Erotismo y Amor

Nunca había tenido una experiencia con una mujer, siendo yo mujer. Si bien es cierto, que a lo largo de mi vida me he sentido atraída por mujeres, nunca había dado rienda a mis inquietudes, tan es así que me casé hace 5 años, durante mi matrimonio le he sido infiel a mi marido 1 vez con un hombre, y esta ocasión que les contaré con una mujer.

Nayeli, mi actual amante, llegó a mi vida cuando no la esperaba, yo ya estaba establecida con mi esposo, las ideas de estar con una mujer se habían alejado hacia ya tiempo de mi mente, mas de pronto ella se cruzó en mi camino, fue verla y sentirme atraída por ella. Compañera de trabajo durante 1 mes, cruzábamos miradas a cada instante., eran miradas que decían algo más… había algo oculto.

En una ocasión tuvimos que salir fuera juntas, por camión, a pesar de ir solas en todo el camión nos sentamos una junto a la otra, llevábamos como 15 minutos de camino, cuando ella estiró sus brazos y los pegó a mis tetas, yo sentí correr electricidad por mi cuerpo, me miró, se sonrió y fue cuando yo supe que ella me deseaba tanto como yo, crucé mi brazo y le cogí de la cara le miré a los ojos y le sonreí. Mas tarde después de ir platicando ella recargó su cabeza en mi hombro, yo comencé a acariciar su pelo, siempre rozando sus tetas con mi brazo, podía sentir su pezón erecto, su respiración caliente, entonces zafé mi brazo para rodearla con él, y ella se pegó a mi pecho, puso su mano entre mis tetas y su cara y comenzó a jugar con ellas, el chofer nos veía por su espejo retrovisor, a mí no me importaba, yo quería sentirla.

Ese viaje fue solo eso, mas al volver, como a las dos semanas salimos juntas a comer, después la invité a casa a tomar unas cervezas, mi esposo andaba fuera de pesca con sus amigos. Nos fuimos a casa y ahí estuvimos platicando, bebiendo, nos sentamos en diferente sillón, al final terminé sentándome junto a ella, demasiado cerca, entonces, ella me quiso enseñar unos aretes nuevos que había comprado, me acerqué todo lo que pude a ella, y la besé en el cuello, ella se hizo para atrás, como muestra de rechazo, pero yo me acerqué de nuevo, esta vez a sus labios, puse mis labios en sus labios, comencé a besarlos, suave, tiernamente, hasta sentir que ella cedía, entonces comencé a meter mi lengua y ella soltó la suya y comenzó a besarme desaforadamente, empezó a meterme mano por donde podía, nos sacamos la blusa, el pantalón, y nos quedamos en calzón y brassier, nos fuimos a mi recámara, besándonos por el camino a ella, y nos tiramos en la cama, fue entonces que yo le saqué el brasier, y el calzón , hice lo mismo con los míos y comencé a besarla toda, sus tetas eran grandes, lindas, pasaba la punta de mi lengua por su pezón erecto y ella se revolvía en la cama, fui bajando, comencé a besar su vientre, y ella me ponía sus manos en mi cabeza, empujándola hacia abajo, abrió sus piernas, y prácticamente metió mi cabeza entre ellas, yo comencé a chupar, a chupar, a chupar, ella gemía y gemía, metía mi lengua en su vagina y sentía viscoso… pasaba mi lengua por su clítoris y sentía como se estremecía, comencé a meter un dedo en su vagina, la exploré, busqué sus puntos de placer, comencé a jalar humedad hacia su ano comencé a jugar ahí, ella solo me decía: así, así Lola, así, así Lola, le metí tres dedos en la vagina y comencé con el mete saca, sin cansarme, resbalaba completamente, estaba empapada, comencé a sentir como se contraía su vagina y teniendo los tres dedos adentro, los abrí, entonces ella pegó un grito de placer, se ve que le encantó. llegamos juntas al orgasmo sin yo tocarme, entonces le tocó su turno a ella, se ve que ella tenía mas experiencia que yo, me hizo llegar al orgasmo 5 veces más.

Desde entonces, siempre buscamos momentos para estar juntas, como pareja funcionamos muy bien, no hay celos, ella me tiene solo a mí, yo tengo a mi esposo y a ella, le cuento de mis aventuras con él y eso a ella le encanta.

Eran pasadas las cuatro de la tarde cuando uno de sus profesores comunicó a Denis y sus compañeros que podían retirarse, ya que los docentes de matemáticas e inglés estaban ausentes por permiso. A pesar de la insistencia de sus dos inseparables amigos para acompañarlos a las salas de videojuegos a unas tres cuadras del cole, Denis, un joven de 18 años que cursaba el quinto año de bachillerato por parasistemas, optó por regresar a casa. No quería generar más problemas y preocupaciones a sus padres; perder el año y no poder graduarse había sido una enorme decepción para ellos, todo debido al descuido en los estudios.

Vivía cerca del colegio, se tardó menos de 20 minutos como solía hacerlo, caminando. Al llegar a casa lo hizo de manera sigilosa, emulando las formas del counter strike, se adentró poco a poco sin hacer ruido, simulando llevar en sus manos un AK-47, pues, le gustaba hacer este tipo de bromas a sus padres y hermana. Le sorprendió que la puerta de la sala estuviera entreabierta. Se adentró por los pasillos que llevaba a las habitaciones de sus padres, la de su hermana, la suya, el baño, el patio.

Entró a su habitación y cuando estaba a punto de tirar el bolso a la cama de mala gana oyó un gemido femenino. Con cuidado colocó el bolso en el closet y abandonó sigilosamente su habitación.

Al primer gemido lo acompañó otro y otro, se le hizo fácil adivinar la voz de su madre.

—¿Te gusta, verdad? ¿Te encanta así, duro, de pie?

Esa era la voz de su padre, se oía jadeante, excitado.

—Sí, sí, dame bien duro.

Oh, Dios, esa era su madre. Estaban follando, adivinó.

Se acercó a la puerta de la habitación de sus padres, estaba abierta por muy poco, algo de lo que no se percató al principio. Se olvidó del counter strike y se asomó por la rendija.

Podía verlos comodamente, ambos estaban follando de pie. Su padre completamente desnudo sujetaba a su madre desde atrás por los brazos pero lo que más le impresionó fue la manera en la que estaba vestida su madre, además de tener una venda en los ojos. Vestía unos zapatos negros de tacón alto, lencería de color rojo con tirantes pero sus pechos estaban descubiertos y tambaleaban al ritmo de la violenta penetración de su esposo.

—Puta —oyó decir al papá—, Perra.

Para Denis aquella escena le generó un impacto brutal. Nunca había visto a sus padres tener sexo, ni siquiera a nadie, unos pocos videos porno era lo más lejos que había llegado a experimentar una escena vouyerista.

Las sensaciones que experimentó también eran ineditas, le excitó ver a su madre semi desnuda siendo empalada por su papá que además de sujetarla de manera agresiva ahora la llamaba “puta” y “perra”.

Se quedó pensativo por un momento, su papá estaba enfocado en la penetración, su madre estaba vendada, ambos gemían, su papá le decía morbosidades, ella respondía entre gemidos.

Denis se llevó la mano a su entrepierna, para entonces la erección de su pene ya le incomodaba. Desabrochó su cremallera y sin dudarlo comenzó a masturbarse.

Su mente fue invadida por pensamientos incestuosos, se jalaba la polla imaginándose en el lugar de su padre, sujetando a su madre como su padre lo hacía, penetrándola con su ya muy bien desarrollado pene, un pene largo de unos 19 centímetros, virgen y sin experiencia, pero no virgen del prepucio que ya había estirado de tantas pajas en su habitación y en el baño sino virgen de no haber experimentado el sexo aun con chica alguna.

Se mantuvo ahí durante unos minutos mientras disfrutaba de la escena, su mano iba y venía sobre su pene mientras disfrutaba de la sumisión de su madre, de los dulces gemidos que salían de su boca mientras papá la violentaba.

—Te voy a romper el culo como la semana pasada, zorra —dijo su padre.

Denis no daba crédito a sus oidos.

—Sí, pero en la noche, cuando Denis y Sabrina estén durmiendo.

—No, zorra, te voy a culear ahora mismo.

—No, ahora no —decía su madre entre gemidos.

Era un juego, el juego de la seducción inversa, de la que no quiere la cosa, del esposo que adora las respuestas negativas de su mujer por el morbo que le genera dominarla, subyugarla.

Denis continuaba la masturbación, el diálogo que mantenían sus padres lo estaba llevando directo al orgasmo, a la eyaculación.

—Cállate, puta, te romperé toda —dijo papá.

Denis no aguantó, era demasiado el morbo y su madre tenía un bonito cuerpo y unas hermosas tetas que se balanceaban y lo volvían loco a pesar de ser solo un expectador.

El orgasmo llegó a su cerebro que lo repartió por su sangre hasta llegar a su prostata que empezó a liberar la eyaculación, Denis tuvo que sufrir en silencio el delicioso placer que ofrecía el orgasmo, tuvo que tomar el pene por la punta y cubrirlo con el prepucio mientras este descargaba chorros de semen.

Cuando estaba a punto de retirarse a su habitación una voz femenina diferente a la de su madre le brindó un susto tremendo.

—¿Qué coño haces?

Se giró a la izquierda. Venía su hermana llegando de clases y fue tanto el susto que le produjo tal sorpresa que apartó la mano de su pene, lo que provocó que derramara todo el semen que caería entre su pantalón y el suelo.

Como pudo, Denis se cubrió el sexo con ambas manos y caminó trastabillando hacia su habitación mientras la hermana incrédula por lo acontecido y con una risa entre burlesca y desconcertada abría intencionalmente la puerta de la habitación de sus padres tan enfocados en el acto sexual que ni siquiera se habían percatado de la presencia de sus hijos.

