Hetero: General

Ese lunes desperté temprano como casi siempre. Yo no había podido dormir bien ya desde hacía más o menos quince días desde que me practicaron una cirugía urológica. Me levanté aun en medio de la penumbra y mi esposa Paola estaba todavía dormida roncando con la sábana medio envuelta en su torso. Sus nalgas al descubierto apenas medio ocultas por su tanga color oscuro me provocaban una caricia. Acerqué mi mano para posarla encima de su piel, pero me detuve. Mejor que durmiera un poco más si aún su cuerpo lo necesitaba.

Me fui al baño y mientras orinaba recordé que a las 10 am tenía cita con el urólogo para un seguimiento posoperatorio. Mi mujer despertó media hora más tarde con su rostro hinchado de sueño y sus senos pequeños al desnudo. Se sentó a orinar en la taza del baño con la puerta medio abierta y pude oír su quejido. Desde hacía dos días se venía quejando de una molesta cistitis. La tarde anterior había ido a ver a su médico que le prescribió un tratamiento sencillo aunque incómodo.

Después de haber tomado la ducha, mi esposa me pidió que la ayudara con el medicamento vaginal que debía aplicarse durante siete días. Se acomodó en el borde de la cama completamente desnuda y fresca del baño recién tomado, con sus piernas abiertas en posición de parto. Tuve cierto atisbo de excitación al ver su sexo allí explayado ante mis narices pero yo no podía y no debía intentar nada sexual hasta tanto el médico no me lo indicara. Tomé la especie de jeringa sin aguja, llena de un medicamento pastoso y blancuzco, lo introduje en su vagina e inyecté la sustancia lentamente. Me lo agradeció con cierta incomodidad y rostro fruncido, se colocó una toalla higiénica, su calzón íntimo limpio, termino de vestirse y se marchó al trabajo algo fastidiada y sin ganas.

Yo quedé solo en casa aun disfrutando de mis días de incapacidad médica tras la cirugía practicada en mi pene. Debía esperar a mi cuñada Sara que llegara más tarde para acompañarme la cita médica de control. Sara me había acompañado en todo mi proceso urológico, no solo por ser enfermera, aunque novata, sino porque disponía del tiempo que mi mujer no tenía por razones puramente laborales. Le habíamos pedido el favor de asistirme durante mi convalecencia y de hacerme compañía a las citas posoperatorias hasta que yo me recuperar.

Sara llegó un poquito tarde como de costumbre pese a que vivíamos a solo media calle de distancia.

-Cuñis ya llegué -me gritó desde abajo en la calle con sus manos puestas en su boca a manera de megáfono.

Yo me asomé por la ventana de mi alcoba del segundo piso y la vi bajo la luz aplastante del sol intenso de las nueve de la mañana. Le hice seña de que ya bajaba. Lo hice un tanto apurado para tomar el taxi y llegar a la cita a tiempo. Salimos a la calle principal y tomamos el primer taxi que pasó. Yo todavía debía caminar despacio y con cuidado aunque francamente no era ya tan necesario que ella me acompañara puesto que pasados los quince días me comenzaba a sentir bastante recuperado. Pero era mejor no ir solo porque tal vez requería de alguna recomendación o cuidado que Sara entendería y recordaría mejor que yo seguramente y además porque había sido ella quien amablemente me había estado acompañando en todo este tortuoso proceso.

Una vez en el consultorio y después que el médico y su asistente me observaron, aquel se sentó en su escritorio frente a mi cuñada y yo y con su voz jovial que no concordaba con la apariencia seria y pesada de su rostro me dijo:

-Bueno señor ya Ud. está listo. La herida superficial ya secó completamente. Su pene parece estar apto y desinflamado ya lo suficiente como para entrar en acción. La curvatura creo que quedó bastante bien corregida y lo que resta es simplemente tener relaciones sexuales preferiblemente sin condón para que puedas evaluar tu sensibilidad. Con cuidado eso sí. Ojala lo más frecuentemente que pueda. Debe volver acá en diez días para hacer un chequeo final y listo. Debe prestar mucha atención a la sensación durante el coito y el orgasmo. Si hay dolor, ardor o incomodidad etc. No debería haber nada de eso en principio. Así que señora consienta mucho a este señor –dijo mirando afablemente al rostro de mi cuñada que sonrió alzando una ceja con mirada de querer decirle al médico que ella no era mi mujer como él creía desde el principio, pero eso era un detalle incensario y sin importancia en ese momento. Sara se limitó a sonreír y asentir moviendo rápidamente su cabeza.

Salimos y justo en la puerta de la clínica antes de tomar el taxi de vuelta, le comenté a Sara que yo estaba contento con todo pero que había un problemita.

-Qué pasó? -me interrogó con aire de preocupación.

-No voy a poder practicar ni hacer nada en diez días. Tu hermana no puede tener sexo porque anda con una cistitis. Se tiene que aplicar un medicamento vaginal y debe abstenerse de sexo vaginal quince días a partir de ayer. Es decir, le quedan catorce días aun sin poder hacer nada de nada. Pensé que ella te había comentado algo de eso.

-No, no lo sabía. Ándale! que vaina! y ahora qué vas a hacer?

-Se me ocurre llamar más tarde y cambiar la fecha de la cita como para dentro de un mes o cuarenta días. Así le doy tiempo a Paola de recuperarse y me cubro un poco más yo al tiempo, porque después ya en una semana yo retorno a trabajar y probablemente me manden para la capital en unos quince días para una formación de tres o cuatro días, así que la cosa podría extenderse aún más tiempo. Mejor dicho que yo mi pinga me la voy a poder estrenar quien sabe cuándo. Estoy algo desesperado. La voy a tener que meter en un mofle de moto.

-ja ja ja ay cuñis, que locuras dices y que pena contigo. Estás bien de malas. Jodida la cosa así.

-Me va a tocar buscar otro culito por ahí, ja ja ja

-Bueno eso es asunto tuyo, yo no me meto en eso ni le digo a mi hermana nada ja ja ja, así que bien puedes.

La conversación quedo así. Durante el viaje de vuelta ella hablaba por celular y yo intente cerrar los ojos pero el calor y el ruido de la ciudad que pasaba por la ventana del incomodo taxi no me lo permitía.

Una vez llegamos a casa justo en la puerta del edificio nos despedimos. Ella marchó a su casa y yo subí tranquilo de saber que todo había salido bien y que solo era cuestión de tiempo. Podría pronto tener sexo de manera más cómoda. Había valido la pena someterme a esa cirugía voluntaria y espontanea de corrección de curvatura de pene. De nacimiento mi pene vino con esa curva pronunciada hacia la izquierda que impedía desempeñarme sexualmente con comodidad y soltura.

Al ir subiendo las escaleras intente llamar desde mi móvil a mi mujer para narrarle lo sucedido pero no respondió, así que tal vez me devolvería la llamada más adelante. Me senté en una mecedora después de quedar solo en calzoncillos a escuchar música cuando sonó el timbre de la puerta. Me asome a la ventana y divisé desde mi ventana la cabellera abundante de Sara que miraba hacia arriba tratando de tapar con su mano al sol incandescente que golpeaba sus ojos

-Ábreme por favor

-Se te olvido algo?

-No, anda ábreme.

Le abrí sin mucha intriga y ni me molesté en ponerme una toalla para cubrirme puesto que estaba ya acostumbrado desde la cirugía a que ella me viera desnudo e incluso me curara el pene.

Abrí la puerta y su mirada aunque serena tenía un brillo diferente.

-Modificaste ya la fecha de la cita?

-No, aun no lo he hecho.

-Le dijiste ya a mi hermana lo que nos dijo el médico?

-No, tampoco –le respondí con aire ya intrigado– porqué lo preguntas?

Me miró con una sonrisa pícara y ese brillo en los ojos que denotaba algo trascendental. Esa mirada la conocía ya bastante después de tantos años de ser vecinos y familia. Yo conocía a Sara desde antes de hacerme novio de su hermana Paola. Sara ha sido siempre una mujer de atreverse y no temer ni titubear a la hora de ejecutar una acción ya decidida.

-Cuñis, no canceles cita ni llames a Paola. No es necesario creo.

-Como así?

-Te tengo ya solución para que puedas estrenar tu pene.

Yo solo fruncí el ceño con mirada intrigada pero dejándola proseguir.

-Si quieres, lo haces conmigo –terminó así su frase corta, directa y se limitó a mirarme directamente con sus ojos negros grandes y brillantes de luz desafiante y firme.

Yo apenas si pude procesar lo que estaba escuchando de su boca delgada con esa voz dulce pero segura. Lo primero que pensé era que me estaba bromeando.

-Sara, no me bromees con ese tema. No es gracioso.

-Cuñis, no es broma. Lo digo en serio. Para que no tengas que esperarte quien sabe hasta cuándo. Puedes hacerlo conmigo. Ojo y te aclaro. No es por morbo ni nada de eso, sino simplemente por ayuda médica. Claro esto es en secreto. Lo he pensado bien ahorita y por eso vine a proponértelo. Sé que eres un tipo serio. Nada de comentárselo a Paola ni yo tampoco le diré nada a Alberto ni más faltaba. Cuñis, si tú quieres claro está. Yo te ofrezco. Tú decides.

En ese instante sonó mi teléfono. Era mi mujer devolviéndome la llamada. Al responder Sara me hizo seña desesperadamente con los ojos y sus manos de que no dijera nada ni tampoco que mencionara a su hermana que ella estaba allí conmigo. Así que solo le dije a Paola parte de la verdad.

-Si, si amor. Todo va bien. Debo ver al médico en diez días y tal vez sea todo. Pero me dijo que la recuperación va mejor y más rápida de lo que esperaba. Si, Sara estuvo allí conmigo. Estoy tranquilo con eso.

Mientras hablaba Sara me miraba asintiendo y haciéndome gestos de aprobación por haber dicho lo que dije a su hermana. Terminé la llamada y volví a dirigirme a mi cuñada con aire de sorpresa e incredulidad.

-Sara, claro que quiero. Claro que acepto tu propuesta ni más faltaba. Ni tengo palabras que agradecerte. Eres la mejor cuñada del mundo. Además que estas muy buena y lo sabes.

-Cuñis, nada de morbo. Solo es por cuestión médica. Tenlo en cuenta. No quiero que pienses que soy una zorra puta que anda repartiendo culo por allí. O que ando enamorada de ti porque soy una esposa infiel ni por nada de eso. Lo hago por ayudarte y porque he sido tu confidente en todo esto tan privado. Además tú a mí me has ayudado bastante. Has sido un buen cuñado y yo te estimo. Lo sabes. Sabes también lo mucho que quiero a mi hermanita.

-No he dicho nada de eso. Relájate. Solo dije que estas buena. Eres una mujer atractiva y lo sabes.

-Ok. Gracias por el cumplido. Ahora me voy. Mañana por la mañana como a las diez vengo. Espero estés listo. Ni una palabra de esto a nadie.

Ese fue el día más largo de mi vida. La espera se me hizo eterna hasta el día siguiente. Me puse lunático casi. Mi mujer noto mi actitud distraída y distante. Me preguntó en varias ocasiones si me pasaba algo. Yo le mentía intentando darle excusas etc., pero ella con su malestar de cistitis tampoco estuvo de humor para prestarme mucha atención. Me costaba creer que mi propia cuñada me propusiera sexo solidario con ella. Me pellizcaba para ver si acaso no era un sueño. Sara, la hermana mayor de mi mujer, casada, madre de dos hijas, vecina, enfermera novata vendría al día siguiente a darme sexo. Era difícil de digerir. Eso me hacía pasar por todos los estados emocionales. Era tremendamente morboso todo eso para mí. Para ella era tal vez una cuestión técnica y medica de solidaridad para conmigo, pero para mí era un acontecimiento de morbo y fantasía sexual increíble. Tener sexo con una mujer fuera de mi matrimonio ya de por si constituía toda una aventura cargada de emociones y si a eso le sumaba el hecho de que esa mujer era nada más y nada menos que mi propia cuñada, sumaba aún más morbo al punto de descrestar mi imaginación.

Sara es una mujer físicamente bien hecha la verdad sea dicha. A pesar de los kilos demás que trae consigo la treintena y la vida de casada con hijos, es una mujer que inspira sexo a cualquier hombre ciertamente, incluyéndome a mí. Nunca se me hubiera ocurrido proponerla algo así claro está, pero más de un mal pensamiento se me ha pasado por la cabeza con Sara desde que la conocí. A diferencia de mi mujer, quien debo decir que es bonita y de cuerpo más bien proporcionado pero sencillo, Sara es voluptuosa, de senos amplios y nalgas grandes. Su estatura alta, su cuerpo amplio de curvas pronunciadas y su piel blanca de abundante cabellera negra la hacen lucir elegante siempre. Al momento de lo ocurrido en esta narración, Sara tenía y cuatro años recién cumplidos. Dos años menor que yo y cinco más que su única hermana.

No pude pegar el ojo en toda la noche pensando en cómo sería ese primer encuentro sexual con mi cuñada para estrenar mi pene ahora ya casi recto. La pondría en poses que antes me costaba trabajo. Imaginaba la fisonomía de sus zonas íntimas. Intentaba recrear como debían ser sus senos, sus pezones, su vagina, su vulva, su sus nalgas etc. Me preguntaba qué tan parecidas debían ser con respecto a los de su hermanita. La imaginaba desnuda de diversas maneras. La ansiedad no me dejo dormir. Amaneció. Hice la rutina con Paola mi mujer quien me notó aún muy distraído. Le apliqué su medicina en la vagina y se marchó nuevamente desanimada aunque se sentía ya un poco mejor. Solo después pude medio caer vencido de sueño y dormir un par de horas hasta un poco pasadas las nueve de la mañana.

Desperté al oír un vendedor callejero gritar su mercancía. Tome mi baño matutino. Tuve varias erecciones y me emocionaba ver que mi pene estaba realmente derecho con una ligera curva pero bastante menor.

-Espera nene, ya viene Sara. Te la vas a comer rico. –le hablaba a mi pene como si fuera una persona.

Me limpié con más cuidado cual primera cita de amor y me puse mi mejor calzoncillo. Un calzón nuevo grisáceo corto que horma bien en mi cuerpo velludo. Era el preferido de mi mujer. Por un momento pensé en Alberto, el marido de Sara. Sera que antes ella le habría sido infiel? Aunque en este caso no se puede considerar así. No se trata de una relación como tal. Pero era como si lo fuera. Me confundía en esas divagaciones moralistas sin encontrar respuesta. Lo sentía por él, pero era imposible despreciar y no desear a su mujer. No quería yo estar en su sitio. Puro orgullo de hombre era lo que me hacía divagar. Me preguntaba si acaso mi mujer no haría cosas traviesas también. La voz de Sara entrando por la ventana me sacó de esas inútiles cavilaciones.

-Cuñisss… -gritó Sara

Mis latidos aumentaron el ritmo. El momento había llegado y fue cuando me di cuenta que yo estaba nervioso. Que el macho se asustaba un poco. Debía calmarme para funcionar bien. Recobré mi compostura, me asomé por la ventana y la divisé abajo. Estaba vestida con una blusa azul de tirantas y una falda negra que le daba por encima de las rodillas. El calor ya era abrazante.

Al entrar por la puerta, su mirada era relajada pero intensa. Su andar firme y decidido. Sabíamos que no era una mañana tan normal como las otras de los últimos quince días anteriores. Había cierta tensión en el ambiente que lo enrarecía.

-Listo?

-Claro, le dije simulando cero nervios.

Ella me miro de pies a cabeza. Reparó mi calzoncillo pero no dijo nada. Se metió en la alcoba principal. Se sentó al borde de la cama justo en el sitio en el que horas antes Paola había abierto las piernas para aplicarle el medicamente vaginal.

-Creo que aquí en la cama no es tan bueno para ti ahora que lo pienso bien. –dijo resuelta.

-Tienes razón. Es mejor que yo esté de pie y pueda controlar el movimiento.

-Exacto. Mejor yo me siento en el mesón de la cocina y tu quedas de pie. Te parece bien?

-Si. Buena idea.

Era raro tener esa conversación así. Parecíamos más bien dos personas planeando instalar unas cortinas en una casa o dos personas acomodándose para hacer un corte de cabello en un sitio improvisado que un hombre y una mujer a punto de tener sexo.

Sara se sentó encima de las baldosas del mesón sin quitarse una sola prenda de vestir. Medio abrió las piernas sin dejar que se desnudara más allá de sus muslos blancos y me pidió acomodarme frente a ella. Abrió aún más sus piernas. Me asió para que yo me adentrara contra su cuerpo. Yo aun con mi calzoncillo puesto acerqué mi pelvis hasta pegarla con su zona vaginal. Era perfecto para mi estatura afortunadamente. Mi pene quedaba justo por encima del canto superior del mesón apuntando directamente hacia su vagina. En realidad ya lo sabía porque numerosas veces había tenido sexo con mi mujer justo allí en la cocina sentando a Paola en el mismo lugar, pero no quise comentar esa infidencia con Sara innecesariamente.

Pude entonces sentir en mi pene el calor emanado de su sexo a través de las telas de nuestras respectivas prendas íntimas. Eso me predispuso y generó un leve respingo de erección pese a mis nervios y a la sobriedad con la que se habían manejado hasta ese momento las cosas.

Fui rápidamente a la alcoba y traje una franela limpia mía y la puse encima del mesón para que Sara se sentara y no posara sus nalgas directamente encima de las duras, frías y resbaladizas baldosas de cerámica blanca que recubrían al mesón.

-Sara una cosa antes de iniciar.

-Si, dime cuñis.

-Se supone que no debo ponerme condón idealmente. Algún problema si lo hacemos así?

-Si. Lo sé. También pensé en eso. No te preocupes. Vamos a hacerlo así si no tienes ningún problema claro está.

-No. No hay problema.

-Bueno. Bájate ese calzoncillo y sácala a ver.

Yo sentía todo esto raro, todo tan técnico y metódico pero no dejaba de excitarme de algún modo. No hubo ni caricias, ni besos, ni miradas morbosas. Yo me desnudé frente a sus ojos y mi pene aun medio fláccido saltó a su vista. Ella me lo miró sin morbo aparente de forma directa y me dijo que se veía mucho mejor que la última vez que lo había visto para curarme la herida superficial. Extendió la mano y me acarició el tallo de mi pene justo donde había estado antes una herida superficial más con actitud de examinadora que de amante.

-Ahora que sienta calorcito se va a poner duro. Vas a ver. –me dijo para hacerme sentir tranquilo

Sara con cautela metiendo sus manos por debajo de su falda algo replegada y sin bajarse del mesón se fue deslizando su prenda interior sin elevar la costura de la falda más allá de sus muslos. Por respeto yo trataba tensamente de no mirar sus partes para no incomodarla. Como por arte de magia su calzoncito blando de algodón lo tuvo en sus manos y lo colocó enrollado dentro de su busto por debajo de su blusa. El morbo me subió a la cabeza cuando tuve esa imagen frente a mí. Quería oler esa prenda sucia de su sexo y me excitaba saber que ya debajo de esa falda negra no había más barreas para mi verga que cobraba volumen despacio.

-Ahora ya la puedes meter. Sóbala en mi chuchita para que se endurezca y se meta solita en mi raja –sus instrucciones las decía con naturalidad. Sin emoción, pero con voz dulce.

Yo me alejé un poco para que ella pudiera ver mi erección. Quería neciamente que ella supiera que yo estaba muy excitado por y para ella.

-Caramba, ya lo tienes duro. Intenta meterlo despacio. Sin desespero. Tomate el tiempo que necesites y así me das tiempo a que yo lubrique un poco.

Yo, nervioso, seguía sus instrucciones. Sentía el calor de su chucha. Resbalaba mi miembro por su rajita con mis brazos apoyados a lado y lado de sus muslos afirmándome en el borde del mesón. Ella estaba sentada con sus piernas completamente abiertas y su falda replegada pero sin dejar acceso a mi vista. No pude ver su sexo. Olía su piel y el perfume del jabón del baño recién tomado. Miraba sus ojos negros relajados y seguros. Ella por momentos me miraba y por momentos me esquivaba. Me provocaba embestirla con desenfreno, besarla o acariciarle y comerle las tetas. Pero eso arruinaría todo. Ella se comportaba con actitud médica aunque su voz relajada me pedía que disfrutara para que se el sexo se hiciera placentero. Nuestros rostros estaban cerca y la respiración era jadeante en ambos.

Con la punta de mi verga exploré la geografía exterior de su vagina. Tenía vellosidades, aunque no abundantes y alcanzaba a rozar sus carnosidades tibias y blandas. Estuve así rozando y frotando mi verga por afuera de su vagina y ella cerraba los ojos por momentos. Pude empezar a hincar mi falo en la entrada de su gruta. Ella aunque no tan mojada estaba lo suficientemente lubricada como para permitir una penetración.

El silencio fue interrumpido estrepitosamente. Sonó su teléfono y al ver la pantalla me hizo señal de que hiciera silencio. Yo me asusté un poco al deducir por su conversación que se trataba de su marido Alberto. Intenté retirarme, pero ella me lo impidió con sus piernas. Dejó en espera a su marido al otro lado de la línea y se acercó al oído para decirme que siguiera haciendo todo sin parar que ella no demoraba nada.

Entonces emboné mi glande muy lentamente justo en la entrada y me detuve unos segundos hasta que ella colgó su llamada. Me sorprendió la tranquilidad y control con la que una mujer es capaz de engañar a su marido. Embestí con cuidado. Fui sintiendo como cada milímetro de mi pene iba resbalando en el calor de su concha tan facilito. Era una sensación novedosa que antes con la curva no podía tener. La fui metiendo. Sentí como resbalaba adentrándose en su carnosidad suave y calurosa. Llegue a tope y mis vellos púbicos se unieron a los de ella. Sara emitió un leve gemido y un jadeo ahogado al saberme totalmente penetrado en ella.

-Muy bien. Vas muy bien cuñis. Bravo. La metiste toda -me decía ya con voz pasita al oído.

Yo no podía creer que eso estaba ocurriendo. Todo era algo raro. Placenteramente raro.

-Avísame si sientes dolor, ardor o algo. Ahora intenta moverla. Sácala y métela despacio.

Mi rostro estaba cerca del de ella. Podía sentir el aliento de su boca de labios delgados y rosados. El jadeo era inevitable y mi pecho se juntaba un tanto contra sus senos abultados que siempre había morboseado. Su faldón tapaba mi zona pélvica y no podía ver mi pene ni su chucha. Pero la sensación de placer, de morbo y de calor físico era sensacional. La comencé a embestir despacio. La sacaba hasta más de la mitad y movía mi cadera para volverla a penetrar completamente. Con cada penetración sentía más humedad en su vagina. Sara gemía y jadeaba muy levemente. Entonces me atreví a preguntarle:

-Y tu Sara. Estas bien? Te gusta?

-Ah, ah, No soy de hie-rro hm cuñis. Ah, ah, soy de car-ne y hue-so, hm ah, ah. Claro que me da placer. Ah, ah, ah sentirlo den-den-ntro. Ah, si-si-gue asi. Hm, ah, hm, hm.

Escucharla jadear y ver sus pupilas dilatadas me dio ánimo y confianza. Comencé a embestirla un poco más rápido. Sara comenzó a gemir con más soltura. Sin embargo no perdía su cordura.

-No tan rápido cuñis. Es rico ah, ah pero despacio. A-a-acuerdate.

Yo bajé el ritmo con mucho esfuerzo. El morbo se me había subido a la cabeza y el cosquilleo era placentero. No sentía ni ardor ni dolor. El momento cúspide se acercaba. Yo sabía que estaba llegando al punto de no retorno. Sentía un regocijo al penetrarla tan cómodamente. Era la primera vez en mi vida que experimentaba esa sensación de efectividad al penetrar. Era la primera vez que mi pene entraba en una vagina solito, sin necesidad de tener que agarrármelo para dirigirlo hacia la entrada. Era la primera vez que podía embestir a una mujer moviendo mi cadera hacia adelante y hacia atrás y no hacia medio lado. Era la primera vez que la hembra estaba sentada de frente y no de medio lado para ayudar a que la curva de mi pene ingresara en su sexo. Era algo simple y obvio para alguien que toda su vida ha tenido un pene normal, recto, pero era todo un acontecimiento para alguien como yo. Mis emociones de felicidad y morbo estaban hirviendo dentro de mi cuerpo en ese instante. Sara tal vez no era consciente de eso. Pero yo se lo estaba agradeciendo mucho.

