Martha mi esposa tiene 37 años mide 1,65 pesa 62 con unos pechos bien formados blancona cola bien firme.
Somos una pareja que vive 10 años juntos no tenemos hijos, llevamos una relacion abierta , mi esposa tiene amantes con mi consentimiento
Un dia le llama su novio qie vivia en otra ciudad, para decirle que le dieron vacaciones en su trabajo por dos semanas y qie venia a pasarlo en nuestra casa.
Llego el dia que tenia qie llegar mi esposa muy alegre se ducha, depila su hermosa vagina mientras yo la observo como elije su tanga color blanco con encajes brasier igual blancos una bluza escotada mostrando sus enormes pechos un pantalon bien ajustado resaltando su figura y su enorme cola, unas botas con tacones altos.
Sslimos en nuestro auto a recogerlo del aeropuerto mi esposa se baja para resivirlo con un abrazo y un beso apasionado mientras yo observo desde mi auto me saluda porque ya nos conociamos el era su primer marido msyor que ella con 10 años, mi esposa se sento en la parte trasera del auto con su ex esposo no paraban de besarse y tocsrse todo yo estava muy exitado biendolos de rato en rato, fuimos a cenar los tres juntos ellos agarrados de la mano y yo al lado como un amigo mas de ellos acave de imediato de cenar y les dije que le esperare en el auto.
Mi esposs se quedo un rato mas bebieron vino yo le observaba desde afuera a mi esposa muy contenta y romanticos eso me exitava demaciado ver a mi esposa con el hombre que la iso mujer por primera vez.
Tardaron demasiado luego les lleve a pasiar por la ciudad, ya en la noche nos fuimos a bailar a un local donde yo me sente y ellos bailaban bien cachondos luego decidimos retirarnos a nuestra casa y ahi vino lo mas interesante, nuestra casa tenemos varios cuartos y un pasillo donde conecta a la sala y comedor, ese dia yo le deje que disfrutaran los dos me fui a otro cuarto de al lado el ocupo mi lugar en nuestro dormitorio y cama matronial.
Apenas entramos y ella se lanza sobre su ex el la carga asta el dormitorio me pide permiso para entrar yo le digo que siga adelante toda tuya esta semana dejan la puerta abierta para que yo observe empiesan a besarse le saca rapidamente la blusa ella le enpiesa a desabrochar su pantalon toca su verga que estava bien dura empieza a mamarcela la tenia grande ella decia que nunca olvidava la verga que la desvirgino cambiaron de posicion el empieza a besar su vagina ella bien exitada le pide que le aga el amor como siempre se lo asia cuando vivian juntos..
Luego el ssle un momento a tomar agua pasa por el pasillo desnudo con la verga bien parada mi mujer aprovecha para salir a donde estava yo en tanga pechos al aire y sus tacones quee me gustava que no se saque al momento de coger, yo me estava masturvando con el espectaculo ella entra donde estava yo y empieza a chupar mi verga un rato y me dice que esta noche dormire con mi novio asta que el retorna y se la lleva otra vez.
Ya bien exitados en la cama le pone sus piernas al hombro y empiesa penetrarle mi esposa grita de plaser estavan un buen rato luego le pone de custro asta que ella le pide que le de por atras eso me impresiono porque ami no me deja que le de por el culo estubieron un rato adta que el termino se acostaron abrazados de cucharita mi a mi esposs sstisfecha,
Yo me acoste a dormir y de un rato vuelvo a escuchar como cogian otra vez, estuvieron cogiendo toda la noche ya al medio dia se despertaron y yo les prepare el almuerzo.
Mi esposa me da un beso y me da las grasias por todo continuara….
Intercambios
Aún no me podía creer que me lo hubiera pedido. Antes de aquella ocasión todo eso hubiera sido inconcebible, a pesar de lo mucho que te deseaba, de las muchas veces que te imaginé desnuda, y de tantas formas posibles como un hombre podría imaginarse a una mujer tan hermosa como tú.
Su petición era razonable: querían tener un hijo y no podían lograrlo, necesitaban a alguien de confianza, alguien a quien amaran y que él los amara. La respuesta a la pregunta era lógica y había apuntado a mí.
Llegué a su casa a la hora acordada, nervioso, pues no sabía como funcionaría todo, Jorge estaba ahí, a un lado de ti. Traté de no mirarte mucho, a pesar de lucir tan hermosa: enfundada en aquel vestido floreado con el que tantas veces te había pensado. Te saludé con un casto beso en la mejilla. Era evidente que todos estábamos nerviosos, supongo que era algo natural ¿Cómo podríamos no estarlo?
– Bueno primo, gracias por venir, yo los voy a dejar solos, tengo cosas que hacer en la oficina. Quedas en tu casa – me dijo mi primo, antes de tomar su mochila y salir, no sin antes girarse y mirarme por última vez antes de irse – nuevamente: gracias; sabemos que es un gran favor – no supe qué decir, pero no tuve tiempo de pensarlo pues Jorge se marchó.
Al estar solos, nuestras miradas se encontraron. El nerviosismo que imperaba en nuestra inusual situación, nos hizo quedarnos quietos, observando al otro y sin saber qué decir o hacer.
– ¿Te ofrezco un vaso de agua?
– Sí, por favor.
Me quedé parado mientras me dabas la espalda y caminabas a la cocina, miré tu trasero tan respingado, pensando que en poco tiempo lo vería desnudo, frente a mí. Regresaste y mi vista se fijó en tu escote, mirando la sensual forma en que la línea entre tus senos se mostraba con un poco de descaro. Levantaste las cejas al ver en donde se posaba mi mirada. Nuestros ojos se encontraron y sonreímos. Dejé el vaso de agua en la mesa, sin haber bebido de él. No podía más, la tensión era demasiada.
Te tomé por la cintura y te besé. Rodeaste mi cuello con tus brazos y metiste tu lengua en mi boca. Te tomé del culo y te cargué, llevándote así a la cama, la misma que compartías con mi primo. Nos dejamos caer sin dejar de besarnos, abrazaste mi cintura con tus piernas mientras mis manos apretaban tus senos, los mismos que tantas veces había deseado.
Me levanté y me quité la camisa. Te sacaste el vestido dejando a mi vista un hermoso conjunto de lencería negra. Intentaste quitártelo, pero te lo impedí.
– Aún no.
Quedé completamente desnudo y me abalancé sobre ti, besando tu cuello recorriendo nuevamente tu cuerpo con mis manos, mientras tus dedos bajaban por mi espalda, recorrían mi cadera y luego se apoderaban de mi miembro. Un gemido escapó de mi boca cuando lo tomaste. Nos miramos de nuevo, el deseo refulgía en tu mirada, a la vez que mi glande tocaba tu entrada.
Empujé con suavidad. Abriste la boca y un gemido resonó a través de ella. Comencé a cogerte. Me abrazaste con ansiedad, tratando de que nuestros cuerpos estuvieran más juntos, mientras mi pene se deslizaba en tu interior, abriendo tus labios que lo besaban con cariño. El ritmo se fue de mi control y te cogía con desesperación. Al fin mi sueño se cumplía, al fin te hacía mía.
Me abrazaste del cuello, me llevaste a tus labios y nos besamos. Movías tus caderas con ansiedad, gimiendo con fuerza; mientras bajaba mi boca a tus senos, los besaba y los mordía; pasando mi lengua por tus pezones, escuchando el sonido tan sensual de tus gemidos; hasta estallar en tu interior al mismo tiempo que gritabas y tu cuerpo de contorsionaba, sintiendo el clímax del placer entre tus piernas. Nos besamos por un largo rato sin que me permitieras salir de tu cuerpo, sabiendo que aquello era solamente el inicio de una larga y muy excitante tarde.
Voy por mi tercer matrimonio, el primero se rompió porque tras dos años, no parábamos de pelear, hoy somos buenos amigos y como amigos no peleamos. El segundo duró cuatro años, se rompió porque me puso unos muy dolorosos cuernos con un imbécil, realmente no le conozco casi y no puedo juzgar si lo es de verdad pero me hizo mucho daño o un favor, según se mire, además el daño me lo hizo mi mujer, sería absurdo llamar asesino al puñal que te clavan en el corazón, él solo fue el arma, en todo caso me gusta llamarle imbécil. Se puede poner cuernos pero no ser cruel y ella lo fue, es típico, odias a tu pareja porque te sientes mal por estar destrozándole, te hace sentir traidor porque lo estás siendo, en este caso traidora y empiezas a odiar a tu victima y eso se convierte en círculo vicioso.
Y voy por el tercer y actual matrimonio con María que deseo que sea el definitivo. Cuando estoy con María en la intimidad me paso largos ratos admirando su piel, sus formas, que para mi son únicas. Creo que a ella le gusta esa complacencia en su cuerpo porque tras ella hacemos el amor más intenso. Nada me parece más bonito que una mancha como de café derramado que tiene en la ingle y que sobrepasa cualquier braguita, de lencería o de baño, que se ponga. Alguna vez me ha consultado si ponerse bañador de cuerpo entero para ocultar la parte del vientre, del todo no puede porque también deriva hacia el muslo y yo le he suplicado que la deje libre porque nada me da más orgullo que su mancha. Y estoy seguro que es erótico porque te lleva la vista hacia su cadera, como el lunar que antiguamente se pintaban las mujeres para dirigir la vista hacia el labio.
Conocí a María, la vi por primera vez, en un bar de noche, estaba con unas amigas en la barra, yo sentado en una mesa con Gerardo, un amigo mio me había hablado de ella, que la había conocido y que quería ligársela. Yo la miraba y me encantaba, unas veces la veía y otras la tapaba una amiga que estaba delante de ella en la barra, si la amiga daba un pequeño paso adelante o María un pequeño paso atrás, la veía, si no, no y en ese verla y no verla me enamoré de ella.
María tiene una especial capacidad de vivir. Se bebe la vida a grandes sorbos, tiene una gran energía que se manifiesta en todo lo que hace. María…, no entiendo como sus padres le pusieron ese nombre tan sencillo, no sé en que estaban pensando, aunque también es un nombre sugerente por lo sencillo.
A mis primeras mujeres, que no les pongo nombre porque no vale la pena buscarles uno falso, las amé en su momento, me enamoré de ellas, A María no solo la amo, con ella me siento en casa, como, por supuesto, me pasó con mis padres y hermana, y si a las primeras mujeres no les puse cuernos, sí que tuve deseos, con María nunca he tenido ganas de engañarla. ¿Como vas a engañar a tu madre? ¿Como vas a engañar a tu casa? Pues contrariamente a la razón, estando con ella me he acostado con Ana y María con Pablo, siendo que nada me daba más miedo, tras la experiencia de mi anterior mujer, que María se acostase con otro, pero a diferencia, en ningún momento hubo intención de engaño ni fue un engaño. Si María es casa, Pablo y Ana, su pareja, es andar en zapatillas.
A veces soy muy negativo, pienso que todo se va a ir a la mierda, no mi relación, todas, las de los demás también, los miembros de cada pareja no hacen más que chocar una y otra vez. Siempre malinterpretas a tu compañero, solo algunas pocas veces las malinterpretaciones te llevan hacia el mismo camino… Vamos, que no quería que lo de María se fuese por el retrete. Ella era divertida, imaginativa, alegre y me quería como yo a ella, consideraba una suerte inmerecida estar con ella.
Casi se podía decir que convivíamos con nuestros amigos, pasabamos los festivos y vacaciones juntos y los cuatro estábamos sumamente a gusto y por lo que se ve, a veces la ecuación se invierte y el cariño lleva al roce.
En esta ocasión fuimos a pasar la Semana Santa a una finca que mi hermana y yo habíamos heredado en Puerto de Pollensa en la isla de Mallorca. Veníamos de pasar el día en uno de los rincones más bonitos de la isla, una cala de rocas que yo conozco desde hace muchos años por irme a bañar desnudo, yo la conozco por Llucalcari, en Deiá pero no creo que se llame así o puede que sí, lo que es seguro es que es el nombre de un conjunto de casas que hay al lado. Si bien lo conozco por ir a desnudarme, cada vez que voy me enamoro de la belleza del sitio. María ya lo conocía, Pablo y Ana no y les encantó.
En el lugar siempre hay gente de todas las edades, normalmente artistas, bañándose desnuda, parejas o matrimonios con o sin hijos, nunca hay más de quince personas, con nosotros no llegaríamos a los veinte. A cincuenta metros delmar hay un pequeño caño del que mana agua que termina formando un barro muy fino que muchos de los asistentes, no todos, se echan por el cuerpo dejándolo secar con lo que parte de la gente está como vestida, recubierta de barro que al secarse se convierte en blanco y luego desaparece en cuanto te metes en el agua y te frotas un poco y que se supone que tiene propiedades positivas en tu piel. Pablo y Ana se embarraron y se pusieron a tomar el sol, nosotros lo habíamos hecho otras veces pero ésta no. Pablo estaba bocarriba, Ana bocabajo. María les miraba a ambos y en un determinado momento alargó la mano hacia Pablo.
—Pablo, ¿te puedo tocar el pito un momento?, tengo curiosidad de tocarlo con el barrillo. —Todos miramos.
—Toca, si quieres. —dijo con una sonrisa. Nadie interpretó, creo, la cosa como algo sexual. Maria le cogió el pito y con el dedo gordo espolvoreó un poco el barro.
—¡Qué suave! Ja ja ja. —Y soltó el pene, más que soltarlo lo depositó en el mismo sitio. Todos reímos de verla reír a ella y cada uno volvió a lo suyo que era tomar el sol, el pene de Pablo creció pero sin llegar a erección y el suceso finalizó sin que nadie le diera importancia. Yo que estaba también bocabajo miré el culo de Ana y me figuré que hacía lo que María y le tocaba la curva que une el culo con la pierna, pero como no lo hice no pasará a la historia. Fue curiosidad, o envidia o una pequeña lascivia sin importancia.
Ese día tuve un accidente que casi no vale la pena contar si no tuviese relación con lo principal. Al entrar en el agua, que por cierto estaba algo fría, resbalé y caí de culo, me hice algo de daño y me raspé el culo e incomprensiblemente me hice una pequeña herida en la rodilla, nada grave salvo que con el agua de mar me escocía.
Volvimos a casa todos eufóricos, como casi siempre, por la belleza del sitio, al salir de la cala pasamos por el cementerio de Deiá que es un pequeño cementerio que para mí, y para mucha gente, es el cementerio más bonito de Mallorca y quizás de España y donde está enterrado un escritor famoso, Robert Graves y no mucha gente más porque es muy pequeño, no creo que lleguen a las treinta tumbas.
Una vez en casa nos duchamos por parejas para quitarnos la sal, pasamos nosotros primero, pendientes de que nos esperaban fuimos rápido, las caricias las dejamos para la habitación, donde jugamos un poco y me entretuve en escribir con rotulador la nostálgica palabra AMAME rodeando la parte superior y algo de los laterales del pezón mientras ella miraba como iban apareciendo las letras con orgullo y algo de excitación.
Al reunirnos todos, María le dijo a Ana, que era enfermera, que me curase las heridas para que no se infectaran. Le sacó alcohol, algodón, gasas, agua oxigenada y yodo.
—Como no, pero, como se acaba de duchar, no me hace falta más que yodo y gasas, el agua y el jabón es el mejor antiséptico. —Me hizo sentar en la cama con la pierna extendida y me puso yodo en la rodilla, me escoció un poco.
—A ver ese culo.
—Es solo un arañazo, no hace falta.
—Te he visto el culo muchas veces, quítate los pantalones, anda. —Me bajé los pantalones y me puse al borde de la cama para no mancharla con el yodo aún no seco de la rodilla, María y Pablo miraban sonrientes como Ana inclinada sobre mi, atenta, me ponía yodo en el culo.
—Escuece un poco.
—Cobardica —Luego sopló un poco para que se secase o no me escociese. Y lo remató con un sonoro azote en el otro cachete. Solté un <> y me vestí y le di las gracias.
—¿Por la cura o por el azote? —Bromeo en plan seductor.
—Ja, ja, por ambos, ha sido un azote muy sexi. —Le seguí el rollo contestando con coquetería.
Era media tarde, nos tomamos unas cervezas y nos relajamos en el sillón. Había cuatro sillones pero solo utilizamos dos, María y Ana se sentaron en nuestras rodillas y trago va, beso viene iba pasando el rato. Me metió una mano por la camisa y acarició mi pezón, sentir su mano blanca, pequeña y suave me gustaba.
—Me estás excitando.
—A lo mejor es lo que quiero.—dijo con voz seductora y cambió la mano al interior del pantalón con cara de picardía— ¿Y ahora?
—Ahora más ¿Vamos un rato a la habitación?
—Aún no, tengo otro plan.
—¿Qué plan? —Mientras hablábamos, muy suavemente me magreaba el pene que iba estando más resbaloso por las secreciones que me estaba provocando. Y se acercó a mi oído y me soltó una bomba.
—Quiero que te acuestes con Ana. —Casi se me para el corazón.
—¿Qué? ¿Te has vuelto loca? A mi nunca se me ha ocurrido acostarme con Ana. ¿Y tú con Pablo?, ¿es que te apetece?
—No es eso, tonto. Júrame que Ana no te gusta nada.
—Bueno, me gusta, es muy guapa. —Ana era hija de un español y una china, era muy exótica, tenía una piel preciosa, me gustaba— pero de ahí a pensar en acostarme con ella…, no me has contestado a si a ti te apetece con Pablo. —Era una conversación un poco absurda, casi al oído.
—Hoy en el baño he sentido que querías tocarle el culo, y quiero que se lo toques. Me hace ilusión, principalmente, que te acuestes con Ana. Cuando te estaba curando te he visto, imaginado, y en esa visión te lo pasabas muy bien. Y tengo miedo de que nos aburguesemos, que sé que todavía no nos pasa, pero nos vendría bien una canita al aire y estrechamos lazos—Con el pene cogido por debajo del pantalón me llamó la atención sobre él— Imagínalo dentro del coñito semioriental de Ana.
—Eres mala. —Se rió y me besó.
—Sí que me acostaría con Pablo porque sino no saldrían mis planes, tengo curiosidad y seguro me lo pasaría bien pero es secundario, lo que me hace más ilusión es verte con Ana. Confía en mí. Alguna vez lo he pensado vagamente pero hoy se me ha, digamos, revelado. —Me lo decía de tal forma bajito y al oído, que al hablar notaba el calor de su aliento, que me ponía caliente, ayudaría el tema de la conversación. Metí mi mano por su pantalón y le toqué el coñete que estaba algo húmedo.
—¿Y Pablo te la metería por aquí?
—Supongo. Qué íntimo ¿no? ¿Te excitaría? Lo podemos intentar ¿no te gustaría?
—Me excita pero no tengo tan claro que me gustase. Me da algo de miedo. Y tendrías que contar con ellos. ¿Como sabes que ellos estarían dispuestos?
—Estoy segura. Quítate el miedo. Aviso: Prohibidas las dudas, ah, y solo para hoy. —Yo sabía que ella era muy intuitiva. Y me metió la lengua por la oreja y luego me desabrocho los pantalones y me los bajó junto a los calzoncillos. Cogió una manzana de un frutero que caía al lado nuestro y le dio un bocado, gesto que parecía inocente.
—Date la vuelta. —Me dijo a mi y dirigió la vista a Ana— Ana, la herida del culo no sé si me gusta, puedes mirarla otra vez, por favor, a ver si está bien. —María se levantó, yo estaba bocabajo.
—Voy, pero no creo que haya cambiado mucho —dijo Ana y se levantó y se acercó a mirarme. María se fue hacia el sillón de Pablo y se sentó en sus rodillas, Pablo sonrió ignorante aún de la causa y de lo que iba a ocurrir.
Ana, de rodillas, miró mi culo, incluso me lo tocó con dos dedos rodeando la rozadura. —Va todo muy bien, es reciente y no ha cicatrizado del todo pero todo bien, el único cambio es que está un poco más seca. —Y se dio cuenta que María estaba sentada encima de Pablo dando otro mordisco a su manzana.
—Explicame que haces ahí, ¿me estas quitando a Pablo?. —Le decía en broma.
—Te he quitado el sitio. Quién fue a Sevilla perdió su silla. Quedate un ratito con Jaime que yo me ocupo de Pablo. Puedes besarlo porque te aviso que mi idea es besar a Pablo, un poco de juego, llevamos mucho tiempo juntos y todos tenemos curiosidad, pero si alguien no quiere que siga, paro inmediatamente. —Ana quedó desconcertada y miró a Pablo para que la sacase del apuro y Pablo miró a Ana y le hizo un gesto como de <>, no es fácil rechazar a María. En ese momento María melosa miró a Pablo y le dijo—¿Te parece un beso, yo quiero saber como saben tus labios? ¿Tú?—Dio otro mordisco a la manzana y le besó los labios, María entonces se apoderó de la barbilla de Pablo con su pequeña mano— Me gusta, sabe bien, a ti te sabrá a manzana. —y le besó metiendo la lengua. Ana se sentó en el sillón pero no encima de mí.
—Le está besando con todo el morro. ¿Tú que opinas?
—Estoy casi tan sorprendido como tú…, bueno, menos porque me ha avisado que lo iba a hacer pero no lo terminaba de creer. Puedes pararlo si quieres ¿O te gusto lo suficiente para que hagamos lo mismo?
—Puede. Igual tiene razón y todos tenemos curiosidad. Algo habrá que hacer… Si tu quieres…, me da algo de vergüenza ¿Yo, te gusto un poco? —Y ella misma desmintió lo que acababa de decir de la vergüenza, con una sonrisa acercó sus labios a los míos pero con la mirada en los otros. Acepté sus, para mi, misteriosos labios semiorientales, la besé mientras me subía los pantalones porque no quería imponer mi desnudo tan pronto si es que terminábamos llegando a eso.
—Claro que me gustas, pero no se me habría ocurrido intentar nada contigo.
—Puedes meter la mano por aquí. —Oímos que le estaba diciendo María mientras se metía la mano por su propio escote y se acariciaba a si misma la teta mirándole a los ojos y luego sostenía el borde de la blusa con la mano de la manzana para indicarle el camino que debería seguir la mano de él. La manzana, como si fuese la manzana de Eva, le añadía un fuerte toque erótico a María. Miré y Pablo, tras una duda razonable me miró, a lo que le puse cara de <> le metió la mano por debajo de la blusa siguiendo el camino tan claramente indicado y los movimientos y la cara de gusto de María delataban que se las estaba tocando. Intuí el placer de ambos, a María le gustaba mucho que le tocasen las tetas e imaginé lo que sentía Pablo en las yemas de los dedos rozando el pezón, con cara de apetito Pablo se ocupó en desabrochar los botones de la blusa y se lanzó a comer esas preciosas tetas, observé que se detenía y sosteniendo la teta con tres dedos leía el pequeño rótulo que yo acababa de escribir jugando, que decía <>, había disfrutado de escribirlo y ahora era motivo de erotismo para Pablo, Pablo miró la cara a María, le vi, no oí, preguntarle algo corto mientras pasaba el dedo índice por las letras, María le contestó, con cara tierna, con un <>, y Pablo pasó la lengua por el rótulo y terminó su recorrido en el pezón, Yo estaba entre horrorizado y excitado. María se expresó con un <> y yo a distancia respondí con un incremento de mi erección.
—¿Ves? Se han vuelto locos, van a por todas, pues nosotros no vamos a ser menos, no sé para que te has subido los pantalones. —En el caso de Ana no sabía si había más indignación o excitación. Y volvió a bajarlos y me acarició el pene con cierto pudor. María ya no tenía blusa y se estaba desabrochando los pantalones. Se dio cuenta que miraba y me sonrió. Cogí la cara de Ana y la acerqué a la mía como para besarla pero cuando estábamos a punto me separaba, jugué así varias veces.
—No hagas eso, me pones caliente.
—Si vamos a hacer algo deberíamos estar calientes, ¿no crees?
—Si fuésemos pareja sí pero creo que esto es como un juego. Creo que no sé lo que me digo.
—Si quieres voy más a saco— Le dije en broma— Así. —Y la besé en la boca mientras le quitaba su camiseta, tampoco llevaba sujetador, la miré a la cara y le dije muy bajo— Se lo que hacen ellos pero necesito que me des permiso para tocártelas. —Me dijo que si con la cabeza y le acaricié la teta izquierda y cogí su pezón, me sentí excitado de tener entre mis dedos por primera vez el pezón duro y flexible de Ana. De repente tenía una intimidad con Ana que nunca sospeché que ocurriría y me gustaba, su desnudez siempre distante estaba a mi alcance, se empezaban a oír suspiros en ambos sillones.
—¿Te gusta el juego? —Me dijo lentamente con la cabeza que sí— ¿Tienes celos? —Pregunté otra vez..
—Estoy segura de Pablo y no soy celosa. Creo que esto es una mezcla de curiosidad, algo de cariño y algo de sexo ¿Y tú? ¿Quieres tú que paremos? —Yo sí tenía algo de celos, pero las dudas me las habían prohibido.
—Yo tengo algo, pero no quiero parar, lo único que quiero ahora es seguir acariciándote que me gusta mucho, no puedo creerme la suerte de poder acariciarte aunque el precio es alto. —Y la volví a besar en la boca.
Pablo estaba ya desnudo, tenía una polla larga y delgada totalmente erecta y húmeda en la punta con pequeños movimientos propios provocados por un exceso de excitación, no la conocía en erección, me di cuenta que ya era inevitable que se la metiera a María para seguir con esos movimientos involuntarios y otros voluntarios dentro de su vagina. De momento María pasó sus dedos como una pinza suavemente desde los huevos a lo largo de todo el pene hasta salir por la punta, luego acercó la boca y lamió el glande, principalmente el frenillo, parecía que quería más que darle placer conocer su sabor pero por la cara de Pablo se lo estaba dando y mucho. Les perdí de vista para sumergirme en mi propio pacer y el de Ana. Aún hice un comentario.
—Jolín, que larga tiene Pablo la polla.
—Sí, me encanta, me llega muy al fondo, pero ahora quiero conocer la tuya dentro de mí. —dijo muy bajo y al oído.
—¿Sin ponerte caliente? —Bromeé.
—Tonto, estoy caliente.