—Mamá, papá —dijo Sabrina sorprendida

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Tenía 17 años trabajaba en un ciber café mi jefe era un hombre de 30 años alto, atlético y muy caliente. Todas las tardes al salir del colegio me dirigía al trabajó y cuando llegaba hay estaba esperandome siempre me tomaba de la mano y me daba un beso en la mejilla con un suave mordisco yo una inesperta me ponia nerviosa, mis piernas temblaban y mi voz se quebraba…

Comenzaba el juego de la seducción un día era el mordisco en la mejilla, al otro día era un apretón de nalga, un suave rose en la pierna…

Una tarde entre al baño arreglarme un poco el cabello, había tenido entrenamiento de básquetbol en la escuela y llegué un poco desarreglada al trabajo, cuando estaba mirándome en el espejo de pronto apareció su reflejo estaba junto al mío, estaba de espaldas y me quedé paralizada en un segundo lo sentí junto a mi, pensé que tonta deje la puerta abierta y ahora que hago, pasaban mil cosas por mi cabeza, mientras comenzó acariciarme, a besar mi mejilla y su lengua comenzó a deslizarse en mi oreja sentí que todo se me estremecía, comencé a perderme en sus caricias, cuando de pronto bajo sus manos a mis nalgas las acarició, bajo lentamente a mis piernas subió mi falda a la cintura y bajo mis bragas yo estaba indecisa no sabía si quería hacerlo era mi primera vez yo nunca había pensado hacerlo ni me había imaginado si quiera como quería que fuera mi primera vez…

El solo me dijo confía en mí no te voy a lastimar dejame entrar y prometo cuidarte, su voz en mi odio, su respiración y su forma de tocarme me hechizaron…

Con mis bragas abajo comenzó a caricias mi vagina, suave muy lento y con la otra mano desabotonaba mi blusa, desabrochó mi sujetador y comenzó acariciar mis senos, era todo perfecto para una niña de 17 en manos de un hombre con experiencia…

Me puso de espaldas, mis nalgas rosaban con su miembro, me inclino, bajo su pantalón y puso su pene en mis nalgas, por dios lo sentí grande, tomo mi mano y me dijo tocalo… era grande, grueso y con sus venas sobresalientes y pensé y ahora que hago me puse nerviosa yo inesperta y él con tanta experiencia…

Me dijo tranquila no pasará nada que tú no quieras creo que ya era demasiado tarde para esas palabras mi bragas abajo, su miembro rosando mi vagina y chorreando solo estaba esperando el momento cuando de pronto me dijo confía en mí, la cabeza de su miembro intentaba entrar en mi vagina cerrada era grueso dolía un poco pero comenzó a masajear mi vagina y mi entre pierna mientras mordía mi espalda y cuidaba cada detalle para que fuera la mejor experiencia, sin más de pronto sentí un empujón suave y a la vez fuerte grite pero no fue de dolor, por primera vez sentí el placer de tener un pene dentro de mí, tomo mis caderas y comenzó con movimientos suaves y duros solo me miraba en el espejo, veía mi rostro sudado con una expresión que nunca había visto en mí y continuó hasta que tuve mi primer orgasmo, después el termino en mis nalgas se inclino en mí, medio un beso en la mejilla limpio su semen de mis nalgas me ayudo a vestirme me abrazo y solo me dijo gracias…

Estaba en shock le acaba de dar lo más preciado, mi virginidad a alguien que no era mi novio, que solo era mi jefe y ahora que sucederá me preguntaba me correrá del trabajo…

Pasaron las horas ya tenía que retirarme a mi casa y el me habló, -Karen puedes venir-,

-si claro- me tomo de la mano me llevo al baño y me dije en mi mente otra vez y parace que leyó mi mente, me dijo -no pienses que te tomaré quiero que veas algo-,

-está bien contesté-.

-Karen baja tu pantalón y tus bragas-,

-pero dijiste que no lo haríamos-,

-haz lo que te dije- respondió…

Hice lo que me pidió y cuando baje mis bragas note un poco de sangre,

-me dice vez eso, una señal de que dejaste de ser niña y ahora eres una mujer y gracias por dejarme ser el primero es un privilegio-.

-ahora arreglate ve a tu casa duchate y descansa, por qué a partir de mañana te haré mia si tú estás de acuerdo-. Me dio un beso en la frente y me abrazo…

Ahora tengo 36 años, vivo en un lugar rural donde a esta edad ya nadie te quiere para casarte, por qué ya eres algo vieja y solo te quieren para ser la puta de todos…

Pero… he hay lo malo, que yo no soy la puta de todos, solo de quién me gusta, yo elijo a quien comerme…

Y así fue como comencé y me introduje en el erotismo, en el sexo y el placer de disfrutar una buena cojida…