-Sara, me voy a venir-rrrrr

-Cuñis sácala. Échala en este vaso.

Me paso un pocillo de tono oscuro que tomó del portavasos que había justo a su lado izquierdo. Solo en el último instante saqué mi pene completamente mojado del gozo vaginal. Solo en ese fragmento mas por reacción accidental de ella al levantar sus piernas pude ver sin mucho detalle esa vagina rosada y algo velluda. Lo que vi me resultó hermoso y erótico.

Introduje mi pene en el vaso completamente y dejé que eyaculara en el interior del vaso. Sara me miraba a la cara mientras yo vivía mi orgasmo y tuvo tal vez el único gesto de cariño. Me acarició mi pecho velludo mientras yo jadeaba de placer contorneando mi cuerpo con cada pringo de semen que salía disparado contra el fondo del vaso. Un placer intenso recorría mi cuerpo y una leve sensibilidad diferente en el tallo de mi pene pude percibir cuando este se contraía para eyacular.

Solo después de notar que yo había recobrado un poco mi prestancia me preguntó.

-Todo bien cuñis? Te dolió o te ardió cuando te viniste?

-Nooo, no. Solo un poco de sensibilidad, pero nadita de dolor. Puro placer.

-Ya veo que no. Ja ja ja.

-Perdóname Sara, pero que chuchita tan rica tienes.

-Tranquilo cuñis. Me alegra que te haya gustado y que la hayas pasado bien. Pero sobre todo que tu verga funcione bien. Mi hermana ahora va a estar más feliz. Bueno hay que seguir probando claro está. Y bueno déjame decirte que se sentía rico. La moviste bien.

-Gracias Sara.

-Miremos el semen. No debe tener ni olor ni color raro.

Sara se bajó del mesón como si nada hubiera pasado antes, cual mujer haciendo un trabajo de laboratorio. Tomó el pocillo, se acercó a la puerta de salida al patio para tener buena iluminación. Miro al fondo del pocillo, lo acercó a su nariz y lo olió.

-Parece todo normal. Me pasas una cuchara pequeña por favor?

Le pasé una cuchara y ella la sirvió de semen. Lo observó a la luz por unos segundos con ojos de enfermera y hasta untó un poco en su dedo índice derecho para juntarlo con su pulgar pudo tantear su consistencia.

-Creo que todo se ve normal con tu semen. Míralo tú.

Yo lo vi, lo olí e hice lo mismo que ella.

-Si. Todo parece normal.

Me sentí aliviado, complacido y de alguna manera unido emocionalmente a mi cuñada. Era todo algo confuso. En ese momento supe que la forma de relacionarnos ya no sería nunca igual. Algo habíamos roto. Al menos en mi cabeza aunque tal vez no en la de Sara.

Se despidió apuradamente al caer en cuenta que estaba atrasada con sus deberes. Se lavó las manos en el lavaplatos con jabón de lavar loza, se secó con su falda y se marchó casi corriendo.

-Mañana vengo más o menos a la misma hora eh.

Tuve que pellizcarme para corroborar que no estaba soñando lo que acababa de suceder. Era el acontecimiento sexual más intenso de toda mi vida hasta ese momento. Pude relajarme y ocuparme en algunos quehaceres sin dejar de pensar ni un minuto que lo que paso y en lo que pasaría al día siguiente.

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Mi madre pues es una mujer que siempre ha tenido un excelente cuerpo, es muy sexy y tiene una cara muy linda. Mi madre tiene 47 años, es blanca, castaña, mide 1.60m mas o menos, como dije, es demasiado sexy, en sus 20s fue modelo y sempre ha tenido cuerpo de MILF. Mi padre murió hace 21 años, yo crecí con mi madre y la verdad siempre tuve un deseo sexual hacía ella.

Mi madre conoció a mi padrasto hace alrededor de 15 años… Es un hombre de negocios y tiene mucho dinero, siempre he sentido celos de que estuviera con mi madre y por eso nunca lo acepté.

Esta historia pasó hace 7 años, yo tenía 19 y mi madre 40… Siempre he sido un adicto a la masturbación y soy muy morboso al sexo. Veía mucha porno de madre e hijo y me excitaba mucho, resulta que un día un amigo muy cercano me contó que su abuelo había ido al Psiquiatra pues sufría un transtorno de insomnio, y al señor le medicaban con unas pastillas para dormir. Mi amigo me contó que él se tomó 2 y durmió casi 12 horas seguidas profundamente. En fin le dije que por favor me consiguiera 2 pastillas para “tomarmelas yo” y ver que pasaba…
Al día siguiente mi amigo me las dió y pues yo comencé a idear mi plan…

El plan era idear el momento …
… perfecto para darle las pastillas a mi madre, una vez dormida tratar de tomarle fotos y videos de sus partes intimas para tenerlas guardadas y después disfrutar…
Resulta pasaron unas semanas, mi padrasto tenía que salir de la ciudad para atender un negocio, él se iba un Lunes y volvía hasta Jueves, era el momento perfecto…

Llegó el Lunes, mi padrasto se fué temprano, yo pasé todo el día con mi madre… Eran las 7pm y la señora que limpia la casa se fué, decidí hacer un “batido” de frutas. Molí las pastillas, se las eché en un vaso y se lo dí a mi madre… Ella se lo tomó todo…

Me fui para mi cuarto… Pasaron 30 minutos y mi madre llegó y me dijo “Me siento muy cansada, voy a acostarme a dormir, por favor cierra la casa y apaga todas las luces antes de acostarte”, yo respondí que Okay.

Pasó una hora más, vi el reloj eran casi las 9… Me levanté de mi computadora y cerré toda la casa… Me dirigí al cuarto de mi madre y estaba cerrado, toqué la puerta y no respondía… Toqué aún más duro y nada…
Abrí el cuarto, prendí la luz y mi madre estaba ahí dormida… Me acerqué y le toqué un hombro y la llamé por su nombre, no respondía…

Aún sentía bastante nervios ya que pensaba que podía despertarse… Así que seguí tocando el hombro y le grité el nombre y nada que despertaba, decidí jalarla de los pies a ver si se despertaba y tampoco… Estaba sumamente dormida… Mi plan había funcionado.

Me fui a mi habitación y tomé mi telefono, me devolví a la habitacion

mi corazón latía duro y mi verga estaba parada, estaba muy nervioso pues sentía que iba a despertar en cualquier momento… La acomodaba de varias maneras y le tomaba fotos y videos…

Me comencé a sentir muy muy excitado, asi que me saqué la verga… Mi mente sabía que estaba mal… No debía hacerlo pero mi deseo sexual me estaba ganando… Le puse mi verga en una mano y tomé una foto… Decidí desnudarla aún más… Así que retiré por completo la parte inferior y yo me quité toda la ropa…

Decidí acercarme y pasarle mi verga por sus tetas, se sentía muy rico, sus pezones estaban suavesitos… Acerqué mi cara a su vagina y la olí, olía excisito, tenía algo de pelo, abrí su vaginita un poco con mis dedos y la olí de nuevo… Sentí la necesidad de pasar mi lengua y lo hice muy levemente… Ufff estaba cumpliendo mi fantasía… Metí mi lengua por su vagina varias veces… Quería ver su culito asi que la voltié boca abajo y le abrí las piernas… Ahí estaba su culito perfecto, me acerqué y lo comencé a chupar… Increíble todo…

Me subí sobre ella y me comencé a masturbar sobre su culito y sus nalgas… En minutos me vine y mi leche caía sobre su culo… La limpié y le puse las pijamas de vuelta y me puse mi ropa…
Dejé todo como estaba antes y me fui…

Me fui para el baño y me comencé a bañar… Al ratito …
… me volví a excitar de nuevo… Mi mente pensaba y quería penetrar a mi madre… Así que salí del baño desnudo y me fui de nuevo al cuarto de mi madre…
Entré y la volví a desnudar… La voltié boca arriba, le acerqué la verga a la vagina, y comencé a meterla muy lentamente… Estaba calientita por dentro, se sentía increible… Comencé a moverme lentamente, le chupaba los pezones, y al rato sentí que me iba a venir… así que decidí venirme afuera en su abdomen… Sentí riquisimo…

Seguía tan excitado que la volví a meter y seguí cogiendomela… Seguía teniendo mi verga como una piedra… Al rato de nuevo sentí que me iba a venir y me volví a venir en su abdomen, esta vez el orgasmo se sentió más fuerte…
Otra vez se la volví a meter, comencé a perder la erección un poco, asi que la saqué… Me acerqué a su boquita y rocé mi pene contra sus labios… Lo hice hasta que de nuevo mi erección volvió a tomar forma y mi verga se puso dura otra vez…

Me acomodé de nuevo y la volví a meter en su vagina, comencé a cogermela otra vez… De nuevo sentí que me venía, me la saqué y otra vez me vine en el abdomen… Su ombligo estaba relleno de leche…
Fui al baño y tomé papel para limpiar todo… Mientras limpiaba mi pene seguía parado…

Otra vez me excité, la volví a meter y otra vez me vine afuera… No podía parar… Aquella vagina se sentía tan pero tan rica que no lograba detenerme… No sabía cómo seguía sosteniendo una erección después de tantas veces.

Ya era la 5ta venida, ya casi ni leche me salía…

La limpié bien, la cama tenía algo de leche, la vestí y dejé todo tan normal como fuera posible… Me fui a mi cuarto y me acosté…
Tenía mucho miedo de que al día siguiente ella fuera a sentir algo o descubrir lo que hice… Por mi mente pasaba la idea de que ella sintió todo lo que pasó… Casi no dormí esa noche de pensar en eso…
Llegó la mañana, eran como las 7am, me levanté y ella seguía dormida. Me puse a hacer el desayuno y después a ver TV, al rato escuché que se levantó y se fue para el baño… Mi corazon latía duro y estaba muy asustado, escuché que se bañó, salió ya lista y llegó a la sala donde yo estaba y me dijo “Buenos días como amaneciste?” Y yo “Bien y vos?”
Ella respondió “Bien, caí tendida anoche, no sé que me pasó” Yo- “Ahhh si noté que te fuiste a acostar temprano”…

Después la conversación siguió normal… Y el día tambien…

Esa fue mi experiencia con mi madre… Como dije, no me enrogullece lo que hice, algún día se lo contaré para sanarme pero bueno… Eso será otro día.
Aún tengo las fotos y videos que tomé ese día, les comparto una. Saludos.

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Carolina había cumplido 18 años y su natural belleza, sumada a la transformación de su cuerpo, ya alteraba las hormonas de todos los chicos. Esto no tendría nada de raro salvo que, como padre, me preocupaba la especial relación que mantenía con su hermano Pablo. Con tan solo 22 meses de diferencia, desde hacia un tiempo me producía celos observar sus cómplices miradas y las continuas sonrisas indiscretas. Incluso, para avivar mis pensamientos, mi esposa siempre me comentaba su inquietud por el hecho de que los dos estaban cada vez mas unidos y pasaban mucho tiempo encerrados en el cuarto. Debo confesar que, en muchas oportunidades, me imaginaba a mis hijos teniendo algún tipo de contacto sexual y eso me provocaba sentimientos encontrados. Por un lado, una mezcla de rabia e impotencia, y, por el otro, una excitación lujuriosa y continuas erecciones.

Con la finalidad de despejar las dudas, que ya casi no me permitían dormir, compre un mini grabador que se activaba por la voz y, mientras ellos estaban en el colegio, lo oculte en la habitación de mi hijo. Recuerdo que el siguiente día se me hizo eterno por la ansiedad de rescatarlo y escuchar su contenido. Cuando al fin lo pude tener en mis manos, corrí desesperado hasta el estudio y cerrando la puerta lo conecte.

Durante los primeros minutos oí a Pablo hablar por teléfono con algunos de sus amigos y escuche varios temas de su música preferida. A medida que pasaba el tiempo, tome conciencia de mi frustración pues, en el …
… fondo de mi ser, quería confirmar mis sospechas.

Mis deseos no se hicieron esperar y, luego de interminables minutos, oí la siguiente conversación:

Entra y cierra con llave. Mira como ya la tengo de parada. Sacate la ropa y ven a la cama.

Pero en la cama no lo vamos a hacer, porque la mancharemos toda. ¿Queres ir al baño?

¿Esta loca?, Mira si mama nos ve entrar. Quedémonos aquí y nos acostamos en el piso.

Bueno, pero sin desvestirnos todo. Yo me levanto el uniforme y vos te bajas el pantalón.

Esta bien, pero abrí la blusa y saca las tetitas. Tócamela, vas a ver que dura la tengohoy.

Uy sí, esta inmensa. Pásame la toalla, porque seguro que te voy a sacar cualquier cantidad

Y por aquí también esta muy mojado. Abrí las piernas, así te toco bien y terminamos juntos

Bueno, pero solo por afuera y despacito. Avísame cuando te este por saltar, para tapártela

Luego las palabras cesaron y fueron remplazadas por gemidos, suspiros, chirridos de la cama y jadeos. Al cabo de un tiempo volví a escucharlos:

Ya siento que estoy por acabar, no me la sueltes hasta que yo te diga. Tómala es toda tuya

A mi también me viene, mete un poquito el dedo y siente como me baja. Te quiero mucho.

Yo te adoro y nunca voy a dejarte. Júrame que vamos a seguir haciéndolo todos los días.

Claro, serás el primero en entrar aquí adentro y aunque nos casemos te voy dejar meterla

Mira como se me puso otra vez. Creo que todavía tengo más. Házmela y sácame otro poco.

No, quédate con ganas y así mañana la tenes bien grande. Ahora vístete y anda a lavártela.

Esto habrá durado un total de 20 minutos y durante todo ese tiempo me masturbe como loco. Esa misma noche volví a tener unas espectaculares eyaculaciones en el culo de mi mujer, quien se admiro por el nuevo giro que tomaban nuestras relaciones.

Demás esta decirles que no solamente continué con las grabaciones, sino que llegué a instalar un cámara de filmación.

Si les parece que mi experiencia vale la pena de ser contada, y quieren saber como se fueron desarrollando los acontecimientos, les seguiré contando esta historia.

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Eran pasadas las cuatro de la tarde cuando uno de sus profesores comunicó a Denis y sus compañeros que podían retirarse, ya que los docentes de matemáticas e inglés estaban ausentes por permiso. A pesar de la insistencia de sus dos inseparables amigos para acompañarlos a las salas de videojuegos a unas tres cuadras del cole, Denis, un joven de 18 años que cursaba el quinto año de bachillerato por parasistemas, optó por regresar a casa. No quería generar más problemas y preocupaciones a sus padres; perder el año y no poder graduarse había sido una enorme decepción para ellos, todo debido al descuido en los estudios.

Vivía cerca del colegio, se tardó menos de 20 minutos como solía hacerlo, caminando. Al llegar a casa lo hizo de manera sigilosa, emulando las formas del counter strike, se adentró poco a poco sin hacer ruido, simulando llevar en sus manos un AK-47, pues, le gustaba hacer este tipo de bromas a sus padres y hermana. Le sorprendió que la puerta de la sala estuviera entreabierta. Se adentró por los pasillos que llevaba a las habitaciones de sus padres, la de su hermana, la suya, el baño, el patio.

Entró a su habitación y cuando estaba a punto de tirar el bolso a la cama de mala gana oyó un gemido femenino. Con cuidado colocó el bolso en el closet y abandonó sigilosamente su habitación.

Al primer gemido lo acompañó otro y otro, se le hizo fácil adivinar la voz de su madre.

—¿Te gusta, verdad? ¿Te encanta así, duro, de pie?

Esa era la voz de su padre, se oía jadeante, excitado.

—Sí, sí, dame bien duro.

Oh, Dios, esa era su madre. Estaban follando, adivinó.

Se acercó a la puerta de la habitación de sus padres, estaba abierta por muy poco, algo de lo que no se percató al principio. Se olvidó del counter strike y se asomó por la rendija.

Podía verlos comodamente, ambos estaban follando de pie. Su padre completamente desnudo sujetaba a su madre desde atrás por los brazos pero lo que más le impresionó fue la manera en la que estaba vestida su madre, además de tener una venda en los ojos. Vestía unos zapatos negros de tacón alto, lencería de color rojo con tirantes pero sus pechos estaban descubiertos y tambaleaban al ritmo de la violenta penetración de su esposo.

—Puta —oyó decir al papá—, Perra.

Para Denis aquella escena le generó un impacto brutal. Nunca había visto a sus padres tener sexo, ni siquiera a nadie, unos pocos videos porno era lo más lejos que había llegado a experimentar una escena vouyerista.

Las sensaciones que experimentó también eran ineditas, le excitó ver a su madre semi desnuda siendo empalada por su papá que además de sujetarla de manera agresiva ahora la llamaba “puta” y “perra”.

Se quedó pensativo por un momento, su papá estaba enfocado en la penetración, su madre estaba vendada, ambos gemían, su papá le decía morbosidades, ella respondía entre gemidos.

Denis se llevó la mano a su entrepierna, para entonces la erección de su pene ya le incomodaba. Desabrochó su cremallera y sin dudarlo comenzó a masturbarse.

Su mente fue invadida por pensamientos incestuosos, se jalaba la polla imaginándose en el lugar de su padre, sujetando a su madre como su padre lo hacía, penetrándola con su ya muy bien desarrollado pene, un pene largo de unos 19 centímetros, virgen y sin experiencia, pero no virgen del prepucio que ya había estirado de tantas pajas en su habitación y en el baño sino virgen de no haber experimentado el sexo aun con chica alguna.

Se mantuvo ahí durante unos minutos mientras disfrutaba de la escena, su mano iba y venía sobre su pene mientras disfrutaba de la sumisión de su madre, de los dulces gemidos que salían de su boca mientras papá la violentaba.

—Te voy a romper el culo como la semana pasada, zorra —dijo su padre.

Denis no daba crédito a sus oidos.

—Sí, pero en la noche, cuando Denis y Sabrina estén durmiendo.

—No, zorra, te voy a culear ahora mismo.

—No, ahora no —decía su madre entre gemidos.

Era un juego, el juego de la seducción inversa, de la que no quiere la cosa, del esposo que adora las respuestas negativas de su mujer por el morbo que le genera dominarla, subyugarla.

Denis continuaba la masturbación, el diálogo que mantenían sus padres lo estaba llevando directo al orgasmo, a la eyaculación.

—Cállate, puta, te romperé toda —dijo papá.

Denis no aguantó, era demasiado el morbo y su madre tenía un bonito cuerpo y unas hermosas tetas que se balanceaban y lo volvían loco a pesar de ser solo un expectador.

El orgasmo llegó a su cerebro que lo repartió por su sangre hasta llegar a su prostata que empezó a liberar la eyaculación, Denis tuvo que sufrir en silencio el delicioso placer que ofrecía el orgasmo, tuvo que tomar el pene por la punta y cubrirlo con el prepucio mientras este descargaba chorros de semen.

Cuando estaba a punto de retirarse a su habitación una voz femenina diferente a la de su madre le brindó un susto tremendo.

—¿Qué coño haces?

Se giró a la izquierda. Venía su hermana llegando de clases y fue tanto el susto que le produjo tal sorpresa que apartó la mano de su pene, lo que provocó que derramara todo el semen que caería entre su pantalón y el suelo.

Como pudo, Denis se cubrió el sexo con ambas manos y caminó trastabillando hacia su habitación mientras la hermana incrédula por lo acontecido y con una risa entre burlesca y desconcertada abría intencionalmente la puerta de la habitación de sus padres tan enfocados en el acto sexual que ni siquiera se habían percatado de la presencia de sus hijos.

—Mamá, papá —dijo Sabrina sorprendida

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Cierto día, año y mes de una localidad olvidada en el tiempo, pasaba yo mis días a la espera de mi novia, que había salido a vacacionar con sus padres. Habían pasado veinte días y aún faltaban diez para su regreso.

¿Qué si la extraño? Por supuesto, pero más extrañaba las sesiones de sexo, es una experta, tal experiencia me hizo un artista del arte de amar, hecho a su forma, fue una buena maestra, me enseño donde, como, cuando, de qué manera tocar, besar, lamer, chupar y poner.

Siempre me dice que, aunque no soy un efebo hay dos cosas que le encantan de mí, mi personalidad y mi gran miembro, el que aprendí a usar (gracias a ella) de manera deliciosa.

El sonido de la campanilla del timbre me saca de mis pensamientos, a paso firme llego la puerta para abrir, era mi prima Gina, a quien cariñosamente le digo Xena, como la amazona, princesa guerrera de la serie de televisión o cuando la quiero molestar la llamo “mi petiza culona”, pues tiene un culo de fábula, que no desentona con el resto de su cuerpo, solo le falta altura. Pero sus ojos esmeralda brillante y su palidez hacen contraste con el azabache de su cabellera, siempre va a ser mi hermosa prima.

Saludándonos la invito a pasar, preparo algo para tomar, mientras ella me contaba, que había estado hablando mucho con Vilma, (mi novia), lo que no es una novedad para mí, pues sé que tienen una espectacular relación. Conociéndome, sabía que estaría triste, así que vino a invitarme para salir mañana, por unos tragos o a bailar si era mi gusto.

Luego de insistir un rato acepte, total saldría con ella, ya saben lo que dicen de las localidades pequeñas, pueblo chico infierno grande.

Quise indagar de qué hablaban entre ellas, pero no soltó ni una palabra, dijo que solo eran cosas de chicas, pero muy interesantes. Cortándome el mambo, cambió radicalmente la conversación marcándome el itinerario de mañana, cena, tragos, baile, tragos y listo a dormir o lo que pinte, lo dijo con un guiño de ojo.

Aunque vivía cerca de casa, la invite a cenar, pedimos unas hamburguesas y lo hicimos cerveza mediante.

Pasadas las cero horas me dijo que se iba, no la invite a dormir en casa pues vivo en un mono ambiente y tengo una sola cama, así que me ofrecí a acompañarla hasta su casa, distante cinco cuadras de la mía, cosa que acepto gustosa. Salimos y fuimos hasta su casa, me tomo de la mano y así caminamos y hablamos de cosas sueltas, al llegar la despedí con un beso, que correspondió con un gran abrazo como nos solemos dar.

Ya de regreso acomode todo para dejar listo el día de mañana.

Al otro día, vino más o menos a la misma hora que ayer, en sus manos traía una pizza hawaiana, sabe lo que me gusta. Armamos la pequeña mesa con la pizza, dos vasos y una cerveza, cenamos y nos bebimos dos botellas más.

Promediando la media noche, salimos para el baile, el más grande de los dos que hay en la zona. Pasaban los temas y los tragos, nosotros parecíamos dos locos sueltos, creo en este punto si ponían una marcha militar también la bailábamos.

Nos sentamos a beber algo para paliar el calor, justo sonó un cuartetazo furioso, me agarro la mano y salto al lugar del baile, luego de dos cuartetos, llegaron los lentos (por acá aún se estilan), sus brazos de inmediato se cruzaron por detrás de mi cuello, abrace su cintura y comenzamos a balancearnos girando, acerco su enjuto cuerpo apretando sus duras tetas en mi pecho susurrándome al oído si me sentía cómodo en la salida con su prima, asentí, me dio un piquito, cosa que no me extraño, pues a veces lo hacía, aunque esta vez fue distinto, mi miembro reacciono de manera diferente, se comenzó a endurecer haciendo notar la falta de acción.

