Dominación

Ese verano comenzó con un mes de junio tórrido, muy caluroso y extremadamente agobiante, porque de lunes a viernes mi novio trabaja, mis mejores amigas también trabajan, mis amigos se vuelven vagos y no salen hasta que se va el sol por la calor, y yo, que había acabado la universidad, me quedaba muchas horas aburrida sin hacer qué hacer.

Un entretenimiento fue ir a la playa, ya que me queda relativamente cerca del piso donde vivo con mi novio. Apenas son cinco esquinas, y mi trozo favorito es cercano a un espacio donde hay unas instalaciones para hacer deporte. Allí acuden chicos y chicas para hacer pesas y gimnasia al aire libre y gratuita, y hay muchos chicos que se lo toman muy en serio, porque veo bastantes chicos que están espectaculares, con unas abdominales y unos músculos marcados y definidos, atléticos, sin llegar a ser esos globos hinchados con las venas que parecen que le van a estallar.

Desde mi rincón en la playa los veo a unos cincuenta metros de distancia. Me distraen, y de paso disfruto del paisaje varonil, y un día, a mediados de junio, ya tostada y morena de tanto sol, decidí acercarme hasta ellos. Fui luciendo mi sexy bikini negro, toalla en mano, discreta mochila, y lo hice porque me apetecía meterme en el ambiente y hacer un poco de deporte.

Estaba yo mirando cómo iba el cacharro de una máquina cuando se me acercó un chico guapo en el que ya me había fijado, treintañero, alto, de pelo muy corto, muy bronceado y cuerpo atlético con unos músculos muy bonitos y definidos.

“¿Te enseño cómo funciona?” – me dijo amable y simpático.
Así comenzó la charla el primer día. Me dijo qué músculos se trabajan, cómo he de ponerme, cuántas veces he de repetir el ejercicio, y yo obedecí a rajatabla todo lo que me dijo. Me comentó que se notaba que yo tenía interés, y entre risas y bromas le respondí que soy bastante sumisa. El chico se rio, y durante media hora estuvo haciendo deporte con él.

Al día siguiente volví al área de deporte, impaciente por recobrar el entreno con ese chico, porque reconozco que físicamente sentía atracción por él. Realmente era muy atractivo.

“No sabía que vienes cada día” – le comenté disimulando en tono de sorpresa.
El chico me comentó que es un adicto al deporte, que se cuida mucho, y que le encanta estar en forma, y la verdad es que tenía toda la razón. Lo demostraba con su físico maravilloso.

Le dije que me apetecía hacer glúteo, y el chico me indicó una serie de ejercicios para poner el culo duro. La verdad es que no me hace falta nada de ejercicio de culo porque tengo unas nalgas prietas y muy estilizadas, también porque soy una chica delgada que me gusta andar y la comida sana. Era simplemente una excusa por ver si salía algo de erotismo en la conversación.

Lo cierto es que los ejercicios eran exigentes. En el cuarto ejercicio ya iba yo casi quejándome, y en un momento del entreno le dije que me motivara, que por algo era entrenador.

“Obedece, sumisa” – dijo entre risas, anotando que yo había ido lo de que era muy sumisa.
“Sí, Amo” – le respondí, y entre risas también dije que es cierto, que sí lo dije ayer.
El juego de roles fue apareciendo a intervalos durante toda la tarde, y cada vez que hacíamos el papel me recorría el cuerpo un escalofrío de emoción y excitación, y al despedirnos la mirada desprendía un clima caliente y de deseo entre ambos.

Llegué a casa, y le expliqué todo a mi novio, que también es sumiso, muy pasivo, y le gusta el rol de cornudo. Le dije que el chico era guapísimo, le conté el rollo que nos habíamos creado de Amo y sumisa entrenando, que era excitante, musculoso, que me encantaría ser su sumisa, y le dije que tenía que conocerlo, porque además es muy simpático y agradable.

Vino a la playa el viernes siguiente, dado íbamos a ir de fiesta después y cenar fuera de casa. Llegó ya con la noche caída, y nos encontró charlando en la orilla de la playa. Yo vestía un bikini blanco muy sensual y pequeño que adornaba mi figura de pecho firme y cintura estrecha, y el chico llevaba un pantalón de deporte, con el torso desnudo.

Los presenté, se saludaron, y apenas llevábamos cinco minutos hablando de deporte y entrenos que mi novio le preguntó qué tal es en sexo. Yo me quedé parada.

“Soy muy bueno” – respondió sonriendo y tímido.
Entonces mi novio le explicó todo. Le contó lo que yo había dicho, que lo veía guapísimo, que quería una aventura erótica con él, y que me gustaría ser su sumisa.

“no le hagas caso, es un bromista” – me salió a mí de respuesta.
Mi novio insistió en que lo había dicho de verdad, que lo decía en serio, y le contó mis gustos, que me gusta que me impartan disciplina, que sean Amos severos pero educados, muy activos sexualmente, que me castiguen, que me tengan atada, y me vuelvan loca de placer. Le contó que en el dormitorio tenemos cuerdas a montones, mordazas, capuchas, vibradores, fustas, pinzas, y le dijo dónde estaban.

“Eso no se cuenta”- maticé yo asombrada.
Entre mi novio y él se cruzaron una mirada y sonrisa cómplice, y acto seguido el chico tomó las riendas del juego. Se puso en pie, me miró perversamente, y al mirar yo hacia arriba por ver qué hacía me dijo:

“Mira al suelo, sumisa”.
Me quedé petrificada unos segundos, pero rápidamente sonreí, seguí la corriente del juego, y agaché la mirada a la arena de la playa.

“No hablarás si yo no te doy permiso, ¿lo entiendes? Y esto es una conversación privada entre tu novio y yo” – me amonestó.
“De acuerdo, me quedaré callada” – dije.
“¡Vaya! Te hace falta mucha disciplina. Responde sólo con Sí Amo, y no digas ni una palabra, ¿entendido?” – y por primera vez dije “sí Amo”.
“Necesitas mucha disciplina. Ponte de rodillas, sumisa” – y yo, que estaba sentada, corregí mi posición, y me puse de rodillas cabizbaja.
“No me mires. No mires a tu novio. No mires a nada ni a nadie. Mirada al suelo, y callada”, y yo, sumisa, obedecí.
Mi novio empezó a recoger mis cosas, mi toalla, la ropa, las zapatillas, mientras yo seguía sumergiéndome en mi rol de sumisa, de rocillas, quieta, inmóvil, callada y mirando al suelo.
Al acabar de recogerlo, el chico me ordenó levantarme, con la mirada todo el rato inclinada al suelo. Me ordenó coger mi mochila, y vistiendo sólo el bikini tanga y descalza nos fuimos camino de casa.
Obediente y cumplidora, llegamos al portal de mi casa. Yo estuve todo el rato callada y cabizbaja mientras mi novio y él hablaban sin tapujos de mis gustos sexuales. El capullo de mi novio le desveló todos mis secretos, mis fantasías favoritas, y lo que hacíamos.

“Eres una sumisa muy viciosa” – me dijo el chico cuando se abrió el umbral de la fachada.
Subimos a la tercera planta, y sólo entrar en casa me puso de cara a la pared, brazos abiertos levantados, palmas apoyadas en la pared, y piernas muy abiertas, en la posición de cacheo o de prisioneros de guerra.

“No te muevas”.
Durante unos minutos me quedé sola e inmóvil mientras él y mi novio recorrían el piso y las habitaciones. Volvieron unos cinco minutos después, y yo seguía en la misma posición, estática como una estatua.

“hazle disfrutar duro” – le dijo mi novio, y despidiéndose de mí con un beso me dijo que se iba de fiesta solo, y me dejaba en sus manos.
Yo aún estaba bajo el impacto de su frase cuando sin demora recibí el primer azote en las nalgas. A pesar de llevar el bikini tanga puesto, noté el azote, porque es un bikini minúsculo que descubre todo el culo menos la raya.

Cuéntalos y di Amo” – me ordenó el chico, y yo dije de inmediato “uno, Amo”.
Me dio un segundo azote, y dije, “dos, Amo”.

Justo entonces hubo una breve pausa. Mi antifaz favorito de tela gruesa y elástica se puso en mis ojos, y con los ojos vendados, sin ver absolutamente nada, reanudó los azotes.

“Tres Amo” – dije.
“Cuatro Amo” – añadí.
En el quinto oí la puerta del piso abrirse, y el sonido del azote se escuchó hasta la puerta del ascensor.

“Cinco Amo” – dije con tardanza porque me había despistado.
“Mal, sumisa” – me abroncó – “te has retrasado. Pídeme perdón”.
“Perdón, Amo” – y como castigo me impuso volver a empezar de nuevo la tanda de veinte azotes.
Contaba yo por el octavo, “ocho Amo”, cuando oí las llaves de mi novio salir y la puerta cerrarse.

“Nueve Amo” – conté temblorosa.
Me quedé sola. Saberme en soledad me excitó brutalmente, y al llegar al veinte me ordenó darle las gracias por parar y por regalarme los azotes.

“Gracias Amo”.
Mi culo ardía. Debía de estar rojo como un tomate, y notaba como si quemara. Seguía sin moverme, sin abandonar esa posición morbosa, y sentí mi collar de sumisa cerrarse en mi cuello.

“A cuatro patas”.
De inmediato lo hice.

Quieta, perrita. Espera a que te llame”.
Al final del pasillo, ya dentro del comedor, oí la voz del Amo.

“Ven aquí, perrita”.
Anduve a cuatro patas y a ciegas hasta llegar a la puerta del comedor. Me colocó la correa del collar, y un tirón me indicó hacia dónde debía de girar.

“Vamos, perrita” – y yo seguí la dirección y el ritmo que me marcaba.
“Eres una perrita muy bonita y sumisa” – me dijo.
La ceguera de la venda me hacía escuchar con mayor nitidez los ruidos, mi respiración, y provocó mi desorientación porque no me dejaba aproximarme a muebles y paredes, que me hubieran servido de guía. Sólo seguía las indicaciones de la correa del Amo, y al ordenarme ponerme en pie de nuevo yo no tenía ni idea de dónde estábamos.

Lo supe cuando noté el tacto del tapizado de cuero de una cruz en forma de X que mi novio y yo habíamos construido. La hicimos con madera, al sistema artesanal, tapizado de cuero, y la habíamos clavado en una pared vacía de nuestro dormitorio. La clavamos muy fuerte y muy sólida con tornillos, también la habíamos pegado con materiales de construcción, y estaba tan dura que era como parte de la pared. Para arrancarla hay que usar un tractor.

La diseñamos a nuestro gusto, y tiene una especie de arandelas, repartidas unos veinte centímetros entre cada una desde lo alto a lo más bajo, donde se pasan las cuerdas, porque a mí me encanta el tacto de las cuerdas.

“Levanta los brazos” – me ordenó.
Con los brazos enganchados a la forma de la cruz, Me quitó el sujetador del bikini, y con mis pechos desnudos ató en mi muñeca derecha la primera de las cuerdas. Apretó el cordaje en el hueco cerrado de los aros, con el nudo inalcanzable en un lugar que seguro se lo debía de haber enseñado mi novio, y de ahí prosiguió con las cuerdas por muñecas, brazos, codos y hasta el hombro. Bajó por el cordaje de mi torso, apretó las cuerdas que fijaban inmóvil y sin despegue mi cintura contra la cruz, in balanceo ni giro a derecha o izquierda, perfectamente petrificada. Entonces me quitó el tanga del bikini, y totalmente desnuda usó las últimas cuerdas para mantener mis piernas totalmente abiertas atadas a la cruz, por muslo, rodillas, gemelos y tobillos. No podía moverme nada. Estaba completamente indefensa, sola, con mi novio que se había ido de fiesta dejándome dominada por ese Amo atractivo.

“¿Te gusta, sumisa?”.
“Sí, Amo”.
“¿Estás excitada?”.
“Sí, Amo”.
“Voy a hacer que supliques de tanto placer insoportable” – me susurró perverso al oído.
Yo me quedé callada y en silencio, sin permiso para hablar.

De pronto sus manos tocaron mis tetas. Tocaron mis pezones, los rozaban, los pellizcaban, jugueteaban, y con los sentidos eclipsados apenas me percaté de la cercanía de unas pinzas metálicas. Colocó la primera en mi pezón derecho, la segunda en el izquierdo, y al prensar la rosca no pude evitar un grito de dolor. Fue como un pinchazo en mis pezones, y el grito fue corto y seco.

“¿Duele, sumisa?”.
“Sí Amo”.
“¿Sufres?”.
“Sí, Amo”.
“¿y te gusta?”.
“Sí Amo” – reconocí.
Agité mis brazos y piernas, pero las severas ataduras me mantenían completamente inmóvil, y el único movimiento que pude hacer fue el de la cabeza y los dedos de las manos. Aferró su lengua a mi cuello, y empezó un rosario de lamidos y relamidos y besos que me derritió. No pude reprimir ninguno de los gemidos de gusto, mientras me acariciaba al mismo tiempo.

“Estas hecha toda una guarra” – dijo “Dímelo. Di que eres una guarra”.
“Soy una guarra, Amo”.
“Sí, lo eres. Y también eres una zorrita ramera. ¿Tengo razón?” – decía mientras me derretía con los lengüetazos por el cuello.
“Sí, Amo. Tiene razón, Amo”.
“Dilo”.
“Soy una zorrita ramera, Amo” – repetí entre gemidos y jadeos.
Jadeaba yo posesa, y tenía convulsiones por todo el cuerpo que parecía que estuviera poseída. Yo estaba en un nivel sin cordura y fuera de todo control. Me encantaba, y a los diez minutos mis gritos de jadeo debían de oírse en el Polo Norte. Nunca me había oído yo gemir tan alto y alocada.

Entonces tuvo una idea muy morbosa. Paró un momento y tomó el teléfono aun yo jadeando de excitación. Llamó a mi novio, y puso el altavoz en abierto. Habló con mi novio, y le dijo que me escuchara.

“¿Estás excitada, zorra?”.
“Sí Amo” – respondí con el teléfono en la boca.
“¿Cuánto estás de cachonda?”.
“Mucho Amo”.
“Cuéntale lo que estamos haciendo”.
Justo empecé a contar que estaba desnuda y atada en la cruz que volvió al ataque con los lamidos y besos por mi cuello. Con la entonación apoderada por los gemidos le conté me estaba lamiendo el cuello, y en medio de los besos le dije que estiraba de las pinzas en mis pezones. Aumentó entonces los lamidos por todo el cuello a un punto que incluso me costaba hablar, y cuando ya introdujo un dedo en mi vagina el grito de placer casi debería de reventar el auricular del teléfono.

“Eres muy escandalosa” – me amonestó oyéndolo mi novio.
“Perdón Amo, perdón Amo” – repetí enloquecida mientras seguía rotando el dedo en mi vagina.
Los jadeos ya eran de delirio absoluto.

“¿Te lo estás pasando bien?” – me preguntó mi novio.
“Mucho, mucho, sí, me encanta” – jadeé al borde de la histeria.
“Te prohíbo hablar con tu novio, sumisa” – me amonestó.
“Perdón, Amo”.
“Ahora solo tienes un Amo, que soy yo. ¿Lo entiendes?”.
“Sí mi Amo”.
“No vas a hacer nada ni decir nada sin mi permiso y que no te lo haya ordenado yo”.
“Sí Amo”
“Demuestra lo que has aprendido, y repite las normes una a una”.
“Soy su sumisa Amo. No tengo permitido hablar sin su permiso Amo. No puedo mirarle, Amo. Estaré siempre cabizbaja en señal de sumisión y obediencia Amo, Soy su perrita viciosa, Amo”.
“¿Y te gusta?”.
“Le adoro, Amo. Soy toda suya, Amo”
“Y tú mi zorrita sumisa”.
“Gracias, Amo. Muchas gracias, sí, sí, soy su zorrita sumisa, Amo”.
Yo estaba en un estado que me había olvidado de que al otro lado del teléfono lo estaba oyendo todo mi novio. Su dedo rotaba a una velocidad de vértigo, y yo estaba todo el rato al borde del orgasmo. Me preguntaba impaciente a mí misma por qué no lo tenía de una vez, pero cuando se acercó a mi clítoris, tan solo rozarlo, ya fue el estallido. Estaba lista hacia mucho rato.

Las ataduras me impidieron moverme nada, y las contracciones produjeron un terremoto en mí desde el cerebro hasta la punta de los pies.