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Esta historia tiene los nombres menos originales del mundo. Yo soy María, tengo 20 años, soy morena, ni guapa ni fea, ni alta ni baja, ni gorda ni delgada. Una chica normal. Estudio arquitectura en la universidad con buenas notas y poco más hay que contar.
Mi novio se llama Mario, tiene 21 años, trabaja de comercial vendiendo licores y, como yo, es un chico del montón, sin nada reseñable salvo el tamaño de su polla, que es enoooorme. De verdad, he visto porno y sé de lo que hablo. Y sabe usarla, el cabrito de él. Echamos unos polvazos que me deja destrozado el coño, y cuando se la chupo he de hacerlo respirando por la nariz porque me tapa toda la boca.
Su madre se llama, cómo no, María, aunque ambos la llamamos Mami; él porque lo es, y yo porque le he tengo tanto cariño que es como una madre para mí. 37 años, encargada en una tienda de ropa, guapa y con muy buena figura.
Del padre de Mario hablaré más tarde, o hablará Mami, más bien.
Hace dos semanas me llamó Mami:
—María, ¿te ha dicho Mario que tiene que ir tres días a Madrid a la feria de hostelería?
—Sí, lo hablamos ayer y había pensado en ir con él. Total, el hotel lo tiene pagado y llevo tiempo sin viajar…
—Oye, pues yo había pensado que por qué no nos tomamos esto como un fin de semana de chicas. Vamos de compras, a la piscina, al cine… ¿Qué te parece la idea?
—Pues genial, Mami. Tres días para nosotras, sin hombres, ja, ja, ja…
—Pasa a buscarme el jueves a última hora por la tienda y que empiece el desmadre, ¿de acuerdo?
—Desde luego que sí, pero ¿no trabajas el viernes y el sábado?
—¡Bah, me deben tantas vacaciones que me puedo permitir este capricho con mi nuera…!
Llamé a Mario para darle aviso del cambio de planes y le pareció bien. A fin de cuentas, él iba a estar trabajando 12 horas en la feria y tampoco íbamos a estar juntos.
El jueves fui a la tienda a falta de media hora para el cierre y Mami me presentó a todas sus compañeras, que poco a poco fueron marchando. Ya solas me preguntó si tenía bikini para la piscina y le dije que uno viejo, pero que me servía.
—Tonterías, vamos a coger un par para cada una y, de paso, coge lencería sexy para calentar a tu novio, ja, ja, ja…
—Mami, que no puedo pagar esto, que yo no trabajo…
—No te preocupes, lo pago yo que tengo precio especial…
Me puse a mirar y cogí dos conjuntos normalitos de bikini con braguita cuando se acercó Mami con otro más en la mano y dos conjuntos de lencería con encajes. La braguita del bikini era un tanga de hilo y me eché a reír porque nunca he usado y no sabía cómo le quedaría a mi culo.
—No pasa nada, si no te gusta cómo te queda lo devolvemos y en paz, dijo cortando mis protestas.
Salimos de la tienda con los paquetes a los que había añadido prendas para ella y fuimos a cenar una pizza al lado de casa.
—María, quédate esta noche a dormir, que Mario se ha marchado esta tarde y así nos hacemos compañía.
Accedí rápidamente y llamé a casa para avisar de mi ausencia todo el fin de semana. No suelo dar explicaciones de adonde voy, pero me gusta que estén tranquilos.
Cuando llegamos a su casa, Mami quiso darse una ducha y me quedé en el sofá chateando con Mario hasta que salió del baño y me pidió que le ayudara a secar la espalda. Colgué y levanté la vista para descubrir a Mami desnuda ante mí, como una Venus de Botticelli recién salida de las aguas.
—¡Mami!, exclamé.
—Ay, María, no te asustarás ante una mujer desnuda…
—No, no, qué va, es que me has sorprendido. Si en el gimnasio nos cambiamos todas en pelotas, pero no esperaba que tú…
—Venga, pues sécame. Y luego te duchas tú y nos probamos lo que hemos traído.
Le eché la toalla por la espalda y comencé a frotar suavemente. Se dio la vuelta y, frente a mí, me pidió que la secara completamente. Tragué saliva cuando mis manos se apoyaron, toalla mediante, en sus pechos y los frotaron hasta notar cómo se endurecían los pezones. No me atrevía a levantar la mirada para que no viera lo colorada que me había puesto al tocar su cuerpo desnudo. Aunque es verdad que en el gimnasio o cuando iba al instituto nos duchábamos desnudas y hacíamos bromas al respecto, nunca había estado en esa situación de intimidad con otra mujer. Al acabar me di una ducha y noté que me había puesto caliente y me toqué un poco el clítoris excitada. No continué por respeto a Mami, que me esperaba en el salón. Salí cubierta con un batín y Mami me esperaba vestida con una camiseta larga y las bolsas de las compras en la mano.
—¿Nos los probamos aquí o en mi dormitorio, que tengo un espejo grande?, dijo con voz sensual.
—Donde quieras tú, que mandas en tu casa.
—Pues ve preparando un par de copas mientras desempaqueto todo y vamos probando la ropa.
Mientras preparaba dos gintónics Mami apoyaba los diferentes conjuntos sobre el respaldo del sofá, emparejando los sujetadores con las correspondientes braguitas.
—Esto es tuyo y esto mío, María. Al ataque…, dijo sacándose la camiseta por encima de la cabeza y mostrando una vez más su bonita figura. —Nena, no te dará vergüenza desnudarte delante de mí, ¿verdad? Soy como tu madre…
Realmente me sentía turbada ante la visión de su cuidado cuerpo, de sus pechos firmes y su liso vientre en el que apenas se distinguían una estrías propias de la edad. Al darse la vuelta para recoger su primer conjunto me fijé en su culo sin marcas de celulitis y sentí envidia y admiración por mi suegra. Nunca me han atraído las mujeres, pero Mami me parecía un bellezón y me estaba poniendo cachonda. Finalmente me quité yo también el batín y me mostré desnuda con gran vergüenza, tapando mis partes íntimas con las manos.
—¡Pero niña, quita esas manos de ahí, que somos familia…! A ver, qué escondes ahí…
Me separó las manos del cuerpo y me recorrió de arriba abajo con la mirada.
—Pues sí que tiene buen gusto mi niño… ¿Por dónde empezamos? ¿Por los bikinis? Venga, ponte el negro…
Totalmente sometida a su voluntad tomé la prenda que me ofrecía y la coloqué en mi cuerpo. Me sentaba bien y me sentía aliviada por cubrir mi desnudez. Ella se puso uno rojo que le tapaba NADA. Apenas un trozo de tela cubría los pezones y otro triangulito hacia lo propio en el pubis. Al darse la vuelta vi cómo el cordón del tanga se ocultaba entre los cachetes del culo perfecto. ¡Ni de coña iba a ponerme yo algo así, vamos!
—¿Qué tal me está?
—Brutal…, fue la palabra que me salió y que provocó la carcajada de Mami. Y la verdad es que estaba para comérsela.
—Pues ahora ponte el tuyo…
Era imposible que a mí me sentase igual de bien la prenda, porque no tengo sus tetas ni su culo, pero ante su insistencia cedí y me apliqué a intentar lucir el bikini con algo de gracia. Era mi primer hilo dental y no me sentía cómoda. El sujetador cumplía su misión sobre mis tetas, pero el hecho de no verme el trasero me incomodaba un poco.
—Espera, que esto lo soluciono en un momento. Te hago una foto de espaldas y ves el resultado.
Dicho y hecho, sacó el móvil e hizo una serie de fotos a mi espalda y de frente también, haciéndome posar como una modelo. Llevábamos dos copas ya y me sentía con menos vergüenza, y cuando me enseñó las fotos aluciné: no podía creer que ese culo fuera mío. En las fotos se veía perfecto.
—Hazme ahora unas a mí, María, que quiero lucirme un poco.
Mami empezó a posar como una profesional y cada vez adoptaba posturas más sexis. Me estaba poniendo un poco caliente cuando me dijo que la imitara. Traté de emular sus poses provocativas y al final me pidió que mostrara los pechos, lo que hice sin reparo. ¡Ay, el alcohol…!
Finalmente nos pusimos las prendas de encaje que había elegido y continuamos la sesión de fotos y de gintónics hasta que la lengua se nos hizo de trapo y, desnudas en el sofá, comenzaron las confidencias.
Mami quiso saber cómo nos habíamos conocido y qué tal vida sexual llevamos, y aunque me daba vergüenza contestar, la ginebra habló por mí y le detallé el enorme tamaño de la polla de su hijo y el placer que me daba en cada polvo. En ese momento yo estaba cachonda perdida y a Mami se le llenaron los ojos de lágrimas sin saber yo por qué. La abracé y nuestros pechos desnudos se juntaron, haciendo que un escalofrío recorriera mi espina dorsal y un cosquilleo en mi coño me llevara a hacer algo insólito: tomé el rostro de Mami entre mis manos y fui sorbiendo sus lágrimas hasta acabar en sus labios, besándolos suavemente. Mami reaccionó abriendo ligeramente la boca y ofreciéndome su lengua para iniciar un morreo bestial. No podía dejar de besar a esa extraordinaria mujer que ya estaba acariciando mis pezones excitados. Mis manos amasaban sus perfectas tetas y pronto fue mi boca la que tomó posesión de sus pezones duros como piedras.
Fuera de control, me recostó sobre el sofá y sus labios bajaron a recoger los líquidos que manaban de mi vagina, excitada como pocas veces en mi vida había estado. Su lengua jugaba con mi sexo lamiendo la rajita y succionando el clítoris hasta provocarme un orgasmo monumental que me hizo gritar como una loca, llenando la boca de Mami de mi corrida.
Tras recuperar el aliento, una sensación de vergüenza se apoderó de mí e, instintivamente, cubrí con las manos mi desnudez e intenté levantarme para irme a mi casa, pero no me tenía en pie debido al alcohol ingerido y tuve que volver a sentarme.
—María, ¿éstas bien?
No, no estaba bien. La madre de mi novio me acababa de comer el coño como ni siquiera él lo había hecho, dándome más placer del que nunca había sentido. No estaba bien. Pero lo peor era que estaba deseando hacerle lo mismo y comerme entera a esa diosa que compartía asiento y desnudez en el salón.
—Mami, ¿qué me has hecho? Nunca he gozado como ahora, dije tomando sus manos en las mías y llevándolas a mis tetas.
Inició así un masaje mientras una de mis manos se adentraba entre sus piernas en busca de un tesoro encharcado. Era mi primera vez con una mujer, pero no tenía ninguna duda de lo que debía hacer. Las piernas de Mami se separaron para darme acceso al lugar en el que deseaba perderme en ese momento. Me arrodillé en el suelo y se acomodó para ofrecerme su coño jugoso abierto y brillante. El sabor dulzón de sus fluidos llenó mi boca de inmediato, y sus gemidos sonaron en el salón como música celestial. Instintivamente, mis labios y mis dedos acariciaban las partes íntimas de Mami y no tardó en agitarse inquieta ante mis ataques. Yo seguía cachonda perdida y mantenía una mano en mi coño masturbándome y cuando, tras un ligero mordisqueo en su clítoris, llegó la explosión de placer de Mami, mi boca se llenó de líquido dulzón y caliente, y no dudé en compartirlo con quien acababa de expulsarlo. Abrió los labios y dejé caer en ellos parte de su corrida, iniciando un cruce de lenguas ansiosas de placer.
Más calmadas, nuestras miradas se fijaron en la otra, y, haciéndome levantar, tomó mi mano y me condujo a su habitación. Nos acostamos frente a frente y me habló:
—María, te voy a contar mi historia. Mi hijo no sabe la verdad, y espero que respetes mi secreto hasta que un día se lo cuente, si lo hago.
—Claro, Mami, si así lo quieres, así será.
—Ya sabes que a Mario le he dicho que su padre murió al poco de nacer él y que recibimos una pensión por ello. Es mentira. Ya te dije que soy huérfana, más bien una niña abandonada, y crecí en un orfanato de monjas en el que, la verdad, fui bastante feliz. Muy inocente, pero feliz. Hasta el día que llegó el nuevo profesor de Historia. ¡Joder, qué guapo era el cabrón! Nos tenía a todas encandiladas a los 15 o 16 años que teníamos entonces. Simpático, con un pico de oro que nos cautivaba, y siempre una palabra en los labios para que cada una se sintiera especial. Solo tenía una pega: era cura. Y pasó lo que tenía que pasar. Un día una compañera vino diciendo que tenía una polla enorme y que se la había chupado, aunque no la creímos. Éramos muy ignorantes, pero a la vez curiosas, e iniciamos entre todas una especie de concurso a ver si era verdad. Y gané. Y perdí. A los 15 años yo ya tenía muy buen aspecto, y un día me maquillé un poco y me subí unos centímetros la falda y me lancé al ataque. No me hizo mucha falta insistir. A los cinco minutos de estar en el despacho ya había cerrado la puerta y sacado un pollón que me asustó. En clase nos habían explicado cosas, pero no esperaba esa monstruosidad. Intenté meterlo en mi boca, pero no cabía. Yo lloraba, arrepentida. El cabrón insistía pero no había manera. “Pues no me vas a dejar así, zorrita”, me dijo. Me tomó con fuerza, me quitó las bragas, lubricó un poco mi coño y me la metió. ¡Dios, qué dolor! Sentí que todo se rompía en mi interior. Con una mano tapaba mi boca y me impedía gritar mientras me penetraba como una taladradora destrozándome el coño. Perdía el conocimiento por el dolor, y cuando lo recuperaba seguía dentro de mí hasta que se corrió. Dentro, sin pensar en las consecuencias. “Y ahora, vete a decir a tus amiguitas cómo tengo la polla”. Se quedó mis bragas como trofeo y más tarde descubrí que no eran las únicas que guardaba. Esa primera vez fue por mi provocación, pero las siguientes me obligaba a ir a su despacho con cualquier excusa y me violaba. Una vez que quiso hacerlo y yo no quise por estar con la regla me dijo que, o se la chupaba, o le traía a otra virgen, o que me follaría por el culo. Fui incapaz de lo primero y mucho menos de entregarle a una compañera, así que me destrozó el culo. Apenas sin preparación me folló salvajemente hasta hacerme sangrar, y estuve varios días sin poder sentarme hasta que curaron mis heridas. Y pasó lo que pasó. Me quedé preñada. En cuanto se supo, lo mandaron de “misiones” a Centroamérica y nunca más se supo de él. Tuve a mi hijo, continué estudiando y las monjas pagaron toda mi carrera mientras cuidaban a Mario. Desde que me independicé a los 23 años y comencé mi nueva vida, todos los meses recibo un sobre con dinero. Entre 800 y 1000 euros en un sobre sin remite, pero con un evidente olor a cera de iglesia. Esto no lo puede saber mi hijo, prométemelo.