Cuando nos sentamos, ambos nos dijimos riendo que estábamos un poco mareados por el alcohol, así que decidimos ir a casa, en el camino me dijo que estaba muy cansada para llegar a la suya, si la invitaba a dormir. Después de pensarlo un rato accedí, después de todo ya habíamos dormido juntos en alguna oportunidad cuando me quedaba en casa de ella.

En casa, nos sentamos a dialogar de tiempos pasados, recordamos muchas cosas, juegos, familia, amigos entre otras, hasta que ella comenzó a monologar, recordando un suceso.

En la sala de casa había una mesa de madera, antigua, grande, en la que pusimos una sábana haciendo una choza, quien de chico no lo hizo, y comenzamos a jugar al doctor. Fue la primera vez que vimos ambos los genitales del sexo opuesto y tímidamente pudimos tocarlos.

Cuando término de contar su relato, disculpándome, fui al baño (la cerveza había hecho su efecto diurético).

Cuando regrese, me dijo que quería jugar un juego, sin más tomo un repasador y me cubrió los ojos, diciéndome que ahora mandaba ella, y el juego se llama ¿qué es?

Ya sin ver nada comenzó el juego, se alejó y regreso con algo en la mano, toma la mía y me la hace tocar, era algo frio, no podía apreciar por mi tacto que era, pero poco a poco fui dándole forma en mi cabeza, era un vaso redondeado en su base, luego fue una pelota de ping pong, luego una de tenis, un muñeco de Batman y varios artículos más que adiviné.

Grande fue mi sorpresa cuando me hizo tocar algo tibio, redondeado, a lo que mi cerebro reacciono de inmediato dándose cuenta de que se trata, era su pecho descubierto, me retiró lo que me cubría y ahí la veo, de pie solo en tanga, se abalanzó sobre mí, posando sus labios en los míos y a la vez sacándome la remera, nuestros pechos se encontraron, la tersura de su piel hizo que la mía se erice y mi verga se entumezca, al sentirla crecer en su abdomen, sus manos fueron en busca de ella, recorriendo toda su extensión sobre el pantalón, sin dejarla de acariciar ni obviar los testículos me empujo sobre la cama, ya se percibía el olor a sexo en el ambiente. Ya sentado, se ubicó con sus piernas abiertas en ambos lados de la mía y de rodillas, dejando su vagina a la altura de mi cara, podía apreciar el aroma de sus jugos invadir mi nariz.

Pudiendo observar de cerca la intimidad expuesta ante mis ojos, se bajó la tanga dejando ante mis ojos unos labios humedecidos y carnosos, decorados con unos prolijos vellos púbicos recortados en forma de corazón que demostraba, su cabellera, no era teñida.

Mi cerebro dejo de responder al buen criterio y en fracción de segundo me había zambullido a las mieles que se ofrecían ante mis ojos, haciendo una inmersión en su sexo, succionando esos carnosos labios, aprisionando contra mi lengua su duro clítoris, la humedad inicial crecía a cada pasada de mi curiosa lengua que exploraba la profundidad de esa concha tan hermosa como

Empujándome, me recostó en la cama, poniéndose de pie comenzó a quitarme la ropa que cubría mi parte baja, dejándome totalmente desnudo, su tanga también desapareció del todo con unos ágiles movimientos de piernas, sus ojos se abrieron al ver mi verga. Pidiendo que observe comenzó a hacer unos sensuales movimientos de cadera al ritmo de una música que no había olvidado de poner. Su mano hábil fue hacia su entrepierna y secuencialmente comenzó a meter un dedo, luego dos hasta llegar al tercero, cada vez que lo hacía llevaba su mano a la boca para probar sus propios jugos, parecía que no quería desaprovechar la humedad de sus propios fluidos.

Veníamos disfrutando de un encuentro sexual, creo que postergado por años, de dos personas que se deseaban y sin dudas, querían fusionar sus cuerpos en una cama.

Aun con el sabor vaginal en mi boca, deseaba más, arrojándola sobre la cama puse sus piernas sobre mis hombros volviendo a bucear en esa sabrosa breva, la que en pocos minutos me ofreció más de su delicioso néctar cuando tuvo el merecido orgasmo.

Poniéndonos cómodos sobre la cama, empiezo por jugar un poco con mi verga en la jugosa vagina, comenzaron unos tímidos gemidos que hicieron crecer mi excitación, sin poder aguantar más, aprovechando su lubricación y que mi miembro estaba empapado de ella, la introduje hasta el fondo, acrecentando sus gemidos, se sentí muy suave el interior y que bien que se mueve Xena, me estaba extasiando del placer, de tal manera que comenzamos a gemir al unísono, el ir y venir dentro de ella es fascinante.

Una vez que tuvimos nuestros merecidos orgasmos, reposamos agitados uno sobre el otro en la cama ahora inmóvil.

Luego de un largo rato mi primita comenzó a jugar con su boca en mi pene que se encontraba en reposo, con la habilidad y maestría que tiene en el arte del sexo oral, lo hizo cobrar vida nuevamente, ¡¡¡que mamada me estaba dando!!! Una de las mejores, sino era la mejor de mi vida, se la comía toda como si fuera un chupetín, llegando a tocar el fondo de su garganta, lamio los testículos y el ano, reconozco que fue la primera vez que gemí a viva voz con una mamada. Subió sobre mí para cabalgar toda la extensión del pene, estaba en un nuevo momento de sexo sin parangón, la veía arriba mío subiendo y bajando mientras mi verga dividía aún más esos labios que le permitían la comodidad de entrada a mi sexo. Se avecinaba un orgasmo fantástico, y así lo fue, ella acabo cuatro veces y una última en que lo hicimos a la vez, entre gritos y gemidos.

Prendimos un cigarrillo que fumamos entre los dos, sentados en la cama como chinitos, en donde me conto por que se había decidido a tener sexo conmigo. Vilma le había comentado de mi atributo y mi manera de coger, lo que le llamo la atención y la lleno de intriga, que quería probar y no iba a perderse el sexo conmigo, que siempre ella, aún sin las historias que le conto mi novia, había querido tener sexo conmigo y ahora comprobó que Vilma no mentía en nada, hasta hoy no había conocido semejante manera de gozar, que si bien ha tenido buen sexo, gozar como hoy nunca.

Luego de casi una hora y media de charla y confesiones mutuas volvió la carga con mi miembro, el que tímidamente se volvió a parar, fui en busca de un frasco con vaselina, no me iba a perder el culo de mi querida petiza culona.

No dijo nada, pero me miraba con ojos desorbitados como la posicionaba en cuatro y untaba su culo y mi verga palpitante, hasta que me dijo.

– Primo no es que nunca lo haya hecho, pero me asusta el tamaño de tu verga, creo me va a doler mucho, por favor te pido dos cosas, preparalo bien y que sea promesa, si duele lo dejamos para otra oportunidad en la que me pueda preparar mejor, si sabía que salía culo hoy me hubiera puesto un dilatador.

– Si mi hermosa Xena, prometido.

Tuve que volver al principio de la acción para preparar el terreno, abrí sus nalgas y sabor a vaselina mediante comencé a jugar con mi lengua, intentando introducirla, ella colaboraba aflojándose lo más posible, mi lengua rodeaba y jugaba en ese esfínter, cuando la sentí cómoda, puse más vaselina allí y en mi mano, metiendo de a poco mi dedo medio, entrando y saliendo, la escuche gemir, saco el dedo para volver a introducir medio e índice, ya la note dar un respingo pero sus gemidos no desaparecían, la mano libre la lleve a su duro y caliente clítoris para estimularlo, mis dedos entraban y salían mientras los otros giraban en torno a su botón disparador de orgasmos, no tardando este en llegar.

Ya la tenía donde quería, puse más lubricante en ambas partes a hacer contacto apoyando la punta del pene, comencé a ejercer presión, había entrado la mitad de la cabeza cuando ya sus gemidos se tornaron en frases de dolor, no queriendo desaprovechar la oportunidad, di un pequeño golpe de cadera para que pasara la cabeza, pensando que tenía la batalla ganada, dio un grito de dolor que me asusto.

– Por favor primo, sacala que me duele mucho.

– Ya entro la cabecita, ahora es más fácil. No amor mío, si así me dolió la cabeza, el resto que es más grande me va a desgarrar, ya con esa porción nomas me arde y duele mucho, me lo prometiste.

– Si Gina, tenés razón.

Con tristeza se la saque suavemente, observando si la había lastimado, pero no se veía nada raro.

– Gracias primo, me da pena que no lo hayamos podido hacer, pero en serio me dolía.

– No hay problema, como vos dijiste, no va a faltar oportunidad.

– Obvio, como vos cumpliste la promesa yo la voy cumplir también. Este culo te lo vas a comer.

Se encargó de mi ahora sedienta verga, su boca hizo maravillas en ella, hasta que descargue todo el semen dentro y aunque es una falta de respeto hablar con la boca llena, me dijo.

– Mira bien que te voy a compensar.

Muy lentamente fue tragando todo el contenido, relamiéndose y sin dejar nada a la vista.

Nos acostamos dormir, al otro día nos despertamos sorprendidos de encontrarnos ambos desnudos en la cama, reaccionando enseguida, nos saludamos con un beso en la boca, nos levantamos a bañarnos y limpiar el desastre de fluidos que han quedado en nuestros cuerpos y en la cama.

Esta demás decir que Gina se quedó hasta que vino mi novia de viaje y nuestros encuentros se siguen dando en forma más que habitual, pues a Vilma no le permiten quedarse a dormir conmigo.

No paso mucho tiempo en que pudimos tener sexo anal, ¿le dolió? Si pero como había dicho uso dilatadores e hice un buen trabajo de dilatación pre coito no tanto como la primera vez, cuando le comenzaba a doler paraba, esperaba un ratito y cuando no dolía más continuaba, ahora ya lo hacemos en forma natural, yo feliz por que encontré a una persona que se adaptó a mi verga y cuando acabo, sacándola le queda un poco abierto dejándome observar el semen en su interior.

Debo agradecerle a Vilma que le haya contado a mi prima nuestras aventuras.

Me he enterado también que, en alguna oportunidad tuvieron sexo entre ellas, no es porque me lo ha contado, si no que viendo en su móvil pude observar algunas fotos donde estaban en la cama desnudas.

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Bueno todo empezó varios años atrás yo tenía 18 en ese entonces yo vivía con mis padres que siempre salían ya que estaban ocupados con el trabajo casi todo el tiempo por eso me dejaban muchas veces solo en casa, como verán tenía una familia relativamente acomodada y no eran muchas mis labores en casa ya que siempre había una empleada en turno que hiciera los deberes, pero volviendo al tema les contare de mi prima.

Siempre he tenido una buena relación con mi prima Stefany ,por parte de la hermana de mi mamá, desde pequeños somos muy unidos jugábamos juntos casi todo el tiempo después algunos años nos volvimos más distantes ya que mi tía se fue a vivir al extranjero con mi prima por dos años hasta que un día mi mamá dijo que volvieron y que estarían de visita yo estaba entusiasmado por que no había visto a mi prima desde 2 años y me moría por verla ya que siempre me he fantaseado con ella y quería saber cómo lucia ahora.

Y llego el día mi mamá me dijo que bajara a saludar de mi cuarto y cuando baje vi a mi prima sentada en el sillón de la sala, se veía radiante y sexy mi prima al igual que yo tiene mi misma edad, me lleva por un par de meses y también tiene una tés algo blanca como yo pero no tanto tiene unos ojos pardos y redondos muy distintivos, labios delgados, una nariz respingada y un rostro algo redondo; su cabello era lacio y de un color marrón muy oscuro que solo se ve ante la luz. Ella siempre ha tenido un cuerpo fino y desarrollado pero cuando la vi mis ojos brincaron al ver cómo había cambiado, ella es algo alta para una chica pero más baja que yo por unos 15 centímetros, es esbelta con un par de senos redondos y firmes (Era lógico que los tuviera así a pesar de ser tés blanca porque éramos mestizos), ella llevaba una blusa con escote celeste por lo que le veía los pechos y me excitaba al verla. Ella al reconocerme me sonrió con una linda sonrisa con el bello rostro que ya describí.

Nos quedamos los cuatro charlando hablando de lo que hemos hecho estos dos años ya que el año pasado ambos terminamos la escuela, luego de la charla mi mama nos pidió que fuéramos a la parte de atrás de la casa ya que teníamos vista al mar en un pequeño espacio con un jardín a tomar unas bebidas, ahí fue cuando aproveche para verle las piernas a mi prima para mi suerte llevaba un pantalón apretado de color negro que me dejaba ver sus piernas muy formadas y vi que tenía una colita levantada no tan grande pero lo suficiente para llamar la atención además llevaba unas sandalias de tacón que me dejaban ver sus lindos y tersos pies.

Fue entonces cuando mi mamá nos avisó que ella y mi tía saldrían y que no volverían hasta en la noche y que me quedaría yo solo con mi prima tan solo pensarlo se me paro estar a solas con ella tan rica que se había puesto me calentaba la idea de solo pensarlo y así fue ellas salieron y me dejaron solo con mi prima nos dijeron que charláramos para pasar el tiempo y eso fue lo que empezamos a hacer claro que yo tenía otras intenciones.

Cuando nos quedamos solos ella me dijo con una voz coqueta: ¡Primito!, ¿Cómo estás? Yo me sonroje un poco y me puse un poco nervioso y le dije que estaba bien y le pregunte qué tal su estadía en el extranjero y ella me respondió: Estuvo lindo me divertí mucho por pero… (Con una voz un tanto tímida) la verdad te extrañaba bastante. En ese momento yo me puse de nuevo sonrojado pero sin tratar de mostrarlo y yo le dije: ¿En serio yo te hice falta, primita? (con un tono coqueto tratando de cortejarla). Fue ahí cuando la vi botar una sonrisa y reírse como sonrojada y ella me respondió: La verdad sí, si me hacías falta primito me caes re bien. Traje unas bebidas y prendí la TV y empezamos a charlar de asuntos personales escolares y esas cosas un rato, riéndonos contándonos experiencias cuando ella me pregunto: Y bien primito ¿Tú tienes un relación formal con un chica? (Me lo decía riéndose) y yo le dije: No, estaba en una relación pero terminamos por asuntos entre los dos (Con ella yo perdí la virginidad). Ella al oírlo me dijo: Ah… es una lástima que ella no te supo valorar primo (acariciándome el hombro). Cosa que como ya saben me gusto bastante, y le conteste: La verdad no es eso fue por otras razones que terminamos. Ella lo comprendió y yo proseguí a preguntarle: Y tú ¿Has estado con alguien en el extranjero? Me miro riéndose y me dijo: No estuve con nadie no porque no me atrajeran sino porque cuando eres extranjera a todos los chicos le atraes más por puro gusto y no me gusta que fuera así, y bueno no pude estar con alguien aunque quisiera, la verdad es que solo pensaba en ti primito te extrañaba mucho (Lo dijo colocando su mano en la mía y acercando su cara sonriendo a mi rostro). Yo me quede tartamudeando un rato en el acto excitado y le respondí con una voz más o menos nerviosa pero confiada: Yo también estuve pensando en ti primita. Ella me respondió: Aww ¿Sabes qué? tu siempre me has atraído y yo sé que a ti también te atraigo. Entonces ella se acercó lentamente a mi oído y susurro mientras que yo estaba con la piel de gallina: Nos quedaremos solos hasta la noche ¿Por qué no lo hacemos mientras nadie nos ve?

Me sorprendí y le dije ¿Estas segura primita? Y ella me dijo: ¡Siii! En ese momento ambos nos acercamos y nos empezamos a besar en el sillón, nos besábamos de forma delicada y lenta podía sentir por fin lo rico que sabían sus labios los mordisqueaba lentamente mientras mis manos acariciaban su cintura, empecé a mover mi boca a su cuello besándola más profundamente para hacer que se echará en el sillón, pasaba mi lengua por todo su cuello disfrutándola hasta subir de nuevo a su boca para darle besos más intensos y sabrosos que me excitaban más y más por lo que mis manos hacían lo suyo acariciando de su cuerpo su pecho firme que sentía duro. Estuvimos así un buen rato dándonos lengua acariciándonos y sentía como ella se calentaba más y más hasta que se paró y me separo de ella, se levantó toda excitada y despeinada y alegre me dijo con su voz coqueta: ¡Guau! primito no sabías que besaras tan bien a una chica, pero ¿Sabes qué? Yo le respondí: ¿Qué cosa? me dijo: estoy un poco incomoda porque estoy muy caliente por tu culpa primito. Levanto sus piernas y se quitó sus sandalias quedando descalza (Algo que personalmente me excitaba) luego se quitó su blusa quedando con sujetador se paró y se quitó su pantalón delante mío dejándome ver sus par de nalgas levantadas y sus hermosas piernas, entonces me dijo: Creo que iré a un lugar más fresco como tu cuarto, si quieres puedes subir en un rato. Ella fue a mi cuarto mientras veía su delicioso cuerpo al descubierto subiendo las escaleras, así que cuando subió recogí sus cosas y subí a mi cuarto a ver como estaba.

Subí ya esperándome una sorpresa a mí cuarto y cuando entre la vi sentada de rodillas sobre mi cama por la almohada aun en ropa interior y al llegar me dijo con voz delicada: ¿Te puedo contar un secreto? Y yo le dije: Si soy tu primo puedes contarme lo que sea. Ella me respondió: Bueno, nunca he estado con alguien. Me sorprendí al oír eso ya que siempre pensé que mi prima no era virgen y fue exactamente lo que le dije y ella me dijo: Es que siempre quise que mi primera vez fuera con alguien como tú, nunca le he tenido confianza a otros chicos así que… ¿Te gustaría hacerme perder la virginidad? Me quedé perplejo por un rato y le conteste: ¡Claro que sí! como gustes. Fue cuando ella se quitó el sostén y me dejo ver esos pechos blancos y redondos bien marcados con los que tanto fantaseaba, aun de rodillas en mi cama y me dijo riéndose: ¿Qué esperas ahí? si de verdad las quieres pues ven aquí a comerlas. No lo pensé ni dos veces y me acerque a ella completamente excitado a darle un fuerte beso de lengua, inmediatamente después fui a jugar con sus pechos, se las lamia y chupaba con mi lengua, era una sensación muy rica, me las comía literalmente metía sus pechos en mi boca saboreando sus pezones que sentía duros y mordía su pecho uno a uno ,mientras las devoraba ella me decía: Ah… si primito lo haces muy rico (con tono excitada) luego me separe de ellas y volví a besar apasionadamente a mi prima, en ese momento la tumbe boca arriba de mi cama y fui hasta sus piernas besaba la zona de sus muslos cerca de su vagina y después le saque su ropa interior suavemente, ahí fue cuando vi que tenía la vagina afeitada, me saque el polo que llevaba y me baje el pantalón para dar paso a penetrarla, mi prima vio mi pene parado y depilado y dijo: No sabía que la tuvieras así de grande primo, y bien ¿Qué esperas para penétrame?

Al oír eso no aguante más y la tome de las piernas y metí mi pene en su vagina que sentía apretada pero logre meterla mientras metía unos gritos de dolor y de placer dándome a entender que si era su primera vez con un chico, metía y sacaba mi pene de su vagina rápidamente ella pegaba gemidos muy fuertes que me excitan más para no seguir sentía mi pene en su vagina muy velozmente mientras la veía disfrutar, luego pase mi mirada al lado mío y vi su lindo pie derecho lo tome se sentía muy suave y empecé a chupar su dedo gordo en eso ella soltó un gemido dando a entender que le gustaba y seguí chupando su pie mientras le penetraba, después de un rato deje su pie y por consecuente esa posición sin dejar de penetrarla y me acerque a ella haciendo la pose del misionero volviéndonos a besar mientras sentía como ella cruzaba sus piernas en mi espalda, baje a sus pechos y empecé a devorarlos de nuevo lamiendo y mordisqueando sus pezones duros. Ella en ese momento dijo (Excitada): Oh sí… no pares primito. Seguía sintiendo sus pechos en mi boca en la misma posición hasta que pego un fuerte gemido y tomo un respiro, yo me pare y me separe de ella viéndola algo agotada tirada en mi cama con las piernas levantadas ella me miro sonriendo y me dijo: Así que eso querías hacerme primito. A lo que le respondí: Eso fue lo que me pediste que hiciera. Y me respondió muy coqueta: Si pero aún no ha terminado .Se puso en cuatro y giro gateando al extremo de mi cama mostrándome su colita desnuda mirando hacia la pared y me dijo: Ponte detrás mío rápido.

Obedientemente me puse detrás de ella viéndola en pose de perrito dejándome ver toda su colita, empezó a mover su culo de arriba a abajo mientras levantaba y bajaba sus piernas ,era una delicia, luego en ese entonces me pregunto: Primo ¿Que te da ganas de hacerme viéndome así? Yo le respondí: Pues tengo ganas de penetrarte prima. Ella riendo me dijo: ¡Pues te aguantas! Primero quiero que me comas la colita. Sin reclamar fui directo a sus nalgas y empecé a lamer su vagina metiendo mi cara en su culo, le lamia su vagina depilada que tenía, de forma delicada le mordisqueaba su clítoris y sentía sus jugos vaginales en mi boca, seguí haciéndolo metiendo mi lengua hasta el fondo de su vagina su sexo estaba muy excitado pues ella me decía: Mmm… ¡Que rico lo haces! Deje su vagina luego de un buen rato y me decidí subir a sus nalgas sus pares de nalgas levantadas y firmes me las devoraba a besos y mordidas luego fui a su ano para darle lo que dirían un beso negro (cosa que hacía por primera vez). Pasaba mi lengua en su agujero mientras ella gemía de placer, seguí dándole besos y ella me dijo: ¡Espera un momento! (Tomo mi mano izquierda y lamio mis dedos índice y medio) Quiero que los metas en mi ano. Le obedecí y se los metí uno por uno mientras seguía pegando gemidos de placer uno más fuerte que el otro. Ya satisfecha me dijo: Bien ya puedes metérmela una vez más. Me pare de rodillas sobre mi cama y volví a insertar mi pene en su vagina haciendo la pose de perrito, yo le sujetaba la cintura y una vez más mi pene hacia lo suyo en su vagina, miraba muy excitado como rebotaban sus nalgas con mi pelvis además de que esta gemía más mi prima. Cuando me volví a calentar acerque mi cuerpo a su espalda y le acaricie los pechos duros que tenía y le susurre al oído: ¿Esto era lo que querías? Y excitada me respondió: Siii. Volteo su cabeza y nos dimos unos besos mientras la seguía montando y sujetando de los pechos hasta que volvió a soltar un gran gemido y nos volvimos a separar.

Me eche encima de la cama con mi cabeza en la almohada, ella se paró y se volteo a verme sonriendo se sentó de rodillas al lado derecho de mis piernas y me dijo: Bueno es mi turno de darte placer. A lo que con su mano sujeto mi pene erguido y empezó a masturbarme de forma clásica arriba hacia abajo, yo la veía algo nerviosa e inexperta por lo que dije: No te preocupes si no sabías como masturbar a un chico ya que es tu primera vez con alguien, yo te digo como. ¿En serio? Me contesto. Y dije sí. Y empecé a darle órdenes: Primero acumula saliva en tu boca y escupe en la palma de tu mano (y empezó a acumular saliva en su boca) Bien ahora escupe en tu mano y sóbame el pene dándole vueltas (Acto seguido lo hizo y me rosaba su mano en mi pene). Podía sentir como su delicada mano se movía por mi glande dándole coquillas excitándolo poniéndolo recto, sentía como su mano pasaba por todo mi pene estaba totalmente húmedo, luego le dije: Ahora has una V con tu mano y frota mi pene de arriba a abajo (Obedeció y empezó a frotarlo suavemente) Lo disfrutaba de verdad su delicada mano hacia maravillas, me pregunto: ¿Qué tal lo hago? Con mi expresión de confort se dio cuenta que hacia bien su trabajo, cuando se quedó sin saliva volvió a repetir el proceso pero esta vez al fin me empezó masturbar fuertemente me ponía a mil notándose en mi cara y me dijo: Ah sí… ¿Te gusta primito? Fue cuando no aguante más y solté semen en su cara la deje empapada también se quedó semen en sus pechos y barriga ver esa imagen de mmi prima mojada con mi semen me calentó más, ella empezó a reírse y dejo de masturbarme, me miro se acercó poniendo sus piernas afuera de la cama y quedando a un lado mío sentada medio inclinada y de la nada me dio un beso con lengua, no me había percatado que tenía mi semen en su boca aunque no me importo mucho por la calentura siendo la primera vez que lo pruebo y me dijo: Te daré una sorpresa si me limpias con tu boca mi cuerpo. Le hice caso y le bese sus pechos llenos de mi semen dejándolos limpios como ella quería que hiciera. Cuando lo hice ella se volteo en la posición que estaba pasando una de sus piernas delante mío y poniendo su colita delante de mi cara, se recostó sobre mí y yo sabía lo que vendría.