“¿Qué se dice?”.
“Gracias, Amo, gracias Amo” – repetí.
“¿Te has corrido?”.
“Sí Amo, me he corrido Amo”.
“Pues esto solo acaba de empezar”.
Entonces salió de la habitación y se puso a hablar por teléfono con mi novio. Oía un ronroneo, pero aún agitada y revuelta, y con los tabiques de las paredes por en medio y la Puerta cerrada, no entendí de qué hablaban. Oí una risa, un tono perverso, y a los diez minutos volvió. Oí abrirse cajones y el armario ignorándome por completo, que tampoco podía ir a ningún sitio con esas ataduras, y justo después de revolver unes cajas se aproximó hasta mí.

“Abre la boca” – me ordeno.
Obedecí de inmediato, y la gruesa bola de mi mordaza que tenemos en casa entró en mi cavidad bucal. Apretó las correas, cerró la hebilla al máximo de ajustada tres mi nuca, por debajo del pelo, y amordazada me ordeno que le diera gracias.

“aaaccciafffff Ammfffoo” – dije amordazada.
Sin perder tiempo, cubrió toda mi cabeza con el hood que tenemos. Por él mismo no podía haber encontrado ese material, por lo que supuse que se chivateó mi novio. Ciñó el cordaje que ajusta la máscara a mi cabeza, y solo el tramo justo de mi fosa nasal abierta para poder respirar bien quedo al descubierto.

“Me ha dicho tu novio que te gusta sufrir”.
“fffffiiiiii Ammpffffoo” – dije en un tono muy apagado por la mordaza y la máscara.
“Pues vas a sufrir de lo lindo” – y solo decirlo abrió las pinzas de golpe.
Aquella liberación provocó un efecto inaudito, un dolor brutal que me hizo morder la mordaza con fuerza, y que provocó lágrimas de dolor por debajo de la venda. La sensación de castigo me excitó muchísimo, y el chillido que emití se fundió con otro gemido, el de placer, cuando metió un vibrador al fondo de mi vagina empapada.

El primer orgasmo lo tuvo al primer minuto, y ya me quedé en un estado que para nada era relajado. Al mismo tiempo, jugueteaba con mis pezones doloridos, los tocaba, pellizcaba, retorcía, masajeaba, pero cualquier roce aumentaba mi sufrimiento. Mi cerebro había entrado en un éxtasis en el que ya no sabía mi nombre ni qué hora era ni dónde estaba. Sólo sentía placer por la vagina y castigo por los pezones.

Después añadió a la fiesta un vibrador de estimulador de clítoris, y eso ya fue una tortura invencible de orgasmos. Tuve uno, dos, tres, y al cuarto yo resoplaba como un búfalo enrabiado. No pedí pausa ni descanso ni lo quería ni lo iba a hacer, y fue el Amo quien decidió atajar los castigos cuando yo estaba inmersa en un orgasmo perpetuo, o era uno detrás de otro, pero las convulsiones y contracciones no cedían, no aminoraban, hasta el extremo de que, ya sin vibradores, diría que tuve otro orgasmo.

Aún estaba bajo sus efectos que noté el cuerpo musculoso pegarse a mi torso, ombligos tocarse, y su polla carnosa entró toda dentro de mí. Allí ya sí que no sabía yo ni qué día era, ni si era enero o marzo o diciembre o estábamos en Marte. Me volví absolutamente loca, sumisa, entregada al placer y a su dominio y al sexo. Embestía como un toro, yo apresada en la cruz clavada en la pared, y esto de los orgasmos ha de ser contagioso, porque tuvimos los dos el orgasmo al mismo tiempo.

Retiró su polla, y me dijo que se iba a duchar. Me quedé en la cruz sola con todo intacto, atada, amordazada, enmascarada, desnuda, y me encantó. No sé si fue media hora o cuánto fue, pero se me hizo corto. Yo quería más tiempo cuando vino a desatarme.

Libre de cuerdas y mordazas, miré al suelo cabizbaja de inmediato cuando me quitó la venda.

“Camina al comedor con las manos a la espalda”.
“Sí Amo”.
Anduve desnuda hasta el rincón que formaba el sofá en la esquina del comedor.

“De rodillas y de cara a la pared”.
Obedecí sin pensarlo.

“mira al suelo todo el rato”.
Así lo hacía yo sin parar.

“pon las palmas de las manos sobre los muslos, dedos estirados, separados, abiertos, en silencio, callada, y sin moverte”.
En esa postura me mantuve inmóvil como si fuera un jarrón o un florero. Se puso a ver la televisión, comió de la nevera, y yo seguí sumisa y disciplinada mientras avanzaba la noche. Es curioso, pero no tuve ni hambre ni cansancio ni sueño, y supe que era ya muy de madrugada porque llegó mi novio.

“¿qué tal se ha portado?”.
“Ahí está”.
Ambos me miraron, y yo seguí sin hacer movimiento, postrada de rodillas y mirando al suelo.

“Ponte a cuatro patas, sumisa” – me ordenó el Amo.
Lo hice al momento.

“Ven aquí, perrita”.
Avancé hasta llegar a la altura de los pies del Amo, y al llegar recibí un azote en la nalga con la fusta.

“Uno, Amo”.
Volvió a azotarme.

“Dos Amo, tres Amo, cuatro Amo” – iba contando yo en mi postura a cuatro patas y desnuda.
Al llegar al veinte termino y dije “gracias Amo”.

Con el culo rojo oí cómo se despedía de mi novio. Fuimos hacia la Puerta, ellos andando y yo a cuatro patas detrás de ellos dos.

“Ven, perrita” – me decía el Amo.
Llegamos hasta la puerta.

“¿Quieres volver a verme?”.
“sí, por favor, Amo, quiero volver a verle Amo”.
Me prometió que me aceptaba de sumisa. Me ordenó que siguiera en esa posición, y esperara a que mi novio me diera permiso para levantarme cuando él se hubiera ido. Se despidieron muy amigos, en muy buen ambiente. Se fue, y al cerrar la puerta pensé que mi novio me diría que me levantara, pero fue todo lo contrario.

“Túmbate en el suelo. Las perritas duermen en el suelo. Y hasta mañana no te levantes” – y yo me encogí, en una mezcla de posición fetal y como duermen las perritas encogidas, y a los dos minutos, por agotamiento, relajación y felicidad, me dormí con una sonrisa en mis labios

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El resentimiento alimentado por los años culmina en una acción de lujuria por parte de un hijo.
No fue bonito, fue puro instinto.

Esta historia con final feliz empieza de una forma triste. Mi padre fallecía a los 75 años dejando a mi madre viuda. Ella contaba con 65 años, 10 menos que él en aquél momento.

Cuando se casaron eran bastante habituales esas diferencias de edades.

Mi madre no estaba muy bien de salud. Es cierto que tenía 65 años pero parecía tener diez más. De joven tuvo problemas con el alcohol y fumaba y eso deja marca en la persona. Además de esto habían empezado ciertos problemas en sus piernas que limitaban su movilidad de forma creciente.

No fue una buena madre. Actualmente tengo 40 años y he olvidado muchas cosas pero…mantengo el resentimiento. Sus problemas con la bebida mientras yo crecía hicieron que descuidara muchas cosas que una madre debería atender: cariño, una buena alimentación, un ambiente agradable. Los gritos era lo que peor llevaba de pequeño. Ella gritaba muchísimo. Era famosa en el vecindario y más de una vez le llamaban la atención desde los balcones próximos. No fue fácil crecer ahí. Las miradas de la gente en las que podías leer la compasión de quien supone lo que estás pasando. Su nombre, Eloísa me causa innumerables sentimientos negativos de rechazo a pesar de ser mi madre

 

Cumplí los 20 años y me fui. Salí corriendo. Empecé mi propia vida lejos de casa. Los primero 5 años apenas tuve contacto con ellos. No iba a visitarles y no les llamaba. Necesitaba tomar distancia.

Con el tiempo mi vida fue cambiando para bien. Me casé, me fui a vivir con mi pareja y tuve descendencia. Poco a poco fui acercándome de nuevo a mis padres. El motivo no era otro que permitir a mi pareja tener unos suegros y a mi hija tener unos abuelos.

Conseguí mantener las distancias y tener un contacto mínimo.

 

Ahora con la muerte de mi padre debía dar un paso a delante y cuidar de ella. No me apetecía pero es lo que debía hacer.

Ella había parecía haber cambiado en todo este tiempo. Han pasado más de 20 años y el carácter de maltratadora pasó a ser el carácter de una vieja débil. No era guapa, pesaba 48 quilos y medía 1.55 metros. Su pelo moreno largo estaba descuidado y había cambiado toda su dentadura por una postiza. Parecía mucho mayor que la edad que tenía.

 

Llevaba un año visitándola cada semana. En su soledad se apañaba. Además de esto recibía asistencia diaria de una persona proporcionada por el sistema sanitario. Yo iba los viernes a verla. Aprovechaba para llevarle a mi cría y que sintiera que tenía una abuela.

En uno de estos días reaccionó muy mal a una acción de su nieta y empezó a gritar como una loca sosteniendo el grito en el tiempo y devolviéndome al pasado.

Mi mirada fue suficiente para cambiar la suya. Recogí a mi hija enfadadísimo  y nos fuimos.

-A la niña no ehhh!!! No cambiarás nunca y no quiero esto para mi hija!!!

-Por favor hijo, no os vayáis. Me he equivocado. Estoy un poco nerviosa últimamente por el aniversario de la muerte de tu padre. No volverá a pasar te lo prometo.

-Eso no me vale. Tus palabras no me valen.-

Cerré la puerta de un portazo que parecía decirle de un golpe el inicio de una época sin vernos, sin ver a su familia, sola.

No sabía cuánto tiempo sería pero se mediría en años.

En el camino de vuelta no paraba de discutir con ella en mi cabeza. Llegué a casa a las 20:00 y le conté todo a mi esposa. Ella sabía que esto marcaría un antes y un después.

 

A las 23:15 recibo una llamada del servicio sanitario en la que me comunicaban que mi madre se había caído. Había recibido asistencia de la ambulancia y requerían que me personase en su domicilio.

-En el peor de los momentos.-pensé

Una vez allí los sanitarios me comentaron su estado. Traumatismo leve. No obstante estaba muy alterada emocionalmente (seguramente fruto de nuestra despedida reciente).Me recomendaron no dejarla sola esa noche.

En contra de mi voluntad me quedé a dormir esa noche. El sofá  me esperaba. Prácticamente no cruzábamos palabra. Mis ojos enfurecidos se cruzaban con su mirada temblorosa.

Por la mañana fui a su habitación a ver cómo estaba.

-Hola hijo. Perdona por lo de ayer. No hacía falta que te quedaras. Me gustaría hablar contigo hijo.

-No hay nada de qué hablar. Necesitas ayuda para levantarte e ir al baño? Ahora mismo te hago el desayuno-Dije sin variar el ceño fruncido ni el tono de enfado.

-Creo que puedo sola. Ha sido una caída tonta. Me ha fallado la pierna y me he asustado pero es bastante menos de lo que parece.-Empezó a levantarse apoyándose en mi brazo para luego empezar a caminar sola.

Me di la vuelta y encaminé mis pasos a la cocina. Preparé unos huevos revueltos y unas tostadas y se lo llevé a la cama. Ella todavía no había vuelto del baño. Dejé la bandeja con la comida en su habitación y me dirigí al baño. No me preocupé en llamar. Entré diciendo si necesitaba ayuda cuando me di cuenta de que se estaba duchando. La abertura en la cortina de la ducha dejaba ver su cuerpo. Sus pechos pequeños caídos, aureolas marrones grandes con pezones erectos y el fluir del agua me llevó hasta su sexo. Poco cubierto con un vello gris que la humedad del agua juntaba tapando sus labios mayores.

-Necesitas algo? Está todo bien.- Dije desde la puerta. Mi tono seguía siendo de enfado. La acababa de ver desnuda y nada parecía haber cambiado. Me costaba mucho cambiar de estado cuando me enfadaba.

-No cariño, hijo mío. Gracias. Si veo que no puedo te llamo.

-(cariño? Tu puta madre. Serás hija de puta. Ojalá te hubieras muerto tú y no el viejo.) Pensé mientras cerraba la puerta.

A los 10 minutos salía del baño en dirección a su habitación. Yo seguía en el sofá. Pasó delante de mí con un camisón satinado de tirantes que le llegaba por la rodilla. Yo seguía sentado delante de una televisión apagada mientras alimentaba mi odio. En un momento dado el olor a jabón al pasar me distrajo de mi cabreo.

Se comió el desayuno y me avisó de que había finalizado. Me levanté y fui a recogerlo.

-Hijo habla conmigo. Por favor.

-Voy a recoger esto, fregó y me largo.

-Hijo…dijo mientras puso una mano sobre la mía. Mis manos sujetaban la bandeja. El tacto con su mano fue totalmente ignorado. Le di la espalda y salí.

Eran las 10 de la mañana. Me encontraba fregando los platos del desayuno mientras pensaba en lo hija de puta que era mi madre, en lo hija de puta que fue, en el poco cariño que me dio de pequeño, en los gritos, en los golpes y en los malos ratos.

Así terminé de fregar y me dirigía su habitación. Ella estaba sentada en la cama. Con la espalda apoyada en los cojines mientras veía la tele.

-Ya está todo. Me voy.

-Espera hijo. Dijo mientras agarraba mi mano. Hablemos un rato por favor. Siento mucho lo que ha pasado.

-No hay nada de qué hablar. Nunca vas a cambiar y no encuentro la manera de estar bien a tu lado.

-Por favor hijo.-Me imploraba con sus ojos vidriosos llenos de lágrimas. Su mano izquierda cogía mi muñeca derecha. Inclinó su cuerpo hacia adelante y puso su mano derecha sobre mi pecho.

En cuanto su mano tocó mi pecho di medio paso atrás quedado su mano a la altura de mi vientre.

-Hijo por lo que más quieras. No te vayas. Sé que no vas a volver en mucho tiempo. No sé cómo ser mejor madre.

Mientras decía esto posé mi mano sobre la suya que esperaba en mi vientre. La apreté contra mí para despedirme de ella. Quería sentirla por última vez. Cerré los ojos de rabia con intención de apartarla.

-Hijo, no puedes irte así. Dimo que tengo qué hacer. Castígame con lo que quieras pero no me dejes.

Pensaba en qué hacer, en qué debía sentir, en cómo responder, en sus gritos, en lo mala madre que fue, en mí, en ser egoísta, en prevalecer, en imponerme, en no ceder….

 

En ese momento, con mis ojos cerrados, lleno de furia, apretando la mano de mi madre contra mi vientre empecé a bajar su mano siempre guiada por la mía.

La apreté  mucho contra mí y la bajé por mi vientre muy lentamente.

En mi cerebro se estaba librando una batalla. Esta lucha no era otra que la del odio que le tenía y el instinto que me obligaba.

Con los ojos cerrados. Sin abrirlos, empecé a frotar su mano contra mi sexo sobre el pantalón.

El silencio se apoderó de todo.

Se paró el tiempo

Mi temperatura se incrementaba y en mi mente el placer de este tipo de contacto se mezclaba con mi odio.

Por su parte el silencio. Yo no quería mirarla, solamente sentirla. Ella dejaba la mano muerta mientras yo la utilizaba para tocarme. Mi erección fue instantánea. Estaba abandonado y absorto en este momento. Pasaron unos 15 o 20 segundos así hasta que saqué mi miembro del pantalón con mi otra mano.

En ese momento mi madre hizo ademán de retirar la mano y sujeté su muñeca con fuerza.

De un tirón a su brazo, sin palabras, devolví su mano obligada sobre mi sexo ahora desnudo.

Sin una queja, sin una expresión por su parte, comprendió la nueva situación y agarró mi miembro.  Mi mano sobre la suya se relajó y subió por su muñeca y por su brazo hasta sus hombros y su cuello.

Sus caricias sobre mi pene erecto lo recorrían con el cariño que siempre me faltó.

El pasar de sus dedos se transformó en rodear mi miembro y empezar un movimiento masturbatorio en mí…mientras yo acariciaba su cuello, su rostro  y su cabello.

-Ahhhhh mmmmm- salió de mí este sonido sin yo quererlo.

Seguía en la oscuridad proporcionada por mis ojos cerrados. El odio se estaba desvaneciendo.

Mi mano que acariciaba su rostro se puso detrás de su cuello y desde su nuca empecé a acompañar su cabeza hacia adelante. La cabeza de mi madre acompañada por mis indicaciones empezó a moverse acercándose cuando de repente frenó en seco ofreciendo resistencia.

Esto me sacó de mi estado y abrí los ojos mirándola con odio, con desprecio, con desaprobación, frunciendo el ceño.

No vi nada más que su cara, no vi lo que estaba haciendo, no estaba presente en el momento. Simplemente volví a mi odio.

Ella me miraba.

Su cabeza inclinada mirando hacia arriba mientras su mano sujetaba mi miembro.