Ana se bajó sus pantalones junto a las bragas y pasé una mano a acariciar, todavía algo distraído por estar bajo el influjo de la otra pareja, luego mis caricias fueron adquiriendo su valor propio olvidando a María, su vello púbico era más suave y escaso que el de María, casi de adolescente, acaricié, por supuesto, toda la vulva que se iba humedeciendo, me deleité y me concentré en ella. Mi polla reaccionó tanto a lo que había visto hacer a María como a la persona de Ana. Era tan gustoso sentir la intimidad de su clítoris como provocarla placer. Ana estaba muy excitada. Escuché y vi que María estaba teniendo un orgasmo con la polla de Pablo dentro de su vagina y sacudía su pelvis con las contracciones que nunca había visto desde afuera, mi consuelo es que es de orgasmo fácil. María cerraba los ojos por el orgasmo pero a veces los abría para mirarme o bien porque le ponía verme tocar a Ana o bien me dedicaba su corrida. Me tumbé en el suelo y arrastré a Ana a que se tumbase encima, nos estuvimos besando abrazados cuerpo con cuerpo, piel con piel, ¡qué suavidad de piel!. Le acaricié por todos lados, me demoré para conocer su cuerpo virgen para mí, dediqué especial atención a ese rincón del culo que deseé tocarle en la playa, me esforzaba en ser suave. Me cogió el pene y se lo introdujo poco a poco, su intimidad abrazaba a mi intimidad, estaba participando en el consumo de un prodigio; estaba lubrificada pero era un conducto estrecho y una vez dentro se incorporó y se sentó. Puse los ojos en las tetas y la mano en esa perlita llamada clítoris, se lo acariciaba mientras ella se encargaba de la fricción de nuestros sexos subiendo y bajando, notar el pene en roce con las paredes del conducto de la vagina me estaban volviendo loco de placer, masajeaba su clítoris no solo para darle placer, también por sentirlo, tenía mucha curiosidad de tocarlo, al fin y al cabo es medio chino. Oía cabalgar a Pablo sobre María y oía cierto chapoteo provocado por la fricción de sus sexos impregnados en las secreciones de ambos, María, indudablemente disfrutaba de tener el pene de Pablo en su vagina y gemía, la punta de ese pene debía llegarle hasta el mismo útero.
—Pablo, ¿Le has metido esa polla tan larga a María? —dije algo celoso pero más por morbo.
—Toda, precioso, me está tratando muy bien, —Me decía con voz entrecortada— tiene su pene dentro de mi vaginita y me está dando mucho placer, me gustaría traspasarte el placer que estoy sintiendo. Me voy a correr otra vez. Te quuuieeero Jaime. Ahhh. Un poco más rápido Pablito, ja ja… ahhhhhhh.
—Ahhhhhh —Le contestó Ana.
—Ahhhhhh —Le contesté yo.
—Ahhhhhh —Le contestó Pablo y nos quedamos todos tirados agotados, las dos vaginas llenas de semen, la de María solo la suponía llena y ocupadas por un miembro en decadencia preogresiva. Ana se reclinó sobre mí metiendo su cabeza en el hueco de mi cuello. Y colocó mis manos en su culo. Cuando el pene se salió le di la vuelta y me dirigí a lamer su clítoris, todavía le tenía curiosidad y ganas. Al rato volvió a correrse, subiendo y bajando desenfrenadamente la pelvis, cuando se calmó, de reojo, vi que María y Pablo nos estaban mirando. Subí a abrazar a Ana y le cogí una teta con la intención de que lo viese María.
—Si no es mucho pedir, Anita, ¿me devolverías a mi chico?
—Eres una mala pécora, así que <>, no te lo mereces pero a pesar de todo he disfrutado, y quiero recuperar a mi chico adultero que aún me gusta, pero tendrás que esperar. —Y bajó su boca hasta mis bajos y se los metió en la boca volviendo la cabeza para mirar a María a los ojos mientras lo sacaba y le daba unas lametadas, yo traté de adivinar como vería esto Pablo, supongo que Ana hacía esto medio por broma medio por el resto de indignación que debía quedarle— Ahora sí. Más que venganza es por hacerte sufrir un poquito como me hiciste sufrir haciendo que Pablo te tocase las tetas, pero que sepas que también he gozado con tu descabellada idea.
Nos abrazamos con nuestras parejas originales.
—¿Te ha gustado? —me preguntó al oído.
—Creo que no sé expresar lo que he sentido. Me ha excitado mucho ver como Pablo te metía la polla por tu agujero, ¿gustarme.?.. aún lo tengo que pensar… Supongo que sí, me ha gustado mucho lo que he hecho con Ana y no me ha parecido ninguna aberración, sino algo muy agradable y natural, me tendrá que parecer lo mismo lo tuyo… Y ver que te tocaba las tetas… hasta he sentido tu pezón en mis manos ¿Te ha gustado a ti? —Nombraba las órganos acariciados de María porque me daba morbo hablar de ello, me lo evocaba. Según lo recordaba mi pene crecía.
—Sí, me ha gustado, eso siempre gusta. Ahora, quiero que me la metas ¿Te daría cosa metérmela? Todavía tengo semen de Pablo.
—Qué quieres que te diga. Estoy dispuesto a intentarlo. —Le dije al oído bromeando, ¿donde iba a estar mejor mi pene que dentro de María?, y le introduje el pene que entró hasta el fondo sin dificultad. Era una sensación rara encontrar esa sustancia ajena aunque fuese de nuestro amigo íntimo. Y comencé a moverme entrando y saliendo de forma más brusca que la habitual. Quería preguntarle si a ella le gustaba recuperar mi polla en su vaginita, pero no lo hice porque era imposible hacerlo en voz baja con la agitación de follarla. También me recordé entrando en la vagina de Ana y rozando su clítoris semioriental y recordé que aún nos quedaban dos días con ellos, también puede que hubiera un incomprensible placer en la visión del coito entre Pablo y María y como le acariciaba las tetas dándome ese placer por diferido. El futuro inmediato parecía bueno, tanto si no se repetía, porque la vagina de María estaría a salvo, como si se repetía que volvería al paraíso del cuerpo de Ana. Paré un momento el bombeo para preguntarlo en voz baja y salir de dudas.
—¿Te la vas a volver a meter?
—Si te ha gustado a ti, tenemos aún dos días.
—Ummm… me ha gustado.
—Pues mañana mismo, ¿vale?, si ellos quieren, desde luego, esta noche quiero dormir contigo.
—Vale —Y con más calma bajé a estimularla sus bajos con mis besos y mi lengua, mi mente todavía recordaba a Pablo dentro de María, luego cuando hubiese tenido un preciado orgasmo provocado por mí, volvería a metérsela.
PROBABLE QUE POSPONGAMOS MI REGRESO.
Este relato, continuación de los dos anteriores, va a ser uno de los que yo más recordaré con cariño. Lo he ido escribiendo, parte en nuestra casa en Quebec, después en un café mientras esperaba y ahora continuo, hasta llegar, escribiéndolo en el avión, o hasta que me quede dormida. El tenue olor de la chamarra de gamuza que me obsequió Isaías, junto con el aroma de su loción, me dan mucha inspiración. Voy muy cansada después de las últimas noches que pude dormir un poco. Espero les guste como a mí.
Anoche, al repartir en sus domicilios a nuestros colegas, o mejor dicho cómplices, Candy, la chica maquillista que se unió a nuestras locuras, propuso que asistiéramos Nely y yo, éste próximo martes, al otro club de strippers, del Oscar, el dueño del club al que asistimos y en donde ella trabaja en las noches como maquillista de todas esas chicas que pretenden actuar y ser admiradas.
Mi vuelo de regreso ya se había pospuesto hasta que hubiera espacio, parecía que hasta después del martes, pero Charly, el chico muy guapo, güerito, que trabaja en el club prometió tratar de conseguirme un lugar en un vuelo. Inicialmente lo buscaría para que yo tuviera espacio el martes, pero con eso de la tentación que nos metió Candy, de actuar el martes en el otro club en el que los martes era día de mujeres, sería mejor para salir hasta el miércoles. Horacio tenía la palabra definitiva, no sabíamos si Fredy le permitiría a Nely.
Horacio no me dio razón, pero me aconsejó investigara primero, cómo era ese local, así que llamé a Candy.
Para explicarme de qué se trataba el asistir a ese otro club, le pedí me explicara:
“Amiga, no sé cómo ves a las personas de color, si te caen te diré que en ese lugar hay veces que Charly y John actúan junto con un par de ellos. Asisten muchos latinos, muy pocos negros. Yo los quiero mucho, son muy gentes conmigo y es por eso que a falta de personal yo me ofrezco. Necesitan chicas que sean ya expertas, así como ustedes dos. Sí hay bailes africanos, y hasta las levantarían, pero antes las ejercitarían, pero fuera de jaloneos y aparentas cogidas en el escenario, todo es igual.”
“Ahora sí, chéquenle cuáles son sus sentimientos frente a los chicos de color que ustedes tendrían que simular entre besos y cogidas, y lo más importante, enfatizar que las asustan porqué las tienen muy grandes y que ustedes se las comerían de todas maneras. Al final, una vez una mujer canadiense ofreció mucho dinero si la dejaban ver que la chica se tragaba todo ese pene, pero ha sido todo lo diferente.”
“Asisten muchos señores, pagan por el espectáculo y por la bebida, pero no son de la mejor clase. No tengas miedo, no hay peligro. Pero confírmame tus sentimientos respecto a los negros.” Así me puso al tanto.
Platiqué con Horacio y le dí todos los pormenores que Candy me había mencionado.
“Son negros, ya me dijiste. Son iguales a nosotros, pero nunca me has dicho lo que sientes por ellos, una cosa es tenerlos de amigos y otra es tenerlos adentro. Tú dime si quisieras actuar. Conozco tus pensamientos y entre ellos está llegar a acostarte con alguno, considerando que con seguridad sabes que la pueden tener a tu exquisito gusto especial. Si quieres ve, te llevo y te recojo, como siempre lo he hecho. No siento bien quedarme y desvelarme sin beber una copa, pero ve y me platicas. Ya sabes que en el fondo, siento bonito y si me vas a hacer que le saque brillo a mi cornamenta, lo haré con gusto, por ti. ¡Me va a dar gusto!” Fue la respuesta de Horacio.
Le platiqué a Nely, su marido no estaba muy de acuerdo, esperaba saber lo que Horacio opinaba. Ya le dije y le mencioné lo de la cornamenta.
“¿Qué le mencionaste que te acostarías con alguno de ellos, o por qué te dijo de la cornamenta?” Quería saber Nely.
“¡No, él dice que me conoce, como quién dice él cree que voy a terminar acostándome con alguno de esos chicos del bar, o club! No creo, no es mi plan. Pero yo estoy hablando por mí, tú dime que piensas, ¿qué te argumenta Fredy?”
“Si le platico todo, omitiéndole lo de la cornamenta y de lo cusca que eres, creo que lo tengo asegurado. Él insistiría en asistir, pero creo eso no nos estorba, al contrario, lo provocaríamos más y tendríamos el chofer a la mano, para el regreso. Malo si nos sale alguna movidita.”
“Bueno, a Charly le pediré me asegure un asiento para regresar hasta el miércoles. ¿Tú le entrarías a coger con uno de esos chicos negros, de cabo largo?” Le pregunté.
“No sé en dónde queda Cabo Largo, pero me imagino es un lugar de donde vienen chicos con penes largos.” Opinó, ingenuamente.
“¡Hay chica! La expresión Cabo Largo es para decir que tienen una reata larga, y una reata quiere significar un pene, pero como sea, lo que te pregunto es si te gustaría saber lo que es tener un pene muy grande dentro de ti. Puede ser que más grueso y largo que el de Troy.” Le dije.
“¡No me tientes, ya con la emoción de un interracial estoy que no puedo esperar, ahora imagínate que sueñe con meterme su cabo largo! ¡Qué rica sensación, su piel ha de ser lisita, suave, como de mujer! Ya la siento rozando mis labios, mi conchita.” Terminó diciéndome, pero aún faltaba la anuencia de su marido, espero no vaya yo a tener que convencerlo, Nely tenía que acompañarme, yo podría ir sola y ver que me pasaba, seguro algo novedoso, algo que valiera la pena la ausencia de mi trabajo en casa, pero la deseaba me acompañara.
Llamé a Candy y le confirmé nuestra asistencia, “Iríamos las dos. No te estorbamos tus planes?” Le pregunté.
“No, porqué me estorbarían, en todo caso siempre asisten los tres amigos juntos, uno para cada una, lo que sí hay que pensar es en qué lugar nos podríamos recluir después de las actuaciones.” Buena pregunta. No sabíamos si después de la actuación íbamos a tener oportunidad de estar con ellos.
Lo consulté con Horacio, me sentía un poco desvergonzada pues le estaba diciendo, claramente, que mi intención era de terminar cogiendo con alguno de ellos. Lo peor fue su respuesta, me causó más pena, propuso que nos fuéramos todos a nuestra casa, que él se iba a dormir a la casa de Nely y Fredy, que con gusto, sin decirles la razón, wtaba seguro de que accederían. Fredy se enteraría y sería el otro problema de disfrazarle los cuernos que le colocara su mujer.
Todo parecía que quedaba listo. El resto del domingo y el lunes la pasamos muy bonito, los dos solos recordando y fantaseando lo que he ido escribiendo en mis relatos, que él es mi mejor admirador. El lunes él fue a trabajar y llegó muy contento a reunirse conmigo.
En la nochecita se aparecieron Nely y Fredy, sin avisar. Me imaginé que venían a comentar sobre la nueva aventura a la que nos íbamos a enfrentar. Su mujer, igual de caliente que yo, y yo misma. La plática fue maravillosa, todo fue comentado en el mejor de los términos.
“¡Me escribes todos los detalles de tu cogida con los chicos negros. Ya sabes, con todos los detalles sin omitir cómo se los mamaste, ni qué les hicieron Nely y Candy. Ya le contaré a Fredy lo que me escribas!” Me decía mi marido, pero Fredy le pidió copia fiel de lo que yo le contara, sin omitir lo de su esposa.
“¡Claro, ella te dirá todo, pero yo también te contaré y tendré que poner en práctica contigo lo que con ellos aprenda!”
La hora acordada para asistir al club era a las 9 pero Nely y yo llegamos por nuestro lado, a las 8 y media, al rato también llegó Candy.
“¿Listas y bien calientes?” Nos preguntó Candy.
“Todo va a ser como en el otro club. Yo las maquillo, mientras tanto ustedes se ponen de acuerdo con los chicos.” Nos explicaba y en eso llegaron los tres muchachos negros, jóvenes, entre sus 25 y 30 años, bien parecidos, vestidos muy elegantes. Solo uno de ellos tenía un tatuaje en la pantorrilla, el más bajito. ¡Qué hermosos ejemplares!
Nos presentamos y tanto ellos, como nosotras nos revisamos de pie a cabeza. Nadie hizo comentarios, ellos no quitaban el gesto de seriedad, o a lo mejor de desacuerdo.
Los desvistieron y les dieron esos calzoncitos de látex para que con ellos actuaran y también les dieron una especie de suspensorios, para que sus penes les quedaran protegidos. Como estábamos distraídas en el maquillaje, no pudimos darnos cuenta de sus penes, ya de por sí muy famosos. Candy nos hacía señas y muecas para que se los viéramos, pero no nos daba tiempo, así que Nely y yo íbamos desconociendo esa parte del armamento que tendríamos que vencer.
Íbamos a salir a escena, pero los chicos estaban con más miedo y cobardía de la que nosotras tuvimos la primera vez.
“¡Ven, aparezcamos abrazados, de repente tú me abrazas por detrás y me aprietas fuerte mi pecho y me sobas los senos, hacemos movimientos cogiendo y ya verás, de ahí todo lo que sigue vendrá solo!” Le expliqué.
Teníamos acordado que me iba a levantar subiéndome una pierna, una posición que a mí me encanta. Me levantó, le sobé su pene, se le notó muy fuerte su erección, el público, la mayoría señoras, lo notó y empezaron a gritarle cosas bonitas, emocionadas por la presencia de ese abultamiento y hasta a mí me decían cosas eróticas y peladez y media, yo me esmeraba en que aquel me tentaleara más, excitaba a todos. Nos abrazamos, yo le quedaba muy abajo, él me sobrepasaba por bastante. Quedamos abrazados, su pene acariciando mis pechos, mientras tanto Nely entró con su pareja, bailaba, se alejaba de él, volvía se abrazaban y besaban muy fuerte, él le acariciaba sus pechos y su espalda, ella le sobaba sus nalgas, eso provocó más griterío entre las asistentes, las emocionaba que Nely se las apretara. Lo más tremendo fue cuando ella quedó detrás, de rodillas y le mordió una nalga pero con una mano lo jalaba para tener mejor agarre de su trasero. Ya los dos chicos sonreían un poco y se les empezaba a sentir más relajados.
Seguíamos mi chico y yo, él me levantó, me puso de cabeza, mi boca a la altura de su bola, yo lo agarré de sus nalgas, abría la boca e hice como que me comía su paquete, él tenía mi vagina a una muy buena altura e hizo como que me metía la lengua. Rápidamente llevé mi mano a mi entrepierna, hice a un lado el tiro del calzón y dejé que en la siguiente maniobra él sí me pudiera lamer mi conchita. Yo no me dejé así nada más. Abría mi boca y sobre su calzón, le mordía suavemente su pene que ya estaba muy erecto y mostraba un tamaño sumamente atractivo.
Nely hacia también unas pequeñas piruetas y entre los dos, además de esos besos idílicos, él le desprendió el brasier, ella, con una mano se lo detenía, pero al acercarse a mí se lo desprendí y su pareja aprovechó lo mejor del espectáculo, la mamaba o se lo besaba a cada vuelta, sus manos las tenía ocupadas en su trasero que le apretaba y jaloneaba como para lograr meterle su pene, que aún permanecía bajo el calzón, más profundo.
A mí me bajó el chico, me cargó como muñeca, me bajó un poco el calzón, lo que éste deseaba era iniciar una cogida real conmigo, porque me introducía, primero uno de sus dedotes, luego la lengua. Todo frente al público, yo buscaba fuera lo más discreto, antes de que el gerente parara el espectáculo y nos corriera, pero no, él estaba de pie hasta atrás de las mesas, reía y aplaudía.
En el intermedio que tuvimos que hacer, el gerente vino a nosotros cuatro. Creí que nos iba a despedir, pero su reacción fue felicitarnos y agradecernos.
El espectáculo continuó. Candy, la maquillista no había aparecido ni el tercer chico. Ella vestida de calle, con pantalones. Él sí, preparado para salir a escena. Los chicos que estaban con nosotras entendieron y ayudaron a sacar de los camerinos a esas dos figuras.
Alguien del público gritó “¡Mucha Ropa!” y se hizo eco. Con mucho cuidado, entre Nely y yo fuimos desvistiendo a Candy frente al público, cuando solo le quedaban sus pantis y su brasier, el chico que le correspondía, la levantó, por un lado le fue bajando los pantis, ella se defendía, entre Nely y yo la cargamos y le sacamos esos pantis feos que llevaba, su hermosa cabellera negra salió a relucir. Entre los tres chicos la cargaron, la rodaron dejándola boca arriba, ella hacía como que se rebelaba, pero con movimientos muy sugestivos. Su chico la recibía de sus hombros y la besaba, ella se le acurrucaba y le mordía los labios, su chico no protestaba.
Ya el espectáculo se estaba convirtiendo en ‘show pornográfico’. Terminamos y recibimos una cantidad enorme de propinas, además de los aplausos. El gerente, Oscar estaba muy complacido, había sido una noche muy productiva gracias a nosotras tres.
Fue después del espectáculo, ya en los camerinos, que conocimos a nuestros compañeros, el primero, el que fue mi pareja se llama Isaías los nombres de los otros dos eran Farid y Shakir, complicados y difícil de memorizar, pero muy decentes y comprendieron su labor muy bien. Les conseguimos un puesto muy bueno.
Nos vestimos, hicimos plática. Nely sí llevó su inicio de relación muy bien, se besaron, y fue seriamente, nada simulado. Parece que también Candy ligó bastante bien, más que ellos se seguirán viendo, y yo, con el chico que escogí también ligué, él fue el que me propuso continuar la velada en privado, también me besaba, pero más me besaba en mis pechos, esos pequeños que encontraron a un admirador de pechos de ese hermoso tipo en su país, él los ha de conocer enormes, probablemente hasta más ricos.
Por la hora, todos deseábamos comer algo. “En un hotel, o en motel no nos aceptarían, vamos a mi casa y pedimos nos lleven pizas, que es lo que aún tienen abierto.” Fue mi propuesta. Le llamé a Horacio para avisarle que íbamos a ocupar la casa, y que también íbamos a pedir unas pizas. Él se encargó de las pizas.
Al llegar a mi casa estaban entregando las 6 pizas solicitadas, las pagué, les dí la bienvenida a mis amigos y los pasé. Habíamos llegado en un solo taxi, así que muy apretados, aunque era una camioneta pequeña.
Repartimos platos y cubiertos, pero olvidamos la bebida. Yo tenía un envase de jugo de piña, grande, unas botellas de ron, lo mezclamos y así tuvimos nuestras piñas coladas. Después de devorar las pizas y saciar algo de la sed, con mucha cordialidad lo agradecieron.
“¡Ya no se permite seriedad, estamos aquí para divertirnos con alegría! ¡Siéntanse libres y hagan con nosotras lo que les guste!” Les dijo Nely, ellos entendieron y pusieron otra cara.
“¡Vamos a bailar, ustedes nos enseñan algún baile y después nosotras bailaremos para ustedes! Un problema, para que ellos bailaran necesitaban música y mujeres con las que hicieran pareja. El más joven comenzó a golpear en la mesa un ritmo y así ellos se movieron y nos invitaron a que les copiáramos. Nos divertimos, haciendo como que sí bailábamos y luego Candy los puso a bailar cumbia, lo hacían muy bien y bailábamos cada vez más apretaditos, les gustaba y se movían, en eso me quité la blusa del vestido de satín, mi pecho con brasier quedó al descubierto. Todos estábamos acalorados por el ejercicio, así que sin decir palabra les fuimos retirando sus camisas y nosotras descubriéndonos cada vez más. Nely llevaba un vestido completo, así que después de Candy, que se quitó el pully blanco que llevaba y quedó en brasier, su chico le subió el vestido y se lo sacó por la cabeza.
A ellos ya los habíamos desvestido, solo les quedaban los calzoncillos y nosotras tres con nuestras últimas dos prendas. ¡Aquí fue cuando ni ellos, ni ninguna de nosotras respetó la etiqueta, nos abrazamos, nuestros respectivos pubis se rozaban entre sí. Aquí fue cuando me dí cuenta de lo hermoso de las caderas de Candy, su pubis se le veía un poco abultado, con vellos negros, que después confirmé.
Discretamente fuimos apoderándonos de sus penes por debajo de sus calzoncillos y las tres gozábamos tener a la vista, o, mejor dicho, a la mano esas preciosidades. Les arrancamos sus calzoncillos y después de admirarles sus magníficos implementos, cada una se dedicó a aprovechar esta maravillosa oportunidad.
Fuimos hacia mi recámara, la cama de nosotros es muy grande. Isaías y yo nos apoderamos de una parte, mi almohada nos quedaba muy bien como ayuda para acomodarnos, al jalarla debajo estaba mi neglige que salió a relucir, uno color azul claro, claro muy translucido. Él lo levantó para admirarlo, lo vieron los otros y Candy lo pidió para posar con él, colocándose esa prenda íntima mía encima de su cuerpo.
“¡Póntelo, quiero ver cómo te ves con él!” Me pidió Nely, Isaías también deseaba vérmelo. Me lo puse, me sentía adorable, así que me lo dejé puesto, iba a ser por un rato solamente. Isaías, y los otros chicos, se emocionaron. Yo me sentía adorable, pero ellos me veían de alguna manera que a todos excitaba muchísimo ese neglige que yo no le había puesto mucha atención y que muy pocas veces usaba. Así que me lo dejé puesto durante todo el tiempo, ya me lo quité cuando fui a asearme, en la mañana, ya después de una, creo, tercera sesión con los chicos.
“¡Que hermoso pene tienes! ¡Me encanta, está lisito.” Le dije.
“¿De veras te gusta? ¿No es muy grande?” Me preguntó. En verdad sí es muy grande, se le veía ser el más largo de los tres. Recordé los que yo ya conocía de superdotados y decidí, mentalmente, que es muy parecido al de Greg en tamaño y me llenó de alegría y esperanza ¡Entonces ese sí me lo puedo dejar entrar totalmente! Me dije a mí misma. Lo lamí lo más que pude. Probé engüírmelo, aunque yo sé cómo dejármelo entrar hasta la garganta cualquier longitud, pero ni con la de Greg, en aquel entonces, ni la de éste Isaías logré pasar mi récord, pero lo disfruté enormemente y él gozaba, me empujaba la cabeza para que me entrara más su preciosidad, pero tenía su límite y yo ya presentía una descarga muy pronto. Me bajé y le chupé los huevos, él feliz, me levantó y me recostó en el sofá, me quitó el brasier y los pantis.
Se puso como loco a succionarme los pechos, lo hacía con tanta fuerza que parecía becerro mamándome, nunca antes ninguno de mis amores había llegado a mamarme con tal fuerza. Abría su boca lo más grande que podía y ayudándose con sus dos manos me los levantaba haciéndomelos más grandes, sellaba sus labios sobre mi piel, succionaba, se metía a su boca lo más de mi carnita que le cupiera, con la lengua me acariciaba los pezones. Me abrazaba con mucha fuerza para lograr comer más de esa carnita suave de mis pechos que yo le estaba ofreciendo. Yo lo acariciaba en su cara, animándolo a que continuara, me estaba haciendo pasar una excitación para mí, hasta entonces, desconocida. No sé de otras mujeres, pero si hubiera continuado yo sí habría llegado a un orgasmo provocado por ese tratamiento a mis senos.
Continuó mamándome por bastante tiempo, pero sus manos bajaban y me tomo por la cintura, me levantaban un poco y cuando se desprendió de mis senos, bajó su cabeza. Lentamente me iba lamiendo mi vientre, mi ombliguito y llegó hasta mi monte de Venus. Me mordisqueo suavemente mi pubis y me pasaba el dorso de su mano, y luego su lengua sobre mi pubis. “¡Hermoso, Hermoso!” repetía. Pensé que seguiría bajando y ya me hiciera sentir lo que yo esperaba.
Aunque él me lamia mi vagina yo esperaba sentir su pene. Me enderecé y lo recosté para disfrutar un poco de su preciosidad.
“¡ENORME Y HERMOSO! No dejo de vérselo así y eso me lo tengo que engullir completamente. ¿Cuánto me cabrá? Ésta es una oportunidad única. Tengo que gozarlo todo dentro de mí. Pero en eso él me volteó de panza, me abrió las piernas y metió su cabeza entre mis nalgas. Me lamió el ano, me lo dejó lleno de su saliva. Yo no deseaba que me fuera a meter su enormidad por atrás, tenía miedo de que lo fuera a intentar, pero afortunadamente solamente me golpeaba como con un garrote flexible sobre esa región con toda la extensión de su pene.
Me tomó de las caderas, me levantó ligeramente, quedando mi colita algo levantada. En eso ¡ZAS! Que me da una nalgada muy fuerte, raro en mí, esta vez sí sentí el dolor pero agradable. La punta de su pene se me movía de adelante, mi vagina, para atrás, a mi ano. Me depositaba más saliva, pero aún no iniciaba metérmela yo ya estaba desesperada esperándolo.
