas…

En la primera vez que te vi. Y en cuando empecé a hablar contigo el día siguiente. Durante ambos días, llevabas puesta una camiseta azul de tirantes anchos revelando discretamente tu grande y precioso escote, en el que se podía entrever un sujetador negro, unos pantalones tejanos cortos de medio muslo que revelaban muy bien tus curvas y unas de esas chanclas negras de cuero y plataforma de cuña que te gustan tanto lucir y con las que tengo tanto fetiche.

En tu cuerpo arrapado al triquini negro de cuerpo completo con aperturas en los laterales de tu imponente cintura, dejando entrever la abundancia de tus carnes. Tú y yo dándonos un baño en las azules y cristalinas aguas del mar Mediterráneo al compás del oleaje y en las de la gran piscina del hostal. Mi menudo, delgado y fragil cuerpo abrazado al tuyo, grande, gordito y fuerte. Tu cogiéndome en brazos, mis delgadas piernas rodeando las carnes de tu grande y fuerte cintura. Tú con tu triquini negro, yo con mi bikini rosa. Mi fina, delicada y fría piel pegada a la tuya, gruesa, áspera y caliente. Resguardándose del frío del agua. Aquella vez que nos duchamos juntas y nos dimos un desnudo abrazo bajo los tibios chorros de agua…

En tu olor a mujer, algo que sobre todo pude intuir aquellos días que tuvimos la menstruación de manera sincronizada y padecías tanto de dolor de ovarios y de pechos, con el doble de intensidad que yo. Recuerdo que el día que te vino en cuando entraste a la habitación te quitaste inmediatamente la camiseta de tirantes y te desabrochaste los pantalones tejanos de medio muslo para aliviar el dolor de ovarios. Llevabas un sensual sujetador granate a juego con las braguitas, que podía entrever debajo de los pantalones. Acto seguido, te quitaste el sujetador, ya que también te apretaba a causa del dolor de pechos. Los tenías más rojos y algo hinchados, con las venas más marcadas de lo que ya las sueles tener habitualmente. Recuerdo que estando en tus días tenías la piel más ruborizada de lo habitual, tu sensibilidad sentimental más a flor de piel, llorabas con más facilidad y me abrazabas y me besuqueabas con aún más frecuencia.

En aquella vez que volví de hacer unas compras y cuando entré a la habitación te cacé con la puerta del lavabo abierta haciendo tus necesidades. Te ruborizabas y respirabas y te mordías el labio sensualmente mientras apretabas, algo que, no sé por qué, me excita muchísimo.

En las largas conversaciones que teníamos en la intimidad de la habitación del hostal donde nos encontrábamos alojadas y que unos pocos días después de empezar a conocernos me propusiste muy amablemente compartir, ya que la tuya, a diferencia de mía, tenía una cama para dos personas.

En la noche que me instalé a tu habitación. Me diste una caliente bienvenida con el cabello suelto y sin nada más ni nada menos que una camiseta roja de tirantes anchos, unas sexys braguitas negras y tus chanclas negras de cuero y plataforma de cuña alta. Uffff… Tal y como ya te imaginaba en mis fantasías más eróticas desde el primer momento que te vi. Una vez dejé la maleta, me abrazaste muy fuertemente hasta cogerme en brazos, teniendo en cuenta lo grande y fuerte que tú eres a mi lado y lo pequeña y frágil que yo soy a tu lado. Solo hacía un par de semanas que nos conocíamos, pero ambas ya sentíamos una fuerte conexión, como si nos conociéramos de toda la vida.

En lo noble, sensible y cariñosa que eres. Asperger y muy introvertida y tímida, como yo. Aunque ello no quita que seas una persona empática y sentimental. Tu peculiar voz hablándome de ti y de tu paso por esta dura vida, con sus luces y sombras, al compás de sonrisas, llantos y abrazos de consuelo. Tus ideales, tu manera de ver el mundo, la vida, los sentimientos, el amor… Tan similar a la mía.

En tu peculiar voz, dulce, noble. Poniéndose sutilmente sensualona cuando me diriges palabras cariñosas susurrándome al oído y me abrazas y me das besos en las mejillas y en la frente, casi devorándome.

En nuestros largos e intensos abrazos. Mi menudo y delicado cuerpo pegado al tuyo, grande y fuerte. Los relojes de nuestros dulces latidos sincronizándose.

En aquella mañana que estábamos desayunando en la mesita de la terraza de la habitación del hostal. Llevabas el cabello suelto y nada más ni nada menos que una camiseta de tirantes negra, las chanclas de plataforma y unas braguitas negras, como sueles ir para estar por casa. Estabas comiéndote lentamente un plátano bastante grande, que ibas mojando con crema de yogur a medida que te lo comías, primero lamiéndolo lentamente con los ojos cerrados y después, una vez limpio de yogur, mordiéndolo muy despacito. Mientras ibas comiendo, se te derramaban algunas gotas de yogur en tus gafas, en tu cabello y en tu escote, manchando tu camisa de tirantes. Mmmmm… También pienso en aquel mediodía que fuimos a comer en el chiringuito de la playa. No llevabas nada más ni nada menos que tu sensual triquini negro bien arrapado a tus abundantes curvas y tus chanclas de cuero y plataforma. Fuimos a comer musclos con limón. Te los comías pasando los labios y la lengua muy lentamente, cerrando los ojos.

Mientras comías sensualmente, tus grandes ubres y pezones se endurecían por momentos y de vez en cuando, quizás para disimular, volvías la cabeza y movías coquetonamente tu larga y lacia melena.

En la fiesta de la última noche. No nos separamos la una de la otra ni un segundo. Nuestros cuerpos abrazados, moviéndose al lento ritmo de la música. Yo bien elegante, femenina, con mi largo cabello castaño recogido y un vestido largo rosa de flores y mis sandalias negras de plataforma. Tú bien hermosa y sexy, con tu bravía cabellera suelta, tu blusa blanca abotonada de manga larga, arremangada hasta los codos, desabrochada solo en los dos primeros botones, aunque bien apretada a tus colosales y hermosas ubres, tus pantalones negros de cuero y cortos de medio muslo, bien apretados a tus abundantes carnes y tus atrevidas botas altas negras de cuero, plataforma y tacón. Las intensas miradas que ambas nos dirigíamos cuando las románticas baladas llegaban a nuestros oídos. Nuestros ojos se inundaban de la emoción, abrazadas. No hacían falta palabras. Las miradas ya lo decían todo.

En todas las noches que hemos dormido abrazadas. Sentir tu grande y carnoso cuerpo pegado al mío, pequeño y delgado.

En solo un mes ya podría decir que somos mejores amigas. Pero con solo mirarnos, ya sabemos que es mucho más fuerte que una simple amistad lo que nos une. Mi intuición ya me asegura que con el pasar de tiempo nuestra relación pasará a algo romántico, serio y verdadero. Me muero porque estés en mi vida, Carlota. Me muero por ser tuya y porque tú seas mía. Por hacer el amor contigo. Como tú me dices en nuestras largas conversaciones sobre esta sociedad, la vida, los sentimientos i el amor, yo tampoco quiero «follar» y detesto este término. Quiero hacer el amor, que es muy diferente.

De puertas para fuera eres una mujer muy discreta. Pero para dentro… Ay, Carlota… Espero tener la suerte de descubrir algún día lo que mi intuición ya me dice.

Y todo eso es lo que provocas en mi hasta el punto de sentir mis braguitas completamente empapadas y llegar intensamente al orgasmo, Carlota.