De forma inmediata, al golpe de mi mirada, bajó la suya con sumisión.

Dejó de mirarme al rostro, inclinó su cuerpo hacia adelante y empezó a moverse lentamente acercándose a mí.

Sus labios tocaron el glande de mi erecto miembro dando el primer beso que sentí con verdadero afecto.

Después un una docena de pequeños besos que recorrieron mi sexo sentí el calor de su aliento alrededor de mi glande transportándome al cielo.

-Aaaahhh  Maaaammmi  !!!-

Dije sin quererlo mientas ahora con los ojos abiertos veía como la vieja hija de puta transformaba su miedo en sumisión, su resistencia en deseo de complacerme.

Forzada a compensar su falta de cariño durante toda mi vida con succiones sonoras sobre mi miembro.

El sonido de esta mamada me transportaba y me encendía al mismo tiempo.

-Así putahhh, así mami mmmmhhhh.

Me envalentoné a decirle. Totalmente fuera de mí, a la par de sacaba mi miembro de su boca para ver como la abría de nuevo buscando mi polla como si le diese algo necesario para seguir viviendo.

Puse mis manos alrededor de su rostro y empecé a follar sus boca.

Despacio introducía la punta de mi miembro en su boca, avanzaba un poco hasta notar su lengua bajo mi miembro y el resto de mi pene entraba después con fuerza hasta notar su nariz en mi pubis y mis testículos en su barbilla.

Dejaba unos segundos mi miembro dentro de ella y notaba como relajaba su garganta para recibir mi sexo. Después era el momento de retirarme y observar los hilos de saliva que me unían a mi madre.

En ese momento sentí una conexión que nunca había sentido con mi madre. Succionando mi miembro, con las babas trazando puentes entre su boca y mi miembro.

Alzó la mirada y me sonrió con lujuria y afecto.

De una estocada alojé mi pene por completo en su boca y empecé un vaivén frenético en el que notaba todo lo placentero del universo.

-mmmás- dije

Mi glande llegando a lo más hondo de su garganta, notando la curva de la laringe.

-mmmmmás

Sus labios recorriendo mi miembro

-mmmmmmáaaaas

Su nariz golpeando mi pubis. Sus manos recorriendo mis testículos. Sus sonidos guturales hacían que exhalaciones de aire se escaparan, golpeando mis ingles, con el calor de su aliento.

Estaba fuera de mí. Era una máquina de odio y sexo. El clímax se acercaba. Un poco más, un poco más, má, más, más, máaaaaaas!!!!

-mmmme corroooo hijaaaa de putaaaa te ooooodioooooooaaaaaghhhhhhhhh .Dije mientras el latigazo del orgasmo me invadió y borbotones de semen me abandonaban para alojarse en la garganta de mi madre.

Ella recibía mis envestidas incesantes dejando escapar por la comisura de labios la corrida que no podía tragar acompaña de gemidos de alegría por haber satisfecho a este macho.

 

Me miró de nuevo, desencajada, poseída y ultrajada. Mientras su boca era follada ya de forma lenta y viciosa a la vez que mi pene disminuía paulatinamente de tamaño.

En un momento dado saqué al fin mi pene ya flácido y lo devolví al interior de mis calzoncillos. Sequé el sudor de mi frente y retiré la mano que quedaba tocando el rostro de mi madre.

Mi madre levantó su mirada de nuevo. Sumisa, vieja y follada.

-Cariño….intentó decir mientras levantaba su dedo índice como si me pidiera permiso para expresarse.

-Ni una puta palabra!!!!! –Dije de la forma más autoritaria posible, con la mirada encendida en odio nuevamente. Me di la vuelta y acomodando mis pantalones salí de esa casa.

………..

 

Espero que les haya gustado. Si quieren pueden compartirme sus impresiones en mi correo socrales82 arroba hotmailpuntocom

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Despues de algunas semanas jugando asi fue como me desvirgaron.
Aquella tarde prometia ser larga y tediosa, sin saber si podria venir Fran para continuar con nuestros «juegos». Acostumbrado como me tenia a sus practicas y perversiones a veces lo echaba de menos, mas aun cuando yo mismo acariciaba mis nalgas recordando como lo hacia el.

Solo habian pasado dos dias desde nuestro encuentro anterior. Fran deacuedo con mis padres me ayudaba con mis estudios en forma de clases particulares, dueron su resultado en el trimestre anterior; y otras «clases» en las que me mostro un mundo que yo ignoraba por completo en el que me sentia placidamente dominado por sus ideas y sus deseos, perversos a veces… inconfesables otras. Yo no entendia muy bien estas practicas pero el conseguia dominarme mentalmente de forma que yo me dejaba guiar, su voz tranquila y sus gestos pausados lograban ponerme casi siempre en su punto de mira. Nunca se me ira de la cabeza la primera vez wue su gesti amable logro wue le mostrase mi culo, mi timidez, mi verguenza e incomodidad por verme asi solo fueron superadas por lo agradable que era sentir sus caricias, sus manos abriendo mis nalgas y notar su respiracion alterada. . . Agachate un poco mas, separa las piernas, deja que vea tu agujerito. . . Fran sabia dar tiernas y concisas ordenes. Yo no sabia como evitarlas. Fue en ese momento cuando el tiempo se detiene y el resto del universo desaparece. . . Que haces? Fran habia pasado de las caricias, a besar y lamer, a recorrer mis nalgas con sus  labios . . . Que haces Fran? Sorprendido por sentir  su lengua y sus labios acariciando mi agujerito. . .  Por momentos me resultaba muy placentero lo que hacia, mas aun cuando me decia lo mucho que le gustaba. . . Dejate hacer, tranquilo! No pasa nada, eran sus palabras. . .  Asi lograba satisfacer sus ansias por satisfacer y cumplir sus deseos. . . Sus nanos agarraban con fuerza mis nalgas acariciandolas, separandolas para hacerme sentir mas intensamente sus interminables besos, sus incofesables motivis por los que sentia por momentos su lengua presionando, intentando entrar en mi agujerito. . . Nunca supe si fue la punta de su lengua, o un timido intento de meterme un dedo, todo se confundia entre caricias y  besos, tal vez todo sucedio muy rapido para cuando notaba esa extraña incomodidad. . . Desde mis experiencas posteriores ahora entiendo que su deseo hubiese sido acercarse de forma mas intima. . . Asi padeci el temor de sentir su verga frotandose, acoplada a mis nalgas . . . Que haces ahora Fran? Tranquilo, relajate. . . Pretendia que permaneciese tranquilo despues de notar que casi quemaba el calor de su verga mientras notaba sus cabeza presionando en mi agujerito. . . No sentia dolor. . . Solo su verga entrando, despacio, decidida a llegar hasta el fondo en donde permanecio quieta, mientras mis ganas por salir corriendo al baño a evacuar creician por instantes. . . No se cuanto tiempo paso asi, dentro, en el fondo. . . Me sentia invadido, mi agurerito deformado, dilatado, poseido por Fran, su verga ahora me parecia enorme, mas aun que cuando me hacia sentirla en mi boca. . . Asi la senti moverse dentro de mi culo; dos,  tal vez cuatro empujones fuertes me hiciron notar como se vaciaba, inundandome como cuando lo hacia en mi boca. . . Casi siempre debia tragar sus primeros chorros de semen pues temia atragantarme. . . Me resulto extraño que tambien pudiese hacerlo en mi culo. . . Senti el peso de su cuerpo en mi espalda y su respiracion relajandose en mi oido, sus suaves y tranquilizadoras palabras que trataban de excusarse por lo que habia hecho. . . Joder Fran! No me lo esperaba! Podias haber avisado, me hiciste pasar un muy mal rato. . . Te dolio? Te hice daño? Me gusto mucho mertetela, estaba muy excitado y la idea de correrme dento de ti me anulo del todo. . . Mas aun el sentir el calor de tu cuerpo mientras entraba. . . Adoro tu cuerpo, tu mente y tu inocencia! Asi se disculpaba, sentia el sudor frio en mi espalda y sentia salir su semen de mi culo que poco a poco volvia a cerrarse. . . Fran lo limpio todo, unos pañuelos de papel ahora sustituian a su lengua. .  . La delicadeza ahora sustituia a sus casi violentas embestidas. . . No sentia ningun dolor, solo una cierta incomodidad. . .  Permaneci asi, a cuatro patas ya sin sentido verguenza; asi mientras el acomodaba su ropa y ordenaba un poco los libros y cuadernos en la mesa. . . Ordenado, metodico. . . Tetmino cuando me sorprendio de nuevo dandome un largo beso en mi agujerito que me hizo volver a la realidad. . . Que haces otra vez Fran? Se despidio, con un  resuelto hasta mañana! Cerro despacio la puerta de mi habitacion y le oi bajar las escaleras. . . Despues de recomponer mi ropa y poner algo de orden en mi cabeza me que dormido. . . Tal vez soñe en como aceptar lo que habia pasado.

Espero que sea de vuestro agrado. . . Es un capitulo de lo que vivi en aquellos años. . .

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Soy una persona promedio, con metas e ideas; pero con gustos bastante peculiares en el aspecto sexual y como comencé a salir con alguien con ganas de explorar ese aspecto conmigo..
Tengo 27 años y soy de México, alto y de complexión promedia, me resulta complicado relacionarme sentimentalmente pero cuando lo hago doy todo de mí y eso implica platicar mis más ocultos fetiches y parafilias, como mi gusto por la dominación, humillación el AB/DL por sus siglas en ingles.

Todo empezó con una salida con una muy bonita mujer de mi edad, ojos castaños, cara bonita y cabello hermoso bastante más baja que yo con un tremendo trasero y unas tetonas impresionantes a la cual llamaremos Martha.

Nos divertimos tomando unas copas y con un poco de marihuana de por medio la conversación fluyo y nos fuimos conociendo tuvimos encuentros sexuales normales, note que era un poco atrevida con las posiciones, pero no pasamos de eso.

Con el tiempo continuamos hablando y cada vez conociéndonos un poco más y tomándonos cariño y me sentí con la confianza suficiente de lo mucho que me gusta que las mujeres usen pañales en el acto sexual, porque me prende las sensaciones las texturas y los olores, pero precavidamente solo le pedí que usara un pañal en nuestro siguiente encuentro.

Aquella cita llego, en un motel, la primera vez que ingresaba en uno y su primera vez de ella usando un pañal el cual me permitió ponerla después de una larga sesión de besos, toques, sexo oral completo donde lamí con mi lengua que tiene la característica de ser bastante grande y larga al grado que puedo tocar mi propia nariz, su ano y vagina con un sabor impresionante pero no sucio. que tuvimos. Como era de esperarse fue algo incómodo para ella, lo cual era de esperarse, pero yo me encontraba en un éxtasis inesperado pero que ya había tenido la suerte de probar anteriormente, ebrio de lujuria y placer, procedí a tocar su entre pierna sobre el pañal el cual intento mojar pero no logro aun así con mi mama hice a un lado el pañal y procedí a penetrarla en diversas posiciones; una en específico fue que mientras yo estaba sentado ella frente a mí se inclinaba sobre mi pene penetrando su vagina que en aquel punto deduje que no sería la primera vez que viviríamos esta experiencia ya que la humedad que ella tenía era una clara señal que no era el único quemándose en placer.

Me comentaba que enorme duro sentía mi pene y que era una experiencia bastante rica la que estaba sintiendo al sentirse su orgasmo decidimos parar e irnos del motel, pero con la premisa que viviríamos aquella rara y nueva experiencia para ella.

Nota de autor; Es mi primer relato, espero les agrade y haya logrado compartir un poco de aquel encuentro que tuve con aquella hermosa mujer que hoy en día tengo la suerte de seguir viendo.

sus comentarios y críticas son bienvenidas y leídas y si esta historia es de su agrado podría compartir más experiencias que tuve.