Me volteó de nuevo boca arriba, me abrió las piernas y volvió a solamente pasarme su glande por encima de mis labios y de mi clítoris, que lo sentía pasar con desesperación. Yo ya me iba a venir, pero no quería sin antes haberlo sentido muy adentro.
Se inclinó, me chupó nuevamente mi vagina y me dejó más de su saliva ahí dentro y también más en mí ano.
“¡Ay manita! ¿Te vas a dejar entrar todo ese monstruo?” Me preguntó Nely repentinamente, yo creía que ya a ella la habían pasado por el arma, o sea que ya se la habían cogido, pero no. Se acercó y me dijo que ella también tenía miedo y esperaba mi reacción.
“¡Claro! Se lo tengo que guardar todo adentro de mí.” Le contesté. Ella, por curiosa, me abrió los labios de la vagina y me puso más saliva, se enderezó y quedó a la expectativa. Su compañero la abrazaba por la espalda también esperando ver lo que me iban a meter, y además, cómo lo iba a hacer.
Sin emociones Isaías se decidió, al fin, ya a iniciar metérmelo. Me levantó la orilla del neglige, que aún llevaba puesto y primero acariciaba mis labios con su glande que yo sentía que se me movía sobándome todas las paredes de mi vulva. Sentía la fricción suave al deslizarse el pene, lentamente, dentro de mí.
¡No te detengas, SÍGUELE! Le gritaba y él seguía, aunque no muy lentamente, pero con la desesperación y las ansias que yo sentía, me estaba pareciendo una eternidad, sin embargo, recuerdo muy bien, él seguía. Las otras parejas nos observaban. Ellos ya deben de saber lo que me están haciendo, ellos también la tienen grande, ¿Qué esperan? ¡Ya cógenselas! Pensaba, me distraían en mis sensaciones que en ese momento yo gozaba con mi hombre.
“¡ENTRENLE YA, SIN MIEDO!” Les decía.
“¿Estas bien?” Me preguntó Isaías.
“¡Sí mi amor! Tú síguele metiéndomela, estoy sintiendo muy rico, UN POQUITO MÁS ¡POR FAVOR!” Le dije y siguió. No sé cuánto más, yo sucumbí a un orgasmo precioso. No sé qué hice. El efecto de ese orgasmo disminuyó y me preocupaba lo que mi Isaías había sentido, pero, aparentemente aún no se había venido y seguía su pene bien rico, paradito y creo que toda esa enormidad dentro de mí. Yo reiniciaba moverme, me monté sobre su pene, él ya boca arriba. Isaías se movía al unísono conmigo, teníamos un ritmo parejo, después de unos momentos, él empezó a darme muestras de su muy próxima venida.
¡Ahora es cuándo yo lo tengo que complacer! Pensé. Le tengo que prolongar el tiempo de la llegada de su venida y así lo hice. En unas tres ocasiones en que casi se venía, yo le detenía y así tardó en venirse explosivamente.
Fue cuando mi neglige se le enredó en la cara que sí se vino, su clímax lo había alcanzado, pero aún no terminaba. Lo seguí sintiendo, montándome, él seguía diciendo que se estaba viniendo, y materialmente rugía, hasta que se dobló sobre mi espalda. Reía, volteaba a ver a sus amigos y les hacía muestras de agotamiento y felicidad.
Candy y Nely seguían acariciando y lamiéndoles los genitales a sus parejas, observaron mi actuación y en eso se decidieron a emular lo que habían presenciado en mí y en Isaías. Candy y su chico se acostaron al lado de nosotros, también usaban mi otra almohada para levantarle la cola a ella y tener mejor alcance. Se preparaban, él empezó a forzar su entrada. Era verdaderamente más gordo ese pene que los otros de los dos, pero muy deseable. Ella ya le había mamado ese pene y por eso seguía asustada.
“¿Tiene miedo?” Le pregunté. Isaías me acostó de lado, aún con su pija dentro de mí, pero con la intención de que yo pudiera atender a Candy. Le tomé el pene a su pareja, sí asustaba de tan gordito, y bastante largo. Se lo besé suavecito.
“¡Vamos, que no está tan mal, está delicioso y tienes que aprovecharlo. ¡SIN MIEDO!” Le dije.
“¡Ya sabes, Abre tus piernitas y levántalas algo, así te entrará más fácil!” Sí siguió mis instrucciones, la enormidad del pene de su pareja empezó a entrarle ya ayudada de tanta saliva y del lubricante que traía el condón. Seguían, ya me concentré en lo mío y ya solo oía de Candy que lo animaba a que siguiera metiéndosela y gritaba varias veces, cuándo le aproximaba algún orgasmo.
Yo gozaba a Isaías, pero estaba pendiente de lo que Nely hacía, yo tenía compromiso de informarle a su marido, con todos los detalles, lo que ella hacía o dejaba que le hicieran. El observarla y grabarme los detalles fue lo que más me debilitó y causó no pudiera defenderme más de la llegada del clímax de mi Isaías. Más porque ella es muy creativa de situaciones, que me hacían fijarme en ellas.
Su pareja Farid logró irle metiendo su pija, pero no toda, en ese momento ella no deseaba más, pero a la hora en que oyó de Candy y de mí las enormes expresiones de placer y locura que íbamos teniendo, ella se doblegó. Le pidió que se la metiera más fuerte, pero no le entraba y solo cuándo le pregunté si le había pasado lo mismo con su Troy, lo recordó y fue que entendió, dejó de apretarse, se relajó.
El pene de este chico, Farid sí estaba también muy grande, pero accesible al tamaño de su vulva, o matriz, le tenía que caber. El chico la trataba con mucho cariño, así lograron una buena cogida, aunque todavía quedó un pequeño tramo de fuera, por seguridad así lo dejó, pero eso sí, tuvo varios orgasmos, gritó a cada rato y nunca dejó de decirle cosas de amor a su chico y resoplar. Hacía esfuerzos muy fuertes y notábamos que le llegaba a faltar el aire, pero repetía y al pobre chico me lo mallugaba, lo exprimía y le exigía. A mí me excitaba mucho, llegué a pensar el por qué yo no era así, ella lo hacía riendo, gozando cada metida o sacada. ¿Ha de ser así con su marido? Me preguntaba. Son felices y los dos igual de alocados ¿cómo nosotros dos somos? ¿Será?
Nely y su pareja terminaron viniéndose estruendosamente, los dos decían algo al estar en su cúspide. Se relajaron, ella me preguntó por el neglige, me lo quité y se lo ofrecí, “¡Pruébatelo, se siente bonito!” Me lo retiré, pero me dí cuenta de una mancha blancuzca, a un lado. Claro, era una mancha del semen que se me salió. Recordé que no había seguido la regla del condón, pero ya era muy tarde. Le dije a Nelly que se me había manchado de semen. Razón de más, se emocionó como chiquilla y se lo puso. Le pidió a Isaías que se la metiera ‘un poquito’,
“¡Así, sin condón, POR FAVOR! ¡Isaías lindo!”, Él ya en recuperación no se hizo del rogar e inició meterle esa enormidad, aunque la petición de Nely fue de ’un poquito nada más’.
Los dos estaban muy excitados, aumentado por la presencia del semen en ese, en mi neglige. Cogieron felices sin el condón, y ella tuvo el gusto de volver a gritar eufóricamente, ella brincaba y se agitaba como loquita. Los presentes los observábamos. Candy, por su lado se apoderó del chico que había estado con Nely, el del pene largo, y yo me apoderé del chico con su pene gordo y grande, Shakir. Creo que fui la más afortunada, el chico me aguantó mucho tiempo y yo lo logré hacer muy feliz. Su pene me acariciaba adentro, pude sentirlo mucho más fuerte que el de Isaías. Al final nos quedamos abrazados, su pene me quedó, aunque medio flácido, pero aún dentro de mi vulva, lástima que con el condón aún puesto, sino me hubiera llenado de su lechita, aunque yo aún llevaba adentro mi porción de lechita que me había dejado Isaías.
Nely recibió otra porción de semen de Isaías, probablemente pensaba llevársela de regalo, y comprobante, a Fredy, por lo menos sí parecía. Mi reporte iba a ser incompleto y no solamente de lo que a su mujercita le hicieron, sino lo que ella misma hizo, nos dejó a todos rendidos, ella fue la que provocó la segunda ronda que estuvo más bonita y relajada y fue cuando le terminaron de dar entre los dos. Estoy segura de que sí le entró todo el pene de Isaías, hasta el fondo, por lo menos ella no dijo nada y cuando le iba entrando solo reía, como siempre lo hace y daba sus gritos alegres. ¡Es envidiable! ¡Linda!
Candy también disfrutó de sus dos cogidas y terminó feliz. Es claro que ella no es de esas mujeres, como nosotras dos, con mucho espacio adentro, sus parejas sí fueron de penes demasiado largos, sin embargo los disfrutó. Era notorio que ya cuando tenía adentro alguno de los penes, éstos ya no podían entrar más, siempre dijo que no la lastimaban, se atoraban con algo adentro de ella, pero, de todas maneras siempre la trataron con mucho cuidado y cariño. Le obsequié mi neglige, la hice más feliz.
Dormíamos todos en mi cama, mi teléfono sonó, era Fredy que me saludó, yo no esperaba ninguna llamada, así que no aclaré mi voz y creía era Horacio.
“¿Están bien? ¿Cómo la han pasado? ¿Nely también cogió?”
“¡Claro, y rete bien, a todas nos dieron una muy buena cogida a cada una!” Creía que era Horacio, pero era Fredy que me marcaba porque Nely no contestaba su teléfono, quién sabe en donde había quedado escondido. Trató de entrar más en detalle pero ya me dí cuenta de quién era.
“¿Deseas hablar con tu mujercita? Te adora, solo sueña contigo. ¡Deja despertarla! Está aquí conmigo.
“¡Nely, Nely! Te llama tu patrón.” Le dije y Fredy había oído algo.
“¿Es tu teléfono, tu viejo quiere saber de mí?” Me respondió aún con la voz gangosa.
“¡Hola, cariño! Después te cuento, a tu mujer le fue muy bien, la envidié!”
“¿Y a ti, también te toco algo del bueno?” Oí que le preguntó.
“¿Quién me llama?” Ya Fredy se ha de haber identificado y ya hablaron coherentemente.
“¡Sí, ven por mí, aún me alcanza el tiempo! Ok en 20 minutos!” Le dijo. Fue volada, se duchó con el agua fría y medio se vistió. Le presté una blusa de jersey, por el frío que hacía. Llegó su marido a recogerla y uno de los chicos, creo Shakir, también decidió irse, tenía otro compromiso.
Le llamé a Horacio, le informé del estado y le dije que iba a buscar cómo prepararles desayuno, todos seguían durmiendo.
“Déjalo, al rato les mando algo de desayunar.” Ya era media mañana, no supe qué hora. Después de un tiempo nos llegó el desayuno. Todo mundo seguía dormido en mi cama, ya el lugarcito que a mí me correspondía estaba ocupado, por supuesto el correspondiente a él también lo ocupaba Candy, que se había puesto mi neglige.
Tocaron, era Horacio, llegó con dos bolsas enormes y varias charolas con vasos de café. “¡Aquí esta SU pedido!” Dijo muy formal, en eso Candy lo reconoció, se enderezó y tomó una almohada con la que pretendía cubrirse, fue y lo saludó de beso.
Los dos chicos se levantaron como de rayo y se escondieron en el baño.
“¡Vengan chicos, es solo el desayuno!” Les grité.
“¡Mi vida, qué pena! No creí que tú vendrías. Ahora no sé qué hacer!” Le decía, pero reaccionó como siempre, a su manera.
“¿Qué deseas hacer? Ya sabes que te comprendo y lo que decidas yo lo acepto.” Me dijo, en eso los chicos le pidieron a Candy les alcanzara su ropa que estaba regada en varias partes de la sala.
“¿Tu ropa también está por toda la casa? Si no aparece Silvia va a tener ropa nueva, bonita y tú puedes llevarte alguna camisa vieja mía, claro, si quieres.” Rieron. Candy colectaba la ropa, pero no aparecieron los calzoncillos de ninguno, ni la ropa completa de Candy.
LUS ÚLTIMOS MOMENTOS DE SU CORTA VISITA.
Había que aprovecharlos, a pesar de que la cena con los socios de Horacio nos iba a quitar tiempo que yo ya estaba planeando una pequeña distracción para nuestra huésped Altagracia y su marido Sebastián, claro que acompañados por Horacio y por mí.
Una parte de la tarde la habíamos disfrutado en la intimidad, en un jakuzzi, como lo relato en mi anterior publicación. Aunque nos sentíamos algo cansadas teníamos algo de tiempo para recuperarnos.
A Altagracia la llevé a su hotel, le recordé la recomendación de Horacio
“Me vienen bien vestiditas, elegantes, pero muy coquetas, y muy sexis.” Fueron sus palabras, yo ya le consulté si “¿Cómo íbamos vestidas al congreso?”
“¡No, no tanto! Solo sexis. Que se vean eróticas, pero que aguanten la vestimenta elegante del restorán al que vamos a ir.”
“¡Ok, que solo calentemos y ya ellos que completen su platillo! ¿Cómo quién dice, noooo?? Le dije delante de Altagracia.
Fui a mi casa, pude recostarme por un buen rato y tuve tiempo de buscar entre mis vestidos alguno que cumpliera con las exigencias de mi marido, que le encanta me vean sus colegas con lujuria. Tardé algo de tiempo, pero al final me decidí por uno color ocre pálido. Sin espalda, que por ser de pechos discretos, no requiero sostén que se me fuera a ver. Una banda ancha alrededor de mi cuello, del que penden las mangas y baja por enfrente hasta debajo de mi cintura, dejando ver parte de mi vientre, inclusive mi ombligo, pero detenido de mis caderas. Con cualquier inclinación mía hacia adelante le da oportunidad a mi interlocutor sentado frente a mí, de echarles un vistazo a mi lindo pecho desnudo. La falda pendía de esa banda que baja desde el cuello. También suelta de mi cintura, así que da la posibilidad de escudriñar visualmente mis pantis, si los llevo. Quedé muy satisfecha. Mi arreglo me gustó esta vez más que cuando lo usé por primera vez.
Pasé por Altagracia a su hotel. Aún seguía indecisa de lo que iba a vestir. Al final, estando yo frente a ella se me presentó. Me pareció que su vestido aparentaba la era Hollywoodense de los 60. Yo me cubría con una mantilla que ella me regaló, preciosa. A cambio yo le regalé un reboso también muy bonito, pero que no le hacía juego a su vestido.
“¡No, no! Solo veme a mí, así debemos ir para tener éxito hoy, yo ya me los conozco.” Le dije. Le quité la falda, a la blusa blanca, como de terciopelo que se le veía super escotada ya no le puse peros, es para mí una delicia verle esos senos, al vérselos me imagino mamárselos y succionarle sus pezoncitos, y esa blusa me lo permitiría. Si me llego a aburrir me entretendré gozando viéndolos. La falda dejé se vistiera con una que tenía, también casi blanca, con mucho vuelo y de largo hasta librando sus rodillas. Tuvo que ponerse medio fondo, se le cargaba de electricidad la falda y se le pegaba al cuerpo o a su falda misma.
“¡Olvídate del liguero! Tus medias se mantendrán en lugar, si acaso te vuelve a pasar lo de aquella aventura que tuviste el primer día, que las medias se te arrugaron, pero eso fue por la actividad que habías tenido y no te las volvieron a colocar bien.”
“¿Te recuerdas todavía? ¡Qué locura la mía!” me dijo
“¡Pero aún no me platicas todo lo que te pasó, ni con quién fue!” ya le reproché.
“¡Ahora después te cuento, te lo prometo!”
Llegamos puntuales a nuestros consortes que esperaban.
“¡QUÉ PRECIOSAS SE VEN!” expresó Sebastián, Horacio lo secundó. Yo ya en privado le pregunté a mi marido si le parecía cómo íbamos vestidas, a lo que afirmó con gran entusiasmo.
“Pero ahora no van a tener tanto público. Además de nosotros cuatro llegarán Dieter, Johan y una pareja de España. Puede ser que llegue el encargado de la oficina de Vancouver, reservé su lugar y lo invité a tiempo.”
El señor de Vancouver fue el primero de llegar al restorán, se veía simpático pero muy parlanchín e irrespetuoso con nosotras tres. Él iba directo con sus insinuaciones, yo ya lo recordaba del congreso y fue él el que se nos declaró allá invitándonos a acostarnos con él. Horacio nos lo presentó, pero no recuerdo si mencionó su nombre, solamente me recomendó que tuviéramos mucho cuidado con sus insinuaciones, no se vulgaricen con él, y me pidió se lo recomendara también a Altagracia.
Tomamos nuestros asientos el de Vancouver quedó entre Altagracia y la señora española. Yo quedé frente de él, junto a uno de los señores que llegaron solos.
Aún no hacíamos el brindis de bienvenida y el de Vancouver ya estaba coqueteando con Altagracia, que se cuidaba siendo evasiva, entonces se dirigió a la señora española. Al dirigirle la palabra aprovechaba para sobarle, primero el brazo y ya me dí cuenta de que hasta el hombro y parte del cuello le tentaba. Altagracia y yo nos mirábamos y sonreíamos, parecía que el señor éste estaba teniendo bastante éxito y la española, creo que se llama Esperanza, le respondió, pero bajó su mano. No podíamos ver hasta adonde le llegaba, pero era claro que ella estaba cooperando con la insinuación del de Vancouver.
De maldosas, Altagracia y yo, las dos le hicimos plática a Esperanza, en español, que el de Vancouver no lo habla, estropeándole sus intenciones. Atendimos con gran cortesía a nuestros vecinos, con los cuales hasta una que otra caricia nos permitimos hacerles. ¡Claro, a Esperanza también le tocaron! Y ella nos secundó, creo que sacudiéndose de lo molesto que le ha de haber caído su vecino de Canadá.
En la cena nos divertimos bastante, al terminar Altagracia consideró que era temprano, que podríamos seguirla en algún antro. Las tres mujeres estuvimos de acuerdo, los señores nos alcanzarían, solo les teníamos que indicar en donde íbamos a estar.
Para trasladarnos se me ocurrió llamarle a Rodolfo, en su camioneta cabríamos todos y además él nos podría recomendar un buen lugar. Estuvo a tiempo, su camioneta, una Mercedes para transporte de turistas, hermosa, muy cómoda y coqueta. Solo nos recogió a las tres mujeres, los caballeros nos alcanzarían en el lugar.
Al montarnos en la camioneta, yo, con algo de maldad, escogí sentarme en el asiento correspondiente al del copiloto y las otras chicas se sentaron en la primera fila de atrás. Para platicar, o comentar algo yo tenía que voltear todo el cuerpo para que mi voz les llegara. Cada vez que volteaba mi falda iba subiendo un poco más, no solo mi muslo desnudo le quedaba visible a Rodolfo, él ya me podía estar viendo hasta mi entrepierna. Yo, discretamente, aumentaba la buena calidad de la vista para que lo pudiera excitar cada vez más, deseaba ver hasta adonde iba a llegar. Manejaba pero el que a cada rato disminuyera la velocidad, sin razón, me entraron sospechas de que lo que deseaba era admirar cada vez un poquito más de mis pantis. Le dí el placer, pero me hice a la idea de que al regreso le iba a cobrar lo visto, lo iba a vencer, deseaba asegurarme que fue él el que le dejó las manchas de semen en su ropa y en su pubis a Altagracia. En todo el trayecto de ida Rodolfo no perdió un momento en admirar la vista que le ofrecí.
Llegamos, un antro que se veía decente, música estridente, muchachada muy alegre y desenfrenada, muchos extranjeros entre los asistentes.
“Les pido que estén atentas. Cualquier cosa que deseen hacer, háganlo, pero sin salir del lugar. ¡Para nada salir!” nos recomendó Rodolfo.
“¡Me llaman a la hora que deseen las pase a recoger!” nos dijo al partir, cuando ya nosotras estábamos entrando al salón.
Buscamos una mesita, muy escasas pero teníamos que establecer nuestro punto de reunión. Solamente conservamos monederos con nuestras identificaciones y un celular, todo lo demás se lo encargamos a Rodolfo.
Inmediatamente nos atendió una chica, bastante hermosa y nos sirvió los tragos que pedimos. Aún no probábamos nuestra bebida y un chico me pidió bailara con él. A mis colegas también se las llevaron a bailar. No era invitación, estiraban la mano, nos tomaban del brazo y a jalones nos llevaban a bailar. Aunque el trato era así, nos divertimos. Las tres platicábamos de las invitaciones a tener sexo, que nos llovían a cada instante.
A mí me invitaron tres chicos a la vez para hacer sexo, Altagracia también se sorprendió de que en plena pista de danza le levantaron la falda y otro le bajó el escote y, delante de todos, le chupó su pecho. Esperanza reía y gozaba. También a ella la invitaron varios, pero creo que ya tenía experiencia y gozaba la situación, yo ví cuando la tenía un chico abrazada, apretándole las nalgas, con el vestido en la cintura. No sé si ahí se la estaban cogiendo, pero eso parecía y los asistentes ni se daban por distraídos, han de haber pensado que querían divertirse y tener sexo, pero ella ni se daba por entendida, ni daba muestras de molestia. ¿Qué pensaré?
Altagracia se dio cuenta de que era fácil conseguir un palito, había que cuidarla y ponerle atención, no fuera a ser que ella, que andaba muy caliente, fuera a hacer lo mismo.
Nos divertimos mucho, nosotras dos no aceptamos copular con ninguno, Esperanza ya servida, parece que solamente uno, pero ya regresábamos a nuestros hoteles.
Rodolfo nos recogió. Al abordar la camioneta él se encargó de reservarme el asiento a su lado. Dejamos a Esperanza y a Altagracia en el hotel y a mí me iba a llevar hasta mi casa, aunque el plan con mi marido era de encontrarnos en el mismo hotel. Afortunadamente Altagracia sospechaba de mi plan, se había dado cuenta de que yo le ofrecía a Rodolfo, en los dos trayectos, lo que más le gustaba.
“¿Qué le digo a Horacio? ¿por qué no llegaste con nosotras? Preguntó Altagracia.
“¡Ay manita, no se me ocurre! Es demasiado sospechoso. ¡Ya sé! Le dices que tuve una emergencia femenina y que pedí me llevaran a la casa, pero me lo entretienes bastante tiempo! ¿Porfis?”
En realidad Horacio, para mí, no es problema ni debo de ocultarle nada, pero tuve que hacer la pantalla para que Altagracia no se llevara una mala impresión de mí, además para que él no se fuera a preocupar, como ya ha sucedido antes.
“¿La llevo a su casa, seño Silvia?” me preguntó Rodolfo. Tardé unos segundos en responderle pero voltee mi cuerpo, como viendo a las otras chicas, que ya se habían bajado. Todo el largo de mi muslo, y hasta mis pantis le quedaron visibles.
“¡Creo que a mi casa! No tengo idea de que me lleve a otra parte.” Le contesté.
Sin decir una palabra, detuvo la camioneta ahí en la acera, paró el motor y me dijo:
“Seño, ¿antes de dejarla en su casa, le puedo decir algo que no deseo me lo tome a mal?”
“¡Sí, ándele! No lo tomaré a mal, pero que sea una crítica bonita.” Le dije.
“¡Perdóneme, pero soy humano! y desde que la conocí la he admirado. Ya les he trabajado desde que la seño Pilar me contrataba, y usted me ha tenido siempre con el deseo de decírselo, que le tengo mucho aprecio.”
Me enderecé y me puse de pie entre los dos asientos. Lo abracé, él también me abrazaba, y, lo peor que hice fue darle un beso todo amoroso. “¡Rodolfo, yo también he aprendido a apreciarte mucho!”
Mi falda estaba subida hasta casi mi cadera. Mis pechos totalmente a su disposición, la blusa dejé se me abriera dejando todo mi pecho, visible, mis dos senos ahí, paraditos. Una situación excitante por demás.
“¡Gracias Rodolfo! Eres una persona maravillosa, ¿qué pudiera yo pedir más de ti? Lo abrazaba, mis senos lo acariciaban, y mis besos lo tendrían que estar excitando al grado que volteó sus piernas hacia mí, me abrazó jalándome de las caderas. Yo le separé las piernas quedando apretada entre sus rodillas. Bastaba con que bajara sus manos, y ya con ellas libres me bajara mis pantis, pero sentí hermoso se me declarara y siguiera con su declaración de amor, o de deseo carnal, seguramente.
“¡No solo la aprecio, la deseo también, me doy cuenta de que usted está muy requete buena! Todos los del edificio lo dicen. Ahora quiero aprovechar que el jefe está ocupado con otras personas y quisiera ver si usted tiene un poquito de tiempo y de ganas, y me da un chancecito.”
“¿Chancecito, de qué?” Pasó sus piernas sobre la consola que nos separaba y me invitó a pasarme al asiento de atrás.
“Primero, dime qué chancecito quieres que te dé, si me dices cuál es, y si me gustaría, a lo mejor yo soy la que te pido ese chancecito. Pero, primero dime, sin mentir ni una sola palabra ¿A todas las chicas que transportas les pides ese chancecito?” Balbuceó pero me confirmó:
“¡No, nunca lo había pedido, pero ya has de estar enterada, tu amiga Altagracia se me ofreció y uno no puede negarse fácilmente. Mi empleo lo tomo muy enserio y ésta van solo el cuerpo de tu amiga lo ha tenido para echarse un polvito.”
“No lo sabía, solo lo sospechaba, pero si tienes ahí toallas de papel, ¿por qué la dejaste toda embarrada?”
“Las carreras, se nos acercó un carro y creímos que fuera una patrulla.”
“Pero que no conoces moteles aquí cerca, la hubieras llevado ahí.”
“No estaba previsto, salió de sorpresa. Así como usted, fue descubriéndose las piernas, hasta los calzones y me dijo que si me gustaría darle una follada. ¿Qué le podría haber contestado? Pues vamos, me la eche para el asiento de atrás y ahí me la follé. Habíamos terminado, en esas estábamos, cuando vimos la luz y la ayudé a vestirse, como pudimos la dejé bien y ya se la llevé a usted.”
“Primero, vamos a empezar. Fuera de horas de negocios, yo no soy seño Silvia, solo Silvia, a secas. Si te encargo a alguna chica, hazle lo que quieras, pero correctamente, y ¡Me lo platicas, condenado cogelón! Tú y yo somos colegas! Y entendemos que hay cosas que tenemos que hacer.”
“Así será, te lo prometo, y nadie sabrá de lo nuestro. ¡Pero Silvia, es que yo te amo, tengo mucho cariño por ti!”
“Los dos estamos casados y tenemos que responder a nuestros conyugues, apréndelo bien, hagas lo que hagas, siempre estará tu pareja primero. ¿ENTENDIDO? Y ahora dime ¿Qué CHANCECITO querías de mí? ¡Dímelo ya, que a mí se me cuecen las habas, de ya!”