Entonces ella me dijo: Es hora que te de tu sorpresa por obedecerme. Primero pasaba su lengua por mi pene una y otra vez y de repente me empezó mamar la polla de forma inexperta y tierna ya que era su primera vez no me quejaba, me lo lamia suavemente, chupaba de poco a poco hasta que hallo el truco y me hacía sentir increíble. Sus lamidas se volvían cada vez más intensas y metía más mi pene a su boca tratando de meterlo por completo y por ratos se atragantaba con mi semen después de un buen rato de placer me empezó a chupar mis bolas las chupaba una por una sentía como las succionaba y empecé a lamer su coñito por segunda vez, metía mi lengua en su sexo más cómodamente y sentía sus fluidos más ricos le mordía y chupaba su clítoris mientras seguía chupando mi polla de arriba a abajo estábamos haciendo un 69 muy delicioso. Cada vez chupaba mi pene mejor mucho más rico y suave sentía su lengua y yo me devoraba su vagina y sentía sus fluidos, en eso pare un rato a tomar aire saboreando sus jugos en mi boca, sintiendo su lengua todavía en mi pene, recosté mi cabeza mirando al lado izquierdo y vi de nuevo su lindo pie y como estaba muy excitado agarre su tobillo lo acerque a mí y volví a chupar sus dedos del pie suavemente mientras me devoraba el pene, estuvimos así disfrutando el uno del otro, deje su pie y ella dejo mi polla y se sentó sobre mi rostro. Puse mis manos sobre sus nalgas y empecé a meter mi lengua en su vagina pero ahora podía meterla más profundo en su sexo y les mordisqueaba como siempre sintiendo sus fluidos a los que me volví adicto, oía sus gemidos diciendo: Si primito tu si sabes comérmelo. Movía sus nalgas con mis manos y le empecé a dar palmazos mientras pegaba gritos de placer ella me decía: Eres un goloso. Se levantó y sentó delante de mí en mis piernas

Eres un depravado, ella me decía. ¿Yo? ¿Por qué?, le conteste. Porque lo que te gusta hacerme, me mordías la vagina, me chupabas los pies, me dabas palmazos y me metías el dedo por el ano. Me respondió, y le dije: Pero eso último me lo pediste. Y me contesto: Si pero las otras cosas no, me excitaba que me hicieras esas cosas por eso eres un enfermo primo, ahora quiero que te vengas conmigo (Se volteo mirando hacia la pared dejándome ver su espalda y se colocó sobre mi pene). Se empezó a mover su cola queriendo acomodarse bien y me dijo: Vamos quiero venirme estoy excitada. Y damos marcha al coito sentía su culo brincar en mi pelvis me encantaba ver como sus nalgas rebotan eso me excitaba más, ella solo hacia gemidos, me trate de concentrar para poder venirme apoyándome en la imagen ya mencionada mi prima seguía en pleno acto de coito sobre mí y estaba dando resultado ya sentía que me venía, le dije: Ya falta poco. Giro de inmediato y volvió a colocarse en mi pene ahora la podía ver de frente todo su cuerpo estaba colorado debido a su tez se le notaba más, ver su cuerpo excitada y como le rebotaban los pechos hacían sentirme muy caliente y ya no podía más hasta que le dije: Ya voy a venir. Y ella brincaba más rápido y fuerte y en eso me corrí en ella, a lo que ella pego un grito de placer muy fuerte, y para mi sorpresa vi como de su vagina desprendía un líquido que me roció la cara y el cuerpo. Estábamos exhaustos, se liberó de mi pene agotada con un cuerpo aun colorado se empezó a reír y se acurruco a mi lado derecho, nos empezamos a acariciar besándonos lentamente por un tiempo tratando de descansar de lo agotados que estábamos.

Nos quedamos en mi cama en caricias y besos porque ya no podíamos más y de repente me fije que hora era y para mi sorpresa eran las 07:50 PM, faltaban solo 10 minutos para las 8 de la noche se lo comenté a Stefany y me dijo: Creo que ya deberíamos bañarnos y bajar antes que lleguen, yo le conteste (riéndome) ¿Quieres que nos bañemos juntos? Y esta me respondió en risas: No uno tiene que quedarse afuera si es que llegan. Entonces le respondí: Esta bien, yo me baño primero más rápido luego te dejo el baño para ti sola. Acepto y me fui a bañar de forma rápida cuando salí del baño cambiado ella aun desnuda pero más calmada me dijo: Tu mama llamo dice que volverán a las 10:00 PM. Por lo que teníamos más tiempo a solas, y le dije: Bien voy a la sala a hacer unas bebidas te espero ahí y me respondió: Ok me voy a duchar, no me espíes (lo decía entre risas) Se fue bañar y baje a operarla en la sala prendí la TV para distraerme antes que llegara. Fue cuando la bajar por las escaleras, lucia radiante con la misma ropa que describe en un principio seguía con el cabello mojado haciendo que este brille más, saque las bebidas y volvimos a charlar mientras veíamos una película y nos seguíamos dando caricias el uno a otro pero estas no pasaban de besos y lamidas en ciertas zonas del cuerpo hasta que mi mama y mi tía llegaron.

Ya era hora de despedirnos mi tía dijo que tenían que ir a su casa que tenían cerca y que otro día volverían a pasar el rato a lo que me alegre y mi prima dijo que había olvidado sus cosas en el baño de arriba mi mama me mando que sea cabalero y que la ayude a buscar ,fuimos los y ya en el baño los dos solos me tomo de mi camisa y me dio un rico beso de legua y me dijo: Esto es para que pienses en mi hasta que vuelva, bajamos nos despedimos y fui a descansar a mi cuarto pensando en lo rico que con mi prima Stefany. Fue la primera vez que lo hice con ella pero no la última, y puede que les traiga más relatos

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Estaba yo estudiando en la facultad, cuando ingresé era algo mayor comparándome con los compañeros que me tocaron en suerte (tenía 29 años). La mayoría de ellos difícilmente superara los 21 años.

La carrera era una de ingeniería, y la casi totalidad de mis compañeros no tenían una base sólida para encarar este tipo de carreras por no tener una base técnica, por lo tanto, yo me sentía como el tuerto en el país de los ciegos, no es que sea el único con base técnica para encarar esta carrera, sino que era el más abierto y el que trataba de solucionar todas las dudas que ellos no querían o no se atrevían a consultar con el profesor por diferentes motivos que sólo ellos sabrían.

Entre ellos había una chica que provenía del interior del país, había venido para estudiar a la capital y trabajaba en una empresa comercial para costearse los estudios, tenía 19 años y se llama Sonia.

En todo el año no reparé mucho en ella, lo único que me interesaba era que ella pudiera ocupar un asiento lo más adelante posible porque tenía un problemita en la vista, aparte de ello, lo que más podía destacar es que era muy introvertida.

Llegaron los exámenes a fin del ciclo lectivo, y ya casi todos estábamos preparados para pelear la batalla intelectual que esto representa, pero, un buen día se me acerca Sonia y me dice que está totalmente colgada con matemáticas.

– ¡Pero Sonia! ¿Ahora me lo dices? Faltando muy poco para el día del examen.

Debo destacar que era jueves y el examen estaba programado para el próximo lunes, a mí no me vendría mal un repaso de todo lo visto hasta ese momento, quedamos en que nos encontraríamos en un bar cerca de su casa para que yo le explicara lo mínimo indispensable como para que tenga sus armas para ese examen.

Llegó el sábado y nos encontramos en el bar que ella me había señalado como posible lugar de estudios, no quiero recordar cómo era ese bar, cuando llegamos habría ya en el lugar unas veinte personas, pero lo destacable de todo es que Sonia era la única mujer en el lugar, yo no me sentía cómodo en ese ambiente, no me permitía concentrarme con facilidad.

Sonia no era una chica de las que se puede llamar atractiva, es de estatura baja, su cara no era del tipo de esas de las que uno se enamora a primera vista, pero su cuerpo, en el cual yo no había reparado hasta ese día, era bastante deseable,me atrevería a calcular que sus medidas eran 95-65-95, estaba enfundada en un vestido liviano de color blanco, sin mangas pero con hombros, y amplio a los costados, por lo que pude apreciar unos brazos bastante velludos y por debajo de ellos se dejaba ver un corpiño de color rojo, creo que eso es lo que más me llamó la atención puesto que es mi color favorito para la ropa interior femenina, aunque también yo mismo tengo algunos slips de ese color para mi uso personal.

La cosa es que yo no me sentía bien en ese local y se lo comenté, a lo que ella respondió que no había otro lugar para poder estudiar, ella compartía el departamento con dos amigas y no quería que fuéramos para allá.

– Bueno – le dije – en este barrio tiene que haber un hotel de pasajeros, de esos en los que se puede alquilar una pieza por todo un día.

– Sí, por acá hay algunos de esos, pero desconozco las calidades.

– Busquemos uno donde podamos alquilar una habitación por toda la tarde y estudiaremos tranquilos, si no te parece mal.

La miro a los ojos y noto que baja la cabeza mirando al piso y con un acentuado color rojo en sus cachetes, quizás por vergüenza, por el calor reinante o por ambas. Estábamos al fin de la primavera, a escasos 20 días del inicio del verano.

– Perdón – dije con un tono entre apesadumbrado y excitado – te avergoncé.

– No, está bien – respondió – lo que pasa es que no estoy acostumbrada a este tipo de propuestas y mucho menos a la idea de pasar todo un día encerrada con un muchacho entre cuatro paredes.

– Estudiando – repliqué

– Estudiando o lo que sea, el tema es que no estoy acostumbrada.

– Bueno, entonces si eso te pone mal tampoco es una solución viable, puesto que te va a costar mucho trabajo concentrarte en el estudio.

Se quedó pensativa un rato y terminó aceptando mi propuesta, no sin antes acotarme que iríamos a estudiar y nada más, a lo que respondí que por mi cabeza no había pasado otra idea, y era cierto, hasta ese momento mi único objetivo era hacer lo imposible para que Sonia no reprobara el examen. Le pregunté si conocía algún lugar acogedor donde poder estar cómodos, que por lo menos no nos caminaran las cucarachas por encima mientras estudiábamos, a lo que respondió afirmativamente, que ella había estado viviendo allí unos meses cuando llegó a la capital, pero que no quedaba cerca, salimos del bar y tomamos un taxi hasta el hotel.

Luego de las registraciones de rigor nos dieron una habitación doble con una cama matrimonial que tenía, además, un placard y una mesa con dos sillas, esto último era lo que necesitábamos. Debo decir que el lugar era muy limpio y que daba gusto estar en esa habitación que poco o nada tenía que envidiarle a un hotel de tres estrellas, aunque el precio que debería pagar era irrisorio.

Entramos en la habitación y nos acomodamos, yo, como buen curioso, lo primero que revisé fue el baño y me agradó por parecerme cómodo.

Miro hacia el lugar donde estaba Sonia y la veo de nuevo con la cabeza baja y colorada de vergüenza, me paro delante de ella, le acerco una mano a su mentón y, tratando de levantarle la cara para mirarla a los ojos le pregunto con tono de broma, tratando de cortar el hielo.

– Quizás tu incomodidad se deba a que todavía eres virgen.

– No, virgen no soy, pero…

– Pero ¿qué? Ahora no te quedes cortada, termina la frase. – Se quedó pensativa de nuevo y como tomando coraje me dijo

– Pero es como si lo fuera

– ¿Quieres hablar al respecto? Yo no te quiero obligar a nada, pero si necesitas desahogarte contando algo que te tenga mal, acá estoy yo, para escucharte.

Cuando dije esto me invadió un sentimiento de ternura tremendo, como creo que nunca había sentido por nadie que no fuera mi hermana o mis padres, pensé que si largaba su rollo nos íbamos a sentir más cercanos y que podría ser el comienzo de una hermosa amistad. Inmediatamente ella respondió

– No se si debo comentártelo a vos, si bien nos conocemos hace varios meses, también es cierto que nunca hubo, entre nosotros, un acercamiento tal que me influya a contarte una parte tan importante de mi vida.

– Está bien – repuse – comprendo y respeto tus sentimientos.

– ¡Que dulce eres! Gracias por tu comprensión.

De nuevo se quedó como cortada y terminó diciendo que me iba a contar su historia.

– Resulta ser que del lugar de donde provengo las chicas difícilmente lleguen vírgenes a los 15 años, en ese lugar la mujer no tiene derechos, no es que sea algo explícito, pero hasta las mujeres agachan la cabeza delante de un hombre, es parte de la cultura, yo no fui la excepción, pero mi historia, y creo que la de muchas chicas, no es del todo agradable. Volvía de la escuela una tarde de verano, con mi pollera tableada color verde y una camisa blanca con corbata verde, mis tetas eran chiquitas y ni cola tenía, cuando al llegar a una esquina se para un muchacho delante de mí, era muy alto y tenía un cuerpo muy grande y forzudo, calculo que tendría alrededor de 18 años, quizás más, me miró de tal manera que me asusté, tuve ganas de salir corriendo pero la piernas me temblaban de miedo, quise gritar y sentí mi garganta cerrada por el mismo motivo, en ese momento, me puso una de sus manotas sobre mi boca y con la otra en la cintura me levantó y me llevó dentro de un terreno vacío.

Mientras Sonia contaba esto yo me imaginaba el final y agradecí no ser ella para no tener que pasar por una situación similar, y poniéndome en su lugar imaginé su sufrimiento, tanto el del momento, como el de ahora que lo estaba contando, la interrumpí diciéndole que si le hacía mal recordar que no siguiera, me contestó que le hace mal recordar pero que le hace muy bien comentármelo a mí, porque estaba entrando en confianza.

Me acerqué un paso más, de manera que estuve muy cerca de ella, acerqué mis brazos a sus hombros, la acerqué hacia mí, la abracé y le di las gracias en su oído, a lo que ella respondió dándome un beso muy tierno en mi mejilla. Yo alejé mi cabeza ligeramente y la miré a los ojos, noté el brillo típico de las lagrimas cuando se asoman a la luz, estaba notablemente emocionada.

Terminó contando que la tiró al suelo, entremedio de algo de basura que estaba desparramada por el terreno, le arrancó su bombacha y la ensartó (nunca mejor utilizado este término para describir una violación) sin más preámbulos. Contó también que, luego de moverse cinco o seis veces (que le parecieron miles) dio por terminada su labor enchastrando el interior de su vagina y se retiró con una sonrisa de oreja a oreja.

Ese fue su debut en las lides del sexo, su primera vez no creo que sea la envidia de ninguna mujer, sino todo lo contrario, tenía frente a mí a la protagonista del relato y no lo podía creer, yo no sé (porque no soy psicólogo) si su gran introversión se debe a una cuestión de cultura o si es una postura que adoptó desde esa experiencia, el hecho es que su forma de vestir nunca fue muy atrevida, sino todo lo contrario, lo más atrevido que le vi lucir en todo el año lectivo, es el vestido que llevaba puesto ese día y no era para arrancar suspiros, precisamente.

Al escuchar el fin de su relato, me invadió un sentimiento de ternura con Sonia como única destinataria, en ese momento fui yo el que la besó en la mejilla, a lo que ella respondió poniéndome una de sus manitas sobre una de mis mejillas, luego hizo algo parecido con la otra mano, al tener mi cara entre sus manos, acercó su cara y besó mis labios con una suavidad y cariño como nunca recuerdo que me haya ocurrido.

Quise cambiar de tema diciendo que estábamos allí para estudiar matemáticas, a lo que ella respondió sin soltar mi cara de entre sus manos

– Ahora no estoy tan segura de querer aprobar este examen, si no lo apruebo ahora, lo podré aprobar en marzo del año que viene, es más, no sé si estoy tan segura de presentarme el lunes.

Esta respuesta me dejó helado, y hasta me hizo sentir un hormigueo en mi pene, no sabía que hacer, si seguir besando sus labios buscando alguna reacción muy erótica en sus ánimos o enojarme por estar en esa situación a la que no había ido preparado, en último de los casos podríamos estar ahí hasta la mañana del día siguiente sin que nadie nos dijera nada al respecto.

Retomando el tema del examen, yo le contesté que era mejor terminar aprobando ahora, dentro de lo posible, para así poder disfrutar plenamente de las vacaciones sin la preocupación de tener que prepararse para, a fines de febrero o principios de marzo, rendir un examen de matemáticas. Sinceramente, esto último que dije no me lo creería nadie, ni yo mismo, pero lo dije como para poder darle un giro alternativo a la situación que ya se estaba poniendo demasiado romántica y posiblemente termine en una encamada de la que, por lo menos, Sonia no se iba a olvidar por mucho tiempo y no es que yo sea el supermacho ni que sea el superdotado, sino que trato de ponerme en el lugar de Sonia e imaginarme lo que ella pudiera pensar o sentir y eso me asustaba, hasta este momento yo no me había enganchado con ninguna chica con las que he salido, pero tampoco rompí ningún corazón y engancharme con Sonia podía significar que ella se haga ilusiones de algo a lo que yo no quería enfrentar a pesar de que todos mis amigos de la misma edad ya estaban casados.

El asunto es que Sonia respondió a mis palabras y me contestó:

– Justamente eso es lo que estaba especulando, yo no tengo problemas en ninguna otra asignatura, la única que me quedaría pendiente sería esta y tendría todo el verano para prepararla.

– Ah, entonces ya nos podemos ir – repliqué con un gesto irónico y pícaro al mismo tiempo, como para poder darme cuenta de lo que podría llegar a estar pensando Sonia, en realidad lo que quería hacer era confirmar mis sospechas.

– No te hagas el malo conmigo, yo sé que no sos así, vos sos muy dulce y sé que no te querés ir. – Eso era justamente lo que yo me estaba temiendo y no quería escuchar, me hubiera sentido mucho mejor si me contestaba que bueno, que nos vayamos, pero ella, a pesar de que no le interesaba presentarse a rendir este examen, todavía se quería quedar.

– Escúchame Sonia, y préstame atención.

– Soy todo oídos.

– Hay algo que quiero dejar claro entre nosotros. – Y cuando dije esto ella no quiso escuchar nada más, ya sabría que iba a terminar diciendo y no lo quería escuchar, interrumpió mis palabras con un beso, un beso de verdad, largo, húmedo y apasionado.

Yo la tomé de la cintura y arrimándola más hacia mí, la estrujé en un fuerte abrazo mientras le acariciaba la espalda por sobre su vestido. De repente, mientras la acariciaba sin dejar de besarnos, algo arañó mi mano, me di cuenta de que había pasado mi mano sobre la cremallera de su vestido y ahí mismo pensé en bajársela, dudé, estuve acariciándola por unos minutos más mientras en mi cabeza me debatía entre la posibilidad de bajarla y no bajarla, pero me decidí y comencé a descender mi mano por su espalda con el cierre de su vestido entre mis dedos, cuando hube llegado a la mitad de su espalda, percibo que ella comienza a besarme con más audacia, con más sensualidad, como diciendo, en un lenguaje sin palabras, “Por fin te decidiste”. Al notar este cambio yo continué bajando el cierre hasta el final de su recorrido.

Pasé mi mano por dentro del vestido y comencé a acariciar, suavemente ese hermoso cuerpo que ya me estaba pareciendo el de Miss Mundo con la calentura que estaba sintiendo en mis genitales, la respuesta de Sonia no se hizo esperar, ella había pasado sus manos alrededor de mi cuello y al sentir las mías tocando la piel de su cintura, llegando al comienzo de sus glúteos, comenzó a apretarme contra ella, como queriendo que su cara y la mía sean una sola, nuestros dientes chocaron, imagino que nuestros rasgos faciales ya habrían desaparecido por la presión de nuestros rostros, ya me estaba doliendo ese gesto de cariño (¿o de amor?).

Como para tratar de zafar de esa presión puse mis manos en los hombros de su vestido y comencé a desplazarlos hacia adelante, en un claro ademán de intentar sacárselo, eso hizo que aminorara su presión puesto que, como aprobando mis intenciones, desplazó su cuerpo ligeramente hacia atrás para dejarme hacer, al pasar la parte superior de su vestido por encima de su corpiño pude escuchar un suspiro pronunciado que se escapaba de ella sin dejar de besarme. Alejé sensiblemente mi cara de la suya porque quería hablar y ella lo entendió, mientras, muy a su pesar, dejó de besarme por un momento.

– Déjame ver tu cuerpo – le dije mientras acariciaba sus brazos hasta llegar a sus muñecas y sacar sus manos de mi cuello y nuca para alejarla un poco de mí y poder contemplar su cuerpo casi desnudo.

– Me da vergüenza – exclamó

– No tengas vergüenza, mirá, yo me voy a sacar la camisa como para que no te sientas en inferioridad de condiciones.

¿Inferioridad de condiciones? Ella no sabía lo que podía llegar a conseguir de mí a esta altura de las circunstancias, ya me tenía en su poder y ella no lo sabía o al menos no sabría el poder que podía ejercer sobre mí en ese mismo instante.

Comencé a desabrocharme la camisa pero, contrariamente a mi costumbre, lo hice muy lentamente como para que se vaya haciendo a la idea de a poco, de que iba a verme con el torso desnudo, estaba muy lejos de mi inspirar una reacción erótica con mis movimientos y mucho menos intentar parecerme a un striper.

Pero Sonia me miraba expectante, como si quisiera ver enseguida qué es lo que había bajo mi camisa, mientras tanto, yo podía apreciar su cuerpo, ya que estaba algo alejado de mí, a pesar de estar a menos de un metro de distancia, pero podía observar que toda su ropa interior era de color rojo, con encaje, y que los vellos que había podido ver en sus brazos se repartían, casi, por todo su cuerpo, lo que me puso más excitado aún fue pensar que en su entrepierna podía llegar a tener una mata de pelos muy espesa, y eso contradiciéndome yo mismo, puesto que toda mi vida me gustaron los pubis con muy poco o sin nada de vello, pero este cuerpo era distinto, acá no quedaría bien ver una vulva afeitada y todo el resto del cuerpo con vello por donde mires, era un vello liviano apenas algo más oscuro que una pelusa, lo que más me ratoneaba era ver que desde su ombligo salía una línea de pelusita, ligeramente más espesa que el resto, que presumo terminaría en su zona pubiana.

Pero volviendo a mí, Sonia obtuvo lo que esperaba, a pesar de mi parsimonia simulada, pudo ver mi torso desnudo, acto seguido extendió una mano y la acercó a mis pectorales que si bien no son nada del otro mundo, son el producto de haber practicado natación durante 15 años de mi vida, estaba como en otro planeta, creo que yo, en ese momento, no existía para ella, sino que tenía frente a si un cuerpo masculino a punto de explorarlo y nada más, esto no me molestó, puesto que sus exploraciones me gustaban.

Le puse las manos en la cintura como para acariciarla, pero apretándosela la acerqué hacia mí, ella no salía de su asombro por lo que se estaba dejando hacer, pasé mis manos hacia atrás, en su espalda y busqué el broche de su corpiño, cuando lo encontré, con una rápida exploración digital pude detectar de que tipo era y se los desabroché sacándoselo para adelante.