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Me encontraba en una discoteca frecuentada por gente separada y mayoritariamente mayores siendo los de cuarenta los yogurines del lugar.
Solía ir a menudo mayoritariamente los hombres los conocíamos todos y de vez en cuando venía alguna mujer diferente estaba tomando un trago en la barra cuando se acercó uno que conocía de verle por allí.
Este tipo me comenta que ha conocido a una que se le va la olla.
Yo_ y eso qué es lo que le pasa.
Tipo_ la jodida de ella no me dice que busca un tipo que sea sumiso. ….. para complacerla si por lo menos tiene 60 años.
Yo_ ya sabes de todo tiene que haber. ……… y por curiosidad quién es la vieja.
Después de señalarme a la mujer en cuestión estuve el resto de la noche observándola y empezó a rondarme por la cabeza en hablar con ella.
Pero a su vez el tipo que me había comentado sobre ella seguía por allí y no quería quedarme en evidencia.
A la hora del cierre fui tras ella y unos metros después de la salida la aborde y comenté que si la podía acercar a algún sitio.
La mujer me miró de arriba abajo con aire de superioridad una mujer de algo como de un metro setenta y cinco de altura buenas tetas ancha de caderas y buen culazo media melena rubia bien maquillada y calculo que sobre los sesenta años.
Mujer_ cuando dices llevarme a algún sitio qué pretendes.
Yo_ solo eso. …….. y lo que tú quieras. …….. hablar. ….. conocernos un poco. ……….. somos adultos.
Mujer_ no te parezco demasiado mayor para pretender conocerme alguna cosa más.
Yo_ tal vez lo que tú buscas pueda ser yo.
Mujer_ sería muy interesante que tú fueses lo que yo busco. Tengo unos gustos un tanto especiales.
Yo_ mira digamos que juego con ventaja alguien de la discoteca me ha dicho lo que buscas y yo podría encajar soy muy flexible en lo concerniente me atrevería a decir que quitando el dolor y alguna guarrada realmente me gusta todo.
Mujer_ mira nene tengo sesenta y cinco años me acabo de jubilar y desde luego es el momento de disfrutar de la vida a mi manera y tú qué años tienes.
Yo_ cuarenta y dos años separado sin cargas pregunta lo que quieras.
La mujer se paró frente a mí y pegó sus labios contra los míos sintiendo como entraré a su boca y su lengua entró a mi boca haciendo yo lo mismo con la mía el medio de la calle nos dimos un morreo impresionante que a mí me puso la polla muy tiesa.
Mujer_ me llamo Laura tal vez podamos conocernos.
Fuimos hasta el coche y estuvimos hablando hasta que amaneció realmente ella buscaba sexo pero sobre todo dominar aunque yo no era su perfil ya que buscaba un hombre más maduro la convencí por lo versátil que podía ser en la relación que ella buscaba.
Fuimos a desayunar y ya me dejó claro que tendría que ser realmente complaciente con ella.
En la cafetería en la que estuvimos desayunando estaba claro que había gente que había estado pasando la noche de fiesta de todo tipo de edades y algunos que venían de la discoteca en la que habíamos estado ella pedía mi atención con frecuentes besos en la boca y muestras de cariño.
Laura_ eso es lo que quiero que no tengas vergüenza de besar a una vieja y encima que la gente pueda pensar lo que quiera que somos amantes que estás conmigo porque yo te mantengo me da morbo todo ese tipo de cosas.
Si quería llamar la atención no estaba consiguiendo ya que evidentemente parecíamos madre e hijo con la diferencia es que nos estábamos dando el auténtico lote morreándonos sin ningún reparo y Laura dándome trozos de aquel croissant desde su boca.
Después salimos de aquel local ella agarrándome de la cintura y yo de su potente trasero por petición de ella volvimos hasta el coche y me pidió que le acerque hasta su casa yo deseaba aquella mujer en aquel momento pero cuando llegamos a su casa me dijo que allí se acababa nuestra primera cita pasándonos los números de teléfono.
Laura_ imagino que te habría gustado tener algo de sexo conmigo.
Yo_ ya te he dicho desde un principio que mi amor daré a tus deseos.
Laura_ pues algo de eso te vas a llevar. …….
Los ritmos un buen morreo y ella mirando hacia la calle y los balcones se quitó sus bragas la prenda de color crudo de encaje concretamente un tanga que me lo enseñó poniendo delante de mi cara.
Laura_ te gusta mi tanga.
Yo_ claro la lencería de mujer me encanta.
Ella entonces serás fruto por su entrepierna para luego acercándolas a mi boca.
Laura_ bueno nene abre la boquita te vas a llevar un poco de sexo a tu casa.
Aquella mujer besar de la diferencia de edad me ponía muy cachondo y todavía más su interés por dominar.
Enseguida sentí un gusto en mi boca al introducir aquel tanga en ella que a medida que mi saliva impregnaba la prenda iba degustando.
Laura_ creo que lo normal es que las lleves en la boca hasta que llegues a casa para que sabores mis jugos.
Así lo hice las llevé mi boca hasta que llegue a casa y luego una vez en ella las lave ya que mi intención era poder usarlas ponerme las.
Fue el siguiente fin de semana cuando Laura me volví a poner a prueba para mi sorpresa quería que los hubiésemos en la discoteca y evidentemente que bailasemos y pasásemos toda la noche juntos como pareja.
Éramos poco más que la atracción de la discoteca tanto hombres como mujeres de todo tipo de edades nos miraban y a las claras comentaban a mí me daba cierta vergüenza pero a la vez me sentía como envidiado.
Para ella aquello había sido un triunfo y a partir del día siguiente quedamos todos los días en la coloración donde yo vivía compartiendo paseos cafés y besos poniéndome en completa evidencia en la población donde yo vivía.
Laura me pidió una llave de mi casa que yo le di y venía iba cuando quería.
Algunos vecinos pensaban incluso que era mi madre.
La primera noche en mi casa fue también la primera en la que tuvimos sexo.
Después de la cena ella medio un paquete diciéndome que era un regalo.
Abrí aquel paquete con la ilusión de un niño descubriendo en su interior un pene sobre unos 20 centímetros más un arnés y de un grosor bastante considerable.
Mi cara debió ser un poema ya que evidentemente no esperaba aquello.
Laura_ bueno nene qué te parece tu regalo. …… lo estrenamos.
Yo_ sí claro supongo que para eso es.
Laura se quitó el vestido que llevaba quedándose en un tanga que en su parte delantera marcaba un abultado coña mientras sus nalgas lo que marca muchos años sus pechos los liberó de aquel sujetador viendo un buen tamaño algo caídos.
Con mi ayuda le coloque el arnés y se lo ajuste a su cuerpo.
Laura_ bueno nene vamos a darle al tema.
Comencé a chupar aquella polla metermela en la boca todo lo que podía simulando una buena mamada mientras ella me sujetaba de la nuca y movía sus caderas después de colocar un condón sobre aquella verga y lubricar yo mismo miedo me puse de a cuatro y ella sin demasiados miravientos comenzó a clavármela más deprisa y más duro de lo que yo habría querido quejándome y lamentándome mientras que ella enseguida comenzó a meter y sacar aquello gordo consolador de miedo después de 10 minutos en aquella posición me con lo que boca arriba a su petición y ahora viendo su cara y sus pechos balanceándose como vestía con fuerza milla dolorido y dilatado ano.
Cuando ella ya se cansó de todo aquello se retiró.
Laura_ veo que tu culito ha aguantado bien a pesar del tamaño ha sido divertido. Ahora me toca disfrutar a mí.
Ella se quitó el arnés y se tumbó sobre la cara pidiendo mi atención.
Comencé a besar su boca lo más vacíamente posible sintiendo como ella estaba más caliente que lo habitual baje por su cuello hasta llegar a sus voluminosos pechos querrán a misioné y encharqué con mi saliva fui bajando por su vientre sintiendo como se estremecía cuando llegué a sus bragas mi boca las terminó de obedecer todavía más sintiendo como cada vez que mordía su entrepierna ella soltaba sus jadeos.
Fui retirando sus bragas poco a poco hasta encontrarme una buena mata de pelo rizado y caloso fui abriendo me paso con mi lengua hasta encontrar su raja húmeda caliente viscosa y un abultado clítoris que comencé a succionar y mordisquear mientras que ella llegaba a su primer orgasmo con mi lengua sus jugos iban bajando hasta su ano y hasta ahí fui a recogerlos con mi lengua dándole en aquella zona tan íntima como mi lengua y sacando un segundo orgasmo.
Laura_ no me imaginaba que fueses tan cerrada veo que te gusta satisfacer a una dama sigue con esa boquita comiéndome toda la raja.
Así lo hice durante media hora más en la que conseguí una gran cantidad de flujos y dos orgasmos más colocándola de a cuatro y abriendo su gran culazo me dediqué a incrustar mi lengua en su ano así conseguí darle un tercer orgasmo en esa posición y según mis cuentas ya iban cinco después de aquello me pidió que me la follase y yo como chico obediente se la clave de la misma posición en la que estaba de cuatro se la metió en su coñazo entró con su más facilidad estaba completamente mojada y bien abierta así me la follé un buen rato hasta que decidimos cambiar de postura y usa la mesa así podía besar su boca mordiscar sus pechos y amasarlos hasta que otro orgasmo de Laura y suscritos pidiendo que siguiese acelerador mi evidente corrida que sacó pasó con una suya echando todo mi leche dentro de aquel coño mientras besaba y comía sus pechos.
Los dos nos quedamos exhaustos durante unos minutos hasta que mi pene abandonó su vagina y ella habló.
Laura_ bueno creo yo que deberías limpiar todo lo que has manchado.
No tuvo que decir nada más y allí mismo me agaché a recorrer con mi lengua toda aquella sintiendo el seguida el sabor de mi leche mezclado con aquellos jugos que llaman chama incluso las sábanas y donde pase mi lengua desde el orificio de su ano hasta la profundidad de aquel coño le di placer como para otro orgasmo y terminamos durmiendo la noche juntos así fue mi primera ocasión con aquella jubilada.

Esta es una historia de amor, aunque por momentos no lo parezca.
Me llamo Marcos, tengo 24 años y estoy profundamente enamorado de Lola mi ex novia, ella logro tenerme completamente dominado bajo su voluntad durante dos años, psicológicamente me había ganado, hacia literalmente lo que ella pidiera por mas dignidad que perdiera en el camino, era suyo. Ella aprovechaba mi miedo a perderla para tenerme controla, claro ella era una piba hermosa de veinte años con un cuerpo delgado, culo grande ,el pelo enrulado castaño claro y unos ojos verdes espectaculares pero no era el color lo que mas me gustaba de sus ojos si no esa mirada fuerte que en las primeras citas en esas cervecerías chetas de palermo me hacia tartamudear y ella se reía, a veces pensaba que me incomodaba apropósito para ver como me ponia nervioso.
En los primeros meses todo andaba bien aunque ya se percibía que ella iba a llevar el control de la relación quizá por que a mi se me notaba demasiado enamorado y ella en cambio no disimulaba que le parecían atractivos otros hombre adelante mío incluso se mostraba muy seductora con ellos, yo lo soportaba por que peor me parecía estar sin ella. Una ves en un bar el chico que nos trajo los tragos coqueteo con ella y ella le siguió el juego delante mío y después le paso su numero, el grandote rubio me miro cuando se iba y me guiño un ojo, hasta el momento nunca me había sentido tan humillado. Cuando subimos a mi auto le reproche por que había echo eso y me dijo que ella nunca había dicho que éramos exclusivos mientras se sacaba los borsegos negros y los tiraba en la parte de atrás -Aparte no podes juzgarme no viste lo bueno que estaba, me dijo sonriendo mientras se sacaba una media cuando quise contestarle me metio rápidamente su media en la boca
-esto es asi, yo puedo estar con quien quiera y vos no podes estar con nadie ok ? si no te gusta búscate otra
En ese momento pensé en enojarme o en decirle que se baje del auto pero a la ves me sentí exitado por la situación, cuando me quise dar cuenta mi pija estaba al palo, solo pude asentir y seguir manejando callado mientras ella miraba su celular y se reia.
Cuando llegamos a mi casa quería hablar pero ella se tiro arriba mio y cojimos en el piso de la cocina, al otro dia cuando nos levantamos me pidió que le hiciera el desayuno a lo que le dije que en un rato por que todavía estaba cansado, ella insistió tiernamente hasta que accedi a levantarme y cuando estaba saliendo del cuarto note que se reia
MARCOS – De que te reis ?
LOLA – entre risas – Puedo hacer que hagas lo que yo quiero
Me reí nervioso y me fui a hacer el desayuno, cuando volvi ella estaba cambiada y se estaba poniendo los borsegos, le pregunte que hacia y me dijo que se iba por que estaba aburrida quería juntarse con las amigas, fue tanto el miedo de que si se iba no iba a volver que empecé a pedirle que se quede, le reclame por que me había echo hacerle el desayuno pero ni parecio darle culpa y siguió caminando hasta la puerta y entre risas burlonas me decía que le abra, en ese momento solo atine a arrodillarme adelante de ella y suplicarle que no se valla, ella parecía feliz de esa escena como si hubiera sido siempre su plan tenerme en esa posición, ya había observado mis inseguridades y se aprovecho de eso para tenerme a sus pies.
LOLA – A ver a ver, un poquito mas abajo te quiero si vas a rogarme rogame bien
Me agache lo mas que pude mi frente estaba tocando el piso
MARCOS – Asi esta bien Loli ?
Ella nunca dejo de reírse ni de burlarse de mi falta de dignidad, puso sus pies cercade mi cara saco su celular y me saco una foto completamente humillado.
LOLA – Tengo que mostrarle a las chicas por que no voy
MARCOS – Enserio se lo vas a mandar ?
LOLO – Si, algún problema ?
Me quede callado mirando el piso mientras ella iba a sentarse en el sillon y se sacaba los borsegos y quedaba totalmente descalza estirando las piernas arriba de la mesa ratona y aplastando con pies, las tostadas con mermelada que había dejado ahí arriba, cuando se dio cuenta me miro enojada.
LOLA – Mira donde las dejas, mas te vale que me limpies los pies pelotudo
Sabia que no era mi culpa pero igual fui desesperado a limpiarla.

CONTINUARA…

Aquella primera vez con Belén y Mario para mí fue fructífera y me dejó un buen sabor de boca como para repetir.
Y para la pareja todavía mucho mejor ya que tenían un chavalito de treinta años sacándome ella 27 y el 25 o sea que se puede decir que yo podía ser un yogurín para ellos.
A partir de entonces comenzó una relación como muy abierta y yo follaba muchos días con ella sin estar el marido para luego él según me decía ella comerse mi cremita.
Belén también me hizo experimentar el placer anal aunque a mí al principio no me hacía ninguna gracia jugando con al principio alguna zanahoria para luego introducir pequeños dildos que fue aumentando en tamaño todo era un juego para ambos al que fui acostumbrándome más que todo porque tenía garantizado varios polvos por semana.
Al tiempo compró un arnés para dárselo a la cintura con diferentes tamaños y formas de pene.
Aquellos juguetes siempre los utilizábamos cuando estábamos ella y yo solos y a mí me creaba otra confianza mientras que con Mario ya era como muy normal él que me comiese la polla hasta correrme en su boca en más de una ocasión.
A Belén también comencé a practicarle al igual que ella me lo hacía conmigo el beso negro y solía hacer doble penetración con su dildos y mi pene la confianza era total era como un matrimonio a tres bandas donde yo disfrutaba como un rey.
Aquella hembra era insaciable porque por lo que yo sabía no era el único amante los juegos eran varios siempre buscaba el placer y el morbo.
Vamos a un detalle que digamos cambió mucho aquella relación.
Estábamos Belén y yo solos en la casa habíamos tenido sexo antes de comer y después de una cabezada comenzamos de nuevo sí quemas en una ocasión había estado atado a la cama boca abajo para que ella me follase con su arnés y en otras ocasiones con los ojos vendados aquel día, ella empezó vendrándome los ojos para luego atarme de pies y manos a la cama con unas correas con velcro que era lo que usábamos habitualmente.
También solíamos grabar sesiones con una cámara de vídeo que luego solíamos visionar y borrar en aquella ocasión también puso la cámara grabar para luego visionarlos tres como hacíamos habitualmente.
Ya con mis ojos vendados y atado a aquella cama los juegos de aquella hembra comenzaron besos caricias su lengua recorriendo mi cuerpo o jugueteando mi boca era algo que me ponía cachondísimo y ella también de vez en cuando me la chupaba y incluso cabalgaba sobre ella.
También me dejó clavado un dildo con vibración clavado en mi ano era todo excitante y perverso en cierta medida me sentía poseído por aquella mujer.
En algunas ocasiones yo había hecho una mamada alguno de sus dildos y a ella aquello también encantaba aunque a mí me parecía un poco más de gay al igual que ser penetrado pero ella siempre me ponía el ejemplo de su marido diciendo que no era gay si no muy bisexual.
A lo que más de una ocasión añadía que a mí me gustaba mucho que me la mamase Mario y que en cierta medida el aceptarlo también significaba que era bisexual.
Evidentemente en aquellos tiempos con mi edad y en cierta medida inocencia no le da la mayor importancia al tema de si era gay bisexual o heterosexual.
Sobre la cama encima de mi pecho estaba mamando aquel dildo como tantas otras veces pero esta vez con los ojos cerrados a ella le encantaba darme indicaciones para hacer las mamadas a aquellos dildos. ..
Los dos estábamos hiperexcitados sudorosos calientes sus mamadas cada vez eran más intensas haciéndome casi llegar al orgasmo en más de una ocasión mientras que con su lengua jugueteaban mi boca y cosa que también le gustaba echaba su saliva todo indicaba que aquella sesión iba a ser de las fuertes.
Pero algo ocurrió en aquel momento. ……… en mi boca irrumpió algo mucho más cálido que un dildo de buen calibre intenté zafarme pero con ambas piernas me sujetaba la cabeza mientras unos movimientos hacía la función de follar mi boca
No cabía ninguna duda que me había penetrado una verga de verdad y cuando conseguí que me la sacase empecé a chillar.
Me quitaron la máscara y podía ver a Mario como tenía su verga completamente empalmada y por supuesto que era de buen tamaño a pesar de que él nunca estuvo desnudo delante mía.
Yo_ pero qué es lo que habéis hecho estáis locos a mí no me gustan las pollas no soy marica.
Estaba lloroso me sentía violado abusado y no encajaba la situación.
Ella con tono suave y conciliador.
Belén_ mira yo no digo que seas homosexual pero a las claras eres bisexual tienes que aceptarlo te has estado besando con mi marido compartiendo sus salidas te la ha chupado muchas veces y te has corrido incluso en tu boca y no te ha importado y ahora has dado otro pequeño paso has probado un pene de verdad después de haber probado tanto dildos en tu ano y boca ahora bien si quieres te suelto te vistas y te vas terminando nuestra relación.
O si no acepta lo que sin duda es y disfruta de otra variante sexual.
El hombre había soltado mis correas mientras ella había estado hablando y también me extrajo el consolador de mi ano sentado en la cama sintiendo como las lágrimas venían a mis ojos porque había sido traicionado abusado y no lograba encajado.
Ella me acariciaba podía ver como seguía con aquel dildo amarrado a su cintura moviéndose de uno para otro Mario a su vez conectó la grabación aquel rato a la televisión y pude ver como me chupaba tanto el hombre como la mujer la apoya como los dos compartieron mi boca y yo compartir la saliva de ambos y a su vez como él introdujo su polla en mi boca.
Algo que me dejó a mí mismo perplejo es como mi pene que hasta aquel momento estaba flácido empezó a dar pequeños saltitos después de haber visto aquellas imágenes en la televisión que cosa que a la mujer no se le escapó.
Belén_ tú mismo pero creo que tu cabeza dice una cosa y tu pene dice otra te has quitado ver lo que hemos grabado y me imagino que te has dado cuenta al igual que nosotros ahora bien eres libre de irte o comenzamos una nueva relación los tres.