—Te lo juro, Mami, dije llorando como una Magdalena.
Nos abrazamos desnudas y nos quedamos dormidas.
Al despertar, el rostro sonriente de Mami me miraba con fijeza. Mi cabeza retumbaba por la resaca de la noche anterior y poco a poco fui consciente de lo ocurrido. Me sentía avergonzada por lo que habíamos hecho, pero también feliz por que Mami me hubiera hecho una confidencia tan importante de su vida. Devolví la sonrisa a Mami y la abracé.
—Buenos días, cariño, ¿cómo has dormido?
—Buf, qué resaca tengo…
—Bah, tranquila… una ducha y un buen desayuno nos pone en forma para ir a la piscina a ligar, ja, ja, ja…
Saltamos de la cama y volví a fijarme en su estupendo cuerpo, y al observarla de frente recordé que unas horas antes estaba saboreando su coño y un calorcillo se apoderó del mío.
—¿Nos duchamos juntas para ganar tiempo?
No podía negarme a nada que me pidiera esa extraordinaria mujer y la seguí como un corderito hasta el baño. Mientras regulaba la temperatura del agua mostraba su trasero ante mí y hablé:
—Mami, lo de anoche…
—Nada, lo de anoche, nada… ¿Lo pasaste bien? Pues ya está. No hay nada de qué arrepentirse ni pensar que se pueda repetir.
Me extrañó la frialdad de sus palabras, de modo que acepté su invitación de entrar en la bañera y nos ayudamos mutuamente a lavar nuestros cabellos y cuerpos, aunque mi mente estaba deseando abrazarla y acariciarla. Al salir de la ducha nos envolvimos juntas en una gran toalla y nuestros pechos se juntaron, provocándome una excitación en los pezones que Mami acogió con una sonrisa.
Tras un buen desayuno que desterró los restos de la resaca nos preparamos para ir a la piscina. Yo había cogido el bikini negro, pero Mami dijo que echara a la bolsa los tangas, que íbamos a lucir los cuerpos, no a un funeral. Nos dirigimos a una piscina en un club privado que yo no conocía, y en el que me dijo Mami que tenían una zona acotada para nudistas. Ni de coña iba yo a desnudarme en público, le dije, pero me indicó que no era obligatorio, que era un lugar muy grande y no había curiosones mirando. En el vestuario me coloqué mi bikini y Mami salió con su espectacular tanga y se rio de mí.
—Pareces una monja… Ponte el dichoso tanga y luce tu cuerpo, mujer, que no pasa nada…
Obedecí y me despojé de las prendas ante ella mostrándome desnuda una vez más.
—Mi niña, estás muy rica… Vamos a arrasar allá fuera.
Nos dirigimos a la zona común del recinto y vi que la poca gente que había estaba muy separada y que había mujeres en topless y hombres desnudos en actitud indolente sin reparar en los demás.
—¿Nos ponemos en tetas, María? Tenemos dos bonitos cuerpos para lucirlos ¿no?
Totalmente sometida a su voluntad me despojé del sujetador y me sentí extrañamente liberada. La complicidad con Mami era total, y pasamos buena parte de la mañana hablando de chorradas, moda, cine, de nuestra infancia…
—Se te está quemando el culito, cariño. Ven que te pongo crema en la espalda.
Un chorro de líquido frío cayó en mi espalda y con un suave masaje fue extendiéndolo por todo mi cuerpo. Cuando llegó a las nalgas me dio unos azotes y solté un gritito entre risas mientras Mami acariciaba los cachetes del culo. Apartó un poco el hilo y el movimiento hizo que la tela del tanga rozara mi clítoris y un gemido escapó de mis labios.
—¿Te pones cachonda, María?
—No seas cabrona, Mami, que estamos en público.
Se echó a reír y continuó esparciendo la crema por mi culo, y, por sorpresa, rozó con un dedo mi ano. El respingo que di me hizo saltar en la toalla y estallamos en carcajadas. Procedí a devolverle el masaje y se estiró en la toalla a la espera de que mis manos extendieran la crema. Me recreé en su espalda y mucho más en su culo. Me tenía subyugada la perfección de sus formas y la dureza del mismo. Me vengué y con mi dedo también acaricié su ano, y un suspiro escapó de sus labios.
—¡Oh, síííí…! Sigue, por favor. Pon un poquito de crema y entra dentro, cariño…
¿Me estaba pidiendo que le metiera el dedo en el culo? Pues sí. Y lo hice, vaya que si lo hice. Me coloqué de forma que no nos pudieran ver y me dediqué a complacer el deseo de mi suegra. Mi dedo lubricado con crema solar atravesaba sin oposición el esfínter relajado de Mami, que pronto pidió más.
—Mete otro, mete otro dedo más…
El bello rostro de Mami reflejaba el placer que sentía, y los gemidos los acallaba mordiendo la toalla. Lanzada, logré meter hasta tres dedos en su interior, y mi propia calentura me hacia expulsar líquidos que empapaban mi braguita. Mis dedos parecían tener vida propia y pasaban a penetrar el culo y el coño indistintamente hasta que le llegó el gran orgasmo y un gran chorro de líquido cubrió por completo la toalla. Agitándose sobre la misma, Mami lloraba de placer. Saqué mis dedos de su interior y la abracé. Buscó mis labios y nos besamos tiernamente. Se puso boca arriba y nuestros pechos volvieron a frotarse excitados. Su mano se deslizó hasta mi vagina y no encontró oposición para introducirse hasta el fondo. Me sentía morir de gusto con el roce en mi clítoris y no tardé en correrme. Me dio igual estar en público cuando solté mis gemidos placenteros. Quedamos de nuevo abrazadas con nuestros labios unidos en un beso eterno.
—¿Nos hacemos un selfie, María? Se lo mandas a tu novio y que se muera de envidia…
Dicho y hecho, sacamos varias fotos y elegimos una para enviar.
“Mira lo que estás perdiendo”, le escribí con una imagen de nosotras dos sonriendo.
No tardó en contestar “vaya par de pibones, jajaja… “
Mami se envalentonó y dijo de sacar una enseñando las tetas. “¿Cuáles has chupado más, cariño? “, escribió Mami mientras se partía de risa. La respuesta, “¡cochinas!” acompañada de varias caritas sonrientes. Enviamos una más dándonos un beso en los labios. La respuesta no tardó: ”¿me queréis poner cachondo?“. La nuestra fue mandar una con una teta de Mami en mi boca. “Sois unas guarras, no puedo currar así, me ponéis cachondo”. Mami estaba lanzada y me hizo quitar el tanga e hizo lo propio, sacando a continuación una foto de nuestros coños y escribiendo “¿te los comerías? “. “Pero qué zorras sois, jajaja. Mami, vas a pervertir a mi novia”.
—María, dile que se saque una foto de la polla tiesa.
—¡Qué dices, que está trabajando…!
—Seguro que está cachondo perdido. A ver si es verdad que tiene ese pollón que dices.
Le mandamos una foto más con nuestras manos acariciando los coños ya brillantes y la respuesta fue instantánea: un primer plano de su polla enhiesta y sus huevos colgando ocupaba toda la pantalla. La siguiente la mostraba sujeta por su mano, y se podía apreciar el grosor y longitud por todo lo que no podía sujetar.
—¡Joder, es que es seguro hijo de su padre! ¡Vaya pollón que gasta mi niño!
Mami estaba maravillada y, en un nuevo atrevimiento, me hizo pedirle a Mario que se grabara mientras se hacía una paja y nos mandase el vídeo. “Qué zorras sois. Esperad unos minutos”.
Mami y yo seguíamos con los coños al aire y algún dedo dentro cuando llegó el video de mi novio meneando su rabo. Agachadas sobre la pantalla, no perdíamos detalle de la paja de Mario que acompañaba el sube y baja de su mano con palabras para nosotras llamándonos guarras y otras lindezas. Nuestras manos chapoteaban en los coños inundados cuando la corrida de Mario se nos mostró, expulsando un inmenso chorro de semen que nos hizo desear tener dentro. Me corrí al instante cayendo de espaldas en la toalla, y Mami aprovechó para amorrarse y beber todos mis jugos al tiempo que sorbía mi clítoris y me proporcionaba un nuevo orgasmo.
Me sacó una foto despatarrada y se la envió a su hijo. “Qué suerte tienes que te puedes comer este coñito todos los días”, le escribió. “Lo podremos compartir, si queréis, Mami”, fue la respuesta.
Cachondas como estábamos, recogimos las cosas y volvimos a casa. En el ascensor Mami empezó a meterme mano y no pude resistir más la calentura. Al entrar al piso volaron las camisetas y en el mismo recibidor nos tumbamos en el suelo a hacer un 69. ¡Qué dulce el sabor de su coño! Enseguida nos corrimos y, tras un breve descanso, tomamos una ducha reparadora.
Preparamos algo ligero para comer y en la sobremesa Mami comenzó de nuevo con las confidencias.
—Te lo cuento de mujer a mujer, de madre a hija, de amiga a amiga. Solamente he follado con el hijo de puta del cura que me violó. Lo hizo 8 o 10 veces, y cada una de ellas me hizo tanto daño que nunca he querido volver a estar con un hombre. Alguna vez me he acostado con una mujer, y ahora que lo he hecho contigo he descubierto cuánto me gusta el sexo con mujeres, pero al ver el rabo de mi hijo he tenido un antojo de ser penetrada nuevamente. ¿Soy muy zorra si te digo que me gustaría follarme a Mario? Es mi hijo. Es tu novio. ¿Soportaríamos esa relación? No quiero interponerme entre vosotros, pero querría saber si aceptarías, y él también, claro, este incesto.
La confesión de Mami me dejó anonadada y mi cabeza trataba de asimilarla. ¿Sexo con su hijo? Pues claro que no me importaba. Si acababa de tenerlo conmigo, que a fin de cuentas soy su hija política, no sé por qué me había de molestar. Es más, la ayudaría a conseguirlo en caso de que Mario tuviese reparos a ello, aunque lo dudaba a juzgar por la paja que se había hecho viéndonos en la piscina.
Nos abrazamos y nos tumbamos a dormir una siesta. En sueños veía la tremenda polla de Mario penetrando a su madre y me desperté totalmente mojada. A mi lado, la espalda desnuda de Mami se acababa en su culo perfecto y lo acaricié, llegando a rozar su ano. Noté cómo se le ponía la piel de gallina e, intuyendo que en realidad estaba despierta, dirigí mi lengua al oculto esfínter con intención de saborearlo. Me facilitó el trabajo tumbándose boca abajo e inicié mi labor echando saliva y haciendo círculos con el dedo hasta lograr meter la punta. Un gemido ahogado en la almohada me indicaba que iba por el buen camino, y pronto era el dedo entero el que profanaba el interior de mi suegra. Le hice abrir las piernas para llegar a su vagina y me la comí por completo. Con dos dedos en su culo y su clítoris entre mis labios, los gritos de Mami no se podían acallar, y cuando llegó al orgasmo me llenó la cara de líquido caliente que me entró directo a la garganta. Mami daba botes en la cama con mis dedos todavía dentro, y yo no dejaba de mordisquear el sabroso botoncito hinchado por la excitación.
—Eres una zorra, me dijo riendo. —Eso no se le hace a Mami. Te tendré que castigar por ser una niña mala…
Me hizo tumbar boca abajo y empezó a besarme desde los pies. Subió por piernas y muslos hasta llegar a mi trasero. La punta de su lengua se posó en mi agujerito y di un respingo.
—Mami, ten cuidado, nunca lo he hecho por el culito.
—No te preocupes, mi amor. Si te duele, me avisas y pararé.
Notaba la humedad de su lengua haciendo círculos en mi esfínter y las gotas de saliva cayendo para lubricarlo. La punta de la lengua trataba de abrirse paso, y mi excitación me llevó a acercar una mano a mi coño empapado y empecé a masturbarme. Noté cómo ahora era el dedo de Mami el que trataba de abrirse paso y elevé un poco las nalgas para facilitarle la tarea. Seguía con mi dedo en el coño y ahí coincidió con los de Mami, que buscaba lubricarlos para meterlos en el virgen agujerito. Sentí una presión constante e indolora cuando su índice atravesó mi esfínter y me corrí instantáneamente, mojando más aún las empapadas sábanas. Mami metía y sacaba el dedo aplicando saliva y flujos e intentó hacer lo propio con un segundo dedo. Un ligero dolor me hizo dar un gritito y quiso parar, pero no la dejé y continuó su labor de zapa en mi interior. Notaba el avance y el dolor fue sustituido por el placer, aumentado por la comida de coño que en ese momento me estaba haciendo. Yo mordía la almohada para que no se oyeran mis gritos cuando volví a correrme con sus dedos dentro. La boca de Mami estaba llena de mis fluidos y se levantó para compartirlos conmigo. Sabían tan dulces como los suyos, y tras un intenso intercambio de besos me levantó las piernas sobre sus hombros y atacó de nuevo mi ano desde abajo. El primer dedo fue seguido del segundo esta vez sin dificultad y empezó un metisaca constante con mi clítoris entre sus labios, llevándome al séptimo cielo una y otra vez. Mi mente se nublaba con cada nuevo orgasmo hasta que creo que perdí el conocimiento.
Desperté y Mami estaba a los pies de la cama llorando en silencio. La abracé y me contagió el llanto.
—Estamos locas, mi niña. No sabes cuánto os amo a los dos. No sé si podremos vivir con esta relación incestuosa.
—No te preocupes, Mami, lo haremos y seremos felices los tres.
Pasamos el fin de semana haciendo el amor. Solo salíamos de la cama para reponer fuerzas y darnos una ducha.
E imaginando cómo hacer que Mario aceptase nuestros planes…
Pero eso lo veremos en el próximo relato.
Continuará…