– Espera… despacio. – me dijo

Yo no podía creer lo que escuchaba, todavía estaba sintiendo vergüenza, ya me puse a pensar que no llegaríamos muy lejos en ese día. Le dije que me sacaría también los pantalones así quedábamos ambos en igualdad de condiciones (con respecto a la vestimenta, porque en lo que respecta a los cuerpos, Sonia lleva las de ganar) y mientras tanto, haríamos cosas que nada tuvieran que ver con nuestra desnudez y así ella podía ir acostumbrándose. Aceptó con un tono rojizo en su cara, yo creo que nunca se le fue, pero su condición vergonzosa aún no la había perdido.

En ese momento quise aprovechar para poder observarla bien, Sonia tiene un lindo cuerpo, su piel es de color cobriza sus pezones son oscuros de un marrón muy intenso y su cintura se diferencia perfectamente de su busto y de sus caderas, su vientre existe, pero es apenas perceptible, es lo que se puede decir un bomboncito, aunque con vellos, en este punto yo quería que llegase el momento de sacarle su bombachita que por su color y por su tela se veía bastante sexy, aún no la había visto de atrás, en ese instante, como leyendo mi pensamiento, me dijo que tenía ganas de orinar, le pregunté si podía acompañarla y por respuesta tuve una cara colorada y un “No, todavía no”, ese “todavía” me terminó de destrozar los sesos. Cuando hubo dicho esto último, se dio vuelta para dirigirse hacia el baño, ocasión en la que pude contemplar su cola, la bombacha que tenía puesta no era de esas diminutas pero era un triángulo que no llegaba a tapar, en su totalidad, las nalgas de Sonia, realmente me gustó lo que vi, en las nalgas también tenía vellos apenas perceptibles pero mucho algo más notorios que el común de las mujeres que yo había conocido hasta ese momento.

Mientras Sonia estaba en el baño, me puse a reflexionar acerca de cómo habíamos llegado a esta situación, y no pude más que reconocerme a mí mismo que Sonia me excitaba por lo distinta, su cuerpo tiene ese toque de distinción que tanto me atraía, su excesiva cantidad de vello en todo su cuerpo generaba en mi una sensación distinta pero un deseo irrefrenable de experimentar un cuerpo totalmente distinto a lo que había conocido hasta ahora, si a eso le sumaba su inocencia llegaba a un resultado muy atractivo y que poco a poco iba dejando una marca en mis pensamientos.

Cuando Sonia salió del baño no pude dejar de contemplarla, yo sentía que estaba teniendo una erección de las buenas y no pude, aunque tampoco quise, disimularla. Ella lo notó y se avergonzó aún más todavía, aunque todavía tenía la cara colorada como un tomate, en sus ojos se notaba una mirada de curiosidad, yo ya no encontraba palabras para expresar nada, estábamos los dos solos en la habitación de un hotel, casi totalmente desnudos, sólo teníamos nuestra ropa interior que tapa nuestras zonas a la altura de la cadera, me limité a acercarme a ella para fundirnos en un abrazo, nada ocurrió, Sonia también me abrazó y sentía como trataba de alejar su zona pubiana de la mía, yo bajé mis manos, las puse sobre sus nalgas y la atraje hacia mí para que sintiera el efecto de mi excitación, como Sonia es un poco más baja que yo, mi pene erecto se le apoyaba en la zona entre el ombligo y su pubis. Ese abrazo se prolongó en un beso muy apasionado por parte de ambos, mientras nos besábamos, yo trataba de friccionar mi pene contra su cuerpo ya que sentía que necesitaba ese tipo de caricias y aún no me atrevía a pedírselo, para no echar por tierra todo lo que hasta el momento estábamos logrando, yo estaba en lo mejor de la fricción cuando siento que la respiración de Sonia suena algo más agitada y entrecortada, lo que me indicó que se estaría excitando también ella, ese indicio me incitó a dar un paso más y subí una mano hasta uno de sus senos, acariciando suavemente, durante el recorrido, su costado y algo de su abdomen, en el trayecto su respiración se sintió más profunda, hasta que llegué a apoyar una de mis manos en su seno derecho en ese momento su respiración se transformó en un largo gemido, solamente ahogado por mi boca debido al beso del que ambos estábamos disfrutando.

Comencé acariciando su seno lentamente, sin presionar demasiado, trataba de no tocar su pezón, lo esquivaba a propósito, pero los pocos roces que le hacía, los hacía parecer casuales, eso la excitaba mucho, mientras tanto, ella me acariciaba la espalda llegando hasta el borde de mi slip y volviendo a subir sus manos, intuí que no se atrevía a seguir bajando, yo ya tenía mi mano derecha sobre sus nalgas y las estaba acariciando, alejando un poco mi boca de la suya le dije que a mi también me gusta que me acaricien las nalgas, poco a poco se fue atreviendo más hasta que luego de un rato ya su terreno acariciado se extendió desde mi nuca hasta mis nalgas, en ese mismo instante, a modo de premio por su audacia, yo comencé a acariciarle el pezón derecho que estaba demasiado duro y puntiagudo debido a mis caricias casuales.

Yo no podía respirar, mi excitación era tal que me dificultaba la respiración, pero reparando en ese mismo detalle, en ella, comprobé que pasaba por un trance similar y me decidí a continuar avanzando, a sabiendas de que este momento iba a ser inolvidable para ambos, comencé bajando mi mano hasta llegar a su ombligo y me quedé un rato acariciándolo mientras con mi pulgar tocaba el borde de su bombacha y trataba de ingresarlo por dentro de ella, acaricié todos sus vellos, como si estuviera viendo lo que hacía mi mano, no dejaba de acariciar su ombligo con mis dedos anular y meñique, mientras con el pulgar ya estaba acariciando su vello púbico, lo encontré tal como lo había imaginado, abundante y espeso, ella no modificaba mucho sus caricias, eran como al principio, pero ahora ya se atrevía a presionar más mis nalgas.

Dejé de acariciarla como lo venía haciendo hasta ese momento para poner mis manos en sus caderas, justo en el elástico de su trusa e ir tomándolo con suavidad mientras lo deslizaba hacia abajo con mayor suavidad todavía, una vez que tuve la parte superior de su bombacha de manera que ya se encontraba debajo de la línea de sus glúteos por detrás y de su zona pubiana, por delante, siento que Sonia hace lo mismo con mi slip, la dejo hacer, no emito sonido alguno, ella deja de besarme para poder seguir bajándolo con comodidad, ahora es ella la que quiere mirar y poniéndose en cuclillas de manera que su cara se encuentra frente a mi pene, que aún está dentro de mi slip, pero con mi vello ya al aire, continúa con sus intenciones de despojarme de mi ropa interior, yo no sé si se imagina lo que va a pasar cuando siga bajando y deje mi pene entero al aire, pero ella sigue inspeccionando, de repente repara en una mancha húmeda, bastante grande, que se presenta ante sus ojos, y como tomando coraje me pregunta:

– ¿Ya acabaste?

– No – le respondo – ese es el líquido preseminal, pero no me falta mucho.

– ¿Me vas a dejar que yo te lave tu ropa interior?

– No importa, de acá hasta que nos vayamos ya se va a secar.

Le contesté como queriendo zafar de una situación que estaba llegando hasta donde yo no quería que llegase porque solamente una mujer enamorada te lavaría la ropa interior.

– Por favor, me encantaría hacerlo, yo no voy a permitir que mi hombre ande por la calle con un calzoncillo manchado, aunque no se le vea.

En ese momento pensé: “cagamos… dijo la expresión que yo no quería escuchar, mi hombre”, pero ahora sé el motivo por el cual no quería escucharla, porque lejos de molestarme su comentario, me agradó y vaya si me agradó, yo no lo quería reconocer, pero no se puede evitar lo inevitable, yo también me estaba enamorando, y no sabiendo que responderle le dije:

– Bueno, si es tu deseo, lo haremos juntos, pero después.

– Sí. Sí, después.

Su mirada, que yo veía desde arriba, ya no era la de la nena tímida que había entrado avergonzada a esa habitación, ahora su mirada tenía un brillo especial, era la mirada de una niña animada, como la de aquella que está esperando el regalo prometido. Continuó bajando mi slip y sucedió lo que tenía que suceder, al liberar mi pene, este salió disparado hacia delante, apuntando directo a su cara como un resorte, Sonia se sorprendió y tiró su cara para atrás, quizás pensando que este le iba a pegar en la cara lo que me causó gracia y riendo le dije:

– No es tan largo como para que llegue a pegarte en la cara.

– Pero es duro – contestó

Terminó de bajarme los slips los que, al llegar a mis tobillos, le ayudé a sacar, la tomé suavemente de los hombros y le hice una ligera presión hacia arriba, indicándole que quería que se pusiera de pié de nuevo, así lo hizo, comprendiendo perfectamente mi deseo, yo quería continuar sacándole su ropa interior, ahora era yo el que se agachaba, no sin antes premiarla con un hermoso beso, tan dulce como apasionado. Al tener su pubis frente a mis ojos no pude evitar mi deseo de besárselo y así lo hice, le di un par de besitos cariñosos en esa zona y terminé quitándole la bombacha, la que quedó en el piso junto a mi slip. Poniendo mis manos en sus rodillas, como abrazando una con cada mano, comencé un lento ascenso hacia su entrepierna a lo largo de sus muslos, al llegar mis manos a su destino, pude comprobar que ella tenía también su vagina muy mojada, ya que la humedad se notaba en sus muslos unos cinco o seis centímetros antes de llegar, pasé mis manos por detrás de ella, llegando a tocar de nuevo sus glúteos que ahora estaban desnudos y subiendo mis manos dejé un brazo abrazando su cintura y con el otro abrazaba su espalda a la altura de sus pechos, esta posición me ayudó a que, con un leve empujoncito haga arquear su cuerpo hacia atrás a lo que ella respondió con un abrazo a mi cuello pero más por temor a caerse que por cualquier otro sentimiento. En esa posición la besé con frenesí y ya casi con lujuria, mientras retiraba mi mano de su cintura para pasar a su entrepierna, en esta posición no tenía más remedio que tener las piernas abiertas, fui directamente a la entrada de su vagina, yo quería acariciarle esos labios y sí, estaba realmente mojada, a tal punto que yo pensé que ella ya había tenido un orgasmo, presumo que mientras le acariciaba un pezón. Pero ahora era distinto, yo ya había ingresado un dedo entre sus labios y estaba buscando su clítoris, quería provocarle un orgasmo sin penetrarla, mi pene estaba tocando el costado de uno de sus glúteos, como tomando coraje bajó una mano acariciándose su costado hasta llegar a él y comenzó a acariciar mi pene, con mucho temor, no sé a qué, pero esto hizo que sus caricias sean tan suaves que me volvieron loco por demás, en ese mismo instante yo encontré su botoncito del placer, no necesité acariciarlo por mucho tiempo que ya me hizo sentir que ella estaba llegando al orgasmo, fue en ese momento que pude comprobar que antes no había tenido un orgasmo, puesto que ahora separó su boca de la mía para poder gemir con mucha pasión, casi al borde de la locura y llegando a dejar escapar algunos gritos, mientras que su vagina se mojaba como nunca había visto mojarse vagina alguna, la cantidad de líquido segregado se puede comparar perfectamente a un orgasmo masculino por su cantidad y consistencia, mientras tanto, sus caricias en mi pene fueron aumentando en velocidad y presión ejercida llegando a un punto tal que ya tenía mi orgasmo en la punta de mi pene lo que me costó mucho retener, decidí no continuar con las caricias por un momento y en medio de un abrazo que, retribuyó con más fuerza aún, y un beso ya demasiado amoroso, la fui invitando a ir a la cama, con ligeros empujoncitos que entendió a la perfección.

Una vez acostados, ella comenzó a acariciar mi pene de nuevo y decidí dejarla hacer lo que quisiera conmigo, quería ver hasta donde podía llegar sólo con su instinto de mujer, pero no pude disfrutar mucho tiempo más de sus caricias, no pasó mucho tiempo que mi pene se endureció más todavía y comenzaba a latir, cada vez con mayor velocidad hasta que iba a explotar eyaculando, suspiré, gemí, y le dije, ya me vengo amor, estoy terminando y acto seguido comencé a eyacular con tanta violencia y cantidad como nunca antes lo había logrado mujer alguna, Sonia, lejos de asustarse, parece que eso la excitó aún más y no paraba de acariciar en un acto de masturbación perfecto, lo que si pude notar fue que la presión de sus manos era muchísimo más liviana, llegando a ser una caricia, como agradecida del regalo que le había dado o como si se sintiera muy feliz de haberme hecho gozar de semejante manera.

Levanté mi mirada buscando la suya, cuando la encontré la miré con mi mejor mirada de agradecimiento y le dije:

– ¿Te sientes bien?

– Sí, yo no creí nunca que una situación así me podría llegar a gustar, la primera vez que sentí el líquido masculino en mi cuerpo me dio mucho asco, pero ahora me doy cuenta de que una se puede sentir muy bien con este acto, hasta satisfecha, porque le provoca mucho gozo a la persona que quiere.

– Sí mi amor, esto es muy placentero para mí, pero hay sentimientos superiores todavía que podemos disfrutar juntos, pero ahora me toca a mí hacerte feliz.

– ¡Yo soy feliz si tu eres feliz!

Eso fue lo ultimo que le escuché decir, porque ya estaba besando su ombligo y bajando por el caminito natural que lo une con su pubis. Su jadeo no sólo no cesaba, sino que se hacía cada vez más notorio para transformarse, cuando llegué a besar su zona pubiana, en auténticos gemidos, no quería imaginarme lo que haría o diría cuando se encontrara su clítoris con mi lengua; pero el momento llegó y al fin se encontraron, mi lengua y su clítoris en una lucha sin cuartel, mi lengua lo presionaba, lo rodeaba, ahora que lo tenía más cerca pude apreciar su real tamaño, tendría alrededor de dos centímetros de largo y como un centímetro de diámetro, sin exagerar, esas eran sus dimensiones y entonces me decidí, tome ese apéndice entre mis labios y comencé a succionarlo tranquilamente, mientras que de su boca se escapaba un leve quejido:

– Ay… ay… ay…

– ¿Te estoy haciendo daño? – le pregunté.

– No. No me duele, pero es una sensación extraña.

– ¿Pero te molesta o te agrada?

– No se, no lo puedo definir, pero sigue, sigue, a ver qué pasa.

Ni lerdo ni perezoso continué con lo que estaba haciendo para terminar dando pequeños mordiscos en su clítoris, en ese momento tuvo el orgasmo más intenso que había tenido en toda la tarde y al estar tan cerca de la entrada de su vagina pude corroborar que su orgasmo concluía en una eyaculación, en cantidad y color similar al semen pero de una consistencia algo más liviana, más líquida. Decidí parar, no quería agotarla físicamente tan pronto, apenas hacía una hora u hora y media que habíamos ingresado a esa habitación y todavía teníamos toda la tarde por delante. Me recosté a su lado y ella me abrazó, nos quedamos así un largo rato, sin decirnos nada, yo sólo escuchaba su respiración entrecortada y ella no hacía más que abrazarme y besar mi cara, por todos sus rincones, hasta los ojos me besó; cuando Sonia se decidió a continuar bajando con sus besos me di cuenta de que ya estaba más repuesta, besó mi cuello, mi pecho, se detuvo un poco en mis tetillas, cada una a su turno para luego seguir bajando, yo estaba extasiado, no quería que pare porque quería ver hasta dónde podía llegar sin decirle nada, hasta donde se permitía llegar, siguió bajando, se detuvo en mi ombligo pero me hacía muchas cosquillas, hasta el punto de que era una molestia, a pesar de que no le dije nada ella lo percibió y no siguió haciéndolo, siguió bajando y, para mi sorpresa, llegó con su cara a mi pene, lo tomó con una mano y se lo pasó por los cachetes de su cara, luego de unos segundos lo arrimó a sus labios y le propinó unos besitos muy suaves en la punta, no se atrevía a más, por lo que decidí no decirle nada, me hubiera gustado que siguiera y que abrazara la cabeza ardiente de mi pene con sus labios, pero callé. Ella se incorporó volviéndose a recostar a mi lado y le pregunté:

– ¿Quieres sentirme dentro de ti?

– Sí, ahora siento que lo necesito, quiero sentir una penetración placentera por primera vez en mi vida.

Atrás quedaron los días de autorrepresión de Sonia y lo estaba haciendo conmigo, me puse encima de ella a lo que respondió abriendo las piernas para dejarme a mi acomodarme entre ellas, inmediatamente estuve sobre ella, sintiendo el calor de la entrada de su vagina en la punta de mi glande, a lo que mi pene respondió con un endurecimiento superior al que ya tenía, estaba tan cerca que podía sentir un pequeño y suave latir de sus labios, no me apuré, empujando suavemente penetré apenas un centímetro más sin dejar de mirar la expresión de su rostro, ella había cerrado los ojos y el resto de su cara tenía una expresión relajada, aflojando mi presión volví atrás el corto camino recorrido para volver a entrar, esta vez un poco más, había colocado la mitad de la cabeza de mi miembro en su interior, sus suspiros eran muy fuertes, estaba esperando la plena penetración, pero yo, sin intenciones de torturarla, me había propuesto que esta penetración la iba a disfrutar con todo su cuerpo y de nuevo retrocedí el camino andado, aguardé unos segundos para volver a entrar, esta vez, hice que toda la cabeza de mi pene estuviera en su interior, y comencé a mover mi cintura de manera tal de salir y entrar pero nunca llegué más allá de donde había llegado hasta ahora, yo me contuve, sentía que mi orgasmo estaba pronto a llegar pero quería que este acto fuese más placentero para Sonia que para mí, quería lograr que llegara a su orgasmo sin mayor penetración que la que estaba aplicando, no tardó mucho, en menos de un minuto Sonia se retorcía en un orgasmo terrible, tan así que yo temí por su agotamiento antes de que concluyera con mis intenciones, en medio de su fuerte orgasmo, era el punto que yo esperaba, hice que mi penetración fuese completa, llegando a sentir que tocaba la pared superior de su útero y de esta manera comenzar un coito completo, salía hasta dejar solamente un par de centímetros dentro de ella, entraba mi pene en su totalidad y así sucesivamente, de nuevo sentí los espasmos de mi orgasmo, contuve la eyaculación otra vez, trataba de contenerlo hasta el próximo de ella, no tardó mucho en tener otro orgasmo tan fuerte como el anterior a lo que aproveché para sacar mi pene de su interior justo en el momento que soltaba mi eyaculación, cayendo esta en todo su vientre y algunas gotas llegaron a chocar contra sus senos, su ombligo contenía un charquito blanco provocado por mí, me retiré de encima de ella y me recosté de nuevo a su lado, para mi sorpresa, ella se pasó un dedo por su ombligo y lo llevó a sus labios como quien prueba un dulce, creía que Sonia era incapaz de un acto así, pero creo que estaba presenciando el nacimiento de una nueva Sonia. Me miró con un gesto pícaro y se incorporó para poner su cuerpo sobre el mío, se apretó a mí y hasta hizo un movimiento de manera tal que nuestros cuerpos quedaron impregnados de mi semen. En ese mismo instante, ella me dijo:

– Uy… mira cómo nos ensuciamos.

– Sí, lo veo – contesté con un gesto más pícaro que el de ella – vamos a tener que bañarnos.

– Bueno, pero primero déjame descansar un poco, quedé agotada.

– Por supuesto, mientras tu descansas yo me ducho.

Dije esto sin sentirlo así, yo también me sentía agotado.

– No. ¿Eres loco? ¿Cómo te vas a duchar solo? Te resbalar y caer, no señor, nos bañamos juntos.

A lo que respondí con una corta carcajada y una mirada de complicidad. Descansamos un rato, abrazados, besándonos suavemente los labios, a veces no tan suavemente y nuestros besos eran muy apasionados. Estuvimos así hasta que Sonia fue la que rompió el silencio:

– Estoy muy agradecida mi amor. Quiero que sepas que soy toda tuya, que nunca te voy a decir que no a nada, quiero experimentar todo lo que se nos ocurra, pero lo quiero hacer contigo y con nadie más.

– No Sonia, tu no eres mía ni de nadie, nadie pertenece a nadie y yo también estoy muy agradecido contigo, me entregaste tu virginidad y eso no tiene precio.

– ¿Mi virginidad? Pero si…

Antes de que continuara hablando sellé sus labios con un beso, lo que ella entendió perfectamente, si bien yo no fui el que atravesó su himen, fui el primero que le proporcionó placer. Nos levantamos y nos dirigimos hacia el cuarto de baño, lo hicimos abrazados y besándonos, creo que debimos de haber tardado unos cinco minutos para caminar dos metros, mi pene ya estaba erecto de nuevo y Sonia lo miró con su mejor cara de pícara.

Una vez en el cuarto de baño, me dijo que tenía ganas de orinar y se dirigió hacia el inodoro con intenciones de sentarse en él, a lo que le dije:

– No, por favor, ahí no, hazlo acá, bajo la ducha y sobre mi pene.

A ella se le notó un brillo distinto en su ojos y un gesto de asombro, caminó dos cortos pasos hacia mí, me abrazó por la cintura y, levantando una pierna hacia mi comenzó a orinar relajada, yo me agaché un poco para que su hilito dorado pudiera mojar mi pene como yo quería, al sentir su calorcito abrazando todo el cuerpo de mi pene, este se me puso más duro todavía, cuando hubo acabado, le pedí que no bajara su pierna que descansaba sobre un costado de mi cadera, yo también tenía ganas de orinar y me dispuse a hacerlo apuntando a su clítoris, lo que le provocó una sensación de placer a juzgar por sus gestos y su mirada, no toda mi orina fue a dar contra su clítoris, yo me iba moviendo hasta llegar a la entrada de su vagina, y enviar el resto allí adentro.

– Si hace unas horas alguien me hubiera dicho que yo iba a mear a alguien o que alguien me iba a mear a mí, podría haber vomitado de asco, pero esto fue hermoso mi amor. Estoy muy feliz de haberlo hecho. Ahora se, más que antes, que todo lo que me pidas va a ser para provocarnos placer.

Al oír estas palabras lo único que se me ocurrió hacer fue darle un beso. Luego abrí la ducha y nos metimos debajo, ella me enjabonó a mi primero, cuando le tocó enjabonar a mi amigo lo hizo con tal suavidad y dulzura que este se endureció más todavía, cosa que me sorprendió sobremanera, luego yo hice lo mismo con ella, le enjaboné todo el cuerpo, me detuve en sus pechos, enjaboné su entrepierna quedándome algo más sobre su clítoris para luego enjabonar su espalda y su trasero, llegado a este punto, Sonia se puso de espaldas a mí y con un movimiento de cintura envió su cola exageradamente hacia atrás, me entretuve demasiado con su ano y el jabón, al punto de que un dedo entró sin querer y sin problemas dentro de su agujero, de su boca se escapó un gemido de placer, no lo había pensado pero en ese momento se me ocurrió que podíamos gozar ambos de ese lado, seguí enjabonando y probé introducir dos dedos dentro de su ano, sus gemidos fueron aún más intensos, comencé a entrar y sacar mis dedos sin problemas y de repente Sonia me dice entre suspiros:

– ¡Qué lindo mi amor! ¡Cómo me gusta! – Al escuchar esto dejé un rato su ano para enjabonarme yo mismo el pene, me agaché un poco para ponerme a su altura y apoyé a mi amigo en esa entrada tan estrecha pero relajada, intuí que si lo hacía bien y sin desesperarme no habría dolor, sólo placer y comencé a empujar suavemente dentro de su ano, este no ofreció mayor resistencia, pero no había puesto ni la cabeza dentro de el, sólo estaba en el trámite de provocar la dilatación, aflojaba la presión y volvía a empujar, quería que se dilatara solo, sin provocarlo con mis embates, retiré mi pene para pasar más jabón por ese agujero que se me hacía cada vez más dulce, al enjabonar presionaba más con el jabón de lo que había hecho con mi pene, pude hacer que se lubricara el interior con la misma espuma ayudado con mi dedo índice, cuando conseguí esto y Sonia no hacía más que gozar, me decidí a ir más adentro, apoyé mi pene en esa entrada divina y empujé suavemente hasta que luego de unos cuantos segundos entró toda la cabeza de mi amigo en ese túnel oscuro, no sin inconvenientes pero sin dolor, cosa que le pregunté:

– ¿Te duele?