Les dije que tenía que aclarar mis ideas y que me iba para casa algo que todavía me sorprendió más fue que Mario me dió aquella cinta para que me la llevase y la viese en mi intimidad al principio la rechacé pero luego por la insistencia de la pareja me la llevé.
La escondí lo mejor que pude y durante varios días ni siquiera imaginé en verla pero algo pasaba por mi cabeza cada vez que tenía una erección y me la tenía que machacar a mi cabeza venía los buenos polvos y las buenas corridas que había tenido con ellos y empecé a visionar aquella cinta dándome cuenta de que en cuanto la ponía mi polla reaccionaba gustando lo que veía en aquellas imágenes.
A los quince días toque el timbre a la hora de comer y subí a la casa donde ella automáticamente besó mi boca y me dijo si me quedaba a comer como lo más normal del mundo mientras él me hablaba como si tal cosa preguntándome qué tal el trabajo y demás en ningún momento salió ningún tema mientras comíamos hasta que yo comencé a sincerarme.
Yo_ a ver os he echado de menos más de lo que yo pensaba y al principio no quise ver la cinta pero luego sí que las veces que la vi me excitó como si estaría viendo cualquier película porno tal vez tengas o tengáis razón en que yo sea bisexual y lo tenga que aceptar.
Después de aquello me duché y comencé a practicar sexo con ella mientras Mario se colocó completamente pelotas al lado nuestra fue ella la que cogió primero su verga y se la metió en la boca hasta que me la ofreció a mí y yo acepté aquella situación haciendo una mamada a dos bocas aquel pollón que era más grande que el mío y qué sinceramente empezaba a gustarme.
Después de correrme dentro de aquel coño ella limpió mi verga y como era habitual Mario hizo una limpieza de bajos.
Belén_ ven bésame has disfrutado cariño.
Yo_ sí claro diferente.
Mientras besaba aquella mujer Mario terminaba de limpiar mi crema.
Belén_ sube aquí a darnos de probar esos sabores.
Yo estaba inmóvil y Mario comenzó a restregar sus labios mojados con el olor y sabor de la concha de su mujer por mis labios y poco a poco su lengua se abrió camino entre ellos al punto de que fue morreo en toda regla que encima me gustó y me citó ya que mi verga comenzaba a dar saltos en el aire.
El beso a tres duró unos minutos mientras yo mismo sentía una especie de alivio o relajo.
La mujer y yo comenzamos a hacerle una mamada a Mario a dos bocas y cuando ya estaba bien caliente se la folló mientras yo seguía borreándome con la pareja y ofreciéndoles polla ambos cuando este se corrió en las entrañas de ella no dudó un segundo en limpiar todo aquello pero entonces ella me dijo que lo justo sería que yo limpiase su verga.
No tengo ni idea porque lo hice pero por supuesto que se la limpié y continué durante un buen rato hasta que la tuvo otra vez dura como el mármol y ella me dijo que la podía probar en mi culo ya que ya habían entrado dildos tamaño de su verga.
En aquel momento rehusé la invitación pero una hora más tarde fui follado por ambos a cuatro patas para luego boca arriba sentir las pollas de los dos al punto de que cuando estaba en esa posición y me la estaba meneando y follándome ella me corrí sobre mi vientre y Mario recogió todo mi esperma para depositarlo en mi boca y culminarlo con un buen morreo.
Cuando Mario se corrió lo hizo sobre mi verga y después de limpiar todo aquello pude sentir en un beso parte del sabor de su leche.
Aquel día me fui a casar habiendo probado mi propia leche y parte de la de aquel hombre mamado polla y habiendo sido bien enculado sin contar que había disfrutado morreando aquel hombre.
Los días y las semanas transcurrían con aquella relación ahora mucho más abierta y la que se ninguna duda yo era auténticamente bisexual
Cuando llegaba a casa de ellos el recibimiento por parte de los dos era con besos en la boca y el sexo era indistinto tanto uno como con el otro aunque sí que mi rol era completamente pasivo con el hombre.
Una tarde después de que él se marchase Belén me propuso dar un paso más aquellas alturas yo estaba más que dispuesto y lo único que hice fue decirle que adelante.
En una de las habitaciones había un conjunto una falda pisada tipo colegiala una camisa lencería todo de color blanco y unas medias o calcetas hasta la rodilla de color negro una peluca y unas sandalias.
Yo me quedé perplejo viendo aquello.
Yo_ esto es para que me lo ponga.
Belén_ me encantaría que te lo pusieses y experimentar.
Me parecía algo extraño incluso fuera de lo que habríamos hecho hasta ahora era como ser mariquita pero como hasta aquel momento cada vez que había experimentado algo me había ido gustando no rechacé la imitación y me vestí con todo aquello dándome cuenta que el contacto de mi polla con aquellas braguitas se me puso bien dura y ya una vez completamente vestido me bautizó como Cris terminó por maquillarme y la verdad que estaba impresionante.
Mira vamos a hacer una cosa quiero que Mario te estrena como Chris y tú te comportes como una buena hembra.
Bueno a estas alturas que iba a poder decir yo sí ya había practicado sexo con aquel hombre.
Mario tocó el timbre desde abajo y contesté yo cuando subió hasta el piso la abrí la puerta y él me miró de arriba abajo quedándose asombrado y diciendo que linda estaba mientras a su vez pegaba mi boca la suya y le daba un buen morreo él mientras tanto me sobaba todo aquello mientras Belén filmaba todo yo estaba salida como una hembra y desabroché la camisa y empecé a modificar aquellos pezones de aquel hombre tal y como me había pedido Belén mi comportamiento estaba siendo el de una mujer desabroché el pantalón y cuando saqué su verga no dudé un momento en chuparsela y los centena en el sofá haciéndole un mamadón de su vida me avisó varias veces que se iba a correr parando yo para luego colocar un condón y durante un buen rato follar mi culo así hasta que conseguí que se corriese y aquella polla saliese de mi culo todo flácida mientras seguía morreándome con aquel hombre.
Después de quitar el condón no se me ocurrió otra cosa que empezar a mamar aquella polla a pesar de que limpié los restos de su leche con mi mano todavía sabía la leche y continué mamandola hasta que después de un par de avisos de que se iba a correr dejé que lo hiciese dentro de mi boca tragándome hasta la última gota y luego compartiendo mi boca con con él todo aquello grabado al detalla de aquella corrida en mi boca y la que hay mamador y aquel polvazo que me había echado la cinta me la entregó para que me la llevase y una vez en mi casa la vi bastantes veces hasta que se la volví a dar a ellos para que tuviesen recuerdo de mi estreno como mujer.

Os contaré esta historia tal y como comenzó para luego ir aclarando el porqué de las cosas. Treinta años recién cumplidos el sexo me volvía loco a pesar de estar casado mi mujer era más bien de un polvo semanal aunque no así al principio.
Por aquella época no existía Internet pero sí había revistas en las que venían relatos y posibilidad de contactos.
Puse varios contactos y contesté alguno todo aquello por aquel entonces era más lento ya que era correo ordinario como dirección puse la de mi madre para que en casa no llegasen aquellas cartas.
Me dedicaba a reparto por la provincia y tenía la verdad bastante flexibilidad por las tardes uno de los contactos que contesté era algo así.
Buscamos chicos no mayores de treinta y cinco con poca o nada de experiencia en tríos y de mente abierta.
Por aquel entonces lo de mente abierta tampoco es que lo entendiese pero como me gustaba el sexo contesté aquel anuncio como a otros tantos.
Tampoco existían móviles por lo que era bastante complicado así que la cita se produzco en una cafetería después de un carteo de varias semanas.
Yo fui informado tal y como estaba después de terminar de trabajar y me encontré a una mujer muy elegante pero realmente sobre 55 a 60 al igual que su marido también bien vestido ella iba muy coqueta y con un buen bronceado y desde luego llamaba la atención tenía sus muslos al aire por su corto vestido y podía ver un buen pedazo de carne al igual que su escote que casi enseñaba sus tetas de un tamaño más que aceptable desde luego mayores que las que tenía en casa.
Al principio de la conversación y presentarnos ella se llamaba Belén y el Mario ella medía alrededor del metro 70 y él algunos centímetros más de cuerpos bien para su altura aunque ella tenía alguna carne más.
Belén_ bueno qué te parecemos nosotros.
Yo_ bien me parece bien una mujer madura muy apetecible y tu marido también parece agradable.
Belén_ qué opinas tú Mario te parece que puede encajar en lo que buscamos.
Mario_ bueno en principio parece que sí está bien el chico alto delgado y seguramente lo podamos enseñar.
Bueno no sé si me podían enseñar o no la cuestión es que a mí me agradaba ella y a ellos les agradaba yo así que quedamos para volver a vernos en su casa dándome la dirección y pidiéndome una tarde completa.
Cuando llegué a la casa ella estaba con un vestido que no dejaba nada la imaginación su suculentas tetas bien subidas para arriba y por debajo se podía apreciar el inicio de su culo él se encontraba con un diminuto slip que marcaba un buen paquete.
Belén_ bueno pequeño desnúdate vamos a ver que tenemos por ahí.
En el acto me quité la ropa estaba recién duchado y mi verga estaba en buena forma.
Belén_ bueno no está mal esto está para arreglar, tienes algún problema en depilarte completamente.
Yo_ bueno no sé la verdad que no lo he hecho nunca y en casa mi mujer no sé qué opinaría.
Mario_ pues seguramente si te come la polla le encantará que estés bien depilado a ti no te gusta que ella esté depilada pues lo mismo a ellas dile que lo has leído por ahí oh que te ha dado por ese lado.
Yo_ pues nada vamos al asunto.
Me dirigí al cuarto de baño donde entraron los dos una vez metido en la bañera y mojándome mi zona genital Belén me untó crema de afeitar y para mi sorpresa fue Mario el que comenzó a afeitarme yo estaba nervioso ya que la situación era un tanto extraña para mí aquella primera vez y más cuando comenzó a moverme primero mis genitales y luego mi polla para ir aceptando era la primera vez que un hombre me la tocaba y aquella sensación me producía algo así como vergüenza Belén enseguida se dio cuenta que me puse rojo como un tomate mientras Mario continuaba con su tarea.
Belén_ eres tímido por naturaleza si eres de mente abierta tendrás que darte cuenta que somos un matrimonio y si vas a acostarte conmigo mi marido estará presente y eso te tendrás que acostumbrar.
Mucho más embarazoso fue cuando Belén dijo que quería mi culo también bien depilado me quedé de piedra y sentí como ella untaba la crema de afeitar en la raja de mi culo y mis nalgas Mario impasible afeitó toda aquella zona sintiendo como pasaba una y otra vez tocando mi esfínter y pensando que me podía cortar.
Después de aclararme mi aspecto era diferente me sentía más desnudo todavía y me agradaba la sensación de no ver bello público ni y mis genitales ni en todo mi culo a pesar de que yo era muy poco velludo.

Los tres los fuimos para el cuarto y ella se quitó aquel vestido de golpe mostrando aquel espectacular cuerpo de una mujer más quemadura ella me preguntó qué le parecía y evidentemente yo le contesté que estaba espectacular.
Me dijo que tenía cincuenta y siete años y su marido dos menos su coño era muy abierto no como los que había visto hasta entonces de chicas más jóvenes sus pechos a pesar de la edad estaba claro que estaban operados y bien tiesos.
Belén_ ven a comerte el coño de la viejita.
Me abalancé enseguida a comer aquel coño que estaba hipermojado y jugoso sus grandes labios y su clítoris enorme eran un manjar no tardó mucho en regalarme un orgasmo con una buena cantidad de flujo mientras mi polla ya rezumaba sus primeras gotitas.
Primero me la follé en posición misionero y por indicaciones de ella él dirigió mi polla hasta que el coño.
Todo aquello para mí era nuevo extraño que un hombre me tocase mi masculinidad pero a su vez me iba a follar a su mujer y me había comido su exquisito coño ya
De vez en cuando mi sensación era extraña cuando sentía las manos de aquel hombre tocar mi polla para introducirla en el coño de su mujer pero era supuestamente el precio que tenía que pagar por aquello.
Cuando me corrí ella limpió mi polla dejándomela otra vez dura y reluciente mientras Mario se comió el coño de su mujer algo que en aquel momento me dejó perplejo y a su vez me dio un poco de asco ella se dio cuenta y me lo dijo claramente.
Belén_ nosotros tenemos nuestros vicios y a mí me gusta follar y a él le gusta satisfacer tanto mis gustos como los suyos espero que te vayas acostumbrando.
Yo no contesté nada pero tal y como tenía la polla ella se puso a cuatro patas y empezó a follarmela mientras el marido se colocó en posición 69 chupando el coño de ella y algo que en seguida me dejó más perplejo sentía su lengua en mis pelotas y en parte de mi polla entrando y saliendo del coño de ella.
Mario_ me gusta tu polla y tus pelotas bien depiladas me dejas metermela a la boca entera.
Belén_ no seas tonto eso ni se pregunta le va a gustar que se la comas.
Pues estaba todo dicho ella había decidido y yo me dejé hacer sentí como enguía mi polla y empezaba a hacerme una mamada que me dejó al borde de correrme avisándole de ello se la sacó de la boca y la introdujo en el coño de su mujer después de un rato volví a correrme en aquel coño y pasó exactamente lo mismo que antes ella comió mi polla para limpiarla y él limpió el coño de su mujer.
Después de aquello durante un buen rato me estuve comiendo su boca sus pechos y por último cuando más cachondo estaba me dijo que le comiese el coño que su marido ya se lo había limpiado no sé por qué lo hice pero tan cachondo que estaba se lo comí y le hice chorrear de gusto consiguiendo varios orgasmos así terminó mi primera experiencia con una pareja.

De cómo un grupo de universitarios selecciona cuidadosamente a un séquito de putitas para que satisfagan todos sus deseos sexuales y entiendan su lugar en el mundo en función de cumplirlos…

Gabriel y yo hemos sido buenos amigos durante toda la preparatoria, compartimos muchos planes e intereses lo que nos llevó a dejar nuestro país de origen para cursar la universidad en Estocolmo. Somos unidos de tiempo atrás y sin duda uno de nuestros principales intereses comunes son las mujeres y para ser más precisos coger con ellas.

Con el tiempo hemos platicado de nuestros gustos y fantasías con mujeres. Por un tiempo incluso compartimos a una por una temporada, se llamaba Tania y era toda una zorra. Ya contaré de ella otra ocasión, pero viene al cuento porque en buena medida es responsable de que hayamos dejado gustos más tranquilos y tradicionales por cosas más hardcore, no solo por que se dejaba hacer lo que fuera, sino porque lo buscaba, a veces más que nosotros mismos.Pero la historia es otra, Tania quedó en el pasado y en el futuro estaba Estocolmo.

Durante el viaje platicábamos de lo bien que la pasaríamos entre lindas suecas, seguro daríamos con varias de moral relajada y los cuerpos espectaculares parecían más abundantes que en casa, quizá sea algo común encontrar más apetitoso lo que para uno es exótico. El tema fue avanzando y las fantasías se convirtieron en objetivos y planes. Íbamos a un país nuevo, ajeno por completo y eso era también una pizarra blanca para trazar exactamente de qué manera queríamos pasar esos años y definitivamente el panorama estaba repleto de depravación, uso y abuso de mujeres. No solo queriamos mucho sexo, queríamos llevarlo al límite, queríamos hacernos de un séquito de putas dispuestas a lo que fuera, cuando, donde y como fuera, queriamos que el pasado pareciera insignificate.

Nos dispusimos a comenzar esta tarea identificando buenas candidatas, apenas estaban empezando las clases y en la Universidad había belleza abundante, pero no era el ambiente propicio para encontrar lo que buscábamos. En nuestros planes no había tiempo de ligar conocer a alguien, ven si le gusta lo que a nosotros, etc. No, se requería un mecanismo más eficiente para pasar el ganado local por un control de calidad que dejará al descubierto los especímenes prime. Y en nuestra experiencia, si quieres encontrar zorras tienes que ponerlas en el ambiente donde se les permite y se les festeja serlo. Así fue que decidimos comenzar a invertir una fuerte cantidad de tiempo y dinero (que no nos falta) en organizar una fiesta épica.

No se trataba de una reunión, no serviría tampoco una fiestecita con unas decenas de invitados de primer año. No, no, nada de eso, una señora fiesta. Una fiesta con mucho de todo, mucha gente, mucho alcohol, muchas horas, muchos detalles cuidados para cocinar el ambiente adecuado.

Conseguimos rentar una casona prácticamente abandonada que estaba a las afueras de la ciudad pero no muy lejos de la universidad. Era perfecta para la ocasión. Nos la rentaron los encargados de su vigilancia, que hasta fungieron de seguridad durante la fiesta. Ni siquiera avisaron a los dueños que hacía años que no aparecían por ahí, mejor para ellos y mejor para nosotros. Era muy grande con espacios abiertos pero también muchas habitaciones, muebles viejos que a nadie le importan ya, pero montaban el escenario perfecto para todo tipo de candentes encuentros. Con la iluminación adecuada y un DJ de primer nivel y mucho trabajo de preparación la fiesta en verdad prometía ser todo un éxito.

Nos las ingeniamos para montar una red inalámbrica, instalar cámaras ocultas en los lugares pertinentes, y nos aseguramos de dejar los espacios preparados para que se sintieran bastante acogedores, con guiños que conectaran con un ambiente salvaje y sin límites.

En varios de los cuartos se pusieron pantallas y en toda la casa se escuchaba la música perfectamente, en algunos lados más fuerte y en otros más bajo, pero eso ayuda a generar diversidad de ambientes. La fiesta quedó surtida con cantidades absurdas de alcohol y buena botana. Para invitar a desinhibirse y aprovechar la noche se distribuyen un montón de condones repartidos por todos lados y a modo de decoración pero con la posibilidad de tomar y usarse se usaron máscaras y antifaces de diversos estilos.

Todo siguió el curso esperado, la invitación masiva surgió efecto y acudieron bastantes personas, muchas. El requisito de entrada era una cuota de recuperación (más bien baja por lo que se ofrecía) y mostrar una identificación, misma que sin saberlo los invitados quedaba grabada en una de las cámaras.