Las vueltas que da la vida. Conversando con amigos, recordé que había escrito aquí estas historias. Y sin poder creerlo todavía, tener un mensaje de uno de sus protagonistas.

No podía entender como la vida insistía con traérmelo de vuelta. Pero la vida tiene razones que la razón no entiende, y así lo volví a conectar.

Apenas vi el mensaje, le escribí. Pasó bastante tiempo. Igual sigue hermoso, fiel a sus costumbres. Mi mente era un torbellino de sentimientos, la ansiedad de verlo, los recuerdos de la pasión que tuvimos, la bronca por no poder estar a su lado, todo me hizo estallar en un mar de llanto. Y no sé por qué, lo dejé que me viera llorar. Si, debí haber sido más fuerte.

Ha pasado una semana desde este encuentro virtual que me tiene feliz, triste, y loca por esos ojos celestes. Si lo vieran… su pelo está canoso, y eso hace resaltar aún más sus ojos de cielo. Mis fantasías volvieron a florecer, todo lo que había vivido, hoy me dan ganas de cumplirlo de verdad. Tomarme un avión a España y hacer las locuras que hacíamos por cámara web en persona.

Pero además de eso, también me gustaría ser su compañera. Y si fuera de vida, mejor. Pero hay que aceptar que ciertas cosas no pueden cumplirse… no por lo menos en el futuro cercano. Y eso me mata de la ansiedad, y de la angustia.

Esperame, corazón. Un día nos veremos en persona y te voy a dar todo mi cariño. Sacarme las ganas de tí. Darte todos los abrazos y besos del mundo. Reírnos juntos. Pasear como dos enamorados (¿acaso sentirás lo mismo?) Mostrarte las cosas de mi ciudad y tú las tuyas. Sentirnos de verdad el uno al otro.

Te quiero, y sí, me da un poco de miedo decirlo. Pero es lo que me pasa. Te quiero y no dejo de pensar en tí. Si diez años después, nos volvimos a encontrar, por qué no pensar en que es posible abrazarte de verdad. Lo imagino. Lo presiento. Se cumplirá.

El Baño prohibido.

Era verano hacía mucha calor fuimos invitados a las afuera de la ciudad a una finca con piscina, fuimos con un amigo a disfrutar de una parrilla a la hora de almuerzo e invite a mi novia, día ideal para una ricas cervezas frias.

Llegamos había harta gente rico aroma a carne asada una buena piscina y una casa bien comoda para disfrutar la tarde.

Nos metimos a bañarnos a la piscina, mi novia con la cual llevaba poco tiempo de conocerla es alta, delgada pero con unas piernas bien trabajadas duritas y su piel morena la hace mas deseable, se puso un bikini que al salir dejo a todos los presente babeando, ella es linda pelo largo negro culito redondo en realidad es una delicia de mujer a sus 30 años, se cuida y se ve como quiere y lo más importante le encanta el sexo.

Mientras nos bañabamos en la piscina nos comenzamos a besar y abrazar eso mas el calor y el ambiente ademas del alcohol nos puso muy calientes.

Hasta que despues de mucho besarnos y tocarnos ella me dijo voy al baño sigueme..sin que te vean.

Mire alrdedor y como nadie nos veia la segui al baño ella estaba desnuda esperandome, de entrada me saque el short de baño y la ataque, nos seguimos besando y por el apremio que alguien nos sorprendiera y como ella estaba mojada por su alta exitación la pude penetrar enseguida.

Que maravilla como entro mi verga en su zorrita humeda y caliente.

Ella me pedia la follara mas y mas me pedía yo caliente como estaba le meti con fuerza una y otra vez mi tula hasta que ambos decidimos salir uno a la vez del baño por que sentimos gente afuera, salí yo primero y ella al rato.

Como nadie al parecer se dio cuenta eso pensabamos jaja, al rato volvimos al baño a terminar lo que habia quedado pendiente.

Y la culie bien rico ella apoyada en la muralla y yo detrás la penetre y se lo metí como a ella le gustaba gemía despacio para que no nos sorprendieran pero no fue suficiente ya que la dueña de casa nos pillo y nos pidio que nos fueramos de la casa.

Pero lo cogido y lo tomado no nos quita nadie jajaj

Todo empieza en qué habia terminado una relación de varios años y Decidí darme una nueva oportunidad con un chico, empezó todo normal y empezamos a salir, de inicio me daba igual solo era por no estar pensando en mi ex, pero con el tiempo empezó a conquistarme además que me gustaba bastante, y empezamos a tener encuentros cada vez más cercanos, uno de esos fue en su coche una vez en la noche cuando fue a dejarme a mi casa, después de salir a comer, le comenté que yo para que le gustaba, me dijo que para que fuera su novia, le dije que si y nos besamos bastante, al grado que empecé a sentir como me mojaba, como él no se animaba decidi empezar a sobar sobre su pantalón donde ya se notaba una ereccion, él empezó a sobarme las tetas y me mordía los labios yo no podía más , y me desabroche el pantalón el rápido metió su mano empezó a sobar mi vagina, no se ni cómo pero cuando me di cuenta ya tenía las tetas de fuera , no aguante Más y le dije quiero me cojas, el rápido encendió el coche y nos fuimos a un hotel , nada más entramos en la habitación y me empezó a besar otra vez yo estaba fuera de mi lo besaba y me apretaba contra el , me Acoste en la cama y rápido me quito el pantalón me puso boca arriba Y me quito la ropa interior , empezó a lamer mi vagina… yo no podía creer lo que estaba sintiendo me temblaba todo el cuerpo sentía su lengua dentro de mi y eso era increíble como me miraba cada que podía , sus manos en mis muslos.. su legua recorriendo desde mi ano hasta mi ombligo, después se levanto con la cara húmeda de mis jugos y empezó a besarme otra vez me encantaba el sabor de sus labios y de mi intimidad en eso empecé a sentir su verga rosándo mi entrada y punteando entre mi culo y mi vagina yo misma hacía movimientos intentando que ya me la clavara , mordia su y gemía me apretaba a él con brazos y piernas cuando sentí como lentamente iba ensartandome… no pude más y empecé a temblar el se dio cuenta y me la saco, solo me queje un poco senti una de sus manos en mi cuello abrí los ojos y me miraba fijamente , justo cuando iba a decir algo me la metió toda de golpe, ahhhh y me la saco de nuevo me miraba de muevo así sin moverse,yo le dije qué pasa me dijo quiero que me pidas que te coja , yo movía mi cadera para que me la metiera estaba muy agitada , anda pídeme decía, tome su pene y yo misma mi lo metí cojeme metemela!!! y asi otra vez la tenía adentro era tan dura grande perfecta no quería cambiar de poscision la quería dentro empezó a cojerme y se detuvo iba a ponerse un condon lo abrase con mis piernas y le dije no está vez quiero que te vengas en mi que llenes de tu leche estuvo así por más de 30 min hasta que se vació en mi despues nos quedamos dormidos …..

Fue una emboscada.

Jade se durmió cuando se suponía que debía estar alerta. Pero había sido un día particularmente duro buscando provisiones, y su hermano mayor ya estuvo de guardia durante la mayor parte de la noche. No quería interferir con el poco sueño que estaba durmiendo, ya que más de la mitad de la población había desaparecido.

En dos años, nunca tuvieron que despertarse para una pelea. Entonces, ¿cuál fue el daño de la dosificación?

Brian lo entendería.

Estaban a salvo … pensó.

No pasaría nada.

Además, solo cerraría los ojos durante unos minutos.

Pero no estaban a salvo. Y a medida que la hermana menor finalmente cedió a su estado de cansancio, solo tomaría unos minutos para que se desarrollara su peor pesadilla.

Dentro de las delgadas paredes de la apartada cabaña, Brian y Jade se despertaron con tres hombres flotando sobre ellos. Sin embargo, ninguno de ellos dijo nada. Los extraños simplemente miraron al hermano y la hermana, compartiendo la única cama vieja y crujiente que estaba disponible.

Brian no podía entender cómo entraron sin que Jade se diera cuenta, por eso la miró casi al instante.

La expresión de miedo y culpa en su rostro reveló lo que Brian más temía durante su tiempo de supervivencia. Estaban comprometidos. Debió haberse quedado dormida, aunque él no podía culparla. Como mujer joven que debería haberse graduado de la escuela secundaria en otra vida, no estaba comiendo bien. Estaba restringida a todo lo que pudieran encontrar sin poner en riesgo su seguridad.

No es que Brian estuviera en una condición más saludable. En su vigésimo cumpleaños, que celebraron en soledad y en secreto el mes anterior, se dio cuenta de que no era tan fuerte como debería haber sido. A pesar de que tenía un cuerpo bastante musculoso, no podía canalizar el poder detrás de él.

Y por mucho que quisiera enojarse con su hermana por la dosis, era más probable que los extraños se dieran cuenta de Brian y Jade ese mismo día. Y después de seguirlos en silencio, descubrieron la pequeña cabaña secreta que los hermanos usaban como refugio, dejándolos vulnerables de cualquier manera.

«Ella es una cosita bonita, ¿verdad chicos?» Dijo el más grande de los tres mientras miraba boquiabierto a Jade.

Seguro que lo es, Teddy. Ella también me gusta «. Respondió el segundo extraño. «Puedo comerla con una cuchara».

El tercer y más pequeño intruso no dijo una palabra. Tampoco sonrió. Ni siquiera parpadeó mientras su atención descendía hacia los pechos plomos de Jade, perfectamente capturados con una camiseta negra sin mangas.

Cualquiera estaría de acuerdo en que su belleza era la mayor maldición en ese momento.

Antes de que Brian pudiera siquiera pensar en hacer algo, los extraños revelaron sus armas y cuchillos. Estaban armados hasta los dientes y sus armas mostraban mucho desgaste. Ninguno de ellos tuvo problemas para usar el instrumento que tenían en las manos.

“Así es, chico lindo. Mantén tu trasero en esa cama si no quieres que se lo pierda «. Teddy instruyó a Brian. “Nadie necesita un héroe hoy. Solo buscamos divertirnos antes de salir «.

«Puedes llevarte todo». Ofreció Brian.

“Oh, planeamos hacer eso, hijo. Incluyendo a tu hermana pequeña aquí «. Teddy se agachó y agarró el brazo de Jade, pero Brian reaccionó instintivamente y le dio un puñetazo en la mandíbula.

Esto sacó a relucir un lado agresivo de Teddy, porque respondió con dos golpes propios, enviando a Brian al suelo. El resto de la pandilla siguió el ejemplo de Teddy y pateó a Brian donde cayó.

«¡No! ¡Para! ¡Por favor!» Jade empezó a gritar.

«¿Quieres que nos detengamos, princesa?» Teddy preguntó sarcásticamente antes de abofetearla en la cara y tirar de ella hasta los pies de la cama. «Después de que terminemos contigo, entonces nos detendremos». Dijo y la remató con un golpe en el estómago, lo que la hizo jadear dolorosamente en busca de aire mientras se inclinaba hacia adelante.

El grandullón continuó rasgándole la ropa con dureza, que fue cuando los demás redujeron su agresión. Les gustó lo que vieron y Brian ya estaba tosiendo demasiada sangre para detener algo.