“¿Tienes prisa por llegar a tu casa?”
“No mucha, me interesa ese chancecito que querías te diera, no me imagino que pueda ser.”
“Vamos, déjame besarte esos pechos tan lindos, que tienes.”
“Ven, bésame mis pechos todo lo que quieras, pero no vamos a esperar que tengamos que huir a la carrera.” Me abrí bien la blusa y él, como hombre hambriento se me abalanzó a mi pecho. Me comía a mordidas pequeñas, me los acariciaba, me succionaba las axilas y me acariciaba los hombros.
“¡Ya, vamos rápido a un motel, ahí nos hacemos lo que nos guste y nos venga en gana!” Así lo hicimos. Él estaba tan excitado que ya sabía yo que iba a tener su venida con cualquier contacto o roce con mi piel. Le pedí se detuviera en una tienda nocturna y compré algo de alcohol, para calmarlo, sino esta aventura iba a resultar un fiasco.
Bebimos algo de ese tequila, que fue lo único que se me ocurrió comprar. Llegamos al motel con su camionetota, él ya más sereno, pero yo era la desesperada, no podía controlarme, no recuerdo que así hubiera estado antes.
Nos metimos a la habitación e inmediatamente me le monté materialmente. Después de un rato ya pude apreciar el porqué del placer que Altagracia había encontrado en él y la había vuelto zombi. Su pene, muy rico, no más grande, pero sí gordito y siempre paradito, pero lo sabía manejar como muy pocos.
“¿Qué le diste o le hiciste a mi amiga que llegó zombi a mi casa?” le pedí me dijera, en el fondo yo deseaba llegar a sentirme así.
“¡No, nada! Estuvimos cogiendo en el asiento de atrás, hay muy poco espacio, así que dejé que ella me hiciera lo que le gustaba y solo se me montó todo el tiempo, sin lastimarse.”
“¿Pero no bebió nada? Es increíble, me la noqueaste tremendamente, llegó como grogui, apaleada.”
“No, nada, solo la dejé me montara mucho tiempo. Al principio, y creo no se dio cuenta, me vine rapidísimo, pero la dejé seguir y seguir hasta que ella se vino a su gusto y yo también. No sé si estaba protegida, por eso le dejé mi venida toda por fuera, me dio cosa preguntarle si estaba protegida y yo no tenía condón a la mano.
“¡Hay bárbaro, le echaste bastante y me la dejaste bien batida! Como quien dice, para que también yo tuviera que disfrutar de tu semen, que a la mera hora sí fui yo la que se lo tuvo que limpiar. Y ahora confirmo de dónde tenía ese olor mi amiguita.”
“¡Tú déjame también ese olor, que es el de tu camioneta! ¡ECHAME MUCHO, quiero guardarlo, para que veas que yo también te quiero a ti. ¡Hazme tuya, lléname de tu semen! Deseo regresar a mi casa disfrutando de tu semen. QUIIEER OO JU UU GGAA RRR ÉEE LL, SEN TIR LLO dentRO de mi PPAA NNO CHITA. MMEEETERME LOS DEDOS Y AAAYYYY, me vengo otra vez!” No sé por qué sentí tanto, me estremecía, mi cuerpo se sacudía al estar sintiendo cómo me iba entrando ese semen. Yo lo montaba, mis piernas se me sacudían involuntariamente. ¿Pero qué tiene éste señor que nos pone así?
Ya era muy noche, Rodolfo me llevó a mi casa, nos despedimos con mucho amor ya frente a la puerta de entrada.
“¿Tendrás problema con tu marido?” me preguntó, todo preocupado.
“¡No creo, todo lo dejé bien preparado!” lo besé nuevamente y lo despaché.
Horacio, que ya sospechaba que yo andaba en alguna aventura, dormía pero dejó la luz de mi lado prendida y un chocolate en el buró y un post-it que decía, “te amo”, despiértame cuando llegues. Así lo hice
“Ahora arrúllame contándome cómo te fue, para que vuelva a dormir pero ahora soñando cómo gozaste tu aventura.”
“¡Espera, voy a asearme.”
“¡No, yo te quiero así, bien alimentada, llenita del semen que me guardaste, o ¿vienes embarrada de él? Ya sabes que soy fanático de verte cuando se te escurre el producto de tu aventura. ¿O ya se te salió?”
“¡Mi vida! No lo siento que se me haya salido, creo que si te lo estoy guardando, parece que sí me lo dejó pero bien adentro. Es para ti, él me lo dio para que los dos lo disfrutemos. Platicamos un rato sobre la pareja, y quedamos que todo lo que disfrutemos les corresponde siempre a los dos.” Le expliqué
“A mí me da mucho gusto de que goces y te llenen de semen, pero es tuyo, ¿cómo va a ser también mío, si yo ni lo tiento?” me dijo
“Pero siempre va a ser también tuyo.” Quedamos callados, yo me desvestí, solo estaba en calzones, unos pequeñitos, muy lindos, que sí estaban algo manchados, aunque muy poco. Horacio me jaló hacia él, me palpó mi entrepierna y confirmó que algo del semen del extraño me había quedado manchando mis calzoncitos, que apenas tenían la primera puesta.
El cansancio hizo que quedáramos dormidos, pero al despertar en la mañana, los dos a la carrera para ir a trabajar, noté, primero, que mis calzoncitos los tenía bajados hasta las corvas de las piernas. Yo no recordaba habérmelos dejado ahí, al baño ya no tuve tiempo de ir, pero lo más sorpresivo era que tenía semen embarrado entre mis piernas y en mi pubis. No pensé más, pero Horacio, que, aunque estábamos ya atrasados para salir, se arrimó a mí, y estaba casi desnudo, como siempre en las mañanas, me pidió con mucho cariño tuviéramos sexo, aunque fuera a la carrera.
“¿No te da algo de rechazo el que yo aún siga con el semen de otro?”
“¡No!, y ¿a ti? Es más, me excita. Ahora que no podía conciliar el sueño me dediqué a jugar con él. Te lo sentí muy excitante. Lo vas a tener que lavar, el olor también me excita, es diferente. Deseo me platiques a la noche.” Y tuvimos una sesión de sexo preciosa gozando de lo viscoso que sentíamos los dos.
“¿Lo sientes viscoso sobre tu piel?” le pregunté.
“Sí, muy excitante al pensar que sale de ti, del que otro te complació.” Contestó y me complementó mi carga.
“¡Qué lindo eres, nunca dejaré de amarte como hasta ahora!” le dije. “Te vas a ir ya, no sabemos cuándo nos volveremos a ver, solo nos queda el resto de ésta semana.”
Hoy, por la noche, partirán nuestros amigos rumbo a Ámsterdam. Yo tengo que presentarme a trabajar, ya Paty me apoyará por la mitad del día en que yo saldré para despedirme de estos españoles tan lindos.
Horacio y yo nos reunimos con nuestros huéspedes, almorzamos juntos y de despedida nos reunimos en su habitación, yo le llevaba a Altagracia otro reboso que ella dijo le gustaba, también de seda, liso de un color canela pálido y ella
“¡Mira, sé que te gustarán!” y me entregó un paquetito con pantis de los que le dije me gustaban. “No te doy los sostenes porque no los tengo de tu talla.”
Yo aún portaba el uniforme de la empresa pero tanto Horacio como Sebastián eran de la idea y deseo que me probara los pantis en mi cuerpo. Para darles gusto tuve que desvestirme, removerme los pantalones hubiera sido suficiente, pero por las porras que me dedicaron me comprometí y quedé totalmente desnuda. Me probé los pantis nuevos pero Altagracia ideó que había que quitarles la etiqueta, así que hasta esos me los tuve que quitar. Sebastián y Horacio inmediatamente se ofrecieron para acariciar mi cuerpo.
“¡Que hermoso se le ve el cuerpo y ese olor que desprende!” opinó Sebastián. Inmediatamente Horacio fue a mí, me besó y buscaba mi olor, que por el ambiente de trabajo y a pesar del desodorante que uso creo que sí tendría algún olor, aunque fuera ligero.
Primero Horacio me olió mi conchita. “¡UMM, que rica! Aún tiene el olor de ayer!” dijo riendo. Inmediatamente Sebastián se ofreció a olerme, “¡Que ricura, huele a fresca y a algún semen reciente!” todos rieron fuertemente, solo faltó Altagracia para hacer su veredicto, ella fue más directa y no solo me olió, también me estuvo lengüeteando mi vagina y sí dijo “Ese olorcito sí lo reconozco y su sabor es inconfundible.”
Para comparar nuestros olores le pedí a Altagracia que ella también se desvistiera, se quitara los chones y nos permitiera olerla. Era claro que nuestros olores sí eran diferentes y solo el olisquearnos era pretexto para reafirmar la despedida. Para aprovechar el tiempo recosté a Altagracia y le dediqué un buen tiempo gozando de su hermosa vagina, al yo estar ocupada con ella y encontrarme en una muy buena posición Sebastián la aprovechó y, sin avisar o pedir autorización se me fue incrustando lentamente. Lo sentía delicioso, no me movía, él seguía entrándome hasta que sus huevitos me acariciaban mi ano. Me lo sacaba y volvía a meterlo hasta que yo sintiera que me topaban sus huevitos nuevamente. Así continuamos, a un ritmo muy lento, pero muy placentero. Para vaciarse me lo metió por el ano y ahí me dejó ese poquito de recuerdo.
Mientras tanto Horacio se entretenía con Altagracia a la que a ratos le metía el pene por su vaginita, y otros por su ano diciéndole que era para que siempre se acordara de cómo se la follaron en su viaje. Altagracia rugía y gemía de placer hasta que llegó a un orgasmo muy intenso y abrazó a Horacio con mucha fuerza y lo besaba. Lo mantuvo abrazado por un rato, lo soltó y le pidió que le diera un poquito más, para no olvidarlo jamás.
Tomé los pantis y los olí con mucho fervor, también los tomo Horacio e hizo lo mismo.
“¡Huelen al mismo que les dejó su producto dentro!” dijo Horacio. No sé si en realidad sí le olieron al mismo semen de Rogelio, o solo lo dijo a ver si pegaba. Yo los olía con fuerza, así también Altagracia que afirmó que eran nuevos, sin uso previo.
“Sí huelen un poquito a Rogelio.” Dije yo, “a lo mejor se les pegó el olor al estar guardados junto con los ya usados.
“¿Rogelio? ¿El señor que las llevó en su vehículo a varias partes?” Preguntó Sebastián.
“¡Condenado tipo, ha de haber disfrutado de las dos!” opinó Horacio.
“¡Sí, ese mismo! Nunca lo olvidaremos, ¿verdad compañera Silvia?” Aceptó decir Altagracia.
“¡Bueno, por lo menos ya sabemos quién fue el afortunado que nos las hizo felices a las dos cuscas!” dijo Horacio.
“¿Por qué cuscas? Solo fueron unas aventuritas de unas damas fieles y amorosas de sus maridos.” Me atreví a opinar.
“¿Te gustó, o te pareció que te la hayan hecho feliz?” le preguntó Horacio a Sebastián. Las dos quedamos ansiosas a su respuesta.
“Viéndolo bien, que bueno que las hicieron goza a las dos putitas. Creo que ahora las amo más.” Remató Sebastián su estancia.
Carine y Marcelo eran una pareja liberal, de 46 y 48 años respectivamente. Practicaban el intercambio y tríos desde hacía 5 años. Aburridos con la monotonía del sexo monogamico empezaron a explorar el mundo swinger y nunca lo pudieron abandonar. Carine se sentía totalmente bisexual y disfrutaba con las mujeres de su edad aunque le gustaban mucho más las jovencitas pero no tenían mucha suerte para quedar con parejas o chicas más jóvenes. Marcelo sentía curiosidad por los hombres pero nunca se había animado. Le calentaba mucho ver como buenas pollas se follaban a su esposa, más de una vez se imagino probando una pero no pasaba de una fantasía.
Carine era una mujer alta, de más de 1,70 de altura, pelo negro largo, mulata, buenos pechos y curvas con unas caderas grandes y buen culo. Una mujer muy atractiva y sobretodo caliente. Marcelo se mantenía bien a su edad, era un hombre fuerte, media más de 1,80 hombros anchos y brazos fuertes, un poco de barriga, buenas piernas y un culo redondo. Su mayor atributo una polla de 21 centímetros y gruesa que era la fascinación de su esposa y de muchas mujeres con quienes había compartido su vida sexual los últimos años. Sobretodo por el morbo de probar una «BBC». Ambos eran de origen brasilero pero hacía más de 10 años que vivían en Argentina.
Julia y Diego eran novios hacía un año. Ella tenía 19 años y él 21. A pesar de su corta edad Julia había tenido relaciones con varios chicos. Desde su despertar sexual había tenido muchas experiencia incluida un trío con dos compañeros del instituto y últimamente su curiosidad por las mujeres iba en aumento aunque no había concretado. En cambio Diego sólo había estado con dos chicas aunque sólo con Julia había cobrado más experiencia. Julia estaba enamorada de él por ver en Diego un chico tranquilo, inteligente y con una personalidad más interesante que los jóvenes que había conocido antes, pero por momentos se aburría un poco en la vida sexual que llevaban. Le costaba mucho que Diego quisiera hacer algo distinto. Pasaba que Diego sentía cierta atracción por los hombres que nunca había querido asumir ni explorar por lo que tampoco se podía liberar junto a su novia.
Ella era una jóven hermosa, rubia de piel tostada, ojos verdes brillantes, muy risueña. Media 1,65 delgada con pechos pequeños con hermosos pezones rozados, vientre plano, piernas bien torneadas y lo mejor era su culo redondo y parado que era el deleite de todos los chicos de su edad y más grandes. Diego también era un lindo chico. Alto, delgado, un rostro lindo y lindas piernas al igual que su culito. Su polla de 16 cm la satisfacía a Julia aunque lo que más le gustaba era cuando le daba sexo oral.
Carine y Marcelo les gustaba pasar sus vacaciones en la zona serrana, alquilaban una habitación en un camping y se alejaban de la ciudad. Ese verano, a principios de enero cuando la pareja brasilera ya estaba instalada en el lugar, llegó la jóven pareja para pasar sus vacaciones en carpa (o tienda). Armaron su lugar, compraron unos víveres que necesitaban y fueron al río. Cómo siempre, Julia atraía la mirada de los hombres que no sacaban la vista de su culito y admiraban su belleza más en general. Y seguramente envidiaban a Diego. Pero no sólo los varones reparaban en ella. Carine no perdió detalle cuando la chica se sacó sus shorts y quedó sólo con el bikini. Se colocó sus lentes de sol para poder mirarla tranquila. Le dijo a su marido que observe a la chica y hacia comentarios en voz baja de lo bien que la pasarían con una jóven así además de que él tampoco estaba mal.
Esa noche la pareja de maduros estaba comiendo al aire libre en el camping y los jóvenes pasaron cerca de ellos. Carine no desaprovechó la oportunidad y sin consultarle a Marcelo los llamó con la excusa de pedirles una lámpara y poder sacar conversación. Se quedó hablando con Julia y luego los invitaron a comer. Buscaron unas cervezas y empezaron a conocerse. En las vacaciones la pareja de mulatos no buscaba sexo con gente nueva por precaución a generar una situación de conflicto y ya tenían sus amantes fijos. Tenían algunos intercambios con la pareja dueña del camping y Carine tenía sus propios amantes que en ocasiones la visitaba en su habitación con la aprobación de Marcelo. Pero esta vez Carine se sentía muy atraída por la jóven y Marcelo tampoco rechazaría una noche con esa pareja.
Las cervezas empezaron a correr y los cuatro se estaban divirtiendo mucho. Julia admiraba la belleza de esa pareja de maduros y no podía evitar sonreírles mirándolos a los ojos. Si fuera por ella aceptaría encantada una invitación a pasar una noche con ellos pero sabía que contaría con el rechazo de Diego. Éste la estaba pasando muy bien, le caían bien ambos y ni se le cruzaba por la cabeza la intención de los maduros ni sospechaba de los pensamientos de su novia, pero más de una vez durante la noche se imaginó como sería follar con esa madura y no podía evitar pensar en qué tamaño tendría la polla de él. Pero sólo para sus pensamientos.
Carine sabía que esa noche no iba a pasar nada. Eran jóvenes con poca experiencia y se podían sentir intimidados. Sin embargo notaba la mirada pícara de Julia. Pero estaba contenta de que al menos los habían conocido. Con unas cervezas de más dijo que se iba a la cama y antes al baño. Julia decidió acompañarla y Marcelo y Diego hicieron lo propio. Las cervezas empezaban a hacer efecto. Había varios baños de uso común y estaban un poco apartados de la zona de carpas y los cuartos. Por la hora estaban vacíos. El mulato y el jóven se pusieron a orinar en un mingitorio al lado del otro. Diego no pudo evitar observar de reojo la herramienta de Marcelo. Dormida tenía un tamaño y grosor considerables. Además la llevaba toda depilada. Por el efecto del alcohol, si aquel hombre quería algo con él, de seguro Diego hubiese aceptado con gusto. Pero no pasó de ahí aunque el hombre notó la mirada del jóven y un cosquilleo recorrió su estómago. Qué mejor que aquel lindo chico para estar por primera vez con un hombre.
Por su parte, Carine y Julia se quedaron hablando en el baño. La mulata se deleitaba con la belleza de la jóven. La quería poseer ahí mismo. Estaban las dos bastante cerca. Ella se aproximaba levemente y la jóven no se movía. Volvió a acercarse de manera más evidente y ella la miraba sonriente. Carine no lo podía creer pero estaba sucediendo. Por dentro dudaba porque podía acelerar de más la conquista pero por otro lado pensaba que si no era en ese momento a lo mejor no se podía repetir la oportunidad. Cobró impulso y arrimó sus labios a los de Julia que por dentro estaba esperando ese momento. Quería probar con una mujer y esa mulata le encantaba. Además siempre le atrayeron las maduras y quería estar con alguien de experiencia en su primera vez. Sus labios se unieron tímidamente al principio, sus manos permanecieron rígidas a los costados de su cuerpo. Con sólo sentir los labios de la mulata Julia se humedecio. No podía creer que se haya animado. Disfrutó de la suavidad de los labios y de a poco sintió la lengua de la madura haciéndose lugar en su boca. El beso se extendió y sus lenguas se masajeaban una a la otra. Era un beso cálido. Sus cuerpos ya estaban pegados y Julia puso sus brazos en los hombros de Carine y ésta la abrazó por la cintura y de a poco empezaba a bajar hasta su culo. Se moría por tocar esa cola que tanto la había hecho imaginar en la playa. Lo acarició por encima de los shortcitos de tela que traía Julia. Lo sintió firme y redondo. La mulata estaba muy mojada y empezaba a suspirar mientras se seguían besando, pero sintieron unos pasos que se acercaban y se separaron de manera brusca. A los pocos segundo una mujer entro al baño y ellas hicieron como si nada y salieron del lugar con el corazón un poco acelerado y riéndose. Julia quería seguir pero Carine la convenció de que podían verse al otro día. Se dieron un beso y cada una se fue con su pareja que ya estaban acostados. Julia no le dijo nada a Diego pero lo buscó para follar de lo caliente que estaba. Carine sí le comentó a Marcelo la escena del baño ante la incredulidad del mulato. Por dentro él pensaba que quizás también se le podría dar la oportunidad de estar con esa jóven. De sólo imaginarlo su polla empezó a crecer. Carine lo notó y comenzó a masajearlo y luego masturbarlo lentamente. Le preguntaba al oído qué se imaginaba y éste liberaba sus fantasías relatando el morbo que le daba pensar en su polla grande y morena entrando en el culito de Julia, ante la mirada de su novio. «Y también te gustaría el culito de Diego?» preguntó Carine. Y ahí Marcelo le relato la situación curiosa del baño, notando cómo el jóven le miraba la polla. «A lo mejor necesita una ayuda para probarla no crees? Tu puedes ser el macho que lo haga disfrutar de una buena polla». Las palabras de su esposa lo estaban calentando mucho y explotó en un orgasmo largando abundante semen. Esa noche follaron una par de veces imaginando compartir con esos jóvenes.
A la mañana siguiente Julia y Diego se fueron a hacer una caminata por la montaña y se reencontraron con la pareja de maduros en el río luego de almorzar. Julia admiraba el cuerpo boluptuoso de la mulata que hacía poco por esconderlo, pero también le gustaba Marcelo. Sobretodo quería ver lo que podía tener entre las piernas. Carine al verla se puso nerviosa como una adolescente. Temía que lo de la noche anterior sea sólo efecto del alcohol, pero esa incertidumbre se disipó cuando Julia y Diego se acercaron a ellos de manera natural. Volvieron a compartir esa tarde hablando de todo un poco y al atardecer Carine le propuso a Julia ir a hacer unas compras para volver a cenar juntos. La jóven, sin disimulo, la miro a los ojos sin abandonar su sonrisa y le dijo que sí clavando su mirada. Se subieron al auto de la pareja y se dirigieron al pueblo cercano. Marcelo se quedó un poco incómodo junto al jóven pero intentó actuar naturalmente. Sabía que algo iba a suceder entre ellas y estaba nervioso porque empezaba a ver a Diego con otros ojos, haciéndose la idea de cómo sería estar con un hombre.
Carine iba conduciendo con Julia sentada a su lado. En el camino de ida seguían conversando tranquilas aunque se percibía mucha tensión. Se miraban de reojo y sonreían nerviosas, como si algo hubiese cortado el clima que había en el baño la noche anterior. La mulata no podía dejar de ver las piernas tostadas por el sol de la jóven, pero no sabía cómo volver a recrear el clima sin decirlo explícitamente. Entre conversaciones y pensamientos llegaron al pueblo e hicieron las compras, pero de regreso Carine comentó que su marido sabía del episodio de anoche. Julia se quedó un poco perturbada pero eso le dio pie a la mulata para contarle que ellos hacían intercambios y que eran muy liberales. A Julia esto la tranquilizó pero le confesó que ella no había dicho nada, que le costaba mucho que Diego sea más abierto. La madura le preguntó si había estado con una mujer alguna vez y la jóven le dijo que no, pero que le gustaría. «Conmigo te gustaría?» dijo Carine. «Mucho» respondió la jóven. La respuesta la puso nerviosa, se miraron un instante a los ojos y la mulata quiso hacerla suya ahí mismo. Iban por la ruta, ya estaba oscureciendo y vio la señal de la entrada a un camino. Era una pequeño camino de tierra. El instinto la llevó a meterse por ahí y aparcar el auto a un costado. No había nadie a su alrededor. Se miraron nuevamente y sin mediar palabra empezaron a besarse. Lo hacían con pasión e intensidad. Ambas se tocaban las piernas. A Julia le agradaban esos muslos morenos y anchos. De un movimiento se cruzó de asiento y se sentó encima de la madura. Ahora estaban más cómodas para besarse y Carine aprovechó para tocar y apretar el culo de la jóven en toda su extensión. Julia tocaba los senos de la mulata por encima de su remera y ésta se la sacó para que la jóven los pudiera palpar más fácilmente. Eran grandes y redondos, un poco caídos pero mantenían firmeza. Le corrió el bikini para liberar uno de sus pechos y lo empezó a degustar pasando su lengua por su pezón que estaba erguido. La madura le levantó el vestidito de verano que la chica traía puesto y por fin pudo sentir con sus manos esa colita que tanto había deseado. Suspiraba y bajaba con su mano desde las nalgas hasta su rajita por encima de la tanga. La sentía muy húmeda al igual que ella. Se besaban en la boca, el cuello. Julia saboreaba sus tetas, le gustaba las manos de la madura explorando su cola. Carine bajó las tiras del vestidito de la rubia que no traía sostén y pudo rozar, tocar y lamer sus pezones rosados.
La jóven, sobrepasada de calentura, salió de encima de la madura y se dirigió al asiento de atrás, pasando su cuerpo entre los dos asientos delanteros. Se arrodilló quedando su culito entre las dos butacas delanteras y con su vestido cubriéndole la mitad de sus nalgas. La mulata se detuvo unos segundos admirando el cuerpo de Julia. Se le hacía agua la boca y no podía creer que la jóven le estuviera ofreciendo su culito, que estuviera esperando su lengua. Carine se sacó el pareo quedándo con un pecho desnudo y la tanga de su bikini que se perdía entre sus nalgas grandes y mulatas. Acercó su cara a la cola de la jóven que la esperaba con ansias. Subió el vestido hasta la cintura y empezó a tocar y besar las nalgas de la chica que suspiraba y gemía levemente. Quería que la madura la haga suya, de su vagina brotaban abundantes jugos que habían empapado su tanguita. Carine seguía pasando su lengua y apretando la colita de Julia. Quería que esos minutos fueran eternos. Lentamente bajó la tanguita hasta la altura de las rodillas quedando ante ella el agujerito rozado de la jóven y un coño perfectamente depilado. Pasó su lengua entre las nalgas, jugó en su agujerito y fue bajando hasta ese manjar. Olió su aroma como si se tratase de un perfume y lentamente posó su lengua en la vagina de la jóven lo que le provocó un gemido. Empezó a chupar, a pasar su lengua por cada pliegue de aquel coñito que no paraba de largar fluidos. La posición era un poco incómoda para poderle comer el coño en toda su extensión pero hizo un esfuerzo para llegar hasta su clítoris y tomarlo entre sus labios. Lo succionó suavemente y luego lo masajeo con su lengua. Julia gemía cada vez más fuerte. Era el mejor sexo oral que le habían dado en su corta vida. La mulata introdujo dos dedos que entraron con facilidad y con el dedo pulgar masajeaban su clítoris. Los movimientos de su mano eran acelerados porque sabía que en cualquier momento la jóven llegaría a un orgasmo. Julia estaba extasiada con su primer experiencia lésbica y se corrió entre gritos, gemidos, con sus piernas templando.