La fiesta empezó normal, gente platicando, bailando y haciendo tonterías. Al avanzar la noche paulatinamente la cosa se fue poniendo más intensa, alguna pelea sin trascendencia, las tonterías típicas de gente pasada de copas y los coqueteos subiendo progresivamente de tono.

Conforme se hacía tarde se fueron algunos para los que las cosas se iban poniendo más intensas de lo que les es cómodo y se fueron quedando los que estaban más prendidos, intoxicados, cachondos o al menos curiosos. Para cuando ya era tarde había aún bastantes invitados dispuestos a sacarle el máximo provecho a la noche, lo que fuera que eso significara para cada uno, y como es costumbre en fiestas de jóvenes, otros más estaban dispuestos a ceder en sus límites personales por quedar bien y encajar.

A cierta hora, se fue intercalando en los videos de las pantallas contenidos cachondos, que poco a poco, iban dando paso a videos porno de lo más guarro que hay con todo tipo de kinks. Nos tardamos bastante en escoger los videos, ya teníamos una buena colección después de años de ver porno y guardar los mejores, lo más entretenido fue combinarlos con otras cosas y dosificarlos gradualmente para ir generando calentura en el ambiente sin saltar de la nada al hardcore, al final lo que queríamos era que los ánimos se fueron calentando de a poco.

Por momentos, en ciertos lugares y de forma cada vez más generalizada el ambiente se tornaba orgiástico y los asistentes dejaron salir sus fantasías a pasear, se dejaron llevar y se permitieron muchas cosas. En general, el ambiente siempre fue más de fiesta que de orgia, aun en los momentos más intensos, siempre había mucha más gente bailando, hablando, comiendo y hasta dormida que los que estaban en un tono más sexual, pero era mucha gente, y la verdad entre un lugar y otro y a lo largo de todas las horas que duró, perdimos la cuenta de cuántas parejas hicieron algo más que un toqueteo. Algunos fueron más obvios, otros más discretos, pero de que la temperatura sube, no hay duda. A lo largo de la noche se vieron todo tipo de situaciones y comportamientos que pudimos revisar a detalle los días después en los videos y otros de primera mano. Quizá al poner lo más llamativo junto parece que todo fue depravación, no es el caso. Para muchos fue una fiesta más, muchos no se enteraron de nada , para otros fue una locura. Habrá quien perdió ahí su virginidad y quien siendo ya muy activo sexualmente no pudo pasar de un apretón de nalgas, todo depende de la perspectiva de cada uno. Pero al final, esto era pescar con red, con una gran red, y a nosotros solo nos interesaba una cosa, estamos a la caza de mujeres que cumplieran tres requisitos: belleza, lujuria y un toque especial que podía ser mostrar sometimiento o aun mejor falta total de respeto por ellas mismas. Al final la pesca fue buena, quizá muy buena. No se si es fue el lugar, no se si es que muchos viven como nosotros lejos de casa, en dormitorios o cosas de estudiantes, no lo se pero nos encontramos con más de lo que pensamos lograr en una sola noche. Al final ni siquiera pusimos atención en muchas que a priori hubiéramos considerado excelentes objetivos, niñas muy guapas que se calentaron más rápido que una cena instantánea y dieron las nalgas sin trámite, por ejemplo, pero nuestra selección fue de otro nivel.

No voy a detallar todo lo que vimos, ni siquiera todo lo que nos llamó la atención, me concentraré en los favoritos, y sobre todo, los casos que a futuro dieron frutos.

Una morrita muy rica que ya me había llamado la atención por ser muy atractiva terminó metida en un cachondeo notable. Rubia, alta, delgada pero de buenas curvas; llevaba unos jeans super pegados y una ombliguera blanca que dejaba ver un pequeño tatuaje en la espalda baja, apenas arriba del pantalón. Despedida una energía sexual muy potente, llamaba la atención, lo sabía y lo aprovecha sin pudor alguno.

Estuvo bailando muy sexy con un grupo de acompañantes, provocando a unos y a otros sin enfocarse en nadie en particular, incluso con otras niñas. En algún momento al bailar se puso de espaldas a su pareja en turno y él no pudo resistir la tentación de acomodar una buena nalgada a ese culo perfecto embutido en esos pantalones apretados. Una niña más tímida que estaba junto se sonrojo y soltó una buena risa, pero ella lejos de molestarse o cortarse demostró su total aprobación, apoyó las manos en un mueble cercano ligeramente agachada, arqueo la espalda con sus largas piernas bien estiradas y ligeramente abiertas parando bien las nalgas, como ofreciendolas. Giro un poco la cabeza y les guiño un ojo mientras se mordía un poco el labio. Parecía que era justo lo que llevaba un rato buscando y no perdió la oportunidad de hacerlo crecer. El tipo que la había nalgueado no podía dejar pasar la notable oferta y le dio otra bien dada, y aunque fue bien recibida, por supuesto no fue suficiente. Ella mantuvo su pose en la espera de más, volteo brevemente a ver a los ojos a varios de los que estaban cerca con gesto casi cínico. El afortunado original aprovecho ahora para darle una más suave, pero dejar su mano ahí y dar un buen apretón, como cargando un poco el glúteo mientras se lo saboreaba. Como ella seguía invitado a otros con la mirada, en un instante ya se turnaban tres para nalguearla. Entonces ella se movió un poco y tomó de la mano a la otra niña, la jalo coqueta y retomó su postura. Tímidamente recibió una sobada de la invitada algo cohibida, que no se podía creer que estuviera participando de esto, pero ya se estaba poniendo calentita.

Cuando todo parecía ya bastante subido de tono, nuestra protagonista sorprendió a todos llevando la situación mucho más lejos. En un gesto rápido y decidido, tomó su pantalón de ambos lados y lo bajó hasta un poco más arriba de las rodillas; la ropa interior no fue a la fiesta, y abriendo las piernas hasta donde el pantalón lo permitía regreso a su postura, que ahora dejaba también a la vista unos hermosos labios vaginales completamente depilados, rosas y turgentes y un pequeño piercing en su clítoris. Todos los cercanos estaban entre impactados y ardiendo por dentro con esta mujer despampanante y cachonda con las hormonas y las feromonas a flor de piel, los tenía a todos salivando y, ahora con más ganas, continuaron las nalgadas y los manoseos, incluidos algunos manotazos en la vulva y alguno que otro dedo explorador.

Ella ya se había divertido poniendo a todos a girar, pero su calentura también crecía sin control y ya no pudo aguantarse las ganas de llevarse a la otra niña al sillón más cercano para darle toda la pasión que traía adentro. Se comieron mutuamente la boca, los senos y todo lo demás, desde adelante hasta atrás y de lo más expuesto a lo más profundo. Siempre con la guía de nuestra protagonista, pero su acompañante, aunque se mostraba más inexperta y tímida no pudo más que dejarse hacer y corresponder lo mejor que pudo. Como aderezo, algún suertudo de alrededor tenía acceso ocasional a meter mano a una u otra y sacar fotos y hasta selfies. Si bien aquí no se veía sumisión, no se puede ignorar a una mujer con esa vibra, esa figura y esa disposición de expresar su sexualidad sin límites. Teníamos claramente un objetivo fijado.

En otro momento y lugar, un grupo de amigos platicaba cerca de uno de los botaneros, mientras comían y bebían, tranquilamente uno de ellos tenía enfrente a una zorrita de rodillas, comiéndole la verga y con los pechos de fuera. Nadie, incluido el afortunado, parecía prestarle atención alguna, hasta que él mismo se terminó su cerveza, entonces le da un par de toques en la mejilla con la mano para llamar su atención y la manda por más para él y otro amigo. Ella se para se guarda los pechos y va por su encargo obedientemente. Al regresar con las dos cervezas en mano, el otro amigo, antes de tomar la suya, le saca de nuevo los pechos, les da una buena sobada que termina en un jalón de pezones y un manazo, luego toma su cerveza y le da un beso en la boca en señal de agradecimiento condescendiente. Ella entrega la otra cerveza y regresa a su labor original mientras los demás continúan entre plática y risas. Después de un rato y sin mucho alboroto, el afortunado la toma de la cabeza y le mete el miembro hasta el fondo de un golpe, se la deja ahí alrededor de unos 30 segundos y luego saca y mete todo un par de veces mientras termina dentro de su boca, luego le da un respiro, sacude su verga en la frente de ella dejando un par de gotas de semen, se la mete de nuevo para que se la deje bien limpia y tomándola del pelo le pone la boca en sus testículos. Ella los lamió por lo menos otros diez minutos hasta que algunos de los amigos se despidieron, la plática se terminó y ellos se fueron a bailar un rato. Justo lo que estábamos buscando, una putita sumisa, lista para ser usada.

En otra habitación entra una pareja que llegaron y estuvieron juntos toda la noche, no había nadie más, inician una escena de sexo más bien romántica hasta que alguien abre la puerta. Ella se molesta y comienza a gritarles que cierren mientras se cubre, pero él le da una bofetada completamente inesperada, invita a pasar a los dos que estaban por la puerta, se quita de encima de ella y les indica que están invitados a reemplazarlo. Ella está pasmada y no protesta; uno de ellos se anima, se baja los pantalones y empieza a cogersela, luego el compañero original les dice algo a todos y ella se ponen cuatro y mientras se la sigue cogiendo el recién llegado, él empieza a cogersela por la boca y el tercero saca su móvil y empieza a sacar fotos y video. Se toman turnos hasta terminar los tres hombres; los dos que llegaron después se despiden y se van. Ella empieza a protestar de nuevo, le grita y manotea molesta, él se para, le da un solo grito y ella se calma, luego él empieza a hablarle y ella lo escucha con la mirada al piso. Con cara tímida y sumisa le da un beso y se abrazan. Quizá no estaba tan lista, quizá no estaba acostumbrada, pero estaba clara la obediencia, sabía quién mandaba y aunque protestaba al final se cogió a los tres bien cogidos y terminó más de una vez. Cuando hay material, se nota.

Dos amigas de apariencia tímida llegaron juntas a la fiesta y anduvieron pasando de un lugar a otro sin interactuar con nadie más. Al principio no parecían ser de nuestro interés, ninguna de las dos. Si estaban de buen ver, pero no estaban vestidas de forma atractiva, tampoco socializaron y ni bailaron, solo platicaban entre ellas, y daban la impresión más bien de ser aburridas. Pero al avanzar la noche, conforme la fiesta se puso más sexual y empezaba a haber parejas más activas, salió a relucir algo interesante. De pronto por donde estaban ellas, había otros dos bailando muy pegados. Él le metía mano cada que podía, luego se apartaron por un pasillo y se fueron a fajar un un rincón un poco apartado y con poca luz. Ellas comentaban y se reían como un para de bobas, y cuando se apartaron los otros, una de ellas se acomodo para poder tener mejor vista, la otra se cortó un poco y se veía incómoda pero se aguanto y seguían platicando, seguramente algo al respecto. Los otros seguían en lo suyo, no es que estuvieran dando gran show, más bien buscaban ser discretos si es posible llamar así a coger en público, pero considerando el contexto y que más de una pareja tuvo total desparpajo al hacerlo a la vista y hasta turnarse en amigos, podría decirse eso de estos dos, al final estaban apartados, en su mayoría vestidos y no hacían nada extravagante que ya era más que lo que se podemos decir de otros tantos en cuanto a discreción se refiere. Para cuando ya era evidente que estaban en pleno coito, las amigas empezaron a discutir, y a pesar de la más animada e interesada de las dos, la otra se fue de la fiesta. La que quedó dejó en paz a la pareja, la mirada a los ojos de la chica fue suficiente para asustarla, y ahora sola y sin show se fue a buscar algo que tomar.

No pasó mucho para que entendiera que esta fiesta no era como las que ella frecuentaba. Por su aspecto inocente y tímido y la edad que se aparentaba, se notaba que todo el ambiente era nuevo para ella. Probablemente recién ingresada a la universidad y tal vez venía de un entorno mucho más tranquilo, tal vez algo pueblerino, yo que sé.

De repente se detuvo en un pasillo, cerca de una puerta y pegaba la oreja cuando nadie la veía, algún sonido del interior le hacía morderse los labios y lucía nerviosa. Luego pasaron unos tres amigos que deben haber entendido lo que pasaba y en tono burlón hicieron algunos gestos obscenos a la chica que de nuevo se asustó y se fue de ese lugar.

De ahí en adelante esta pequeña zorrita se dedicó el resto de la fiesta a buscar por un lado y por otro donde podía ver discretamente algo de acción. Al estar revisando los videos nos divertimos encontrándonos en una y otra escena. Era como jugar al libro aquel de donde está Wally, pero en versión video, y en más o canciones que las que no, si alguien cogió a la vista, nuestra Wanda anduvo por ahí, escondidita, tímida, como quien no quiere la cosa, como quien ve para otro lado.

Fue hasta tierno notar que en todo el tiempo, su mano derecha no salió nunca del bolsillo de su pantalón deportivo. Como les dije, no estaba muy arreglada para la ocasión, pero los pants holgados cumplieron otro propósito, o al menos eso parecía creer ella. Le deban acceso “encubierto” a sobarse la entrepierna.

Estuvieron literalmente horas tocándose. De una escena en vivo a otra, o hasta con algún video, el sutil movimiento de su mano no paró nunca. Se mordía el labio y apretaba las piernas mientras sus dedos seguían siendo los fieles compañeros del o que seguramente era una rajita empapada. Al final, ya tarde, cuando no pudo más se metió a un baño, se encerró ahí un rato y terminó con el trabajo. Pero no estaba sola y esto nos lleva a la siguiente historia.

Borrachos y borrachas hubo bastantes, muchos fajaron, muchos cogieron, unos en pareja otros en grupo, unos una vez y otros varias, pero hubo una en particular que fue todo un evento no apto para sensibles. Este pobre despojo de muchacha llegó sola, y no había pasado una hora cuando ya estaba bien borracha. Bailaba, copa en mano, con quien se dejara y a la primera oportunidad le restregaba las nalgas a quien se le pusiera cerca. No tenía una personalidad muy magnética, pero guapa si estaba. Traía una falda corta y le lucían muy bien las piernas, su pelo destacaba porque, a diferencia de la mayoría de la fauna nativa, tenía el pelo oscuro y rizado. Beso a muchos y le estuvieron metiendo mano todos los que quisieron.

Se perdió un rato, suponíamos que estaría por ahí cogiendo con alguien, era inevitable para como iba la cosa, pero ya más tarde nos enteramos de más y pudimos acomodar una cámara en el lugar de los hechos para grabar lo que pasaba.

Esta criatura, ya después de haber pasado por más de uno terminó tirada en un baño. Cansada de bailar y coger, y borracha como estuvo toda la noche, se quedó dormida en el piso con los calzones en un tobillo, la falda en el torso y la blusa en el cuello, despeinada, con el rimel corrido y la entrepierna chorreada de semen y sus propios fluidos.

Luego de un rato se empezó a correr la voz. La zorra que se habían estado agarrando estaba en estado lamentable y a merced de todos. Poco a poco pasó de ser un bulto en el baño a ser toda una atracción de esa sección de la fiesta. Algo le sucede a la gente que cuando se pierden los límites de una situación, se vuelve contagioso y en el espíritu de manada se pierde la noción de la responsabilidad personal.

Primero subieron algunos a sacarle fotos como si de conseguir un souvenir se tratara. Luego pasaron a los manoseos, subían a tocarla, le metían los dedos en el coño, tomaban los restos de semen y se los metían a la boca. Un tipo de coleta de caballo se puso creativo, se quitó la liga del pelo y le metió uno de los pechos en ella. También empezaron a rayarle primero la cara y luego por todas partes con un plumón indeleble. Patética como estaba, todo iba a ponerse mucho peor, o mucho mejor, según se vea.

Ya a estas alturas ya no estaba dormida, se fue despertando y solo los veía y se dejaba hacer. Al principio no le daba ni la fuerza ni la cabeza para hacer nada más, pero lo sorprendente es que entre más despertaba más cooperaba. Para sus visitantes se convirtió en un juguete perverso, primero su estado y después su actitud los motivó a hacerle cosas cada vez más extremas. Los juegos con su cuerpo se volvieron más agresivos y más humillantes, empezaron a ver cuantos dedos le podían meter, primero en la vagina pero no tardaron en empezar con el culo. Hubo una foto con 5 dedos metidos en su ano, pero uno de cada quien y todos sonriendo a la cámara, menos ella que tenía cara de dolor pero se dejaba sin protesta. Le metieron diferentes objetos que se encontraron por la casa y les gustaba dárselos a chupar después de haberlos metido por el culo. Mientras unos la jalaban para un lado y otro, y la agarraban por las tetas que apretaban y zarandeaba, o la jalaban desde sus agujeros como bola de boliche y otros se estuvieron masturbando y le terminaban encima. Sus rizos ya eran una colección de mecos y le dieron otros tantos a comer.