Justo cuando Jade recuperó el aliento, Teddy sacó su polla y fue directo a su entrada virgen. Quería gritar, pero no tenía mucho sentido. El dolor era tan intenso que adormecía su cuerpo, salvándola de la gran virilidad que empujaba con fuerza y ​​atravesaba sus paredes.

«¡Oh, fóllame!» Teddy gruñó. «¡Ella es virgen!» Cuando se apartó, la sangre empapó su pene. Y la vista del rojo hizo que Teddy empujara más fuerte. Quería que cada estocada fuera tan dolorosa como la última. «Te voy a romper, princesa».

Brian levantó la vista del suelo con un solo ojo. Podía ver débilmente a Teddy abriendo las piernas de Jade y violándola. Pero cada vez que intentaba ponerse de pie, los otros dos empezaban a patear y a golpear. Incluso tuvieron que inmovilizarlo, donde se vio obligado a mirar.

Brian tuvo que presenciar el placer que Teddy obtenía al apuñalar repetidamente a su inocente hermana con tanta fuerza.

Tenía que estar atormentado por la expresión de Teddy cuando finalmente decidió correrse dentro de ella.

Desafortunadamente, la pesadilla no terminó ahí. Porque los otros dos todavía estaban frustrados y cachondos. Entonces, tomaron su turno para bajar sus pantalones y penetrar a Jade como si no fuera más que una muñeca para follar. Le sujetaron los brazos, la golpearon, la mordieron, le magullaron el cuello cuando la estrangularon y le arrojaron cuerdas sobre cuerdas de semillas calientes.

Durante al menos dos horas, se turnaron para liberar su frustración sexual. Y Jade siguió siendo el centro de su enfoque en todo momento. Fue la experiencia más horrible para ambos hermanos. Tan horribles, de hecho, suplicaron a los extraños que simplemente los mataran.

Pero Teddy y sus hombres disfrutaban más al ver sufrir a la gente. ¿Y cómo iba a sufrir alguien si ya estaba muerto?

“No, princesa. Matarte no es divertido. ¿Por qué desperdiciaríamos un coño tan dulce si podemos volver por más? »

Estas fueron las últimas palabras que dijo Teddy antes de reunir los pocos suministros que tenían Brian y Jade, luego se fue con sus secuaces cuando el sol comenzó a salir.

Pero se olvidaron de algo.

A través de toda la testosterona y la emoción de asaltar la cabina, Teddy dejó una pistola completamente cargada. Simplemente estaba tirado en la mesa de la esquina, esperando a que lo vaciaran.

Brian no estaba en condiciones de ponerse de pie, y mucho menos ir a por el arma y buscar venganza. Apenas estaba jodidamente consciente cuando el grupo de Teddy desapareció por la puerta principal. Pero a Jade, por otro lado, todavía le quedaba algo de vida. Y cuando vio el arma, su cuerpo reaccionó.

Como un soldado valiente y decidido sin nada que perder, se bajó de la cama y tomó la pistola. Después de comprobar la seguridad y el contenido de las balas, marchó en la misma dirección que Teddy.

Desnuda, herida y magullada, la joven pequeña la siguió. Quería que los cadáveres estuvieran lo suficientemente lejos de la cabaña, así que se quedó atrás cuando Teddy abrió el camino. Cuando Jade decidió que estaba lo suficientemente lejos, golpeó suave y rápido.

Ni Teddy ni ninguno de sus hombres podrían haber escuchado sus pies descalzos acercándola lo suficiente como para desatar tres disparos consecutivos, dos de los cuales les dieron en la nuca. Su tercera víctima tuvo una pequeña ventana de oportunidad para darse la vuelta, lo que dejó un desastre mayor.

Dios sabe que ella quería torturarlos. Quería infligir un dolor sin fin y dejarlos vivos para sentir cada jodido segundo. Pero las balas eran un bien que no podía permitirse desperdiciar. Tampoco podía darles la oportunidad de sobrevivir.

En lugar de disfrutar de su venganza, Jade recuperó automáticamente todas las bolsas que pudo llevar. Luego volvió a buscar el resto. Al final resultó que, entre los tres hombres muertos, había suficiente comida para unas dos semanas.

También estaba agradecida por las armas.

Dos pistolas, una escopeta, cinco cuchillos de caza y una generosa cantidad de balas estaban a su disposición. Es por eso que Jade tuvo que hacer un tercer y último viaje al bosque.

Cuando regresó con todos los suministros a la cabaña, inmediatamente atendió a Brian, quien todavía estaba acurrucado en la misma posición en la que Jade lo había dejado. Su pulso era débil y se estaba desvaneciendo. La muerte llamaba a la puerta.

Pero Jade se negó a abrirse.

En cambio, fue a buscar más agua de los manantiales aislados no muy lejos de la cabaña. Fue una de las razones por las que se quedaron en el lugar durante tanto tiempo, porque en momentos tan desesperados, necesitaban estar cerca de un suministro de agua.

A pesar de todo el dolor, siguió adelante.

Todo en lo que podía pensar era en hacer que Brian volviera a estar consciente.

Parte uno

Tres días después …

«¿Jade?» Brian murmuró por primera vez desde que lo golpearon hasta convertirlo en una pulpa ensangrentada.

El corazón de Jade saltó al escuchar la voz de su hermano. Sabía que había esperanza cuando lo ayudó a pasar la primera noche. Pero no se sabía qué daño hicieron Teddy y sus hombres, y si alguno de los daños sería permanente.

«Estoy aquí.» Jade corrió a su lado y le acarició el cabello. «Estoy aquí.»

La verdad es que se sentía culpable. Si no se durmió, podrían haber escapado. Por cada minuto que pasaba desde sus primeros tres homicidios, ella también quería pegarse un tiro. Cada vez que Brian se encogía de dolor mientras luchaba por su vida, aumentaba la culpa.

«¿Estás … estás bien?» Murmura con una boca notablemente seca.

«Sí, no te preocupes por mí». Jade tomó el agua de la mesita de noche y ayudó a Brian a tomar unos sorbos. «Me alegro mucho tu espalda».

«Gracias a ti.»

Jade estaba al borde de las lágrimas, pero se contuvo. Ella se las arregló tan bien hasta ese momento. No se quebró ni se derrumbó todo el tiempo que tuvo que funcionar sola. Pero cuando Brian la atrajo hacia su pecho con un brazo débil y dijo: «Siento mucho no poder protegerte, hermana». Fue entonces cuando se rindió a sus emociones.

Ella comenzó a dejar escapar todos sus sentimientos surgidos con lágrimas después de más lágrimas. Y Brian seguía diciéndole cuánto lo sentía. Cómo debería haber podido hacer algo.

«Hiciste todo lo que pudiste». Jade se rió disimuladamente. «Eso es todo lo que necesito.»

Durante un tiempo, disfrutaron en silencio de la compañía del otro. Jade mantuvo su cabeza en el pecho de Brian mientras él suavemente peinaba su largo cabello oscuro con sus dedos.

«No podemos quedarnos aquí». Finalmente rompió el reconfortante silencio. «Van a volver».

«No, no lo hacemos». Jade se puso de pie y sacó algo de una de las bolsas que sacó del cadáver de Teddy.

Era una barra de chocolate, que estaba mareada por presentársela a Brian. «Comer hasta. Hay más.» Dejó caer la golosina azucarada en las manos de Brian antes de sentarse a su lado.

Como algo así como un adicto al chocolate antes de que ocurriera la gran tragedia, Brian estaba ansioso por tomar un bocado. Pero mantuvo la compostura el tiempo suficiente para preguntar de dónde venía. Y por qué estaba tan segura de que Teddy no volvería.

«Solo confía en mi.» No se atrevió a revelar la verdad. Todavía no, al menos. “Además, tenemos cosas más importantes de las que preocuparnos. Como hacerte sentir mejor «.

«Hemos tenido un buen comienzo». Brian se tomó su tiempo para disfrutar de cada bocado de la barra de chocolate. «Dios, esto sabe increíble».

Jade estaba deseando ver a Brian sonreír de nuevo. Era todo en lo que podía pensar durante los últimos tres días. Y cuando lo hizo, fue más gratificante de lo que pensó que sería.

«No soy el único que resultó herido, ¿sabes?» Brian dijo mientras se concentraba en los moretones de Jade. Y se inclinó torpemente hacia adelante para tocar las marcas en su cuello. «Voy a matar a esos imbéciles».

A Jade todavía le costaba recordar lo que le habían hecho. Aceptarlo todavía era demasiado difícil. Así que tomó la mano de Brian y se la llevó a los labios. Luego lo besó antes de acunar su mejilla en su palma.

«Estoy aquí. Estoy a salvo. Entonces no necesitas hacer nada ahora, hermano mayor. Es mi turno de cuidar de ti «.

Por primera vez durante su pesadilla, Jade notó la transición por la que pasó. En unos días, pasó de ser una niña dependiente a una mujer autosuficiente. Incluso podría apretar el gatillo si fuera necesario. Algo que siempre tuvo miedo de hacer. Odiaba las armas incluso después del apocalipsis creado por el hombre. Pero estaba empezando a apreciar la rapidez con la que podían resolver un problema.

Y Brian no podría haber estado más orgulloso.

Vio lo que ella sintió. A pesar de la situación negativa, superó todos los desafíos.

“Realmente no me importa. Estoy en buenas manos «.

Tan complicada como era la situación, Jade estaba realmente feliz por primera vez en años. Aunque, no hizo que los recuerdos oscuros fueran más fáciles de procesar. Iba a necesitar mucho para superar lo que ambos soportaron. Pero Jade estaba lista. Y de alguna manera… liberado.

“Te voy a preparar algo de comer. Entonces vas a dormir un poco más «. Ella insistió.

«Pero-»

«Sin peros. Te quedarás en la cama al menos unos días más «.

«Jade», Brian se puso incómodo.

«¿Qué?»

«Realmente necesito orinar».

«Oh por supuesto. Por supuesto. Dejame ayudarte a levantarte.» Jade hizo todo lo posible para no hacer un gran escándalo por ayudar a su hermano a orinar. Y cuando él luchó por mantenerse en pie, estaba claro que ella tenía que esforzarse más. Su pierna izquierda no estaba fracturada, pero estaba gravemente herida. De hecho, a Brian le resultaba casi imposible mantenerse firme. Al igual que tenía problemas para doblar o levantar el brazo izquierdo.

Con gran problema, Jade lo ayudó a salir de la cabaña. Pero no podía soltarse sin que él perdiera el equilibrio, lo que significaba que tenía que quedarse.

«Vas a cerrar los ojos por esto, ¿verdad?» Brian preguntó nerviosamente.

«No hay problema.» Respondió Jade mientras cerraba los ojos. La verdad es que ella ya vio casi todo lo de Brian cuando lo mantuvo limpio durante su coma leve. Y aunque no lo admitiría, se sintió intrigada por su hombría.