La jóven, entre los espasmos de placer se recostó en el asiento trasero. Su respiración seguía agitada. Carine se bajó del auto, por las dudas miró a su alrededor y estaban completamente solas. La noche estaba cálida con una leve brisa. Al sentirla en su cuerpo y en sus nalgas le dieron ganas de continuar la faena al aire libre. Abrió la puerta de atrás e invitó a Julia a bajar. Ésta se sonrió y se bajó del auto. Se empezaron a besar. La jóven ya se había desprendido de su tanguita por lo que no quiso sacarse el vestido. Mientras se besaban volvió sobre las tetas de la madura y con sus manos apretaba las nalgotas morenas de su amante. Le encantaba el cuerpo de la mulata y quería más. Empezó a frotar su coño por encima de la tanga de Carine. «Si bebé así. Querés probar mi conchita? Me querés comer?» La madura estaba que estallaba. Estaba apoyada contra uno de los laterales del auto con la jóven delante de ella. Ésta se arrodilló sobre la tierra quedando su cara frente a la entrepierna de la brasilera. Bajó su tanga y entre la poca luz que había pudo observar el coño rasurado de Carine sólo con una franja de mata negra en su pubis. El aroma a hembra era embriagador. Por fin iba a probar un coño. Empezó a pasar su lengua de manera suave. Cada roce eran fuertes descargas eléctricas en el cuerpo de la madura que intentaba abrir sus piernas para que la chica tuviera más acceso. Julia imitaba lo que acababa de sentir y pasaba su lengua por los pliegues de la vagina mulata de la madura. Capturó su clítoris entre los labios. Lo succionó mientras lo masajeaba con su lengua. Pero la madura necesitaba más fricción, en cualquier momento acababa. Con una de sus manos en la cabellera rubia de su amante presionó contra su coño y comenzó a mover sus caderas. Ahí estaba Julia arrodillada, con sus nalgas mitad cubiertas por el vestido y la cara hundida en la entrepierna de la brasilera que estaba acabando de manera ruidosa empapando su cara con los fluidos que brotaban como ríos de su coño. La chica reía de la emoción mientras más jugos entraban en su boca. Pero Carine quería más. Ayudó a pararse a Julia y la agarró de la mano dirigiéndose a la parte delantera. La mulata se recostó sobre el capó del auto abriendo bien sus piernas. Ofreciéndole todo su coño a la rubia que no se hizo esperar. Volvió a lamer su clítoris acompañado por dos y después por tres dedos. Agarraba sus muslos, los besaba. La madura no paraba de gemir. No le importaba si alguien las veía. Entre la oscuridad miraba cómo la jóven comía su coño y esa imágen la estaba llevando de al clímax. Movía sus caderas, gemía y sentía cómo pequeñas descargas de placer recorrían su cuerpo anunciando un nuevo orgasmo que nuevamente llegó con fuerza brotando abundantes jugos de su vagina. Carine quedó despatarrada con su coño palpitando, sus pechos salidos del sostén del bikini y una sonrisa en sus labios mientras su mirada se perdía en el cielo y una sonrisa quedaba dibujada en su cara. Iba recuperando la respiración y Julia la despertó de ese trance diciéndole que se apurara. Que se habían demorado demasiado y su novio estaría preocupado. La brasilera se incorporó lentamente, se acomodó sus senos, fue en busca de su tanga y luego se colocó el pareo. Julia se puso su tanguita y retomaron el regreso. Le sorprendió no tener ningún mensaje de su novio ni llamada perdida, pero en el camping Marcelo lo había tranquilizado para que no llamara e interrumpiera lo que sabía que estaba sucediendo.
Al llegar al camping las mujeres pusieron la excusa de que se les había parado el auto pero que no avisaron porque una pareja se detuvo a auxiliarlas. A Diego le pareció un poco «rara» la excusa pero decidió creer. Además él la había pasado bien en compañía de Marcelo quien le había contado algunas de sus experiencias swinger y lo habían calentado mucho. Ahora miraba con otros ojos a esa pareja y le había dado mucha curiosidad. Además no se sentía inseguro con ellos y creía que si compartieran la intimidad entre los cuatro no sentiría celos de ver a su novia con ese maduro. Más aún, sentía cierto morbo en verla a Julia con ese mulato. La cena fue tranquila y la jóven pareja volvió a follar como la noche anterior. Cada uno con distintas imágenes en su mente. Julia recordando detalles junto a Carine y Diego con los relatos del maduro. Por su parte, la mulata contó con detalles lo que había vivido con su jóven amante y terminaron follando de manera intensa.
Las dos parejas se despertaron tarde. Julia estaba un poco incómoda por no decirle nada a su novio pero en su mente quería probar si él sé animaba a compartir junto a la otra pareja, lo que despejaria el camino. Luego de almorzar la pareja madura los invitó a pasar el día en un lugar cercano con bellos paisajes y bastante apartado por lo que podían estar tranquilos sin mucha gente. La rubia aceptó rápidamente. Quería pasar tiempo junto a su nueva amante. Emprendieron el viaje hasta llegar a un río con poca gente, aguas calmas y profundas para bañarse. Cómo siempre el cuerpo de Carine y Julia llamaban la atención de los presentes. Las parejas estuvieron bañándose en el río, tomando unas cervezas y riendo. Bajó el agua las mujeres se daban algunas caricias, sentían mucho deseo de volver a estar juntas. Marcelo percibió que a lo mejor querían un poco de intimidad por lo que le propuso a Diego hacer una caminata por la montaña. El jóven no tenía muchas ganas pero el hecho de estar sólo junto a ese hombre en el medio de la montaña lo animó a aceptar y emprendieron el camino. En un momento se detuvieron para descansar y el mulato necesitaba orinar. Lo hizo a la vera del camino frente al muchacho que esta vez lo miró más descaradamente. Cuando acabó lo observó a los ojos y le sonrió levemente.
Se quedaron apoyados sobre la ladera de la montaña observando el paisaje. El maduro le empezó a contar que en ocasiones tuvo la curiosidad de estar con un hombre pero que nunca se había animado. Está conversación puso muy nervioso a Diego aunque quería que siguiera. Marcelo le contaba que quería saber lo que se siente tocar una polla pero no se había animado. Creía que eran sus prejuicios. «A ti no te ha pasado?» Diego se quedó callado. No sabía que responder y dejó la puerta abierta. «Puede ser, con algunos hombres». El mulato no se esperaba esa respuesta aunque percibía la curiosidad del jóven. «Conmigo por ejemplo?». Diego lo miró tímidamente, sabía que si seguía adelante cruzaría esa línea que tanto le había costado admitir. Sólo dependía de su respuesta: «es que me da un poco de miedo». «Con probar no perdemos nada no? Yo tampoco le hice nunca. Si no nos gusta al menos nos habremos sacado la duda». Esas palabras tranquilizaron un poco al jóven pero no sabía cómo actuar. Miraba el paquete del brasilero que empezaba a crecer bajo su traje de baño. Éste decidió tomar la iniciativa y se lo bajó dejando su polla morena a medias al desnudo. Sin esperar más, como si un instinto natural lo arrojara, el jóven extendió su mano y agarró la polla de Marcelo. La sintió gruesa y caliente. Notaba como crecía y se endurecía en su mano. Le gustó la textura y calor. El mulato suspiró. Le calentaba mucho la situación y su pija reaccionó rápidamente. Diego se sorprendió por el tamaño, le encantaba lo que estaba viendo y suavemente empezó a masturbarlo. «Te gusta?» Preguntó el brasilero. «Mucho» respondió él, que siguió con la masturbación. También estaba empalmado pero quería concentrarse en la polla del maduro. Mojó con saliva su mano y siguió dándole placer. Lo hacía a un ritmo suave. Pero le era insuficiente. Estando en esa situación quería probar más. «Quisiera probar algo» dijo el muchacho. «Lo que quieras» respondió el maduro. El jóven se arrodilló entre las piernas del mulato y pudo ver de cerca la dimensión de esa polla. Empezó a pasar su lengua por el tronco. Ésta palpitó al sentir esa caricia. Siguió recorriendo y se daba cuenta que le encantaba. De a poco la empezó a meter en su boca. Le entraba muy poco pero aún así hacía un esfuerzo para que entre más. Así estuvo unos minutos. El maduro gemia. Miraba a ese jovencito intentar comerse su polla y lo calentaba mucho. La situación de estar en el medio de la montaña en su primera experiencia con un hombre fue demasiado. Apartó al jóven de su boca, se masturbó unos segundos y abundantes chorros de leche brotaron de su polla yendo a parar al suelo. Fueron 6 o 7 chorros acompañados por espasmos y gemidos. Diego no podía creer la cantidad de leche que salía de esa polla. Observaba de cerca la fuerza de esa eyaculación. Marcelo fue recuperando la respiración y se subió su traje de baño. Quería ver la forma de devolverle el placer a su jóven amante pero Diego prefirió regresar.
Al regresar, las mujeres no estaban y Marcelo recuperando la señal de su móvil recibió un mensaje de Carine de que habían ido a caminar con Julia. Después se enteraría que la jóven le insistió para comerle el coño de nuevo y buscaron un lugar a solas río abajo. El mulato se imaginaba algo así por lo que fue a comprar unas cervezas para esperar a las mujeres. Diego se sentía muy a gusto en compañía de él. Le había gustado mucho probar su polla y fue el paso necesario para tener más confianza. El jóven le preguntaba si no le daba celos ver a su mujer con otros hombres y Marcelo trataba de que entienda que compartir esas experiencias en parejas había aumentado su confianza, mejorado la intimidad. Le preguntó al chico si le gustaba su mujer y Diego afirmó con la cabeza. El maduro sonrió y le propuso probar un intercambio. El jóven lo dudó. Sobretodo porque no sabía si estar con Marcelo frente a su novia. Pero dejó abierta la posibilidad con un «puede ser…». Al rato llegaron las mujeres caminando por el río. Bebieron todos juntos unas cervezas y regresaron al camping. Ahí Carine le contó a su marido la tarde junto a Julia y éste le confesó lo sucedido con Diego. La brasilera no salía de su sorpresa. Su marido había tenido la primer experiencia con un hombre y ella se lo había perdido pero no dejaba de alegrarse. Con esa información, fue a buscar a Julia que se encontraba conversando con su novio. Le propuso ir a bañarse y de camino a los baños le comentó la buena nueva. La jóven menos lo podía creer, porque no siquiera se lo esperaba. Nunca había pensado que a Diego le pudiesen gustar los hombres. Ahí le terminaron de cerrar algunos interrogantes sobre la personalidad de su novio. A lo mejor necesitaba liberar su deseo. La jóven no salía del asombro, pero lo que más la puso contenta es cuando Carine le dijo que Diego había dejado la puerta abierta para un intercambio. Julia se emociono porque también quería conocer la polla de Marcelo. Ambas rieron de manera cómplice y entraron al baño. Lamentablemente había más mujeres por lo que no pudieron bañarse juntas. Cada cual hizo lo suyo y regresaron con sus parejas y planificaron la cena.
Carine se encargó de comprar una buena cantidad de alcohol para que todos se desinhiban, sobre todo los varones. Luego de comer fueron hasta el río para seguir bebiendo. Estaba muy oscuro y estaban solos. La pasaban muy bien entre los cuatro y Carine propuso ir hasta su cuarto a jugar un juego. A ella le gustaban esas cosas porque sabía que era la mejor forma de calentar el ambiente la primera vez. Julia y Marcelo conocían las intensiones de la mulata. Diego lo sospechaba y por eso se había puesto nervioso, pero el alcohol lo relajaba un poco y si se llegaba a dar no había marcha atrás. Tenía que dejarse llevar.
Era un juego con dados y tarjetas. Algunas tenían prendas específicas para el oponente de la derecha o la izquierda de quién la levantara y otras tarjetas le daban la potestad de elegir la prenda y a quién se la hacía cumplir. La mayoría de las prendas pre establecidas consistían en sacarse una prenda. Por ejemplo «el oponente de la derecha deberá sacarse una prenda de la cintura para arriba. En caso de que no haya prendas por sacar, quien posea esta tarjeta podrá disponer de otra prenda de ropa o desafío a cumplir». Diego fue el primero en sacarse la remera, nada nuevo. La segunda fue Carine que se sacó su falda quedando con una tanguita blanca muy sexy que contrastaba con su color de piel. A Diego y a Julia se les hizo agua la boca. Además la mulata bailaba sexy mientras se sacaba su falda, moviendo sus nalgas muy cerca de los jóvenes. Luego Julia se tuvo que sacar el top y no tenía sostén por lo que sus tetitas quedaron desnudas. Al principio se tapó con sus manos pero de a poco se animó a mostrar su desnudez ante Marcelo, quien admiró sus pezones rosados y suaves, muriéndose por besarlos ahí mismo. Julia sacó una tarjeta dónde podía elegir. Y le ordenó al mulato que se sacará el bañador. Lo que no sabía la rubia es que Marcelo no traía ropa interior, por lo que dejó a ojos de todos su polla que estaba en el proceso de aumentar su tamaño. Los ojos de la jóven miraban de reojo semejante herramienta y para esta altura Julia se empezaba a mojar. La próxima en poder sacar tarjeta fue Carine y también podía elegir la prenda y el oponente. Decidió calentar un poco el juego y le ordenó a la rubia que tocara la polla de su marido hasta que se pusiera dura. A Diego, lejos de molestarle, le calentó mucho la situación. Veía como las pequeñas manos de su novia empezaban a tocar la pija de ese mulato que se ponía más gruesa y larga. Julia estaba muy caliente, tenía una necesidad muy grande de chupar ese aparato pero una vez que estaba dura Carine interrumpió.
El juego continuaba, Carine tuvo que sacarse su remera quedando con un pequeño sostén que apenas le cubría sus senos, luego Diego se sacó sus shorts quedando sólo con su boxer y la jóven se sacó los suyos, pero lo hizo de manera sexy mostrando su perfecto culito cubierto con una tanguita roja. Esa imágen hizo que se le ponga dura de nuevo a Marcelo. Ahora era Diego quien elegía prenda y sorprendió a todos cuando le ordenó a su novia que se la chupe al maduro. A pesar de estarlo deseando, la chica se puso colorada y sonrió. Pero no se detuvo y se acercó a gatas hasta el brasilero que se encontraba sentado en una silla. Parando su colita llegó hasta esa verga que palpitaba, la acarició de manera suave. Marcelo suspiraba. La voz de la chica era muy melosa, estaba que hervía. «Que grandota que es» dijo antes de empezar a pasar su lengua a lo largo del tronco. Carine aprovechó la situación y se paró detrás de Diego que no se perdía ningún detalle y le empezó a hablar al oído…»te gusta cómo se la come? Se que a vos también te gusta, hoy la vas a poder compartir con la putita de tu novia». Mientras le decía esto lo empezó a tocar. El jóven estaba muy empalmado. Julia estaba pérdida en esa polla que chupaba con pasión. Carine sabía que el juego estaba terminado y empezaba lo mejor. Agarró al jóven de la mano y fueron a dónde estaban sus parejas y le dijo al oído «se que te mueres de ganas por probarla de nuevo, Marcelo me lo contó todo. Déjate llevar y comparte la polla con tu noviecita». Diego se agachó y se arrodilló al lado de su novia. Julia, al sentir su presencia sonrió y miró a su novio. Con su mano acarició la cabeza del jóven y lo invitó a chuparla. Éste lo hizo tímidamente y su novia lo acompañaba. Entre los dos empezaron a pasar la lengua por el tronco de esa verga mulata. Carine no perdió el tiempo y se puso detrás de la rubia. Ver a esos dos jóvenes comiendo la polla de su marido la había calentado como pocas veces. Bajó la tanguita de Julia y vio su coño empapado. Empezó a comer su colita, pasando su lengua por el agujerito rosado de la chica que gemia mientras seguía disfrutando de aquella pija. La mulata le comía su culito mientras empezaba a introducir dos dedos en su coño. La jóven le dijo a su novio «seguí vos bebé, que quiero que me chupen la conchita». Julia se incorporó, tomó de la mano a la madura y se fue a la cama recostandose boca arriba con sus piernas abiertas invitando a Carine a que le coma el coño. Al verlos, Marcelo hizo lo mismo, acostándose al lado de la chica y Diego se colocó entre sus piernas para seguir chupando esa verga. El jóven chupaba la polla del maduro ante la atenta mirada de su novia que estaba siendo comida por esa caliente madura.
Así estuvieron un par de minutos, los gemidos y suspiros recorrían todo el cuarto. Carine interrumpió lo que estaba haciendo dejando sóla a su amante quien observaba cómo la madura se ubicaba detrás de Diego, le bajaba su boxer dejando su culito parada y desnudo y lo empezó a chupar. A éste le agradó mucho esa sensación y se dejó hacer mientras intentaba tragar todo lo que podía de aquella herramienta. Julia sonrió interpretando lo que pretendía aquella mulata viciosa. Pero quería seguir recibiendo placer por lo que se sentó en la cara del maduro dándole la espalda a su novio. Quien miraba como el coñito de su novia se depositaba sobre la boca de aquel hombre que le empezaba a hacer sexo oral y le agarraba con fuerza su culito. Carine dio un paso más y empezó a introducir un dedo en el culito del chico. Éste se sobresaltó un poco pero le agradó la sensación. Ante la luz verde del muchacho la madura sonrió de manera viciosa y continúo con el proceso de dilatación, metiendo dos y luego tres dedos. Diego sabía lo que venía y en el fondo lo deseaba desde la tarde. Quería sentir esa pija dentro suyo. A todo esto Julia empezó a frotar con más fuerza su coño sobre la boca del maduro hasta acabar en un intenso orgasmo. Marcelo no podía aguantar mucho más pero quería esperar, quería probar el culito de ese jóven y sabía que su esposa moría por ver esa escena. Ésta le hizo una seña e interrumpió la mamada para irse detrás del jóven junto a su esposa. Ahí estaba Diego con su cabeza en el colchón y su culito parado. Detrás esa pareja madura. Carine seguía metiendo y sacando sus tres dedos con más fuerza logrando una buena dilatación. Julia estaba recostada en la cama al lado de su novio recuperándose del orgasmo, pero observaba lo que estaba por pasar.
La madura agarró la polla de su marido y la ubicó a la entrada del agujerito del jóven que suspiraba sabiendo lo que se venía. Marcelo hizo un poco de fuerza y su herramienta empezó a abrirse paso al interior de Diego. Metió el glande y el chico dio un gritito de dolor. El mulato se detuvo para que se acostumbre, pero el paso más importante ya estaba dado. Carine estaba empapada y no había recibido ningún estímulo, por lo que se quitó su tanga y abrió sus piernas frente a la cabeza del Diego que al ver ese coño comenzó a chupar. Le encantaba el olor a hembra que emanaba a la vez que iba sintiendo como esa verga se abría paso en su colita quitándole su virginidad anal. Julia fue detrás de su novio para no perderse detalle de esa polla mulata entrando en el culito blanco de su novio. Ya había entrado bastante. La.rubia acariciaba la espalda de Diego, el mulato empezaba de a poco a moverse y los gemidos del muchacho se ahogaban en el coño de Carine que le encantaba la chupada que estaba recibiendo. Nuevamente el cuarto era un coro de gemidos. Diego ya no podía concentrarse en esa chupada de coño. El placer anal que estaba recibiendo era muy fuerte. Estaba gimiendo sin parar mientras el mulato aumentaba el ritmo del mete saca. Sentía las fuertes manos de aquel hombre en su cintura e intentaba mover sus caderas acompañando las embestidas. Marcelo estaba a punto de explotar, le gustaba mucho como su verga era albergada por ese culito. Carine al ver qué el chico había abandonado su coño le hizo una seña a la rubia que lo reemplazó con gusto. Hundiendo su cara entre esos muslos mulatos y tomando entre sus labios el clítoris de la mujer.
Marcelo no pudo aguantar más y empezó a regar el ano del jóven con potentes chorros de leche. Su cuerpo se retorcía de placer mientras que Diego no paraba de gemir. La escena y la lengua de su jóven amante hizo que Carine también estallara en un orgasmo. De a poco el mulato fue saliendo de la colita del jóven de la que brotaba un río de semen que bajaba por sus piernas. La rubia, más guarra que nunca, se puso detrás de su novio para observar cómo le había quedado el agujerito mientras recogía con su lengua la leche. «Uy miamor, te dejaron la cola re abierta. Te sale mucha leche». El chico era el único que no había terminado y estaba en el centro de un huracán de placer. La cogida que había recibido, las palabras y la lengua de su novia recogiendo esos fluidos eran demasiado. Su novia lo puso boca arriba y lo empezó a cabalgar para ayudarlo a correrse. No necesitó mucho tiempo. A los segundos Diego estaba largando su leche en el coño de la rubia, quedando fuera de combate por un tiempo.
Con su ano ardiendo y habiéndose corrido, Diego necesitaba ir a los baños por lo que se colocó sus shorts y salió del cuarto. Iba tranquilo, disfrutando esa rica sensación en su culito y feliz por lo que acababa de vivir. En la habitación, Carine le comía el coño a la rubia degustando la corrida de Diego que se había alojado en su interior. Marcelo se empezaba a recuperar y acercó su polla a Julia para que lo ayudara a recuperar su erección. Ésta lo hizo con gusto mientras recibía la lengua de la mulata a quien se le estaba convirtiendo en adicción chupar el coño de la jóven. La polla del mulato fue recuperando dureza y quería follar a la jóven, pero antes fue detrás de su esposa y la cogió con fuerza. Le encantaba agarrar y nalguear su culazo mientras la follaba. Disfrutaba mucho del cuerpo de su esposa y más aún cuando está gozaba con otra persona como lo estaba haciendo ahora. Julia gemia mientras era chupada por la madura pero ella también quería recibir esa polla. Estaba acostada boca arriba con el rostro de la multa entre sus piernas y el maduro estaba detrás de su esposa, por lo que la jóven y Marcelo podían verse directo a los ojos. Ella le sonreía de manera pícara. Se mordía su labio inferior de manera sensual y no le quitaba los ojos. Sin dejar de mirarlo le dijo a Carine: «amor, me prestas un rato la polla de tu marido?» «mmm bebé, es toda tuya, pero con una condición. Quiero que te haga lo mismo que al putito de tu novio». «Ay si, me encantaría sentirla en mí colita». La conversación lo puso como un toro a Marcelo. Se salió del coño de su esposa y se acostó en la cama. La rubia se puso encima de él para empezarlo a cabalgar. La polla del mulato empezó a entrar en su coñito. Julia se sentía llena, nunca había recibido una pija de ese tamaño. Lo cabalgaba lentamente hasta acostumbrarse. Carine se sentó arriba de de la cara de su marido tapandosela con su culazo. Se sentó de frente a la jóven para poder besarse mientras ambas recibían el placer de aquel hombre. En eso estaban cuando Diego regresó del baño. La primera imágen que vio fue la espalda de su novia y su perfecto culo rebotando encima del mulato. Esa sóla imagen lo calentó mucho. Se quedó observando la escena, escuchaba los gemidos de su novia que se besaba con la mulata y le decía «me gusta mucho la pija de tu marido, quiero que me la prestes todas las vacaciones». La rubia estaba sintiendo mucho placer hasta que el éxtasis del orgasmo la dominó, sus ojos estaban en blanco, su cuerpo se contraía. La mulata la observaba y la abrazó. Cuando los espasmos del placer empezaron a desaparecer, la corrió de la pija de su marido y abrazadas como estaban se acostaron juntas. Julia estaba rendida entre los brazos y las tetas de la madura. Solo decía «que rico, que rico». Se besaban tiernamente. Pero Carine y Marcelo querían más. Y ahora Diego también. Mientras las mujeres estaban acostadas, el mulato hizo una pausa y se fue hasta al baño mientras que Diego tomaba una cerveza y fumaba un cigarrillo, encantado de verla a su novia disfrutar así con el hombre que minutos antes lo había hecho gozar a él.
Marcelo regresó con ganas de más. No había podido terminar y seguía muy caliente aunque su herramienta había perdido erección. Al ingresar al cuarto se sacó el traje de baño y le ofreció su polla a Diego que quería volver al combate y además no querían molestar a las mujeres que seguían acostadas abrazando y besandose tiernamente. Diego empezó a chupar, tenía el culo un poco dolorido pero quería sentir nuevamente a ese hombre. Lo chupaba con decisión, ya no había nada que le impidiera gozar con ese mulato. Diego lo quería cabalgar como lo había hecho su novia. El maduro se acostó en la cama al lado de las mujeres y el jóven se sentó arriba. La polla mulata ya estaba bien erguida y Diego ensalivo sus dedos y fue abriendo su agujerito que no costó mucho.
Julia recuperaba sus fuerzas y veía esa escena y empezó a calentarse de nuevo. Le encantaba ver a su novio disfrutando de una buena polla y sabía que de ahora en más todo cambiaría. Carine le hacía masajes y besaba su espalda. Esto la relajaba pero también la calentaba mucho. La madura bajaba de a poco hasta llegar a su cola a la que también se estaba volviendo adicta. Recorría cada centímetro y empezaba a jugar con su ollito. Mientras, Diego iba metiendo de a poco la polla de Marcelo en su ano. Ahora podía sentir como el calor de ese aparato lo iba invadiendo, cómo se iba abriendo su interior generandole un placer profundo y desconocido hasta entonces. Subía y bajaba de la pija del mulato. Éste aguantaba porque quería volver a estar con Julia, además veía como su mujer la empezaba a dilatar. Marcela metía sus dedos en la colita de la rubia que se dejaba hacer. Permanecía pasiva mientras cómo se follaban a su novio. Ya estaba húmeda de nuevo y le gustaba la sensación de los dedos de la mulata en su ano. Le encantaba el sexo anal y lo practicaba con frecuencia con Diego y lo había hecho con otros amantes pero nunca con una polla así. Sabía que necesitaba una buena dilatación previa. La madura ya le estaba metiendo tres dedos y los movía en círculos y los hacía llegar profundamente para abrir su colita. Julia empezó a gemir y a mover su caderas.
Ahora Diego estaba boca arriba con sus piernas abiertas al borde de la cama mientras que el mulato lo penetraba con fuerza. El jóven empezó a experimentar algo nuevo. Su pene dormido que bailaba al compás de las embestidas del maduro, estaba por eyacular. Era un placer profundo el que nacía desde su próstata. Gemía y gemía mientras que de su pija dormida comenzó a brotar leche que se iba depositando en su abdomen. Un orgasmo nuevo, diferente, extremadamente placentero. Sus gemidos fueron apagándose y quedó rendido en la cama. Marcelo se la sacó de a poco y buscó a Julia que seguía recibiendo la masturbación anal de Carine. Ésta se corrió y dejó que su esposo se pusiera encima de ella. La rubia estaba acostada boca abajo con su colita parada y al lado de su novio que sólo podía observar. El mulato puso sus piernas a ambos lados del cuerpo de la rubia y colocó su polla en la entrada de su culito. Primero frotó su herramienta en esas hermosas nalgas para luego empezar a entrar. Julia gemia más fuerte y aceptaba con agrado la polla de Marcelo. Sentía un poquito de dolor pero nada fuera de lo normal, estaba bien dilatada. Se sentía abierta como nunca antes y sólo había entrado la mitad. El mulato se comenzó a mover. Julia miraba a su novio diciéndole que le gustaba mucho, que le estaba abriendo la colita como nunca antes. Esas palabras la calentaban en primer lugar a ella. Carine se masturbaba, disfrutaba viendo a su esposo entrar en la colita de su jóven amante. Quería más estimulación por lo que le pidió a Diego sentarse en su cara. Éste estaba con pocas fuerzas pero aceptó con agrado la propuesta. La madura colocó su culo en la cara del joven y se empezó a frotar de manera frenética viendo cómo su esposo empezaba a acelerar sus embestidas y la jóven chillaba de placer. Éste salió de adentro, la dio vuelta y la levantó de manera que Marcelo quedó parado y las piernas de Julia alrededor de su cintura colgando de él con sus brazos rodeando sus hombros. Con una de sus manos guió su polla hasta la entrada del culito de la jóven y la volvió a penetrar. Entró con facilidad y la rubia se sentía en el cielo. Nunca la había penetrado así. Sentía cada centímetro de aquella polla entrar por su culito. Carine no daba más, se movía encima de la cara de Diego y con sus dedos frotaba su clítoris hasta acabar ríos en la cara del jóven que los recibía con placer. Cuando la madura salió de su cara pudo observar a su novia colgando de aquel hombre fuerte que la penetraba en profundidad. Luego la acostó y la siguió penetrando analmente. Julia se tocaba para complementar el placer que estaba recibiendo y volvió a correrse entre gritos de placer. Marcelo tampoco aguantaba más, había sido mucho tiempo follando y descargó fuertes chorros de semen dentro de Julia.