Dos curiosas que escucharon lo que estaba pasando y que le traían mala onda porque más temprano les anduvo frotando las tetas y las nalgas a los a los amigos con los que querían ligar aparecieron en escena. Comenzaron con burlas y luego insultos. Recuperaron el plumón y se pusieron a escribirle PUTA por todas partes, remarcando mucho uno en la frente. Luego se dieron vuelo con las bofetadas, primero a turnos y luego las dos a la vez sin darle descanso mientras le gritaban: guarra de mierda; zorra asquerosa; eres una basura; maldita puta sucia y patética; eres un jodido juguete desechable. Ella no pudo más y rompió en llanto, tantas cachetadas una tras otra más los gritos a los que no les faltaba razón, la abrumaron, y lloró profunda y desconsoladamente. El llanto fue catártico, liberó toda la emoción atorada desde hacía tiempo. Ellas le lanzaron varios salivazos a la cara, un par en la boca que le hicieron abrir y sacaron unas fotos llorando con la cara roja como una brasa y hecha una desgracia, luego se fueron.

Los demás se cortaron un poco con el llanto, pero cuando salieron las otras dos, la zorra no hizo más que, hincada como estaba, secarse las lágrimas, bajar la cabeza un poco, pero subir la mirada, como un cachorrito. No se fue, ni se cubrió, ni articuló palabra, y quedó claro que el sobresalto había pasado y no tenía intención de terminar con la situación, si acaso, había terminado de asumirla y de hacerse una con lo que pasaba.

Unos se fueron, pero llegaron otros. Afuera solo se decía que había una zorra sin límites que se dejaba hacer de todo, y no faltaba quien quisiera aprovechar tan singular situación. Algunos que llegaron con tragos la hicieron tomarse tres cervezas al hilo y de nuevo agarró vuelo la borrachera que ya se había pasado. La vista de la cerveza que le tiraban encima y le hacían tomar llevó a otras ideas, y la metieron en la tina. Se pasó el resto de la fiesta siendo un mingitorio más del baño, trago litros de meados. Cuando ella misma tuvo ganas y quiso usar el wc, la obligaron a voltearse y echarlos en su propia cara. Así pasó el resto de la noche.La orinaban, luego le daban verga por la garganta, le terminaban en la cara, le terminaban en la garganta, los orines que le soltaban en la garganta. Uno que otro manoseo, una que otra bofetada o azote en las tetas, pero la verdad ya no cualquiera se atrevía a tocarla más allá de meterle el rabo en la boca, estaba hecha un asco.

Al final se volvió a quedar dormida, agotada. Le pusieron tapón a la tina y le siguieron meando encima, al escusado ya ni quien se le acercara, solo nuestra tímida amiga de antes, que se enteró de esto ya al final. Entró, cerró, y se bajó los pantalones, se sentó en el escusado con las piernas bien abiertas y por fin pudo sentir sus dedos directamente en su clítoris. Debe haber estado hinchada de tanta sobada, pero con la mirada clavada en la chica de la tina, se frotó frenéticamente por un minuto más y al fin lanzó un grito tremendo que de inmediato la conectó con la vergüenza. Con la cara sonrojada se salió del baño y se fue de la fiesta.

Ya tarde, quedando pocas personas, una parejita comenzó a llamar la atención de los que andaban aún cerca con un juego que empezó de manera espontánea e inocente y se puso muy caliente. Una morrita tomó uno de los de los antifaces que andaban por ahí disponibles y se lo coloco. El antifaz no era muy explícito en su figura y tenía solo un par de tonos de un mismo color, pero tenía orejas y nariz que sugerían un perrito/a. Ella, siendo coqueta, le guiño un ojo a su acompañante, sonrió con la boca ligeramente abierta dejando ver un poco la punta de la lengua como interpretando un jadeo, sus manos juntas y dobladas hacia abajo como dos patitas y la colita parada y contoneándose.

Ella era pequeña de estatura, rubia, de cara dulce, tendiendo a redonda y con una nariz ancha pero más bien bonita en conjunto y de figura bastante antojable por sus curvas, y que su faldita tableada y blusa de tirantes presumía muy bien.
Su gesto coqueto fue bien recibido y cayó como chispa en pólvora. El compañero llevaba horas de múltiples antojos y no había logrado concretar gran cosa, pero su paciencia rindió frutos y esto empezaba a pintar muy sexy. Le siguió el juego y le dio algo que probablemente ella ni esperaba ni sabía que quería pero tuvo muy buen resultado. Lo primero que hizo con ella fue decirle algo que le le saco una sonrisa, probablemente algún elogio o algo pícaro y acto seguido comenzó a acariciarla suavemente en la parte posterior de la cabeza, entre caricia y palmadita, como haces con una mascota. Ella respondió favorablemente, intensificó el jadeo y se le acercó hasta ponerse muy pegadita con él. El juego había comenzado, los dos estaban a bordo y faltaba ver hasta donde llegarían.

Estuvieron así un rato, muy juntos, entre caricias y gestos, pero relativamente tranquilos, platicaban con otros amigos mientras él tomaba su trago y comían algo de lo que aún quedaba de botana, con la peculiaridad de que a ella la botana se la daban en la boca, como quien le da un premio a su perrita y ella agradecía con algún gesto, lo que causaba reacciones y comentarios de los demás. En algún momento a petición de alguien ella ladró y levantó risas y aplausos y se volvió algo común en adelante y así se fue metiendo en su papel.
Todo se aceleró más cuando ladrando le indico a su amigo/amo que quería algo de tomar al ladrar con la vista fija en el vaso que él tenía, y haciendo una indicación con la mano/pata como rascando. Su llamado fue atendido rápidamente, pero la bebida no se la dió en un vaso, en cambio, vació un bowl que solía tener algo de botana, y luego de sacudirlo le preparó ahí su bebida y la puso sobre el piso. Ella apretó un poco el entrecejo y con cara de duda pero divertida con el juego y curiosa de qué más pasaría se puso en cuatro y comenzó a beber.
Por suerte estaban en un área de jardín que tenía algo de pasto, lo que aligeró la incomodidad en sus rodillas. Una vez que se puso en cuatro, ya no había marcha atrás, para los demás fue dejarla de ver como alguien más del grupo haciéndose la chistosa, y fue un poco como perderle el respeto y tener permisos que antes no se hubieran dado. Para ella fue descubrir que someterse le movía cosas, que le daba curiosidad y morbo, para nosotros fue el signo inequívoco de un objetivo claramente alineado con lo que buscábamos, un espécimen perfecto para la colección.

Ahí estaba ella en cuatro patas tomando de su plato, o tratando, que no era fácil. La posición y la falda corta eran extremadamentes sexis, apenas un ligero movimiento hacia adelante lograba dejar ver su ropa interior justo en la entrepierna y está a su vez se plegaba sobre los labios baginales regordetes dejando adivinar su forma y todo esto enmarcado en dos gloriosos muslos, que aunque no muy largos, si estaban muy bien torneados y remataban en un suculento culito respingón. En resumen un manjar de belleza y sumisión adolecente.

Con la temperatura de la situación en aumento y el respeto por la criatura, tanto de su amigo, como de los cercanos y el suyo propio en franco declive la cosa se puso sexual muy rápido. Antes de que la bebida pudiera empezar a aliviar su sed, ya le había acariciado el culo y la concha su amigo y otro más. Otros dos se dieron a la misión de conseguirle correa y lo consiguieron rápidamente adaptando una cuerda que marcaba un área como limitada ya que estaba el jardín algo encharcado en esa parte. Ella se dejó poner la correa y se dejó tocar, sonreía coqueta y contoneaba el culo, pero por dentro había una buena dosis de ansiedad y desconcierto. Esto no era lo que ella había pensado o buscado y nunca había participado en nada similar, sin embargo estaba cachondísima, y el alcohol también hizo su parte para ayudarla a dejarse ir cada vez más y terminar dominada por su propia lujuria. Una decisión llevó a otra, permitir algo abrió la puerta de lo siguiente y en cada pequeña lucha por parar o seguir iva perdiendo voluntad y agencia.

Terminó lo que pudo de la bebida con muchos trabajos entre lo difícil que es beber con la lengua y los jaloneos para colocarle la correa al cuello, entonces intentó levantarse, pero la mano decidida de quien tomaba la correa fue contundente al detenerla. Emitió un pequeño chillido fruto de la molestia que el jalón le generó en el cuello, junto las cejas con carita de perrita regañada, pero no dijo palabra y aceptó la indicación. A tres pasos de ella alguien la llamó chiflando y con una palmada en el muslo, ella lo volteo a ver dudosa, pero de inmediato su amigo del principio que ahora tenía la correa en mano como orgulloso dueño la llevó hacia él y le dijo: “sientate”, “buena chica, dale la patita”. Ella fue recompensada con aplausos y palmaditas en la cabeza a lo que respondió jadeando y sacando la lengua como con una sonrisa. Luego la siguió paseando en cuatro por el jardín y conforme se acercaban a alguien algunos de daban una palmadita en la espalda o le rascaban bajo el cuello siguiendo el juego de la perrita, pero a ojos de otros ella, más que perrita, era una putita busucona, cachonda y sabrosa que había que aprovechar y preferían darle una apretada de chichis o manosearle el coño. Otro más creativo se divirtió lanzándole comida al piso como si fueran premios, ella rápidamente los buscaba y los comía, le soltaron la correa y se los fue lanzado más lejos, ella corría por ellos y regresaba a pedir más ladrando. Que gozada verla así.

Luego como es inevitable en toda fiesta, al estar tomando, llegaron las ganas de orinar. Ella ingenuamente intentó pedir que la dejaran ir al baño con señas, así como cuando consiguió su bebida, pero el baño no es lugar para perritas. Más tardó ella en darse a entender que él en visualizar lo que tenía que pasar. Se hizo el tonto un rato haciendola sufrir mientras se aguantaba y finalmente le dijo: “¿Necesitas hacer pipi?” Ella se alivió por un momento, pero de inmediato vino la siguiente instrucción, “Vamos, que esperas” mientras le señalaba el pasto. Se veía inquieta y no sabía muy bien qué hacer pero la ganas ya eran insoportables, su correa la detenían firmemente y al final solo pudo acomodarse un poco y soltar. El, por si no tuviera ya bastante atención y humillación aviso a la gente lo que pasaba y subió su falda corta para que todos la vieran ahí en posición de rana, como orinan las perritas hembras, orinando en el jardín. El liquido amarillo primero imprgno su calzón y despues cayo al jardin formando un buen chorro. Lo último que salió con menos fuerza terminó de empapar la prenda. Su rostro estaba rojo como brasa ardiente y su vergüenza era sublime, pero aún tenía espacio para crecer. Él la reprendió con voz fuerte y le dijo “Mira lo que hiciste, perra sucia. Por eso las perras no usan calzones” y procedió a quitarles sus zapatos, y sus calzones empapados que tomó con la punta de los dedos y cara de disgusto. Los lanzó al piso cerca de su cara, la jalo de la correa y le puso la cara junto a los calzones sucios, con la otra mano le presionó la cara en ellos y le dijo de nuevo “ves lo que haz hecho, sucia.” Alguien aprovechó unos papeles que tenía a la mano, los enrollo y se los dió, él sonrió, la hizo levantar bien el culo y le dio cuatro o cinco azotes en las nalgas ahora desnudas con EL CHURRO de papel y le dijo con fuerza “Queta ahí”. Cerca estaba una hielera grande que ya casi no tenía hielo, pero tenía bastante agua helada, tomo agua en el cuenco que había usado para darle de tomar,y regreso con ella. Le subio bien la balda que ahora le cubría del ombligo para arriba, le hecho la mitad del agua helada por el culo, lo que le puso todo la piel de gallina y le saco un gemido quejumbroso y luego continuo echandole agua con la mano alternando con frotar sus partes para limpiarlas. Fue un espectáculo hermoso verla ahí en el pasto en cuatro patas, con las rodillas separadas mientras la enjugaba y la frotaban, abriendo bien sus nalgas y su conchita para limpiarla bien, pero también para exponerla bien.

“Ahora si, ya estás limpia de nuevo, te toca tu premio.” Se puso de rodillas, se sacó la tranca y la ensartó. Uno más, siguió el ejemplo y le dio de mamar. Mientras se la cogían cada cual por su lado chocaran las palmas y animaban a los espectadores a aplaudir y vitorear. El que le daba por la boca, a veces la zacapa para que lo lamiera desde los huevos hasta la punta y se ponía muy cachondo cuando le pedía que ladrara y ella obedecía, luego de nuevo hasta el fondo.

Atrás mete y saca sin reparos, nalgadas enérgicas y una buena estrujada de nagas. En algún momento, le empezó a sobar el ano con la punta de un pulgar, y a veces lo metia un poco. Un espectador dijo, “a esa perra le falta una colita”, y se hizo con un pedazo más de la cuerda que habían usado de correa, la cuerda era más o menos gruesa. Le ató un nudo en un extremo del tamaño de una pelota de golf y se acercó a colocarla. El amigo que se la estaba dando, sin detenerse, le abrió las nalgas con las dos manos, el de la cuerda se escupió en una mano, y le empezó a sobar el culo dilatando con un par de dedos.

Del lado de enfrente, viendo lo que se venía, no pudo más con la excitación, le encajo el falo hasta el fondo de la garganta y exploto dentro sin dejar de presionar la cabeza hacia su vientre. Ella, a medio ahogarse, hizo tal aspaviento tratando de tomar aire que terminó escurriendo semen por la nariz y con los ojos llenos de lágrimas. En un instante estaba la garganta libre, y con el aire fresco llegó también una oleada súbita de conciencia. Se vio a sí misma con su antifaz de perrita, semidesnuda, en cuatro patas, cogiendo a la mitad del jardín de una fiesta en el que hacia uno minutos habia descargado la vejiga frente a todos, a uno metro frente a ella sus calzones amarillos y empapados, con la cara pringada de semen de un extraño que había pedido ladrando, y mientras tono esto le llegaba de golpe a la mente entrava y salia de su vagina la verga que se habia estado saboreando toda la noche y alguien más le aflojaba el culo con los dedos. En ese momento siento la presión de la cuerda anudada en la entrada posterior, no fue un tacto, ni amable, ni agradable. La textura era algo rasposa, la lubricación era pobre y la dilatación insuficiente. La presión se intensificó junto con su dolor, un profundo gemido angustioso fue al mismo tiempo la motivación para que lo empujaran con más fuerza y el nudo cruzará la parte del dolorido esfínter y quedará alojado en el recto. Entonces todo vino junto, bulla y comentarios humillantes, el dolor en su ano que cedía sutilmente el paso a una sensación de ligero alivio combinada con la penetración vaginal, ahora más vigorosa,y sobre todo apretada por el mismo nudo que la presiona hacia abajo estimulando más su punto g, sus gemidos en aumento, el ritmo en aumento, su amigo la tomó por la cola, la jalo un poco haciendo de nuevo presión en su esfínter y al tiempo que le daba una nalgada que le ardió hasta el alma y le grita “correrte perra”. Fue una explosión hermosa, se chorreo toda en una eyaculación femenina de antología y no creo que ni ella supiera si tuvo un orgasmo o diez.

Se dejó caer a un costado y por un momento parecía muerta, la muerte chiquita le dicen.

Pasados los orgasmos, se bajó la calentura, el “amigo” ya enfrió, no supo qué hacer con lo que había pasado y simplemente se fue y con él algunos más. La chica se cubrió un poco con su falda pero aun no tenia fuerza para pararse, entonces vino el tiempo de la primera cosecha.

Lo que con las otras chicas sería un proceso largo, con ella se dió de inmediato. A diferencia de las otras escenas que vimos más bien en los videos, una buena parte de esta la vi en persona. Si la hubiera mandado a hacer no la habría querido diferente. En cuanto me enteré de que alguien jugaba a la perrita y el amo sabía que era oro y que tenía que acercarme. Tengo debilidad por las sumisas en general, pero siempre quise una perrita.