– No, siento un escalofrío que me recorre todo el cuerpo, pero no me duele.

Entonces comencé un movimiento de salir y volver a entrar pero sin pasar el límite al que ya había llegado, ella se retorcía de gozo y en una de mis entradas fue Sonia la que empujó hacia atrás provocando que mi pene penetrara completamente en su canal anal.

El grito que escapó de su boca no fue de dolor, según dijo en ese mismo instante, cuando me dijo que estaba gozando mucho, mis movimientos comenzaron de nuevo, en este momento el recorrido era más extenso, mi amigo salía y volvía a entrar, pero esta vez en toda su plenitud, de repente Sonia se convulsiona en lo que a mí me pareció el mejor orgasmo que tenía ese día, y yo seguía con mi movimiento, sin exagerar, calculo que ese orgasmo (o esos orgasmos) debió durar como medio minuto, el mismo tiempo que me llevó a mí llegar al mío para eyacular dentro de su culito precioso, no me moví más y ella se incorporó, pero ninguno de los dos hizo movimiento alguno para intentar sacar mi pene de su ano. Girando su cabeza buscó, con su boca la mía y nos besamos así hasta que mi pene perdió totalmente su erección y salió solito del lugar que lo cobijaba; hecho que aprovechó Sonia para voltearse totalmente hacia mí y continuar besándonos.

Terminamos de bañarnos y nos fuimos a la cama, con todas las intenciones de acostarnos a descansar, de repente ella me dice:

– Tengo ganas de hacer popó. ¿Quieres venir?

A lo que respondí:

– No. Ahora no, en otra oportunidad.

Me recosté y me quedé dormido antes de que Sonia volviera del baño, no me había dado cuenta pero estaba destruido, mientras dormía, en sueños recordaba la sensación que me había provocado la defloración del ano de Sonia, sentía cómo me apretaba todo el pene, cómo (gracias al jabón) entraba y salía como si fuera una vagina muy estrecha y cómo Sonia llegó a un orgasmo terrible que no me explicaba cómo tuvo fuerzas para llegar hasta la cama.

No sé cuánto tiempo estuvimos dormidos pero ya eran las diez de la noche cuando Sonia se despertó antes que yo y se propuso despertarme de la forma más agradable posible, besándome en los labios y acariciando mi pene, cuando logró despertarme yo le sonreí y me dijo que tenía hambre, fue ahí cuando miré el reloj y me percaté de la hora, según mis cálculos debemos de haber dormido alrededor de cuatro horas.

– Bueno – contesté – tu has vivido en este barrio. ¿Hay algún buen restaurante por acá?

– Sí. Acá a la vuelta hay un restaurante chino.

– Entonces vamos a comer.

Nos levantamos y Sonia se puso su vestido encima de su cuerpo desnudo, como no era un vestido muy sexy no se notaba que no tenía ropa interior, yo la imité y me puse los pantalones sin mis calzoncillos, y mi camisa, salimos y llegamos al restaurante, nos sentamos y un chino de alrededor de los treinta años se apresuró a recibirnos y acompañarnos a una mesa apartada, creo que algo se nos notaba en las caras. Nos indicó que la comida era autoservicio y que él nos traería las bebidas que elijamos, nos recomendó una marca de vino que yo no conocía y que quise probar, Sonia aceptó cuando le pregunté y nos alcanzó una botella de vino rosado y algo dulce, cosa que pude comprobar cuando me sirvió un poco para degustarlo y cuando le di mi aprobación nos sirvió a ambos, antes de que se retirara le pedí que me recomendara algún plato, lo que me respondió con un nombre en chino que no entendí y se debió de notar en mi rostro, porque inmediatamente el chino me dijo que era lo que estaba en la tercera bandeja de la derecha, y que a la señorita le recomendaba la de al lado.

Me levanté con los dos platos y serví exclusivamente lo que nos recomendó el chino, no mucho (por si no nos gustaba cuando lo hubiéramos probado) fui con los dos platos hacia la mesa y nos dispusimos a probarlos no sin antes proponer un brindis

– Por la nueva Sonia – dije

A lo que Sonia respondió levantando su copa y sonrojándose de nuevo. Cuando observé lo que contenía mi plato, antes de probarlo, pude observar que era una especie de guisado con brotes de soja, algunas legumbres y carne que tenía sabor a fruto de mar, no era pescado, al menos alguno que yo conociera porque su color era amarronado similar al del pollo, pensé que sería algún marisco. Era un plato exquisito.

Nos servimos otro plato de eso mismo que nos habían recomendado y cada uno probó el del otro, el de Sonia también era riquísimo, luego nos servimos otro plato pero ya buscamos otras cosas, no comimos lo mismo, yo me serví un par de mejillones a la provenzal, un poco de calamares de similar preparación y lo acompañé con una ensalada de brote de soja, a lo que le agregué un poco de tomate y de lechuga; Sonia se sirvió una ensalada similar a la mía pero para acompañar a una porción de carne vacuna.

Realmente teníamos mucho apetito, porque ya íbamos por el tercer plato, en realidad sería el segundo porque del primero serví muy poco. Cuando pasé por al lado del mismo señor que nos atendió le pedí que nos acercara otra botella de vino, cosa que hizo al instante.

Llegamos al postre y nos sirvieron, a pedido nuestro, una crema helada de chocolate para mi y otra de frutillas para Sonia.

Nos quedamos haciendo sobremesa bastante tiempo, casi una hora más luego de haber terminado nuestros platos, esto lo hicimos, más por mí que por Sonia, porque ella me había excitado con su piecito sobre mi entrepierna y yo ya no me podía parar sin que se me notara la erección, que no bajaba, puesto que yo, ahora, estaba con un pié entre sus piernas y con el dedo gordo dentro de su vagina, acariciándola a modo de masturbación.

Volvimos al hotel, cuando el conserje nos dio nuestra llave le dije que quizás nos quedaríamos un día más, agradeció mi aviso y nos fuimos a la habitación. Nos desvestimos, nos besamos, Sonia me acarició el pene y se agachó con intenciones de llevárselo a la boca, esta vez lo tomó con una mano y acarició toda la cabeza con sus labios, me miró desde abajo y me dijo que quería hacerlo, que tenía muchas ganas de hacerlo pero que no sabía cómo y no quería que no me gustara ni hacerme daño, yo le dije que comenzara que le iba a ir indicando, aprendió rápido, aprendió incluso, a dejar descansar a mi amigo en su garganta sin que le dieran arcadas, tanto hizo que yo ya estaba al borde del orgasmo, le avisé lo que pasaba pidiéndole que se retire, a lo que respondió con una negativa porque quería saber qué se siente y siguió con su felación hasta que acabé eyaculando en el interior de su boca, fue una eyaculación terrible, estuve más de veinte segundos mandando mi semen al interior de esa boquita que tantas veces había besado ese día, no sé dónde iba a parar, porque por los costados de sus labios no se escapaba nada, cuando terminó se levantó y me besó apasionadamente, permitiéndome sentir el sabor de mi propio semen en su boca, diciendo:

– ¡Qué feliz que soy haciéndote gozar! ¡Gracias por darme la oportunidad de sentirme tan mujer por primera vez en mi vida! – A lo que respondí con otro beso apasionado, yo no sabía qué decir, me había quedado sin palabras. Nos acostamos y yo le pedí que nos durmiéramos, que no era bueno hacer el amor después de comer porque se corta la digestión, me miró con cara de nena caprichosa a la que la mandan a estudiar cuando quiere mirar televisión y asintió no de buena gana, ella se dio vuelta dándome la espalda, yo pensé que se habría enojado, que no había entendido mi razonamiento pero me equivoqué, Sonia pasó una mano por detrás de ella buscando mis testículos, los que acarició muy suavemente provocando una erección superior a la anterior, yo no lo podía creer, no podía creer que tuviera una erección así luego de todo lo que había pasado ese día, pero en ese momento se me cruzó por mi mente la imagen del chino que nos atendió en el restaurante, el vino, y el plato que nos había recomendado, estaba seguro de que se trataría de alguna combinación de comida y bebida con atributos afrodisíacos.

Cuando Sonia se percató de mi erección me dijo que no me preocupara, que ella iba a hacer todo para que yo no tuviera una indigestión y tomando mi pene con su mano derecha se lo fue arrimando a la entrada de su ano, se movió muy lentamente, trataba de no moverme a mí por nada del mundo, hizo un rápido movimiento de cintura hacia atrás que provocó que la cabeza de mi amigo entrara en su ano, pero a ambos nos dolió, estaba todo muy seco, se lo sacó, se puso la mano en la boca y procedió a mojar tanto su agujero como mi pene con reiteradas idas y venidas de su mano hacia su boca y vuelta a su ano o a mi pene.

Lo volvió a intentar y esta vez la penetración no tuvo ningún inconveniente, ella se movía con mi pene dentro de su rabito y yo acompañaba los movimientos, como a modo de broma me dijo con aire irónico:

– No, déjame a mí, no vaya a ser cosa que se te corte la digestión. – Yo me sentí mal por esa expresión pero ya sabía lo que era despertarse en medio de la noche con ganas de vomitar debido a hacer el amor después de cenar y no sabía cómo decírselo, estaba gozando tanto con la sodomización que ella misma había provocado que no encontraba palabras para decir nada que no fuera como “me gusta” o “cómo te quiero”.

Estuvimos así algo más de cinco minutos (creo que los siete del promedio del que hablan las estadísticas) cuando llegamos a un espectacular orgasmo los dos juntos, ya no me cabía ninguna duda, lo que el chino nos había recomendado tenía capacidades afrodisíacas, no podía ser que yo todavía estuviera eyaculando como si fuera el primer orgasmo del día.

Nos quedamos dormidos en esa misma posición, yo todavía con mi pene dentro del ano de Sonia y ella abrazándome tomada de una de mis nalgas como queriendo que yo no saliera de dentro de ella.

Nos despertamos pasado el mediodía del domingo y fuimos a almorzar al mismo restaurante, no estaba el chino que nos había atendido la noche anterior, pero pedimos el mismo vino y comimos lo mismo que nos había recomendado, volvimos al hotel y tuvimos un día de sexo y lujuria como si nada hubiera ocurrido anteriormente, ya pasaron quince años de esto, tanto Sonia como yo nos recibimos de ingenieros y estamos casados, tenemos nuestra propia empresa y, de tanto en tanto, volvemos al mismo hotel y comemos en el mismo restaurante. No tuvimos hijos, pero porque la vida no nos los dio, creo que por un poco de egoísmo tampoco consultamos a un profesional para saber el motivo y hacer algún tratamiento, de ser necesario. Estamos muy bien juntos, tanto como ese primer día, ella me tiene a mí y yo la tengo a ella.

Nos amamos.

Es una breve historia de cómo fue mi primer encuentro con una chica en la universidad, pagándole para que me dejara tocarla.
Buen día. Soy un chico actualmente de 27 años. Este es mi primer relato, y debido a que soy una persona muy introvertida, no he tenido mucha experiencia en el sexo, así que tuve que pagar a una chica en la universidad para que me dejara tocarla. No me dejó penetrarla, pero me permitió recorrerle todo su cuerpo.

Tenía ya varios días muy caliente, me la jalaba diario en esos días. Así que entré a una página dónde se podía contratar servicios sexuales. Encontré un perfil que me dio un «poco» más de confianza y el trato fue pagarle cierta cantidad por manosearla, aunque no definimos un tiempo límite.

Durante la plática, comenzamos a profundizar más y pues obviamente ella estaba en mi ciudad, pero resultó que estudiaba en la misma universidad que yo. Me pidió que fuera muy discreto porque no quería que se enterara. Hasta la fecha, he guardado ese secreto hasta ahora, solo que no diré nombres ni de ella, ni de la universidad.

Me mandó foto de ella desnuda. Morenita, delgada, pelo corto, no podía ver su rostro, pero tenía pechos pequeños, pezones cafecitos y recuerdo llevaba un calzón puesto en la foto. Eso me excitó más.

Llegados el día, quedamos vernos cerca de dónde ella rentaba, cuando la vi, por un momento quise irme de ahí, su rostro no era bonita, pero la calentura me ganó. Me llevó hasta dónde rentaba un cuarto. Saludamos a unas personas ahí y me presentó como un amigo que iba a arreglar su laptop (sí, todo hombre debemos saber arreglar una laptop).

Me pasó a su cuarto, ella salió un momento y cuando regresó, estaba semidesnuda, con una toalla puesta. Le quité la toalla y comencé a acariciarla. Le quité el bra, descubriendo esos senos diminutos, pero muy blanditos. Con una mano le masajeaba una teta mientras que con mi boca le succionaba todo el seno.

Dejé de chuparle las tetas y pequé su esvelto cuerpo con el mío. Puse mis manos en sus nalgas y comencé a apretarlas suavemente, metiendo mi mano cada vez más en su calzoncito. Finalmente metí mi mano hasta alcanzar su vagina, completamente peluda, pero suavecita y calentita. Estuve así un buen rato metiendo mi dedo en su vagina, metiendo la mano desde atrás, parados.

Notaba que tenía la respiración un poquito agitada. Se sentó en su cama y se quitó el calzón. Se acostó y abrió las piernas. Tenía bastantito vello, por lo que no me atreví a hacerle oral, además lo más seguro es que ella hiciera esto con varios hombres así que no me atreví. Me limité a masturbarle. Metía mis dedos en su vagina, pero era muy apretada, al inicio me daba miedo lastimarla, pero cada vez entraba más fácil por lo fluídos. Cuando me di cuenta, estaba ya bastante agitada, veía como su pecho subía y bajaba bastante rápido y arqueaba su espalda cada vez que metía mis dedos.

En mi pantalón ya tenía una mancha, estaba tan excitado que mi pene sacaba fluidos como loco y me palpitaba. Aclaro que nunca eyaculé.

Así estuve un buen rato masturbando a esa chica hasta que se me cansaron las manos. Obviamente, por falta de experiencia, no la hice llegar al orgasmo, pero ella me dijo que lo hice bastante bien para ser mi primera vez, que, aunque no se vino lo disfrutó.

Le pedí un poco de papel, me saqué mi verga y me limpié todo los fluídos transparentes. Ese día me regresé a mi cada a eyacular como bomba.

No volví a hablar con ella desde ese entonces. Si tan solo hubiera llevado un poco más de trabajo, posiblemente me hubiera dejado penetrarla.

Lamentablemente esta es la única historia que tengo, las demás son fantasías que tengo.  Actualmente me propuse cogerme a una amiga de hace mucho tiempo, la quiero mucho, pero también me calienta como loco.

Espero hayan disfrutado mi pequeña historia

  • Acepto la responsabilidad de los contenidos que subo a esta pagina.

unos ladrones con una gran habilidad para disdrazarse se escondieron en un hospital disfrazados de enfermeras . aprovechando que habia algunas monjas alli ataron a tres de nosotras aunque eran solo dos ladrones y cambiaron sus uniformes de enfermeras por los habitos de dos monjas de su estatura para escapar. yo no entendia por que me habian atado y desnudado en una habitacion y luego vuelto a vestir. creyendo que era uno de ellos un policia me quito el habito . dejandome semidesnuda con un conjunto de lenceria y mi capucha devmonja. desde los quince años se que tengo buena figura, asi que no me sorprendio que todos los policias y algun medico que andaba por alli me mirara con deseo.
pero lo que me sorprendio y a todos fue el conjunto de lenceria que llevaba puesto. lenceria fina y elegante de color negro, yo normalmente usaba el blanco y medias y liguero.despues de volver a ponerme el habito y comprobar mi identidad me dejaron ir. la policia lo califico como una broma de mal gusto.
tambien me sorprendio que por primera vez en mi vida me gusto sentirme deseada, dada la educacion que habia recibido y siendo monja siempre habia sentido rechazo al deseo sexual. aquella noche aun no me habia quitado el conjunt senti una gran excitacion y me masturbe de pie . la noche siguiente tambien y la tercera sin el conjunto puesto. estuve asi un mes, el solo estar cerca de ese conjunto de lenceria me provocaba una gran excitacion.comprendi que no se iba a pasar masturbandome, decidi no deshacerme de el conjunto. busque una casa abandonada cerca del convento y lo deje alli. converti la casa en lo que yo llamo mi centro de operaciones.
empeze a salir principalmente por las noches pero tambien por las tardes. empece a usar lenceria negra, se consideraba formal pero a mi me parecia mas excitante que la negra a la que estaba acostumbrada, empece a salir vestida como una mujer normal y a usar lenceria mas elegante y provocativa. no tarde en perder la virginidad. poco despues empece a usar ropa exterior mas provocativa, aunque tambien usaba el habito, a muchos hombres les excitaba hacerlo con una monja. aprendi otras cosas comence a practicar el sexo oral y anal, a masturbar a hombres con mis manos y hasta con mis senos. a probar distintas y variadas posturas para tener sexo. y hasta usar aparatos para masturbarme. como vibradores, llege a meterme aparatos genitales masculinos por completo en mi boca.sabia que esa excitacion se debia a estar cerca de ese conjunto de lenceria que aun guardo dentro de la casa abandonada y no tengo intecion de desacerme de el.
hoy es el tercer aniversario hace tres años que lo tengo. hace una mala noche para salir en busca de sexo asi que lo celebro masturbandome en mi celda . lo he traido aqui.
empiezo acariando mi pubis con mis manos y luego bajo a mis piernas las toco sin dejar de acariciar mi pubis, me gusta tocar mis muslos por encima las medias y tambien por la parte de piel desnuda. mi coño esta tan ardiente que introduzco mi dedo indice y me doy fuerte mientras sigo acariciando mis muslos. me gusta tocar las medias y pasar las manos por mi liguero , instrumentos de seduccion. pero no hay que olvidar que lo mejor es la piel desnuda o la piel es la que lo siente todo. paso las manos por el liguero y voy al vientre. me siento tentada a que un dia el semen de un hombre crezca aqui, seria excitante sentir crecer su semilla en mi. y voy a mis tetas tocando mi vientre, empiezo a tocarlas acariciando tambien mis pezones, son partes muy sensibles. sigo dandome fuerte con mi dedo indice en mi. aunque empiezo a cansarme y me doy mas suave, pero el placer es intenso. me centro en la parte cubierta con lenceria negra muslos tetas y hasta tocoo mi culo mis firmes y bien formados gluteos ahora firmes por tanto caminar. y despues en la parte de piel desnuda mi vientre mis muslos en su parte desnuda mientras me doy con me dedo y acaricio de vez en cuando mi pubis. que placer en mi coño. toco mi cuerpo y me imagino estar con algun hombre atractivo. y me fijo en la capucha de monja, me excita recordar que lo soy y lo sigo siendo a pesar de mis aventuras eroticas. cierro los ojos y sigo moviendo mi dedo en mi. el indice es mi preferido aunque tambien uso los otros sigo tocando mi cuerpo ahora estoy con mis gluteos pero paso a mis muslos. ya me estoy corriendo. sigo dandome recordando que soy una monja , en teroria ni siquiera deberia masturbarme. pero hace mucho que me salte el voto de castidad. y finalmente me corro de gusto. eyaculo sigo acariciandome un poco y con el dedo dentro de mi y paro. y descanso.
despues me masturbo tres veces mas, como salgo por las noches paso mucho tiempo en mi celda durmiendo. me excuso diciendo que estoy rezando meditando o leyendo libros religiosos. tambien me masturbo.
llevo una intensa vida sexual, en los dos ultimos años he practicado sexo casi a diario. ignoro que tiene ese conjunto de lenceria que me provoca esos calentones y de donde lo sacaron los ladrones, pero me alegro de tenerlo.

Continuo donde lo dejé. Mientras cenábamos Vicente le preguntó a mi padre si la piscina de su casa nueva se podía usar ya y mi padre le dijo que no veía problema para poder estrenarla si le apetecía, mi sobrino le preguntó si le dejaría las llaves de la casa nueva para ir a la piscina al día siguien.

Continuo donde lo dejé. Mientras cenábamos Vicente le preguntó a mi padre si la piscina de su casa nueva se podía usar ya y mi padre le dijo que no veía problema para poder estrenarla si le apetecía, mi sobrino le preguntó si le dejaría las llaves de la casa nueva para ir a la piscina al día siguiente y mi padre le dijo donde estaban las llaves y le dijo que mientras no hicieran ningún destrozo podíamos ir que si veía algo mal no nos dejaría ir de nuevo.

Después de cenar les pedimos permiso para salir al parque pero la madre de Pedro nos dijo que no volviéramos muy tarde por Alex le dijimos que nos dejaran asta las doce y no dijo que mejor a las 11.30.

Total que salimos rumbo al parque allí nos encontramos a todo el grupito al llegar unos cuantos chicos se interesaron por saber que había pasado con las niñas llevándonos a un lado del grupo para que no nos escucharan todos, les dije que lo que pasa entre dos personas es algo que no se tiene que decir que eso no está bien contarlo.

Los chicos nos estuvieron insistiendo un poco pero ninguno de los tres contó nada solo Vicente dijo que no pasaron de besarse un rato para dejar el tema hay.

Después nos reunimos con el resto de gente y el tema de conversación éramos yo y Estefi y sobretodo intentaban saber donde habíamos desaparecido en la piscina jajajaja nos estuvimos riendo un rato con las cosas que decían pero no le dábamos mucha importancia tampoco tanto Estefi como yo pasábamos de darles cuerda y nos centramos en besuquearnos cuando nos apetecía.

Vicente y Pedro hacían igual con Rebeca y Inés, y Alex iba y venía de una chica a otra abrazándose con todas las que podía y robando besitos a quien se prestaba jajajaja

Menudo bicho está hecho Alex, si las chicas se descuidaban un poco les soltaba un pico y como es el más chico del grupo y todo un mini don Juan a aprendido muchas mañas las niñas en vez de reclamarle le reían las gracias. I si alguna le decía algo dejaba de prestarle atención un rato. Asta que se le pasaba el enfado.

Así nos dio la hora de volver a casa y Vicente le comentó a rebeca que al día siguiente no fueran a la piscina comunitaria y que les dijera a Estefi y Inés que nos veríamos en su casa sobre las 10.30 para bañarnos en su piscina.

Después de marchar, Rebeca se lo comentó a Estefi y Inés y de camino a casa me llegó un mensaje de Estefi preguntando si podía llevarse a su prima para tener entretenido a Alex, le respondí diciéndole que podía venir sin problema, me despedí de ella y se lo conté a Alex este muy vivo dijo que así todos teníamos con quien besarnos y hacer el amor y se puso a reír, Pedro lo miró y le dijo que no fuera a hacer nada malo a la niña y Alex le respondió que por la tarde ya habían hecho cositas entre ellos, mientras yo me follaba a Estefi en el jacuzzi.

Pedro me miró a mí riendo y me dijo que si no pensaba decirle nada de todo eso y en tono gracioso le respondí que lo que se hacía entre dos personas era decisión suya contarlo y que él aún no me había contado nada de Inés, me dijo que mejor me lo contaba despues pues ya estábamos llegando a casa.

Al llegar a casa mis padres ya se había acostado y avisemos a la madre de Pedro que nos quedaríamos un rato más en mi casa.

Les dio permiso asta la 1 de la madrugada y al entrar en casa nos fuimos directos al jardín para no hacer mucho ruido, estando en el jardín Vicente no esperó a nadie y se desnudó para meterse en el jacuzzi, Alex lo imitó y se metió con el, Pedro y yo terminamos haciendo igual y nos metimos también, estando el el jacuzzi Alex le preguntó a los chicos si le contaban que habían hecho con las niñas y estos empezaron a relatar los sucedido desde la mañana, Alex se sentó en mí regazo a escuchar mientras los otros dos nos explicaban.