De a poco salió de ella. Estaban todos rendidos. Julia casi dormida. Diego prefirió que su novia se quedase ahí y saludando a la pareja madura fue para su tienda. Sólo quería acostarse y descansar. La rubia se quedó dormida junto a la pareja. Cuando despertó sonrió de felicidad. Estaba entre esas dos personas que tanto placer le habían dado. Ya era de día y en el camping había mucho movimiento. Se cambió sin hacer ruido y fue hasta la tienda para estar junto a su novio que seguía dormido. Quedaban mucho días de vacaciones y una vida para seguir explorando su sexualidad. El placer compartido entre esas cuatro personas estaba empezando…
Hace cosa de un año que me mude de ciudad por trabajo. Aunque los comienzos siempre son difíciles cuando no se conoce a nadie, debo decir que tuve mucha suerte cuando conocí a Manu.
Una noche en la que estaba más que aburrida, entre en un chat y allí estaba. La verdad es que tuvimos mucho feeling desde el comienzo. Después de un buen rato mensajeando, nos intercambiamos el número de teléfono y nos llamamos. Parecía como si nos conociéramos de toda la vida. Es un chico con el que puedes hablar de todo y con el que me rio muchísimo.
Nuestra primera cita fue a la semana de conocernos, en una cafetería que hay cerca de casa. Lo que había por mensajes o llamadas, solo hizo que se fortaleciera mucho más cuando nos vimos. Es un chico que mide 1´85, ojos verdosos, espalda ancha, grandes brazos, un bonito culo, moreno y pelo no demasiado corto que le encanta llevarlo siempre engominado y hacia arriba. Tiene ese aire canalla que tanto nos gusta a las mujeres, pero cuando le conoces, te das cuenta de que no tiene nada que ver. La verdad es que de esos chicos que es difícil no mirar, salvo que no tengas ojos en la cara.
Fue un café que terminó en otros cuantos. Intentábamos quedar siempre que podíamos. Le invite a cenar en alguna ocasión, en la que termino quedándose a dormir en casa y en la que compartimos cama. Nos convertimos en amigos que follaban cuando nos parecía, pero nunca nos consideramos follamigos. Sé que es lo mismo, pero nunca nos gustó esa palabra.
La verdad es que cada uno llevaba su vida, sin meternos demasiado en nuestras cosas.
Un día salgo del trabajo y al encender el móvil me entran avisos de llamada y mensajes de Manu. Seguido empieza a sonar el móvil y es el.
-Hola Paola! ¿Haces algo esta noche?
-Hola Manu! Estoy muy bien, gracias
Manu se ríe e imagino su risa. Tiene unos labios carnosos que invitan a quedarte a vivir en ellos. Y no es broma, son un pecado.
-Perdona Paola ¿Qué tal estas?
-Muy bien. Creo que a ti mejor no te pregunto. ¿En que estabas pensando?
-¿te apetece salir a cenar y tomar algo?
-¡¡¡ohhh siiii!!! me encanta la idea. Necesito salir y desconectar, estoy muy agobiada del trabajo.
-¡¡¡Genial!!! ¿Te parece bien si paso a buscarte a eso de las 22 h? – me dice
-Perfecto. Aunque no me dejas mucho margen. ¿Necesito ir muy arreglada para esa cena?
-No, pero ponte sexy. – le escucho sonreír.
-Está bien, nos vemos en un rato. Un beso – y le cuelgo
Subo caminando, tardo unos 15 min hasta casa. Hace una noche fantástica. Es lo que tienen los sitios de costa. Mientras camino voy pensando en la propuesta de Manu. Él y sus planes rápidos. A saber dónde me llevara.
Al llegar a casa me meto en el baño y lleno mi mini bañera. Le pongo sales, aceites y un buen chorro de un gel especial para baño de canela, naranja y especias. Ufffff yo creo que es afrodisiaco, porque me pongo cachonda solo de olerlo. Enciendo unas velas, pongo música cañera y me desnudo. Me recojo el pelo en un moño y cojo una coca cola de la nevera. Camino por la casa desnuda. De nuevo en el salón enciendo la lamparita y apago la luz del techo. Vuelvo al baño y me meto en la bañera. Dejo la bebida cerquita y me hundo en el agua.
-Por dios como necesita esto ¡que gusto!
Estoy como 30 min relajándome de un largo día. Huelo mi piel y me lamería a mí misma. Mi piel esta suave y huele de vicio. Tiro del tapón y mientras desagua la bañera, me lavo el pelo. Me pongo una toalla en la cabeza y me seco un poco el cuerpo. Hace calor y prefiero seguir desnuda.
Me voy al cuarto y preparo la ropa que me voy a poner. Cojo un vestido de tirantes finos con un bonito escote y parte de la espalda al aire. Abro un cajón y saco un tanga de encaje negro. Es un triángulo grande delante y otro más pequeño detrás, con un par de hilos a los lados muy finos. Lleva un sujetador sin tirantes a juego también de encaje negro. El vestido es ajustado, pero no de forma exagerada. Es estampado de color blanco y negro. Lo dejo todo sobre la cama y elijo unas sandalias de cuña con tiras finas y correa al tobillo de color negro.
Salgo del cuarto y caminando hacia el baño me quito la toalla de la cabeza. Deslizo los dedos por mi pelo como si fueran un peine, me lo seco, lo sujeto con una pinza y me maquillo. Me maquillo de forma suave, nada recargado. Me miro al espejo y pongo el rímel de pestañas. La verdad es que tengo un pedazo de pestañas. Sonrío y me pongo el labial rojo. Me encanta. No tengo una boca grande, pero mis labios son carnosos. Me gusta como ha quedado.
Miro el reloj y veo que no tengo mucho tiempo. Voy al cuarto y me visto. Mientras me pongo las sandalias, Manu me llama y me dice que está abajo. Paso de nuevo por el baño, suelto mi pelo y lo cepillo. Es un pelo lacio que no necesita muchos cuidados y siempre luce bien. Me pongo mi perfume favorito y sin perder el tiempo bajo. Está en la misma puerta.
-Qué suerte has tenido, no?
-Guauuuu estas muy guapa.
– Gracias Manu.
Subo al coche y le doy un pico.
-Donde me vas a llevar? – le digo
-Había pensado llevarte a un argentino en el cabo. Hace un par de semanas estuve en él y me acorde de ti. Sé que te va a gustar.
Terminamos en ese pedazo de restaurante. El trato exquisito. Cenamos entraña a la parrilla y unos entrantes variados típicos de argentina. La cena transcurrió tranquila, charlando y poniéndonos al día de todo. Al terminar me dijo que me iba a llevar a un sitio a tomar una copa. Me dijo que era una sorpresa y que lo vería al llegar. Fuimos en coche hasta allí y aparcamos justo al lado. Caminamos hasta la puerta y cuando veo el nombre, le miro sorprendida.
-Tengo que reconocer que mi inglés es nulo, lo mío era el francés y básico. ¿Qué es un local swinger? – le pregunto.
Había un gran cartel en la puerta que ponía eso. Yo no había oído hablar de ningún sitio como este.
-Paola, solo vamos a tomar una copa. Te lo prometo. Si pasa algo más, será porque tú lo decidas. ¿Vale?
-¿Pasar qué?
Me agarra de la mano y tira de mí.
-No es nada malo. Te lo prometo.
Le miro un tanto desconfiada, pero accedo a entrar. Unos metros antes de llegar a la puerta nos recibe un hombre corpulento. Esta justo en la parte de arriba de los escalones que dan acceso al local. No sé si la ropa es de una talla menos, se le ajusta demasiado o le sobran músculos. La cuestión es que impone. Nos dio las buenas noches y nos dejó entrar. Justo en la puerta, antes de entrar hay una chica cobrando las entradas.
Entramos al local. Es una sala con luz media. Hay una barra al entrar, justo frente a la puerta. A un lado de la barra hay unos cuantos hombres bebiendo. Yo camino de la mano de Manu y me lleva al otro lado de la barra. Se acerca el camarero y nos pregunta lo que vamos a tomar. Manu sabe lo que suelo tomar y lo pide.
Le miro extrañada, no entiendo nada. Es la primera vez que entro en un local de este tipo. Nos sirven las bebidas y Manu intenta hablar de cualquier tema para que me relaje. Al final me cuenta un poco.
-¿Ves los hombres que están en aquella parte de la barra? – me dice
Miro hacia ellos y el sigue contándome.
-Al local puedes entrar, solo como ellos o acompañados como nosotros. Detrás de esa puerta, –me dice indicando una puerta que queda a mi derecha. Si cruzas esa puerta, todo cambia. Solo la cruzaremos si tú quieres.
Justo en ese momento se acerca una chica y se pone a hablar con nosotros.
-Hola! ¿Es la primera vez que venís al local? –Nos dice
-Yo no, pero ella sí. – Le dice a la chica
– ¿Te gustaría echar un vistazo? Si te parece bien, puedo enseñarte el local por dentro y así decidís si queréis estar dentro o aquí.
Manu me mira fijamente mientras le dice a la chica
-Solo entraremos si ella así lo decide.
La chica me mira y comienza a hablar
-Que entres no implica nada. Puedes entrar, mirar y si no te gusta lo que ves, pues sales.
Miro a Manu sin saber muy bien que hacer. Aunque tengo claro, que si me ha llevado hasta allí, es porque quiere entrar al otro lado de la puerta.
-Está bien, quiero ver el local. – le digo
-Genial. Acompañarme. – nos dice
La seguimos y cruzamos la puerta sin saber muy bien que iba a encontrar detrás. Mis sentidos se agudizan al escuchar jadeos y gemidos que vienen del interior. No puedo evitar mirar a Manu. El aprieta mi mano mientras seguimos caminando con la chica.
-Hay sitios que no puedo mostrar por privacidad. Justo en esa parte hay reservados en los que las parejas entran solas o acompañadas por un chico, chica o pareja. Por esta otra parte hay apartados en los que las parejas están sin esconderse de nadie y se dejan llevar. Son espacios en los que pueden estar solos o invitar a otras personas que se unan. Justo en este punto nos tenemos que parar. No podemos cruzar hacia esa parte. Como veis, están los reservados que os digo y al fondo a la izquierda hay un gran jacuzzi que podéis usar a vuestro antojo. Justo por aquí están las taquillas en las que podéis dejar todas vuestras cosas. Decir que las personas que se encuentran en el local son muy respetuosas, que jamás van a decir o hacer nada que no se le diga o les inviten. Se pide lo mismo que vais a recibir. No nos gustan los problemas y hasta la fecha no ha habido ninguno. Si decidís entrar, os puedo dar unas toallas y zapatillas. No se puede estar con ropa dentro del local, solo las toallas.
Después de tanta información, de ver todo lo que mis ojos habían visto y los sonidos que agudizaban mis instintos más primitivos y animales, sin mirar a Manu le digo a la chica que sí.
-Sí, quiero entrar y quiero saber cuál es mi taquilla.
La chica me indica la taquilla y vuelve con las toallas y zapatillas. Se marcha y nos deja solos.
-Estas segura Paola? – me pregunta Manu
-Sí, creo que sí. Ya me arrepentiré después
Nos desnudamos, guardamos la ropa en la taquilla y nos colocamos la toalla. Manu me mira y señala el enorme Jacuzzi. Es un jacuzzi de obra, en alto y con asientos por todos los laterales.
Justo en los escalones de entrada, debíamos quitarnos las toallas y dejarlas fuera. Dentro había dos hombres.
Yo miro a Manu toda roja y sin querer quitarme la toalla con esos dos hombres dentro.
-Vamos Paola, todos están desnudos. No pasa nada.
Me armo de valor y me quito la toalla dejándola a un lado junto con las zapatillas. Entramos al jacuzzi y no quise mirar si esos hombres me estaban mirando. Pero qué tontería ¿a quién pretendo engañar? Seguro que si lo hacían.
Nos ponemos justo dando la espalda a todos esos reservados. Manu está a mi derecha y los dos hombres están a mi izquierda en el otro lateral.
Reconozco que estoy demasiado excitada. Esta situación me supera. Siento como Manu desliza la mano por mi muslo hasta mi coño y lo toca. Yo le miro y él sonríe.
-Vamos siéntate sobre mí. – me dice
Me muevo y me siento sobre Manu. Mis rodillas quedan sobre el asiento, mirándolo de frente y con las vistas de todos los reservados y parejas follando, tocándose, besándose, etc
Mi cara debe de ser un show, porque Manu se ríe. Yo le beso y siento como sus manos recorren mi cuerpo. Agarran mi culo con fuerza apretándome contra él.
-Ufff -siento lo empalmado que esta y gimo. Mi piel se eriza con fuerza y mis pezones se ponen como piedras de duros.
Manu desliza la mano por mis caderas y sube por mi espalda. Me arqueo siguiendo el movimiento de sus manos y gimiendo sin poder evitarlo y sin importarme quien está cerca. Estoy muy cachonda. Demasiado. Me muevo sobre él, restregándome en su polla. Cuando aprieta mi culo para meterse un pezón en la boca, coge su polla y la mueve hasta la entrada. Mis manos están en sus hombros y mis dedos se clavan cada vez que me estremezco. Llego a sentir escalofríos. Cuando siento su polla en la entrada, me dejo caer y me la clavo hasta el fondo. Quedo empalada en su polla mientras empuja mis caderas hacia abajo. Le beso ahogando mis gemidos. Empuja y la siento hasta lo más hondo. Gimo con fuerza.
-Ufffffff -resoplo
Miro hacia delante y me vuelven loca las vistas que tengo. Todos pasan de todos y solo se centran y dar y recibir placer. Mi coño se contrae con fuerza en su polla. No es una polla enorme, pero es de buen tamaño. Comienzo a subir y bajar sobre Manu. Comienzo a follarmelo, pero siento tanto placer, que no puedo evitar moverme cada vez más rápido.
Manu ve que muero de placer por todo lo que me rodea y comienza a moverse. Agarra mi culo y mueve su cadera embistiendo. La piel me duele de lo erizada que esta. Acompaña los movimientos de mi cadera para chocar en cada uno de nuestros movimientos y le siento llegar hasta el fondo. No puedo aguantar más. Mi cuerpo se tensa, gruño y estallo con fuerza. Estrangulo la polla con mi coño de lo fuerte que se contrae. Me besa para ahogar mis gritos y mi corrida descontrolada. Me agarra fuerte mientras se corre y estalla dentro de mí. Veo como echa su cabeza hacia atrás. Manu aun corriéndose, su polla sigue dura. Con lo cual consigue alargar e intensificar mis orgasmos. No dejo de moverme sobre él. No dejo de gemir en ningún momento y retorcerme de placer. Sigo por un rato más. Mi coño no quiere dejar de correrse. Después de un ratito, quedo sentada sobre él y abrazada. Sonrío y le beso. Me muevo para quitarme de encima suyo y cuando me ponga a su lado, veo que hay 5 hombres dentro del jacuzzi. 3 justo frente a nosotros. Estamos un momento dentro y salimos. Nos ponemos las toallas y las zapatillas y caminamos hacia afuera.
-Menudo espectáculo Paola. Joder.
Yo no soy consciente de hasta donde me he dejado llevar. Creo que se me ha ido un poquito de las manos.
Justo cuando estamos a punto de salir, en el último reservado, un hombre se levanta y para a Manu.
-Perdona que te moleste. Pero a mi mujer y a mí, nos encantaría que os unierais. Me encantaría poder estar con tu chica si te parece bien.
Manu me mira buscando mi aprobación o largarnos. Recorro el cuerpo del hombre y aunque no es el prototipo de hombre que más me pone, accedo.
-Está bien. –le digo
Me coge de la mano y entramos en el reservado. El reservado esta como dividido en dos.
Ella es una mujer morena, pelo largo, con curvas, buenas tetas y coño rasurado. Él es un hombre más bien delgado, alto, moreno y ojos claros. Su polla es de tamaño medio y gruesa.
Manu entra al otro lado con su mujer y yo me quedo con él.
Hace que me tumbe, abre la toalla y desliza su mano por mi coño.
-uffff joder que mojada estas.
Hunde sus dedos y me folla con ellos. Me come las tetas. Succiona los pezones y succiona. Va de uno a otro. Sigue follandome con los dedos hasta que ve como me tenso. Mi mano está en su polla pajeandole. Pero su polla está muy dura y no me deja hacer mucho.
-Tranquila, está bien así. Hace un momento me has puesto demasiado.
Sigue follandome con los dedos hasta que ve que mi cuerpo se tensa y los saca.
-Quiero mirarte a los ojos mientras te corres joder. Que cabrón me has puesto. Se pone un preservativo.
Agarra mis piernas y pone los pies en sus hombros. Acerca su polla a mi coño y se hunde despacio. Al otro lado su mujer grita de placer con Manu. El comienza a moverse y lo hace a buen ritmo desde el comienzo.
Creo que ambos llevan un calentón importante.
Yo gimo cada vez que se hunde y llega al fondo de mi coño. Sube el ritmo más y más. Mis talones presionan sus hombros. Me estremece de placer. Deja caer su peso sobre mí al tumbarse un poco más. Mi cuerpo se retuerce, gimo con fuerza. Sentir a Manu follar con la otra me excita muchísimo. Creo que me voy a correr, no aguanto más. Comienzo a gruñir
-joder me voy a correr – le digo como puedo
Sube el ritmo y va a saco. Mi coño se contrae en su polla sin parar. Me corro y el estalla al verme correr. Su cuerpo se tensa, gime con fuerza también. Sigo un poco más hasta que termina y la saca quedando tumbado a mi lado. Sonreímos mientras escuchamos a nuestras parejas follar como putos animales. Cuando terminan, nos despedimos y nos vamos a casa.
Manu se queda en casa a dormir y disfrutamos del resto de la noche.
Soy Mercedes, tengo 46 años, estoy casada con Ale hace 25 años tenemos 3 hijos ya grandes, nuestros mejores amigos son Susana y Martin, nos conocemos hace más de 40 años los 4, amigos de la niñez.
Hace tres semanas decidimos tomarnos un fin de semana, los cuatro sin los hijos ni nadie, un fin de semana en pareja, elegimos Mar del Plata, nos queda cerca conocemos mucho y tiene de todo.
Apenas salimos, y los que tienen ya unos años de casados lo comprenderán mejor, comenzaron las pequeñas discusiones, de cuanta ropa, a que hora salimos y todo lo que ello implica. Como siempre Martin me da la razón más a mí que a su esposa, y viceversa Ale siempre conciente lo que Susi pide, ella cansada ya de un principio se le ocurrió decir, porque no vas vos (Martin) con Merce y yo viajo con Ale, así discutimos menos. Era una frase hecha solo tirada al vuelo, lo que paso es que Merce la tomó al voleo y se prendió, eso, porque no vamos con las parejas cambiadas así el viaje es más divertido y Gus me da todos los gustos, Susana asintió, por supuesto con Ale ni una discusión hasta el mar.
Salimos los cuatro en el auto de Martin, él y yo adelante y Susi y Alejandro en el asiento trasero.
Les cuento que fue un viaje de novela, todo lo que pedíamos se hacia realidad, hasta la boludez máxima la teníamos a los pies, comida, bebida, parar para mirar cualquier cosa, ni una sola discusión, y menos un reproche.
Cuando llegamos, a comer primero después el hotel, la comida fue en el puerto, El viejo Pop, buena comida, muy buena bebida, todos de un humor impresionante, pedí postre y Martin no solo me lo consintió, sino que me lo dio de comer en la boca, poca sobremesa y otra vez todos al auto, cuando me voy a subir atrás, Susana me aparta y me dice tu lugar es adelante con tu pareja.
Llegamos al hotel, y como si lo hubiésemos planeado, Martin y yo del brazo y Ale y Susana también, entramos y algo raro nos pasó, Martin lleno la tarjeta de entrada con su nombre y el mío y Ale hizo lo mismo con mi amiga, nos dirigimos al 3er piso donde nos dieron habitaciones contiguas, nos miramos y Martin dijo, Merce vamos a cambiarnos para ir al casino, en media hora estamos todos listos, Coco tomo su bolso y le pidió a Ale que le abriera la puerta que se hacia tarde.
Todos nos miramos pero entramos a las habitaciones con parejas cruzadas, era cambiarse para ir al casino, nada más pero con todo el erotismo que eso significaba. Estabamos haciendo una historia de aquellas, sin proponernos nada, estaba resultando muy sensual, en ese momento si me decían de coger, me bajaba los pantalones y me la ponían ahí, nunca se me imaginaria que fuera alguien diferente a mi marido.
Entro en la habitación, Martin me pregunta si me voy a bañar, por su puesto que si le contesto, dale hacelo rápido que tenemos solo media hora. Saco alguna ropita del bolso, y me dice si tenia algo más llamativo como para dar un poquito de celos, por supuesto y saque una mini negra que no usaba desde hacia varios años, pero me quedaba de primera, y una blusita del mismo color, la tanguita era al tono y por supuesto un corpiño de encaje negro también, medias y zapatos al tono de taco aguja.
Todo pasó sin más cuando nos vemos en el hall del hotel. Susana estaba sentada en un sillón con Alejandro, tenia puesto un vestido súper ajustado gris, medias al tono, y Ale la tenia abrazada como si fueran realmente esposos y hasta diría, recién casados.
Nos metimos todos en el auto, como siempre parejas cruzadas. Llegamos al casino, y cuando entramos, ahí como siempre, nosotras por un lado y ellos por el otro, eso no cambio para nada, a ninguna nos llama mucho el juego y monos con ellos que se enloquecen, estén con quien estén.
Nos pedimos unas copas, y sentadas en el salón nos pusimos a conversar, el primer tema es lo bien que lo habíamos pasado en todo el viaje, la sensualidad de la entrada al hotel, y las dos coincidimos cuando empezamos a contarnos como fue la entrada en la habitación y el baño y cambio de ropa. Yo le comente que Martin solo me sugirió la ropa, como par dar celos, ella me comentó casi lo mismo, y que era la primera vez que salía de fin de semana y en el momento de bañarse y cambiarse no la jodiera su pareja con que se pusiera en bolas delante de él, se bañaran juntos y un polvito rápido o que le chupara la pija antes de salir, cosa que hacen todos, y lo único que logran es ponernos nerviosas. Las dos coincidimos que era espectacular la situación por esos motivos, el tema era como seguía.
Susi me dijo, que no nos gastáramos en pensar, ellos decidirían y nos joderián un rato pero que su virilidad no les permitiría ir más allá, yo pensé lo mismo, y decidimos dejarnos llevar, y que la resolución del problema fuera de ellos.
Pasaron unas dos horas, jugamos un poco, ganamos menos, pero al momento de buscarlos y encontrarlos eran dos chicos con juguete nuevo, habían ganado y parecía que mucho por sus ojos, y a esos ojos los conocíamos muy bien.
Salimos sin saber cuan bien les había ido, seguíamos del brazo y con parejas cambiadas por supuesto, nos pusimos a caminar cuando al momento que noto que Martin me toma de la cintura Ale esta haciendo lo mismo con Susana. Paseamos por la rambla un buen rato, luego fuimos a tomar algo por el centro y ya a las tres de la mañana pusimos rumbo al hotel.
Entramos y cuando estábamos en el ascensor, notamos que ninguno de los dos soltaba prenda de cuando terminaba el juego, y tasa tasa cada uno para su casa.
Cuando estamos en el pasillo y frente a las habitaciones Martin le dice a mi esposo, mira que voy a hacer de cuenta que no le vas a perdonar nada a mi mujer, y te aconsejo que pienses los mismo, que mañana no haya reproches, de porque le tocaste acá, de porque no le perdonaste el culo que ni a mi me lo da, lo mejor es entrar y tomar lo más que puedas para que sea parejo y sin reproches, que te parece, vos conoces a tu mujer y yo a la mía, se lo mal que lo vas a pasar, está Susi con sueño, cansada, le duele la cabeza igual que a la tuya, lo que uno consiga es solo lo que uno es capaz de conseguir, a ver si somos tan amables como ellas dijeron hoy con las parejas cambiadas.
Ellos pensaron en ese momento, o mejor dicho lo planearon que las dos terminábamos la joda en ese momento, pero no ocurrió así, tome las llaves que tenia Martin en la mano abri la habitación y guiñándole un ojo a Susana le dije que se esforzara porque su compañero casual de habitación no se quedara dormido en menos de media hora, dicho esto y del brazo del marido de mi amiga, entre en la habitación.
Ya dentro de la misma, poco sabia yo que hacer, por supuesto mi primera reacción fue entrar al baño, me refresque un poco la cara, me quite la pollerita y la blusa, me quede con los tacos y salí para ver que pasaba, Martin ya estaba en la cama y cuando me acerco noto que debajo de la sabana estaba completamente desnudo porque sus calzoncillos estaban tirados junto a la cama, solo atine a comenzar a quitarme las medias, a medida que lo hacia de su entrepierna comenzó a crecer un penacho, Martin se estaba calentando conmigo y de que manera, ya a esta altura era un echo que íbamos a coger, y de que manera, el tipo me desnudaba la poca ropa que me quedaba con los ojos, cuando me quito el corpiño, su expresión fue sobre mis pezones, que por ese entonces estaban duros y grandes como dos carozos de aceituna como dice Ale.
Entro a la cama solo con la tanguita y cuando quiero taparme con la sabana, me dice que lo deje contemplar un poquito, comienza a recorrerme el cuerpo con los ojos y con sus dedos, cuando llega a mi cintura, empieza primero por un lado luego por el otro a bajar la bombachita, y cada tanto pasa su mano por mi pubis, acariciándolo siquiera, muy suave, eso me excita, me hace levantar un poquito mi cintura par notar unos dedos diferentes en mi concha. La tanga ya no esta, nos abrazamos nos besamos, parecíamos novios, un beso de lengua que no sentía desde lo 20, la pija de Martin al palo y me la friega por todos lados, y yo que lo dejo, que calentura, me pone boca abajo, quiero sentir mi pija en ese culo, es el sueño de todos, el culo de Merce, me confiesa que es un comentario que tiene años.