En el momento en el que su compañero se fue ella cambió por completo de mood, todo era una pesadilla, en un segundo lo que había sido un juego cachondo que se había descontrolado ya era un infierno. Estaba agotada y vulnerable, con una borrachera que se convertía en cruda, y sobre todo en cruda moral. ¿Qué clase de puta era? ¿A quién se le ocurre hacer algo así? Entre su situación actual y la retirada de sus amigos el golpe a la autoestima fue duro y mis palabras llegaron a ella como patadas a un hombre caído. “Mírate nada más, perra asquerosa. Otra vez toda mugrosa. ¿Eres una perra o una puerca? No te puedes quedar ahí tirada como una callejera, levántate vamos a limpiarte”. Las palabras apenas iban cobrando sentido cuando una cubeta de agua completamente helada le caía encima de su cuerpo sucio de diversos fluidos corporales propios y ajenos y algo de lodo del jardín en manos y rodillas, luego otra media cubeta, esta vez acompañada de los golpes de algunos pequeños hielos que quedaban flotando en la hielera. Empapada de pies a cabeza, desconcertada y asustada, estalló en llanto desconsolado, mientras temblaba por una mezcla de frío, debilidad y miedo. Entonces procedí a quitarle lo que le quedaba de ropa, que no era mucha, su falda tableada hecha rollo en la cintura y su blusa, pero no le retiré la cola ni la correa. No parecía de acuerdo, pero en un par de tirones quedó en pelotas y vimos por primera vez sin estorbos su cuerpo desnudo. Era una escultura. Menudita de tamaño pero de formas exquisitas y en especial, sus pezones duros y su piel erizada por el frío intenso, lucía hermosa. Tome lo que quedaba de agua fría y como le habían hecho más temprano termine de asearla, esta vez con más énfasis en su cara y sus genitales que era lo más sucio. Había algo especialmente humillante en el aseo de su cara, mientras le lanzaba agua y la frotaba sin cuidado e incluso le metía los dedos a la boca para revisar y limpiar. Luego ya lambada, levante su ropa del piso, la tire en la cubeta, tome a la perrita en brazos como a un cachorro que rescatas en la calle y me la lleve.

Me dirigí a un cuarto que habíamos reservado para guardar nuestras cosas. No tenía muebles, solo una mesa grande y su piso estaba alfombrado. La criatura sollozaba y temblaba de frío. No sabía qué esperar, pero de entrada un poco de privacidad y la temperatura más templada del interior se deben haber sentido confortables. La coloqué en el piso y se encogió adoptando posición fetal. La alfombra estaba polvorienta pero era de buena calidad y se sentía suave al tacto y bastante mullida. Le dije que esperara ahí, probablemente no habría hecho otra cosa de todas maneras, regresar desnuda y mojada al frío de afuera a encontrarse con quien sabe quien no parecía la mejor opción, y no se veía en condiciones físicas ni emocionales para buscar soluciones a su situación de manera muy activa. En unos minutos regresa con tres mantas viejas que tomé de la casa, las tenían cubriendo muebles grandes para evitar que se empolvaran mucho. Les di una sacudida luego se una para secarla, primero con una buena frotada por todo el cuerpo y luego la use para su pelo. La más grande la acomode en el piso, formando una especie de nido, con la tercera la envolví a ella cuidando de cubrirla bien para que recuperara calor y la puse sobre la camita que había preparado.

En la última media hora había pasado de una exploción de morbo y excitación descomunal, con un clímax demasiado intenso a una situación de cansancio, frío, vulnerabilidad y soledad abrumadora. Pasó de ser una niña coqueta, a cachonda descontrolada, a una perrita en celo, a algo parecido a una callejera abandonada y desamparada. La montaña rusa de emociones y el cansancio físico no le dejaron mucho espacio para pensar o hacer nada. Solo quería, más a nivel instintivo que racional,estar calentita, cubierta y a salvo. En la medida que empezó a sentirse así fue relajando un poco el cuerpo cubierto por la manta que sostenía firmemente con las dos manos. Yo me senté junto a ella y le acaricie la mejilla y el pelo por un rato hasta que la venció el sueño y salí a ocuparme junto con Gabriel de los últimos asuntos de la fiesta que ya terminaba.

Así terminaba la noche, o la fiesta porque ya la noche era madrugada hace rato. Ese día se cumplió el objetivo original, se revelaron varias zorritas con madera para lo que queríamos. Al revisar los vídeos logramos detectar a estas seis, que por lo pronto podemos distinguir como, la cachonda, la sirvienta, la prestada, la tímida, el despojo y la perra. Las seis atractivas, cada una en su estilo, las seis lujuriosas y las seis dispuestas.

Como plus, teníamos al menos otra docena de grabaciones comprometedoras, que además de entretenidas, seguro serían útiles en el futuro.

De todas teníamos grabadas también sus identificaciones, con nombre completo, algunas dirección y otras su escuela. Unas eran de la misma universidad pero no todas y algunas tenían identificaciones de otros lados, pero al final logramos encontrar a las 6 importantes, y armar una lista de las otras, algunas de las cuales que nos fuimos encontrando con el tiempo.

Ya les contaré poco a poco como se fue integrando el grupo, tanto de los amigos que se unieron a Gabriel y a mi, como de la carne, los jugetes sexuales de dos patas y tres agujeros que nos conseguimos y lo bien que la pasamos esos años inolvidables.

Por ahora y para empezar, teníamos a dos de ellas aquí en la casona. El despojo y la perrita estaban a la mano y listas para empezar. Venía un fin de semana muy interesante, serían nuestros primeros días con ellas y hay mucho que contar tan solo de ese fin de semana, pero será en la siguiente entrega.

Si eres mujer y disfrutaste el relato, deja un comentario. Dime quien de las seis es la que te pone más y quien la más parecida hasta ahora.

PRIMERA PARTE

Después de mi primera polla en mi boca y aquel par de corridas en ella mi sabor de boca era tanto menos como desagradable y tenía ganas de echar aquello que estaba en mi estómago me dolía algo el culo y aquel macho seguía teniendo su polla morcillona.
Me atreví a preguntar tímidamente como había llegado a aquella situación con Andrés y Mónica siendo todo una casualidad o simplemente como dijo mi ex el destino siguió la conversación por ahí y ya no fue tan casualidad cuando mandé mi número de teléfono por el correo ella se dio cuenta de que era mi número y mirando las fotos que yo le mandaba concluyó que me gustaba más que a un tonto el morbo y el sometimiento.
Mónica_ bueno mariquita quiero saber si has disfrutado de tu primera polla en la boca y de esas cargas de leche de los besos con un macho quiero que seas sincera.
Cuando tienes un mar de líos en tu cabeza es difícil contestar rápidamente y eso me pasaba a mí que si me había gustado. ……..
Yo_ verás durante el tiempo que hemos estado mandando correos y guasas ha sido una experiencia increíble empecé a utilizar asiduamente mis juguetes fantaseando todavía más usando todo tipo de lencería y agrandando mi deseo por travestirme cualquier excusa era buena para meterme algo por el culo y disfrutarlo hoy imagino que he culminado una fantasía un deseo y alguna cosa más me he visto humillado y no sabía qué hacer pero tampoco tenía gran escapatoria habéis abusado de mí aprovechando el conocimiento que había acumulado en nuestra relación y agrandado por el del tiempo que me ha sido dominando hasta llegar a este día besar un hombre comer su culo chupar su polla y sentir en pocos minutos dos corridas en mi boca y tragármelas más tener que comer y compartir mi propia corrida creo que el resultado final es complaciente soy lo que tú querías ser un mariquita cornudo.
Andrés aprovechó el momento para empezar a besar mi boca dándole yo la mía durante unos minutos fue algo apasionado.
Mónica_ quieres que te folle Andrés ?
Yo_ es una pregunta retórica?
Mónica_ es una pregunta para la que la contestes con un sí o con un no.
El tono de Mónica ya lo conocía era su propia personalidad dominante y desafiante estando atado creo que no tenía demasiada situación de escape pero a la vez había llegado a un punto que para mí era sin retorno tenía una mujer que había sacado de mí mi lado bisexual y a la vez estaba descubriendo que me gustaba sentir el dominio de ella y no me desagrababa del todo la sensación de cariño que me proporcionaba Andrés.
Yo_ sí quiero que Andrés sea el primer hombre que me penetre analmente y quiero ser vuestro sin ninguna duda he traspasado ciertos límites.
Mónica_ me alegro que te entregues a nosotros tendrás también alguna recompensa.
Evidentemente yo me imaginaba que la recompensa sería disfrutar del cuerpo de Mónica de alguna manera y eso también me gustaba Andrés me quitó mis correas y como agradecimiento bese su boca apasionadamente en señal de entrega para luego buscar su verga y comenzar a chuparla durante un buen rato casi al punto de correrse me mandó parar mientras por parte de la pareja podía oír insultos constantemente.
Andrés_ joder putita qué rápido aprendes no hace falta ni enseñarte que eres más guarra de lo que yo pensaba.

Después de aquello tomamos un trago a mí me vino bien para enjuagar mi boca con sabor a polla y semen también comenzó una ronda de besos a tres lenguas en los que los más apasionados eran con Andrés tanto Mónica como yo era como si veneramos aquel macho.
Mónica_ ahora necesito que me folles a mí y me deis placer los dos.
Como dos hienas atacan a una presa los dos nos dirigimos hacia aquel cuerpo de pecado indistintamente comíamos su coño su culo sus tetas todo su cuerpo mezclado nuestras salivas y nuestras lenguas en un apasionado festín esta recibió varios orgasmos antes de que en primer plano hubiese como aquel vergón comenzase a abrir y ensanchar su coño era increíble ver como sabría paso y cuando la tuvo todo clavada abrí los glúteos de mi macho y comencé a pasar mi lengua por toda aquella raja jugando donde ya antes lo había hecho con su esfínter que sin ninguna duda tampoco era virgen.
Mónica iba con el segundo orgasmo con aquella polla dentro y Andrés la cambio de postura colocando la de a cuatro yo me deslice con mi cabeza bajo aquel cuerpo y comencé a recoger todo el flujo de aquel coño que tantas veces me había comido y que ahora mismo casi la certeza alguna vez lleno de leche de otro macho.
En aquella posición podía pasar mi lengua por el tronco de aquel vergón chupar aquellos grandes huevos y comerme el chichi de Mónica todo un premio en aquel momento.
Durante cinco minutos más estuvo invistiendo aquel coño hasta que ya no aguantaba más.
Andrés_ me corro mis putitas me corro no aguanto más.
Yo no sabía dónde iba ir aquella toda carga de leche pero sí me imaginaba que en cualquier sitio terminaría comiéndomela.
Mónica_ sí sí espera dale dale dale yo también me corro yo también me corro los dos a la vez joder joder sí sí sí.
Vi como se hinchaban sus pelotas y como comenzaba a salir una gran cantidad de líquido blanco que fui recogiendo con mi boca sin perder una sola gota estuvo como dos minutos entrando y saliendo lentamente de ella ya cada invite podía recoger mi premio.
Cuando por fin la sacó entera empezó a salir una masa de líquido viscoso tanto el flujo de Mónica que siempre lo había tenido bastante espeso mezclado con aquella carga de esperma pasaba la lengua por todo el entorno de su vagina abriéndolo para que cayese mi boca y con mis ojos podía ver como brillaba la polla a escasos centímetros de mí así que no lo pensé dos veces y estiré mi cuello para limpiar y recoger las últimas gotas de leche que contenían aquel pollón.
Andrés también pasó la lengua por aquel coño que acababa de follar y yo casi había dejado limpio en aquel momento me sentía más puta que hombre y satisfecha con mi trabajo realizado.
Increíblemente me sentía como mujer cómoda en aquel papel y deseaba ser todavía más anhelaba aquel pollón dentro de mi culo aunque sabía que me dolería.
En el descanso primero Andrés y luego yo fuimos al baño yo volví a vaciar mi intestino porque sabía lo que me esperaba y después ya en el sofá Mónica tenía un buen consolador atado a su cintura.
Estuvimos dando otro trago y hablando creando un ambiente de confianza entre los tres aunque en aquel momento yo ya les pertenecían cuerpo y alma aquello no estaba nada mal besos caricias chupadas por aquí por allá era un trío perfecto en el que en pocos minutos imaginaba sería yo la víctima follada por los dos.
Andrés como el macho alfa en aquella situación es el que recibía más atención siendo yo la puta casi olvidada la boya de este se hinchaba por momentos pero Andrés necesitaba algo más de tiempo así que nuestros juegos continuaban calentando aquella sesión.
Fue Mónica la que poniéndome boca arriba y levantando mis piernas lubricó mi ano y comenzó a penetrarme mientras Andrés se colocó de cuclillas y me ofreció su ano para comérmelo sentía como mi lengua traspasaba los pliegues de su esfínter y como jadeaba mientras yo recibía los envites de Mónica.
Andrés_ vamos a la cama creo que estoy preparado para follarme a la putita.
Mónica abandonó mi culo quitando el preservativo que cubría aquel consolador y nos fuimos los tres para la habitación podía ver aquellas dos pollas de tamaño parecido como se meneaban en el aire siendo algo muy excitante.
Andrés me colocó de medio lado y cogiendo una de mis piernas se puso tras de mí haciendo la cucharita Mónica fue la encargada de dirigida operación y lubricar algo más mi ano sentí como comenzaba a traspasar mi esfínter con algo de dolor pero poco a poco aquel dolor fue convirtiéndose en algo parecido al placer más bien por sentirme follada y mujer y da la satisfacción a Mónica.
Lo hizo con muchas oidad y tardó unos cinco minutos en meterme a aquel vergajo completamente dejándolo para unos segundos en mi ano me di cuenta de que ahora era Mónica la que de rodillas empezaba a penetrar a Andrés y éste a su vez comenzó a mover su falo en mi coñito trasero así que el placer de Andrés era doble penetrándome y siendo penetrado comenzó un mete saca que a todos nos satisfacía.
Mónica nos insultaba a los dos Abi como una puta y Andrés como un maricón mientras Andrés igualmente me trataba como una puta.
Después de unos minutos Andrés se puso boca arriba poniendo bello encima me la clavé de un solo golpe y comencé a levantarme apoyándome en su pecho follándome lo más bestia posible sintiendo como llegaba aquella polla hasta mi misma próstata.
Andrés_ putita no te muevas tan rápido que me corro enseguida y quiero que dure esta follada.
Andrés volvió a cambiarme de postura y me tumbó boca abajo abriendo mis piernas y mis nalgas volvió a metermela de un solo golpe haciéndome algo de daño pero en esta postura tenía un control total sobre él mi así estuvo varios minutos dándome lo más fuerte que pudo.
Me cambió de postura colocándome de a cuatro mientras Mónica se lo follaba a él este volvía a follarme a mí hasta que ya Andrés anunciaba su eminente corrida.
Andrés_me corro mi putita me corro me voy a vaciar sí sí joder joder.
Mónica_ quiero ver cómo se come toda tu corrida quiero que se lo eches a la entrada de su boca saca la lengua zorra y siente el torrente de leche.
Andrés sacó su polla de mi culo y retiró el condón sentándome yo sobre la cama empecé a sentir aquella las convulsiones de este mientras se terminaba de menear la polla sobre mi cara para acto seguido sacando yo la lengua empezar a recibir aquel esperma no era ni tanta cantidad ni tan espeso pero igualmente era un buen chorreo.
Terminé metiéndome la polla en la boca hasta que conseguí dejarla bien seca para luego tanto Mónica como Andrés recoger alguna de las salpicaduras y compartirla en sus bocas.
Mi culo estaba dolorido cuando sacó su polla sentí un gran vacío y a su vez un alivio.
Mónica_ bueno solo te falta otra buena follada por ese culito irte preñada para casa.
No había entendido la frase de mi ex en un principio pero luego me di cuenta de su significado Andrés me follaría sin condón corriéndose dentro de mi culo y tendría que llevar bien Preto mi culo hasta mi casa.
Andrés_ ha disfrutado la putita de la casa ahora ya eres mía y follar este culo siempre que quiera.
Yo_ sí lo he disfrutado como una buena zorrita ya soy toda tuya te pertenezco os pertenezco.
Mis palabras fueron más para satisfacer a la pareja ya que en cierta medida había sentido más dolor que placer pero lo que más había disfrutado fue el morbo de toda aquella situación vestida como mujer y poseída como tal creo que era algo que mi interior anhelaba.
Estuvimos merendando un poco reponiendo fuerzas los tres y se fue avanzando la tarde.
Mónica_ bueno yo me tengo que ir te dejo con el mariquita ya me contarás.
Sus palabras me dejaron perplejo se tenía que ir no le entendía.
Mónica se dio una buena ducha y se preparó saliendo de aquella vivienda como una señora.
Andrés_ tu Mónica es bastante más puta de lo que tú crees, pero ese es otro tema ahora la putita de la casa evidentemente eres tú.
Comenzamos una sesión de besos y sexo oral sesenta y nueve es hasta que Andrés decidió follarme de nuevo.
Andrés_ quieres que te mande para casa preñada o quieres pasar la noche como mi hembra.
Sus palabras me calentaban no sabía que elegir y que agradaría más a mi macho.
Yo_ lo que quiera mi macho estoy para complacerte. …………