Ella no se centró en eso. Pero cada vez que lo desnudaba, los baños se alargaban. El último día antes de que se despertara, lo bañó dos veces.

Brian tardó unos minutos, pero finalmente logró hacer sus necesidades con su hermana enganchada debajo del brazo. Luego regresaron con dificultad a la cabaña, donde volvió a dosificarse fácilmente después de comer.

Sabía que habían sobrevivido a unos días oscuros gracias al coraje de Jade. Y es por eso que todavía tenía la esperanza de que algo mejor los esperara en el futuro.

Jade le dio una razón para despertar.

La segunda parte

Jade estaba acostada junto a su hermano dormido en la cama, escuchando la lluvia que comenzó durante la noche. A ella siempre le gustó la lluvia. De alguna manera la hacía sentirse segura. Y con una mezcla de contenido y esperanza recién descubierta, se acercó a Brian y lo rodeó con el brazo. Anhelaba el contacto físico a pesar de lo que había pasado recientemente, y sus intenciones eran inocentes.

El calor del cuerpo de Brian inspiró a Jade a bajar la guardia, haciéndola moverse aún más cerca, hasta que estuvo casi a medio camino encima de él. No podía entender de dónde venía su extraño deseo. Pero estaba ahí. Y cuanto más se presionaba contra Brian, más fuerte se volvía el deseo.

A pesar de que era lo último en lo que quería pensar, los pensamientos sexuales comenzaron a aflorar. Especialmente después de que ella lanzó suavemente su pierna sobre el área de la ingle de Brian, donde pudo sentir su virilidad abultada contra su muslo interno.

Su hermano todavía no se despertó. Pero su cuerpo estaba reaccionando. Sus instintos naturales de ponerse duro bajo la suave presión de la pierna de Jade no pudieron evitarse.

Y cuando Jade notó la erección desde el interior de sus pantalones cortos, la animó.

Suavemente, movió su muslo hacia arriba y hacia abajo, mientras colocaba gradualmente su pelvis en un lugar donde pudiera raspar contra la parte superior de la pierna de Brian. Al mismo tiempo, presionó sus pechos contra su pecho. Quería sentir los latidos de su corazón escalar con los de ella. Jade se dio cuenta de que lo que hizo estuvo mal en muchos niveles. Pero las cosas cambiaron drásticamente en muy poco tiempo. Y no podría detener su transformación, incluso si quisiera.

Con Brian aún sin mostrar signos de despertarse, Jade gradualmente tomó riesgos mayores. Porque la erección que palpitaba debajo de su muslo no se hacía más pequeña. En cambio, se puso tan difícil que Jade podría compararse con una barra de hierro.

La puso tan cachonda que intensificó el movimiento rechinante de su pelvis. Cada segundo que pasaba le daba ganas de secar la pierna de su hermano cada vez más. Pero no fue lo suficientemente gratificante. Jade quería más intensidad. Más fricción.

Contacto más inapropiado.

Entonces, con mucho cuidado de no molestar a su hermano dormido, se quitó la ropa interior y se subió encima de él. Luego se deslizó por la parte delantera de sus pantalones cortos para revelar su músculo bastante grande.

Su pulso se aceleraba a un máximo histórico. No podía creer lo que estaba haciendo. Teniendo en cuenta que fue violada una semana antes y que Brian era su hermano, no debería haberse sentido tan natural.

Pero lo hizo.

De hecho, la sensación de la dura polla de Brian pulsando entre los labios de su coño fue estimulante. Ella no lo hizo penetrar. Pero ella abrió su raja arriba y abajo de la superficie de su virilidad, dejando pequeños rastros de sí misma a lo largo de las curvas y las venas.

Jade clavó las uñas en el colchón para desahogar algo de su frustración sexual. Porque se hizo cada vez más difícil mantener la fricción suave e imperceptible. El solo hecho de controlar su respiración agitada resultó ser un desafío. Con cada golpe, estaba tentada a deslizar a Brian dentro de ella.

Sin embargo, antes de que Jade pudiera convencerse a sí misma de seguir adonde la llevara su lujuria, Brian abrió los ojos.

«¿Jade? ¿Qué estás haciendo?» Aturdido y confundido, preguntó Brian mientras miraba la imagen extrema de abajo.

«No te enojes, ¿de acuerdo?» Ella respondió mientras se congelaba en su posición. «Solo estaba … probando algo».

Brian no estaba ciego a la belleza de su hermana. Incluso durante los momentos más deprimentes, su bonita sonrisa podría hacer que él se iluminara de nuevo. Y aunque en secreto había fantaseado con ella, se convenció a sí mismo de que eran sus circunstancias. Fue toda la presión por sobrevivir sin ninguna ayuda externa lo que lo obligó a tener pensamientos sucios sobre Jade. Al menos, eso es lo que se dijo a sí mismo.

«Creo que deberías parar». Brian dijo con un alto grado de conflicto, porque había pasado un tiempo desde que experimentó alguna interacción sexual. Y el cuerpo deslumbrante de Jade no hizo que fuera más fácil decir que no.

«¿Qué? ¿No te gusta lo que estoy haciendo? Jade lentamente comenzó a balancear sus caderas de nuevo, pero Brian rápidamente se sentó y la agarró por los costados en un intento por detenerla.

“¡Jesús, Jade! ¡Para!»

La forma en que Brian se asustó dejó una expresión hiriente en el rostro de Jade. Casi como si no supiera qué estaba haciendo mal.

“Mamá y papá no pueden entrar con nosotros, ¿recuerdas? Y no es que quede mucha sociedad para juzgarnos «.

«Pero sabemos mejor».

Jade se tomó unos segundos para digerir lo que dijo Brian antes de abofetearlo en la cara.

«¡Oye!» Brian no podía creer lo que hizo Jade, solo para hacerlo de nuevo. «¿Que demonios?» Exigió saber. Pero Jade respondió con un tercer golpe que dolió más que los dos primeros.

Sus intenciones de enojar y excitar a Brian provienen de la misma fuente inexplicable que la inspiró a frotar su coño mojado a través de su polla. Y obtuvo la reacción que quería cuando Brian la agarró de las manos, la tiró y la inmovilizó contra la cama.

«¿Qué está pasando contigo?» Su hermano exigió saber.

«¿No me quieres?» Su voz era tensa pero sensual.

«¡No! ¿Por qué piensas eso?»

En lugar de dar una respuesta, Jade movió la parte inferior de su cuerpo con el pequeño espacio que Brian le dio, recordándole que su polla todavía estaba dura sobre su pelvis. Pero estaba demasiado asustado para soltar las manos de Jade.

«Estaba dormido.» Trató de defender su erección.

Vamos, Brian. ¿No te mueres por sentir un coño? » La personalidad de Jade se estaba volviendo cada vez más extraña a cada segundo. Incluso la forma en que habla sonaba completamente fuera de lugar.

«Sé cómo se siente el coño». Brian estaba enojado e impaciente porque no sabía cuánto tiempo sería capaz de resistir la tentación. Él de todas las personas sabía lo atractiva que era Jade. Pero sentir su piel desnuda contra la suya le hizo cuestionar el único estándar moral que logró mantener durante los últimos dos años.

«No sabes cómo se siente mi coño». Jade aprovechó las grietas de la estrategia de resistencia de Brian. “Al menos pon la propina. Y si no te gusta, puedes retirarte «.

Fue el turno de Brian de permanecer en silencio. La tentación era simplemente demasiado abrumadora, aunque su moral no se fue sin luchar, lo que lo hizo congelar sobre Jade.

“No estoy diciendo que debas escribir un libro sobre el, Brian. Jesús. Solo pon la propina «. Jade no se estaba echando atrás. Y ella no dejó de moverse debajo de él. Especialmente la parte inferior de su cuerpo.

Entonces Brian espetó.

Agresivamente, se agachó para navegar con su polla hacia la entrada de su raja húmeda. «¿Es esto lo que quieres?»

Cuando la cabeza de su músculo rompió los apretados labios vaginales de Jade, ambos pudieron sentir instantáneamente el nuevo nivel de calor. Su gran músculo llenando su pequeño espacio creó la presión más celestial a la que Brian ya no podía decir que no. La pelea había terminado, y Brian enfureció aún más que perdiera.

Sin pensarlo, se empujó dentro de ella mientras la inmovilizaba de nuevo. No había nada amable en la forma en que penetró a su hermana. Y en cierto nivel, quería castigarla por llevarlo al límite de la forma en que ella lo hizo.

Jade jadeó en respuesta mientras cerraba sus piernas alrededor de la cintura de su hermano. Definitivamente fue doloroso. Pero también hubo mucho placer involucrado. No sintió el mismo placer cuando perdió su virginidad con lo que obviamente era un violador en serie.

Brian siguió mirándola a los ojos a través de la embestida pesada y deliberada. Ninguno de los dos dijo una palabra, pero no fue necesario. Se dio cuenta de que le gustaba por la forma en que lo atrajo con las piernas. Y Jade sabía que a Brian le gustaba porque su polla solo se endurecía dentro de ella.

Entonces, continuaron follando hasta que ambos comenzaron a jadear de anticipación. Cuanto más intenso se volvía, más duro y rápido se hundía Brian en su suave pendiente.

«Brian», gimió Jade. «Creo … creo que lo soy», sus palabras se perdieron cuando un orgasmo atravesó su cuerpo. Fue como si una poderosa oleada de electricidad entrara en su coño y usara su columna vertebral para ir directamente a su cerebro.

Ruidos que nunca había hecho antes escaparon de sus labios cuando Brian comenzó a descargar su semilla caliente. Las gruesas cuerdas de esperma salieron generosamente de su miembro, haciéndolo contraerse encima de Jade como nunca antes había tenido relaciones sexuales. Fue una sensación magnífica que sabía que extrañaba.

Pero Jade también tenía razón en algo.

Su coño era el mejor.

Durante el clímax, se sintió como si el tiempo se detuviera para los dos hermanos. Y ambos suplicaron inconscientemente que ese sentimiento especial permaneciera unos segundos más. Pero después de que Jade finalmente pudo respirar normalmente, y la polla palpitante de Brian llenó por completo su raja empapada, la realidad de su situación regresó.

No se suponía que las cosas fueran así.

Tercera parte

«¿Me ignorarás para siempre?» Le preguntó Jade a Brian mientras sacaba un durazno maduro de uno de los varios árboles frutales de la zona.

Los suministros se estaban agotando y Brian se negó a permanecer postrado en cama por más tiempo. «No te estoy ignorando.»

«Bueno, no has dicho nada desde que tuvimos sexo».

«Tal vez sea porque el sexo nunca debería haber sucedido».