Comenzó Pedro diciendo que al llegar a casa de Rebeca estuvieron un rato charlando de cosas sin mucha importancia para conocerse un poco más pero que Vicente no perdió el tiempo y él les preguntaba cosas más personales tipo si habían tenido novios ellas dijeron que Rebeca no pero que si se había enrollado con algunos chicos y Inés que era más grande pues tenía 15 si había tenido novios y rollos también, después ellas nos hicieron la misma pregunta y les dijimos que novias no pero si nos habíamos enrollado con algunas chicas, nosotros les preguntamos si habían hecho sexo ya y ellas nos dijeron que Inés solo con uno de los chicos y Rebeca era virgen aún pero que si había chupado algún que otro pito, las preguntas fueron subiendo de tono asta que llegamos al punto de preguntarlas si les apetecía probar con nosotros.

Las dos dijeron que si les apetecía y les preguntemos con cual de los dos les apetecía probar, Rebeca dijo que a ella le gustaba Vicente pero que yo también le parecía muy guapo y Inés dijo que a ella le gustaba pedro desde hacía un par de años pero que como casi no nos conocía no se atrevía a decirle nada.

Pedro dijo que él fue el que rompió el hielo y se acercó a Inés para comenzar a besarla y Vicente hizo igual con Rebeca.

De primeras no quisimos hacer más que besarlas y al menos yo busqué que fuera ella quien diera el primer paso, dijo Pedro, me estuve esperando para tocarla asta que ella me hecho mano a la polla y comenzó a sobármela por encima del pantalón, le pedí permiso para tocarla y me dijo que no hacía falta preguntarle, que la podía tocar toda entera, al decirme eso le pregunté si quería que nos fuéramos a otro sitio para estar a solas y así nos podíamos desnudar, ella me dijo que por ella si, así que le preguntó a Rebeca si podíamos ir a otro sitio para tener más intimidad, Rebeca le dijo que ya la había visto desnuda otras veces que no le importaba si nos desnudábamos allí mismo y mientras nos decía eso, ella y Vicente también se estaban liando pero a diferencia mía Vicente ya tenía medio desnuda a Rebeca de cintura para arriba y le llevaba u rato mamando los pechos y él se había sacado el bañador quedando solo en calzones, le dije a Inés si le daba vergüenza quedarse allí con los otros dos, que a mí no me importaba pues ya tenía muy visto a Vicente desnudo y me da igual desnudarme o hacer cosas delante de otras personas, ella me dijo que nunca había hecho nada delante de alguien pero que le daba morbo así que terminó diciendo de quedarnos allí.

Poco a poco nos fuimos desnudando los cuatro cuando Rebeca le vio la polla a Vicente dijo que le daba miedo que se la metiera porque la tenía demasiado grande Inés l escuchar eso me dijo tan grande la tiene yo le dije a Vicente que se la enseñara a Inés y cuando se la vio me dijo menos mal que tú no la tienes así porque la va a partir en dos a mi me dio por reír y le dije que Vicente sabe lo que tiene que hacer pues teníamos un buen maestro. Me preguntó quién era el maestro y le dije que tú nos habías enseñado todo y hay le conté lo nuestro no quería hacer nada que la pudiera ilusionar de más y quería dejarle las cosas claras antes de hacer nada, ella me dijo que le parecía bien lo nuestro y que quería seguir adelante.

Así que no me lo pensé mucho más y comencé a comerle el coño y a meterle dedos para ir preparando el terreno ella mientras tanto me fue masturbando pero le pedí que parara porque estaba muy excitado y si me seguía tocando no duraría mucho,

Vicente estuvo hablando con Rebeca un rato tranquilizándola y convenciéndola para que se dejara hacer y si le dolía demasiado paraban que por eso no se preocupara que él no la forzaría a nada y me imitó y comenzó a mamarle el coño y a meterle dedos Inés fue la primera en correrse me dejó la cara bañada de lo que llegó a soltar la tenía bien caliente y no duró nada, le pedí que me la mamara asta correrme para poder follarla y durar un poco más, ella me dijo que la avisara que no le gustaba el sabor del semen me senté en el sofá y empezó a mamarme durante un rato no lo hacía muy bien así que le fui diciendo como me gustaba que me lo fuera haciendo y le fue pillando el truco cuando empezó a hacerlo como a mí me gusta ya estaba a punto de correrme y se lo dije siguió pajeandome rápido asta que me corri en su mano.

Nos levantamos un momento desnudos para ir al baño a limpiarnos y cuando volvimos al salón Vicente seguía dándole lengua a Rebeca.

Vicente dijo que mientras ellos se fueron al baño Rebeca se corrio por primera vez y que como la veía muy cerradita no sabía si sería buena idea metérsela así que llegó a pensar en decirle a Pedro que fuera él quien la desvirgara pero le daba miedo que Rebeca se fuera a molestar así que prefirió seguir metiéndole dedos y mamando para sacarle un segundo orgasmo y que le doliera menos al meterla por estar bien mojada.

Cuando logré que se corriera por segunda vez, Pedro ya estaba dándole verga a Inés no sé si llevaban mucho o no solo sé que Inés gimoteaba cada vez que Pedro le daba y se le escuchaba decir a dios mio que bien se siente, como me follas Pedro nunca había sentido lo que estoy sintiendo ahora, Pedro dijo que cuando escucho correrse a Rebeca llevarían 9/10 minutos follando, Vicente siguió explicando que después de que Rebeca se corriera le pidió que se la chupará, pero que al igual que a Pedro le tuvo que ir diciendo como mamársela porque por una parte no le cabía toda y por otra no sabía hacerlo demasiado bien pero que al final consiguió que mi sobrino se corriera lo único que este no la avisó y se lo soltó todo en la boca.

Después de correrme en su boca la levanté y la besé compartiendo mi semen con ella me preguntó si no me daba asco y le dije que me encantaba compartir y más si era mi propio semen que eso a mí no me da asco, nos besamos un rato más y le pregunté si estaba lista para intentar que se la metiera me dijo que sí.

Me puse un preservativo y cuando se la iba a meter Inés nos dijo que mejor fuéramos a por toallas pos si sangraba no se manchara todo, Rebeca se levantó al baño a por unas toallas y mientras tanto yo me acerqué a Pedro y Inés y abracé por detrás a Pedro mientras este se la metía a Inés y al oído le dije que no sabía si hacía bien en desvirgar a Rebeca, pero Pedro me animo a intentarlo y me dijo que no fuera muy brusco con ella que ya me conocía y que me controlara un poco más de lo normal jajajaj

Inés nos miró con complicidad y me dijo que fuera despacio con Rebeca me agarró la polla y me dijo que la tenía demasiado grande para tener 16 años que su ultimo novio era más grande que nosotros y la tenía más pequeña que Pedro, yo le dije que la tenía más grande que Pedro pero que Pedro sabe follar mejor que yo con las chicas. Que siempre nos lo dicen todas con las que hemos estado de todos es quien mejor lo hace, Inés me dijo que no hacía falta que le dijera nada que ya lo estaba comprobando ella misma jajaja

Al final cuando volvió Rebeca con las toallas y las colocamos en el sofá le volví a preguntar si estaba segura o si quería le podíamos pedir a Pedro que fuera el quien la desvirgara pero me dijo que no que ella quería que fuera yo así que la coloque al borde del sofá y me puse delante de ella y se la fui metiendo muy poco a poco y cuando le dolía me quedaba quieto asta que ella se relajaba, pensé que me costaría más pero al final no fue así y cuando noté que había llegado a su himen le dije que me mordiera la mano pues le iba a desvirgar de verdad ella me pidió que no fuera muy brusco, la bese y cuando noté que estaba algo más relajada le di una estocada undiendole la polla asta el fondo de golpe empezó a gimotear y llorar un poco pero no me dejó salirme de ella aunque lo quise hacer Inés la dijo que ya estaba que se calmara que solo era un momento de dolor para lo que después sentiría.

No quise demorar mucho y en cuanto se calmó empecé a meter y sacar lentamente haciéndole el amor con mucha calma, no me importaba disfrutar o no preferí que ella lo pasara bien y no tuviese un mal recuerdo de su primera vez.

Pedro dijo que cuando escucho llorar a Rebeca se le cortó un poco el rollo pero que Inés lo noto y le dijo al oído que no se preocupara por ella y se centrará en seguir dándole a ella, que le quedaba poco por terminar. Yo apreté un poco el ritmo y cuando empecé a notar las contracciones de Inés no me aguanté más y me corri también.

Después me separé de Inés y me senté en el sofá al lado de ella estuve un rato recuperándome mientras mirábamos a Vicen y a Rebeca hacer el amor, me sorprendió porque es la primera vez que veo a Vicen calmado y dándole con suavidad a alguien.

Pero eso duró poco porque Rebeca empezó a disfrutar y a pedirle que le dieras más rápido hay volvió el Vicente de siempre y empezó a darle duro y a hacer que Rebeca se quejara de nuevo. Me acerqué donde ellos y le dije que frenara un poco, le dije que subiera y bajara el ritmo en cuanto viera que ella hacía muecas de dolor. Así estuvieron por lo menos 15 minutos asta que Rebeca empezó a decir que se corria.

Vicente dijo que en cuanto noto que ella estaba a punto de terminar subió un poco el ritmo para darle el máximo placer y poco después de que ella acabara él también terminó.

Cuando terminaron se la sacó con cuidado y se dejó caer al lado de ella Rebeca estaba espatarrada en el sofá y apenas se podía mover Inés le preguntó si estaba bien y le dijo que le acompañara al baño para ayudarla a asearse ya que Rebeca no estaba para mucho más jajaja vicente dijo que él la llevaba levantándola en brazos la llevó al baño junto con Inés allí las dejó a solas y volvió al salón como estábamos desnudos y ya era casi la hora de volver nos colocamos la ropa y esperamos a que salieran las niñas. Cuando volvieron las niñas del baño le pregunté a Rebeca si se encontraba bien y sobre todo si lo había disfrutado. Ella me dijo que estaba bien pero que la dejara un momento recuperándose jajaja me dediqué a darle mimos y a hacerla sentir bien le dije que me sentía muy afortunado de ser quien la desvirgo y que estaba dispuesto a hacerlo siempre que ella quisiera, me respondió que esperaba que la siguiente vez no doliera tanto, le dije que me esforzaría un poco más. Y después de un rato nos fuimos a la piscina.

Y por la tarde cuando nos subimos al cuarto pasó algo que no me esperaba y es que estando los cuatro allí Inés me pidió que me la follara yo y Rebeca le dijo a Pedro que quería probar con él así que paso lo mismo más o menos pero con las parejas cambiadas no hicimos nada fuera de lo común y según Rebeca con Pedro le dolió algo menos pero también le dolió, sin embargo a Inés la hice que se corriera dos veces casi seguidas antes de correrme yo.

Después nos dijeron que éramos muy diferentes pero que los dos lo hacíamos demasiado bien.

Y justo después subiste tú para que bajáramos, que fue cuando nos encontraste haciendo el tonto entre nosotros.

Cuando terminaron de explicarnos lo que habían hecho yo le dije a Alex que nos explicara lo que había hecho con Amanda, Pedro lo miró con intriga y le dijo que si él también había hecho algo con la niña.

Alex nos dijo que si, y que cuando yo los mandé a por algo de comer a la cocina y fueron a salir al patio nos vieron besarnos y Amanda le dijo que los dejáramos a solas porque Estefi quería que le hicieras el amor.

Yo le pregunté a Amanda si ella sabía de esas cosas y me explicó que ella y su primo hacían cositas así que le pregunté si me dejaba intentarlo a mi, ella al principio me dijo que yo la tenía más grande que su primo y que con el primo le dolía un poco hacer esas cosas entonces yo le dije que me dejara hacerle una cosita antes de intentar meterle el pito le dije que se tumbara en el suelo y me tumbe encima de ella y empecé a chuparle el chochito la principio me dio un poquito de asco porque le olía a pis pero me dio igual y al rato de chuparselo ya no sabía tan mal y empezó a gustarme el sabor, estuve un buen rato así y le metí los dedos pero sin hacerlo muy rápido así como me enseñaste tú Elmo a que se lo hiciera a Eva, al rato empezó a temblar un poco raro y justo des pues me dijo que parara que se hiba a hacer pis le dije que eso no es pis que es el orgasmo y como no pare ella al final se quedó como en trance, después cuando se recuperó me dijo que nunca había sentido eso y que le había gustado mucho, le pregunté si me dejaba probar de metérsela y me dijo que si, pero le dije que primero me la chupará un poquito, no sabía hacerlo bien y me rozaba con los dientes así que le dije que mejor se la metía ya la hice tumbarse de nuevo y me puse encima de ella, me agarre el pito y se lo puse en la entrada y le fui metiendo la punta así estuve un rato solo con la puntita dentro porque no sabía si le estaba gustando o no, después ella me abrazó con las piernas y me apretaba para que se la metiera más le dije si le dolía y como me dijo que no empecé a meter más el pito, noté  como algo que no me dejaba entrar del todo y pensé que ya no le cabía más así que empecé a meter y sacar despacio, le volví a preguntar si le dolía y me dijo que no que le gustaba mucho eso así que empecé a ir un poco más rápido y una de las veces noté como si se le rompiese algo dentro y se la metí más trozo pero la saqué de golpe porque se quejó y pensé que le había hecho mucho daño o algo.

Pedro le dijo que lo que había pasado es que le había roto el himen que es cuando las niñas pierden la virginidad y le preguntó si después se la metió otra vez.

Alex le contestó que cuando se le quitó el dolor le dijo que probara de nuevo y al metérsela ya entraba entera al principio me pidió que fuera despacio pero al poco ya me volvió a abrazar con la piernas y me apretaba para que le metiera más pero me estaba haciendo un poco de daño y le dije que me dejara tumbarme a mí en el suelo y se sentara ella en mi pito, cuando me tumbe me agarre el pito y lo puse mirando para arriba y le dije que ella se sentara y se lo metiera cuando se sentó se quedó quieta si saber qué hacer así que me acordé de cómo lo hacía Eva y le dije como se tenía que mover estuvo un ratito saltando y moviéndose como cuando montas a caballo y empecé a sentir que me llegaba el orgasmo y se lo dije pero ella no paro y siguió dando sentones cada vez más rápido y fuerte y al final se corrio antes que yo se quiso salir pero le dije que no había terminado aún y que siguiera un poco más que me faltaba poquito empezó de nuevo a moverse y cuando termine se lo dije y se salió cuando me miré el pito tenía algo viscoso y un poco de sangre lo probé pero no era sabor a semen, era más parecido al líquido que soltó Eva cuando se corria tanto.

Después fue cuando entraste tú Elmo y nos mandaste a duchar que aún estaba ella encima mío pero ya habíamos terminado hacía poquito.

Alex se está convirtiendo en un pequeño empotrador jajaja Pedro le dijo que en cuanto empiece a salirle semen de verdad tendrá que usar preservativos para que no deje embarazada a ninguna niña, yo le dije que no queda mucho para eso pues ya empieza a soltar líquido aunque sea transparente y que no tiene que hacer nada que no sea de nuestro grupo de amigos y que nunca deje que nadie que no seamos nosotros le toque en sus partes y que si alguien le pide hacer algo nos lo diga lo más rápido posible, aunque Alex es activo sexualmente ya, sigue siendo muy inocente en ciertas cosas y es demasiado confiado. Me dijo que no aria nada con nadie sin que lo supiéramos Pedro o yo.

Miremos el reloj y aún era temprano eran las 12 más o menos teníamos una hora antes de que Pedro y Alex se tuvieran que marchar a casa, Alex se giró y me dijo que si le chupaba el pito un poco porque estaba muy excitado por todo lo que nos habíamos explicado le dije que me dejara contar lo que yo había hecho con Estefi,

Se lo expliqué con todo lujo de detalles y le dije a Pedro que ya le había dicho a Estefi lo nuestro y que decía que por ella no tenía problema en compartir pero que no iba a dejarme escapar que necesitaba que me la follara de vez en cuando y que incluso dijo de que podíamos hacerlo los tres si se daba el caso.

Pedro sonrió pícaramente y me dijo que en cuanto pudiéramos le daríamos los suyo.

Vicente le dijo que podíamos aprovechar al día siguiente en su casa nueva y así él tenía a Rebeca y Inés para el jajajaj. Yo le dije que a Inés también me la quería comer yo así que íbamos a tener un día largo. Y nos echamos a reír los tres,

Alex seguía buscando mi atención así que le dije que se pusiera en el borde del jacuzzi y le comencé a chupar el pito para que se relajara Pedro que no estaba muy conforme con hacer cosas estando mis padres en casa por si se despertaban me dijo que me diera prisa, pero Vicente lo callo diciéndole que se relajara un poco y lo agarró llevándolo a sentarse en su regazo y comenzó a besarlo por el cuello cara y orejas asta que Pedro se soltó un poco y se dejó llevar. Vicente le dijo que ya le tenía ganas desde hacía días y que se preparara porque su sobrino favorito se lo iba a follar allí mismo.

Le dijo a Pedro que se levantara un momento para poder chuparle el culo y al ver que a Pedro no le hacía falta mucha dilatación ya, por las veces que lo hacíamos entre nosotros le pidió que se sentara encima de él lo cabalgara Pedro le hizo caso y se fue metiendo la polla de mi sobrino poco a poco pero en un arrebato de pasión Vicente levantó un poco la cadera de golpe y se la metió entera haciendo que Pedro se quejara un poco pero no se salió se quedó sentado en cima de Vicente y cuando dejó de sentir molestias empezó a moverse y a decir que era como si estuviera follando con migo que sentía que la teníamos igual de grande. Vicente aprovechó que tenía de frente a Pedro y comenzó a chuparle los pezones y a besarse con Pedro los dos estaban muy entregados el uno al otro, mientras tanto yo seguía chupando el pito de Alex pero como tenía ganas de hacer algo más me salí del jacuzzi con Alex en los brazos y le dije que hiciéramos un 69, así podíamos disfrutar los dos nos tumbamos en la tumbona y lo coloque de forma que me quedaba a la altura de la cara su genitales y también tenía acceso a su pequeño trasero fui chupándole el pito mientras empecé a meterle los dedos en el culo como siempre me pasa cuando estoy con Alex no dure mucho y me corri en su boca sin avisarle. Alex no se asustaba ya por el semen y me siguió chupando la verga asta que me la dejó limpia del todo, yo seguí dándole dedos y lengua por toda sus partes asta que me dijo que ya estaba sintiendo el gustito le seguí metiendo dedos ahora más rápido y logré que eyaculara en mi boca después lo hice girarse quedando cara a cara y nos estuvimos besuqueando un rato le pregunté si me dejaba meterle el pito pero me dijo que ya estaba cansado así que lo dejé tumbado en mi pecho asta que se durmió.

Mientras Pedro y Vicente seguían follando en el jacuzzi, no duraron mucho más que nosotros cuando Pedro se levantaba y salía disparado al baño con la mano en el trasero para que no se le saliera el semen del culo cuando volvió le dije que secara con una toalla el suelo del salón, entró y cuando salía miró a Vicente y le dijo que se preparara que mañana le iba a tocar a él recibir verga.

Que ya era tarde así que me pidió ayuda para vestir a Alex y que lo acompañara a dejarlo en su casa pues él no tenía fuerzas para subir a su primo a la habitación.

En vez de vestir a Alex lo envolvimos con un toallon grande y lo acompañé a casa para subirlo al cuarto al entrar en casa de Pedro sus padres ya estaban acostados así que sin hacer mucho ruido dejé a Alex en la cama le puse el pijama y me despedí de Pedro besándolo en los labios, me dijo que no siguiera que sino no se controlaba, jajajaja me volví a casa y estando Vicente aún dentro del jacuzzi le dije que nos fuéramos al cuarto ya que por hoy ya teníamos bastante.

En el cuarto mi sobrino me pidió dormir con migo así que le dejé acostarse a mi lado. Llevaba un rato pensando en todo lo que había pasado ese día y terminé preguntando a mi sobrino que pensaba el de todo solo me dijo que no le diera tantas vueltas a las cosas y que lo abrazara, le hice caso y lo abracé por la espalda y seguimos hablando de todo un poco al final me dijo que todo lo que pasaba era porque nosotros queríamos que no me preocupara por nada, y me dijo que deberíamos llamar a Joel un día de estos ya que lo echaba de menos.

Después dejamos de hablar y al rato ya estábamos los dos roncando.

Por la mañana mi padre nos vino a despertar y nos encontró dormidos en la cama con mi sobrino durmiendo encima de mi pecho. Estábamos con ropa interior así que no pensó nada malo solo le dijo a Vicente que ya era un poco mayor para dormir con su tío y que para algo habíamos llevado el colchón al cuarto que para compartir cama dejáramos el colchón en la otra habitación pero no nos lo dijo molestó más bien fue en tono de broma.

Al bajar a desayunar mi padre le estaba diciendo a mi madre que nos había encontrado durmiendo juntos y mi madre le dijo a Vicente lo mismo que ya era grande para dormir con migo pero Vicente les dijo que él prefería dormir con migo en la misma cama porque le costaba menos dormirse y que era como su hermano mayor más que su tío que le daba igual que lo vieran como un niño pequeño.

Mia padres se echaron a reír y le dijeron que no pasaba nada que se lo decían de broma que ya sabían lo unidos que éramos y que nos iba a tocar compartir cuarto y cama en la playa que yo ya conocía la casa.

Le expliqué a mi sobrino como era la casa y lo pequeño que era el cuarto, pero que no se estaba tan mal y que estábamos apartados de todos en la parte más fresca de la casa que era como un sótano por decirlo de alguna manera.

Mientras desayunábamos mi padre nos preguntó por las niñas del día anterior Vicente que les tenía mucha confianza les dijo que Rebeca le gustaba pero que Inés también y que él les gustaba a las dos y también les dijo que Estefi y yo nos habíamos enrollado en la piscina, mis padres se sorprendieron y me preguntaron si Pedro lo sabía les dije que ya había hablado con el de eso y que no pasaba nada que él y Vicente también se habían estado besuqueando con Inés y Rebeca y que era normal en estos tiempos hacer esas cosas de probar asta encontrar a la persona indicada.

Por una parte mis padres se alegraron un montón pero por otra nos recordaron que si hacíamos algo de sexo usáramos preservativos que lo de los nietos estaba bien pero no tan pronto jajajaja

Mis padres son realmente abiertos y suelen bromear de todo eso así que no me molesta que me digan esas cosas la verdad Vicente estaba rojo como un tomate pero les dijo que yo le había enseñado a usarlos y si los necesitaba sabía que me los podía pedir.

Mi padre me miró alegre y me dijo veo que cuidas de Vicente como se debe así que si eres un buen hermano/ tío mayor me alegra saber que os cuidáis el uno al otro como se tiene que hacer, me dejáis más tranquilo sabiendo eso, así que por mi parte podéis hacer lo que queráis con vuestros cuerpos siempre que os respetéis y os cuidéis y sobretodo no le hagáis daño a nadie eso es lo más importante en la vida ser buena persona.

Y sobre todo tú Elmo si vas a empezar a salir con esa niña quiero que te preocupes de Pedro como si fuera igual que Vicente y no dejes que se separe de esta familia pues lo queremos como a un hijo más, igual que sus padres a ti y no queremos que si termináis lo que tenéis entre vosotros sea de una forma negativa.

Yo les expliqué que no se preocupara que con Pedro ya había hablado y que de momento lo nuestro era más importante que lo de las niñas pero que si al final decidimos el o yo estar con las chicas nosotros seguiremos compartiendo nuestro tiempo juntos como si fuéramos hermanos que nunca me podría enfadar con él si decide estar con otra persona es y será siempre parte de mi vida y es más importante que nadie por el momento.

Mi madre me dijo que se alegraba de oír eso pues no quería pasar unas malas vacaciones si íbamos a estar enfadados por unas niñas.