Bueno ya lo tenia subido, yo boca abajo, y noto que intenta metérmela por el culo, despacio Martin, primero hacerme acabar a mi y después aceitamos y te dejo meterlo.
Dicho me dio vuelta, y en el medio de la vuelta, su pija queda frente a mis ojos, no tenia nada que envidiarle a mi marido, la tomo con una mano, y me la meto en la boca, despacito primero, luego sacarla, y terminar con la leguita afuera rozándole la cabecita, otra vez adentro y dos o tres bombas, una linda meme para mi mejor amigo, estaba al palo, lo note y de una la espalda en la sabana, subite Marin y acabame, fue decirlo y se me vino como bombero, casi me acaba afuera, estaba desesperado, en ese momento los dos escuchamos los gemidos de Su esposa en la otra habitación, parece que mi marido estaba tan caliente con ella como el conmigo.
Por la mañana temprano, escuchamos la puerta, Martin se levanta y abre la puerta era Alejandro preguntando como la pasamos, la imagen que vio era alucinante, su mejor amigo tras la puerta en bolas y con la pija al palo, yo con los pelos hechos un enjambre tirada en la cama boca abajo con las piernitas abiertas, como si hubiera pasado la mejor de las cogidas de mi vida, lo cual no estuvo muy lejos.
Segundo dia
Eran como las 10 de la mañana, entreabro los ojos y veo a Martin con una toalla en su cintura abriendo la puerta de la habitación, en el pasillo Ale mi marido tratando de mirar dentro la pieza, Martin lo toma del brazo y lo invita a pasar, imagínense la situación, yo totalmente en bolas tirada en la cama, destrozada, yo y la cama, ni fuerzas para levantar una pestaña, semitapada por las sabanas, tenia solo la cintura oculta, medio de costado mi marido podía verme al igual que nuestro amigo, el culo, las piernitas abiertas, tal cual me las había dejado Martin después de haber lamido mi colita desde las 8 de la mañana, los pelos, una maraña y los brazos extendidos sobre la cama. los dos con los ojos puestos en mi, recorriéndome de lado a lado, me di vuelta y ni los miré solo quería dormir un ratito mas. Martin le propone darse una ducha, conmigo por supuesto y después ir los cuatro a desayunar al salón del hotel.
Media hora más tarde, los cuatro llegábamos juntos a la mesa, mi amiga con unas ojeras como si la hubieran cogido entre diez, y es mas o menos lo que le paso, se noto que mi marido no le dejo un agujero sin perforar, la pobre no se podía estar en pie. Nos pusimos a tomar el café todos muy cachondos y contentos, en un momento Ale saca de su bolsillo una tanguita blanca diminuta y mostrándosela a Martin le pregunta si se la puede guardar de recuerdo, por supuesto que si le dice y a su vez muestra la mía, una leopardina nuevita que me había regalado mi marido para ese viaje, bueno los dos contentos con sus trofeos se pusieron a comentar de cualquier cosa menos de lo que había pasado la noche anterior como si fuera lo más común del mundo. Para nosotras había sido una de las noches más emocionantes de nuestras vidas, cojernos dos tipos sin miedos y sin culpas, cambiar de monta sin prejuicios, y sin que después como siempre te rompan las pelotas para volver, o cuando joden, de cómo lo pasaste, si fueron lo mejor, si nuestros maridos lo hacen parecido, o etc. Etc.
Salimos a caminar muy tranquilos, siempre con las parejas cruzadas, como si nada, despacito llegamos como a las 14.30 al puerto, un almuerzo frugal, y de vuelta al centro.
Por la peatonal caminando los cuatro, muy distendidos, como si fuera así de toda la vida, hicimos compras, nadie rompió las bolas con nada, ni una discusión, era tocar el cielo con las manos, de paseo con nuestros maridos sin discusiones ni reproches, gastar a dos manos, yo pedía Martin compraba, Su quería, mi marido gastaba y todo nos parecía bien.
Llegó la noche y nos encaminamos al hotel, cada uno con su pareja ocasional, cuando entramos a la habitación, Martin rápidamente se mete en el baño para darse una ducha, yo comienzo a elegir la ropa, no tardo mucho ya casi lo tenia decidido todo, muy sensual y provocativa, ese era mi look para esa noche, termino y mi amigo que no sale, se hace tarde, no quiero perderme nada de esta noche, entro al baño, se está duchando todavía, y decido desvestirme, corro la cortina y me meto en la bañera, imagínense El al palo, dejame que te ayude así no perdemos tiempo, y me froto el jabón en las manos y comienzo a enjabonarle la pija, los huevos, le tiro la pielcita para atrás, bien enjabonado todo el miembro, lo empujo un poquito para atrás y comienzo a enjuagarlo, cuando esta listo, me arrodillo, lo miro a los ojos y le digo, si me prometes quedarte tranquilo, lo lustramos un poquito, no es muy común este vocabulario en mi, Martin agarrado de las manijas solo atina a mirar, un besito en la puntita, otro más , un poquito de lenguota en la cabecita, ahora se la aprieto con los labios, un poquito adentro, la muerdo suavemente, y otra vez afuera, así una y otra vez, le clavo la mirada en sus ojos y toda adentro, dos, tres, cuatro y a la quinta, un borbotón de leche me inunda la boca, salpica mi cara cuando la saco y un enjuague urgente para mis pelos, cuanta leche había juntado desde la mañana. Nos terminamos de lavar, nos ayudamos a vestir y las 10 estábamos en el hall del hotel esperando a nuestras respectivas parejas.
Pasaron diez, veinte, treinta minutos y decidimos ir en busca de los dos, llegamos a la habitación, y como Martin pidió las llaves, pudimos entrar sin llamar, los dos ya se habían vestido para salir, pero parece que cuando Susii se fue a peinar, Alejandro quiso hacer lo mismo parándose detrás, nos imaginamos como se la abra apoyado, que ninguno de los dos pudo rechazar el impulso, y estaban los dos abotonados frente al espejo, ella con la falda levantada hasta la cintura y mi marido poniéndosela como perrito por detrás, que vamos a decir, si 30 minutos antes habíamos hecho algo parecido con mi amigo. Se terminan de vestir y arreglar y salimos.
Primero una buena comida, muy buena por cierto, después al casino, otra muy buena noche no tanto por el resultado económico, que fue magro, pero un par de veteranos nos pusieron fuera de si, tratando insistentemente de levantarnos a las dos, que por casualidad estábamos como diosas, una más sensual que la otra, yo con un vestidito no tan corto, pero que dejaban ver las piernas que tengo, y que además me levanta aun más el culito parado que poseo, como siempre medias negras y unos zapatos de taco aguja. Susana por su parte una pollerita muy corta, tiene también muy lindas piernas, un poco flacas pero muy buenas al fin, medias negras también, zapatos de piel y una blusita transparente con un corpiño de encaje transparente que dejaba ver sus pezones que son oscuritos y se ve que estaba o muy caliente o con frío porque resaltaban bastante de su busto.
Por fin como a eso de las 3 de la mañana decidimos irnos al hotel, nada cambio yo con Martin a nuestra habitación y Ale y Susi a la suya después de quedarse los dos en el bar a tomar algo.
Cuando estamos en la habitación con Martin, nos empezamos a besar, jugueteamos como adolescentes, o sea me metió mano por todos lados, cuando ya estábamos desnudos y muy calientes nos metemos en la cama, él de espaldas en la cama, lo destapo y me propongo hacerle una meme de aquellas, se la tomo con mi mano, comienzo una pajita lenta, me toma del cuello dulcemente y con un poco de rigor hace que me la introduzca en la boca, aunque ganas no me faltaban, cuando ya la tengo hasta la garganta, otra vez la puerta, pero esta vez abren, son la otra parejita, sigan como están nos dicen, yo les hago caso pero igualmente levantó la mirada para ver que se proponen, Su se arrodilla, empieza a desabrochar la bragueta de mi marido, cuando lo logra, introduce su mano y comienza a buscar su pija, la encuentra, la saca ya al palo, a diferencia mía no la besa, unos lenguetazos lentos y acompasados, parece que dan efecto en su compañero, mi marido da unos gemiditos de placer, sigue con lo mismo, conociendo a mi esposo, ya a esa altura la quería meter hasta la garganta, pero se contiene, ella sigue, lengüetazo y besito en la punta, le quita el cinturón y el último botón, baja su pantalón y su calzoncillo, ahora juega con sus huevos, le quita completamente los pantalones y el bóxer, abre las piernas de el y comienza a un juego frenético de sus manos, siempre con la pija de mi marido en la boca, con las piernas y el culito, noto que hasta llega a meter un poquito de sus dedos en el culo de Ale, cosa que nunca se me había ocurrido, como ven estaba mas pendiente de mi amiga y mi esposo que de la poronga de mi pareja ocasional que tenia en mi boca. Ale hace que ella se incorpore comienza a desnudarla sin dejar de besar cada parte de ella que queda al descubierto, hooo, como me esta calentando mi marido con otra y no se imaginan como estaba Martin viendo tan caliente a su mujer.
Cuando están los dos completamente desnudos, yo ya estaba abrazada por detrás de mi compañero, los dos tirados en la cama contemplando el espectáculo de nuestros respectivos.
Martin muy dulcemente pasa su mano para atrás y comienza a jugar con los labios de mi concha, para que tenga más comodidad y para mi mayor placer, no nos engañemos, abro mis piernitas, y cuando esto no es suficiente para que meta dos o tres deditos en mi concha paso una de las piernas por arriba de su cintura.
De mientras Su y Ale ya están en la cama contigua, esas de una plaza, por si uno lleva los chicos, los dos abrazados a los besos, en un momento ella se levanta, y ubicándose en posición inversa, se acuesta sobre el, estábamos por presenciar un 69, acomoda su entrepierna en la boca de mi marido, que ya sacaba la lengua cuando faltaban por lo menos 20 cm. para que llegara a su boca, Susana se recoge el pelo y con la otra mano quiere terminar una meme que había comenzado hacia un rato. No me pregunten como, minutos después estábamos con Martin en posición similar, un ratito bastante largo, luego me incorporo y me acuesto sobre él, con las piernas como jockey, y comienzo a cabalgarlo, ellos en la misma posición, era que jugara con mis pechos y Ale con los de ella, mi esposo besaba sus pezones los mordía y lo mismo hacia Martin conmigo, cada gesto se copiaba, cada gemido tenia un eco en la otra cama, todas las caricias se repetían era todo una copia fiel y cada vez mas excitante, media hora después, yo debajo de Martin y Susi de mi marido, era como un valet acuático, con un ritmo parejo y sensual, mis ojos en los de mi marido y los de Susana en el suyo, estaba yo acabando con otro pero con la cabeza en mi marido y Su acababa con mi Alejandro pero con los sentidos en su marido.
Acabamos mirándonos pareja con pareja, éramos un espejo, y el orgasmo fue de cuatro entre quejidos, gemidos, y jadeos,………….nos quedamos las parejas abrazadas hasta recuperar el aliento y se pasaron Su y Ale a nuestra cama, los cuatro desnudos en las mismas sabanas, no teníamos ya fuerzas para nada, así me quede dormida en los brazos de mi amigo y mi esposo haciendo cucharita con mi mejor amiga.
Me llamo Agustín y voy a contar lo que sucedió esta es la historia , mi mujer la llamaremos Rosa ,llevamos muchos años de casados y la monotonía llegó hasta el sexo además la edad también pasaba un poco de factura ,pues ya teníamos unos cuantos años yo 53 y mi Rosa 49 ,un día nos avisan que se había muerto la mujer de uno de la cuadrilla ,nos íbamos a reunir algunos después de años sin vernos y allí estábamos todos no faltó ninguno ,después del funeral ,fuimos a tomar unos vinos ,bueno cada uno lo que le apetecía ,estubimos bastante tiempo y poco a poco la gente se iba despidiendo ,ya quedábamos pocos y después de unos cuantos tragos ,un poco chispas ,al final me quedé con uno el cual llamaremos Jesús ,la verdad que es muy apreciado por mi mujer y por mí ,le digo a tí algo te pasa te veo un poco fuera de ti ,me dice pues claro que después de tanto tiempo sin vernos ,pues tengo algunas cosas que contarte y la verdad es que no me atrevía a contartelo,y yo le digo creo que tenemos confianza para contarnos tanto tu a mi como yo a ti así que ya me estás contando sea lo que sea ,bueno pero será un secreto entre tú y yo ,no se tienen que enterar y tú mujer ni la mía ,bueno vale secreto entre tú y yo.La verdad es que tienes una mujer muy guapa ,sabes que siempre os decía que me tenìa que haber casado con tu mujer (entre risas)si siempre lo decías ,pues después de tanto tiempo sin veros ,no se pero me acordaba mucho de vosotros y no se si por eso ,te cuento que después de tanto tiempo sin estar con vosotros ,me ha pasado y más de una vez ,le digo yo bueno ¿me vas a contar lo que pasó)
Claro espero que no te enfades ,sea lo que sea no me enfadarè,.Esto es lo que me ha pasado,por la noche en la cama durmiendo pero soñando ,parecía real soñe que estaba con tu mujer ,y como digo parecía real estábamos como te digo la palabra yo le digo follando ,pues sí pareía real ,pero fíjate si parecía real que me desperté y me había corrido,me levanté sin que se diera cuenta mi mujer y metí el canzoncillo en la labadora y me lavé bien ,me ha pasado más de una vez ,espero que no te enfades ,y yo le digo en ese sueño mi mujer gozaba ,si igual que yo,espero que no se lo cuentes ,quedará entre tu y yo nos despedimos y quedamos para otro día .
Llegué a casa y mi mujerme preguntó sobre el funeral ,le dije que bien y que estube con Jesus y que ya la contaría en la cama ,cenamos y nos fuimos a la cama ,le prometí a mi amigo que no se lo contaría a mi mujer ,la digo a mi mujer sabes que uno de la cuadrilla me ha contado una cosa increible ,pero no se si contártela ,yo tenía la pollla que me iba a explotar ,ella se dió cuenta y me dijo que que me pasaba ,ven la quité las bragas y se la metí y mientras iba poco a poco ,empecé a contarla que uno de la cuadrilla me dijo ,estabamos un poquito chispas pues después del funeral bebimos unos pocos vinos ,pues que soñó contigo y que era real lo que soñó,y me dice mi mujer ,pues que soñó ,pues que estaba follando contigo y que te gustaba ,y que se despertó con una corrida ,y tubo que salir corriendo a labarse ,me dice mi mujer entre gemidos pequeños gemidos ¿,quién es el que se ha corrido conmigo ?,como digo entre gemidos cada vez más fuertes la tenía donde quería quién es ,me voy a correr cariño y me gustaría saber quién es dime alguno haber si aciertas ,no se me dice bueno ,te digo tres nombres ,uno joven otro de nuestra edad y otro mayor que nosotros bueno cariño estoy a punto de correrme ,como tardes un poco ,me corro y no te digo quién de esos tres me gustaría que fuera ,bueno sonLuis ,el mayor 60 años Jorge de nuestra edad y Jesús de 36 años ,me voy a correr me corro me corro , me gustaría que fuera Jesús ,pues correte con Jesús ,te gustaría en la vida real follar con él ,pues claro ,quieres que hagamos un plan ,vale bueno mañana sábado le digo le llamo por teéfono que pase por casa ,le digo que es para ver un partido ,que te parece ,me parece bien.
A esa hora llaman a la puerta y es nuestro amigo venía con unas cervezas ,mi mujer llevaba una falta ,y nos sentamos para ver el partido al entrar le dió unos besos a mi mujer ,empezó el partido y mi mujer preguntando que como le iba la vida ,y Jesús decía me va muy bien tengo trabajo ,tengo mujer y tengo amigos buenos como vosotros,en un momento le digo Jesús cuenta a mi mujer lo que me has contado a mi , mi mujer se pone delante de él y le dice ,Bueno pues que he soñado contigo y mi mujer le dice te gustaría que fuese realidad ,me encantaría ,mi mujer se puso enfrente de Jesús se abrió de piernas le cojió las manos y se las metió para que la quitara las bragas se las quitó y de rodillas la metió la lengua ,antes de que sigas me gustaría que fuese como tú había soñado ,vale ,yo estaba como una moto mi mujer se levantó pues muestro amigo la puso sentada en la mesa se la metió y mientras se la metía la quitó la camisa y el sujetador y se quedó solo con la falda ,yo veía a mi mujer que estaba en la gloria gemía como nunca ,Jesús dice me voy a correr ,la metía la lengua en la voca mi mujer no podía más y yo gozaba me estaba pajeando y nos corrimos los tres ,espero que sigamos follando ya contaré como nos ha ido .Seguimos follando pero ya os contaré como hemos seguido.
Hola, me llamo ana , desde pequeña siempre he sido muy avanzada en cuerpo y mente, me crecieron rapido los pechos y destacaba mucho en clase aun siendo bajita, soy morena aunque me tinte de rubia en cuanto mi madre me dejo y eh seguido asi, esta historia va sobre mi primera experiencia liberal.
Siempre he ligado mucho y me a gustado provocar y jugar con el sexo opuesto, tras perder la virginidad con mi primer novio formal a los 18… entramos en una ola de sexo sin control, quedabamos todos los dias y follabamos hasta que nos dolian nuestras partes, empezamos a probar cosas nuevas, como juguetes, condones de distintos tipos, posturas, grabarnos en video etc…
Tras el primer año y cumplir los 18 los padres de mi novio me invitaron a ir de vacaciones con la familia a vera, para mi era un sueño y la oportunidad de salir de mi pueblecito cordobes por primera vez.
Llego el dia y de camino a vera, sentada al lado de mi novio ibamos chateando por el watsap para que sus padres no escuchasen nuestra conversacion… y me apetecio poner cachondo a mi novio sin mas… le mande un mensaje preguntandole, que que le apetecia hacerme en vera, que podia hacerme cualquier cosa, el muy jugueton me sugirio ideas muy tentadoras como masturbarnos en la playa o incluso follar dentro del agua con la gente alrededor y que me tenia una sorpresa, cualquier idea me excitaba para mi que no sabia aun el mundo que me quedaba por conocer.
Tras llegar al apartamento descubri que los padres de mi novio habian pillado solo dos habitaciones, una para ellos y otra para mi novio su hermana y yo… por lo que nuestras posibilidades de desfogar se volvieron nulas, decidimos salir a dar una vuelta por vera y al menos divertirnos y quien sabe quizas acabar follando detras de algun matorral…
Vera no es muy grande, practicamente solo tiene una calle de pubs, por lo tanto siendo de noche estaban llenos.
Entramos en el primer pubs que vimos y tras pedirnos una copa observamos que el rango de edad era totalmente descompensado… eramos los mas jovenes con diferencia y encima pareciamos no encajar por nuestra heterosexualidad, habia mucho hombres, gays y los heteros parecian ir en grupo en tornos a las pocas chicas que habia, las chicas parecian todas ir en pareja y extrañamente provocativas, llevaban vestidos semitransparente en los que a algunas se les intuia todo o incluso se podian apreciar los pezones en ellas, yo iba mucho mas coqueta, llevaba un vestido ceñido rojo con un sujetador que alzaba mi pecho (tengo una talla 100C) poniendomelas en una V perfecta y el corto del vestido casi dejaba ver mi culo del cual intento siempre presumir con un mini tanga que llevaba, puesto que queria ser la mas despampanante del lugar… aun que me quede muy corta.
Llevabamos un ratito en el pub y mi chico fue a hacer pis, en cuestion de segundos se me hacerco un chico de al menos 2 metros de alto, musculado como un toro y con un brazo como mi cuerpo, se sento en el taburete donde se sentaba mi novio y me dijo lo guapa que iba,que se llamaba Marcos, le conteste que gracias mientras que yo le dije mi nombre, continuo hablandome con una clara intencion de ligar conmigo, con absuluto descaro mirando mi pecho y mis piernas hasta donde dejaba ver el vestido, mi tono blanquito de piel tubo que demostrarle mi sonrojo lo que parecio darle mas ganas de entrarme y sin preguntarme le pidio al camarero dos chupitos con un poco de amor, me extraño ese tipo de chupito pero que iba a saber yo que no habia salido de cordoba nunca…
Mis ojos solo iban de sus brazos a sus pectorales marcados aun con una camisa que parecia apunto de reventar y su cara… estaba embobada observandolo cuando el camarero puso los chupitos, me bebi el mio rapido sin ni siquiera pararme a observar de que estaba echo, aun que parecia ser tequila con algo amargo y conteste que tenia 18 años conforme me pregunto la edad en lo que me vio beberme el chupito.
– Es la primera vez que veo a una chica tan joven en un local como este
+ Que le pasa a este local? Conteste
– Bueno ya sabes, los tipicos locales de vera, aqui entras en calor… conoces gente segun tus gustos sexuales… y acabas en casa o en club de al lado
+ Pues como en todos los pubs no? Jajaj
+ Que tiene de especial el club de al lado?
– bueno ya sabes… te he visto con tu chico, no habeis venido a probar la expecialidad de vera?
Me sonroje al escucharle hablar de mi chico puesto que no me habia acordado de el mientras hablaba con el, me volvi a poner roja como un tomate y conteste sin prestarle mucha atencion que no sabia a que expecialidad se referia mientras intentaba encontrar a mi chico con la mirada donde se situaba el baño.
– vera es una ciudad nudista y liberal, el hotel de hay aqui al lado en de ese tipo, y el club que te digo es un local swinger, la gente viene a estos pubs antes de entrar al club… para conocer gente y entrar en calor
Mi cara debia ser un poema, estaba sonrojada, un extraño calor me ardia en el cuerpo y notaba mi boca seca y pastosa, no sabia que decir ni hacer , me notaba incluso un poco mareada, de golpe el chico me solto un comentario que me hizo prestar toda mi atencion en el cuando dijo que le encantaba el tanga rojo que llevaba.
Mire hacia mis piernas y observe que ya no estaban cerradas entre si impidiendo que se me viese todo, sino que sus rodillas habian entrado entre las mias y estaba abriendo mis piernas de par en par, lo que hacia que mi vestido estuviese lo suficientemente subido como para que me pudiese observar perfectamente, tanto el como todo el local, intente cerrar las piernas, pero no tenia fuerzas en ellas y menos aun con sus piernas en medio, asi que me baje el vestido rapido, mirando alrededor por si alguien mas lo habia visto o incluso mi novio me veia en esa situacion. El chico se puso de pie entre mis piernas separadas lamio un papelito que saco del bolsillo, me agarro de la cadera y me beso, el beso fue tremendo, note toda su lengua humeda dentro de mi, dejando un extraño sabor amargo desagradable pero a la vez la fuerza del beso me tenia onubilada, notaba sus manos bajar hasta mis nalgas mientras las mias estaban impasibles en sus hombros, tocaba lo duros que eran sus musculos mientras el me subia el vestido por encima de la cadera, no era capaz de pensar en nada que no fuese esa lengua en mi boca a la vez que el ya tocaba mis nalgas desnudas y jugueteaba con mi tanga.
Dejo de besarme dejando un hilillo de babas entre nuestras dos bocas cuando cai en la cuenta de que mi tanga estaba por mis rodillas y el, bajandomelo sin que yo le opusiese ninguna resistencia hasta quitarmelo por completo.
De repente la cordura volvio a mi, empece a mirar de un lado a otro, nadie parecia fijarse en que estaba sentada con el vestido por la cadera y sin ropa interior, sin embargo yo si pude observar que habia chicas besandose con varios chicos, que las camisetas semitransparentes se habian convertido en piel desnuda a la vista de todos y a una chica tumbada en un sofa totalmente desnuda abierta de piernas mientras un chico le metia los dedos con fuerza ocasionando unos gemidos que podrian oirse en los pubs cercanos.
Que estaba pasando? Mi cuerpo ardia, no controlaba nada y sentia mi coño totalmente humedo con la situacion, mis vista iba de un ligar a otro cuando pude ver que mi novio estaba sentado en la barra, unos asientos mas adelante hablando con una morena despampanante llena de tatuajes mientras ambos me miraban sonrientes, al verlos senti una verguenza terrible, que habia hecho? , no me dio tiempo a pensar en nada mas cuando la morena le planto un beso a mi novio sin que este hiciese nada para evitarlo, me levante de golpe de la silla con intenciones asesinas lo que hizo que me introdujese hasta el fondo el dedo de Marcos, no me habia dado cuenta que me estaba tocando mi coño mientras yo flipaba con el panorama.
Al sentir ese enorme dedo dentro de mi tube que agarrarme fuerte a el para no caerme puesto que mis piernas eran un completo flan, mis manos aruñaban los gruesos brazos de ese mounstruo mientras mi mirada seguia fija en mi novio que ahora me miraba directamente mientras la chica le besaba el cuello.
Mi cuerpo ardia, no sabia que pensar no podia contener el placer, ni siquiera sabia si podria liberarme de los brazos que me apresaban, el sonido de mis gemidos hacia que la gente empezase a mirarme pero no podia evitarlo, movia ese dedo dentro de mi haciendome extremecerme a cada cambio de velocidad, con su otra mano me agarro una pierna y me la levanto todo lo alto que mi flexibidad cedio, la gente que estaba sentada detras de mi podria ver todo mi culo desnudo y los que estuviesen delante observaban abiertamente como estaba marturbada y no solo eso… sino que estaba chillando, mis gemidos pasaron a chillidos que no podia evitar cuando de golpe note unas ganas inmensas de hacer pipi y sin poder evitarlo lo note todo salir… parecia una catarata que a cada embestida de ese grueso dedo dejaba salir un orgasmo brutal terminando con que mis piernas dejasen de funcionar y acabase en los brazos de ese desconocido que acababa de darme el mayor orgasmo de mi vida.
Me sento en la silla, me bajo el vestido y con un codo apollado sobre la barra intentaba recuperar el aire mientras miraba a mi novio que tenia su vista fija en mi… y me sonreia.
Mi novio y la chica se acercaron a donde estabamos nosotros mientras charlaban y reian, yo estaba muerta de verguenza, todo el local me habia visto correrme… el suelo estaba lleno de mis fluidos y a mi novio parecia no importarle lo que acababa de pasar mientras k marcos aun tenia una mano en mi pierna y me acariciaba como al que le dan la enhorabuena por su trabajo.
Fer(mi novio)- estas bien ana? Parece que lo has pasado muy bien
Me volvi a sonrojar… o quizas ya estaba sonrojada de continuo, no le conteste sino que volvi la cara y me quede mirando hacia el suelo,
Carla- hola guapisima, yo soy Carla encantada
Me dio dos besos mientras yo la miraba con una mirada asesina que debio de notar con lo que dijo – soy la novia de este cabezon señalando a Marcos, mi mirada se fijo en Marcos y este me miro sonriendote mientras seguia acariciandome, esta vez con su mano cerca de mi nalga.