Sus frías palabras hicieron que Jade se asustara. Dios, Brian. ¿Cual es el problema? Así que follamos. Si no lo ha notado, no hay mucho más que hacer. Sin mencionar que nuestras opciones son limitadas. No es que nos vayamos al infierno, porque ya estamos allí. ¡Mira a tu alrededor! »

“Nuestra situación no justifica nuestras acciones”.

“Al diablo con tus justificaciones, ¿de acuerdo? Y que te jodan por juzgarme «. Jade se volvió enojada y regresó a la cabaña.

Fue entonces cuando Brian se dio cuenta de que estaba siendo demasiado duro. Porque ninguno de los dos podría haberse preparado para ser impulsado a una realidad donde todo se siente perdido. Y desde que lo perdieron todo, solo se tenían el uno al otro.

Él simplemente no podía arriesgarse a perderla también.

«¡Jade! ¡Esperar!» Hizo todo lo posible por correr tras ella dadas sus heridas.

Pero cuando la alcanzó y la agarró del brazo, ella no dudó en golpearlo y seguir caminando.

Determinado a no perder los estribos como la última vez, Brian intentó detenerla de nuevo, solo para ver su mano balanceándose en su rostro de nuevo. Mientras tomaba su mano antes de que golpeara su mejilla, giró a Jade y la tiró de cara al suelo.

Intentó levantarse, pero Brian no se lo permitió.

En cambio, la inmovilizó, casi como lo hizo la noche anterior. «Será mejor que dejes de pegarme». Le advirtió mientras le sujetaba las manos detrás de la espalda baja. «¿Me escuchas?»

«¡Vete al infierno!» Jade gritó y luchó por romper el agarre de su hermano. Pero no tenía mucho sentido. No mientras usara la mayor parte de su peso para mantenerla en el suelo.

«Quería decir que lo siento», explicó Brian mientras usaba su mano libre para levantar el vestido de Jade. «¿Pero ahora? Ahora creo que solo estás tratando de enojarme «.

«¡No me importa! ¡Bájate, Brian! ¡Estas hiriendome!» Jade siguió luchando, aunque no tenía mucho sentido. Brian ya le había bajado la ropa interior y estaba ocupado desabrochando sus desgastados jeans.

Y cuando sacó su polla, ya estaba en posición de firmes.

«¿Es esto lo que quieres, hermana?» Brian no mostró piedad cuando empaló el coño de Jade y forzó a abrir sus paredes rosadas. «¿Quieres que te folle como a un perro?» Su voz sonaba como si estuviera poseído por la lujuria.

Estaba poseído.

Jade no dijo nada, pero gritó y gimió. Y le hizo muy difícil a Brian mantener las manos entrelazadas a la espalda. Incluso apretó sus paredes rosadas en defensa, lo que hizo que su hermano usara fuerza extra para profundizar.

Brian no podía creer lo apretada que estaba. Tampoco pudo hacer las paces con lo bien que se sentía su carne cuando apuñaló y empujó … como un perro.

«¡Estas hiriendome!» Jade lo intentó una última vez.

Pero Brian no estaba escuchando ni prestando atención.

Estaba demasiado envuelto por sus suaves nalgas, y cómo amortiguaron el impacto de los golpes que le dio. Su piel satinada por sí sola podría convertir a un hombre en adicto a su toque, junto con sus labios perfectos y cabello oscuro. Pero la excitación de su coño envuelto alrededor de su palpitante polla fue la guinda de todos los pequeños placeres que estaba experimentando.

Si la intención de Jade era obsesionar a Brian con ella, lo consiguió. Porque donde pudo controlar su frustración sexual, no se atrevió a pensar en otra persona que no fuera su hermana.

Así que siguió empujando. Más difícil. Más rápido. Más adentro. Y no se detuvo hasta que su polla estalló como un volcán dentro de Jade.

Gruñó de placer extremo durante el clímax forzado, mientras Jade jadeaba por aire en la tierra. Brian estaba tan abrumado que no podía haber notado que Jade tenía un orgasmo propio. Y todo en lo que podía pensar después de retirarse era en la culpa de lo que acababa de hacer.

Había violado a su propia hermana.

Lo peor es que le gustó.

Sintiéndose absolutamente disgustado consigo mismo, Brian se levantó, se metió la polla empapada en los pantalones y comenzó a caminar de regreso a la cabaña. No podía mirar a Jade a los ojos, y mucho menos ayudarla a ponerse de pie.

En cuanto a Jade, estaba disfrutando del éxito de su estrategia. Mientras yacía inmóvil en el suelo, repitió los últimos diez minutos una y otra vez. Cómo absorbió a Brian en su juego, y cómo se enamoró de él exactamente como ella quería, le dio la más profunda sensación de satisfacción. Y le encantaba la sensación de su semen goteando de su coño.

Pero hubo una sorpresa esperando a la joven cuando finalmente se puso de pie y siguió a Brian. Una sorpresa que cambiaría la vida tal como la conocían … de nuevo.

Al llegar a la cabaña, vio a Brian hablando con un grupo de extraños.

Extraños amigables que no parecían sospechosos ni peligrosos.

Cuando Jade se acercó, notó que dos individuos le parecían muy familiares. Más específicamente, los individuos se parecían exactamente a sus padres. Y en el momento en que supo que era su padre de pie cara a cara con Brian, una imagen mental de ambos violándola pasó por su cabeza …

* The End *

Martes de encuentro como tantos días!!! Los dos agotados despues de un día largo de trabajo!!!

Martes de agosto sin frío, un clima tropical invade el ambiente!!!

Dejamos el mate de lado, y la charla comenzo compartiendo unas latas bien frías de cerveza!!!

En el comedor silencioso de mi casa solo se escuchaban nuestras voces. Temas nunca faltan, desde política, energía, familia, nostalgías, anécdotas, hijos, nietas…

un cruce de miradas lascivas dio el quiebre pasa comenzar a besarnos desaforadamente, como quien se despide por un largo tiempo, fue cuando las manos apasionadas recorrian el cuerpo del otro, descubriendo la erección de hugo y la humedad entre mis piernas!!!

No tardamos mucho en llegar a la cama, donde sin respiro nos despojamos de la ropa y la vergüenza!!!

Dimos rienda suelta al deseo, sin dejar de hablar groserias, escuchando por momentos si alguien osaba llegar a interrumpir ese instante exquisito, besos caricias y sentir el calor compartido por ambos cuerpos sedientos de placer!!!

Miradas complices, mordiscos en el lugar preciso…mi boca institntivamente lamio, saboreo tu pene sin reparos… las posiciones sucedian con total naturalidad…mis gemidos resonaban en la habitación… mis piernas abiertas esperando recibir tu miembro y sus embestidas… termine encima de ti cabalgando a un ritmo desenfrenado…

y en ese preciso momento cuando ya el placer no podia ser más…. Tusemen lleno mi sexo y mis orgasmos acompañaron…

casi sin aire… tratando de regresar a la calma y deseando más de lo mismo, fuimos volviaendo a la realidad… extasiados!!!

Sofi llego con su desparpajo de siempre y su humor…

nosotros cual si hubiesemos rezados, calmos, compartimos la charla por un rato y nos despedimos como de costumbre con un beso y un te amo…

y la sorpresa fue cuando dispuesta a dormir despues de tanto… senti un deseo inrefrenable que me inundaba… sin pensar ni por un segundo mis manos especialista y precisas se dedicaron a darme más placer… ahogando los gemidos… volvi a mojarme entre espasmo y espasmo… no pude resistir saborear de mis dedos mis fluidos llenos de pecado!!!

Ahora si estaba lista para dormir!!!

Me acomode sin más y entre en sueño profundo!!!

Hace pocos días quedé en la casa de una mujer diez años mayor que yo y que había conocido esa misma semana en las oficinas de mi trabajo porque nada más vernos se prendió una llama en nuestros ojos que nos hacía devorarnos e imaginarnos desnudos tan solamente mirándonos. Así que fui a su casa y cuando me abrió la puerta me recibió desnuda, con los duros pezones rosados de sus caídos aunque enormes senos apuntándome al pecho y con su carnosa vagina húmeda de labios colgantes gritándome sensualmente que quería todo de mí, y nada más cerrar la puerta se abalanzó sobre mi cuerpo y empezó a morderme suavemente el cuello a la vez que me bajaba el pantalón y la ropa interior. Yo la ayudé quitándome la camiseta mientras la agarraba bien fuerte de esas nalgas perfectas del culo más bonito que había visto en mi vida, y una vez que me tenía todo desnudo cayendo su saliva desde mi boca hasta mi ombligo y desde mis pezones hasta sus pies, me llevo a su cama y cogiéndome de la cabeza me puso contra su coño, por lo que yo, instintivamente abrí mi boca para comerme tan exquisito alimento. Después de lamer todo su orificio hasta quedar mi lengua atrapada dentro de él, la subccioné el clítoris pasándomelo por la boca como si fuera un cepillo de dientes hasta acabar con la boca llena de sus jugos vaginales. Se corrió de una manera tan bestial que me salpicó toda la cara, haciendo que quisiera no lavármela nunca más para dejármela siempre así. Y antes de tragarme todo lo que ella había expulsado de placer en mi boca, me pidió que la besara, quería que compartiera el sabor de su coño con ella, y así lo hice, la bese pasándonos su corrida de una boca a otra hasta tragarnos todo. Y cuando ya no quedaba más en nuestros labios, limpié su vagina con mis dedos y se los restregué en la boca hasta dejársela toda cubierta, y empecé a chuparla los labios como si fueran los de su vagina hasta dejárselos bien limpios. Acto seguido me tumbó boca arriba y empezó a comérmela, comenzó lamiéndome el pene desde los huevos hasta el glande, pasando su lengua de arriba abajo sin parar, luego detuvo la punta de su lengua en la rajita del glande y empezó a apretarla el círculos como si quisiera tenerla dentro de mi polla hasta que acabó metiéndosela toda en la boca. Hubo un momento en que se metió hasta los testículos, pero se escapaban de sus encías golpeándola la barbilla. Era increíble su capacidad de hacer su boca pequeña tan grande. Se pasaba el glande desde el paladar hasta su garganta mientras me apretaba bien fuerte el tronco con sus labios y me lo lamía con su lengua como si la faltarán bocas para comérmela. Estaba tan guapa con mi polla en su boca que puedo jurar que era la mujer más bonita sobre la Tierra. Y fue entonces cuando exploté de placer siendo ahora ella quien se llenaba la boca. Pero después de correrme ella seguía comiéndomela, y a pesar de sus atragantos no se la sacaba, prefería mi polla a respirar, mi placer a su vida, y he de confesar que fue el acto más romántico que en la historia de la humanidad haya habido. Y cuando ya se la sacó después de haberse tragado hasta la última gota de mi leche, la comí la boca con los últimos restos pegajosos que quedaban de mi polla y la declaré mi amor porque sabía que nunca nadie me iba a querer como me quiso ella esa tarde. Y así fue como empezó esta bonita relación.

 

Escrito por Javier López Cazalla