Vicente le dijo abuela no te preocupes que de estos dos me encargo yo, si se ponen a reñir entre ellos les retuerzo el pescuezo jajajaja

Mis padres se echaron a reír con lo que dijo Vicente.

Cuando terminamos de desayunar nos subimos a mi cuarto a preparar las cosas para ir a casa de Vicente a pasar la mañana en la piscina y cuando estuvimos listos salimos de casa para ir a por Pedro y Alex.

Cuando llegamos a casa de Pedro los tuvimos que esperar pues aún estaban desayunando, la madre de Pedro nos estuvo preguntando sobre las niñas también queriendo saber qué pasaba y como a mis padres le dije la verdad que estábamos sintiendo cosas por otras personas y no teníamos claro aún que estaba pasando. Pedro le dijo a su madre que a él le gustaba Inés y que no quería quedarse con la duda de si podía llegar a sentir algo por ella y que habíamos hablado de probar si era así o no pero que fuera el final que fuera seguiríamos queriéndonos entre nosotros que no se preocupara por nada.

La madre de Pedro nos dijo que estaba bien que tal vez estábamos experimentando con nuestros cuerpos y siempre que pusiéramos precauciones de por medio no tenía problema pero que no le fuéramos a dar las vacaciones con ninguna pelea por celos o cosas así. Jajaja

Le dije que eso mismo nos habían dicho mis padres.

Cuando Pedro y Alex terminaron de desayunar y recogieron todo salimos rumbo a casa de Vicente. Por el camino nos encontramos a Rebeca y a su prima Amanda como la casa de Inés estaba de camino pasamos a recogerla. Al llegar salió el hermano mayor de Inés era como un vikingo de grande pero cuando nos saludó por el tono de voz parecía muy amigable, cuando salió de casa Inés su hermano se despidió de nosotros y le dijo que volviera para la hora de comer,

De camino a casa de Vicente los chicos le dijimos a Inés que su hermano parecía un vikingo por lo grande que era y que estaba muy fuerte o eso parecía Inés orgullosa de su hermano dijo que todo lo que tiene de grande lo tiene de bonachón pero que es muy tímido y nunca suele salir de casa que le cuesta hacer amigos le pregunté cuantos años tiene y dijo que tenía 21 le dije que le dijera de venir a la piscina y nosotros nos encargamos de que pierda la timidez. Inés dijo que para la próxima le diría a ver si lo convence.

Llegamos donde mi sobrino y cuando fuimos a picar a Rebeca ella salía junto a su padre este nos saludó y nos dijo que él se iba a trabajar ya que no la liáramos mucho y que si necesitábamos algo en su casa había un poco de todo comida bebida etc, se despidió y se fue.

Estando en el patio de Vicente Alex fue el primero en sacarse la ropa y como dios lo trajo al mundo se tiró al agua empezó a decirle a Amanda que se metiera ya que el agua estaba muy fresquita la niña le preguntó a Estefi donde se podía poner el bañador y Vicente que la escuchaba le dijo que entrara al baño de casa si quería Estefi le dijo que fuera al baño o si prefería que se bañara como Alex dudo un poco pero al final también se desnudo delante de todos y se lanzó al agua cuando llegó donde estaba Alex se le abrazó al cuello y ya no lo soltó en un buen rato jajajaj

Rebeca nos propuso hacer los mismo y como a mí me da un poco igual que me vean desnudo me saqué toda la ropa y me tiré al agua la siguientes en desnudarse fueron Rebeca y Estefi y se lanzaron al agua  y vinieron a donde estaba yo con los peques, la siguiente fue Inés que dudo un poco pero terminó desnudándose y metiendose al agua y por último fueron Vicente y Pedro que al desnudarse ya estaban con la polla tiesa jajajaj.

Cuando Estefi les vio el pitorro a los niños me miró y me dijo que Vicente la tenía como yo de grande yo me reí por la cara que puso y le dije pues imagínate si ahora que tiene 16 cuando tenga mi edad como la tendrá, Amanda cuando me escucho decir eso me preguntó si aún le hiba a crecer más que ya la tenía muy grande y gorda. Yo le dije que a los chicos nos crece el pito asta los 24/25 años después ya no pero que seguramente se le pondría más larga como mínimo. También le dije que a Alex también le crecería así o más que seguramente sería de todos quien la llegue a tener más grande pues si con diez años le mide 14cm cuando tenga 18 como yo seguro le mide 23/24 centímetros como mínimo y de gorda como una lata de cocacola de las nuevas.

Al escuchar que decía eso las niñas me preguntaron que cuánto nos medía a nosotros. Yo les dije que la última vez que nos las medimos a mi me medía 21cm a Pedro 17/18 cm y como Vicente la tenía igual que yo pues que le mediría eso una 21cm pero que eso había sido hacia un año o así que ahora no lo sabía seguro.

Pedro dijo que a mí también me había crecido que cuando me la vio la primera vez no la tenía como ahora.

Las niñas empezaron a preguntarnos sobre las cosas que hacíamos entre nosotros y les fuimos explicando lo que nos interesaba explicar sin entrar en detalles de lo que hacíamos con el resto de familia.

A Vicente también le preguntaron si había estado con chicos y les dijo que en Bélgica tenía algún amiguito especial pero que prefería estar con chicas.

Estuvimos un rato más hablando y preguntándonos cosas, ellas también habían hecho sus cositas con otras niñas y no eran tan santitas como se hacían ver, al final resultó que si éramos muy compatibles y llegamos a la conclusión que podríamos salir entre nosotros y tener cosas los unos con los otros sin que ninguno se pusiera celoso. Seguimos hablando un rato Alex no se separaba de mí estaba muy atento a los pechos de Estefi parecía hipnotizado cuando me di cuenta le dije al oído que si le gustaban las tetas de Estefi el con picardía me dijo dame la mano al dársela se la llevó al pito y me dijo al oído que las tenía muy bonitas en tono de broma le dije que le preguntara si le dejaba tocarle pero en un susurro me dijo que le daba vergüenza pedirle eso yo fui quien le dijo a Estefi que Alex quería pedirle algo ella muy cariñosa le dijo que se acercara a ella y le dijera que era Alex algo tímido se le acercó y al ver que Estefi le abría los brazos para recibirlo, este se abrazó a ella rodeando con si piernas la cintura de Estefi y le dijo al oído lo que quería hacerle ella noto que Alex ya estaba erecto y me miró pícaramente y le dijo que si podía, Alex no perdió ni un segundo y comenzó a amasar los pechos de Estefi descubriendo cada rincón de estos, estuvo un rato en eso, yo me acerqué por la espalda de Estefi y los abracé a los dos.

Le pregunté a Alex después de estar un rato viéndole disfrutar de los pechos de Estefi si ya tenía suficiente, Alex dijo que los tenía muy bonitos y grandes, y terminó satisfecho así que se quedó tranquilo después de una buena manoseada pero se quedó abrazado al cuello de Estefi y de tanto en tanto le robaba algún que otro beso asta que terminaron por besarse de lengua, cuando dejaron de besarse Estefi me dijo que besaba igual que yo, a mi me dio por reír y Alex le dijo que yo le había enseñado a besar.

Amanda que estaba al lado nuestro, observando todo sujeta al borde de la piscina me dijo que si la podía ayudar a sujetarla le dije que viniera a mi me separé de Alex y Estefi y deje que Amanda me abrazara, hizo igual que Alex con Estefi y me abrazó con sus piernas por la cintura, noté el calor de su vagina al hacer contacto piel con piel su corazón latía demasiado rápido le dije que estuviera tranquila que no le hiba a pasar nada ella me miró tiernamente y apoyó su cabeza en mi cuello, como la piscina tiene un escalón en un lado que hace de asiento, me fui al escalón y me senté allí le dije a Estefi y a Alex que vinieran a nuestro lado así no tenían que estar flotando y podíamos sentarnos allí.

Mientras tanto en la otra esquina estaban Pedro y Vicente con sus respectivas parejas besuqueándose sin prestarnos demasiada atención cuando se pusieron demasiado calientes entre Pedro y Vicente se hablaron y dijeron de meterse a la casa para estar más cómodos así que los cuatro salieron del agua recogieron sus toallas y se metieron corriendo al interior de la vivienda.

Alex seguía manoseando a Estefi y frotando su sexo con esta, Estefi se dejaba hacer y también disfrutaba de lo que Alex le hacía pues se le notaba algo excitada me miraba cada momento como pidiéndome permiso así que terminé por decirle que no pasaba nada que se dejara llevar que Alex aún siendo pequeño sabía que tenía que hacer.

Amanda seguía en mis piernas sentada pero ahora se frotaba con mi ereccion que ya era notoria yo la tenía bien agarrada del trasero y se lo apretujaba con delicadeza pero notando como la niña cada vez estaba más caliente en un momento se movía como si me la estuviera follando y fue cuando Estefi me dijo que si se la tenía dentro le dije que no que solo se estaba frotando, Estefi se acercó con Alex a nosotros y con su mano me toco para comprobar que fuera cierto y me dijo que no se la fuera a meter que la reventaba seguro, le dije que estuviera tranquila que no le aria eso a la niña solo dejaba que ella disfrutara un rato pero que si eso mejor entrábamos a la casa y cambiábamos de pareja que Alex y Amanda se dieran amor mientras nosotros hacíamos lo nuestro pues necesitaba descargar en alguien urgentemente.

Tanto Alex como Amanda dijeron que nos quedáramos así un poquito más,

Estefi y yo nos miramos y les dijimos que asta que tuvieran un orgasmo y después nos metíamos a la casa para relajarnos.

Alex le preguntó a Estefi si se la chuparía un ratito y esta le dijo que sí él quería se la chupaba, Alex se separó de Estefi y se puso de pie en el escalón de la piscina quedando perfecto para dejarle el pito a Estefi a la altura de su boca esta se acercó al niño mirándome y le dije que no se cortara y que seguro que si se la chupaba como a mí el día de la piscina no duraría más de dos o tres minutos.

Yo seguí con Amanda pero ya le metía varios dedos tanto por la vagina como por el trasero tenía a la niña más que caliente sentía su corazón a mil por hora, yo estaba igual tenía tanta excitación que estaba a punto de correrme dentro del agua solo por el roce y la situación cuando la niña empezó a convulsionar me agarre la verga y se la coloque en la entrada de la vagina solo metiendo un poco la cabeza pero la niña estaba tan caliente que cuando se movía parecía una boca chupándome el glande en cada saltito que daba se metía un poco más de la cabeza pero como no quería liarla me sujetaba con una mano la polla para que no le entrara más que eso y comencé a besarla en los labios de lengua para evitar que se le escapara un grito de dolor o algo y Estefi se fuera a cabrear, cuando noté que me corria se lo dije a Amanda al oido y ella me dijo que estaba igual casi al instante de decirle eso empecé a eyacular dejándoselo todo en el interior a la niña ella a los segundos comenzó a sentir su orgasmo y no sé cómo me agarró de la muñeca y me hizo sacarle la mano al hacer eso se le fue casi la mitad de mi verga a su interior sacándole un grito entre placer y dolor.

Estefi al escuchar a la niña se separó de la verga de Alex y me dijo que le había hecho a la niña y yo le dije que nada que había sido ella misma que solo le estaba rozando la cabeza en el agujero cuando me corria y que ella misma se dio un senton para metérsela solita, Amanda le dijo a Estefi como pudo que había sido cosa de ella que no me dijera nada a mí que le dolía pero que era un dolor rico como cuando Alex se la follo ayer. Estefi la miró y le dijo primita eres demasiado peligrosa y más tarde hablaremos las dos y se fue a donde Alex de nuevo y siguió mamando al niño y en menos de 5 minutos Alex estaba corriéndose en la boca de Estefi.

Se quedó tan relajado que solo se sentó en el borde de la piscina a la espera de que saliéramos del agua los demás Estefi se acercó y me sacó de encima a Amanda que aún seguía bien ensartada y la hico sentarse en el borde de la piscina le revisó la vagina y le dijo que la tenía bien abierta y le estaba sangrando un poco Estefi le dijo que no tenía que haberse sentado así de bruta en mí porque podía haber pasado algo peor yo le dije a Estefi que solo le había metido un poco más de la cabeza.

Estefi me miró y me dijo que más me valía esforzándome al máximo en ella porque era la única que aún no se había corrido me acerqué a ella por detrás y le dije que nos fuéramos dentro de la casa o si quería se la clavaba allí mismo, ella solo me agarró de la cabeza para besarme y sin miramiento ninguno se la metí hay mismo.

La llevé al borde de la piscina la hice ponerse como cuando te cachea un policía y comencé a darle como si me fuera la vida en ello.

Tanto Alex como Amanda se sorprendieron de verme así, pues ninguno de los dos me había visto endemoniado como estaba, le daba tan duro a Estefi que solo se le, escuchaba gemir como la perra que es, en menos de 10 minutos Estefi tuvo su primer orgasmo.

Le pregunté si estaba satisfecha o seguía dándole verga que aún me quedaban pilas para más.

Cuando recupero el aliento me dijo que mejor la dejara descansar un momento que había sido demasiado jajajaj

Le dije que mejor nos fuéramos a dentro de la casa porque si no nos habían escuchado los vecinos de la calle sería un milagro ella se hecho a reír y me dijo que mejor si.

Les dijimos a los niños que nos fuéramos a dentro y si querían que ellos se dieran cariño entre ellos, Amanda miró a Alex y le dijo que si él podía hacerlo igual que yo,

Alex le dijo que podía intentar pero que nunca había hecho algo así, que él aún no sabía tanto como yo.

Al escucharle decir eso, le dije a Alex que no se le ocurriera imitarme porque Amanda todavía no estaba preparada para eso, que mejor lo hiciera despacio como él sabía que así seguro disfrutarían más los dos, los agarre en brazos a los peques y me metí en la casa de mi hermano.

Estefi nos seguía pero se le notaba adolorida jajaja aunque no se quejó y una vez dentro de casa y habiendo buscado un rincón para estar los cuatro volvió a pedirme que le diera amor del bueno.

Alex se centró en hacerle el amor a Amanda estuvieron un rato besuqueándose y jugueteando con sus cuerpos haciéndose felaciones el uno al otro y estimulando sus cuerpecitos de niños, antes de que Alex la penetrara, cuando lo hizo me dijo que la había dejado bien abierta y que no sentía tan apretado como el día de antes pero igual le estuvo dando verguita asta que los dos se corrieron por segunda vez.

Estefi y yo hicimos igual estuvimos dándonos placer sin prisas disfrutando del cuerpo del otro observando a los niños dándose amor haciéndonos felaciones el uno al otro asta no pudimos aguantar más y me pidió que la follara pero que fuera más tranquilo que aún sentía molestias. Le saqué las molestias a orgasmos jajaja hice que disfrutara más y mejor que nunca y me esforcé que en supiera que podía darle placer de mil maneras diferentes.

Al final Estefi me decía que nunca le habían hecho sentir tanto placer y que lo hacía demasiado bien.

Entre risas le dije que cuando follara con Pedro se daría cuenta que aún se puede disfrutar más y mejor que a él se le da demasiado bien que parece que ha nacido para dar placer.

Seguimos hablando un rato tirados en el suelo del salón, cuando Alex dijo de ir a ver donde estaban metidos los otros 4 nos levantamos y nos pusimos a buscar por la casa mirando por las habitaciones asta que dimos con ellos, estaban en lo que en teoría sería el cuarto de Vicente, como ya tenía algunos muebles cama de matrimonios incluida, hay estaban los 4 dándolo todo en cuanto abrimos se asustaron pero como vieron que éramos nosotros siguieron en lo suyo.

Pedro tenía a Inés de patitas al hombro y le daba buenas arremetidas haciendo que Inés no dejara de gimotear y entre suspiros y gimoteos se le escuchaba decir más rápido más rápido, Pedro siguió un rato más dándolo todo y en cuanto estuvo a punto de eyacular se lo hizo saber a Inés y esta le dijo que está igual que intentara aguantar lo máximo que pudiera así que cuando Pedro empezó a notar que a Inés le temblaban asta las pestañas le dios tres fuertes embestidas y se corrio en su interior después se fue separando de ella y cuando se giró a donde estaba yo me sonrío y me  sorprendió la cantidad de semen que había en el preservativo que había estado usando le dije madre mía Pedro cada vez te corres con más cantidad el condon está que revienta de lleno él se lo fue sacando y se acercó a mí para que viera cuánto semen había dentro, nos echamos a reír porque Estefi dijo que con esa cantidad de semen Inés se va a quedar preñada en breve, entre risas le respondió Pedro que aún era demasiado joven para eso que si hacía falta usaba dos condones a la vez. Inés se levantó de la cama y dijo que iría al baño a lavarse Pedro fue con ella y se escuchó como abrían el grifo de la ducha.

Mientras nosotros estábamos ya de cachondeo Vicente seguía dándole a Rebeca esta estaba a 4 Vicente nos daba la espalda al ver libre la cama se la sacó a Rebeca y se tumbó en la cama y le pidió a Rebeca que se montara en él y lo cabalgara un rato que estaba algo cansado.

Cuando Vicente se tumbó Estefi pudo ver bien de cerca el pene de mi sobrino y me dijo que de verdad lo tenía igual que yo le dije que Vicente es una versión mía pero en modo vikingo todo músculos ella con una risa nerviosa me dijo si tú me has hecho ver las estrellas cuando me as dado en la piscina Vicente me deja sin poder andar seguro jajaja

Le expliqué un poco de las primeras veces de Vicente en modo descontrol y lo que había pasado unas noches antes se quedó algo sorprendida pero después de unos minutos solo mirando me dijo que no le importaría dejarse follar por el.

Le dije estás segura mira que no me hago cargo de lo que te pueda pasar si se descontrola que con Rebeca está siendo muy tranquilo porque son sus primeras veces pero contigo no va a tener ese miramiento.

Al momento de estar cabalgando Rebeca comenzó a tener su orgasmo y se dejó caer en el pecho de mi sobrino pero este aún no había acabado y le dijo que si podía seguir o o dejaban hay, Rebeca le dijo que estaba un poco cansada ya, y como nos había escuchado le dijo a Estefi que ocupara su lugar si quería.

Rebeca se fue al baño y se metió en la ducha con Pedro y Inés.

Y Estefi y yo nos tumbamos en la cama uno a cada lado de mi sobrino Vicente,

Estefi de primeras estaba un tanto cortada porque no solía hacer estas cosas y estaba algo dudosa pero con las caricias de mi sobrino y mías se fue relajando y dejándose llevar mi sobrino le preguntó cuál era su posición favorita y ella le dijo que no tenía ninguna favorita y que ella era más de dejarse llevar, como la vi indecisa le dije que nos dejara a nosotros.

Así que de primeras le dije que se la chupará a Vicente un rato mientras yo me dedicaba a darle placer a ella.

Vicente se apoyo en el cabezal de la cama quedando medio sentado, mientras Estefi quedó en 4 y yo me coloque detrás de ella y me dediqué a darle lengua y meterle los dedos porque de allí salía con todos sus agujeros abiertos jajaja

Cuando creí que estaba lista le dije que se colocara en cima de Vicente como había estado minutos antes Rebeca y cuando se dio cuenta de cuales eran mis intenciones me dijo que fuera con cuidado que era su segunda vez por el culo que aún le dolía de ayer hajajaj deje que se acostumbrara a Vicente un poco y cuando la vi cien clavada le pedí que parasen un momento y se la fui metiendo despacio asta que logré tenerla completamente dentro, deje que se acostumbre a estar ensartada por los dos y la dejamos que fuera ella quien iniciara el movimiento.

Cuando dejó de quejarse empecé a ser yo quien llevaba el ritmo y Vicente se limitaba seguir en su posición y no dejar que se le saliera la polla en cada embestida que yo le daba a Estefi, al rato mi sobrino me dijo que quería cambiar de posición, me toco estar debajo y dejar que Estefi se tumbara en mi pecho dándome la espalda se volvió a sentar en mi polla esta vez sin complicación ninguna y cuando se dejó caer en mi pecho Vicente se colocó delante de ella y se la metió y empezó a darle con todo ahora mi sobrino llevaba el ritmo y era a mí a quien le costaba mantener la polla dentro del culo de Estefi, está no dejaba de gimotear y más de una vez se le escapaba una lágrima cuando me daba cuenta la consolaba dándole besos y acariciando su cuerpo estimulándola lo mejor que podía me fijé que Alex estaba con el pito tieso y se masturbaba al igual que Amanda pues aún seguían desnudos les hice acercarse a nosotros y estando en la cama les dije que se pusieran uno a cada lado y acariciaran a Estefi.

Alex no dudo un segundo en estimular a Estefi dándole besitos y acariciando sus pechos y unos minutos después comenzó a mamarle los pezones muy delicadamente consigo que Estefi se subiera al límite de su clímax y entre alaridos de placer comenzó a correrse de manera bastante exagerada.

Vicente al notar como se retorcía de placer y los apretones que nos estaba dando tanto vaginal como analmente no aguanto más y se corrió dentro de Estefi se quedó quieto un momento dejando que Estefi recuperara el aliento y cuando la vio volver en sí se la sacó y la ayudó a levantarse de como estaba, yo aún no me había corrido y le pedí que se tumbara en la cama y me dejara terminar, una vez que cambiamos de posición le agarre las piernas que seguían sin ejercer ningún tipo de resistencia y se la clavé de nuevo ella me pidió que no fuera muy bruto que por el culo le dolía mucho, así que no queriéndole hacer sufrir se la saqué y se la metí de nuevo por el coño le empecé a dar con un buen ritmo no quería hacerla sufrir demasiado, prefiero que disfrute y me deje repetir a que se asuste y no me deje follarla más, total seguí dándole asta que no me aguanté más y me fui a correr se la saqué del coño me coloque encima de la cara de Estefi y como tenía a los dos más pequeños en la cama con nosotros les dije que se acercaran y comenzaran a chupar también después de 4 o 5 lamidas terminé dejándoles la cara llena de semen a los tres.

Cuando termine de soltar la última gota de semen me tiré a un lado de la cama y los dejé a los tres relamiéndose entre ellos.

Cuando miré a la puerta del baño vi que estaban Pedro Inés y Rebeca observando todo.

Les pregunté cuánto llevaban hay y dijeron que desde que Vicente y yo teníamos a Estefi bien clavada jajajaj

Inés dijo que la siguiente en hacer eso quería ser ella pero entre Pedro y yo.

Como estaba agotado le dije que mejor otro día.

Después de un rato le dije a Estefi de ducharnos ya mandé a los niños a la ducha y ayude a Estefi a levantarse de la cama no le costó demasiado más bien se hacía la víctima para que le diera mimos jajaja la llevé en brazos al baño y entre Alex su prima y yo la duchamos cuando terminamos salimos un rato a tomar el sol y cuando serían las 14h dijimos de pedir pizzas para comer después estuvimos un rato más en la piscina pero esta vez sin pasar a mayores solo nos estuvimos besuqueando un poco entre todos y por la tarde sobre las 18 cada uno se fue a su casa.

Bueno amigos asta aquí llega esta historia porque se está haciendo demasiado larga ya.

Unos par de días después nos fuimos a la playa a pasar las primeras semanas de vacaciones y no volveremos a ver a las niñas casi asta después de vacaciones hemos hecho una especie de pacto para que después de vacaciones sigamos con esto que hemos empezado, pues aunque sabemos que estas vacaciones puede que encontremos con quien tener sexo, no me gustaría perder la oportunidad de tener algo serio con Estefi la verdad.

A Pedro le pasa igual con Inés y Rebeca y mi sobrino ya se han prometido amor eterno jajajaja estos dos sí que les a dado fuerte pero aún así se dan la oportunidad de tener relaciones con otros siempre que sea con protección.

Bueno como siempre asta la próxima amigos.

PD: como siempre se agradecen los comentarios un fuerte abrazo y deseo que lo hayáis disfrutado tanto como nosotros jajajaj.

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