Marcos- supongo que tenemos que explicarte cosillas… tu novio se puso en contacto con nosotros por una pagina de contactos swinger y nos hablo de vosotros como pareja… que llevabais poco juntos pero que estabais probando cositas y queria ver hasta donde podiais llegar y eso y la verdad que a nosotros el reto y la apuesta nos parecio bien.
Que reto y que apuesta le solte tajante mirando a Fer.
Carla: fer reto a marcos a que no era capaz de hacer que te desinibieras hasta el punto de entrar a un local swinger. Y se aposto una cosa que ya te contare…
Cogi mi bolso de encima de la barra y sali enfadada, caminando hacia la calle, iba con tacones pero me habian vuelto las fuerzas, Fer me paro en la calle y me dijo que que pasaba, que no habia nada de malo, que no estaba celoso, a lo que yo le conteste que yo si, que esto no era lo que yo queria ni tenia pensado, me heche a llorar tras verlo mirarme con esa cara con la que me mira cuando me dice que me ama, y le pido perdon desconsolada que no sabia como habia podido perder los papeles de esa forma, que todos me habian visto, que era una guarra… el me cogio de la mejilla y me dijo:
Fer- era exactamente lo que queria que hicieras, te conozco y se que nunca te hubieses abierto asique le dije a marcos que te diese un poco de alguna droga que ellos tomen y sea de fiar.
Le pegue un guantazo y le dije que porque habia echo eso, a lo que respondio, quiero verte disfrutar, alzo mas el tono, quiero verte correrte a diario, seguia alzando el tono mientras me arrinconaba contra la pared, me agarro la cabeza con una mano y pego su boca a mi oreja:
Fer- quiero ver siempre a la guarra que va sin bragas, que tiene el coño chorreandotras correrse con un desconocido en mitad de un pub, quiero que seas mi zorra y no me digas nunca que no a nada.
Tras esto me dio un beso, me agarro del cuello, me dio la vuelta y me puso contra la pared.
Senti como me subia el vestido,y dejaba mi culo a la vista en mitad de un callejon entre dos pubs donde la gente pasaba y olia a pis posiblemente de los borrachos.
Note como se sacaba la polla y me la metio de un golpe, al entrar la enorme polla de 18cm de mi novio dentro de mi sin preliminares ni nada aparte de un grosor considerable me hizo soltar un chillido que fue amortiguado por la mano de mi novio.
Mientras me follaba me hacia preguntas, que yo casi no escuchaba… solo sentia un enorme placer, me habia corrido como una loca, pero un dedo no es lo mismo que la enorme polla de mi novio, y menos con la excitacion que ya traia, mi coño lo dejaba entrar perfectamente, lo tengo muy cerradito segun mi novio pero estaba inmensamente mojada.
– te gusta?
+ me encanta
-te a gustado lo de hoy?
+ ….
– que si te a gustado lo de hoy? (Tras aumentar el ritmo de las embestidas)
+ sii
-vas a ser mi zorrita
+siii
-prometemelo
+te lo prometo
-vas a hacer siempre lo que yo te pidaa
+siii ( empiezo a gemir descontroladamente y estoy apunto del orgasmo)
-estonces vas a follarte esta noche a Marcos y no pararas hasta que el quede totalmente satisfecho
+ eso nooo ( sigo gimiendo, y me quedan algunos segundos para correrme, pero el se detiene, me agarra del pelo y me dice, no vas a hacer todo lo que te pida? Me lo has prometido
– vale lo hare, pero no pares
Tras varios segundos de embestidas acabo corriendome, totalmente extasiada me apoyo contra la pared, me toco el coño mirando si mi novio se a corrido dentro y observo que aunque esta muy empapado no es su semen sino mi corrida y me pongonde rodillas para chuparsela con intenciones de hacer que se corra, pero el se la guarda en el pantalon y me dice, si quieres mi leche antes tienes que cumplir tu promesa.
Vuelvo a sonrojarme y a darme cuenta de la situacion en la que estaba, porque queria que hiciese eso? Como iba a conseguirlo? Y lo peor de todo… por que me estaba excitando tantisimo la idea?
Fer me cogio de la mano y me llevo dentro del pub de nuevo, pero en la entrada nos encontramos con Marcos y Carla y nos dicen que pensaban que nos habiamos ido, a lo que Fer le contesta, no, estaba hablando, ana estaba muy nerviosa pero dice que contigo Marcos se atreve a cualquier cosa, miro enfada a mi novio por ser tan tajante y dejarme asi delante de dos desconocidos, y veo a Marcos mirarme sonriente, aparto la mirada rapidamente de la verguenza y me fijo en carla que me mira, se hacerca a mi y me da un beso con lengua.
Vuelvo a arder por dentro… siempre eh querido besar a una chica… pero estan siendo demasiadas cosas de golpe… esta esto bien? Pienso
Se rompe el silencio con unas risas de los chicos y empiezan a hablar entre ellos
Fer- bueno que plan llevais?
Marcos- os hace que entremos en el club? Asi probais otra cosita nueva
Yo- no sera demasiado para el primer dia?
Carla- no te preocupes, el club es como este pubs, abra mas gente y eso pero es todo muy respetuoso, nadie te va a obligar a hacer nada que tu no quieras o desees, me dice con cara picarona
Tras un rato de charla deciden ir para el club, lo veo a 200 metros… y aun asi lo veo muy cerca… pongo de escusa los tacones para ir mas despacio… siento unos nervios terribles y me pongo a pensar en silencio mientras ellos hablan por el camino sobre cosas del club.
Lo voy a hacer? Miro a marcos y pienso… joder es que esta tan bueno… pero y si luego fer me deja? O y si no hago algo bien? Me tiemblan las piernas…
Llegamos a la entrada del club donde nos atiende una chica mayor, ve a marcos y habla con el, nos explica que normalmente son 40 euros por pareja con 2 bebidas para cada uno pero que por ser amigos de marcos y la primera vez …que nos invitan.
Entramos y esta todo bastante oscuro, aunque parece una discoteca normal y corriente con alrededor de 20 personas, con barras de stripper pero salvo eso nada fuera de lo cumun, no enseñan mas salas donde vemos sofas con teles en las que se visualizan peliculas porno donde hay un par de parejas jugando entre ellas practicamente desnudas, subimos unas escaleras donde hay una cama roja con barrotes donde nos dicen que es la habitacion para jugar con los chicos que vengan solos, y junto a ella hay un gloryhold que es un pasillo donde hay agujeros donde puedo ver varias pollas de diferentes tamaños atreves de ellos pero no veo de quienes son, los chicos se rien aunque a mi solo me pone mas nerviosa.
Tras esto nos enseña una sala grande donde hay varias camas de diferente tamaños donde podemos ver a varias parejas follando sin pudor alguno, algunas se fijan en nosotos mientras continuan follando y nos invitan a unirnos, con lo que mi novio me mira ilusionado y le respondo con la cara que no de coña…
Nos vamos a la barra a pedir y me pido una vozka rojo con fanta de limon y le digo ironicamente a Marcos que se pida otros dos chupitos de esos que sino no me veia soltandome ahi… me mira sonriente y carla me coge de la mano y me dice… vamos al baño que me hago pis.
La sigo y entramos en el baño, me pongo a hacer pis mientras carla me mira el coño eh intento taparmelo con las manos disimuladamente.
Carla- le va a encantar a Marcos el triangulito de pelitos que tienes en el coño, los labios si los tienes totalmente depilados no?
Yo muerta de verguenza le digo que si… y aprovecho para preguntarle si no le da miedo o celos que Marcos haga algo conmigo, con lo que me responde que no, que son totalmente liberales, que ella disfruta viendolo disfrutar y que si yo la dejo… ella tambien quiere follarse a fer… a lo que le respondo que nose aun… que yo sigo siendo muy celosa y me da corte…y miedo…
Ella sonrie se hacerca a mi mientras aun sigo en la taza y me besa, pasa su lengua por mi cuello y mi oreja y me dice… no te preocupes, tu solo disfruta hoy, no hare nada que tu no quieras que haga, y ahora voy a hacer una cosa asique relajate.
Empieza a darme mordisquitos en el cuello y besarmelo mientras con sus manos me sube el vestido lentamente hasta quitarmelo por completo y dejarme solo con el sujetador rojo, coge su bolso y saca dos pastillas, se las mete en la boca y me besa metiendome una en la boca y tragandomela deseosa de que lo que eso sea me haga perder los nervios y el miedo a lo que pudiese llegar a pasar…
Me quita el sujetador con una mano mientras me besa y pasa su lengua por mi nariz y frente… aun no a hecho efecto la droga pero estoy completamente excitada, mis manos rozan sus piernas aunque no me atrevo a mas por lo que ella toma la iniciativa y se quita su vestido de lentejuelas y lo tira al suelo observando que no tiene ropa interior, poniendo frente a mi dos perfectas tetas operadas con unos pezones puntiagudos marroncitos, no podemos ser mas distintas, ella morena con un cuerpo bronceado y yo completamente blanquita, se abalanza sobre mi y empieza a comerme las tetas, centrandose en el pircing que tengo en mi pezon derecho y jugueteando con el, lo que siempre me a puesto muy cerda pero esta vez estaba siendo con una mujer, mis manos se posan en tetas mientras que las suyas en mi coño y me mete dos dedos sin hacerme daño alguno aun teniendo dos enormes uñas postizas
Joder estas empapada me dice.
Bueno es que acabo de hacer pis y no me eh labado aun…
Cariño esto no es pis esto es que estas cachonda como una mona…pero no te preocupes que yo te dare lo que quieres…
Sin previo aviso me agarro de las piernas me levanto hasta el borde de la taza y se puso de rodillas hundiendo su cara en mi coño dandome un placer inmenso… llevaban varias semanas sin comerme el coño por no haber podido ver a mi novio y ella lo estaba haciendo mucho mejor que el, no dure ni dos minutos cuando un orgasmo brutal hizo me corriese en su boca sontando dos chorritos de squirt que no parecio molestarle seguir lamiendo…
Se levanto y me dio la mano para ayudarme a levantarme con los tacones cogi el sujetador para ponermelo pero carla me dijo que no, que no me preocuoase que nos ibamos a poner otras cositas, yo obedeci… nose si por el placer del orgasmo o el efecto de la droga pero estaba feliz y me apetecia fiesta… y despues de que me coman el coño siemore me apetece que me penetren… asique ahora estaba muy cachonda.
Carla me llevo a unas taquillas en el baño donde dejamos nuestra ropa, estabamos ambas completamente desnudas salvo por los tacones, entraban chicas en el baño a cambiarse o a hacer pis pero no nos prestaban atencion, carla saco un modelito de un embase de plastico y me lo dio para que me lo pusiese y ella otro parecido, tubo que ayudarme para ponermelo pero tras esto pude obserbar que era un encaje negro que transparentaba mis pezones y dejaba mi culo y mi coño completamente al aire, el de carla el encaje bordeaba sus tetas dejandolas completamente visibles al igual que su coño y culo completamente rasurados.
Que nos ponemos debajo le pregunte, sonriente me dijo que nada pero que me apoyase contra la pared que iba a ponerme una cosa, no sabia a que se referia pero mi cuerpo ya obedecia sin mas… me apoye contra la pared y saque el cuelete siguiendo lo que ella me ordenaba, la note pasar sus dedos por mi coño de nuevo y tras esto dirigirlos a mi culete, alarmada mire hacia atras y me dijo que me calmase que no me iba a doler, empece a notar algo frio entrando en mi culo, que no me dolio aunque no termino de ser agradable.
Cuando termino me mire en el espejo y vi que me habia metido una joya anal y carla le dio a un botoncito y empezo a vibrar y ponerse de colorines como si fuese un jueguete de feria, ella se metio otro y conforme lo hizo me agarro de la mano y me dirigio a la puerta, conforme salimos pude ver que el local se habia llenado, habia muchisima gente, vestida desnuda, folland, nos dirigimos hacia la zona de la discoteca donde la gente bailaba y estaban nuestros chicos, al vernos se quedaron boquiabiertos mirandonos de arriba a bajo, le di un beso a fer y cogi mi copa para bebermela casi de un trago, tenia mucha sed y estaba muy caliente… note a Marcos mirarme y tontorrona le guille un ojo a lo que el sonrio, carla se saco el jueguetito del culo y se lo enseño a los chicos.
Carla- mirad chicos, ana y yo llevamos esto metido, y estos son los mandos que lo manejan, con este boton cambiais la luz, con este la vibracion y con este hareis y que se alargue y acorte follandonos el culito, mi cara fue un cuadro… mi culo era virgen y si cuando el juguete estaba pequeñito ya molestaba… cuando se alargase?
Fer- carla como has conseguido que ana te deje que se lo metas por el culito? Ami no me deja nada, aun es virgen
Carla- una chica tiene sus truquitos
Yo- bueno tecnicamente con el juguetito ya no soy virgen
Marcos- tecnicamente si, pero no te preocuoes que hoy le daremos solucion.
Me volvi a sonrojar y pasar un poco de miedo… pero algo en mi cuerpo me tenia muy cachonda, me apetecia tocarme ahi mismo, estaba siendo un desafio contenerme.
Carla le dio los manditos a los chicos, me dio la mano y nos subio a un podio a bailar, al principio me dio corte bailar asi de desnuda puesto que la gente nos miraba estando en el podio, pero tras varios minutos y tener a carla bailando al lado me hizo deshinibirme y darlo todo, bailaba junto a Carla me agachaba enseñando mi coño y mi culo a todos los que quisiesen mirar, hacien twerking, ya era yo la que buscaba los besos de Carla, rozaba sus perfectas tetas y me atrevia a lamerlas, con su pezon en la boca note como el la joya anal empezo a alargarse y a vibrar intensamente y sin querer le mordir el pezon soltando ella un pequeño chillido.
Le pedi perdon pero mas que enfadada parecia cachonda y me dijo, ponte de rodillas ahora mismo, dubitativa le hice caso y subio y apoyo su pierna contra
La barra de baile dejando su coño totalmente expuesto antes mi cara, eia sus labios oscuros sobresaliendo brillantes por la humedad con las luces de los focos y podia ver el juguete del culo moviendose con la vibracion.
Sin pensarmelo dos veces me arme de valor y meti mi boca de lleno, metiendo sus labios en mi boca y saboreandolo completamente, el sabor era extraño pero para nada desagradable, carla me agarro del pelo y dirigio mi boca a su clitoris aprentando fuertemente mi cabeza contra el, pegaba fuertes lametones tal y como a mi me gusta y de golpe note salir sus fluidos por toda mi boca bajando hasta mis tetas, me recompuse y la gente empezo a aplaudirnos lo que me dio un golpe de verguenza que rapidamente se rectifico con un aumento de potencia del juguete y un estiramiento aun mayor que me dificulto hasta bajar del podio.
Volvimos con los chicos sudadas, mojadas, cachondas y ellos charlando tranquilamente, me pedi una copa la cual me duro otro par de tragos…
El cuerpo me temblaba, el coño me ardia y el juguete del culo no me daba placer oara llegar al orgasmo pero me mantenia en un constante sin vivir, no podia contenerme mas… mire a marcos, sus brazos brillaban con su sudor, sus tatuajes me erizaban la piel, solo de imaginarmelo agarrandome el cuello y haciendome suya…
Estaba mirando como bailaban otras chicas en el podio cuando me acerque a el le agarre la cara y le di un beso, ya no me importaba nada, estaba fuera de mi, queria que me follase ahi mismo, me acerque a su oreja y le dije, follame.
Me dio la vuelta y me puso mirando a fer mientras lamia mi cuello y rozaba mis tetas y me dijo, si quieres que te folle… antes tienes que decirle a fer que puede follarse a carla.
Intente contenerme… no queria que eso pasase me daba miedo… pero marcos seguia tocandome… apretaba su paquete contra mi culo simulando como me follaria mientras lamia mis orejas derritiendome por completo… cuando sin poder remediarlo pegue un grito diciendo fer follate a carla por favor el cual pudieron escuchar bastante gente aun con la musica… carla cogio a fer y se lo llevo a las habitaciones de arriba mientras k marcos me dio la vuelta y empezona besarme mientras me cogio en brazos, era una muñeca en su brazos.
Mientras me subia cogida en sus brazos hacia las habitaciones de arriba yo intentaba rozar mi coño contra su pantalon fuera de mi y me llevo a la habitaciln de los barrotes, donde dentro de ella habia una cama totalmente bordeada de barrotes donde dentro de ella solo estabamos el y yo pero alrededor habia incontables tios metiendo manos y las pollas atraves de los barrotes intentando cazar algo, pero habia un par de metros de distancia que permitian que si estabas en medio de la cama nadie pudiese tocarte.
Conforme llegamos me tumbo en la cama y mientras el de pie se quitaba la camiseta y los zapatos.
Marcos- tienes que saber un par de cosas
Yo -dime
Marcos-al principio te va a doler… pero prometo que te va a gustar
Dijo tras terminar de quitarse los calzoncillos y poner frente a mi el pene mas enorme que eh visto en mi vida, era como mi brazo y grueso como un brazo de tubo, colgaba sin terminar de estar empalmada, con lo que se escucharon comentarios de los tios de alrededor diciendo, joder este se la carga, la va a reventar, entre otros que se intentaban que me acercase a ellos para tocarme o chuparsela.
Yo estaba asustada a la vez que infinitamente cachonda, mi cuerpo deseaba follar con ese hombre y que me reventase asi que me arme de valor y sacando mi chuleria le dije con cara de guarra mientras me ponia a 4 patas poniendo su polla muu cerca de mi cara y mirandole a los ojos, y que es lo segundo que tengo que saber???
A lo que me agarro del pelo con una mano, su polla con la otra y me dijo? No me gusta que me digan que no a nada, ni que pare bajo ninguna circunstancia, estamos?
Abri mi boca , saque la lengua y le fije que si con la cabeza , con lo que consegui que de un golpe por fin su polla entrase en mi boca aunque no me entro ni la mitad, estoy acostumbrada a hacer garganta profunda con la polla de mi novio pero esta era mas gruesa y me resultaba mas dificil que atravesase mi garganta y ni que decir tiene que habia mas longitud que tragar…
Aunque el me daba buenos estacazos y me apretaba para que entrase no podia, saco su polla llena de babas, me agarro del pelo y me llevo hasta el borde de la cama donde estaban los barrotes, me señalo una polla la mitad que la suya y me dijo metete esa entera en la boca, tienes k adaptar la garganta, yo me quede tiesa y pregunte… que?
A lo que el respondio con un fuerte azote en el culo que lo señalo para toda la noche, y dijo que hagas lo que te digo zorra, sin poder pararme a pensar lo hice me la meti en la boca , la lubrique y empece a introducirmela al fondo de la garganta hasta notar los pelos del desconocido en mi nariz, el cual me agarro la cabeza y empezo a follarme la garganta sin compasion mientras marcos empezo a jugar con mi coño, metiendome a 4 patas un dedo seguido de otro y con el mando del jueguete cambiaba las vibraciones.
El desconocido empezo a berrear y note como se vaciaba sin permiso dentro de mi garganta sin poder hacer nada para evitarlo, tras sacarla intente recobrar en aliento para recriminarle que hiciese eso cuando otrp tio ocupo su puesto, me agarro del pelo y me la metio en la boca, la tenia bastante pequeña con lo que pude subir la mirada y observar que era un hombre muy mayor, de unos 60 años, no duro ni 30 segundos cuando se corrio en mi boca, al tenerla tan pequeña no llego a la garganta y conforme la saco intente escupirlo todo, no me dio tiempo a terminar de escupirlo cuando marcos me cogio en brazos me puso boca arriba en la camay mi cabeza en el borde, coloco su polla en mi boca y me dijo, coge aire y saca la lengua, obedeci sin rechistar mientras notaba las manos de los desconocidos tocar toda mi parte izquierda llegando hasta el coño, tras varios intentos de penetrar mi garganta acabo consiguiendolo, metiendo cada vez mas a fondo sacandola cada 30 segundos mas o menos para que respirase y volviendola a meter hasta k termine notando sus huevos en mi nariz con lo que supe que estaba toda dentro, lo que me puso muy cerda, puse las manos en las nalgas duras de marcos y le indique que me follase la garganta fuerte lo que hizo durante varios minutos intermitentes para que pudiese respirar.
Termino tumbandose en la cama, con esa polla mastodontica mirando al cielo y me dijo, metetela en el coño, a lo que accedi como si a un bebe le diesen un caramelo, me sente encima de el, roce su polla con mi coño pensando que no estaria humeda… dandome cuenta de que estaba incluso mas humeda que el que la tenia llena de babas, me agarro el culo con las dos manos y me saco el jueguete de un golpe, me lo enseño y me dijo, esto molesta ya, pude observar que se habia convertido en un tamaño considerable de unos 14-15 cm dentro de mi culo, sin mediar palabra lo dirigio a mi boca y me lo metio hasta el fondo, y me dijo, como lo sueltes en algun momento tendras un castigo y ahora metete mi polla.
Coge su enorme polla y la dirigi hacia mi coño, la situe en la entrada y empece a hacer presion a la vez que hacia movimientos con el culo para intentar dilatar mi coñito, marcos me agarraba las tetas con las dos manos mientras le pegaba fuertes lametones y mordia mis pezones, meti por fin la cabeza de su polla dentro de mi coño lo que me hizo sentir un placer enormey segui jugando con ella poco a poco, cuando note las manos de marcos agarrando fuerte mi culo, y me dijo, ana, te acuerdas que te dije que te iba a doler? Recuerda que luego viene el placer…
Dicho esto me agarro aun mas fuerte y subio su pelvis fuerte metiendome su polla de un golpe hasta el fondo, notando como se habria paso por todo mi cuerpo, sin poder remediarlo solte un chillido con el que se me cayo el juguete de la boca, lo cogi corriendo y me lo meti en la boca intentado que no se diese cuenta, pero antes de hacerlo saco su polla y volvio a meterla dando otro estacazo, lo meti en la boca y cai rendida en su pecho dejandome hacer, fue aumentando el ritmo, sin pausa, empezo a taladrarme, mis ojos estaban en blanco, notaba que se me caia la baba a trabes del juguete, mis manos se agarraban a los brazos de marcos y los orgasmos no cesaban, mi cuerpo estaba a su disposicion comletamente hasta que termine notando un inmenso chorro caliente al fondo de mi, se quedo jadeando cansado de la inmensa follada que acaba de darme sin descanso y yo tumbada sobre el con la polla aun dentro, empezo a desempalmarse lo que me hizo reaccionar, me incorpore, me puse recta sobre el y empece a cabargarlo como mejor sabia, me la metia y me la sacaba casi por completo, lo escuchaba gemir de placer, yo habia perdido la cuents de las veces que me habia corrido, ya lo tenia muy sensible pero aun asi me apetecia darle placer a marcos asique continue dando lo mejor de mi.
Marcos me agarro del cuello y me pregunto que queria que se corriese con lo que le respondi con la cabeza que si sin poder hacerlo con la boca por el juguete, me saco el jueguete de la boca y me dijo, solo me puedo correr dos veces, y la segunda corrida va dentro de tu culo.
Mis ojos se abrieron de par en par, como iba a entrar eso en mi culo? Si me habia costado por el coño y mi culo aun era virgen
Aumente el ritmo de mis embestidas, metiendome todo lo que podia su polla por el coño intentando que se corriese para evitar que lo intentase con mi culo, pero me agarro del cuello y me dijo, tienes dos opciones, yo te la voy a meter en el culo de un estacazo, puedes dilatarte el culo con los tios que tienes alrededor o meterte mi polla directamente, que eliges?
No me apetecia nada follarme a esos desconocidos aunque la posibilidad de la dilatacion era muy tentadora, pero iba a perder la virginidad de mi culo con un cualquiera? Ni de coña
Me toque el culo aun con la polla de marcos dentro de mi coño e intente dilatarmelo con los dedos, entraban facilmente gracias a llevar toda la noche el juguete, y tenia el culo super lubricado de todos los orgasmos que habia tenidos, de hecho toda la cama estaba empapada, aun asi toda lubricacion era poca… asique saque la polla de marcos y meti mis dedos en mi coño, enseguida salio toda la leche de su corrida, la cogi con los dedos y la lleve a mi culo ante la vista de marcos y todos los que estaba alrededor cogi el jueguete y presione dentro de mi culo para introducir la leche de marcos todo lo posible ya que su polla llegaria muy a fondo, asique ahi estaba yo, masturbandome delante de mas de 10 tios tras un pequeño y sorprendente orgasmo anal , puse mis manos agarradas a los barrotes poniendo mis tetas entre ellas para que cualquiera pudiese chuparlas y tocarlas, necesitaba toda la excitacion que pudiese, mire a marcos , le puse mi culito en bandeja a 4 patas y le dije, es todo tuyo, marcos no duro ni un segundo en ponerse en posicion, hacerco su polla a mi entrada virginal y de un golpe metio la cabeza de su polla, lo que me hizo soltar un enorme chillido que atrajo a mas gente a mirar lo que pasaba alli, marcos hacia presion intentando meterla sin exito mientras yo estaba siendo sobada y pollas masturbandose delante de mi intentando acercarlas a mi boca, marcos enfadado les dijo a los tios, oye necesito lubicracion, correros en ella k use vuestra leche, algunos pasaron de el y siguienron sobando pero otro ni se lo pensaron y empezaron a correrse donde pillaban en mis manos, pelo, tetas , cara, marcos recogia leche de donde pillaba sin que le diese asco alguno y se untaba la polla , se coloco en posicion y dijo, ya viene rubia, y de un golpe la note entrar hasta el fondo, solte otro chillido monumental y varias risas de la gente, y marcos sin comoasion ninguna empezo a follarme como un loco, hacia tanta presion sobre mi que mi cabeza ya estaba entre los barrotrs y los tios se corrian en mi cara, mis gemidos eran inevitables asique no podia cerrar la boca y los chorros de leche entraban sin ton ni son, que resbalaban por mi boca, marcos aumento el ritmo y la fuerza y yo casi desmayada era incapaz de hacer nada, algunos chicos metian sun pollas en mi boca, me escupian o insultaban, algunos incluso se limpiaban la polla con mi pelo, la ultima polla que entro en mi boca era de un tamaño considerable, me follaba la garganta metiendo el semen de los otros hombres , cuando le mire la cara me di cuenta que era fer, duro unos instantes antes de correrse al fondo de mi garganta, marcos unos segundos mas tarde pego sus ultimos estacados, los mas fuertes terminando por correrse dentro de mi culo, sacandola de un golpe , lo que me hizo sentir una extraña sensacion de vacio tras la cual un cansancion monumental me hizo caer desmayada…
Me desperte al dia siguiente en una cama desconocida junto a fer, carla y marcos nos habian dejado un apartamento suyo y me habia traido aqui despues de ducharme… fer y yo hablamos durante todo el dia y decidimos que esa experiencia… tenia que volver a repetirse por el placer de ambos… asi que decidimos entrar en el mundo swinger, esta fue mi primera experiencia, pero no la ultima, espero que sigas leyendo mi relatos. Un beso. Anitandaluza